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Prehistoria y Primeras Civilizaciones
Prehistoria y Primeras Civilizaciones
Caballo bicromo
Longitud, 180 c m .
MagdalenienseV
( 1 1 0 0 0 - 1 0 0 0 0 a. G ) .
Estilo IV ( L e r o i - G o u r h a n ) .
C u e v a d e Tito (Justillo
( R i b a d e s e l l a , Asturias).
PREHISTORIA Y PROTOHISTORIA
llar con otra —percutor duro— o con un trozo de madera
o hueso —percutor blando—, lo que daba como resultado
herramientas de facturas muy variadas, de acuerdo al uso
previsto.
Para el estudio del Paleolítico, atendiendo a los dife-
rentes tipos de útiles de piedra tallada que aparecen a lo
largo de los siglos que abarca, tres son los períodos en que
ha sido dividido: Paleolítico Inferior, Paleolítico Medio y
Paleolítico Superior.
E L PALEOLÍTICO I N F E R I O R
En el Paleolítico Inferior se distinguen en la actualidad
dos grandes períodos: el antiguo Chelense (por el yaci-
miento de Chelles, al este de París, cerca de la desembo-
cadura del Mame, que tiende a ser sustituido por el Abe-
villense) y el Achelense (por el yacimiento de Saint
Acheul, barrio de Amiens, en el valle del Somme). A l
final del primero, el Homo habilis, cuya capacidad cranea-
na se calculaba entre los 700 y los 800 centímetros cúbicos,
superó la pebble culture, así denominada por la utilización
de los guijarros trabajados: pebble-tools, choppers y chopping-
tools, e inició la fabricación de bifaces o hachas de mano,
los útiles característicos del Abevillense. En los nuevos úti-
les, muy toscos al principio, se advierte por vez primera la
noción de la simetría bilateral y bifacial, lo que denota un
notable progreso conceptual y técnico.
Durante el Achelense, período del que fue protagonis-
ta el Homo erectus (Pitecántropos, Sinántropos, Arcan-
tropos) y que coincidió con la fase final del interglacial
Mindel-Riss, la industria lítica se perfeccionó y enriqueció
sustancialmente, como lo atestiguan no sólo los bifaces de
experta factura y formas variadas (lanceoladas, amigdaloi-
des, discoidales), sino también el empleo generalizado de
lascas de tipos diversos: raederas, raspadores, puntas, den-
ticuladas, hendedores, etc.
Los sistemas de vida de los individuos de esta especie,
cuyo volumen cerebral había ascendido a los 870, e inclu-
so a los 1.075 centímetros cúbicos, debieron de ser muy pre-
Bifaz del Paleolítico Inferior genes, se convirtieron en los símbolos iniciales del lenguaje carios. Agrupados en familias naturales, ocuparon abrigos
procedente de Córdoba artístico. Por otro lado, los avances tecnológicos de exca- y cuevas siempre próximos a las orillas de los ríos y lagos,
Córdoba, Museo
vación y datación aplicados a la Prehistoria y la Arqueo- siendo su alimentación producto de la recolección de plan-
Arqueológico.
logía —estudios estratigráficos, carbono-14 (para fechas a tas silvestres, es decir, más herbívora que carnívora. Sin em-
partir de los -40000 años), potasio-argón (análisis de rocas bargo, a juzgar por los restos óseos de animales aparecidos
desde -500000 años), torio excedente, torio-uranio, pro- en sus lugares de habitación, pronto sus platos favoritos fue-
actinio-torio, palinología, etc.— han suministrado datos ron los derivados del botín de la caza mayor, sin desdeñar
muy fiables a la hora de establecer criterios cronológicos. en los momentos difíciles y de escasez la captura de anima-
Sin embargo, los materiales más significativos para com- les pequeños. La cultura Achelense se extendió por África
prender los avances artesanales y creadores del hombre si- (Etiopía, Tanzania y Argelia), Europa (península Ibérica,
guen siendo los útiles Uticos usados en su vida cotidiana. Francia, Bélgica) y Asia (Irán, India), con fórmulas de vida
En su fabricación, llegó a alcanzar una gran precisión y que alcanzaron su pleno desarrollo en etapas posteriores.
maestría, dando muestras no sólo de una gran habilidad, sino Culminó con la llamada fase Micoquiense, caracterizada
también de un gusto especial por la obra bien hecha, afán por el uso de bifaces de menor tamaño y una gran cantidad
que caracteriza al estadio cultural previo a la aparición de de lascas. Entre el Achelense canónico y el Paleolítico
las manifestaciones artísticas propiamente dichas. Los ma- Medio, aún se han señalado varios períodos intermedios,
teriales empleados, aparte de la piedra, fueron el hueso y marcados por el empleo de lascas variadas, cuyo perfeccio-
el marfil, sobre todo para la fabricación de figuritas y ob- namiento utilitario se produjo progresiva y aceleradamen-
jetos de adorno. Constituyen, en su conjunto, la llamada te. De entre ellos, merecen ser destacados el Clactoniense,
industria ósea o industria «osteodontoquerática» (según el Tayaciense y, sobre todo, el Levalloisiense, cuyos nom-
Dart). De los utensilios fabricados con madera, material bres se derivan, como todos los relativos a este período, de
que debió de utilizar con gran profusión y para múltiples importantes yacimientos franceses.
usos, no queda, obviamente, el menor vestigio. La cueva conocida con el nombre de la Caune de
Las piedras preferidas para la fabricación de las herra- l'Agaro, sita en los Pirineos orientales, a 19 kilómetros al
mientas fueron el sílex y la cuarcita, aunque también se noroeste de Perpiñán, puede servir de ejemplo para en-
usaron otras tales como la ofita e incluso las calizas loca- tender lo que debió de ser la vida cotidiana de los cazado-
les. El sílex ofrece una compacta estructura y la posibili- res paleolíticos, entre los -550000 y -440000 años, antes
dad de obtener en la pieza bordes afilados y cortantes, lo de la conquista del fuego. Instalados en el interior de la
que era esencial para un uso eficaz. La fabricación de estos cueva, a unos diez metros de la entrada, manipularon el es-
útiles se realizaba golpeando la piedra que se deseaba ta- pacio natural de su vivienda con objeto de obtener un
PREHISTORIA Y PROTOHISTORIA 7
Restos de enterramientos igualmente interesantes se ha-
llaron en Asia Menor, en tierras de Palestina, la India e in-
cluso China, coincidiendo con las rutas de emigración y dis-
persión de los neandertales. De entre todos los del área
oriental, ninguno tan interesante como el de la gruta de
Shanidar (Irak), donde fueron encontrados siete esqueletos
de épocas diferentes (entre -70000 y -45000). Además de
un hombre inhumado en un lecho de flores (anémonas,
múscaris, malvarrosas y hierba cana), se encontraron los res-
tos de otros seis individuos, de los que tres fueron, proba-
blemente, víctimas de un derrumbamiento de rocas o acci-
dente traumático. Uno tenía amputado el brazo derecho y
otro debió de morir aplastado cuando se estaba reponiendo
de unafracturade costillas. Por último, en Shanidar fue en-
terrado también un niño, junto al cual se encontró la deli-
cada ala de una mariposa.
Las industrias musterienses experimentaron también un
importante avance técnico. Gracias a los trabajos iniciados
por Francois Bordes, en 1947, en el sudoeste francés, se han
llegado a distinguir cinco grupos diferentes entre las indus-
trias de este período: 1) Musteriense de tipo Achelense.
2) Musteriense de tipo Quina o Charentiense (yacimiento
sito en La Charente). 3) Musteriense de tipo La Ferrasie
(Dordoña). 4) El Musteriense con denticulados. 5) El Mus-
teriense del tipo Le Moustier. Esta clasificación, referida
siempre a los yacimientos de Aquitania, es válida, no obs-
Cráneo d e Cibraltar, Homo dos se advierten claros indicios de acondicionamiento del tante, para todas las industrias de este período en la Europa
sapiens neanderthalensis, espacio interior. Restos de un importante conjunto de caba- occidental, donde se suelen repetir los mismos tipos de uti-
d e s c u b i e r t o e n 1 8 4 8 e n el
nas se han encontrado en Trécassats, en Vaucluse, pero la ca- llaje. Sin embargo, en la Europa meridional es frecuente la
y a c i m i e n t o d e Forbe's
bana mejor conservada del Musteriense final (-50000 años) aparición de modelos específicos. Así, en el norte de Espa-
Quarry d e Gibraltar
(de - 1 1 0 0 0 0 a - 3 5 0 0 0 artos) es la de Molodovo (Ucrania). De planta oval (10 x 7 m), es- ña se da una variante muy particular que ha recibido el
Paleolítico M e d i o . taba rodeada de huesos de mamut, omóplatos, pelvis, man- nombre de «Vasconiense».
Londres, M u s e o Británico. díbulas y huesos largos, excepto en las dos aberturas opues-
tas que sirvieron de puertas. Repartidos en su interior se
hallaron restos de hasta quince hogares.
En el orden espiritual, debieron de producirse igualmente
notables transformaciones. Los restos hallados demuestran EL PALEOLITICO SUPERIOR
que los neandertales practicaron la inhumación de los ca-
dáveres, lo que supone una clara conciencia del hecho de la En esta última etapa del Paleolítico, el protagonista es ya
muerte. Además, parece ser que existió un culto al cráneo el Homo sapiens sapiens, de características semejantes a las
(cráneo infantil de Teshik Tach, en Uzbekistán; cráneo de del hombre actual. Su aparición coincidió con los momen-
Guattari, en el monte Circeo, cerca de Roma, etc.) y, tam- tos finales de la última glaciación, el Würm IV, en torno a
bién, al oso (cueva de Montespan, Alto Garona). A l mismo los -40000 años. A partir de esa fecha, fueron muchas las
tiempo, los amontonamientos de restos óseos encontrados transformaciones socioeconómicas y culturales que se si-
en determinados yacimientos (Krapina, en Yugoslavia; guieron. Entre todas ellas, la más importante fue, sin duda,
cueva del Hortus, en Languedoc, Francia) presentan hue- la aparición de las primeras manifestaciones artísticas. Por sí
llas inequívocas de que, en ocasiones, se practicó el caniba- solas constituyen un testimonio inapreciable de la capacidad
lismo, tal vez un canibalismo de carácter ritual. intelectual y creadora de quien ya podía plasmar en imáge-
De entre los yacimientos que mejor documentan el in- nes el acervo de su mundo espiritual. A tenor de lo que fue-
cipiente culto a los muertos, se encuentran el de la Chape- ron sus creaciones artísticas, estuvieron los adelantos tecno-
Ue-aux-Saints (Corrége) y el del abrigo de La Ferrasie lógicos aplicados no sólo al acondicionamiento de las cuevas
(Dordoña), ambos en Francia. En el primero, los abates y lugares de habitación, sino sobre todo a la fabricación de
Bouyssonie y Bardon hallaron en 1908 el esqueleto de un útiles, cada vez más perfectos y especializados, tanto de pie-
hombre que fue enterrado en una fosa, acostado de lado, con dra como de hueso. Sin embargo, el arte mueble y el arte ru-
las piernas encogidas y giradas hacia la derecha. En su en- pestre son los temas de interés primordial en este período,
torno se encontraron fragmentos de huesos largos y la pata hasta el punto de que sitúan en un segundo plano muchos
posterior de un bóvido, posiblemente los restos de las piezas de los interesantes aspectos relacionados con los medios y sis-
de caza que se le ofrecieron para ser consumidas en su viaje temas de vida, siempre en constante evolución hacia formas
al más allá. El cráneo era muy voluminoso y, a pesar del de- más complejas, a pesar de losrigoresdel clima.
sarrollo del arco supraorbital, su capacidad craneana se ha El Homo sapiens sapiens no puede considerarse como una
calculado en unos 1.625 centímetros cúbicos, superior por evolución del Homo sapiens neanderthaiis, cuya desaparición
lo tanto a la media del hombre moderno, que está entre los progresiva se produjo por causas aún desconocidas. Tal vez
1.350 y 1.450 centímetros cúbicos. En el segundo, también fue toda una serie de graves trastornos los que afectaron sus
excavado en 1908, se encontró un depósito funerario com- habituales sistemas de vida, entre ellos un insuperable ais-
puesto por seis enterramientos de neandertales que conte- lamiento geográfico que determinó su extinción, o incluso
nían los restos de un hombre, una mujer, tres niños, un feto los límites intelectivos de la propia especie. Tan sólo en la
y otro niño de unos cinco años. Este importante conjunto zona de Palestina, a partir del -60000, la pervivencia de al-
funerario, tanto por la disposición de las fosas como por los gunos neandertales de características especiales permite su-
útiles de sílex aparecidos sobre los esqueletos y los huesos de poner un proceso de evolución progresiva hacia un típico
los animales, demuestra que las inhumaciones obedecían a físico de hombre semejante al actual.
ritos que reflejaban ya una clara inquietud por el trance de El Homo sapiens sapiens se ha considerado el resultado de
la muerte y la vida de ultratumba. una evolución a partir de un nivel paleantropoide, y su re-
su imagen y movimientos. Su cerebro no pesaba mucho pequeños y cantos de considerable tamaño, tal vez emplea-
más que el de sus predecesores, ya que el de algunos nean- dos como «piedras calientes» para múltiples usos, tal y como
dertales alcanzó una capacidad de hasta 1.650 centímetros se siguen utilizando hoy en día en tribus que aún viven en
cúbicos, pero en cambio la forma de su cráneo era com- estadios de cultura primitiva. En las zonas de talleres, donde
pletamente distinta. El amplio córtex frontal se hizo sede aparecen no sólo los restos de piezas trabajadas, sino también
de la conciencia lúcida, de la reflexión, de la previsión y los núcleos y lascas aún sin desbastar, había asimismo hoga-
del dominio de sí mismo. En Europa, es conocido con el res, con frecuencia alineados para ampliar el efecto calorífi-
nombre genérico de hombre de Cro-Magnon, en atención co en el lugar de trabajo. En dichos talleres, además de la
a los restos de un anciano, de hace unos -30000 años, ex- talla de la piedra, se procedería al raspado y curtido de las pie-
humados en 1868 en la Cueva de Cro-Magnon, en Les Ey- les para la confección de piezas de abrigo y vestido.
zies, en el municipio de Tayac (Dordoña, Francia). De crá- En el interior de las cuevas es fácil encontrar amonto-
neo dolicocéfalo y con una altura de 1,82 metros, pasó a namientos de huesos de animales, seleccionados según for-
convertirse en el prototipo del Homo sapiens sapiens, aun- mas y tamaños: costillas de caballo, defensas de mamut, etc.,
que los restos fósiles de esta especie sean muy numerosos lo que demuestra la capacidad clasificadora del hombre, a
y presenten entre ellos notables variantes. la vez que su sentido previsor al hacer acopio de materiales
Las culturas del Paleolítico Superior europeas son las básicos para su industria. Asimismo, se suelen hallar vesti-
más conocidas; sin embargo, el Homo sapiens sapiens ocupó gios de los enlosados o enguijarrados con que se pavimen-
también África (donde sus industrias pueden encontrarse taron las zonas próximas a las cuevas para evitar la hume-
a partir del -30000), Asia, India, China e, incluso, Japón dad, y restos de los basureros donde eran quemados los
(desde el -20000). Su entrada en tierras de América, a tra- sobrantes de comidas y otras materias orgánicas para pre-
vés del estrecho de Bering, se produjo en fechas aún muy servar la limpieza e higiene de los campamentos.
discutidas (-22000 a -7000), en oleadas sucesivas y en las La instalación más antigua de este período se encontró
épocas en que el nivel de los océanos tuvo que encontrar- en Arcy-sur-Cure (Francia), en un nivel chatelperronien-
se muy por debajo del actual. Sus principales restos fósiles se de la gruta del Reno. Varias losas calcáreas rodeaban una Sala de los toros d e la c u e v a
en Europa son: el hombre de Combe-Capelle (municipio superficie circular de 4 metros de diámetro, sobre la que se de Lascaux
de Montferrand) y el ya citado de Cro-Magnon, ambos en asentó una tienda de pieles, sostenida por defensas de (Montignac, Dordoña).
Paleolítico Superior.
Dordoña; los hombres de Grimaldi, cuyos restos aparecie- mamut. Restos de una gran cabana de 80 metros cuadra- Solutrense o Magdaleniense
ron en unas cuevas situadas en la Liguria italiana, junto a dos, posiblemente ya construida con ramas, se encontró en a n t i g u o ( h a c i a 1 5 0 0 0 a. C ) .
la frontera con Francia (cuevas de Cavillon, cueva de Baou- el yacimiento de Foumeau du Diable, en Dordoña. Estilo III ( L e r o i - C o u r h a n ) .
PREHISTORIA Y PROTOHISTORIA 1 1
nula (reposo total), animación simétrica (gran movi-
miento), animación segmentaria (movimiento parcial) y
animación coordinada (movimiento de las cuatro extre-
midades).
Las figuras humanas son muy raras y singulares. Las
representaciones femeninas más antiguas son las vulvas
que aparecen grabadas en las rocas (Auriñaciense),
muestra evidente de un incipiente culto a la fecundidad
o a la maternidad, consecuencia directa de la observa-
ción reflexiva del parto de los seres vivos, el acto gene-
rador de vida si el proceso sigue su curso normal. Más
tarde hicieron su aparición las llamadas venus, estatui-
llas femeninas de voluminosos contornos, exentas o en
relieve. Los brujos o enmascarados son figuras antropo-
morfas con miembros o atributos zoomorfos, que se han
asociado a actos rituales o de magia propiciatoria, y que
forman parte de composiciones pictóricas fechables en
el Magdaleniense.
Los signos que, solos o mezclados con las figuras, se re-
piten constantemente a lo largo de todo el Paleolítico, son
de formas muy variadas: puntos, bastoncillos, de formas
Figura d e caballo tudios sobre este tema. Las lámparas portátiles eran de are- cuadrangulares o rectangulares, con divisiones internas, lí-
C u e v a d e Tito Bustillo nisca roja, y algunas presentan indicios de haber estado de- neas, cruces, etc. Se conocen con el nombre genérico de
( R i b a d e s e l l a , Asturias).
coradas, mientras que otras sólo conservan restos de ocre. tectiformes y sus interpretaciones han sido muchas y muy
Son varios los yacimientos en que han aparecido algunas diversas (cabanas, empalizadas o cercos, trampas, simples
de ellas: Le Moustier, Charente, La Mouthe, Altamira, etc. señales, etc.), sin que ninguna de ellas pueda ser conside-
Los materiales utilizados como colorantes fueron pig- rada como definitiva. Lo que sí es cierto es que algunos de
mentos naturales machacados en morteros de cuarcita con estos signos, por ser específicos de unas determinadas
ayuda de un machacador, y después extendidos sobre pa- zonas, han servido de indicadores cronológicos para fijar
letas de piedra (planas o redondas), en las oquedades óseas la facies cultural en la que aparecen.
de los grandes mamíferos o en simples conchas marinas. En el marco de las teorías propuestas por Leroi-Gourhan
Dichos pigmentos eran el ocre, que proporcionaba el rojo y Laming-Emperaire, fueron divididos en signos de carácter
y el pardo oscuro; el caolín y la caliza blanca; los óxidos de femenino y masculino y, en consecuencia, asociados a los
hierro (limonita y hematites), para los tonos naranja y rojo animales que, en cada caso, representaban a cada uno de
claro; el carbón vegetal y el bióxido de manganeso, para estos dos principios sexuales. Las figuras zoomorfas, a tenor
los negros. Como aglutinante se empleó el agua, la grasa de su frecuencia de aparición, fueron agrupadas por estos dos
animal o vegetal, ciertas resinas y la cola de pescado, lo- investigadores en cuatro grandes grupos: A ) caballos (prin-
grándose a veces una adherencia y una consistencia de gran cipio masculino); B) grandes bóvidos, bisontes y uros
calidad, capaces, en suma, de resistir el paso de los milenios. (principio femenino); C) ciervo y cierva, mamut, cabra
El dibujo de las figuras se realizaba con simples trazos montes o reno (carácter complementario); D) osos, felinos
lineales, continuos o discontinuos, o por medio de impre- y rinocerontes (carácter complementario). Atendiendo a
siones de puntos, probablemente realizados con los dedos estos principios básicos, los signos se asociaron de acuerdo
(técnica del tamponado). Los colores debieron de aplicar- con la organización espacial dominante, compuesta por ani-
se después con brochas o pinceles, hechos con pelos de males de los grupos A y B, rodeados por los correspondien-
animales o crines de caballos. Los grabados se realizaron tes a los C y D. Los signos dentados, los bastoncillos, líneas
por medio de incisiones, con las cuales se lograba, en mu- y puntos, fueron considerados de carácter masculino y, por
chos casos, un efecto de realce. En general, los relieves lo tanto, asociables o sustitutivos de los animales del grupo
sobre roca aparecen en la entrada de las cuevas, mientras A. Los triángulos, rectángulos, signos en forma de reja, ova-
que las figuras modeladas en arcilla se encuentran en salas les y claviformes, de carácter femenino, en corresponden-
más profundas, donde el grado de humedad hacía posible cia, por lo tanto, con los animales del grupo B.
su mejor y más prolongada conservación. Especial atención han merecido las huellas de manos
En su conjunto, los temas figurativos del arte paleolí- realizadas por impresión sobre las paredes rocosas de al-
tico presentan una aparente homogeneidad. El foco de gunas cuevas, es decir, con la mano impregnada en color
atención prioritaria fue, sin duda, el mundo animal, base y apoyada directamente sobre el paramento (manos posi-
de la subsistencia y economía de este período. Las imá- tivas), o silueteadas con un halo o utilizando plantillas
genes de los animales que el hombre cazaba, y con los que (manos negativas). Predominan las manos izquierdas, ge-
estaba familiarizado, poblaron su mente tanto en estado neralmente negras, y a muchas de ellas les faltan dedos o
de vigilia y acecho como en sus fases de sueño, convir- parte de ellos, particularidad que ha provocado numero-
tiéndose, a la postre, en su fuente de inspiración artísti- sas hipótesis, entre ellas la de posibles mutilaciones ritua-
ca. Los más frecuentes son los caballos y bisontes, segui- les o, incluso, la de padecimiento de una determinada en-
dos por los ciervos, renos y cabras monteses. Los fermedad (de Raymond) capaz de producir la necrosis de
rinocerontes, mamuts, osos y felinos aparecen en conta- las falanges. Ultimamente se ha barajado la posibilidad,
das ocasiones, y sólo en casos excepcionales, los pájaros más verosímil, de que se trate de dedos doblados, de acuer-
y los peces. Motivo de admiración sigue siendo, en cual- do con determinados códigos, para la transmisión de men-
quier caso, la exactitud anatómica de las representacio- sajes por medio del lenguaje manual (G. Luquet, Sainty-
nes de estos animales, fruto no sólo de la simple obser- ves, Leroi-Gourhan, etc.). Las representaciones de estas
vación cinegética, sino, principalmente, de las faenas de manos se encuentran en todo tipo de culturas. En Europa
desollado y despiece. Las figuras de animales pueden apa- se han localizado en una veintena de cuevas, destacando
recer en grupos, formando composiciones que a veces de- entre ellas las cuevas de Gargas, en el Pirineo francés, y
coran grandes paneles, o aisladas. Su actitud puede ser la la de Maltravieso, en Extremadura.
de reposo o la del más vivaz movimiento. Así, Leroi- Por lo que respecta a la evolución estilística del arte
Gourhan distingue cuatro tipos de animación: animación paleolítico, fue el abate Breuil (Quatre cent siécles d'art pa-
La cueva de Niaux, sita en el valle del río Vicdessos, es arte mobiliar. En la región cantábrica, el número de cuevas (Ariége, Francia).
Magdaleniense medio
conocida desde el siglo X V I I I . Se compone de largas gale- localizadas en la actualidad casi llega al centenar. En As- ( h a c i a 1 2 0 0 0 a. C . )
rías y su estancia más célebre, descubierta por Cartailhac, turias se localizan unas cuarenta, otras tantas en Cantabria Estilo IV A n t i g u o
recibe el nombre de Salón negro. Tiene más de un kilóme- y alrededor de la docena entre el País Vasco y Navarra. De (Leroi-Gourhan).
tro de longitud, y en seis paneles decorados se presenta un las asturianas, en el valle del Nalón la más importante es la
variado repertorio zoomorfo: bisontes, caballos, cabras, etc. de San Román de Candamo, estudiada ya, en su día, por
Son figuras trazadas con contornos en negro y rodeadas de E. Hernández Pacheco. En su sala, conocida con el nom-
signos rojos (Estilo IV Antiguo). bre de El Camarín, aparecen seis zoomorfos: un bisonte, dos
La cueva de Trois Fréres se halla en Montesquieu- cabezas de caballo, un caballo, una yegua de abultado vien-
Avants, sobre el curso en parte subterráneo del río Volp. Es tre, posiblemente en estado de gravidez, y una cabeza de
conocida, sobre todo, por sus figuras antropomorfas de bru- toro. En un panel con grabados y pinturas destaca un cier-
jos o hechiceros que permiten intuir el mundo de la magia vo herido por venablos y un toro cuya longitud alcanza los
y el ritual del Magdaleniense. Es, en realidad, un laberinto dos metros (Estilo III). Junto al río Sella fue descubierta en Tectiformes y s í m b o l o s varios
de galerías, en las cuales aparecen unos 300 grabados. La 1968 la cueva de Tito Bustillo (o el Ramu). Es una larga ga- d e difícil y d i s c u t i d a
Galería del hemión, la Galería de las lechuzas y el Santuario son lería de unos 800 metros en foma de «Y», y varios diver- interpretación
C u e v a del C a s t i l l o (Puente
sus más valiosas dependencias. En esta última, es decir, en tículos. Cuenta con un gran panel de caballos y renos bicro-
Viesgo, Cantabria).
el fondo de la cueva, se encuentran los hechiceros o brujos, mos, grabados y pinturas dispersas, junto con varios signos Solutrense o Magdaleniense
junto con todos los símbolos de carácter masculino. Lucen sexuales, representados en el santuario (Estilo IV). La cueva antiguo ( 1 7 0 0 0 - 1 5 0 0 0 a. C . )
cornamenta de ciervo, cola de caballo y sexo de felino.
Aparte de las expresivas lechuzas de la sala a la que dan
nombre, las especies representadas son los rinocerontes, bi-
sontes, uros, asnos salvajes, etc. (Estilo III/IV).
No lejos de esta cueva se encuentra la de Tuc d'Audou-
bert. Es una larga galería, en zigzag, que fue descubierta por
los hijos del conde Henri de Bégouén, y en ella se conserva
uno de los más famosos modelados paleolíticos: son tres fi-
guras de bisontes (dos de ellos en posición de cópula), de
unos 61 a 63 centímetros de longitud (Estilo III/IV). En el
alto Garona se encuentra la cueva de Montespan, de la que
se ha hecho célebre el caballo grabado en arcilla y con el
cuerpo acribillado de agujeros, motivo de variadas interpre-
taciones. En opinión de Leroi-Gourhan, se trata de la ex-
presión de un ceremonial teatral, ya que los agujeros se prac-
ticaron detenidamente. En Aventignan (Hautes-Pyrénées),
la cueva de Gargas ofrece el repertorio más completo de si-
luetas de manos hasta ahora conocido. Todas ellas son me-
nores que las de un hombre adulto y, al parecer, fueron efec-
tuadas con plantilla, pasando un tampón de crin, empapado
de colorante, alrededor de los dedos. El número de huellas
de manos derechas es mayor que el de las izquierdas. Son
muchas las que sólo presentan el dedo pulgar, y también hay
otras en que, desde el índice hasta el meñique, aparecen
truncados a nivel de la articulación falange-falangina. Des-
cartadas en la actualidad las mutilaciones rituales (docu-
mentadas en algunos pueblos primitivos: sioux, bosquima-
nos, etc.) y la hipótesis de una enfermedad capaz de producir
la necrosis ósea, se piensa más bien en una comunicación
simbólica o, incluso, en posible representación, sobre las pa-
redes, de los animales cuyo nombre fuera designado con un
determinado gesto manual (Estilo III).
En tierras de Euskadi son importantes las cuevas de Et-
xeberri y la de Istúriz. En esta última se han hallado pla-
unas 40 figuras, entre las que destacan, por su cuidado tra-
zado, la serie de siluetas de ciervos de color negro (Estilo
III). En la provincia de Vizcaya la cueva más importante
es la de Santimamiñe, y en la de Guipúzcoa, las de Altxe-
rri y Ekain (Estilo IV todas ellas).
ALTAMIRA
las conchas de moluscos), lo que viene a coincidir con el cia en el acabado de las extremidades y en el trazado de los
Estilo IV, al que corresponden según opinión del propio rasgos faciales, responden a convenciones artístico-reli-
Leroi-Gourhan. Cerca de la entrada hay varias superficies giosas. Algunas de ellas presentan el vientre flaccido, tal y
llenas de «macarrones», y en el interior los grabados se como queda inmediatamente después del alumbramiento,
combinan con las pinturas, correspondiéndose los dibujos y otras, en pleno estado de gravidez. A veces presentan res-
negros con el Estilo III y los grabados con el IV. tos de un modesto tocado o gorro, atisbo incipiente de la
corona o tiara que lucirán siempre las diosas madres.
Hallazgos de estas figurillas se han producido en toda
EL ARTE MUEBLE Europa: Francia, Italia, Europa central y oriental hasta las
llanuras de Siberia. Faltan, sin embargo, en la península
De forma paralela al arte rupestre se desarrolló el arte Ibérica, donde hasta son discutibles los pretendidos ejem-
mueble, así llamado porque su soporte material es un am- plares de la cueva del Pendo y de La Pileta. Así pues, tres
plio y variado conjunto de piezas móviles, de hueso, mar- son las áreas que se distinguen a la hora de fijar su tipolo-
fil o piedra, elaboradas sin más instrumento que una sen- gía y difusión: a) la región occidental: Francia, Italia y
cilla hoja de sílex o un buril con punta cortante. Las Principado de Monaco; b) región renano-danubiana; c) re-
primeras figuraciones grabadas se realizaron sobre plaque- gión oriental o rusa. Estudiadas desde 1895 por Piette y
tas de piedra, con trazos muy esquemáticos (Estilos I y II más tarde por Vernau (1925), Luquet (1934) y Passemard
de Leroi-Gourhan). Las más antiguas representaciones es- (1938), Leroi-Gourhan (1965) y Delporte (1982), han
quemáticas son genitales femeninos y algunas cabezas an- sido objeto de varias clasificaciones tipológicas, en función
tropomorfas, pero poco a poco se fue produciendo un de su estructura física y rasgos peculiares, ya que en la ac-
abandono de estos signos sexuales ante el gusto creciente tualidad son más de un centenar las figurillas conocidas.
por las representaciones zoomorfas, tanto grabadas en pla- De las llamadas venus francesas, las más importantes son
cas como talladas en marfil, sobre todo en el Magdale- las de Brassempouy y Lespugue, ambas de marfil. La prime-
niense (Estilos III y IV). ra es una delicada cabeza de mujer, hallada en la gruta del
El capítulo más notable del arte mueble es el que co- Papa (Landas, Francia) por Piette y Laporterie en 1922. Sus
rresponde a las conocidas estatuillas femeninas, desnudas, rasgos apenas si están esbozados y su cabeza parece ser que
de contornos muy voluminosos y caracteres sexuales muy iba cubierta por una especie de peluca o tocado. La Venus
acentuados, que, por haberse considerado ídolos de fecun- de Lespugue se encontró en la Grotte des Rideaux (Alto Ga-
didad o primitivas representaciones de la diosa-madre, han rona). Representa a una mujer desnuda, gruesa, de cabeza
recibido el nombre genérico de venus. Antiguamente fe- pequeña, pechos colgantes y caderas anchas. Es, sin duda,
chadas en el Auriñaciense, en la actualidad se las incluye una de las más perfectas, de acuerdo con el ideal estético que
dentro del Perigordiense Superior. Realizadas en marfil, ca- preside su representación conceptual. Junto a estas escultu-
liza o esteatita, son figuritas de tamaño pequeño (entre 5 ritas hay que situar a la Venus de Laussel o Venus del cuerno.
y 25 cm) que muestran una apreciable esteatopigia (grasa Es un relieve de desnudo femenino, de 42 centímetros de
en las nalgas), lo que ha sido motivo de numerosas hipó- alto, realizado sobre una roca de esta cueva, próxima a Mar-
tesis, ya que tales deformaciones son frecuentes tan sólo quay (Dordoña). Tal vez sea el ejemplo más antiguo cono-
entre los hotentotes y bosquimanos. Por el momento, la cido de un santuario móvil, sito al aire libre. Junto a la fi-
opinión más generalizada es que tanto la acentuación de gura femenina, cuya cabeza se inclina hacia la derecha,
los pechos, vientre y pubis, como el descuido que se apre- como mirando el cuerno que sostiene con la mano levanta-
PREHISTORIA Y PROTOHISTORIA 17
Venus de Willendorf (Austria) hallazgos han permitido, en muchas ocasiones, fijar su cro-
Esculpida en piedra caliza,
e n e l l a s e o b s e r v a n restos d e
nología con gran exactitud.
coloración rojiza; Algunos de estos objetos, recortados, tallados o graba-
altura, 11 c m . dos, son de carácter funcional: propulsores, arpones, punzo-
Época Cravetiense-Solutrense
( 2 5 0 0 0 - 1 8 0 0 0 a. C ) .
nes, agujas, azagayas, etc. Sin embargo, otros cuya finalidad
V l e n a , M u s e o de H i s t o r i a y uso son menos claros, han dado origen a diferentes inter-
Natural. pretaciones: los llamados bastones de mando, los cantos con
incisiones, las placas decoradas, las esculturitas zoomorfas
con perforaciones, etc. Los ejemplares más antiguos se
remontan al Auriñaciense: bastones de mando de la Ferra-
sie, figuritas zoomorfas de Vogelherd (Westfalia), Dolni-Ves-
tonice (República Checa), etc., y las primeras plaquitas
decoradas, al Perigordiense (Estilos I y II): Cellier, La Fe-
rrasie, Arcy-sur-Cure (los grabados de vulvas más antiguos
conocidos), Laugerie-Haute (Dordoña), Istúriz, etc.
Durante el Solutrense se produjo un notable abando-
no de las representaciones de las figuras femeninas, al
tiempo que se prodigaron los bajorrelieves realizados
tanto en piedra como en hueso. A este período pertene-
cen las placas del Parpalló (Gandía), de caliza de Mon-
dúber (de 4 a 40 centímetros), en las que, con un buril
de sílex, se grabaron representaciones de animales o mo-
tivos geométricos. Se encontraron varios miles, rotas en
su mayoría, por lo que, desde un punto de vista artístico,
sólo algunas son válidas. Los animales representados son
ciervos, cápridos, una gamuza, caballos, bóvidos, jabalíes
y carnívoros. En algunas de ellas se aprecian grabados
que, con ciertas reservas, se han supuesto antropomorfos.
Además de estas placas grabadas, también las hay pinta-
das, en general con figuras zoomorfas. El color, casi siem-
pre rojo o amarillento, cubre en algunos casos la figura
completa, y en otros, sólo la cabeza, mientras que el resto
de la figura aparece diseñada con un simple trazado. En
esta serie los animales preferidos son los caballos, las ca-
bras, los ciervos y algunos toros, que en el período si-
guiente serán las figuras predominantes.
En el Magdaleniense IV, la industria ósea alcanzó su
mayor desarrollo, produciéndose los útiles y objetos de
adorno más finos del arte mobiliar (Estilos III y IV). Entre
las figuritas más conocidas, talladas en asta de reno, se en-
cuentran la cabeza de caballo relinchando, de Mas d'Azil; el
bisonte con la cabeza vuelta, lamiéndose el flanco, de La Ma-
deleine (Dordoña), tallada en el extremo de un propulsor.
Las dos cabras monteses enfrentadas, que adornan igual-
da, aparece la figura de un hombre, de menor tamaño, en mente el extremo de un propulsor hallado en la cueva de
postura que sugiere un acto ritual. Las representaciones de Trois Fréres (Ariége); el caballo de marfil de la cueva de La
la diosa madre en gargantas rocosas fueron muy frecuentes Espalungue (Lourdes, Hautes-Pyrénées); la cabeza de ca-
en épocas posteriores. Posiblemente sea la Venus de Laussel ballo de la cueva de Tito Bustillo (Asturias), etc.
uno de los primeros testimonios de este incipiente culto. Como consecuencia del empleo del percutor blando,
Del grupo italiano sobresalen la Venus de Onmaldx, tam- de asta de reno o de madera, con el que se consiguió que
bién conocida con el simpático nombre de Polichinela, por la técnica de retoque fuera de gran precisión, la industria
el curioso tocado puntiagudo de su cabeza; la de Baín Rossi lírica, al igual que la ósea, alcanzó en el Magdaleniense
y la de Savignano. En los tres casos, el material elegido fue una gran precisión y una certera funcionalidad. Ya en el
la esteatita. Solutrense aparecieron las admirables hojas de laurel, así
Del segundo grupo, el renano-danubiano, la más céle- denominadas por su finura de talla y forma alargada, que
bre es la Venus de Willendorf, descubierta a orillas del Da- a partir de entonces continuaron su evolución perfec-
nubio, por Obermaier, en 1908. Está esculpida en piedra cionista.
caliza y mide 11 centímetros de altura. De silueta achapa-
rrada y formas voluminosas, representa el prototipo de
estos ídolos paleolíticos. Importantes son también los
ejemplares de Vestonice y Moravany. Por último, en la re-
gión oriental o rusa son famosas las venus de Kostienki
Extremo de un propulsor
(varias figurillas), las de Gagarino (siete en total), las de
d e c o r a d o c o n u n a figura d e Mal'ta, Audeiv, Elissevici, etc.
u n b i s o n t e c o n la c a b e z a A l conjunto de las opulentas venus, la mayoría de ellas
v u e l t a h a c i a atrás l a m i é n d o s e
el f l a n c o
fechables en el Perigordiense III o Gravetiense, hay que
Talla e n asta d e r e n o sumar un gran número de placas grabadas, por lo general
(10,3 cm), procedente con siluetas de animales y diversos objetos de hueso o mar-
d e la c u e v a d e L a M a d e l e i n e
fil, de piedra e, incluso, de concha, fabricados a lo largo de
(Dordoña).
Saint G e r m a i n - e n - L a y e
todo el Paleolítico Superior, aunque su momento de apo-
(Francia), M u s e o de geo coincide con las fases avanzadas del Magdaleniense.
Antigüedades Nacionales. Su localización topográfica y el nivel estratigráfico de sus
PREHISTORIA Y PROTOHISTORIA 19
la vida de estos pueblos cazadores, que desarrollaron su ac-
tividad cinegética en períodos en los que el arco era ya una
pieza indispensable. Se encuentran escalonadas por las pro-
vincias catalanas de Tarragona y Lérida; por las levantinas
e interiores de Valencia, Teruel, Cuenca, Albacete y Mur-
cia, y las andaluzas de Almería, Jaén y Cádiz. A comien-
zos del siglo XX, se fecharon en niveles correspondientes al
Epipaleolítico, y posteriormente en el Neolítico e incluso
en la primera Edad del Bronce. Sin embargo, la tendencia
actual es la de considerarlas manifestaciones propias del
Mesolítico y, a lo sumo, del horizonte inicial del Neolíti-
co, sin descartar en algunos casos datas más tardías.
A l contrario de lo que sucede en la zona franco-can-
tábrica, las pinturas de la región levantina se encuentran
en abrigos naturales de poca profundidad y en paredo-
nes al aire libre. Los grabados son muy raros, y los colo-
res empleados fueron el pardo rojizo, el negro y, rara-
mente, el blanco. Las figuras de los animales son
pequeñas y representan a las especies más conocidas:
ciervos, cabras monteses, toros, caballos salvajes, jaba-
líes, algún que otro asno estepario y, en muy contadas oca-
siones, pájaros y peces. Las figuras humanas son las que
protagonizan, en estas composiciones pictóricas, las es-
Pinturas rupestres c o n sacar los caracoles de sus conchas. Otro foco importante cenas de caza y de guerra, así como las ceremonias de ca-
representación d e d a n z a s fue el de la costa septentrional de Cataluña. En Europa rácter ritual o religioso en las que participan, tanto en
rituales
se extendió por toda su zona occidental y, por el Este, grupos aislados como en compañía de los animales que
R o c a deis Moros (Cogull,
Lleida).
hasta los Alpes y región renana. Contemporánea de la constituían la base proteínica y tal vez totémica de las
cultura Aziliense fue la Capsiense en África del Norte y sociedades cazadoras.
en la España meditetránea. Desde aquí pasó a Francia, Los trazos son fluidos y expresionistas; los cuerpos se
donde es conocida con el nombre de Tardenoisiense conciben estrechos y alargados, evitándose la representa-
(Fére-en-Tardenois, departamento de Aisne), a Bélgica, ción de los rasgos faciales. Se advierte, en cambio, un de-
Inglaterra y Europa central. cidido interés por reflejar la indumentaria, los tocados y
Entre el -6800 y el -5500 (Protoneolítico) las tem- los adornos personales, que, aun siendo de corte muy pri-
peraturas subieron y el nivel de las aguas oceánicas sufrió mario y sencillo, son capaces de transmitir una indiscuti-
un considerable aumento. La pesca se practicó por enton- ble jerarquización social y de autoridad.
ces de modo habitual, por lo que aparecieron las primeras Los conjuntos más notables, agrupados por provincias,
balsas o piraguas, a la par que los primeros útiles adecua- de Norte a Sur, son los siguientes: Cogull (Lérida), con
dos para tal práctica: el anzuelo, las redes con pesas de ma- representación de danzas rituales, tal vez propiciatorias
dera y las nasas trenzadas con cortezas (maglemosienses de de la fecundidad. Se distinguen grupos de mujeres, ata-
Dinamarca e Inglaterra y epipaleolíticos de Kunda, al este viadas con faldas acampanadas y el pecho desnudo, que
de Finlandia). De hacia el -5500 son unas conocidas ca- bailan en torno a una figura masculina completamente
bezas humanas esculpidas, de Lepenski-Vir (Yugoslavia), desnuda. En Teruel se encuentran los abrigos de Val del
cuyos rasgos son muy parecidos a los del pez, tal vez el ani- Charco de Agua Amarga (cerca de Alcañiz), Calapatá,
mal totémico de los pescadores del Danubio. Por otra Roca de los Moros y Barranco deis Gascones (cerca de
parte, la extensión del avellano por tierras europeas per- Cretas), y los de Fuente del Cabrerizo: Callejón del Plau
mitió el aprovechamiento de este fruto seco, de un gran y Prado del Navazo (próximo a Albarracín). En Caste-
valor nutritivo. llón destacan tres de Morella la Vieja, decorados con es-
Los campamentos se instalaban a las orillas de los ríos cenas de guerra entre arqueros, y los once del Barranco
o mares. Las viviendas eran cabanas de madera o tiendas de Valltorta, de los cuales sobresale el abrigo de los Ca-
de pieles, y, en sus necrópolis, enterraban a los muertos en ballos, donde se encuentra una animada cacería de ciervos
postura fetal y recubiertos de ocre. Ciertos grupos los in- a ojeo. En Cuenca se halla el yacimiento de Villar del
humaban con la cabeza separada del cuerpo, y otros expo- Humo, cerca de Cañete; en Valencia, las cuevas de la
nían las descarnadas calaveras como objeto de culto a los Araña, cerca de Bicorp, en las que aparecen escenas re-
antepasados. ferentes a la recolección de la miel, el edulcorante esen-
cial de la antigüedad. En Albacete están los abrigos de
Alpera (cueva de la Vieja, cueva del Quejo, etc.), que
ofrecen vivaces secuencias, protagonizadas por cazadores
que lucen vistosos tocados y van armados con arcos y fle-
LAS P I N T U R A S D E L L E V A N T E chas, como testimonio de su destreza cinegética y gue-
rrera. Importantes son, también, los de Minateda, de ca-
ESPAÑOL racterísticas muy semejantes. En Murcia merecen citarse
Las pinturas rupestres de la región suroriental de la pe- las pinturas de Cantos de la Visera, cerca de Yecla. De las
nínsula Ibérica, realizadas entre el - V I I I y el - V I milenios, cuevas andaluzas, son notables algunas de las provincias
reflejan de modo elocuente aspectos muy interesantes de de Almería, Jaén y Cádiz.
de los animales, con el posterior desarrollo de la ganade- configuración de los asentamientos humanos y de su siste-
ría y del pastoreo, fueron los factores impulsores de la trans- ma de viviendas, hasta el punto de que se ha repetido —y
formación de los sistemas de vida del hombre y de la apari- con razón— que fue en la aldea neolítica donde tuvo lugar
ción en cadena de una larga serie de innovaciones: la el nacimiento de la Arquitectura, la más social de todas las
fabricación de cerámica, el uso del telar, el pulimento y artes. Las cabanas o chozas se agruparon en aldeas prime-
perfeccionamiento de los aperos de labranza, y los inicios ro, y más tarde, en ciudades en las que, aparte de las casas
del comercio exterior. familiares, se aparejaron edificios capaces de satisfacer las
Los orígenes de la revolución neolítica, como la denomi- necesidades de la comunidad: silos para el almacenaje de
nó Gordon Childe, hay que buscarlos en Oriente Próximo, los excedentes de la cosecha y apriscos destinados a la es-
en el célebre arco del Creciente Fértil, que abarca las costas tabulación del ganado.
D o l m e n d e D o m b a t e , situado
de Siria y Palestina, hasta Turquía, y los valles de losríosTi- En el Protoneolítico, los poblados fueron simples con- e n la l o c a l i d a d
gris y Eufrates (Mesopotamia), en Irak e Irán, en zonas com- juntos de chozas, de planta oval o circular, de 5 a 8 metros de Bayo, A Coruña.
PREHISTORIA Y P R O T O H I S T O R I A 21
En la zona de Palestina, Jericó es el prototipo de po-
blado de este período. Excavado, entre 1952 y 1956, por
la arqueóloga británica Kennyon, presenta dos niveles ace-
rámicos que demuestran que la agricultura y la ganadería
precedieron a la fabricación de cerámica. Las casas del ni-
vel A ( - V I I milenio) eran todavía de planta circular, y es-
tuvieron rodeadas por el primer recinto amurallado del que
se tiene constancia. Cimentado en una profunda zanja
practicada en la roca, se le ha calculado una altura de 8 a
10 metros, aunque el paramento de fábrica lítica no pasa-
ba de los 5 metros. Sobre él se alzaría un segundo tramo de
remate, construido con adobe. El nivel B es contemporá-
neo de la llamada fase Tahuniense (por la estación de
Wadi-Tahune, cerca de Belén) y sus vestigios hablan ya
de un poblado de casas de planta rectangular, con suelos de
tierra apisonada y paredes pintadas de tojo, crema y blan-
co. Novedad importante es, además, la posible presencia
de los primeros santuarios urbanos. Son edificios de plan-
ta rectangular, con nicho en uno de sus lados cortos, donde
aparecen con frecuencia restos de un pilar, tal vez un pri-
mitivo betilo (bethel, casa del dios), y de figuras de tama-
ño algo menor que el natural, probables representaciones
de una tríada divina. En ellos se hallaron también unas pe-
culiares calaveras humanas, desprovistas de la mandíbula
superior y modeladas en yeso, características de esta cul-
tura. En la propia Palestina, el poblado de Tell Behidah,
un centro comercial de gran importancia, con su configu-
ración específica de tiendas y almacenes, ha servido de
muestra para calibrar la importancia que por entonces
había alcanzado el mundo del intercambio y el comercio.
A partir de esta época, las rutas comerciales marcaron sus
rumbos y trazados en función de los centros exportadores
de las materias primas más apreciadas: obsidiana de Ana-
tolia; azufre, sal y bitumen del mar Muerto, etc.
En el norte de Irak se encuentra el yacimiento de Calat
Yarmo, excavado por Braidwood y fechable en el - V I mi-
lenio. Aquí, las casas, de planta rectangular, disponían ya
de varias habitaciones, lo que supone un gran avance en
Reconstrucción de una hoz de diámetro, asentadas sobre un zócalo de piedra rehundi- cuanto se refiere a la ordenación del espacio interior de las
neolítica p r o c e d e n t e del do en el suelo alrededor de 50 centímetros para asegurar viviendas.
Acebuchal (Carmona),
según Jorge Bonsor.
su cimentación. Las paredes y techos se fabricaron con ra- Los yacimientos anatólicos de Catal Hüyük y Hacilar,
Madrid, Museo Arqueológico majes o cañas entretejidas que posiblemente se revestían excavados por Mellaart, son de una importancia decisiva no
Nacional. de barro. El hogar interior solía ser una fosa circular, enlo- sólo por su estructura, calificada ya de protourbana, sino por
sada y rodeada de piedras planas. Las fosas cuadradas que la influencia expansiva de sus culturas en toda la cuenca me-
han aparecido próximas a los lugares de habitación, se han diterránea. El primero se encuentra en la Anatolia meri-
interpretado como rudimentarios graneros. Asentamien- dional, en la llanura de Konya. Alcanzó una superficie de
tos de este tipo fueron los de Wadi-el Natuf, en Palestina, unas 17 hectáreas y se considera el yacimiento de mayor ex-
y los de Shanidar, Zawi-Chemi y Karim-Sahir, en la zona tensión de Oriente Próximo. Sus niveles más antiguos se
comprendida entre Irak y Persia. remontan a mediados del - V I I milenio (-6700 a -5700) y
Estas primitivas aldeas estuvieron integradas por co- en ellos se ha detectado una disposición aglutinada de sus
munidades de ocho a veinticinco familias que, aun v i - caseríos, con viviendas apoyadas unas en otras, sin calles in-
viendo esencialmente de la caza y de la pesca, incorpora- termedias y sin más acceso que el de una entrada cenital en
ron los cereales silvestres a su sustento habitual. Los cada casa. Con esta estructura tenía asegurada su defensa,
primeros restos óseos de ovejas, aparecidos en Zawi-Chemi sin necesidad de murallas. A l parecer, el poblado estuvo di-
y Karim-Sahir, ponen de manifiesto el consumo de carne vidido en varios sectores, cada uno de ellos con su corres-
de este animal, aunque todavía no se hubiera producido su pondiente santuario, presidido por la imagen antropomorfa
domesticación. de la diosa madre: por lo general, un relieve mural policro-
En Egipto, la estación prehistórica de Heluan presenta mado. Las cabezas de toro modeladas en yeso, dentro de las
características semejantes a las natufienses. En el Neolíti- cuales se encontraban los cráneos de los animales sacrifica-
co Antiguo, sobre todo a partir del - V I milenio, estas pri- dos, y astadas con sus cornamentas naturales, se han inter-
mitivas aldeas se transformaron en núcleos protourbanos, pretado como símbolos o representaciones de la divinidad
en los que la aparición de auténticos graneros marcó el masculina, hijo o consorte de la diosa, profusamente repre-
paso de la fase de recolección a la del cultivo programado sentada en figurillas de arcilla o de piedra. El toro ocupaba
de los cereales: trigo (Triticum bocoticum, Triticum dicco- un lugar primordial en la religión de esta zona, como lo de-
cum) y cebada (Hordeum spontaneum, Hordeum hexasti- muestran no sólo las citadas cabezas, sino también las pin-
chum). La irrigación de los campos, cuyos primeros vesti- turas murales en las que aparece representado, a gran tama-
gios se han encontrado en Tell es-Sauwan (Mesopotamia ño, como figura central de las escenas de cacería.
central), permitió además aumentar la variedad de culti- La vivienda constaba de una habitación principal que
vos, entre los que destacaron los guisantes, las lentejas y servía a la vez de cocina (instalada en la pared meridio-
las algarrobas. A la domesticación del perro, como com- nal), cuarto de estar (sector oriental), dormitorio y tumba,
pañero de caza, y del gato, como eficaz enemigo de los ya que fueron frecuentes los enterramientos en el interior
roedores, le siguió la de la cabra en el - V I I milenio. de las casas, debajo del lecho ocupado por el difunto en
LA E S C U L T U R A
La escultura neolítica está relacionada desde los pri-
T o s c o ídolo n e o l í t i c o labrado
en piedra arenisca
meros momentos con el mundo funerario y el culto a la
A Coruña, Museo diosa madre. Los materiales empleados fueron principal-
Arqueológico. mente la arcilla, la piedra, el alabastro, el marfil, el hue-
puede apreciarse en algunas composiciones rupestres fe- escudillas de base plana, se encuentran en una zona que se d e Prehistoria.
LA CERAMICA Y OTRAS
INDUSTRIAS
La cerámica, considerada como la más artesanal de
todas las artes industriales, tiene como soporte la humilde
PREHISTORIA Y PROTOHISTORIA 25
nia), Chassey (Francia meridional), Sasso-Fiorano (Ita-
lia) y Danilo (Adriático) representan la facies más re-
ciente y evolucionada de esta modalidad que, desde el
- V milenio a la fase inicial del Calcolítico, se extendió
desde Hungría a Alsacia y Bélgica, pasando por Polonia,
Bohemia y Alemania.
En el Neolítico Reciente hizo su aparición una cerá-
mica negra, pulida, de influencia anatólica, que alternó
con otras de factura y calidad muy tosca, representantes de
la producción destinada al consumo doméstico. En Euro-
pa central la cerámica negra con motivos en blanco de
Vinca, la de Badén y la de Cucuteni-Tripolje, que se ex-
tendió por Rumania y Ucrania, ofrece tipos de formas
muy variadas, decorados con motivos geométricos y polí-
cromos que tuvieron una larga pervivencia. La aparición
del torno, a partir del - I I I milenio, en el Oriente Próximo
confirió a las cerámicas de esta zona una calidad y perfec-
ción que las culturas europeas tardaron en alcanzar.
La industria lírica, con la aplicación del pulimento, su-
puso un gran avance técnico y formal con respecto a las
etapas anteriores. Las labores exigidas en el cultivo del
Vaso cilindrico con extiende desde Tell Halaf, en Siria, hasta Susa, en el Elam. campo, así como la defotestación de vastas extensiones de
d e c o r a c i ó n d e rayas i n c i s a s Poco después apareció la de Hassuna (al sur de Mosul), terreno para su transformación en zonas agrícolas, impuso
irregulares, p r o c e d e n t e del
con un variado repertorio de cuencos, cazuelas y botellas el pulimento de la piedra, para evitar sobre todo que a las
f o n d o d e la c a b a n a del
H o s p i t a l d e San Pablo globulares decoradas con motivos geométricos, dibujados hoces y hachas se adhiriesen la tierra y la resina de los ár-
(Barcelona) en rojo sobre fondo claro. Le sucedió la cerámica de Sa- boles talados. Sin embargo, no todos los útiles se pulieron.
A l t u r a , 9 c m ; diámetro
marra, ciudad situada en la orilla izquierda del Tigris, al Las hojas de cuchillo y los buriles, en especial, conserva-
d e la b o c a , 12,3 c m .
Eneolítico Inicial
norte de la actual Bagdad, y que fue excavada por Herzfeld ron siempre sus cortantes aristas, y lo mismo sucedió en el
( 2 5 0 0 - 2 0 0 0 a . C.) en 1914. Se trata ya de una cerámica de gran calidad que caso de las puntas de flechas y lanzas, que se siguieron ela-
Barcelona, Museo de puede relacionarse con la persa de Tepe-Siyalk. De fondo borando con la técnica de retoque bifacial, en la que se
Arqueología de Cataluña.
crema y decoración pintada de tojo, pardo o negro, com- llegó a alcanzar una gran maestría y perfección.
bina temas geométricos, zoomorfos y antropomorfos en El material más empleado en el Oriente Próximo fue el
animadas composiciones, tendentes al esquematismo y a pedernal (petrinale, de perrinus), una variedad del cuarzo
los movimientos giratorios, efecto que le confiere un pe- que se compone de sílice con muy pequeñas cantidades de
culiar dinamismo. agua y alúmina, y que se caracteriza por su extrema dure-
Las cerámicas de Tell Halaf, localidad próxima a las za. En Anatolia, en cambio, la piedra más preciada fue la
fuentes del Jabur, donde se encuentra el conocido yaci- obsidiana (Obsidianum vitrum), también utilizada en las
miento que fue excavado en 1911 por Oppenheim, ha pro- culturas balcánicas, que la importaban de las Cicladas,
porcionado la cerámica de mejor calidad de todo el Neo- sobte todo de la isla de Milo. Se utilizaron también toda
lítico del Oriente Próximo, tanto por la composición de su una serie de piedras duras susceptibles de pulimento, tales
arcilla como por sus formas: búcaros de cuello estrecho y como la diorita, la serpentina, la fibrolita y el jade.
vasos panzudos, de cuello caliciforme, con decoraciones de Las piezas fabricadas según el nuevo procedimiento,
tipo geométrico, en las que el color rojo y el negro son los una vez tallado el bloque en función de la forma de la he-
dominantes. rramienta que se quería obtener, pasaban por dos fases con-
En la Europa del Neolítico Antiguo, y hasta principios secutivas de elaboración. En la primera, la pieza era some-
del - V I milenio, destacan las cerámicas de Argissa y Ses- tida a un pulimento inicial, sobre un pulidor fijo, con la
klo, en Tesalia; Karanovo I , en Bulgaria; y la del tipo Star- ayuda de sustancias abrasivas eficaces, en especial la are-
cevo, que se extendió por toda Centroeuropa (Bulgaria, nisca. Después, su acabado y pulimentado final se obtenía
Yugoslavia, Rumania y sur de Ucrania). En fechas que os- por medio de la frotación de la pieza sobre arena húmeda,
cilan en torno al -4500 se sitúa la aparición de la llamada de grano fino. Las hachas y otras piezas así trabajadas se
cerámica cardial, por realizarse su decoración con impre- enmangaban en astiles de madera, en los que se fijaban
siones alineadas, producidas por medio de una concha ma- con cuerdas endurecidas con resina, o practicando perfo-
rina, el Cardium eduk. Posiblemente originaria de Molfet- raciones (por medio de taladros en forma de arco) tanto
ta (sur de Italia), se extendió por cabotaje en todo el en la madera como en la propia piedra para asegurar su
Mediterráneo, costas de Liguria, Provenza, sureste de Es- contundencia. Hachas pulimentadas, hoces de mangos de
paña, Portugal y Mauritania. Hacia el -4000, en el suro- hueso, algunos tan bonitos como el de Kébarah, en los que
este de Francia, fue sustituida por otra de características si- se incrustaban y fijaban, por medio de resinas, microlitos
milares, pero con impresiones efectuadas con la uña o de borde retocados; los bastones de cavar y las azadas fue-
punzón. Nacía así la llamada cerámica incisa o punzona- ron los instrumentos utilizados en los trabajos del campo,
da, que más tarde se utilizó como base para la aplicación de suerte que están ptesentes en todos los niveles de las
de una pasta blanca que rellenaba los dibujos incisos, ge- culturas neolíticas y aun calcolíticas.
neralmente geométricos, practicados en las paredes exte- Para la caza, en los niveles más antiguos, se utilizó como
riores de las vasijas. flecha la cuchilla de pedernal apuntada, que más tarde (ni-
En el Neolítico Medio, Dímini, la cultura tesalia que veles tahunienses) fue sustituida por la punta de aleta y
sustituyó a la de Sesklo, impuso una cerámica polícroma pedúnculo, ya frecuente en otras culturas desde el Paleo-
en la que predominaban los motivos ornamentales de lítico Superior. El uso del arco, conocido desde el Epipa-
tipo geométrico, avance de algunos de los que aún per- leolítico, está documentado gtáficamente en las pinturas
viven en el mundo griego, tales como las espirales, las cinegéticas y bélicas, que gozaron de una especial predi-
grecas y los meandros. Por la Europa central o danubia- lección en este período. Armas contundentes fueron tam-
na se extendió la cerámica de bandas, así llamada por su bién las mazas enmangadas, los largos cuchillos de sílex ta-
decoración encintada, realizada Tanto con trazos lineales llado y las hojas de puñales, de notable perfección, cuyos
como a punzón. Cerámicas como las de Róssen (Alema- puños solían ser de marfil o hueso, muchas veces tallados,
i
bilitan el paso de un cuerpo humano, pero permiten, en
cambio, la introducción de ofrendas. Conocidos con el sig-
nificativo nombre de «fosos del alma», se ha pensado que
tal vez su función no fuese otra que la de asegurar al espíri-
tu de los difuntos su contacto con el mundo exterior.
En Europa, la cultura dolménica se concentra en las
áreas meridionales y occidentales. En el Cáucaso, los dól-
menes son muy numerosos. También se encuentran en
buen número en Dinamarca y Suecia. En Alemania se re-
parten por la zona Oeste, agrupándose principalmente en
las cercanas a Zwickau. Desde Hannover, se extienden
por el este de Holanda, mientras que en Bélgica son muy
escasos. Tampoco en Italia son abundantes, aunque dejan
sentir su presencia en tierras del mediodía y en las islas
de Córcega, Cerdeña, Malta y Gozo. En Francia se ha-
llan repartidos por todo el país, aunque la zona de mayor
concentración se encuentra en la línea que va desde el
oeste de Normandía a las bocas del Ródano. En Gran
Bretaña se extienden asimismo de Norte a Sur por toda
la isla. Del megalitismo de la península Ibérica se trata-
rá en el siguiente apartado.
E L NEOLÍTICO E N LA PENÍNSULA
IBÉRICA
El proceso de neolitización de la península Ibérica fue
lento, de tal forma que, en torno al año -4000 sus habi-
tantes aún utilizaban las cuevas como vivienda y como
lugat de enterramiento (cuevas de Nerja, en Málaga; de morfos de modestas dimensiones. Dólmenes, en cambio, Dolmen de San Vicente
los Murciélagos, en Córdoba; de la Sarsa, en Bocairente, se encuentran repartidos por varios puntos del territorio d e Alcántara (Badajoz),
PREHISTORIA Y PROTOHISTORIA
Pinturas rupestres Restos de la misma se han encontrado en Granada (cueva
e s q u e m á t i c a s d e la c u e v a
d e los Letreros
de la Carigüela, en Pinar), en Córdoba (cueva de los Mur-
Vélez-Blanco (Almería). ciélagos, en Zuheros) y en Almería (cueva de Ambrosio,
E d a d del B r o n c e . en Vélez Blanco). En la zona levantina, en la provincia
de Castellón de la Plana (cuevas de Petrolí y de la Selda),
en la de Valencia (cueva de la Sarsa, en Bocairente), en
la de Alicante (cova de l'Or, en Beniarrés), en la de Bar-
celona (cueva de Montserrat) y, próximas a la costa cata-
lana, también son varias las que han proporcionado cerá-
mica cardial (San Quirze de Gallineros, cueva Bonica, El
Payne, etc.).
La cerámica incisa, ya en el - I V milenio, supone un
avance técnico y formal. Aumentan los repertorios tipoló-
gicos, y los motivos decorativos más ricos y evolucionados
recuerdan a los modelos producidos en varios puntos del
área mediterránea (Malta, Chipte, norte de África, etc.).
La técnica de la incisión con punzón se combinaba, a
veces, con la aplicación de condones en relieve. La super-
ficie de los recipientes se solía tratar con un baño de alma-
gra (óxido rojo de hierro, arcilloso), y después se bruñía.
Sus áreas de difusión vienen a ser las mismas que las de la
cerámica anterior. Vestigios de esta variedad se han en-
contrado en las cuevas de la cordillera malagueña (cuevas
de Nerja), prolongándose por las provincias de Granada
(cueva de la Carigüela, en Pinar) y Córdoba (cueva de los
Murciélagos, en Zuheros). En otras, localizadas en torno al
estuario del Tajo, se han hallado abundantes restos.
La evolución de la pintura, desde las formas naturalis- En este período se observa la presencia, aun en los más
tas del Paleolítico Superior hasta las estilizadas, reducidas modestos ajuares, de los primeros ídolos de carácter mági-
casi a simples esquemas geométricos, fue muy lenta. El arte co-funerario. Hechos por lo general de pizarra, son de for-
esquemático se inició ya en el período Aziliense (cantos mas muy simples y esquemáticas, y su decoración se redu-
polictornados) y alcanzó su apogeo durante el Neolítico y ce a sencillas incisiones, semejantes a las que aparecen en
Eneolítico (-6000 a -2000), perviviendo, incluso, en eta- los repertorios cerámicos. En su mayoría proceden de los
pas posteriores. dólmenes portugueses más antiguos, donde se hallaron,
En la Península se encuentran en abrigos o rocas al aire junto con puntas de flecha de formas variadas, cuentas de
libre. Son de color rojo ocre y de tamaño más bien peque- collar y alfileres de hueso. La aparición de estos ídolos
ño. Tanto las figuras humanas como las zoomorfas se ven pone de manifiesto que el guerrero y cazador del Neolíti-
reducidas a simples trazos geométricos, a veces de difícil co no sólo iniciaba su viaje al más allá acompañado de sus
interpretación. También aparecen signos puramente objetos personales y de uso (tobilleras, brazaletes, colgan-
decorativos: círculos, zigzags, ondas, peines, estrellas, so- tes, etc.), sino que también se proveía de un amuleto capaz
les, etc. Tal vez haya que suponer que estas pinturas estaban de servirle de salvoconducto y garantía de feliz término en
relacionadas con el culto a los muertos y que sus represen- su viaje al más allá.
taciones tenían un nuevo valor simbólico y abstracto, cuyo
último sentido se nos escapa.
Uno de los focos más interesantes de este tipo de pin-
turas se halla al norte del Tajo, en la sierra de Francia (Las
Batuecas), y se prolonga hasta alcanzar el Guadiana, donde
se encuentran las estaciones de Almadén y Badajoz. Im-
portantes son, sobre todo, las pinturas de Sierra Morena
(Aldeaquemada, Despeñaperros, Riofrío, Fuencaliente y
Horcajo). En la Baja Andalucía destacan las de la provin-
cia de Cádiz (Laguna de la Janda), y en Andalucía orien-
tal, las de Jaén y Almería (Vélez-Blanco), que enlazan con
las de Albacete (Minateda).
LA CERAMICA