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LA GUERRA DE LOS PASTELES

La Guerra de los Pasteles fue un conflicto bélico entre México y Francia,


desencadenado en1832 en un restaurante francés de Tacubaya. Conoce el
motivo y la historia completa de esta batalla, a continuación.

Los “culpables” de la guerra de los pasteles fueron oficiales de Santa


Anna, quienes organizaron una fiesta que casi destruye el restaurante y,
además, devoraron todos sus pasteles.
Cuando los franceses les exigieron el pago por los daños, los mexicanos
se negaron a hacerlo y entonces, comenzó la guerra de los pasteles.

El origen de la guerra de los pasteles


Ejército.
Una tarde de 1832 oficiales de Antonio López de Santa Anna, decidieron
armar una fiesta privada en un restaurante de Tacubaya propiedad de
un empresario francés de apellido Remontel.
Gozaron, destrozaron cosas y sobre todo comieron buena parte de los
pasteles producidos por la casa.
El dueño del establecimiento pidió al gobierno mexicano una
indemnización de 60 mil pesos por los estropicios hechos por sus
hombres, pero éste se negó. 
El restaurantero y pastelero recurrió al barón Deffaudis,
entonces  embajador de Francia en México, para pedirle que interviniera
en la petición de la reparación de daños.
Sin embargo la respuesta para él, también fue negativa.

México y Francia, cada vez más cerca del conflicto


El gobierno no contaba con que la guerra de los pasteles se tornaría
cada vez más serio y a mayor escala.
Cada vez más y más franceses en México empezaron a hacer públicos
los saqueos y daños a sus negocios durante la Revolución, por lo que las
solicitudes de indemnización aumentaron.
.
Con la presión de sus compatriotas encima, Deffaudis se fue del país para
buscar ayuda del gobierno francés.
El 21 de marzo de 1838, Deffaudis arribó a costas
veracruzanas en compañía de 10 embarcaciones repletas de
hombres armados.
La guerra de los pasteles inicia
Los franceses estaban dispuestos a intimidar con plomo las intenciones del
gobierno mexicano de no pagar por los daños a los bienes de sus
connacionales.

youtube.com El ejército francés en las costas veracruzanas.


México, entonces encabezado por la presidencia de Anastasio
Bustamante, se negó a negociar con Francia mientras sus
embarcaciones estuvieran en costas veracruzanas amenazando la
soberanía nacional.
Pero la belicosa ofensiva no se echó para atrás, por el contrario, Francia
comenzó a incautar las naves mercantes mexicanas el 16 de abril de
1838 para generar una mayor tensión.
Para noviembre de ese año los barcos franceses dieron inicio al bombardeo
a San Juan de Ulúa y la ciudad de Veracruz.
La gente de Antonio López de Santa Anna repelió las agresiones, de lo que
ahora se considera la primera intervención de Francia en México.
mexicodesconocido.com.mx Anastasio Bustamante.

El fin de la guerra de los pasteles


El fin de las hostilidades entre ambas naciones, al menos durante esa
etapa, se dio al siguiente año, el 9 de marzo de 1839, con la mediación
de la embajada Inglesa, que logró que México pagara 600 mil pesos
para acabar con la Guerra de los Pasteles.

El bloqueo de Veracruz
Por aquellos años, no era raro que en las revueltas por el poder en
México hubiera comerciantes afectados, entre ellos extranjeros que
tenían diversos negocios en la capital y en el interior del país.
En el caso de los franceses, informes diplomáticos galos decían que
había unos 450 establecimientos con un valor estimado de 30 millones
de francos.

A través de sus ministros, el rey Luis Felipe I de Francia exigía a México el pago de los
daños a los comerciantes franceses. (Getty Images).
El gobierno del monarca francés Luis Felipe I instruyó desde 1836 a su
diplomático en México, el barón Antoine Deffaudis, que demandara el
pago por los daños a los franceses producto de las batallas internas de
México.
Ante la negativa del gobierno mexicano, que "no encuentra que haya la
menor obligación" de resarcir por daños que sufrieron mexicanos o
extranjeros por actos de facciones políticas, Francia envió en marzo de
1838 una flota de 26 naves lideradas por Deffaudis al puerto de
Veracruz.
Este es el principal punto de comercio con Europa de México y es
clave para su debilitada economía. "Lo estrangulaba increíblemente
porque el principal ingreso del Estado era el producto de la aduana",
explica González Lezama.
México acababa de sufrir la separación de Texas, "ya estaba el orgullo
nacional bastante golpeado", dice el historiador, así que el gobierno le
había planteado a Francia pagar los 600.000 pesos en plazos. Pero
rechazó tajantemente las peticiones de ventajas comerciales que
demandaban.

Deffaudis no aceptó el trato y dio un ultimátum que terminaba el último


minuto del 15 de abril. Al día siguiente, inicia el bloqueo del puerto de
Veracruz.
Las negociaciones infructuosas llevaron a las tropas francesas a abrir
fuego el 27 de noviembre de 1838 contra el fuerte de San Juan de Ulúa.

El fuerte de San Juan de Ulúa era desde la época novohispana la principal defensa del
puerto de Veracruz. (GETTY IMAGES).
"En pocas horas acaban con las defensas del puerto. Matan a los
artilleros mexicanos y desmontan las baterías mexicanas. Eran muy
superiores en calidad los cañones franceses", señala González Lezama.

Los mexicanos "no lograron dañar los buques franceses".

El bloqueo de Francia a Veracruz, entonces, pasa de la sola presencia en


el mar a tierra. Los galos se apostaron en diferentes puntos de la ciudad
sin que hubiera mayor resistencia de las fuerzas mexicanas.

Aunque el gobierno mexicano habilitó otros puertos del golfo de México,


ninguno tenía la capacidad aduanera de Veracruz. Y el contrabando se
volvió un gran problema.

La única contraofensiva mexicana se produjo el 5 de diciembre de


aquel año. Las fuerzas bajo el mando del general Antonio López de
Santa Ana hicieron replegarse a los franceses, pero no tenían fuerza
como para poner en peligro el bloqueo de Veracruz.
"No tuvo peso en la situación", explica el historiador.
"El auténtico peso que resuelve la situación fue cuando los ingleses
supieron que los franceses tenían un reclamo contra México y se
preocuparon, porque sabían muy bien cuál era la verdadera intención de
los franceses: ganar una plaza comercial".

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