Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Tema Nº 2
LOS GRANDES PROYECTOS PANAMERICANOS
EL PANAMERICANISMO DE BOLÍVAR
La victoria del Ejército Libertador, liderado por Simón Bolívar, sobre las tropas realistas
el 7 de agosto de 1819 en el Puente de Boyacá, marcó la derrota definitiva del dominio
español en los territorios que en ese momento ocupaba el virreinato de Nueva Granada,
la capitanía de Venezuela y las audiencias de Quito y Panamá.
Por supuesto, cuando De Miranda pensó su proyecto, los españoles aún dominaban el
territorio americano. Sin embargo, hacia 1815 ya se gestaba en las zonas
de Venezuela y Nueva Granada (la actual Colombia) una "resistencia muy fuerte" al
control español. Los rebeldes comienzan a organizarse en la zona de la boca del río
Orinoco, donde se ubicaba un pequeño puerto conocido como Angostura (actualmente
la localidad venezolana de Ciudad Bolívar).
Ya con Simón Bolívar como principal estratega, los libertadores entendieron que si
lograban controlar el río Orinoco podrían alcanzar sus afluentes y tomar la ciudad de
Bogotá. En febrero de 1819, se realizó el Congreso de Angostura, donde decidieron
conformar la “República de Colombia” o, como fue denominada luego para diferenciarla
del país actual, la “Gran Colombia”.
Una república modelo para su época. El proyecto bolivariano establecía un gran estado
dividido en tres “departamentos”: Cundinamarca (la actual Colombia), cuya capital era
Bogotá; Quito (actual Ecuador), con su capital homónima, y Venezuela, con capital en
Caracas. La capital de todo el estado sería una nueva ciudad llamada “Libertador Bolívar”.
En sus artículos, la ley establecía que cada departamento del nuevo estado sería
administrado por un “jefe”, nombrado por el Congreso General de Colombia. Cada jefe
de departamento sería también denominado “vicepresidente”.
Uno de los puntos más relevantes del proyecto fue el reconocimiento de una ciudadanía
"relativamente amplia" que, además, ponía fin al sistema de “castas” que dominaba hasta
entonces. Por lo tanto, el proyecto también decía: "Se establece una ciudadanía, no
universal, pero ciertamente mucho más amplia que la de varios lugares de Europa".
El diseño institucional del nuevo país también intentó atender uno de sus mayores
desafíos: acabar con los regionalismos y para evitar las rivalidades entre las diferentes
zonas del nuevo estado, se estableció una “representación nacional” que obligaba a los
congresistas a velar por los intereses de toda la república y no del departamento por el
que había sido electo.
Con ese objetivo fue que Bolívar, ya desde la génesis de la Gran Colombia, imaginó la
conformación de una federación de estados americanos. En 1826, al regreso de su
campaña en Perú y Bolivia, Bolívar convoca al “Congreso Antifictiónico” en la ciudad de
Panamá. La convocatoria abarcaba desde EEUU hasta las provincias del Río de la Plata,
aunque la mayoría de los invitados declinó participar y el organismo finalmente no
prosperó.
Sin embargo, dentro del territorio crecían las rivalidades entre las diferentes regiones del
gran estado, sobre todo a partir de las sucesivas incorporaciones de Quito y Panamá, ya
que los habitantes de los departamentos veían que: "…su sentimiento de localidad tendía
a ser diluido en un sentimiento de nacionalidad tan abstracta que terminó generando
muchísimo conflicto".
En esa época empezaron a tallar también las diferencias personales y políticas entre
Bolívar y Santander, cada uno con sus respectivas lealtades dentro de las reparticiones
públicas. Sin embargo, el historiador Francisco Ortega consideró que la historiografía:
"ha exagerado las pasiones" y construido "toda una novela" en torno al enfrentamiento
de ambos líderes. Más bien, sostuvo, hubo algunos episodios vinculados a lo económico
que efectivamente minaron las posibilidades de desarrollo del estado. "En 1822 se hace
un préstamo muy importante con la bolsa de Londres. Pero la banca londinense colapsa
en 1825 y el préstamo se ve reducido y con la exigencia de que se pague
inmediatamente", describió.
La situación desató "una crisis financiera muy grave que va a dejar sin recursos al Estado
de inmediato", explicó. En efecto, la administración pública ya no tenía fondos para hacer
frente, por ejemplo, a la construcción de escuelas en su extenso territorio o el pago de
las funciones públicas básicas.
Por si fuera poco, el final de la campaña de Simón Bolívar en el Perú hizo que sus
soldados retornaran masivamente al territorio grancolombiano, reclamando sus pagos
atrasados. La inestabilidad económica se combinó con los resentimientos locales e
impulsó a figuras como José Antonio Páez, jerarca militar de Bolívar que había sido
acusado por el Gobierno por supuestos atropellos.
La idea acariciada por largo tiempo de unir a Perú y Bolivia, fue común a muchos
peruanos y bolivianos. Tal fue el proyecto del peruano Agustín Gamarra explicitado en su
invasión de 1828, expresado nuevamente en el hecho de 1841. Otro tanto se debe indicar
del mariscal Andrés de Santa Cruz, que la expresó en 1829 en Puno con la logia Titicaca.
Las reformas y los logros alcanzados en Bolivia por Santa Cruz lo llevaron a poner en
marcha su antiguo proyecto en 1835. La continuidad de territorio y culturas prehispánicas,
tanto en el Imperio Tiahuanaco romo en el Imperio Incaico, continuó durante el período
La oportunidad inmediata la dio la situación interna del Perú cuyo Presidente, el general
José Orbegoso, preocupado por la situación política interna de su país, pidió al Presidente
de Bolivia que ayude al Perú a poner orden. Ello se debía a que el Perú estaba dividido
entre tres gobernantes, el legítimo Presidente Orbegoso dominando el norte, el Gral.
Felipe Santiago Salaverry con el control del centro, y el sur en poder de Gamarra.
Santa Cruz creyó llegada la hora de la intervención, con un ejército bien armado atravesó
el río Desaguadero (frontera entre ambas naciones) y en la batalla de Yanacocha venció
al general Gamarra (13 de agosto de 1835) quien huyó y luego fue desterrado a Costa
Rica. Quedaba Salaverry, apuesto militar muy imbuido de un sentido peruano de
patriotismo.
Desde el punto de vista militar fue el período más exitoso de la historia republicana de
Bolivia. Los triunfos de las armas bolivianas o confederadas frente a los ejércitos de Perú,
Chile y Argentina (este último país bajo la dictadura de Rosas) no tuvieron parangón en
años posteriores. En el período 1834–1839 la sucesión de lauros militares fue
ininterrumpida, los ejércitos de la patria se pasearon por el territorio de tres países, dos
de ellos (Argentina y Chile) que intentaron invadir suelo boliviano o confederado sin éxito
hasta 1839. Deben destacarse además de las batallas ya mencionadas, los triunfos de
Iruya y Montenegro bajo el mando de Otto Felipe Braun frente a las tropas argentinas .