Hoy se recuerda la muerte del Mariscal de Ayacucho,
Antonio José Francisco Sucre y Alcalá un hecho abominable para la historia, acaecido trágicamente el 4 de junio de 1830… En la Jacova- Berruecos- Colombia. Este crimen fue perpetrado por soldados retirados y contratados para este efecto: Juan Orozco y dos llamados Rodríguez, que actuaron bajo las órdenes del coronel Apolinar Morillo, quien antes había sido expulsado del Ecuador a Colombia por Juan José Flores y fue acogido y puesto a órdenes del coronel José María Obando con la condición de que sea él quien dirija el crimen lo cual sucedió así. Antonio-José-de-Sucre Antonio José Francisco Sucre y Alcalá, al haber sido objeto de tan terrible crimen recibió el título de ABEL AMERICANO de los pueblos que admiraron su obra emancipadora, razón ésta para que el monumento erigido en su honor en Quito, represente al Mariscal Sucre acariciado por la Musa y Clío que escribe su nombre para la vida perdurable, así haya muerto físicamente en las selvas de Berruecos, su ánimo para la conquista de la victoria era el mejor presagio de la posesión de ella, y así alcanzaba con sus soldados cuando los arengaba; El 4 de junio de 1830, cuando por un estrecho camino de las selvas de Berruecos regresaba Sucre al Ecuador, fue vilmente asesinado por mercenarios que ocultos entre la maleza, dispararon a ” quemarropa” al que fuera uno de los tenientes generales más distinguidos de Simón Bolívar, calificado por él mismo como” ABEL AMERICANO”. Los restos mortales de, Sucre, la Marquesa de Solanda doña María Carcelén, conjuntamente con otros familiares, se preocupó por traerlos para inhumarlos en el oratorio o capilla de su hacienda Eideán. Para lograr su objetivo comisionó a su mayordomo Arauz quien con varios peones cumplió lo ordenado. Luego, la Marquesa de Solanda ordenó exhumarlos para evitar sacrilegios y profanaciones, juntó sus restos con los de su hija Teresa Sucre, fallecida trágicamente años atrás, y los enterró en la iglesia del Carmen Bajo o Moderno (calles Olmedo y Venezuela- Quito ) permaneciendo allí hasta el año 1900; por orden del general Eloy Alfaro los personeros de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Central trabajaron por varios días para realizar exámenes de la osamenta, dando su informe pleno que correspondían al Mariscal Antonio José de Sucre. La monja abadesa del Convento testimonió que la viuda doña María Carcelén le había confiado su cuidado y secreto.
Nombre: Galo Alexander Guzmán Curso: 5to B
Entonces Alfaro, decretó el 24 de mayo de 1900 que los restos del Mariscal Antonio José de Sucre pasen a la Catedral Metropolitana de Quito, su traslado se realizó el 4 de junio del mismo año, en un acto cívico apoteósico, en donde se conservan hasta la fecha. Antonio José de SucreSucre murió a los 37 años de edad, muy joven, pero espiritualmente vive en nuestros corazones ya que su nombre y figura resuenan en plenitud en todos los ecuatorianos. No importa que la selva de Berruecos, lugar en el que se segó su vida, nos haya arrancado al más inocente de los héroes de la Gran Colombia; una selva oscura y silenciosa sigue un estrecho camino que se abre entre las montañas del valiente e inmortal Sucre; se oye el grito de las aves silvestres; un viento húmedo muge inclemente por la selva va el ABEL DE AMÉRICA, que sólo bienes realizó en su vida, luego no pensó en los enemigos que lo asechaban; de pronto suena una descarga de balas cuyo estallido retumbó en la selva.” ¡Ay, Jesús! ¡Balazo!, exclamó Sucre y cae herido de su caballo; heridas en el pecho, la espalda y la cabeza. Aterrado, despavorido vuela su fiel criado a socorrerle. Inútil cuidado. ¡El Gran Mariscal Antonio José de Sucre había muerto! Su criado Lorenzo Caicedo fue el primero en cubrir con su llanto el cadáver de Sucre, luego le dio sepultura interina en una parte del monte. Los asesinos recibieron un justo castigo por este crimen perpetrado; tuvieron una mala muerte, así: Apolinar Morillo murió fusilado en Bogotá; los caucanos José Erazo y Juan Gregorio Sarria, Rodríguez, el indio Alpajurras, Torres y Antonio Mariano Álvarez, en igual forma. Sucre fue el principal abanderado de la libertad de América después de Simón Bolívar; una de las causas que motivó la traicionera muerte que le dieron a Sucre sus perseguidores y traicioneros cegados por el odio, maldad y envidia fue acabar con los ideales de este prohombre de América. Cuando el primero de julio de 1830, le llega a Bolívar la noticia del asesinato de Sucre, exclama llevándose las manos a la cabeza ¡” Se ha derramado Dios excelso, la sangre del inocente Abel…!”. El acontecimiento afectó tanto a Bolívar que cayó enfermo. En medio de la fiebre que minaba su organismo, supo manifestar, que la última esperanza que se desvanecía, era del Gran Mariscal.