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MINERIA CONTEXTO COLOMBIANO Y SUS IMPACTOS AMBIENTALES

Darney Ceballos Ingeniero Forestal, estudiante de Especialización en Gestión


Ambiental.ddceball@gmail.com, celular 3117395349
Universidad de Antioquia, abril del 2010.

INTRODUCCIÓN
La minería, “aquel sector de la economía en el que se realiza la amplia gama
de actividades que va desde la exploración primaria hasta la producción de
elementos puros y de compuestos de origen mineral, o bien de productos
intermedios como son los concentrados” (Millán, 1996), está íntimamente
ligada al proceso de socioeconomía de los territorios donde se realiza este tipo
de actividad. Debido a las alteraciones del suelo y del subsuelo que induce, al
consumo de recursos naturales renovables requeridos para su desarrollo, y a
los efectos ambientales (positivos y negativos) sobre el medio natural y
antrópico que genera, la actividad minera es inseparable de comunidad y su
economía. Por tanto, esta actividad debe contemplarse en el marco de la
realidad de nuestra sociedad, y al mismo tiempo, esta actividad ha de tener en
cuenta los aspectos y peculiaridades propias de ella, como son la ocurrencia y
el agotamiento de los yacimientos minerales. (Ceballos, 2008)
La necesidad de resolver problemas de toma de decisiones en zonas mineras,
se origina básicamente por los conflictos que se presentan entre la actividad
minera y el territorio. Dicha conflictividad asume tres variantes básicas. En
primer lugar, el conflicto de uso entre el suelo y el subsuelo, el cual se da entre
los usos actuales o proyectivos del suelo y el potencial minero; también ocurren
conflictos entre los distintos intereses y demandas sociales que se plantean
sobre estos recursos. Por último, existen conflictos entre los impactos positivos
y negativos de la minería, que afectan al medio natural y socioeconómico
(Ortega, 2006).

El deterioro ambiental que se ha detectado en los últimos años es zonas como


el bajo cauca Antioqueño, por el sector minero, como consecuencia de la
minería informal la cual no cumple con regulación establecida en la legislación
ambiental y a demás no se realiza ningún estudio de impacto ambiental ni
manejos ambientales adecuados, ha provocado que el sociedad en general
haya comenzado a tomar conciencia de esta problemática que afecta el
desarrollo sostenible de estas regiones. (Ceballos, 2008)
En los últimos años las sociedades desarrolladas han ido tomando conciencia
de los efectos perjudiciales ocasionados sobre el medio ambiente por su
modelo de crecimiento económico. Ante este progresivo deterioro del entorno
surge la búsqueda de un nuevo modelo de desarrollo, compatible con el medio
ambiente. Consecuencia de ello ha sido la adopción y aplicación de diferentes
medidas tendentes a amortiguar los efectos negativos de la actividad humana,
entre ellas la legislación ambiental.

Según Barettino 2003, La conciencia que se tiene en la sociedad actual de la


limitación de los recursos naturales, así como de los diversos elementos que
constituyen el medio natural y los ecosistemas que nos rodean, obliga a

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establecer los mecanismos que permitan solucionar los problemas de
abastecimiento de la demanda de materias primas minerales en equilibrio con
la conservación de la naturaleza.

El sector minero en Colombia se viene desarrollando y con ello las


herramientas de regulación, en la legislación minera, que involucran su
desarrollo, entre las cuales encontramos una de las más importantes, el
componente ambiental, por ello se hace necesario la evaluación de la
legislación y las posibles afectaciones ambientales de estos proyectos en la
sociedad colombiana. (Ceballos 2009).
La diferencia esencial entre la minería y otro tipo de industria u obra civil reside
en la imposibilidad de selección de alternativas, por decir un diagnostico
ambiental de alternativas (DAA), el cual se aplica constantemente en el país
para proyectos lineales como vías, y líneas de transmisión, entre otro más; ya
que esta diferencia aplica en que los proyectos mineros no permiten, en una
fase previa de viabilidad, escoger una alternativa de menor impacto, por lo que
los EIA se centran en la viabilidad económica-ambiental del proyecto en la
única zona posible, que es aquella donde se ubica el mineral. (ITGE, 1996).

1. LA MINERIA Y EL AMBIENTE

Según la Subdirección de Planeación Minera de la UPME (2005), el concepto


de Ordenamiento Minero y evaluación ambiental para estas entidades aún no
se ha definido. Para INGEOMINAS el objetivo general del ordenamiento minero
y la evaluación ambiental, consiste en “identificar, diseñar y ejecutar, solo o en
conjunto con actores involucrados o con competencias en el tema minero, todo
el conjunto de acciones tendientes a optimizar o mejorar el conocimiento, la
evaluación y el aprovechamiento de los recursos minerales, para que la
actividad minera se constituya en factor de desarrollo para las regiones, de
riqueza para las comunidades involucradas y aledañas, y de integración y
sostenibilidad con el entorno ambiental”.

Hoy en día, la preocupación por la desarticulación de la actividad minera


respecto a la aplicación de la legislación y los impactos ambientales, no es
sólo nacional: es una inquietud mundial. Como muestra de ello, varios
autores iberoamericanos presentan estudios de caso, metodologías y
sistemas de gestión de los recursos minerales en el ámbito de la evaluación
ambiental. Por ejemplo, Carvajal y González (2002), al plantear la relación
entre el territorio minero y el futuro de las comunidades mineras, establecen
que “El ciclo de vida de una mina es esencialmente función del agotamiento
de los yacimientos; cuando las actividades cesan, la población sigue siendo
parte de ese territorio, de ahí que se deba impulsar el desarrollo de otras
actividades que constituyan el futuro sustento de esa comunidad.

Se establece también que de la relación entre la minería y el ambiente surgen


otro tipo de conflictos: los de los impactos que afectan al medio natural y
socioeconómico. Resultan impactos positivos como la generación de empleo,

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de impuestos, y mejoramiento de infraestructura; y efectos negativos como la
contaminación de los cuerpos de agua, degradación de los suelos, alteración
del paisaje, entre otros. (ITGE, 1996).

La mayor parte de las actividades que desarrolla el hombre son, en mayor o


menor medida, agresivas con la Naturaleza. La minería reviste especial interés,
ya que después de la extracción de los recursos, si no existe una restauración
posterior, los terrenos abandonados quedan en una situación de degradación
sin posibilidades reales de aprovechamiento por parte de otros tipos de
actividades. En definitiva, lo que se persigue con los estudios ambientales es la
localización más adecuada, dentro de un determinado ámbito geográfico, de
las diferentes actividades humanas en función de los impactos ambientales
generados por ellas, de la capacidad de acogida del medio, y del grado de
compatibilidad entre los diferentes usos de los recursos naturales, dentro del
marco de una estrategia de desarrollo económico, social, cultural y ambiental.
Véase figura 1. (Ortega, 2006).

Figura 1. Conflictos de la ordenación territorial de zonas mineras (tomado Ortega, 2006)

2. MARCO LEGAL MINERO AMBIENTAL

El Artículo 332 de la Constitución Política (C.P) indica que el Estado es


propietario del subsuelo y de los recursos naturales no renovables sin
perjuicio de derechos adquiridos y perfeccionados conforme a leyes
preexistentes. Estos casos excepcionales son los llamados Reconocimientos
de Propiedad Privada sobre el subsuelo, provenientes de las redenciones a
perpetuidad, las adjudicaciones o la accesión.

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En el Art. 2, Decreto 2201 de 2003, se establece que La minería de utilidad
pública e interés social, este carácter de la actividad minera tiene
implicaciones en el ordenamiento del territorio, ya que desde la ley
colombiana se establece que los planes de ordenamiento no serán oponibles
a la ejecución de proyectos considerados por el legislador de utilidad pública
e interés social.

Por su parte, el Artículo 360 de la misma Constitución consagra que la ley


determinará las condiciones para la explotación de tales recursos así como
los derechos de las entidades territoriales sobre los mismos, y crea una
contraprestación a favor del Estado, a título de regalías. Las leyes 141 de
1994. 685 de 2001 y 1382 de 2010 respectivamente, desarrollan estos
temas.

La Ley 685 de 2001 (Código de Minas), modificada mediante la Ley 1382 de


2010 además de establecer las condiciones para la explotación de los
recursos naturales no renovables, reitera la orden constitucional del Artículo
332 de la C.P. y confirma la vigencia de los derechos adquiridos sobre el
subsuelo conforme a normas preexistentes. También establece el Código,
como regla general, que en la totalidad del territorio nacional se puedan
realizar explotaciones mineras pero contempla estas excepciones: como el
artículo 34 de Ley 1382 de 2010 donde establece zonas excluibles de la
minería donde no podrán ejecutarse trabajos y obras de exploración y
explotación mineras en zonas de-claradas y delimitadas conforme a la
normatividad vigente como de las de protección y desarrollo de los recursos
naturales renovables o del ambiente. En las cuales no se pueden realizar
trabajos mineros una vez hayan sido delimitadas geográficamente por la
autoridad ambiental con la colaboración de la autoridad minera. En ellas se
incluyen los parques nacionales naturales, ecosistemas de páramo y los
humedales designados dentro de la lista de importancia internacional de la
Convención Ramsar, parques naturales de carácter regional y zonas de
reserva forestales. En las áreas ya delimitadas como zonas de reserva
forestal, se autorizan las sustracciones para el desarrollo de actividades de
utilidad pública o de interés social, como la minería.

El Artículo 80 de la Constitución Política obliga al Estado a planificar el manejo


y aprovechamiento de los recursos naturales, para garantizar su desarrollo
sostenible, su conservación, restauración o sustitución. El desarrollo sostenible
debe entenderse como “un proceso para mejorar las condiciones económicas,
sociales y mantener los recursos naturales y la diversidad. De ahí que la
sostenibilidad ecológica exige que el desarrollo sea compatible con el
mantenimiento de la diversidad biológica y los recursos biológicos; la
sostenibilidad social demanda que el desarrollo eleve el control que la gente
tiene sobre sus vidas y se mantenga la identidad de la comunidad; la
sostenibilidad cultural requiere que el desarrollo sea compatible con la cultura y
los valores de los pueblos afectados; y la sostenibilidad económica pretende
que el desarrollo sea económicamente eficiente y que sea equitativo dentro y
entre generaciones

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Las exigencias ambientales para un proyecto minero están directamente
relacionadas con la fecha en que se ha otorgado el título minero. A los
proyectos mineros que iniciaron sus actividades antes del 3 de agosto de 1994
y tenían autorizaciones ambientales, sólo se les puede exigir, por parte de la
autoridad ambiental, la presentación de planes de manejo, recuperación o
restauración ambiental. Las actividades mineras iniciadas con posterioridad a
esa fecha deben obtener una licencia ambiental (Decreto 1220 de 2005), la
cual exige un estudio de impacto ambiental (EIA) previo para la obtención de la
misma.

En la modalidad actual de contrato de concesión minera, de acuerdo a la Ley


1382 de 2010, los trabajos de exploración técnica no requieren licencia
ambiental, sino la sujeción del beneficiario del título a las guías ambientales
expedidas para las labores de exploración minera y los permisos ambientales
necesarios para las labores. Las vías para exploración, las labores de montaje,
explotación, beneficio y transporte sí deben estar amparadas por una licencia
ambiental.

En la siguiente Figura se sintetiza el marco legal general ambiental de zonas


mineras.

Ley 1382 de 2010


modifica Ley
685/2001

Figura 2. Marco legal ambiental de zonas mineras (Ortega, 2006). Modificado 2010

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Teniendo en cuenta la necesidad de integrar el manejo ambiental con el
desarrollo de las actividades mineras, la Ley 685 de 2001, contempló la
realización de guías minero-ambientales para orientar el desarrollo de las
actividades sectoriales y ser un complemento didáctico de los Términos de
Referencia mineros. Las cuales fueron desarrolladas por el Ministerio de Minas
y Energía y el Ministerio de Ambiental, Vivienda y Desarrollo Territorial
(MAVDT). La Guía Minero Ambientales es una herramienta de consulta y
orientación, conceptual y metodológica, para mejorar la gestión y desempeño
minero-ambiental. Fue realizada con el propósito de introducir al concesionario
en los aspectos pertinentes al desarrollo de un proyecto minero de una forma
técnica, sostenible y ambientalmente viable; y para que los lineamientos
planteados se apliquen a las características específicas y condiciones del área
de explotación contratada.

Según las guías minero ambientales tenemos que:

• ESTUDIO DE IMPACTO AMBIENTAL. El EIA contendrá los elementos,


informaciones, datos y reconocimientos que se requieran para describir
y caracterizar el medio físico, social y económico del lugar o región de
las obras y trabajos de explotación; los impactos de dichas obras y
trabajos con su correspondiente evaluación; los planes de prevención,
mitigación, corrección y compensación de los impactos; las medidas
específicas que se aplicarán en el abandono y cierre de los frentes de
trabajo y su plan de manejo; las inversiones necesarias y los sistemas
de seguimiento de las medidas. El EIA del proyecto minero lo presenta
el interesado con el Programa de Trabajos y Obras Mineras

• PLAN DE MANEJO AMBIENTAL. Podrá exigirse por parte de la


autoridad ambiental competente a los proyectos, obras o actividades
que, con anterioridad a la vigencia de la Ley 99/93, iniciaron sus
actividades, y para los proyectos de legalización de la minería de que
trata el artículo 165 de la Ley 685 de 2001.

• GUIAS MINERO AMBIENTALES (2002). Las guías técnicas para


adelantar la gestión ambiental en los proyectos mineros tienen como
objeto facilitar y agilizar las actuaciones.

1.1 Nuevo código de minas principales cambios.

En el nuevo Código de Minas es clara y expresa la intención de proteger a la


gran minería, se ve cómo en varios artículos aparecen privilegios injustificados
para la empresa minera.

Se mantiene la declaratoria de la industria minera como de utilidad pública y se


cambia el interés general por el social, lo que permite tomar medidas como la
expropiación de los bienes inmuebles que sean necesarios para su ejercicio y
desarrollo eficiente.

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En varios de sus artículos el código consagra el silencio administrativo positivo
a favor de los solicitantes de una concesión minera, lo que permite agilizar los
trámites para el desarrollo de la industria.

El plazo del contrato minero, según el artículo 70, es de treinta años. Sin
embargo, el artículo 77 dice que se puede prorrogar hasta por otro tanto, pero,
“... vencida la prórroga mencionada, el concesionario tendrá preferencia para
contratar de nuevo la misma área para continuar en ella las labores de
explotación. Esta no tendrá que suspenderse mientras se perfecciona el nuevo
contrato...”

El contratista que va a explotar la mina tiene derecho a que su contrato no se


vea afectado por la legislación que se promulgue después de la celebración del
mismo, a menos que se trate de normas que le favorezcan.

Todas las etapas de la minería no son inocuas al medio ambiente, el Estudio


de Impacto Ambiental establece como prevenir, mitigar, corregir o compensar
impactos ambientales negativos, pero esto no se exige en la fase de
exploración minera, a pesar de que se ocasionan daños en los ecosistemas,
según lo establece la ley 1382 del 2010.

-El término “zonas excluibles” utilizado en el actual Código de Minas 1382 del
2010, permite que puedan ser intervenidas por la minería áreas de
conservación local o regional, entre otras, aunque es necesario que las
comunidades estén muy bien informadas, dado que bajo el “paraguas
conceptual del conservacionismo” se impone la privatización y el negocio de
nuestra biodiversidad.

La actual reforma al Código de Minas permitirá congelar los territorios


solicitados para minería, hasta por 11 años, antes era de 3 años, permitiendo
que se pueda dar todo un negocio especulativo de títulos mineros.

3. MINERIA IMPACTOS AMBIENTALES, SOCIALES, ECONÓMICOS Y


CULTURALES.

La actividad minera, como la mayor parte de las actividades que el hombre


realiza para su subsistencia, crea alteraciones en el medio natural, desde las
más imperceptibles hasta las representan claros impactos sobre el medio en
que se desarrollan. (ITGE, 1996)

Por otra parte, hay que tener en cuenta que la actividad minera no solo produce
un impacto ambiental, es decir, sobre el medio ambiente. También produce lo
que se denomina Impacto Socioeconómico, es decir, una alteración sobre los
modos de vida y la economía de la región en la que se implanta, que pueden
ser en unos casos positivos y en otros, negativos. (ITGE, 1996).

La discusión principal de los impactos ambientales, sociales, económicos y


culturales de la minería está dada, por la minería legal la cual busca cumplir ,

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en el momento actual con normativas muy estrictas sobre el impacto que puede
producir una explotación minera, que incluyen una reglamentación de la
composición de los vertidos líquidos, de las emisiones de polvo, de ruidos, de
restitución del paisaje, etc., que ciertamente a menudo resultan muy
problemáticos de cumplir por el alto costo económico y los largos trámites
legales, para los pequeños mineros, es así como se incrementa en el país la
minería ilegal.

El Código de Minas establece que la exploración y explotación ilícita de


yacimientos mineros, constituye delito penal que se configura cuando se
realicen trabajos de exploración, de extracción, o captación de minerales de
propiedad nacional o de propiedad privada, sin el correspondiente título minero
vigente o sin la autorización del titular de dicha propiedad.

La ilegalidad en las actividades mineras, tienen que ver en el aspecto ambiental


en que las entidades como el Ministerio de Ambiente y las Corporaciones dejan
de percibir unas tasas por la explotación de los recursos naturales y se sigue
explotando indiscriminadamente dejando unos pasivos ambientales que tienen
que asumir el estado. (IMC, 2008).

“Cuando eso sucede, por la afectación, el uso y el aprovechamiento de los


recursos, entonces las Corporaciones van a disminuir su patrimonio y no van a
cumplir con la función que les ha sido encomendada a través de la Ley, como
la guarda y conservación de los recursos naturales renovables”
Según Ingeominas, la minería artesanal no logra explotar adecuadamente el
potencial aurífero de una zona y, en cambio, produce residuos sólidos que
contaminan las fuentes hídricas y es responsable de parte de la deforestación
de los bosques. (Eltiempo.com, 2009)

En un artículo del tiempo, se expuso la primera investigación judicial en el país,


donde se decomisaron 24 dragas por explotación ilegal de oro y por
contaminación ambiental en Chocó y donde la investigación de la Fiscalía
determinó que los explotadores ilegales de oro no solo han vertido a las
cuencas del río Quito casi cuatro toneladas de mercurio, sino además 35 mil
galones de aceite industrial quemado y combustible, así como cianuro, uno de
los venenos más letales que en cuestión de segundos puede causarle la
muerte a una persona. (Eltiempo, 2009)

De hecho, en el mismo artículo se expone que hace ocho meses antes del
decomiso EL TIEMPO reveló que decenas de habitantes de Paimadó, en la
cabecera municipal de Río Quito, están afectados por erupciones cutáneas
originadas por la contaminación del río y a demás, la pesca, la principal fuente
de alimentación de los habitantes de la región, se acabó y el consumo de agua
del afluente está prohibido, donde los habitantes de la zona esperan que el
decomiso de la maquinaria a los buscadores de oro le devuelva a la
tranquilidad esa región del país, porque la propiedad de varias de ellas estaba
ligada a grupos armados ilegales.

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Según la revista Semana.com (2009), estos mineros extraían casi una tonelada
de oro al año que costaría en el mercado unos 100 mil millones de pesos, pero
sin pagar las regalías mineras ni los impuestos correspondientes.

Rio Quito es el municipio más pobre del país y la enorme operación minera
apenas le había dejado 118 millones en regalías en 2008 y una desolación
ecológica que durará varias generaciones en reparar. (Semana, 2009).

"La situación es alarmante. La minería de oro está generando grandes vacíos


ambientales por la contaminación con mercurio. Los caudales de los ríos como
en el Bajo Cauca Antioqueño se asimilan a las secuelas que deja un
bombardeo sobre el territorio y los pasivos ambientales por cuenta de la
extracción del oro son cada vez más grandes", dice Juan Mayr, ex ministro de
Medio Ambiente. (Dinero.com, 2009). Véase foto1, 2 y 3.

Foto 1. Minería Informal Tomada de Ronderos 2009.

Foto 2. En el río Quito del Chocó, el trabajo ilegal de 27 dragas como las de la foto, causa un daño
ambiental que parece irreversible. (Tomada de semana.com, Marzo 2009

La verdad es que antes y después del hallazgo dorado de Sandra, Zaragoza


sigue siendo el mismo caserío habitado por la pobreza. “No tenemos un puesto
de salud, estamos amenazados por una quebrada que se desborda en invierno
y la única escuela donde estudian 130 niños carece de pupitres para todos”,

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argumentó la comunera. Todo esto precisamente cuando desde el año pasado
la producción de oro en el país se incrementó en 39 por ciento, para llegar a
1,6 millones de onzas que dieron para que las exportaciones alcanzaran más
de 1.500 millones de dólares. (Semana.com, 2010).

Según Semana.com, (2010), desde el descubrimiento de la mina aluvial de oro


a lo largo de 22 kilómetros del río Dagua, Zaragoza se convirtió en un pueblo
de cambuches, sin dios y sin ley. En ese asentamiento gitano se aglutinaron
por lo menos 10.000 cazafortunas de Buenaventura y otras regiones como
Cauca, Antioquia, Chocó y la costa caribe. La estampida ambiciosa produjo la
transformación física de la zona, que otrora era una playa rocosa desolada y
ahora se asemeja a un área de combate con enormes cráteres y decenas de
brazos mecánicos que remueven la tierra. La mutación ha sido de tal magnitud
que ya no se distingue el cauce natural del río. A su alrededor pululan
campamentos de plástico y cartón que cubren desde tiendas y restaurantes
hasta almacenes y bares. Según cifras de la Asociación de Mineros y
Ambientales Unidos por Colombia (Asomaucol), en las minas de Zaragoza hoy
viven 2.812 mineros de los 8.000 que contaron hace unos meses. Además, hay
220 dragas y 276 retroexcavadoras cuyos dueños ya han extraído 200
toneladas de oro que han producido regalías cercanas a los 2.000 millones de
pesos. Una draga puede sacar en un día una libra de oro que se vende a unos
50.000 pesos por gramo y aporta 1.812 pesos de impuesto.

Pero lo que pudo ser una oportunidad de vida para los pobladores de Zaragoza
pronto se transformó en muerte. Sólo semanas después de la llegada masiva
de barequeros (mineros artesanales), el río comenzó a cobrar la presencia
desordenada de sus visitantes, que se peleaban espacios entre las paredes de
lodo y las palas mecánicas. (Semana.com, 2010).

Es tal la tensión que las autoridades cívicas de Buenaventura no se atreven a


poner un pie en las minas por temor a ser linchados. “Se mantienen a la
defensiva y la simple presencia nuestra los exalta”, explicó Henry Forí, director
de la Oficina para la Prevención y Atención de Desastres. (Semana.com,
2010).

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Foto 3.La destrucción ecológica del cauce del río Dagua, en jurisdicción de Buenaventura, Tomada de
Semana.com 2010.

Según la unidad de Política Minero Energética (UPME) del Ministerio de Minas


y Energía, en Colombia entre 1999 y 2005 se produjeron 234 toneladas y 289
mil kilogramos de oro, lo cual a precios de hoy son más de cinco billones de
dólares. Las autoridades ambientales consideran que por cada gramo de oro
producido en el país se consume medio gramo de mercurio, haciendo que
Antioquia la mayor productora de oro del país sea una de la regiones más
contaminadas de mercurio del mundo (Ambiental Catorce, 2007)

En los municipios mineros como El Bagre, Zaragoza, Nechí, Remedios,


Segovia, rio quito en el Choco entre otros, todo gira alrededor del oro. Por eso
se fomenta tanto la informalidad debido a que todos quiere aprovechar la
bonanza minera y los altos precios de oro fomentando que lleguen dragas
ilegales extrayendo oro para aprovechar la bonanza de los precios y cientos de
barequeros. ((Dinero.com, 2009)

A pesar de que la informalidad siempre ha existido, los habitantes de El Bagre


y de Zaragoza Antioquia, aseguran que desde comienzos del año 2009, viene
disparada como consecuencia del incremento en los precios del oro. La
situación es similar en Chocó y en general en el noroccidente del país, donde
se encuentran las reservas de oro que, según la Cámara de Asomineros de la
Andi, superan los 25 millones de toneladas. (Dinero.com, 2009).

Según referencias del último censo minero bajo el proyecto “Diseño e


implementación de planes de manejo ambiental para la actividad extractiva”, en
convenio con CORANTIOQUIA, se detectaron en el municipio de Remedios,
uno de los más mineros de Antioquia, 532 excavaciones mineras entre activas
e inactivas y abandonadas. De estas el 5.6% (30 minas) poseen licencia
debidamente registrada, el 31% (165 minas) no poseen licencia y el 63.4%
(337 minas). (CORANTIOQUIA, 2005)

Los territorios mineros del Bajo Cauca y del Magdalena Medio Antioqueños ,
respecto al resto del departamento, registran los más bajos índices

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socioeconómicos y aparecen como territorios excluidos dentro de las políticas
de desarrollo y las dinámicas oficiales de atención en programas y coberturas
en salud.(CORANTIOQUIA, 2002).

Según CORANTIOQUIA, 2002 en su parte de su jurisdicción, cuya actividad


actual principal es la minera, el aumento de la tasa de población se incremento
es mas de un 20%, esta tasa ocurrió como consecuencia del auge de la
explotación aurífera y las políticas de estímulo a la pequeña y mediana minería,
situación que atrajo población de los departamentos vecinos y en particular del
departamento de Antioquia. Estos altos porcentajes trajeron como
consecuencia un déficit en la prestación de los servicios sociales,
especialmente en las unidades de vivienda y en las coberturas de los servicios
públicos domiciliarios, así como un desplazamiento de la actividad económica
que pasó a ser eminentemente minera abandonando las prácticas
agropecuarias, situación que propició alzas en los productos de primera
necesidad y una dependencia de los centros productores cercanos como
Medellín y Montería.

En cuanto a la tenencia de propiedad, en las regiones mineras, predominan las


posesiones, resultado de un comportamiento histórico de apropiación de la
tierra en períodos que coinciden con apogeos de explotación minera, en los
cuales incluso sobre estas posesiones se han desarrollado invasiones aún con
el consentimiento de los poseedores o propietarios (SAG, 2007)

Hay municipios en Antioquia que su cultura esta tan enmarcada en la minería


que las fiestas tradicionales son llamadas Las Fiestas del Oro y la Minería,
como es el caso del Municipio de Remedios y Segovia.

En el municipio de Marmato Caldas se plantea una minería legal a gran escala


y el traslado del pueblo, un pueblo emblemático, además del impacto socio
económico asociado al desmantelamiento de una actividad tradicional, también
se deberá enfrentar el costo social de destruir los símbolos y valores sobre los
cuales se soporta la identidad cultural de una región, cuya riqueza sirvió para
financiar la gesta libertadora de la Gran Colombia. No siempre la rentabilidad
económica es suficiente para tomar las grandes decisiones sobre las cuales el
costo social hace pírricas las utilidades del corto plazo. Valdría la pena
reflexionar sobre los beneficios de otra opción como la de recomponer la
explotación artesanal mejorándola ambientalmente y articulando las cadenas
productivas, como alternativa para varios cientos de mineros que quedarán sin
oficio, sin pasado y sin futuro. O si se quiere, la de iniciar la explotación en las
áreas exteriores del poblado ubicadas hacia norte, declarando incompatible la
extracción con el piso urbano para salvar definitivamente el histórico poblado.
(Duque, 2008).

La mina de oro de La Colosa en Cajamarca (Tolima) se perfila como el


proyecto de exploración más importante de Colombia que además impulsaría la
economía del país, a pesar de la polémica que suscitó entre defensores del
medio ambiente en sus primeras fases. La mina de oro de La Colosa fue
descubierta por la empresa sudafricana Anglo Gold Ashanti, en un hito minero
que la convirtió, según el presidente de la compañía, Rafael Hertz, en "el

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yacimiento más grande hallado en los últimos 10 años en todo el mundo".
(Elespectador.com, 2009).

Sin embargo, el proyecto de exploración está paralizado desde hace más de un


año, cuando las autoridades ambientales de Tolima señalaron que las primeras
perforaciones impactaban sobre la reserva forestal en la que se encuentra y en
los acuíferos colindantes. (Elespectador.com, 2009). Esto muestra que en
Colombia es posible controlar la minería legal, y buscar lo que mas le favorezca
al país.

Anglo Gold tendría que invertir 200 millones de dólares más en este proyecto,
que espera retomar cuanto antes en los estudios de "prefactibilidad y
factibilidad", y reconoce que "si los resultados no aseguran que es técnica,
económica, social y ambientalmente factible, no se podrá desarrollar".
(Elespectador.com, 2009).

Según Planetapaz.org, 2009 Cajamarca y la región conocida como el plan del


Tolima son importantes despensas de alimentos para la región y el país; la
puesta en marcha del proyecto cambiará la vocación productiva de la región y
destruirá para siempre miles de trabajos agrícolas a cambio de apenas 500
puestos de trabajo generados durante 15 años; trabajo por demás
pauperizados, sin seguridad social tal y como acostumbran a hacer las
empresas transnacionales.

Cuando se cierre la mina dejará atrás problemas sociales causados por la


misma, tales como la violencia, la prostitución, falta de trabajo, encarecimiento
del costo de vida y los alimentos, cambio en la vocación productiva de nuestras
comunidades, pérdida de la seguridad alimentaria y problemas ambientales
entre otros, los cuales tendremos que resolver los colombianos, pues la
empresa ya no estará. (Planetapaz.org, 2009)

Cabe resaltar que El Gobierno tiene en marcha el programa Colombia Minera,


cuya visión es que para el año 2019 el país se convierta en el líder de América
Latina para la inversión en minería.

Tomando como base la legislación minera, para que la minería pueda ser
llevada a cabo en el territorio colombiano, primero requiere de un título minero
que expide la autoridad minera, y por la parte ambiental debe contar con los
permisos y/o autorizaciones correspondientes en la etapa de exploración
minera. Para la etapa de explotación es necesario contar con dos estudios: uno
técnico económico y el otro el ambiental. Antes de dar inicio a la etapa de
explotación, el concesionario minero debe entregar dos estudios para ser
evaluados: uno de ellos corresponde al Programa de Trabajos y Obras-PTO
que evalúa la autoridad minera, el cual da cuenta de la factibilidad técnico
económica del proyecto; el otro corresponde al Estudio de Impacto Ambiental-
EIA el cual evalúa la autoridad ambiental competente. Este da cuenta de la
factibilidad ambiental del proyecto, de cómo se va a prevenir, mitigar, corregir,
controlar, compensar los impactos derivados de la actividad minera. Sin la
aprobación expresa de cada uno de estos estudios NO se puede llevar a cabo
un proyecto minero en el país.

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Según Beatriz Duque Montoya Directora de minas, el país no promueve
actividades que atenten contra la sociedad y el medio ambiente porque entre
otras, es reconocido constitucionalmente el derecho al ambiente sano, a que
las actividades económicas se desarrollen en un marco normativo donde prima
el interés general sobre el particular y dónde una actividad como la minería
tiene que desarrollarse bajo normas y preceptos definidos por la ley. (Colombia
Minera, 2008).

En el tema de la legalización, abrió una convocatoria para que los mineros


ilegales presentaran su solicitud ante el Ministerio para regular su actividad.
Afirma Beatriz Duque Montoya Directora de minas, que "Entre 2001 y 2004
recibimos 3.600 solicitudes de mineros informales, pero sólo alrededor de 800
cumplieron los requisitos y están en trámite de legalización". (Colombia Minera,
2008).

4. DISCUSIÓN Y RECOMENDACIONES

Se están imponiendo mecanismos o instrumentos sectoriales con alcances


netamente económicos como los planes mineros, sobre instrumentos de
planificación del territorio, esto puede ocasionar que regiones que su economía
se basa, netamente en la agricultura, pase a la minería, pudiendo haber un
fuerte choque socioeconómico.

Estos temas ambientales, hace algunos años no se percibían como un factor


de riesgo para el futuro de la humanidad, por eso se explotaban los recursos
indiscriminadamente, hoy se contemplan con gran preocupación, que no
siempre está justificada, pues el hombre viene alterando el medio desde que ha
sido capaz de ello, pero ciertamente los abusos cometidos en este campo han
hecho que crezca la conciencia de la necesidad de regular estos impactos. De
cualquier manera, también debe quedar claro que el hombre necesita los
recursos mineros hoy, y los necesitará en el futuro, pero esto no justifica que
pueda pasar por encima de las comunidades. Otro punto a destacar es que la
actividad minera legal es en ocasiones, menos impactante que otras
actividades industriales, como el desarrollo de obras civiles (impacto visual,
modificación del medio original) y la agricultura (uso masivo de productos
químicos: pesticidas, fertilizantes).

Es claro que el potencial minero colombiano puede consolidarse con la unión


estratégica del conocimiento del terreno colombiano por parte de los
nacionales, el saber hacer de los grandes jugadores internacionales y los
inversionistas extranjeros. Esto representa también una oportunidad para el
empleo y un reto para que las universidades preparen profesionales que
respondan a las exigencias de capital humano para el sector.

En mi opinión debido a que desde comienzos del año 2008, el precio del oro se
ha incrementado en cerca de 40%, ante la debilidad del dólar, a llevado a que
los pequeños mineros, los grandes mineros ilegales, ven en este recurso, una
forma de riqueza inmediatista, alterando las condiciones socioeconómicas y
ambientales donde llegan imponiendo la fuerza y el poder económico, sobre la

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legalidad de la explotación minera de oro, refugiándose en la ilegalidad y
desplazándose de un sitio a otro, para evitar la fiscalización, dejando unos
pasivos, sociales, caseríos fantasmas, que fueron fundados por habitantes en
búsqueda de la guaca, que los saque de la pobreza, pero gastando todo el
dinero de lo producido, de forma inmediata, en licor, prostitución entre otros, sin
tener la capacidad del ahorrar, para los tiempos difíciles.

Esperemos este precio del oro se estabilice y no siga creciendo de esa manera
tan abrupta ya que el país no cuenta con recursos económicos, para evitar que
esa ambición por la riqueza inmediata, haga que se incremente cada vez mas
la ilegalidad y lo peor que entregue licencias ambientales no viables a
empresas mineras, solo por el poder económico que tienen, ya que seria
desastroso para país, su comunidad y el medio ambiente.

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