Está en la página 1de 4

1

Esperando a Godot-Samuel Beckett


1° ACTO
(Camino en un descampado. Estragón, sentado en el suelo, trata de descalzarse con ambas manos. Se detiene,
agotado; descansa, jadeando; vuelve a empezar. Igual juego. Entra Vladimir)

ESTRAGON. - No hay nada que hacer.


VLADIMIR. - (Acercándose a pasos cortos y rígidos, separadas las piernas.) Empiezo a creerlo. (Queda inmóvil)
Durante mucho tiempo me he resistido a creerlo, diciéndome “Vladimir, sé razonable; aún no lo has intentado todo”
Y volvía a la lucha. (Se reconcentra, pensando en la lucha. A Estragón) Ya estás ahí otra vez.
ESTRAGON. - ¿Te parece?
VLADIMIR. - Me alegra volver a verte. Creía que te habías ido para siempre.
ESTRAGON. - Y yo.
VLADIMIR. - ¿Cómo celebraremos este encuentro? (Reflexiona) Levántate y deja que te abrace (Le tiende la mano)
ESTRAGON. - (Irritado) Luego, luego. (Silencio)
VLADIMIR. - (Fríamente.) ¿Puede saberse dónde ha pasado la noche el señor?
ESTRAGON. - En la cuneta.
VLADIMIR. - (Sorprendido) ¿Dónde?
ESTRAGON. - (Inmutable.) Por ahí.
VLADIMIR. - ¿Y no te han pegado?
ESTRAGON. - Sí..., no demasiado.
(Silencio)
VLADIMIR. - Cuando lo pienso... me pregunto qué habría sido de ti... sin mí... (Con decisión.) Sin duda, no serías
ahora más que un montón de huesos.
ESTRAGON. – (Profundamente ofendido ¿Algo más?
VLADIMIR. – (Agobiado) Es demasiado para un hombre solo. (Silencio)
VLADIMIR. - Juntos, hubiéramos sido los primeros en arrojarnos desde la torre Eiffel. Entonces valíamos algo. Ahora
ya es demasiado tarde. Ni siquiera nos dejarían subir. (Estragón vuelve a su calzado.) ¿Qué haces?
ESTRAGON. - Me descalzo. ¿No lo has hecho tú nunca? (Débilmente.) ¡Ayúdame!
VLADIMIR. - ¿Te sientes mal?
ESTRAGON. - ¡Mal! ¡Me preguntas si me encuentro mal!
VLADIMIR. - (Muy fastidioso) ¡Siempre eres el único que sufre! Yo no importo. Sin embargo, me gustaría verte en mi
lugar.
ESTRAGON. - (Señalando con el índice.) Eso no es una razón para que no te pongas correctamente el sombrero.
VLADIMIR. - Es verdad. (Se lo saca y se lo vuelve a poner exactamente igual a como lo tenía) No hay que descuidarse
en los pequeños detalles.
ESTRAGON. - ¿Qué quieres que te diga? Siempre esperas al último momento.
VLADIMIR. – El último momento... (Medita.) Tarda en llegar, pero vale la pena. A veces me digo que, a pesar de todo,
llegará. Entonces todo me parece extraño. (Se quita el sombrero, mira dentro, pasa la mano por el interior, lo agita y
vuelve a ponérselo.) ¿Cómo decirlo? Aliviado y, al mismo tiempo..., (Busca.) ¡Aterrado! ¡A-te-rra-do! (Se quita otra
vez el sombrero y vuelve a mirar en el interior.) ¡Lo que faltaba! (Golpea encima como que caiga algo, mira
nuevamente al interior y vuelve ponérselo.) Así que...
ESTRAGON. - ¿Qué? (A costa de un gran esfuerzo consigue sacarse el zapato. Mira dentro, mete
la mano, la saca, sacude el zapato, mira por el suelo por si ha caído algo; no encuentra nada, vuelve a pasar la mano
dentro del zapato) Nada.
VLADIMIR. - Déjame ver.
ESTRAGON. - No hay nada que ver.
VLADIMIR. - Trata de ponértelo.
ESTRAGON. - (Tras examinar su pie.) Voy a dejar que se oree un poco.
VLADIMIR. - He aquí un hombre íntegro que se la toma con su zapato cuando la culpa la tiene el pie. (Vuelve a
quitarse el sombrero, mira el interior pasa la mano, lo sacude, golpea encima, sopla dentro, vuelve a ponérselo.)
ESTRAGON. - Esto empieza a ser inquietante. (Silencio).
2

(Estragón mueve el pie, separando los dedos para que circule mejor el aire.)
VLADIMIR. - ¿Y si nos arrepintiéramos?
ESTRAGON. - ¿De qué? ¿De haber nacido? (Vladimir comienza a reírse a carcajadas, pero inmediatamente se
contiene)
VLADIMIR. - Ni siquiera nos atrevemos a reír. (Silencio) Solo a sonreír solamente. (Ambos se miran, sonríen a
pública con mueca forzada, algo triste. La sostienen con esfuerzo. Y cuando no pueden más la borran)
ESTRAGON. - La gente es tonta. (Se levanta dificultosamente. Cojeando, se dirige hacia un lateral, se detiene, mira a
lo lejos, protegiendo con la mano los ojos; se vuelve, va hacia el otro lateral y mira a lo lejos. Vladimir lo mira,
después toma el zapato, mira dentro, lo tira precipitadamente.)
VLADIMIR. - ¡Puff! (Escupe. Estragón se dirige al centro del escenario y mira al fondo.)
ESTRAGON. - ¡Hermoso lugar! (mira hacia el público.) Rostros sonrientes. (Se vuelve hacia Vladimir) Vámonos.
VLADIMIR. - No podemos.
ESTRAGON. - ¿Por qué?
VLADIMIR. - Esperamos a Godot. (Silencio- Apagón)

2° ACTO
(Estragón, sentado en el suelo, trata de descalzarse con ambas manos. Se detiene, agotado; descansa, jadeando;
vuelve a empezar. Igual juego. Entra Vladimir. Es una repetición del inicio del primer acto con la diferencia que
Vladimir trae una rama y una lata. Planta la rama como una ceremonia)

VLADIMIR. – Pensé. (Silencio) Él dijo delante del árbol. (Miran el “árbol”.)


ESTRAGON. – Dudando) No creo que…
VLADIMIR. - ¿Qué quieres insinuar? ¿Que nos hemos equivocado de sitio?
ESTRAGON. - Ya tendría que estar aquí. ¿Y si no viene?
VLADIMIR. - Volveremos mañana.
ESTRAGON. - Y así sucesivamente.
VLADIMIR. - Hasta que venga.
ESTRAGON. - ¿Quieres que nos callemos un poco?
VLADIMIR. - (Débilmente.) Bueno. (Silencio) (Estragón se sienta en el suelo. Vladimir recorre con pasos largo la
escena agitadamente. De cuando en cuando se detiene para otear el horizonte. Estragón se duerme. Vladimir se para
ante Estragón.) ¡Estragón! (Se despierta sobresaltado.)
ESTRAGON. - Dormía. (Con reproche.) ¿Por qué no me dejas dormir nunca?
VLADIMIR. - Me sentía solo. (Silencio. Estragón mira el árbol atentamente.) ¿Qué hacemos ahora?
ESTRAGON. - Esperamos.
VLADIMIR. - Sí; pero mientras esperamos...
ESTRAGON. - ¿Y si nos ahorcáramos? Ahorquémonos ahora mismo. (Silencio)
VLADIMIR. - ¿En una rama? (Se acercan al “árbol” y contemplan.)
ESTRAGON. - Podemos intentar.
VLADIMIR. - Prueba.
ESTRAGON. - Primero, tú.
VLADIMIR. - No, no; tú primero.
ESTRAGON. - ¿Por qué?
VLADIMIR. - Porque pesas menos que yo. (Silencio) Prueba. Acá tienes mi cinto (Se saca la soga que sostiene su
pantalón, que le queda grande por lo que la escena continúa con Estragón probando como ahorcarse y Vladimir
tratando de ayudarlo, pero tratando, a su vez, de que no se le caiga el pantalón. Todo en absoluto silencio y
gestualidad exagerada. Cuando ya no encuentran solución, Estragón n le devuelve la soga y Vladimir se ata el
pantalón. Se rompe el silencio)
VLADIMIR. - ¿Qué hacemos?
ESTRAGON. - No hagamos nada.
VLADIMIR. - Esperemos a ver qué nos dice.
ESTRAGON. - ¿Quién?
VLADIMIR. - Godot.
ESTRAGON. – (Con rebeldía) Godot… ¿Nosotros no tenemos derechos? (Vladimir ríe y cesa bruscamente)
3

VLADIMIR. – (Muy serio) Me haces reír.


ESTRAGON. - ¿Los hemos perdido?
VLADIMIR. - (Abiertamente.) ¡Los hemos vendido! (Silencio. permanecen inmóviles, con los brazos colgando, la
cabeza sobre el pecho y las rodillas juntas.)
VLADIMIR. - (Levantando la mano.) ¡Escucha! (Escuchan grotescamente rígidos.)
ESTRAGON. - No oigo nada.
VLADIMIR. - ¡Silencio! (Busca el sonido hasta que se da cuenta) Es el corazón…
ESTRAGON. -El tuyo (Intenta escuchar el suyo) El mío está en silencio… (Con voz potente y asustado) ¡Estoy muerto!
VLADIMIR. - ¡Silencio! (Escuchan. Estragón pierde el equilibrio y está a punto de caer. Se toma del brazo de Vladimir
que se tambalea. Escuchan, apretándose el uno contra el otro y mirándose a los ojos.) Yo tampoco. (Suspiro de alivio.
Pausa. Se separan.) Creí que era él.
ESTRAGON. - ¿Quién?
VLADIMIR. - Godot. (Silencio- Apagón)

3° ACTO

(Estragón, sentado en el suelo, trata de descalzarse con ambas manos. Se detiene, agotado; descansa, jadeando;
vuelve a empezar. Igual juego. Entra Vladimir. Es una repetición del inicio de los actos anteriores con la diferencia
que Vladimir trae una vieja maleta)

VLADIMIR. –Adiós
ESTRAGON. –Adiós… (Silencio. Vladimir va y viene. Hace el esfuerzo por irse cargando la maleta que cuando se
acerca a Estragón se vuelve liviana y cuando trata de irse se vuelve muy pesada. Nunca la suelta. Estragón reacciona
a estos cambios y acciones, gestualmente sin dejar de ocuparse de sus zapatos. Cuando Vladimir se va, Estragón lo
mira, pero cuando vuelve hacia él, finge no hacerlo)
VLADIMIR. –¿Quieres que me marche? (Estragón n lo mira) ¿Te he dejado alguna vez?
ESTRAGON. – ¡Me has dejado marchar!
VLADIMIR. –Pero has vuelto…Yo no consigo marcharme…
ESTRAGON. -Así es la vida…(Silencio)
VLADIMIR. –(Por fin deja la maleta, se sienta sobre ella al lado de Estragón) Siempre encontramos algo que nos
produce la sensación de existir. ¿No es cierto?
ESTRAGON. –Si. Claro que sí. (Se miran)
LOS DOS. - Somos magos (Silencio)
ESTRAGON. – ¿Y qué hacemos ahora?
VLADIMIR. –Lo único que podemos hacer es empezar de nuevo. (Piensa) Lo difícil es empezar.
ESTRAGON. -Podemos empezar con cualquier cosa
VLADIMIR. –Si. Pero hay que decidirse. (Silencio)
ESTRAGON. - ¿Y qué hacemos ahora?
VLADIMIR- ¿Mientras esperamos?
ESTRAGON- Mientras esperamos (Silencio)
VLADIMIR-Podríamos hacer nuestros ejercicios (Realizan las acciones muy grotescas)
ESTRAGON- Nuestros movimientos
VLADIMIR- Nuestras elevaciones
ESTRAGON- Nuestros relajamientos
VLADIMIRADIMIR-Nuestros relajamientos
ESTRAGONRAGON-Para calmarnos
VLADIMIRADIMIR-Y seguir esperando
ESTRAGONRAGON- Seguir esperando…
(Stop de ambos. Silencio)
VLADIMIR- Vámonos (Repiten exactamente igual la escena de la valija del inicio del acto en silencio)
4

VLADIMIR. –(Rompiendo el silencio) No podemos


ESTRAGON. –¿Por qué?
VLADIMIR-Mañana debemos volver
ESTRAGON-Para ahorcarnos… (Repiten la escena del ahorcamiento exactamente igual que en el acto anterior y en
silencio. Cuando no lo logra, se rompe el silencio. La cuerda, esta vez, queda en el cuello de Estragón y Vladimir
queda con los pantalones caídos)

ESTRAGON-No puedo seguir repitiendo… (Se sienta y trata de descalzarse/calzarse con las mismas acciones del inicio
del acto)
VLADIMIR- Yo tampoco (Suelta bruscamente la valija. Comienza a realizar las mismas acciones que hizo
anteriormente con su sombrero) Si te parece nos ahorcamos mañana…A menos de que venga.
ESTRAGONRAGON- ¿Y si viene?
VLADIMIRADIMIR- Nos habremos salvado (Silencio)

ESTRAGON. - Vámonos.
VLADIMIR. – Vamos (Se sube los pantalones, toma la maleta con una mano sosteniendo el pantalón y la rama con la
otra. Estragón con un zapato puesto y otro en la mano)

(A pesar de lo que dijeron, ninguno hace el menor movimiento para moverse. Va bajando la luz hasta apagón. El
último diálogo es en oscuridad)

ESTRAGONRAGON-Ya es de noche…Y no hay estrellas…Vámonos Vladimir


VLADIMIR. – No podemos Estragón.
ESTRAGON. - ¿Por qué?
VLADIMIR. - Esperamos a Godot. (FIN)

APRECIACIONES SOBRE EL TEATRO DE SAMUEL BECKETT

Beckett muestra su subtexto existencial desde el vacío, el pesimismo, las frustraciones y la desesperación.
Muestra al hombre perdido en un mundo abandonado por la razón y, en el cual el individuo está
eternamente atrapado. Sus claves son la ausencia, la soledad, la nada, mientras espera la única cosa cierta
y segura de la vida, es decir la muerte, el mayor absurdo.
“Esperando a Godot” sigue una línea circular. Se utilizan las expresiones faciales y muchos gestos que no
significan nada, sugiriendo, a través de una especie de lenguaje no verbal, la angustia, el aislamiento y el
aburrimiento de la existencia cotidiana. El tema se repite una y otra vez: el hombre necesita compañía
porque es lo único que hace soportable el sin sentido de la existencia que propone Beckett.
Sus personajes son símbolos. El relato se cuenta una y otra vez. Hay repeticiones constantes. Sin embargo,
son personajes vivos y creíbles porque representan a la humanidad. Provocan risa, pero también piedad.
Hay muchos objetos para apoyar el absurdo y el vacío.

También podría gustarte