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Universidad Tecnológica De Santiago

UTESA

Nombre: Miguel Angel Tejeda.

Tema: El Sonido.

Matricula: 2-21-6031

Asignatura: Física II.

Profesor: Cristian Antonio Pérez Cabrera.


Sonido: naturaleza, propagación y velocidad.

Naturaleza:

Ondas Sonoras.

El sonido es el resultado de una perturbación que se propaga en un medio elástico. Por


ejemplo, cuando en alguna región del aire se produce una perturbación de presión, por
ejemplo, en la forma de una compresión, dicha región tiende a expandirse hacia las
regiones vecinas. Esto produce a su vez una compresión en dichas regiones, que
volverán a expandirse creando una compresión más lejos todavía. Este proceso se
desarrolla en forma continúa haciendo que la perturbación original se propague a
través del aire alcanzando en algún momento la posición que ocupa algún receptor (por
ejemplo, un micrófono o un oído). El exceso de presión característico de la perturbación
descripta se denomina presión sonora.

Este tipo de movimiento en el cual no es el medio en si mismo sino alguna perturbación


lo que se desplaza se denomina onda. Existen muchos otros tipos de ondas, tales
como las ondas de radio, la luz, la radiación del calor, las ondas sobre la superficie de
un lago, los tsunamis, los movimientos sísmicos, etc. Cuando la onda tiene lugar en un
medio líquido o gaseoso se denomina onda acústica. Cuando resulta audible, se
llama onda sonora.

Una cuestión importante relativa a las ondas es que en las mismas hay algunas
características o cualidades que se mantienen prácticamente constantes a lo largo del
camino de propagación de las mismas. Entre estas características se encuentra la
forma de onda y la energía total (siempre y cuando el medio sea no disipativo).

Las ondas acústicas viajan habitualmente a velocidad constante, que depende del
medio y de las condiciones ambientales tales como la temperatura. A temperatura
ambiente la velocidad del sonido en el aire es

c = 345 m/s.

Esto significa que para recorrer una distancia de 345 m el sonido demora 1 s. En el
agua el sonido viaja más de 4 veces más rápido que en el aire. Cuando hay gradientes
de temperatura (variaciones de temperatura entre dos zonas), tal como sucede entre
puntos distantes algunos cientos de metros, o que se encuentran a diferentes alturas,
el camino que sigue el sonido es curvilíneo en lugar de recto. Esta es la razón por la
cual nuestra percepción se confunde al intentar determinar auditivamente por dónde
está pasando un avión.
Ondas periódicas.

Introdujimos el concepto de propagación de las ondas mediante una única perturbación


en un medio. En realidad, la mayoría de las ondas son el resultado de muchas
perturbaciones sucesivas del medio, y no sólo una. Cuando dichas perturbaciones se
producen a intervalos regulares y son todas de la misma forma, estamos en presencia
de una onda periódica, y el número de perturbaciones por segundo se
denomina frecuencia de la onda. Se expresa en Hertz (Hz), es decir ciclos por segundo
(un ciclo es todo lo que sucede durante una perturbación completa). En el caso de las
ondas sonoras la frecuencia está entre 20 Hz y 20000 Hz. Las ondas acústicas de
menos de 20 Hz se denominan infrasonidos, y los de más de 20000 Hz se
llaman ultrasonidos.

Por lo general, ni unos ni otros son audibles por el ser humano. Algunos animales (por
ejemplo, el perro) pueden escuchar sonidos de muy baja frecuencia, tales como los
creados por las ondas sísmicas durante un terremoto. Por esta razón los animales se
muestran inquietos en los instantes previos a los terremotos: pueden escuchar la señal
de advertencia que resulta inaudible para el ser humano. En forma similar, algunos
animales escuchan ultrasonidos. El murciélago es un caso notable, ya que escucha
sonidos de más de 100000 Hz, que le permite orientarse por medio de señales
acústicas según el principio del sonar (semejante al conocido radar).

Ondas aperiódicas.

Aun cuando muchos sonidos son aproximadamente periódicos, como los sonidos
producidos por los instrumentos musicales de altura determinada (guitarra, flauta,
piano), la vasta mayoría de los sonidos naturales son aperiódicos, es decir que las
sucesivas perturbaciones no se producen a intervalos regulares y no mantienen
constante su forma de onda. Esto es lo que técnicamente se denomina ruido. Las
ondas aperiódicas en general no producen sensación de altura. Algunos ejemplos son
el ruido urbano, las consonantes, el ruido del mar y del mar, y el sonido de muchos
instrumentos de percusión tales como los tambores o los platillos.

Espectro.

El concepto de espectro es de importancia capital en Acústica. Cuando introdujimos el


concepto de frecuencia, dijimos que las ondas periódicas tienen asociada una
frecuencia. Sin embargo, esto es sólo parte de la verdad, ya que por lo general dichas
ondas contienen varias frecuencias a la vez. Esto se debe a un notable teorema
matemático denominado Teorema de Fourier (en honor a su descubridor, el
matemático francés Fourier), que afirma que cualquier forma de onda periódica puede
descomponerse en una serie de ondas de una forma particular denominada onda
senoidal (o senoide, o sinusoide), cada una de las cuales tiene una frecuencia que es
múltiplo de la frecuencia de la onda original (frecuencia fundamental). Así, cuando
escuchamos un sonido de 100 Hz, realmente estamos escuchando ondas senoidales
de frecuencias 100 Hz, 200 Hz, 300 Hz, 400 Hz, 500 Hz, etc.
Estas ondas senoidales se denominan armónicos del sonido original, y en muchos
instrumentos musicales (como la guitarra) son claramente audibles.

¿Qué sucede con un sonido original cuya forma de onda ya es senoidal? Cuando uno
intenta aplicar el teorema de Fourier a una senoide, el resultado es que tiene un solo
armónico, de la misma frecuencia que la senoide original, por supuesto. (Nótese que el
Teorema de Fourier no dice que todas las formas de ondas deban
tener varios armónicos, sino más bien que cualquier forma de onda puede obtenerse
por superposición de cierta cantidad de senoides, cantidad que puede reducirse a una
sola, que es lo que ocurre con las ondas senoidales.) El hecho de que cada onda
senoidal tiene una única frecuencia ha llevado a llamar también tonos puros a las
ondas senoidales.

La descripción de las ondas senoidales que componen un sonido dado se denomina


espectro del sonido. El espectro es importante debido a varias razones. Primero porque
permite una descripción de las ondas sonoras que está íntimamente vinculada con el
efecto de diferentes dispositivos y modificadores físicos del sonido. En otras palabras,
si se conoce el espectro de un sonido dado, es posible determinar cómo se verá
afectado por las propiedades absorbentes de una alfombra, por ejemplo. No puede
decirse lo mismo en el caso en que se conozca sólo la forma de onda.

En segundo lugar, el espectro es importante porque la percepción auditiva del sonido


es de naturaleza predominantemente espectral. En efecto, antes de llevar a cabo
ningún otro procesamiento de la señal acústica, el oído descompone el sonido recibido
en sus componentes frecuenciales, es decir en las ondas senoidales que, según el
teorema de Fourier, conforman ese sonido. Por ese motivo, con algo de práctica es
posible por ejemplo reconocer las notas de un acorde.

¿Qué puede decirse del espectro de los sonidos aperiódicos? El teorema de Fourier
puede extenderse al caso de sonidos aperiódicos. Éstos pueden ser tan simples como
los sonidos de una campana o tan complejos como el así llamado ruido blanco (un
ruido similar al que capta una emisora de FM en ausencia de señal o de portadora). En
el primer caso, el espectro es discreto, vale decir un conjunto de frecuencias
claramente diferenciadas, aunque no serán ya múltiplos de ninguna frecuencia.
Podemos tener, por ejemplo, 100 Hz, 143,3 Hz, 227,1 Hz, 631,02 Hz. En el segundo
caso, tenemos ¡todas las frecuencias! Esto es lo que se denomina un
espectro continuo.
Intensidad sonora.

¿Por qué algunos sonidos son más intensos que otros? Hay muchas razones, pero la
causa principal es atribuible a la amplitud. La amplitud de un sonido es el máximo
exceso de presión (o presión sonora) en cada ciclo. En el caso del ruido o de los
sonidos aperiódicos, la amplitud puede estar cambiando continuamente. En este caso
se acostumbra a obtener algún tipo de promedio. Existen varios enfoques para el
análisis de la sonoridad, que pueden hallarse en otro documento que acompaña al
presente sobre Niveles sonoros.

PROPAGACIÓN DEL SONIDO

El sonido es una onda longitudinal, mecánicas (no viajan en el vacío) y se propaga en


todas las direcciones, de modo que frente de ondas es esférico; así mismo, tiene la
capacidad de estimular el oído humano y producir sensación sonora. Por ello, el estudio
del sonido debe tratarse de diferentes formas los aspectos físicos y los aspectos
fisiológicos relacionados con la audición.

Los frentes de onda en una onda sonora son esféricos, pero podemos pensarlo en una
dimsensión como las ondas que se propagan a lo largo de un resorte como consecuencia
de la comprensión longitudinal. Por lo que las partículas del medio se comprimen en las
zonas de máxima amplitud de la ondulación y se separan en las de mínima amplitud.
Estas zonas se denominan compresión y rarefacción respectivamente.
Rapidez del sonido en m/s, medido a
0°C
Granito 5400
Hierro 5190
Aluminio 5100
Madera 3900
Cobre 3810
Agua 1410
Plomo 1190
Aire 331

Rapidez de propagación en el aire y temperatura

La rapidez de propagación del sonido está relacionada con variables físicas propias del
material como la densidad, la temperatura, la elasticidad, presión, salinidad, etc.
En el caso de medios gaseosos, como el aire, las vibraciones son trasmitidas de un punto
a otro mediante choques entre las partículas que constituyen el gas. De este modo
cuando mayor sea la densidad del gas, mayor será la rapidez de la onda.

En los medios sólidos, son las fuerzas que unen entres sí las partículas constitutivas del
cuerpo las que se encargan de propagar la perturbación de un punto a otro. Este
procedimiento más directo explica por qué la rapidez del sonido es mayor en los sólidos
que en los gases.

La rapidez del sonido varía muy poco con la temperatura en los sólidos y líquidos, sin
embargo, en los gases, aumenta con la temperatura porque se incrementa la
probabilidad de los choques entre las moléculas.
El alcance de una onda de sonido en un medio, está directamente con la energía que
absorbe y la rapidez específicamente en un sólido, se ve afectada por la densidad y por
la elasticidad.

A nivel molecular un material con alta elasticidad (rígido) se caracteriza por grandes
fuerzas entre sus moléculas. Esto hace que las partículas vuelvan rápidamente a sus
posiciones de equilibrio y estén dispuestas a iniciar de nuevo un movimiento, lo que les
permite vibrar a altas velocidades. Por lo tanto, el sonido viaja más rápido a través de
medios con mayor elasticidad.
La densidad de un medio representa la masa por unidad de volumen. Así mientras más
denso es un material, mayor será la masa de las moléculas, si se considera un mismo
volumen, lo que implica que el sonido se trasmite más lentamente. Esto se debe a que
las ondas de sonido trasportan energía, que es la responsable de la vibración de un
medio, y se necesita más energía para hacer vibrar las moléculas grandes que la
requerida para hacer vibrar moléculas más pequeñas. Por esto, el sonido viaja más lento
en un objeto más denso, si ambos tienen la misma propiedad elasticidad.

Velocidad del sonido.

Se conoce como velocidad del sonido a la velocidad de propagación de una onda


sonora que podrá ser más o menos rápida en función del medio que se propaga. En
este caso, no se analiza ni las características de la onda ni la fuerza que produce.

Con temperaturas de 20 grados centígrados en el ambiente, la velocidad de sonido


recorre 343 metros por segundo. Si aumenta la temperatura, lo que supondrá un
aumento de las interacciones de las partículas que se transportan, también se
producirá un aumento de velocidad.

Así hay que destacar que la propagación del sonido siempre será mucho más alta en
materiales sólidos que en líquidos y también que en los gases debido a los enlaces
atómicos de los componentes de cada materia.
QUÉ ES EL SONIDO.

Responde a una onda de presión propagada por el aire en forma de compresión y


depresión. Así el sonido que oímos responde a una energía que se propaga por el aire
y que se escucha cuando llega a nuestro oído.

Así una onda se reproduce por la vibración de las partículas del medio dentro de un
proceso de desplazamiento longitudinal de las moléculas del aire.

Velocidad del sonido en diferentes medios:

1. A 0 °C alcanza una velocidad de 331 m/s


2. En el agua a 25 °C la velocidad es de 1.593 m/s.
3. En madera la velocidad es de 3.700 m/s
4. En hormigón la velocidad es de 4.000 m/s
5. En acero es la velocidad es de 6.100 m/s.
6. En aluminio la velocidad es de 6.400 m/s.
7. En el cadmio la velocidad es de 12.400 m/s.

El Eco.
El eco es la repetición de un sonido por un fenómeno acústico que consiste en el reflejo

de la onda sonora en un cuerpo duro. Una vez que se refleja, el sonido regresa al lugar

de origen con un cierto retardo y, de esta forma, el oído lo distingue como otro sonido

independiente.

El retardo mínimo necesario para que se produzca este fenómeno varía según el tipo

de sonido. En los casos en los cuales el sonido se deforma tanto que se vuelve

irreconocible, se habla de reverberación.

Por ejemplo: “El eco de su voz en la catedral dificultaba la comprensión de las

canciones”, “En las vacaciones fui a la montaña con mis padres y jugamos con el eco

que se generaba al gritar en los acantilados”, “Necesito que bajes el volumen del

televisor ya que el teléfono hace eco”.


Cualidades del sonido.

Para mejor percibir los sonidos es importante conocer sus cualidades


El sonido es un fenómeno físico que consiste en ondas sonoras que se propagan a través
de la presión del aire, percibidas por el oído y llegan luego al cerebro.

La siguiente imagen explica la manifestación del sonido en relación al oído humano:

La ciencia que estudia el sonido como fenómeno físico se llama acústica.

La materia prima de la música es el sonido. Los músicos deben entrenar sus oídos para
poder percibir todas las manifestaciones de éste y de esa manera componer y producir
sonoridad.

¿Por qué debemos conocer las cualidades del sonido?

La siguiente imagen detalla las cualidades del sonido, con algunos ejemplos. El/la
docente puede realizar diversas actividades con los/as estudiantes a partir de dicho
esquema. Como por ejemplo reproducir el valor rítmico de las notas con las palmas de
las manos.
Si bien es cierto que conocer determinados conceptos no desarrollarán nuestros oídos,
sí podemos afirmar que el tener conciencia de cómo se manifiesta nos puede sensibilizar
y permitir percibirlos mejor.

Es importante que los/as estudiantes se empapen desde temprano con este


conocimiento. Puesto que el oído es un órgano que se puede desarrollar a través de la
práctica y uso constante.

Entre las cualidades del sonido podemos mencionar:

1. Altura o tono: Está determinado por la frecuencia de onda.


2. Intensidad: Nos permite distinguir si el sonido es fuerte o débil.
3. Duración: Está relacionada con el tiempo de vibración del objeto.
4. Timbre: Permite distinguir la fuente sonora.
Niveles de intensidad.

Desarrolla el concepto de
nivel de intensidad sonora a
Actividad de
partir de la gran capacidad
Aprendizaje:
del oído humano para percibir
intensidades sonoras.

Los sonidos tienen intensidad, ésta se mide en W/m2 para el S. I., aunque
es común usar la unidad mW/cm2, por lo que la expresión para calcular la
intensidad de un sonido es:

Donde P es la potencia de la onda, en Watt; y A el área transversal a la


propagación de la onda, en m2.

Otra expresión que ya establecimos es:


en función de las características del medio en que se propaga; donde: f es
la frecuencia en Hz; A, la amplitud de la onda, en m; r, la densidad lineal
del medio en kg/m; y v, la rapidez de la onda en m/s.

La intensidad al ser medible corresponde con las cantidades objetivas del


sonido y para referir los valores, se ha establecido como valor mínimo de
intensidad el de 1 x 10-12 W/m2 (1 x 10-16 W/cm2 ) denominado umbral de
audición , que es semejante a la intensidad de sonido que produce la hoja
de un libro al voltearla: Intensidad mínima que puede escuchar el oído
humano.

Al estudiar ondas sonoras es común hablar del oído, ya que este es el


sentido humano vinculado con la información sonora que queremos
conocer.

Tanto está vinculado el sistema auditivo con el sonido que se ha


establecido, a través de encuestas, que el oído humano promedio no es
capaz de soportar una intensidad sonora arriba de 1 W/ m2 (1 x 10-
4 W/cm2) la que se denomina umbral del dolor o umbral de la sensación

desagradable.

A continuación, se muestra el resultado de las encuestas citadas.

Audiograma humano.
Como se nota, las frecuencias que se escuchan a intensidades menores
son de 100 a 1000 Hz. De igual forma, el umbral del dolor es menor para
frecuencias semejantes que de las intensidades deben ser grandes para
frecuencias de 20 a 60 Hz y para 12 kHz a 20 000 Hz.

Si relacionamos los umbrales a través de una razón aritmética, nos


encontramos que el oído humano tiene una capacidad de escuchar un
billón de intensidades sonoras.

Por la capacidad tan grande del oído y por tanto la dificultad para
diferenciarlas, se ha propuesto en lugar de un valor absoluto, un nivel (N )
con una unidad más práctica para medirlo, denominada deciBell, que se
define de la manera siguiente:

Donde I es la intensidad del sonido en W/m2, I0 la intensidad de

la referencia, en este caso y el nivel expresado en deciBells, abreviado


dB. Como se nota, esta unidad no es física ya que no posee unidades
físicas, si no es un número que indica nivel de intensidad.
Los niveles de intensidad límites, en db, se determinan de la manera
siguiente:

Para el Umbral de Audición:

Para el Umbral del Dolor:

Ejemplo.

Calcule la intensidad de una onda, referida al umbral de audición, si tiene


un nivel de 50 dB.

Datos:
N = 50 dB
I0 = 10-12 W/m2

De la definición de nivel de intensidad


despejemos I y calculémosla.

Sonoridad

A la intensidad del sonido corresponde una característica subjetiva


denominada sonoridad. La sonoridad es fuerte, para una intensidad grande
(un grito) y débil para intensidades pequeñas (un susurro); y como es una
característica subjetiva, una sonoridad puede prestarse a discusión entre
dos personas que la escuchen.
La sonoridad de una onda depende de su amplitud.

Forma de Onda y Timbre

La tercera característica objetiva de una onda es la forma de onda y tiene


como característica subjetiva similar al timbre.

A través del conocimiento de cualquiera de estas dos características


sabemos de la naturaleza de la fuente emisora de un sonido complejo,
como el emitido por las cuerdas, membranas o columnas de aire.

Cuando hacemos vibrar una cuerda, golpeamos la membrana de un


tambor, soplamos por la boquilla de una flauta o hablamos, no emitimos
una frecuencia única; el sonido emitido va compuesto de un conjunto de
frecuencias mezcladas de intensidades diferentes, esto hace que nuestro
oído pueda distinguir subjetivamente la fuente sonora.
Aunque un sonido tiene diversas frecuencias a intensidades diferentes, hay
una frecuencia que posee la mayor intensidad que se denomina “frecuencia
fundamental”. Esta frecuencia es el punto de partida para conocer los
valores de las frecuencias “sobretono”, que pueden ser armónicas o no y
acompañan a la frecuencia fundamental, llamada también primera
armónica, para producir un sonido particular.

Una frecuencia armónica es una frecuencia múltiplo de la fundamental o


primera armónica; así, la segunda armónica tiene una frecuencia 2 veces
la de la fundamental; la tercera tres y así sucesivamente.

Por lo que respecta a la forma de onda emitida por cualquiera de los


instrumentos citados, es capturada por un sensor, introducida en un
analizador de espectros, procesada e indicada en una pantalla en la que
se conoce cuantas frecuencias la forman y cuáles son las intensidades de
cada onda. Como la pantalla del analizador indica tanto las frecuencias
como las intensidades de las ondas mezcladas por comparación de
espectros podemos conocer objetivamente la fuente sonora.

La figura siguiente muestra el espectro de algunos instrumentos al emitir


una nota, espectro compuesto por la frecuencia fundamental y
los sobretonos.
El decibel.
El decibel o decibelio es la unidad de medida de la intensidad sonora. Su símbolo es db
y corresponde al logaritmo decimal de la relación entre la intensidad del sonido que se
ha de medir y la de otro sonido conocido que se toma como referencia.
Se usa en las determinaciones fotométricas de los ruidos en el interior de los coches, en
las pruebas del ruido del tubo de escape y en la homologación de los avisadores
acústicos.

El diccionario de la Real Academia Española (RAE) reconoce al concepto

de decibel como sinónimo de decibelio: una unidad de intensidad acústica. Un decibel o

decibelio equivale a 0,1 belios (la unidad que surge del cociente entre la presión que

produce una onda y una presión tomada como referencia). El término belio deriva

de Bell, apellido de un notable físico escocés que se nacionalizó

estadounidense: Alexander Graham Bell (1847-1922).

Es importante tener en cuenta que un decibel –cuyo símbolo es dB– no refiere a

una cantidad, sino a una razón entre cantidades: se trata de una expresión logarítmica.

Esta necesidad de utilizar una razón o una comparación entre dos cantidades, en lugar

de una cantidad fija, surgió tras el descubrimiento de que un oyente no es capaz de

indicar de una manera fiable la intensidad de un mismo sonido si lo escucha más de

una vez, aunque sí es capaz de comparar esta propiedad entre dos sonidos diferentes.

Utilizado en el ámbito de las telecomunicaciones, la electricidad y la acústica, el decibel

expresa el vínculo existente entre una cierta magnitud y otra magnitud de referencia.

Respecto a la medición de la intensidad de los sonidos, suele emplearse como

magnitud de referencia el umbral más bajo de percepción en el ser humano.


Una intensidad de 0 dB, en este marco, marca el umbral de percepción en

las personas. Un tren alcanza una intensidad de 80 dB, el despegue de un avión llega

a 130 dB y un automóvil de Fórmula 1 puede producir un sonido de 140 dB, por citar

algunos ruidos.

Decíamos líneas arriba que un decibel equivale a 0,1 belios; por lo tanto, un belio es

equivalente a 10 decibeles. Esto quiere decir que supone un incremento de potencia de

una decena de veces respecto a la magnitud de referencia (0 belios). Si un belio es

igual a 10 decibeles, dos belios equivalen a 100 decibeles, tres belios a 1000 decibeles,

etc.

La razón de que se utilice el decibel en lugar del bel, teniendo en cuenta que se trata

de uno de sus submúltiplos, no es para nada arbitraria, sino que responde a una

necesidad que se desprende de la gran amplitud de los campos que se someten

a medición; si se usara el belio en todos los casos, para muchos de ellos el resultado

sería decimal, y eso dificultaría la lectura.

El decibel es una expresión logarítmica, por lo cual no es lineal, y también es

adimensional (no representa una dimensión) y escalar (es un número real que describe

un fenómeno físico mediante una magnitud sin necesidad de indicar una dirección,
como sí hacen los vectores). Es importante resaltar que ni el decibel ni el bel

pertenecen al Sistema internacional de unidades.

En otro ámbito, el término Decibel es el nombre propio de un framework de

comunicaciones de la interfaz gráfica unificada conocida como KDE 4, desarrollada

para sistemas Unix. Un framework, por su parte, es un entorno de trabajo que se

enfoca en un problema particular al cual toma como punto de referencia para ofrecer

soluciones a otros de naturaleza similar.

El framework Decibel funciona en tiempo real y permite la integración de los protocolos

de comunicación para interconectar las varias tecnologías en las que se basa KDE 4,

de manera que los desarrolladores puedan incluir en sus programas ciertas

funcionalidades propias de la comunicación con mayor facilidad.

También existe un reproductor de audio llamado Decibel Audio Player, el cual fue

desarrollado en el lenguaje de programación Python y ofrece una interfaz clara y limpia

para los usuarios de GNOME, un entorno de escritorio que se usa en sistemas

operativos libres GNU/Linus, Unix y sus derivados, como ser Solaris y BSD.

Ondas sonoras audibles.


Una onda sonora es una onda longitudinal que transmite lo que se asocia con sonido.
Si se propaga en un medio elástico y continuo genera una variación local
de presión o densidad, que se transmite en forma de onda esférica periódica o cuasi
periódica. Mecánicamente las ondas sonoras son un tipo de onda elástica.
Las variaciones de presión, humedad o temperatura del medio, producen el
desplazamiento de las moléculas que lo forman. Cada molécula transmite la vibración a
las que se encuentren en su vecindad, provocando un movimiento en cadena. Las
diferencias de presión generadas por la propagación del movimiento de las moléculas
del medio, producen en el oído humano una sensación descrita como sonido.

Modo de ondas dispersas.

El sonido está formado por ondas mecánicas elásticas longitudinales u ondas de


compresión en un medio. Eso significa que:

 Para propagarse necesita acceder a un material (aire, agua, cuerpo sólido) que
transmita la perturbación (viaja más rápido en los sólidos, luego en los líquidos va
lento, y aún más lento en el aire, y en el vacío no se propaga). Es el propio medio el
que produce y propicia la propagación de estas ondas con su compresión y
expansión. Para que pueda comprimirse y expandirse es imprescindible que este
sea un medio elástico, ya que un cuerpo totalmente rígido no permite que las
vibraciones se transmitan. Así pues, sin un medio elástico no habría sonido, ya que
las ondas sonoras no se propagan en el vacío.
 Además, los fluidos solo pueden transmitir movimientos ondulatorios en que la
vibración de las partículas se da en dirección paralela a la velocidad de propagación
a lo largo de la dirección de propagación. Así los gradientes de presión que
acompañan a la propagación de una onda sonora se producen en la misma
dirección de propagación de la onda, siendo por tanto estas un tipo de ondas
longitudinales (en todos los sólidos también pueden propagarse ondas elásticas
transversales)
La recepción de una onda sonora por el oído engendra una vibración de las partículas
del aire situadas delante del tímpano, con frecuencias y amplitud determinadas. Esta
vibración puede considerarse también como debida a las variaciones de presión del
aire en el mismo punto. La presión del aire se eleva sobre la presión atmosférica y
después se hace inferior a ella, siguiendo la ley de un movimiento armónico simple de
la misma frecuencia que el de una partícula de aire.
El máximo exceso de presión sobre la atmósfera se denomina amplitud de los cambios
de presión, y se demuestra que es proporcional a la amplitud de la elongación.

Propagación en los medios


Las ondas sonoras se desplazan también en tres dimensiones y sus frentes de onda en
medios isótropos son esferas concéntricas que salen desde el foco de la perturbación
en todas las direcciones. Por esto son ondas esféricas. Los cambios de presión p2 que
tienen lugar al paso de una onda sonora tridimensional de frecuencia ν y longitud de
onda λ en un medio isótropo y en reposo vienen dados por la ecuación diferencial:

Ondas sonoras generadas por un avión que posee una velocidad menor e igual a la del sonido

(*)
donde r es la distancia al centro emisor de la onda, y c es la velocidad de propagación de la onda.

Para una onda de período bien definido y en ese caso la solución de la ecuación, a grandes
distancias de la fuente emisora se puede escribir como:
Donde son respectivamente la presión de inicial del fluido y la sobrepresión máxima que ocasiona el
paso de la onda.
En el caso de las ondas sonoras ordinarias, casi siempre son la superposición de ondas de
diferentes frecuencias y longitudes de onda, y forman pulsos de duración finita. Para estas ondas
sonoras la velocidad de fase no coincide con la velocidad de grupo o velocidad de propagación del
pulso. La velocidad de fase es diferente para cada frecuencia y depende al igual que antes de la
relación c=ν•λ. El hecho de que la velocidad de fase sea diferente para cada frecuencia, es
responsable de la distorsión del sonido a grandes distancias.
Ultrasonido e infrasonido.

Infrasonidos
Podemos definir los infrasonidos como las vibraciones de presión cuya frecuencia es
inferior a la que el oído humano puede percibir; es decir entre 0 y 20 Hz. Pero, debido a
que la mayoría de los aparatos electroacústicas utilizan una frecuencia entre 20 y 30 Hz,
consideraremos también como infrasonidos a toda vibración con una frecuencia por
debajo de los 30 Hz.

Dentro de la teoría de los infrasonidos abarcamos las vibraciones de los líquidos y las de
los gases, pero no la de los sólidos. Éstas últimas, gracias a sus aplicaciones y su
problemática, se han convertido en una ciencia aparte llamada vibraciones mecánicas.

Veamos algunas características de los infrasonidos:

Emisión en forma de ondas esféricas.


Son difíciles de concentrar.
Menor absorción que a altas frecuencias, aunque ésta dependerá de la temperatura
del gas en el que viajan, el peso molecular del mismo y la dirección del viento.
Los emisores existentes suelen ser de mala calidad.
Debido a una menor atenuación, los infrasonidos pueden llegar más lejos que las
demás ondas. Esto es utilizado para la detección de grandes objetos a grandes
distancias como montañas o el fondo marino.

En todo fenómeno transitorio se producen infrasonidos; de esta forma, en una vulgar


conversación los producimos (de forma menos notable en las vocales y más en las
consonantes fricativas como la "f" y la "s").

Ultrasonidos
Los ultrasonidos son aquellas ondas sonoras cuya frecuencia es superior al margen de
audición humano, es decir, 20 KHz aproximadamente. Las frecuencias utilizadas en la
práctica pueden llegar, incluso, a los giga hertzios. En cuanto a las longitudes de onda,
éstas son del orden de centímetros para frecuencias bajas y del orden de micras para
altas frecuencias.
Ultrasonido e infrasonido.

Efecto Doppler.

El efecto Doppler es el cambio en la frecuencia de una onda que se produce cuando el


emisor está en movimiento. Es decir, el receptor, estando estático, percibe los cambios
en las ondas según la distancia hasta el emisor, que está en movimiento.

La primera referencia que tenemos sobre el efecto Doppler es el estudio realizado por
el físico austríaco Christian Andreas Doppler, en 1842. En él, Doppler relata los
cambios de tono en el sonido de una locomotora: se agudiza (aumenta su frecuencia)
al estar más cerca, y se agrava (disminuye su frecuencia) al alejarse.
Años después, en 1848, el físico francés Armand Hippolyte Louis Fizeau, descubrió
que ocurría algo similar con las ondas electromagnéticas. Por este motivo, el efecto
Doppler es también conocido como el efecto Doppler-Fizeau.

APLICACIONES Y EJEMPLOS DEL EFECTO DOPPLER.

Sirenas de las ambulancias.

Un ejemplo muy sencillo para entender el efecto Doppler es el sonido de la sirena de una
ambulancia. Aunque la ambulancia se mueva a solo 50 km/h, ya es posible notar el
cambio de un tono agudo a uno grave justo cuando pasa a nuestro lado. Ocurre igual
con camiones de bomberos o coches de policía.
Mediciones en astronomía.

El efecto Doppler está también presente en el espectro visible de la radiación


electromagnética. Es decir, si un objeto se aleja, su longitud de onda aumenta,
produciendo un corrimiento hacia el rojo. Por el contrario, si éste se acerca, la
disminución de la longitud de onda produce un corrimiento hacia el azul.
Radares de tráfico
Una de las mayores aplicaciones del efecto Doppler es en los radares de tráfico,
que miden la velocidad de los coches gracias a este efecto.

Los radares envían una señal electromagnética al vehículo y reciben el rebote, esa
diferencia permite calcular la velocidad del vehículo. Además, la diferencia en la
frecuencia es utilizada también para poder hacer la fotografía.

EL EFECTO DOPPLER EN AVIACIÓN.

Como te imaginarás, ya que estamos tratando el tema, el efecto Doppler también se


utiliza en aviación.

Al igual que sucede con el radar de tráfico, los radares a bordo del avión lanzan ondas
contra la superficie terrestre para medir la velocidad de los aviones en vuelo. ¿Cómo?
Una vez lanzada la onda y recibido el rebote, el radar compara el cambio en la frecuencia
para determinar la velocidad de movimiento con respecto al suelo.
También es utilizado por los radares meteorológicos para detectar la intensidad de las
precipitaciones. Si quieres saber más sobre el tema, te recomendamos que eches un
vistazo al post enlazado.
El radar Doppler comenzó a utilizarse en la aviación en 1961, y supuso un gran avance
en la navegación de largas distancias, eliminando la necesidad de llevar un navegante a
bordo y reduciendo el número de radio ayudas necesarias.

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