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Ejemplo N° 2: Las pruebas de preselección

Algunas personas consideran que las pruebas de preselección para los maestros son injustas, que
son un tipo de doble prueba. "Los profesores ya son graduados universitarios", dicen. ¿Por qué
deberían ser examinados? Es sencillo. Los abogados también son graduados universitarios y
graduados de escuelas de formación profesional, pero tienen que presentar el examen de
certificación para ejercer la abogacía. Asimismo, algunas profesiones piden a los posibles
miembros demostrar que dominan la materia presentando y aprobando exámenes de
certificación: contadores, actuarios, médicos, arquitectos. No existe razón por la que no se les pida
hacer lo mismo a los maestros.

Un argumento de autoridad es una forma de razonamiento que recurre a lo que ha dicho una
persona o entidad calificada sobre un tópico determinado para defender una posición. Por
ejemplo: es razonable confiar en lo que ha dicho Friedrich Nietzsche sobre el pensamiento
europeo porque era un experto en filosofía.

Las frutas deben comerse lejos de los horarios del almuerzo y cena, como sostiene el doctor
Gerónimo Alfredo Camargo, miembro del sumo consejo de los Cuidados Alimenticios en
Latinoamérica.
La deforestación conlleva a la desaparición de ecosistemas que son fundamentales para la vida de
muchos animales y plantas y para el medio ambiente. Por ejemplo, cuando se deforesta un
bosque, se pierde una gran cantidad de plantas, muchos animales pierden su hábitat, se generan
terrenos áridos y aumenta el efecto invernadero en el planeta.

La argumentación CAUSA-EFECTO es el tipo de razonamiento por el que se demuestra que un


suceso A provoca o contribuye a la formación del suceso B. Se utiliza en debates de tipo político
(sobre propuestas de actuación) o cuando el tema o proposición de debate está redactada en
futuro y en presente. Por ejemplo: ¿Deben los padres prestar más atención a sus hijos o hijas?
Podemos llegar a una “deducción causal” a través de dos tipos de razonamiento:

A) DE LA CAUSA AL EFECTO: “Llueve, luego nos mojaremos”

B) DEL EFECTO A LA CAUSA: “Estamos mojados porque llueve”

4.1. CONSTRUIR ARGUMENTOS CAUSALES

Para explicar algo buscamos sus causas. Estas pueden ser necesarias para producir un efecto.
Ahora bien, una causa puede ser necesaria para producir un efecto (Para ser guía turístico tengo
que estudiar la carrera de Turismo) y, sin embargo, no ser suficiente para lograr el objetivo. Esto
significa que se requiere de otras causas, también necesarias, para producir el efecto (Además, hay
que estudiar muchos idiomas y aprobar los exámenes, asistir a clase, etc.). Por tanto, lo necesario
y lo suficiente son dos criterios distintos (pero ambos a tener en cuenta) y no deberíamos
confundirlos:
1º. Para saber si una causa es NECESARIA, debo hacerme la siguiente pregunta: si no se diera dicha
causa -tomar el sol en exceso en la playa-, ¿podría darse el efecto –quemarnos la piel-? Cuando la
respuesta es NO, indica que la causa es necesaria (o como decían los antiguos, es una condición
“sine qua non”, sin la cual no se produciría el mismo resultado).

2º. Para saber si la causa es SUFICIENTE, debemos preguntarnos: ¿la presencia de dicha causa –
tomar el sol en la playa- basta para que se produzca el efecto –sufrir quemaduras en la piel-?
Cuando la respuesta es SÍ podemos decir que la causa es suficiente para producir el efecto, lo que
no implica que tenga que ser la única y necesaria, porque podría haber otras causas suficientes
para producir el mismo efecto (tener la piel muy blanca, no habernos aplicado protección solar,
que el índice de rayos UVI haya sido muy alto).

3º. A veces coinciden ambos criterios y obtenemos una causa NECESARIA Y SUFICIENTE. Ejemplo:
por ahora, para obtener el título de Bachillerato tenemos que (y basta que) superar las distintas
asignaturas al final de 2º de bachillerato. Es decir: con que se dé la causa A, se dará el efecto B
(suficiente) y si no se da la causa A, entonces no se dará el efecto B.

«La restauración Meiji Bakumatsu no Dōran (fin del régimen del shōgun) fue la sucesión política
que llevó al Shogunato Tokugawa a su final, para que se renovara el poder de gobierno de Japón
al emperador, debido a que había cedido a la figura del shōgun. Este régimen era muy parecido
al feudalismo europeo: el emperador no tenía el poder real sino que dependía del daimyō (señor
feudal o hacendado de familias importantes) más importante. Este se titulaba shōgun, que es el
mayor rango que un daimyō podía obtener. Por eso el régimen político se llamaba shogunato.»

La experiencia es un conocimiento de la vida adquirido viviendo, habiendo hecho (o sufrido)


repetidamente algo. Son situaciones por las que ya se ha pasado y por eso podemos afirmar que
sabemos cosas sobre eso (más que otra persona que no lo haya vivido).

Los argumentos de experiencia son fáciles de reconocer en un texto argumentativo cuando un


autor empieza contando su historia para después hablarnos  de la postura que defiende.

PERO ¡CUIDADO! cuando los usamos nosotros en el apartado de opinión personal porque no vale
decir «a mi tía Concha le pasó esto y por eso es verdad». Los argumentos de experiencia tienen
que tener cierto nivel y ser un poco generalistas, desde mi experiencia pero evitando el «yo, a mí,
me, me ha pasado…».

Por ejemplo, en un texto que habla sobre el nacismo podríamos comentar nuestra visita al Museo
del Holocausto de Berlín.

Otro ejemplo: en un texto sobre el cambio climático se podría hablar de cómo ya casi no queda
playa en muchas zonas de costa de Valencia. No diría «yo veraneo en Cullera y mi padre se queja
porque ya no se puede poner la toalla…»; tendrías que decir, «los valencianos recordamos que las
playas eran enormes y ahora debido al aumento de la frecuencia de las DANAS, ya hay zonas
donde apenas se puede poner una toalla».

Un argumento probabilístico es aquel que parte de, al menos, una de sus premisas como probable
o posible para llegar a una conclusión.
Los argumentos probabilísticos tienen en cuenta las circunstancias y la acción de azar, la lógica y la
posibilidad de que algo ocurra.

Uso de los argumentos probabilísticos

Estos argumentos se usan en la ciencia empírica, que precisa de la experiencia para extraer la
posibilidad de que vuelva a repetirse.

Tipos de argumentos probabilísticos

Existen dos formas de reconocer un argumento de estas características:

Argumento probabilístico cuantitativo. Usa porcentajes o números para extraer el argumento. Por


ejemplo: Una de cada tres mujeres tienen empleo en Argentina. / El 75% del cuerpo está
compuesto de agua.

Argumento probabilístico cualitativo. El argumento no emplea porcentajes sino que usa adverbios


de cantidad. Por ejemplo: La mitad de los presentes aprobó el examen con más de 8./
La mayoría de los empleados se quejaron por la medida tomada por la empresa.

Las estadísticas señaladas por la Organización Un Women revelan que en total el 35 % de las


mujeres a nivel mundial han sido víctimas de abuso sexual.

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