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La diferencia entre “visitante”, “quejoso” y “cliente”

según Steve de Shazer

El visitante
Muchas veces el terapeuta se encuentra en una situación en la cual no sabe por qué vino el
paciente. Puede haber llegado recomendado por un pariente o un médico, juez u otras
personas que están preocupados por su estado o su salud.

En este caso conviene a tratar al paciente como si fuera un “visitante”, que quiere mirar,
conocer al terapeuta o el tipo de terapia, investigar lo que se puede hacer o lograr y nada más.
Además puede ser que el paciente sienta la necesidad de cambiar algo, pero no sepa todavía
qué. Sabe solamente lo que no quiere.

En este caso no hay forma de empezar un tratamiento ni una terapia. Tampoco hay forma de
aconsejar porque todavía no hay pedido. El terapeuta no puede intervenir aunque tenga una
idea sobre lo que el paciente necesitaría.

El comportamiento adecuado del terapeuta sería:


1. Ser lo más amable posible y estar de acuerdo con lo que el paciente relata.
2. Mencionar y reconocer lo que está bien. Lo que puede seguir siendo tal como es y lo que
funciona bien en la vida del paciente. No hay que fijarse en lo que no funciona.

El quejoso
Cuando el paciente comienza a relatar su queja, puede ser un paso al comienzo de una sesión
terapéutica, pero todavía no es el momento de confrontarlo con sus problemas. No está
dispuesto para reflexionar sobre los propios comportamientos. Puede ser que el paciente
necesite quejarse de “los demás”, de su familia, sus amistades o de su trabajo, sin querer
cambiar algo.

El comportamiento adecuado del terapeuta sería:


1. Dejar que se queje, dejar que exprese toda su bronca
2. Preguntarle por la problemática y mostrarle que entiende su queja.

Recién cuando el paciente comienza a definir una meta y se muestra cooperativo para lograrla,
se trata de un cliente verdadero que tiene la voluntad de hacer algo a favor de los cambios
necesarios.

El cliente verdadero
Está dispuesto a reflexionar y cambiar su comportamiento para lograr una mejoría en su
estado. Coopera en las tareas que el terapeuta le aconseja y encuentra posibilidades de
cambio.

Ahora puede ser que durante la terapia el paciente cambie de estado entre visitante,
quejoso y cliente. En cada estado hay que tratarlo diferente.

Como visitante se le puede hacer solamente comentarios que no provoquen cambios


Al quejoso se le puede dar tareas de observación
Al cliente verdadero se le puede dar tareas de cambios de comportamientos.

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