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ECOLOGÍA HUMANA Y GESTIÓN SOCIO-AMBIENTAL

Tema: Ecología Humana


Profesor: Lic. M. I. Echarte

Cuando nos referimos a la idea de sostenibilidad, la entendemos como


la posibilidad de satisfacer las necesidades del presente sin poner
en riesgo la capacidad de generaciones futuras de satisfacer sus
necesidades -definición que proviene del informe de la Comisión
Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo, conocido como Informe
Brundtland (CMMAD, 1988)-. Por lo tanto, el concepto de desarrollo
sostenible implica límites. Tanto la tecnología como la organización
social pueden ser reordenadas de tal manera que permitan mejoras
significativas a la situación actual. La idea de sostenibilidad en estos
términos nos remite, por un lado, a un diagnóstico negativo respecto de
la actual situación del planeta, y por el otro, a la necesidad de intervenir
en favor de la modificación de esta situación.

Comenzaremos por analizar la primera cuestión mencionada, es decir,


el diagnóstico. Para ello partiremos de la definición de Ecología
Humana. Si entendemos que la ecología estudia la relación de los
seres vivos y su medio ambiente, debemos inevitablemente hacer
referencia a la influencia del hombre en esta relación; el modo en que
los seres humanos responden a su entorno, sea éste genético,
fisiológico, de conducta o de cultura.

En el ámbito de las ciencias sociales ha existido una fuerte tendencia al


análisis desde una perspectiva -de origen durkheiniano- que tiende a
explicar los fenómenos sociales exclusivamente en relación con otros
hechos sociales. Esto supone ignorar –o por lo menos subestimar- el
resto del mundo en el que viven los humanos; a distanciar a la
sociología de los aspectos físicos, biológicos o materiales del medio
ambiente que influyen en el comportamiento humano y que a su vez
son influidos por él. Para esta perspectiva, en aquellos casos en que los
estudios sociales se refieren al medio ambiente, se interesan
fundamentalmente por la construcción social de los problemas
ambientales y en el interés de la sociedad por estos problemas. Sin
embargo, este análisis limita la posibilidad de dar cuenta de las
situaciones concretas en que se desarrollan los diferentes grupos
sociales, que suponen la interacción de los mismos con el resto de los
ecosistemas.

La Ecología Humana estudia la estructura y desarrollo de las


comunidades humanas y sociedades como poblaciones humanas
adaptadas a sus ambientes. Por lo tanto, hace referencia a la relación
del hombre con el medio físico y social. En este sentido, toma en
cuenta los patrones de organización social y cómo esa adaptación al
ambiente se lleva a cabo. Esto supone utilizar la perspectiva de análisis
de las ciencias biológicas y sociales, dado que la acción humana
interviene permanentemente en el medio ambiente, por lo cual
condiciona todas las posibilidades de vida en la tierra.

"El medio abarca todo lo que el individuo encuentra a su alrededor: la


tierra en que vive, el aire que respira, la temperatura, el viento y la lluvia.
El medio físico incluye el clima, el cual influencia profundamente sus
condiciones de vida, su vivienda, vestimenta y producción de alimentos.
El medio social y psicológico incluye la sociedad en la cual la humanidad
vive y todas sus actitudes psicológicas, la familia en la cual nació, su
educación y su trabajo. Todas estas materias y muchas más constituyen
el medio”. (Harding Le Riche y Milner, 1971)

Sin embargo, cuando nos referimos a la adaptación al ambiente,


debemos tener en cuenta que aunque los seres humanos son parte del
ecosistema, interactúan de manera particular con el; y podríamos
pensar en la interacción de los seres humanos y el ecosistema como la
interacción del sistema social humano y el resto del ecosistema.
El sistema social es un elemento central en la ecología humana porque
las actividades humanas que ejercen impacto sobre los ecosistemas
están influidas por la sociedad en que viven las personas. Los valores y
conocimientos de cada grupo social tienen consecuencias en la forma
en que ese grupo actúa, y en consecuencia, en cómo afecta a los
ecosistemas. Por ejemplo, el acceso a la tecnología -y el significado que
se le asigne socialmente al uso de esa tecnología- condiciona las
posibles acciones de esa sociedad. El tipo de organización social, las
instituciones -sociales, culturales, políticas y económicas- y las
conductas socialmente aceptables son otro factor de fuerte influencia en
las decisiones que se toman. Podríamos decir entonces, que el objetivo
principal del estudio de la ecología humana es conocer la forma en que
las sociedades humanas entienden y afectan el ambiente incluyendo los
niveles biológico, social y cultural.

Las personas afectan al ecosistema cuando utilizan recursos -como


agua y tierra- , cuando devuelven desechos, o bien cuando modifican o
reorganizan intencionalmente los ecosistemas existentes -o crean
nuevos-, para satisfacer sus necesidades. Por otra parte, las
consecuencias de las actividades humanas suponen una cadena de
efectos a través del ecosistema y el sistema social, amenazando la
supervivencia de diferentes especies, entre ellas los seres humanos. Es
decir que, cuando el hombre actúa deteriorando el ambiente, a su vez
las consecuencias de este deterioro influyen en la calidad de vida de los
hombres y sus posibilidades de existencia.
Valores

Conocimientos
Acciones
Humanas Impacto
Instituciones individuales ambiental
sociales y colectivas

Conductas Calidad de vida


socialmente y posibilidades
aceptables de existencia

Si el crecimiento económico depende de incrementar permanentemente


las cantidades de recursos provenientes de ecosistemas con
capacidades limitadas para proporcionarlos, se deteriora no solo la
naturaleza sino también la capacidad de supervivencia de los grupos
humanos. Los ecosistemas deteriorados limitan su capacidad para
satisfacer las necesidades humanas básicas y amenazan la posibilidad
de existencia de muchas comunidades. Sin embargo, paradójicamente,
no siempre las comunidades más inmediatamente amenazadas son
aquellas cuyas acciones impactan negativamente en el ambiente. Las
desiguales estructuras socioeconómicas y los comportamientos
poblacionales asociados con estas estructuras (como la concentración
de la propiedad de la tierra que genera expulsión de los pequeños
productores y el incremento de la desocupación rural, o las migraciones
masivas hacia las ciudades, que conllevan desarraigo e incremento de la
población en los cordones urbanos) hacen que la situación revista
gravedad.

Cuanto mayor es la intensidad de uso de los recursos, resultan menos


sustentables. El uso intensivo de los recursos no renovables afecta su
disponibilidad, y deteriora la capacidad de los ecosistemas para
generarlos. Por lo tanto, volvemos a la definición inicial: la
sostenibilidad sólo es posible si se limitan las demandas.

En términos históricos, si bien a partir de la Revolución Industrial –


fines del siglo XVIII- la utilización de recursos naturales ha sido
creciente, así como las consecuencias en el sistema social; en las
segunda mitad del siglo XX el crecimiento demográfico de la humanidad
-debido en parte al aumento en la expectativa de vida
fundamentalmente en los países centrales-, el crecimiento industrial, y
el auge de valores centrados en el consumo material, han incrementado
fuertemente esta utilización de los recursos naturales. La tendencia
iniciada con la industrialización ha alcanzado niveles muy significativos
con la llamada Globalización, acentuándose las diferentes alteraciones
en el orden biológico y social. La población mundial y el consumo de
recursos naturales han crecido a un ritmo sostenido, así como la
diferenciación social, el desempleo estructural y una variedad de
problemas sociales que son cada vez más mayoritariamente urbanos.

Como contrapartida de esto, podríamos afirmar que paralelamente en


las últimas décadas ha aumentado la conciencia respecto de esta
situación y se han dado cambios en el sistema social para reducir la
intensidad de las exigencias a los ecosistemas. Un ejemplo de esto son
los intentos de utilización de tecnologías que utilizan recursos más
eficientemente y reducen la contaminación.

Decíamos anteriormente que las consecuencias de las acciones


humanas sobre los ecosistemas se deben a las decisiones que toman
diferentes actores sociales sobre la utilización de los recursos naturales
-cuáles se utilizan y para qué, de qué manera se utilizan y con qué
tecnología, en beneficio de qué grupos, etc.-. Esta utilización produce
algún grado de deterioro, por lo cual las consecuencias del mismo
afectan tanto los intereses como la calidad de vida de diferentes grupos
sociales (y como mencionábamos en la clase anterior, en muchas
oportunidades los afectados no son los mismos que tomaron las
decisiones).

Para enumerar algunas de las problemáticas ambientales tomaremos


como referencia el informe del Programa de Naciones Unidas para el
Medio Ambiente –UNEP en inglés-. El PNUMA fue creado en 1972 a raíz
de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Humano, y
promueve y coordina actividades tendientes a implementar políticas
medioambientales, ya sea a través de la realización de diagnósticos,
asesoramiento en la legislación, aliento a las acciones de protección,
generación de información sobre el tema y promoción de acuerdos
internacionales.

En el informe de evaluación ambiental GEO-4, el PNUMA hace


referencia al bienestar humano y su relación con el medio ambiente. Allí
se define el bienestar como “el grado en el que los individuos tienen
la capacidad y la oportunidad de vivir un tipo de vida que creen
que vale la pena. El medio ambiente se valora más allá de su papel
como generador de ingresos y se considera que sus efectos en el abarca
seguridad personal y medioambiental, acceso a materiales para una
buena vida, una buena salud y unas buenas relaciones sociales -todo
ello está íntimamente relacionado entre sí- y subraya la libertad de
elegir y actuar. Otros factores importantes en el análisis del bienestar
incluyen la pobreza, la desigualdad y el sexo”1.

1
Resumen de prensa GEO 4 Medio Ambiente y Desarrollo (www.pnuma.org/GEO4)
BIENESTAR
HUMANO

SEGURIDAD CONDICIONES SALUD RELACIONES


MATERIALES HUMANAS

Las personas dependen de los recursos naturales para sus necesidades


básicas, como son los ingresos, la comida, la energía, el agua y la
vivienda. En numerosas comunidades, los recursos medioambientales -
pescado, productos forestales, flora y fauna- contribuyen a la
posibilidad de generar ingresos, influyendo por lo tanto en la
posibilidad de supervivencia de los grupos sociales y en su calidad de
vida. La pobreza implica un bajo nivel de bienestar, que genera falta de
acceso a sanidad, cuidados médicos y educación –y en consecuencia
posibilidad de aparición de enfermedades y muerte prematura-. Casi
una cuarta parte de las enfermedades se deben a la exposición a
agentes medioambientales, como la contaminación atmosférica en las
ciudades o la contaminación del agua.

La desigualdad ocasionada por la distribución asimétrica de ingresos,


asistencia médica o el agua potable entre diferentes personas o grupos
suele verse agravada por la degradación del medio ambiente que
obstaculiza la movilidad de los individuos hacia situaciones de mayor
calidad de vida. Por otra parte, la cuestión de género también se
relaciona con las situaciones de desigualdad, dado que la mayoría de
las personas que viven en la pobreza son mujeres –que son las que se
ven más afectadas por la degradación ambiental-.
En el Informe GEO 4 se mencionan como aspectos críticos los
siguientes:

 AGUA
El cambio climático, el aprovechamiento humano del agua y los
ecosistemas acuáticos, y la sobrepesca continua están influyendo sobre
el agua y los recursos acuáticos del mundo. Aproximadamente un 70
por ciento del agua disponible se dedica al riego, y ha aumentado
significativamente el uso de agua dulce para industria y energía. El
GEO-4 afirma: “El creciente peso de la demanda de agua será
intolerable en los países con escasez de agua”. La cantidad de agua
dulce disminuye, afectando el Objetivo de Desarrollo del Milenio
relativo al hambre que implica que se deberá duplicar la producción de
alimentos para el año 2050.
Por otra parte, las actividades humanas provocan una importante
disminución en la calidad del agua. Cuando se eliminan al suelo y al
agua cantidades de residuos que superan la capacidad de absorción o
degradación de los ecosistemas, se contaminan napas subterráneas,
ríos, lagos, etc. El uso de fertilizantes, insecticidas, fungicidas y
herbicidas, así como otros productos químicos o farmacéuticos
contribuyen a este proceso, y éste es una de las fuentes de
enfermedades más importante en numerosas poblaciones. Las aguas
costeras contaminadas con aguas residuales provocan enfermedades
gastrointestinales y respiratorias –lo que supone asimismo un aumento
en los gastos de salud-. En los países en vías de desarrollo, mueren al
año 3 millones de personas a causa de enfermedades procedentes del
agua, la mayor parte de ellos menores de cinco años. Se estima que son
cerca de 2.600 millones de personas los que carecen de instalaciones
sanitarias adecuadas.

Por otra parte, el aumento del nivel del mar amenaza a poblaciones de
las áreas costeras, así como la existencia de las islas-estado. De
hecho, en el marco de la Conferencia Mundial de los Océanos, que se
celebró en mayo pasado en Manado (isla Célebes), se planteó la
gravedad de este problema, que ya está generando “refugiados
medioambientales” y prevé la posibilidad de que grupos de personas se
transformen en apátridas cuando sus países dejen de existir por la
desaparición de las islas.

 BIODIVERSIDAD
Los cambios actuales en la biodiversidad son los más rápidos que se
han visto en la historia del ser humano. El uso de especies animales y
vegetales para el consumo humano, la producción y eliminación de
residuos contaminantes, la deforestación y degradación de los suelos
son factores que afectan fuertemente la variedad de especies que se
desarrollan en un mismo ambiente. Además, la introducción de
especies exóticas y la sobreexplotación por caza y captura amenazan
la supervivencia de muchas especies, provocando desequilibrios en los
ecosistemas. Debido al impacto de las acciones humanas el ritmo de
extinción de las especies es cientos de veces superior al ritmo de
extinción natural.

En tanto la pérdida de diversidad genética en cultivos agrícolas


puede tener importantes consecuencias en la seguridad alimentaria, la
satisfacción de las necesidades alimentarias requerirán la
intensificación de la productividad agrícola o bien la extensión de las
áreas cultivadas –lo que afectara inevitablemente la biodiversidad-.

Por otra parte, también la diversidad cultural se ve afectada por la


pérdida de la biodiversidad, dado que las áreas con mayor
concentración de culturas diversas tienden a ser zonas de elevada
biodiversidad (culturas en las que frecuentemente la relación con el
medio ambiente forma parte esencial de su identidad). Se pierden de
esta manera costumbres, tradiciones e idiomas que sustentan los
valores de comunidades en diferentes partes del planeta. Esto afecta
directamente la paz y la seguridad de los grupos humanos.
 ATMOSFERA
El calentamiento global está generando retroceso de glaciares,
ruptura prematura de hielos, cambios en los patrones de precipitación y
corrientes oceánicas, así como aumento en la frecuencia e intensidad de
olas de calor, temporales, inundaciones y sequías en diferentes
regiones. Estos fenómenos afectan directamente la posibilidad de
supervivencia de numerosos grupos sociales, dado que inciden en el
establecimiento de asentamientos humanos, en las alternativas de que
disponen para generar ingresos económicos y en los hábitos y
costumbres en los que se funda su identidad cultural. Asimismo, el
aumento de temperatura puede multiplicar epidemias en muchas
poblaciones. El aumento esperado de temperatura para este siglo se
encuentra entre 1,8° C y 4° C.

El informe GEO-4 indica que la contaminación atmosférica


provocada por las acciones humanas es uno de los problemas
medioambientales más importantes, que afectan la salud humana y del
resto de los seres vivos. Aunque la calidad del aire ha mejorado
especialmente en algunos países desarrollados, la concentración de
contaminación es muy elevada en las ciudades en las regiones en vías
de desarrollo. Esto se debe a que la producción de bienes de consumo
se ha trasladado en gran medida de los países centrales a áreas de la
periferia capitalista, generando una vez más un impacto muy
significativo como consecuencia de políticas que intentan alentar
crecimiento económico en las regiones más postergadas.

 TIERRA
El crecimiento demográfico y económico ha provocado una
intensificación en el uso del suelo, lo que genera una importante
degradación que afecta directamente la calidad de vida de los
individuos, debido a la erosión, agotamiento de nutrientes y
contaminación. La degradación afecta particularmente a los grupos
humanos en situación de pobreza, en tanto se ve afectada su
posibilidad de subsistencia dado que los suelos son cada vez menos
productivos. Esta situación se pone de manifiesto más claramente en
los países pobres, influyendo en la posibilidad de sustento de la
población en áreas rurales. El fenómeno creciente de la desertificación
también afecta la salud de la población, en tanto la escasez de agua
multiplica enfermedades. Asimismo, el uso intensivo de químicos
genera problemas en la seguridad de los alimentos.

La tala de bosques debido a demandas humanas genera desequilibrios


en los ecosistemas, y sigue siendo mayor la pérdida anual de bosques
que el aumento de bosques plantados y seminaturales. La
deforestación constituye un grave problema, especialmente en los
países en desarrollo, dado que es un factor importante en los procesos
de deterioro del suelo y en la desertificación, así como en el
agravamiento de las inundaciones. Este último fenómeno también
afecta más directamente a las poblaciones en situación precaria, que
tienen menos posibilidades de reubicarse en zonas más favorables.

Por último, cabe mencionar que las perspectivas para cada región del
planeta son diferentes, en función de los procesos que se desarrollan en
términos económicos y sociales, pero también debido a las políticas que
se llevan a cabo, en función de legislaciones que intentan limitar las
consecuencias negativas de las acciones antrópicas en el
medioambiente. Las prioridades difieren en las distintas regiones y esto
implica que los diferentes grupos de personas se encuentran en mayor o
menor situación de vulnerabilidad respecto de estas consecuencias.
Las decisiones que se tomen deben tener en cuenta las perspectivas a
largo plazo, de manera de incidir en las necesidades actuales sin
comprometer el futuro de las diferentes comunidades (comprendiendo
en este sentido aspectos ambientales, sociales, económicos y políticos).
“Pero la reducción de la vulnerabilidad no depende sólo de las
políticas ambientales. Se puede ayudar a los más vulnerables de
una gran variedad de formas, por ejemplo:
- integrando la gestión desde el nivel local al nivel global
respaldando las medidas de gestión a todos los niveles;
- integrando las políticas de desarrollo, salud y
medioambientales;
- haciendo que el alivio de la pobreza susceptible al género sea un
aspecto central de las políticas;
- haciendo que el medio ambiente y la igualdad sean elementos
centrales de los sistemas de mercado mundiales;
- reforzando el apoyo financiero y técnico, así como el acceso al
aprendizaje;
- mejorando la transferencia de tecnología relevante;
- evaluando los impactos de las políticas sugeridas primero sobre
los más vulnerables y mejorando la igualdad en términos de
acceso a los recursos, el capital y el conocimiento.” 2

2
GEO-4 Resumen Ejecutivo para Periodistas

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