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Transmisión del sonido en un fluido. Se produce una onda de presión por compresión, que hace
que el resto de las partículas se compriman entre ellas.
Un tambor produce un sonido debido a la vibración de una membrana tensa sobre una caja de
resonancia.
Un Micrófono Sennheiser.
El sonidoPara la física, el sonido implica un fenómeno vinculado a la difusión de una onda
de características elásticas que produce una vibración en un cuerpo, aun cuando estas ondas
no se escuchen.
El sonido audible para los seres humanos está formado por las variaciones que se producen
en la presión del aire, que el oído convierte en ondas mecánicas para que el cerebro pueda
percibirlas y procesarlas.
(del latín sonĭtus, por analogía prosódica con ruido, chirrido, rugido, etcétera), en física, es
cualquier fenómeno que involucre la propagación en forma de ondas elásticas (sean
audibles o no), generalmente a través de un fluido (u otro medio elástico) que esté
generando el movimiento vibratorio de un cuerpo.
El sonido humanamente audible consiste en ondas sonoras que se producen cuando las
oscilaciones de la presión del aire, son convertidas en ondas mecánicas en el oído humano y
percibidas por el cerebro. La propagación del sonido es similar en los fluidos, donde el
sonido toma la forma de fluctuaciones de presión.1 En los cuerpos sólidos la propagación
del sonido involucra variaciones del estado tensional del medio.
Representación esquemática del oído, propagación del sonido. Azul: ondas sonoras. Rojo:
tímpano. Amarillo: Cóclea. Verde: células de receptores auditivos. Púrpura: espectro de frecuencia
de respuesta del oído. Naranja: impulso del nervio.
Índice
La física del sonido es estudiada por la acústica, que trata tanto de la propagación de las
ondas sonoras en los diferentes tipos de medios continuos como la interacción de estas
ondas sonoras con los cuerpos físicos.
onda sinusoidal; Variación de frecuencia; Abajo podemos ver las frecuencias más altas. El eje
horizontal representa el tiempo.
Ciertas características de los fluidos y de los sólidos influyen en la onda de sonido. Es por
eso que el sonido se propaga en los sólidos y en los líquidos con mayor rapidez que en los
gases. En general cuanto mayor sea la compresibilidad (1/K) del medio tanto menor es la
velocidad del sonido. También la densidad es un factor importante en la velocidad de
propagación, en general cuanto menor sea la densidad (ρ), a igualdad de todo lo demás,
mayor es la velocidad de la propagación del sonido. La velocidad del sonido se relaciona
con esas magnitudes mediante:
Potencia acústica: El nivel de potencia acústica (PWL Power Wattage Level) es la cantidad
de energía radiada al medio en forma de ondas por unidad de tiempo por una fuente
determinada. La unidad en que se mide el vatio y su símbolo W. La potencia acústica
depende de la amplitud.
Espectro de frecuencias: la distribución de dicha energía entre las diversas ondas
componentes.
EE.UU. marina de guerra F / A-18 acercándose a la barrera del sonido. El halo blanco está formado
por gotas de agua condensada que se cree que el resultado de una caída en la presión de aire
alrededor de la aeronave (ver Singularidad de Prandtl-Glauert).
En el aire, el sonido tiene una velocidad de 331,5 m/s cuando: la temperatura es de 0 °C, la
presión atmosférica es de 1 atm (nivel del mar) y se presenta una humedad relativa del
aire de 0 % (aire seco). Aunque depende muy poco de la presión del aire.
Donde:
Reverberación
La reverberación es la suma total de las reflexiones del sonido que llegan al lugar del
receptor en diferentes momentos del tiempo. Auditivamente se caracteriza por una
prolongación, a modo de "cola sonora", que se añade al sonido original. La duración y la
coloración tímbrica de esta cola dependen de: La distancia entre el oyente y la fuente
sonora; la naturaleza de las superficies que reflejan el sonido. En situaciones naturales
hablamos de sonido directo para referirnos al sonido que se transmite directamente desde la
fuente sonora hasta nosotros (o hasta el mecanismo de captación que tengamos). Por otra
parte, el sonido reflejado es el que percibimos después de que haya rebotado en las
superficies que delimitan el recinto acústico, o en los objetos que se encuentren en su
trayectoria. Evidentemente, la trayectoria del sonido reflejado siempre será más larga que la
del sonido directo, de manera que -temporalmente- escuchamos primero el sonido directo, y
unos instantes más tarde escucharemos las primeras reflexiones; a medida que transcurre el
tiempo las reflexiones que nos llegan son cada vez de menor intensidad, hasta que
desaparecen. Nuestra sensación, no obstante, no es la de escuchar sonidos separados, ya
que el cerebro los integra en un único precepto, siempre que las reflexiones lleguen con una
separación menor de unos 50 milisegundos. Esto es lo que se denomina efecto Haas o
efecto de precedencia.
Resonancia
Artículo principal: Resonancia (mecánica)
Para entender el fenómeno de la resonancia existe un ejemplo muy sencillo. Supóngase que
se tiene un tubo con agua y muy cerca de él (sin entrar en contacto) tenemos un diapasón, si
golpeamos el diapasón con un metal, mientras echan agua en el tubo, cuando el agua
alcance determinada altura el sonido será más fuerte; esto se debe a que la columna de agua
contenida en el tubo se pone a vibrar con la misma frecuencia que la que tiene el diapasón,
lo que evidencia por qué las frecuencias se refuerzan y en consecuencia aumenta la
intensidad del sonido.
Un ejemplo es el efecto de afinar las cuerdas de la guitarra, puesto que al afinar, lo que se
hace es igualar las frecuencias, es decir poner en resonancia el sonido de las cuerdas.
El aparato auditivo
Artículo principal: Oído
Los sonidos son percibidos a través del aparato auditivo que recibe las ondas sonoras, que
son convertidas en movimientos de los osteocillos óticos y percibidas en el oído interno que
a su vez las transmite mediante el sistema nervioso al cerebro. Esta habilidad se tiene
incluso antes de nacer.
La voz humana
La voz humana se produce por la vibración de las cuerdas vocales, lo cual genera una onda
sonora que es combinación de varias frecuencias y sus correspondientes armónicos. La
cavidad buco-nasal sirve para crear ondas cuasiestacionarias por lo que ciertas frecuencias
denominadas formantes. Cada segmento de sonido del habla viene caracterizado por un
cierto espectro de frecuencias o distribución de la energía sonora en las diferentes
frecuencias. El oído humano es capaz de identificar diferentes formantes de dicho sonido y
percibir cada sonido con formantes diferentes como cualitativamente diferentes, eso es lo
que permite por ejemplo distinguir dos vocales. Típicamente el primer formante, el de
frecuencia más baja está relacionado con la abertura de la vocal que en última instancia está
relacionada con la frecuencia de las ondas estacionarias que vibran verticalmente en la
cavidad. El segundo formante está relacionado con la vibración en la dirección horizontal y
está relacionado con si la vocal es anterior, central o posterior.
La voz masculina tiene un tono fundamental de entre 100 y 200 Hz, mientras que la voz
femenina es más aguda, típicamente está entre 150 y 300 Hz. Las voces infantiles son aún
más agudas. Sin el filtrado por resonancia que produce la cavidad buco nasal nuestras
emisiones sonoras no tendrían la claridad necesaria para ser audibles. Ese proceso de
filtrado es precisamente lo que permite generar los diversos formantes de cada unidad
segmental del habla.
El sonido en la música
Propiedades
Las cuatro cualidades básicas del sonido son la altura, la duración, la intensidad y el timbre
o color.
Altura o
Frecuencia de onda Agudo, medio, grave
tono
La altura
Véanse también: altura musical y Tono (acústica).
La altura, o altura tonal, indica si el sonido es grave, agudo o medio, y viene determinada
por la frecuencia fundamental de las ondas sonoras, medida en ciclos por segundo o hercios
(Hz).
Para que los humanos podamos percibir un sonido, éste debe estar comprendido entre el
rango de audición de 20 y 20.000 Hz. Por debajo de este rango tenemos los infrasonidos y
por encima los ultrasonidos. A esto se le denomina rango de frecuencia audible. Cuanta
más edad se tiene, este rango va reduciéndose tanto en graves como en agudos.
En la música occidental se fueron estableciendo tonos determinados llamados notas, cuya
secuencia de 12 (C, C#, D, D#, E, F, F#, G, G#, A, A#, B) se va repitiendo formando
octavas, en cada una de éstas se duplica la frecuencia. La diferencia entre distintas notas se
denomina intervalo.
La duración
Véase también: duración musical
La intensidad
Véanse también: intensidad musical y Sonoridad.
La intensidad del sonido se divide en intensidad física e intensidad auditiva, la primera esta
determinada por la cantidad de energía que se propaga, en la unidad de tiempo, a través de
la unidad de área perpendicular a la dirección en que se propaga la onda. Y la intensidad
auditiva que se fundamenta en la ley psicofísica de Weber-Fechner, que establece una
relación logarítmica entre la intensidad física del sonido que es captado, y la intensidad
física mínima audible por el oído humano.
Los sonidos que percibimos deben superar el umbral auditivo (0 dB) y no llegar al umbral
de dolor (140 dB). Esta cualidad la medimos con el sonómetro y los resultados se expresan
en decibelios (dB) en honor al científico e inventor Alexander Graham Bell.
El timbre
Véase también: timbre musical
Una misma nota suena distinta si la toca una flauta, un violín, una trompeta, etc. Cada
instrumento tiene un timbre que lo identifica o lo diferencia de los demás. Con la voz
sucede lo mismo. El sonido dado por un hombre, una mujer, un niño tienen distinto timbre.
El timbre nos permitirá distinguir si la voz es áspera, dulce, ronca o aterciopelada. También
influye en la variación del timbre la calidad del material que se utilice. Así pues, el sonido
será claro, sordo, agradable o molesto.
Fuentes del sonido
Referencias
1.
1. Schiffman, Harvey (2001). «4». La Percepción Sensorial. Limusa Wiley. p. 72. ISBN 968-18-
5307-5.
Bibliografía
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reproducing spatial sound properties of auditoria. Proc. of International Symposium on
Room Acoustics Design and Science (RADS), 11–13 April 2004, Kyoto, Japan. Article
L. E. Kinsler, A. R. Frey, A. B. Coppens, and J. V. Sanders, 1999. Fundamentals of Acoustics,
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Philip M. Morse and K. Uno Ingard, 1986. Theoretical Acoustics (Princeton University
Press). ISBN 0-691-08425-4
Allan D. Pierce, 1989. Acoustics: An Introduction to its Physical Principles and Applications
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Pompoli, Roberto; Prodi, Nicola (April de 2000). «Guidelines for Acoustical Measurements
inside Historical Opera Houses: Procedures and Validation». Journal of Sound and
Vibration 232 (1): 281–301. doi:10.1006/jsvi.1999.2821.
D. R. Raichel, 2006. The Science and Applications of Acoustics, second edition (Springer).
eISBN 0-387-30089-9
Rayleigh, J. W. S. (1894). The Theory of Sound. New York: Dover. ISBN 0-8446-3028-4.
E. Skudrzyk, 1971. The Foundations of Acoustics: Basic Mathematics and Basic Acoustics
(Springer).
Stephens, R. W. B.; Bate, A. E. (1966). Acoustics and Vibrational Physics (2nd edición).
London: Edward Arnold.
Wilson, Charles E. (2006). Noise Control (Revised edición). Malabar, FL: Krieger Publishing
Company. ISBN 1-57524-237-0. OCLC 59223706.
Enlaces externos
La altura o tono. Está determinado por la frecuencia de la onda. Medimos esta característica en
ciclos por segundos o Hercios (Hz). Para que podamos percibir los humanos un sonido, éste debe
estar comprendido en la franja de 20 y 20.000 Hz. Por debajo tenemos los infrasonidos y por
encima los ultrasonidos.
La intensidad. Nos permite distinguir si el sonido es fuerte o débil. Está determinado por la
cantidad de energía de la onda. Los sonidos que percibimos deben superar el umbral auditivo (0
dB) y no llegar al umbral de dolor (140 dB). Esta cualidad la medimos con el sonómetro y los
resultados se expresan en decibeles (dB).
La duración. Esta cualidad está relacionada con el tiempo de vibración del objeto. Por ejemplo,
podemos escuchar sonidos largos, cortos, muy cortos, etc..
El timbre. Es la cualidad que permite distinguir la fuente sonora. Cada material vibra de una
forma diferente provocando ondas sonoras complejas que lo identifican. Por ejemplo, no suena lo
mismo un clarinete que un piano aunque interpreten la misma melodía.
1500 m/s.
4
¿Cuál es la velocidad de propagación del
sonido?
Hoy intentaré disipar algunos mitos y errores que existen alrededor de cuál es la velocidad
de propagación del sonido y explicarles de forma clara y simple cómo ocurre este
fenómeno.
La velocidad del sonido varía en función del medio en el que se transmite, y observar la
forma en que se propaga en un medio puede ayudar a entender mejor algunas de las
propiedades de ese medio de transmisión. La velocidad del sonido también varía cuando se
producen cambios de temperatura en el medio en que se transmite. Esto se debe a que un
aumento de la temperatura ocasiona un aumento de la frecuencia con que se producen las
interacciones entre las partículas que transportan la vibración, lo que se traduce en un
aumento de la velocidad de la onda.
Generalmente la velocidad del sonido es mayor en los sólidos que en los líquidos mientras
que en estos últimos es superior que en los gases. Esto se debe a que mientras más sólida es
la materia, los enlaces atómicos en ella tienen mayor grado de cohesión favoreciendo así
transmisión de la onda sonora.
5 PROPAGACIÓN DEL
SONIDO
Una oscilación que se propaga en un medio (con velocidad finita) recibe
el nombre de onda. Dependiendo de la relación que exista entre el
sentido de la oscilación y el de la propagación, hablamos de ondas
longitudinales, transversales, de torsión, etc. En el aire el sonido se
propaga en forma de ondas longitudinales, es decir, el sentido de la
oscilación coincide con el de la propagación de la onda.
Medio
Para que una onda sonora se propague en un medio, éste debe cumplir
como mínimo tres condiciones fundamentales: ser elástico, tener masa e
inercia.
Propagación
Ondas estacionarias
Dada una frecuencia que genera una onda estacionaria, los múltiplos de
dicha frecuencia (es decir los armónicos) también producirán ondas
estacionarias. El orden del armónico determinará la cantidad de nodos
que se producen. Por ejemplo, el primer armónico generará un nodo, el
segundo dos y así sucesivamente.
Aparte del interés del estudio del propio sonido, su propagación en un medio puede servir
para estudiar algunas propiedades de dicho medio de transmisión.
Aunque la velocidad del sonido no depende del tono (frecuencia) ni de la longitud de onda
de la onda sonora, sí es importante su atenuación. Este fenómeno se explica por ley
cuadrática inversa, que explica que cada vez que se aumenta al doble la distancia a la fuente
sonora, la intensidad sonora disminuye.
La velocidad del sonido varía dependiendo del medio a través del cual viajen las ondas
sonoras.
La velocidad del sonido varía ante los cambios de temperatura del medio. Esto se debe a
que un aumento de la temperatura se traduce en que aumenta la frecuencia con que se
producen las interacciones entre las partículas que transportan la vibración y este aumento
de actividad hace que aumente la velocidad.
Por ejemplo. sobre una superficie nevada, el sonido es capaz de desplazarse atravesando
grandes distancias. Esto es posible gracias a las refracciones producidas bajo la nieve, que
no es medio uniforme. Cada capa de nieve tiene una temperatura diferente. Las más
profundas, donde no llega el sol, están más frías que las superficiales. En estas capas más
frías próximas al suelo, el sonido se propaga con menor velocidad.
En general, la velocidad del sonido es mayor en los sólidos que en los líquidos y en los
líquidos mayor que en los gases.
Índice
1 Medios de propagación
2 Velocidad del sonido en los gases
3 Velocidad del sonido en los sólidos
4 Velocidad del sonido en los líquidos
5 Véase también
6 Referencias
Medios de propagación
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Animación 3D de un avión rompiendo la barrera del sonido, superando los 1234,8 km/h
La velocidad del sonido varía dependiendo del medio a través del cual viajen las ondas
sonoras.
La velocidad del sonido varía también ante los cambios de temperatura del medio. Esto se
debe a que un aumento de la temperatura se traduce en un aumento de la frecuencia con que
se producen las interacciones entre las partículas que transportan la vibración, y este
aumento de actividad hace aumentar la velocidad.
Por ejemplo, sobre una superficie nevada el sonido es capaz de desplazarse atravesando
grandes distancias. Esto es posible gracias a las refracciones producidas bajo la nieve, que
no es un medio uniforme. Cada capa de nieve tiene una temperatura diferente. Las más
profundas, donde no llega el sol, están más frías que las superficiales. En estas capas más
frías próximas al suelo, el sonido se propaga con menor velocidad.
En general, la velocidad del sonido es mayor en los sólidos que en los líquidos y en los
líquidos es mayor que en los gases. Esto se debe al mayor grado de cohesión que tienen los
enlaces atómicos o moleculares conforme más sólida es la materia.
La velocidad del sonido en el aire (a una temperatura de 20 °C) es de 343 m/s. Si deseamos
obtener la equivalencia en kilómetros por hora podemos determinarla mediante la
siguiente conversión física: Velocidad del sonido en el aire en km/h = (343 m/1 s) ·
(3600 s/1 h) · (1 km/1000 m) = 1234,8 km/h.
En el aire, a 0 °C, el sonido viaja a una velocidad de 331,5 m/s (por cada grado Celsius que
sube la temperatura, la velocidad del sonido aumenta en 0,6 m/s)
En el agua (a 25 °C) es de 1493 m/s.
En la madera es de 3700 m/s.
En el hormigón es de 4000 m/s.
En el acero es de 6100 m/s.
En el aluminio es de 6400 m/s.
z
Intensidad de sonido
La intensidad de sonido se define como la potencia acústica transferida por una onda
sonora por unidad de área normal a la dirección de propagación:
Índice
En el caso de una onda esférica que se transmite desde una fuente puntual en el espacio
libre (sin obstáculos), cada frente de onda es una esfera de radio r. En este caso, la
intensidad Acústica es inversamente proporcional al área del frente de onda (A), que a su
vez es directamente proporcional al cuadrado de la distancia a la fuente sonora.
I=P/A.
La unidad utilizada por el Sistema Internacional de Unidades es el vatio por metro cuadrado
(W/m²).
El oído humano tiene la capacidad de escuchar sonidos a partir de una intensidad de 10-
12
W/m². Esta intensidad se conoce como umbral de audición. Cuando la intensidad supera
1 W/m², la sensación se vuelve dolorosa.
Dado que en el rango de intensidades que el oído humano puede detectar sin dolor hay
grandes diferencias en el número de cifras empleadas en una escala lineal, es habitual
utilizar una escala logarítmica. Por convención, en dicha escala logarítmica se emplea como
nivel de referencia el umbral de audición. La unidad más empleada en la escala logarítmica
es el decibelio.
Referencias
Véase también
El enfoque más común para la medición de la intensidad del sonido es el uso de la escala de
decibelios:
Los decibelios miden la relación de una intensidad dada I con la intensidad del umbral de
audición, de modo que este umbral toma el valor 0 decibelios (0 dB). Para evaluar el
volumen del sonido, como distintivo de una medida de intensidad objetiva, se debe
ponderar con la sensibilidad del oído.
¿Cómo se mide el sonido?
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¿Sabes cómo se mide el sonido? -A diario escuchamos sobre decibelios, hertz, ondas...
muchos conceptos entreverados que puede que no sepamos muy bien qué significan. No te
preocupes, es más sencillo de lo que parece. Sigue leyendo para descubrir cómo se mide el
sonido.
En un mundo en que parece no haber silencio, los oídos son uno de los sentidos que más
usamos, junto con la vista.
El sonido es una vibración del aire o del agua -nunca se puede producir en el vacío-, que
llega a nuestra oreja, hace que esta vibre, y de esa forma escuchamos algo. Esta vibración
se realiza en forma de ondas sonoras.
Altura: nos permite distinguir entre un sonido agudo y uno grave. Se mide en Hertz (Hz,
frecuencia)
Timbre: nos permite reconocer las características de la fuente sonora (si es un
instrumento de cuerda, de metal, una voz... cada uno tendrá sus características propias: el
sonido puede ser más brillante, opaco, aterciopelado, metálico, etcétera)
Intensidad: Nos permite reconocer un sonido fuerte de uno débil o suave (comunmente lo
conocemos como "volumen" en los equipos de sonido). Se mide en decibelios (dB)
Esas son las las tres principales, pues son propios de lo sonoro. Pero hay otros dos factores,
que coinciden con la variable Tiempo y Espacio (que por cierto, rige a todas las cosas):
Duración (podemos distinguir un sonido largo de uno corto) y Espacialidad (somos
capaces de reconocer de dónde proviene un sonido, si de la izquierda, la derecha, arriba,
abajo, cercano o lejano).
Por lo tanto, los sonidos pueden ser medidos de distintas formas. Algunos medidores nos
pueden determinar la intensidad, mientras que otros nos permiten reconocer la altura, la
duración, o muchas cualidades a la vez.
El oído humano es capaz de captar las ondas coprendidas entre los 20 Hertz y los 20.000
Hertz (aproximadamente). Las ondas que están por debajo de los 20 Hertz
(aproximadamente) son sonidos tan graves que nuestro oido no es capaz de captarlas y las
conocemos como Infrasonido. Por otra parte, las ondas más cortas (más agudas, mayores a
los 20.000 Hz) las conocemos como Ultrasonido. Tampoco las podemos captar con
nuestro oído, pero otros animales como los murciélagos las suelen utilizar para sus vuelos
nocturnos.
Debemos tener en cuenta también que el oído humano no es igualmente sensible a los tonos
diferentes en un mismo nivel de presión, ya que son diferentes frecuencias. A esto se le
llama sonoridad. Para medir esto se utilizan las ondas isofónicas, que relacionan el tono de
un sonido en dB con su nivel de sonoridad subjetiva (como dijimos, entre los 3 kHz y los
20kHz el oído es más sensible, por encima y por debajo de estos valores no).
Cómo se mide la intensidad del sonido
El primer medidor: el microPa
En este nuevo rango, el esquema de audición humano iría de los 0 dB a 120-140 dB, en los
que ya notamos dolor en los oídos. En 0 dB está el sonido más bajo que podemos escuchar,
y significa casi silencio absoluto. Una conversación normal está aproximadamente en los
60 dB, un concierto de rock en los 120 dB, y un disparo de un arma en 140 dB.
A partir de los 85 dB podemos tener pérdidas auditivas: podemos identificar este nivel
cuando para conversar tenemos que levantar la voz. Ocho horas al día con esta intensidad
causa daños en los oídos.
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Por lo general, las mediciones de sonido siempre deben hacerse en dB, pero en caso de que
estemos hablando de la audición humana, es importante hacerlo también relacionado a este
valor subjetivo.
El daño auditivo depende del nivel del sonido y del tiempo de exposición al mismo.
También debemos tener en cuenta que la distancia afecta la intensidad del sonido: si
estamos lejos de él, la potencia disminuye.
Los dejo con una pregunta para reflexionar: si un árbol cae en un bosque, y no hay nadie
para oírlo, ¿hay sonido?