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Universidad de Colima

Modelos Universales I
Teoría Literaria III
Diana Laura Reynaga Fuentes

Junio 14, 2016

El viaje y el complejo de Caronte en El Corazón de las tinieblas de Joseph Conrad

Todos los dioses son solares; todos los dioses son dioses de la luz. Todos los mitos cuentan la misma historia:
el triunfo del día sobre la noche. Y la emoción que anima a los mitos es la emoción primitiva entre todas: El
miedo a las tinieblas, la ansiedad que al fin cura la aurora.

(Ploix en Bachelard, 1942: 197)

El miedo en el ser humano es una emoción que mantiene al ser condicionado en cuanto a
sus acciones, cuando nos vemos amenazados por la situación una respuesta psicofisiológica
normal es el miedo. Uno de los primeros miedos que el ser humano tiene es el miedo a la
oscuridad, por lo tanto, se tiene miedo a lo desconocido, lo que puede haber en esa
oscuridad, de modo que la infinidad de posibilidades es una desventaja para el ser, ya que
se encuentra en un problema por no poder ver en la oscuridad. Es por esto que, la oscuridad
es siempre vinculada con lo negativo, y es directamente asociada al concepto tiniebla.
Dentro de la obra El corazón de las tinieblas la palabra tinieblas es atribuido a la
interioridad del hombre, a los impulsos primitivos – los complejos de cada ser –. En esta
obra se abre un amplio panorama de la degeneración de la humanidad.

En el presente trabajo se hará un recorrido al corazón de la selva en la novela El corazón de


las tinieblas de Joseph Conrad en el cual, se expondrán los elementos simbólicos que
ejemplifican el complejo de Caronte en conjunto con un análisis de la transformación del
individuo civilizado inmerso en el entorno del hombre primitivo, que se muestra a través de
la metáfora del título de la obra y otros elementos recurrentes en la narración.

Es una novela corta cargada de simbolismo en su totalidad. En una transición en sí misma como
obra al igual que la trama. La obra presenta una transición del Romanticismo al Realismo, Conrad
es un autor considerado romántico pero sus obras son de corte realista, además se le considera un
precursor del modernismo por la innovación en su narrativa.
Joseph Conrad fue un escritor polaco, nacionalizado inglés en 1886, nacido el 3 de diciembre de
1857 hijo de una familia noble involucrada en la política polaca. A los 17 años se vuelve marino en
Marsella, de sus experiencias como marino retoma varios de los aspectos que vivió para sus relatos
que en su mayoría son ambientados en la mar. Pero la más importante sin duda es su visita al Congo
Belga en 1888, donde se dio cuenta de las atrocidades que se cometían contra la población indígena;
esto sirve de base para la trama del El corazón de las tinieblas.

La novela es considerada autobiográfica en cierto sentido, ya que el Conrad se sirve de su


experiencia para plasmar la explotación indígena y la explotación del marfil del imperialismo
europeo. Sin embargo, aun cuando la novela también ha sido criticada por exponer una realidad
racista, el sentido va más allá de la interpretación de una primera lectura.

II

La novela comienza en Londres, pero la mayor parte de la historia se desarrolla en una región del
África central. Marlow, hombre de mar, les relata la historia a tres tripulantes del Nellie, un barco
de vapor, en el que van en un viaje de trabajo para la compañía para la que trabajaba; tres hombres
escuchan a Marlow contar su viaje a África como agente de la Compañía, una empresa de marfil.
En el camino presencia la brutalidad y el odio entre los colonizadores y los aborígenes africanos, se
involucra en una lucha de poder dentro de la Compañía, y por fin aprende la verdad sobre el
misterioso Kurtz, un agente loco que se ha hecho tanto un dios como un preso de los "africanos
nativos".

Después de "rescatar" a Kurtz de los aborígenes, Marlow mira horrorizado mientras Kurtz sucumbe
a la locura, a la enfermedad y, por fin, a la muerte. El viaje de Marlow al corazón del continente
africano se transforma así en un descenso a los infiernos, pero también en una crítica al
imperialismo occidental y una investigación acerca de la locura.

Al embarcarse en este viaje para situarse en una de las estaciones de la compañía, Marlow – nuestro
personaje principal– , está expuesto a un camino, es un viaje a emprender, una aventura, que puede
ser vinculado con la teoría de Bacherlard en la que habla del nadador en su libro El agua y los
sueños, en el apartado de Las aguas violentas donde apunta que el salto al mar, es la única imagen
que se puede vivir, el salto a lo desconocido, es lo que le sucede al nadador. Por tanto, aun si
Marlow no es un nadador, ni salta al mar; es un navegante que sale del estuario del Támesis y al ir
de expedición al África central es un viaje a lo desconocido, a lo más recóndito y oscuro de la
jungla.
«El estuario del Támesis se prolongaba frente a nosotros como el comienzo de un camino de agua
interminable. […] la bruma que se extendía por las orillas del río se deslizaba hacia el mar y ahí se
desvanecía suavemente. […] sólo hacia el oeste, la bruma extendida sobre las regiones superiores,
oscurecía por momentos, como en una angustia suprema, ante la aproximación del sol» (Conrad,
1902:07). Esta es la primera descripción que se hace del entorno al cual se va a enfrentar, un largo
río que desciende a las profundidades de África, un largo camino de agua que lo llevará a su
destino. El título de la obra es enigmático, ¿cuál es el corazón de las tinieblas? ¿Dónde está el
corazón de las tinieblas? Es una metáfora referente al interior de la jungla. Más que una manera de
describir la oscuridad, el misterio, la ignorancia de la ubicación geográfica y de sus habitantes,
describe también el lúgubre escenario de la desolación, del mundo primitivo.

Las tinieblas es un leimotiv obsesivo que es directamente relacionado con la obscuridad, el cual
funciona como un atributo de la personalidad del hombre. Es un factor que describe la maldad, el
interior de la naturaleza humana, los instintos primitivos; pero en mayor parte es atribuido también
a lo profundo de la jungla de África. El empleo de la palabra tinieblas un constante juego entre la
naturaleza selvática y el instinto primitivo del ser humano; sin embargo, la palabra tinieblas no es
fiel al del título original de la obra, el título original es The Heart of Darkness, varias traducciones
usan la palabra tinieblas en lugar de usar oscuridad (que es el significado de la palabra Darkness).

Debido a que la narración describe un entorno oscuro, silencioso, destructivo, lleno de sufrimiento,
enfermedad y explotación, es la causa del por qué, la palabra tinieblas es más acorde que
oscuridad, si se considera que el viaje de Marlow es un descenso a una especie de infierno. Por la
manera en que los colonizadores – mismos miembros de la Compañía – tenían sometidos a varios
negros, los tenían encadenados, caminando en largas procesiones; esta no era la única forma en la
que África es comparada con un infierno, sino que la compañía también mataba elefantes para
obtener marfil, es entonces que Europa llega a África para poner en penitencia a hombres y
animales sin culpa de nada.

De acuerdo a la tesis de Cirlot acerca de la oscuridad, esta es referente a lo maternal, lo germinal.


Menciona una diferenciación entre la referencia de la oscuridad al principio de maldad y a la
dualidad de luz-tinieblas, en el cual se hace referencia al caos primigenio. Las tinieblas expresan
siempre, en el simbolismo tradicional, el estado de las potencias no desenvueltas que dan lugar al
caos (Cirlot, 1992: 344).

Continuando con otro elemento que es un referente de sentido a la historia, la bruma es un


elemento discursivo y a la vez un leimotiv usado para describir el entorno desde el interior del barco
y funciona como metáfora mostrando la creciente incertidumbre a lo que se puede encontrar en el
viaje. « Yo no pensaba que atacaran por varias razones obvias. Una era la espesa niebla. Si dejaban
la orilla en sus piraguas se encontrarían perdidos en ella, como lo estaríamos nosotros si
intentáramos movernos. Sin embargo, yo consideraba la selva de ambas orillas completamente
impenetrable y a pesar de ello había allí ojos que nos habían visto» (Conrad, 1902: 72).

Además de que plasma también una falta de claridad. La bruma que nubla la vista, esta falta de
claridad es otra metáfora de la ceguera de la humanidad, la creciente bruma y también la niebla que
no dejan «ver», es otra metáfora para la incertidumbre del destino que les espera en cada nueva
estación de la compañía. Según Chevalier, la bruma o la niebla, simbolizan lo indeterminado, el
estado de transición de un estado a otro, es considerada como la predecesora de las revelaciones
importantes: es el preludio de la manifestación (Chevalier, 1986: 752).

Por otro lado, la obra es un descenso del hombre, no sólo de un entorno incierto como lo es el
corazón de la selva, sino que es una manifestación del regreso a una edad pasada, al
autoconocimiento, los instintos primitivos que caracterizan al hombre salvaje por ser el perseguidor
de los placeres inmediatos, del instinto de supervivencia. «La subida de aquel río era como el viaje
hacia atrás, a los más primitivos comienzos del mundo. Cuando la vegetación cubría la tierra y eran
reyes los árboles» (Conrad, 1902: 57).

Este entorno resulta insultante para la vista, el juicio del europeo al encontrarse con el contraste del
imperio, del consumismo y la producción en masa que promovió la Revolución Industrial. Lo que
lleva a los europeos a África es el marfil, para obtener esto toman como esclavos a las tribus del
lugar, los negros que son tratados peor que animales. Se apoderaban de todo lo que podían obtener
con la razón de lo ya obtenido. «Aquello era un verdadero bandidaje, con violencia, un asesinato
con agravantes en grande escala, y los hombres iban allí ciegamente, como es natural en quienes
luchan con las tinieblas» (Conrad, 1902:12) Marlow antes de embarcarse como marinero de agua
dulce, había sido marino, hombre de mar; pero no había visto nada parecido a lo que se encuentra
en África, sin embargo, la aventura le llamaba.

El viaje es el primer elemento contemplado en la historia, es el punto de partida de la


narración. Por tanto, es el detonante para la aventura, algo característico del viaje es el
movimiento; el movimiento da lugar al descanso, son dos conceptos inseparables. De
acuerdo con Gilbert Duran, es su análisis del capítulo V llamado De la psicocrítica y la
mitocrítica: el viaje y la habitación en la obra de Xavier De Maistre en su libro De la
mitocrítica al mitoanálisis: Figuras y aspectos de la obra. Plantea la imagen del viaje con
series de significados relacionados con este, de modo que, propone que el viaje puede ser
vinculado con la expedición, el éxodo, la huida, el exilio o incluso una peregrinación. En la
obra, el viaje que emprende Marlow ciertamente es una huida, un escape, no podía estar
quieto, porque él «era marino pero también viajero» (Conrad, 1902: 10).

Respecto a esto, en la narración se emplea el término expedición, concepto ligado al viaje que según
la tesis de Durán, el viaje es pacífico pero la expedición es militar. Todas las posibles
interpretaciones de lo que el viaje puede significar de acuerdo con Durán son mencionadas en la
obra. Mientras que para los aborígenes nativos tenían su propio tipo de viaje, una peregrinación. La
peregrinación de dominación, de sumisión. Marlow lo externa en un pensamiento sobre el hombre
salvaje «No hay iniciación para tales misterios. Ha de vivir en medio de lo incomprensible, lo que
también es detestable. […] Figúrense ustedes el pesar creciente, la repugnancia impotente, la
sumisión, el odio… » (Conrad, 1902: 12).

Algo más que descubrir la barbarie, el rechazo a los habitantes de la jungla y el maltrato que se les
daba, en uno de los aspectos simbólicos dentro del texto de más carga es la circularidad del tiempo.
La narración comienza en Londres y termina en Londres, en esto hay una estrecha relación con el
eterno retorno de Nietzsche y el descenso del hombre, llego a esta teoría debido a que si bien, el
retorno a lo instintivo, al origen del comportamiento humano ejemplifica la constante reiteración.
De acuerdo con el eterno retorno, Nietzsche propone la capacidad de renovarse cíclica y
constantemente con el mito del eterno retorno, el ouroboros, la serpiente que se muerde la cola, acto
que simboliza la autofecundación, la creación del mundo en el simbolismo matriarcal dicha
serpiente es símbolo primordial de la creación del mundo.

Ahora bien, si la primera focalización es en Londres y el final también lo es; de acuerdo con el mito
del ouroboros, se regresa al origen. El origen del ser humano puede ser vinculado con el vientre
materno, dicha comparación es a una oscuridad segura y confortable, mientras que la oscuridad que
se propone en la obra es una involución al principio de la supervivencia y el comienzo del proceso
de individuación a un grado cero; el cual se plantea mediante el recurso del viaje en barco a lo
profundo de la recóndita jungla. Siguiendo esta idea, el viaje al interior de la selva es un pasaje por
la interioridad del ser humano mostrando las diferentes manifestaciones de la consciencia, las
pasiones del ser y el juicio hacia el salvajismo.

Es común clasificar a las pasiones como un elemento negativo, es por esto, que se le denomina
oscuridad, a los defectos incrustados en la interioridad del hombre, a los complejos desarrollados a
lo largo de nuestra vida que modifican nuestro estado anímico. De modo que, constantemente en la
narración se alude a las tinieblas, dichas tinieblas son un reflejo del interior y un elemento esencial.
La historia es un viaje que tiene un fin específico, encontrar a Kutrz. Independientemente de eso, el
viaje descrito da lugar al descubrimiento, la colonización y la explotación del entorno como de la
gente en la jungla. Por otro lado, en la narración el viaje es empleado como el medio de
autoconocimiento y un mundo completamente diferente; sin embargo, si conectamos el viaje con el
mito del eterno retorno es el regreso a una edad primigenia, el retorno al desorden de la humanidad,
el descenso al corazón de las tinieblas, al origen. Por tanto, el viaje narrado es implícitamente
comparado con un viaje al inframundo.

El viaje y el río son símbolos que en conjunto representan una infinidad de posibilidades. En este
caso, el río es serpenteante, va cuesta abajo, pero también cuesta arriba, la mayor parte de los
momentos del viaje son en el barco. De modo que si usamos estos símbolos en cadena, remiten al
mito de Caronte. Siendo así, el viaje al inframundo o a las tinieblas, está directamente relacionado
con el mito de Caronte, o el complejo de Caronte según Bachelard en su libro El agua y los sueños
en el capítulo III. El Complejo de Caronte. Complejo de Ofelia. Me sirvo de la propuesta simbólica
de Bachelard en la cual, retoma el principio básico del simbolismo del agua, acerca de que el agua
es fuente de vida y también sustancia de muerte, siguiendo con la ensoñación del agua como
sustancia de muerte, «el héroe del mar es un héroe de la muerte […] el primer marino es el primer
hombre que fue tan valiente como la muerte» (Bacherlad, 100). Por tanto esta tesis ilustra
básicamente lo que sucede en la última parte de la novela de Conrad, al encontrar a Kurtz
gravemente enfermo y loco al verse sometido al corazón de las tinieblas por más tiempo, este muere
en el barco timoneado por Marlow.

En esta parte, se nos presenta la imagen de la muerte en las aguas – ya que Kurtz muere a bordo del
barco – de la que habla Bachelard afirmando que «la imaginación material quiere que el agua
participe en la muerte, necesita del agua para que la muerte conserve su sentido del viaje»
(Bachelard, 103). Una vez que se presenta esta imagen, Marlow se convierte en Caronte – cuando
tsu timonel muere por una lanza de los nativos, poco antes de encontrar a Kurtz – «Remonté un
poco el río, luego viré y navegué con la corriente, y dos mil ojos seguían las evoluciones del
demonio del río, que chapoteaba dando golpes, impetuoso, azotando el agua con su terrible cola»
(Conrad, 1902: 113).

El mismo teórico propone el simbolismo del barquero, siguiendo el mito de Caronte, en el cual,
«Todos los muertos van a dar al río de los muertos, sólo esta muerte es fabulosa; sólo esta partida es
una aventura» (Bachelard, 102). Es por esto que al morir Kurtz se hace más evidente el papel de
Marlow como el que va en busca de algo y regresa con la cruda realidad de la esencia del ser
humano, del despojo de alma que habita en el hombre expuesto al caos primigenio, al mundo de las
pasiones.

De modo que este viaje al interior de las tinieblas, demuestra el verdadero carácter del viaje
mediante la imagen de la oscuridad del hombre, las tinieblas, la violencia y simultáneamente la
pasividad de las aguas, que en ambos casos tienen connotación negativa «La parda corriente fluía
rápida del corazón de las tinieblas, llevándonos abajo, hacia el mar, con una velocidad doble que
nuestra subida; y la vida de Kurtz corría también velozmente, disminuyendo, disminuyendo de su
corazón en el mar del tiempo inexorable» (Conrad,1902: 115) . Ahora bien, es entonces cuando este
río se convierte en el río de la muerte, con Marlow como Caronte y Kurtz siendo un alma más que
va en el río de los muertos, emprendiendo su último viaje, su viaje al inframundo.

III

En conclusión la obra es en efecto un viaje, pero no uno muy agradable. La interioridad del ser
humano como se demuestra en la narración, es oscura, imprecisa y frágil. El alma del ser primitivo
se deja de lado con la evolución y el raciocinio, de modo que en la novela se muestran dos extremos
del comportamiento del hombre, el hombre primitivo y el hombre civilizado, siendo el hombre
civilizado el que afecta directamente al hombre primitivo, ya que en su afán de productividad,
progreso y ambición, destruye el entorno del hombre primitivo. Dicha imagen es también detonante
de la deshumanización del hombre, que al estar tan inmerso en la realidad, deja de lado su ser
interior, su esencia y nuestra personalidad se va perdiendo quedando cada vez más vacíos, tan
vacíos que no sabemos quiénes somos.

Por otro lado, al hacer esto, encontrándose en un estado de aislamiento voluntario – que es
representado en el viaje hasta el África para obtener marfil– el hombre civilizado tiene un conflicto
con el encuentro de dos mundos, una problemática con la interioridad personal, su estrecha relación
con el hombre primitivo y la frivolidad, ignorancia y la estupidez de los sueños del hombre
civilizado.

El viaje tanto de ida como de regreso, marca una perspectiva lucha, voluntad, ambición y
convicción que termina en la locura del hombre. Una parte del ser es mutilada por la desolación, las
tinieblas y el miedo. La imagen de la muerte en las aguas que se vincula con el complejo de Caronte
es muy fuerte debido a que la vida de Kurtz, desgastada por los años, va en descenso, es su viaje al
inframundo, su regreso a la oscuridad, la pasividad; dado que ese fue su último viaje, deduzco que
la misma imagen del viaje es tanto positiva como negativa, para Kurtz significó todo, sus sueños,
ambiciones, su cordura, su vida. Es así como se ve reflejada la ambición obsesiva por lograr el éxito
en la vida, de tener reconocimiento.

Mientras que Marlow mantiene un equilibrio, le asombra el entorno, pero las tinieblas de la jungla
no logran penetrar en su juicio totalmente, consiguen que sea consciente de que los negros no son
inhumanos, ante este pensamiento marca una pauta de la humanidad de éstos, lo cual hace que se
compare con ellos y los haga parte de la esencia del hombre, es decir que los impulsos primitivos
los tiene todo hombre, pero se puede acallar a estos con la voz interior y dicha voz, es la voz de la
razón. La imagen del viaje evidentemente da dos perspectivas, un antes de y un después del viaje;
por consiguiente es un agente de cambio, que manipula el destino del individuo, que ante el
aislamiento que conlleva a la reflexión de la frivolidad, inocencia y el abuso del europeo.

Recapitulando la imagen del viaje y el mito de Caronte van de la mano, debido a que la existencia
es cíclica, en concordancia el mito del eterno retorno, el hombre tiene que morir y emprender su
último viaje al inframundo. Viaje del cual Caronte se encarga de liderar por el río de los infiernos
que tiene una corriente fluctuante que simultáneamente tiene un número creciente de pasajeros en
espera.
Referencias Bibliográficas

Bachelard, Gastón (1942). El agua y los sueños. Traducción de Ida Vitae. FCE: México.

Chevalier, Jean (1986). El diccionario de los símbolos. Barcelona: Editorial Herder.

Cirlot, Juan Eduardo (1992). Diccionario de Símbolos. España: Editorial Labor.

Conrad, Joseph (1902). El corazón de las tinieblas. (XXXXX)

Durand, Gilbert (2013). De la mitocrítica al mitoanálisis: Figuras y aspectos de la obra. México:


UNAM; Barcelona: Antrhopos Editorial

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