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Desarrollar el "profesionalismo interactivo"

El profesionalismo interactivo requiere tiempo y apoyo de los administradores. Pero


también requiere de los docentes un compromiso y una fijación de prioridades.
Dado que un equipo de trabajo no es otra cosa que un grupo de personas colaborando,
debatiendo, compartiendo percepciones, elaborando propuestas en común y valorando
los procedimientos de trabajo en relación con los objetivos y los referentes de actuación
que se generen en ese trabajo común, es necesario que el directivo considere desarrollar
las capacidades de los integrantes de su equipo.
Los horarios prolongados, mantenidos durante largos períodos, sólo conducirán al
agotamiento. Esto impone fijar prioridades, compartir responsabilidades y recibir
buenas ideas de los colegas, etc. Los docentes deben tratar de establecer y mantener un
equilibrio entre estas tareas. Los adictos al trabajo y los que quieren hacer carrera no
siempre son los mejores docentes. Equilibrar el trabajo con la vida es una protección
importante, además, permite contar con maestros más interesantes y por lo mismo con
una enseñanza más interesante.
Entre otras cosas, el desarrollo del "profesionalismo interactivo" requiere que el
directivo:
Punto 1.
Otorgue poder a los miembros para la realización de las tareas asignadas.
Delegar significa asignar tareas o responsabilidades para el cumplimiento de actividades
específicas a un determinado miembro del equipo, permitiendo el desarrollo de su
potencial. Cuando se delega, se fijan objetivos, requisitos y plazos de entrega que
empoderan al colaborador y lo llevan a determinar cómo realizará la actividad que le ha
sido encomendada. De esta manera, generas compromiso en tus colaboradores y, al
tiempo en que aprovechas sus habilidades, pones a prueba su desempeño, que será
determinante para una correcta asignación de tareas posteriores.
Todos tienen diferentes fortalezas y debilidades. Los miembros de tu equipo pueden
trabajar todos colectivamente, pero de forma individual tendrán habilidades diferentes y
muy valiosas. Reconocerlos es tu trabajo como un líder eficaz. Pregúntale a tu equipo,
primero que nada, si le gustaría asumir alguna tarea específica. Por ejemplo, puedes
evitar asignar tareas organizativas a pensadores creativos en lugar de pensadores
lógicos. Al hacerlo, no solo no estás utilizando las habilidades de tu equipo, sino que
también puedes generar resentimiento, ya que tu equipo ve que no se reconocen ni
valoran sus dones individuales.
Asignar tareas Implica el reconocimiento de las aptitudes de los colaboradores: esto
permite que cada uno explote sus habilidades y demuestren sus talentos en las áreas que
requieren soluciones. Además, puede ayudar a generar confianza y mejorar las
relaciones con los miembros del equipo, al mismo tiempo pueden realizar otras tareas
importantes y de alta prioridad. Sin embargo, es importante recordar que asignar no es
una forma de evitar la responsabilidad o la rendición de cuentas, y siempre debes
permanecer involucrado y disponible para apoyar y guiar a los miembros de tu equipo,
según sea necesario.

Punto 2:

Preste especial atención a las relaciones interpersonales y de los elementos de la


comunicación a fin de minimizar los conflictos derivados de estos factores.

En otras palabras, para poder desarrollar un adecuado trabajo en equipo es necesario


entender que la organización educativa es un ente social y que las personas que lo
integran son personas complejas y que es necesario entender algunos conceptos como
las relaciones interpersonales.

 La Relación interpersonal es una interacción recíproca entre dos o más personas, es
decir son relaciones sociales reguladas a tanto a nivel personal o regidas por una ley. En
toda relación interpersonal interviene la comunicación, que es la capacidad de las
personas para obtener información respecto a su entorno y compartirla con el resto de la
gente.

El papel de todo dirigente o de todo encargado de un equipo es generar un clima en el


cual la comunicación sea fluida, que se escuche a los otros y se manifiesten los
desacuerdos, que exista respeto entre las personas, que se dé un nivel mínimo de real
comprensión por el otro y que haya algún grado de afecto entre los integrantes.

Punto 3:
- La técnica es un procedimiento específico que se lleva a cabo con un grupo para
alcanzar alguna meta (de aprendizaje, de integración grupal, etc.)
- La dinámica es la interacción entre las personas que surge al desarrollar la técnica
específica. Todos los grupos tienen una dinámica, es decir, una personalidad propia que
se hace "visible" cuando se lleva a cabo la técnica.
Las técnicas y dinámicas de grupo forman parte de la propia vida de éste, siempre que
se trabaja con un conjunto diverso de personas se desarrolla una dinámica determinada,
por lo que es necesario tener el conocimiento de qué técnica y dinámica es la apropiada
para trabajar con cada grupo (según sus características y el objetivo a cumplir), las
principales motivaciones que llevan a utilizar una técnica adecuada pueden ser:
Las técnicas de grupo persiguen objetivos determinados a través de procedimientos
sistematizados con el fin de organizar y desarrollar intervenciones exitosas, a fin de
mejorar el rendimiento grupal y facilitar un clima adecuado para la consecución de los
objetivos planteados. Un recurso muy importante a considerar en la aplicación de
técnicas grupales son los materiales didácticos.

Punto 4:

Promueva la reflexión de la propia práctica y la autoevaluación para revisar la


marcha del proceso en la consecución de los objetivos, además de los resultados.

Los procesos de autoevaluación y reflexión suponen una oportunidad para favorecer


caminos hacia el desarrollo profesional y la mejora.

Algunas de las razones por las que es importante medir el desempeño y contar con
indicadores de trabajo en equipo son las siguientes:

Detectar niveles individuales: algunos colaboradores trabajan más que otros.


Reconocer los distintos niveles de aporte es esencial para su crecimiento, desempeño,
moral en la oficina y desarrollo del trabajo en equipo.
Identificar fortalezas y debilidades del equipo: comprender las competencias
positivas y negativas de los individuos entregará una mejor imagen de las competencias
del equipo y su potencial para lograr un trabajo en equipo más productivo.

Crea un entorno de trabajo transparente: cuando reconoces al equipo de trabajo y


garantizas su compromiso y motivación, se generará un entorno de trabajo más
saludable y cooperativo.

Referencia:

López, S., Domínguez, M., & Machado, I. (2014). Las relaciones interpersonales y su
influencia en el clima organizacional del centro educativo de nuevo
chorrillo. Recuperado de:
http://www.ucp.ac.pa/wp-content/uploads/2015/04/INVESTIGACION-INES-
MACHADO-16-2014.pdf

Martínez, M., Álvarez, C., & Villardón, L. (2018). Autoevaluación y reflexión docente
para la mejora de la competencia profesional del profesorado en la sociedad del
conocimiento. RED. Revista de Educación a Distancia, 10(56), 1-30.

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