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Caperucita
Caperucita Roja. Había una vez un bosque donde los árboles eran gigantes
verdes que habían escuchado todas las historias de duendes y hadas y se
dormían soñando con princesas. Era el bosque donde vivían, en un lugar
escondido, casi secreto. Una mamá y una niña cuyo nombre nadie ha sabido.
Pero todos la llamaban Caperucita Roja.
Caperucita era en verdad una niña muy bella, traviesa y divertida, y no tomaba
en serio los consejos de su mamá.
No temas, mamá. Conozco muy bien el camino y me iré derechito por la senda
que vigila al cazador donde el lobo ni se atreve a pasar. Así estaré siempre a
salvo. Estás segura? Ay, mi niña! Ya sabes que con el lobo no se juega.
Pero Pino de esa parte del bosque es muy peligrosa. Allá en lo profundo, acecha
el lobo feroz. Y dicen que está hambriento.
Lo hacemos finito.
Y así agitamos nuestras ramas con todas las fuerzas. Así Caperucita escuchará el
rumor y tal vez se detenga.
Podemos intentarlo, pero te aseguro que las personas nunca oyen los consejos
de los árboles.
Caperucita escuchó cómo las ramas de los árboles estremecían y pensó por un
instante que podría ser el lobo feroz que se arrastraba escondido hacia ella.
Pero el lobo.
Hablante 1 (04:08)
Y se puso a recoger flores de todos los colores. Para adornar la cesta que le
llevaba a su abuelita. Muy cerca. Unas garras grises con uñas filosas. Se movían
entre los arbustos. Y unos ojos brillantes y rojizos perseguían la silueta de
Caperucita. Minutos más tarde sucedió lo inevitable. Caperucita y el lobo Feroz
se encontraron frente a frente.
El lobo Feroz. Me habían dicho cosas horribles de ti. Pero veo que eres muy
amistoso.
Me llamo Lobo Feroz. Soy el malo de este cuento. Mi carrera es tan veloz que le
gano al mismo viento.
Todos ellos. Es el malo de este cuento. Su carrera. Eres tan veloz que le gana al
mismo viento.
Pero soy el malo de este cuento. Mi carrera es tan veloz. Celebrada el mismo
viento. Me llamo Lobo Feroz. Es el malo de este cuento. Mi carrera es tan veloz.
Ya no el mismo viento. Cuando me asomo al espejo me siento muy orgulloso,
admirando mi reflejo tan peludo y espantoso. Allí va Caperucita, rojita y
apetitosa. No sabe la pobrecita que su carne es tan jugosa.
Mmm. Y si jugamos a las carreras? Así no te vas a tardar. Mira, yo me voy por
este camino y tú por ese otro. Y el que llegue primero a la casa de tu abuelita
será el ganador.
Abuelita.
Abuelita.
Quién es?
La abuelita abrió la puerta. Tan pronto el lobo la vio sin ningún remordimiento,
se la comió. Se puso anteojos y ropa como la abuelita. Y así, disfrazado, se
acostó en la cama para esperar a Caperucita, que ya estaba por llegar. Tan
grande como era, veía desde arriba lo que pasaba y Pinito, sin poder ayudar a
Caperucita, sólo podía llorar. Note Tenemos que hacer algo. Tenemos que
ayudarla, por favor.
Tengo una idea. Pinito. Vamos a sacudir nuestras ramas. Todos los árboles del
bosque al mismo tiempo. Así, tal vez el cazador sepa que algo está pasando en
casa de la abuelita.
Sí, Sí, tiene que funcionar. Mientras tanto, Caperucita llegó a donde su abuelita.
Dando saltos de felicidad para contarle que había ganado una carrera al lobo
feroz. Estaba tan orgullosa y tan entusiasmada que no se dio cuenta del lobo
disfrazado metido en la cama de la abuelita.
Por qué? Tienes ojos brillantes? Por qué? Por qué? Por qué? Giros y vueltas. Por
qué? Por qué? Por qué?
Ojos de mi corazón.
Que no se note.
En mi voz que soy el lobo feroz. Por qué? Por qué? Por qué? La gaita peluda.
Bien para.
Pues oye, lo. Pero. Yo no. Por. Hubo puntajes de. Por qué? Por qué? Porque.
Ambientes escalofriantes porque. Por qué? Imagino tu sabor. Para comerte.
Detente, lobo!
Con su pelaje erizado y sus garras y sus dientes. Está sonriente. Hasta el paseo.
Todavía está caliente. Asusto. He aprendido la lección. Mi mamá estaba lo justo
como. Me advirtió. Con el lobo no se juega. Si el cazador no llega. Si el cazador
no llega. Otro afuera. Esta canción. Moraleja.
Escucha a los que te quieren. Saben lo que te conviene. Ellos tienen la razón
porque hablan de corazón. Había una vez en el país de la fantasía un lugar de
espejos mágicos y alfombras voladoras en el que vivía una viuda muy pobre con
su hijo Aladino. Aladino era un joven inteligente y apuesto, además aventurero,
que soñaba con ser un rico y poderoso príncipe. Solo un viejo y malvado mago
sabía que Aladino poseía tres dones la inocencia, la generosidad y la
imaginación. Y por esto lo necesitaría para llevar a cabo una difícil y peligrosa
misión. El mago decidió acercarse al muchacho para engañarlo con una falsa
historia que lo haría caer en su perversa trampa.
o solo, tío. Por qué no vienes conmigo? Es un camino muy difícil para un viejo
como yo. Tú eres fuerte e inteligente para no perderte en los laberintos. Y
podrás ir y volver pronto antes que se cierre la grieta. Y qué deseas que te
traiga? Allí hay muchos tesoros. Pero no los tocarás. Pues te caerá una
maldición. Ponte este anillo mágico que con la luz de su brillo te guiará a un
recinto en el que verás una vieja lámpara de cobre. Eso es lo que deseo. Aladino
obedeció. Y esto fue lo que pasó.
Aladino bajó al pozo a cumplir con su misión. Pero no hizo mucho caso de la
tonta maldición. Un tesoro tan precioso provocó su tentación. Y con monedas y
anillos. Los bolsillos se llenó. Un extraño laberinto. Resultó ser el recinto y
Aladino se olvidó del miedo que le causó. Llego a la lámpara pronto porque no
era ningún tonto y se la guardó en el pecho, Pues quedaba mucho trecho.
Dame la.
Yo soy el mago.
Dame la lámpara. Ordenó el mago asomando su cara por la grieta del pozo.
Y ahora qué voy a hacer para salir de este lugar? Y esta vieja lámpara? Por qué
la quiere el mago malvado? A pesar de lucir sucia y opaca, es muy hermosa. La
limpiaré un poco.
El poder está.
Conmigo. Lo que pidas, Aladino, lo tendrás. Mi buen amigo. Solo dilo. Solo dilo.
Dime que sueñas tener. No te asuste mi poder. Lo que deseas tener para mí es
obedecer. Al servidor poderoso de la lámpara y del pozo. Dile que vas a querer.
Dile que vas a querer. Porque oír es obedecer al servidor poderoso de la
lámpara y del pozo. Dile que vas a querer. Dile que vas a querer. Porque oír es
obedecer. Hoy. Desobedecer. Oír es obedecer, amo.
Ahora el genio.
Es mi esclavo y la princesa será mi esposa. Ja, ja, ja, ja, ja, ja!
El vino contenía una poción mágica para destruir hechizos de magos malvados.
Oh, bello y generoso mago. Seré tu esposa. Bebe conmigo Este vino para
celebrar nuestra unión.
Si eres un aventurero.