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UNIVERSIDAD POLITÉCNICA

INTERNACIONAL

Facultad de Derecho

Derecho de Familia II

Juzgado de Violencia Doméstica

Por:

Oscar Esquivel.

Heredia,
Julio, 2022.
Tabla de contenido

La violencia doméstica en Costa Rica. ................................................................................................. 3


Los Juzgados de Violencia Doméstica en Costa Rica ........................................................................... 4
La finalidad es acabar con la violencia doméstica............................................................................... 9
Anexos ............................................................................................................................................... 10
Lista completa de medidas preventivas ante casos de violencia doméstica. .................. 10

Requisitos de solicitud de medidas cautelares. ................................................................ 12

Bibliografía ........................................................................................................................................ 13

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La violencia doméstica en Costa Rica.

Toda persona tiene derecho a una vida sin violencia y las mujeres no tienen
por qué ser la excepción. Ninguna mujer, en ninguna circunstancia renuncia a este
derecho, ni lo pierde por el siempre hecho de iniciar o formar parte de una relación,
sin importar qué tipo de relación sea.

La doctora Josette Bogantes Rojas, nos dice en uno de sus múltiples artículos
que la violencia doméstica “son todas las formas mediante las cuales se intenta
perpetuar el sistema de jerarquías impuesto por la cultura patriarcal. La violencia
doméstica es una de sus formas, cuyo objetivo es el de ejercer control y dominio
sobre la mujer para conservar o aumentar el poder el hombre en la relación”. Por
otra parte, El artículo 2 de la Ley contra la Violencia Doméstica la define como toda
acción u omisión directa o indirecta, ejercida contra un pariente por consanguinidad,
afinidad o adopción hasta el tercer grado inclusive, […] que produzca como
consecuencia, el menoscabo de su integridad física, sexual, psicológica o
patrimonial.

Este tipo de violencia tiene consecuencias profundas y destructivas en las


familias, las comunidades y en quienes la sufren personalmente. Debido a estos
actos se producen daños físicos, psicológicos y sociales a las personas. En algunos
casos incluso llegando al punto de acabar con la vida de la o las personas agredidas.
Todas estas acciones, van por supuesto en contra de los derechos fundamentales
de cada individuo y esto termina haciendo que el hecho no sea solo un simple
asunto privado de una pareja o de un grupo familiar. Todo lo contrario, es un
problema público que debe interesar a toda la comunidad.

En Costa Rica, desde 1996, se cuenta con la Ley Contra la Violencia


Doméstica, mediante la cual se le dan herramientas especialmente a las personas
en riesgo de sufrir este tipo de abuso o que ya lo sufren y además, se crean órganos
especiales de apoyo y competencia para estas situaciones, entre ellos los juzgados
de violencia doméstica.

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Los Juzgados de Violencia Doméstica en Costa Rica

De acuerdo con lo establecido en el artículo 54 de la Constitución Política de


Costa Rica, se lee lo siguiente: “La familia, como elemento natural y fundamento de
la sociedad, tiene derecho a la protección especial del Estado. Igualmente, tendrán
derecho a esa protección la madre, el niño y la niña, las personas adultas mayores
y las personas con discapacidad”. Debido a este artículo, en 1996, como ya se
mencionó, en el país se creó la ley que dio origen a los juzgados de violencia
doméstica, llamada Ley contra la violencia doméstica.

Esta, vino a fortalecer una serie de carencias en cuanto a la protección de


personas en diferentes tipos de riesgos violentos. Para garantizar esto, dicha norma
establece una serie de medidas de protección preventivas y un gran número de
herramientas que le ayudan a la persona agredida a generar un proceso en el que
se pueda poner un alto a la situación.

Si bien no es complicado entender o darse una idea de la situación con solo


tener presente el concepto de violencia doméstica, era necesario desmenuzar un
poco más esta idea y generar un concepto más amplio. Como consecuencia de
esto, la idea global de violencia doméstica fue dividida en el artículo 2 de la norma
para especificar los diferentes subtipos de violencia que se pueden considerar
doméstica:

a) Violencia doméstica: Acción u omisión, directa o indirecta, ejercida contra


un pariente por consanguinidad, afinidad o adopción hasta el tercer grado
inclusive, por vínculo jurídico o de hecho o por una relación de guarda, tutela
o curatela y que produzca como consecuencia, el menoscabo de su
integridad física, sexual, psicológica o patrimonial. El vínculo por afinidad
subsistirá aun cuando haya finalizado la relación que lo originó.

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b) Violencia psicológica: Acción u omisión destinada a degradar o controlar
las acciones, comportamientos, creencias y decisiones de otras personas,
por medio de intimidación, manipulación, amenaza, directa o indirecta,
humillación, aislamiento o cualquier otra conducta que implique un perjuicio
en la salud psicológica, la autodeterminación o el desarrollo personal.

c) Violencia física: Acción u omisión que arriesga o daña la integridad


corporal de una persona.

d) Violencia sexual: Acción que obliga a una persona a mantener


contacto sexualizado, físico o verbal, o a participar en otras interacciones
sexuales mediante el uso de fuerza, intimidación, coerción, chantaje,
soborno, manipulación, amenaza o cualquier otro mecanismo que anule o
limite la voluntad personal. Igualmente, se considerará violencia sexual el
hecho de que la persona agresora obligue a la agredida a realizar alguno de
estos actos con terceras personas.

e) Violencia patrimonial: Acción u omisión que implica daño, pérdida,


transformación, sustracción, destrucción, retención o distracción de objetos,
instrumentos de trabajo, documentos personales, bienes, valores, derechos
o recursos económicos destinados a satisfacer las necesidades de alguna de
las personas mencionadas en el inciso a) anterior.

f) Parentesco: Relación de adopción, afinidad o consanguinidad hasta tercer


grado inclusive, por vía ascendente, descendente o colateral, originada en un
vínculo jurídico, biológico o de unión de hecho. El vínculo por afinidad
subsistirá aun cuando haya finalizado la relación que lo originó.

Teniendo claridad de toda esta subdivisión, se establecieron las diferentes


medidas de protección destinadas a evitar situaciones lamentables. Es así como la
ley faculta a las autoridades a realizar diferentes acciones y cumplir con ciertos

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deberes para velar por la protección de las personas en riesgo. Esto se puede ver
en el numeral 20 de la Ley, en donde se establece que las autoridades tienen el
deber de intervenir cuando haya riesgo, ya sea de oficio o por solicitud, sea de la
víctima o de terceras personas. Entre los deberes asignados a la policía
administrativa, podemos citar los siguientes:

a) Socorrer a las personas agredidas aun cuando se encuentren dentro de


su domicilio.

b) Detener a las presuntas personas agresoras y ponerlas a la orden de la


autoridad competente. En todo caso, deberá ponerse a la persona detenida
a la orden de la autoridad competente, en el término de veinticuatro horas,
conforme lo establece el artículo 37 de la Constitución Política.

c) Levantar un acta sobre los hechos ocurridos; para ello deberán recoger
información de familiares, personas vecinas o de otras presentes y consignar
sus nombres, calidades y lugar donde puedan localizarse para requerirlos en
un posible proceso judicial.

d) Decomisar las armas y los objetos utilizados para intimidar o agredir, así
como cualesquiera otras armas que se encuentren en posesión de la persona
agresora o inscritas a su nombre, y ponerlos a la orden de la autoridad judicial
respectiva. Para estos efectos y con la finalidad de proteger la vida humana
y la integridad personal, de conformidad con los artículos 21 y 23 de la
Constitución Política, la autoridad policial que acuda al primer llamado queda
autorizada para revisar el inmueble donde se esté dando la agresión, con la
finalidad de ubicar las armas a las que la persona agresora pueda tener
acceso, aun en caso de que la persona agresora no se encuentre en dicho
lugar.

e) Declarar como testigos en un posible proceso judicial.

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Una vez que se da el hecho de violencia, no solo la policía tiene deberes para
auxiliar a las víctimas, sino que también estas víctimas tienen herramientas para
prevenir que los hechos se repitan o incluso que lleguen a más. Es por esto que se
garantizan a las víctimas una serie de medidas de protección, según sea el caso.
Entre estas medidas se puede por ejemplo ordenar al presunto agresor que salga
del domicilio común e incluso limitarla a un área distante al de la presunta víctima.
Cuando esta medida es ejercida, el presunto agresor está en la obligación de
informar a las autoridades sobre la dirección de residencia y debe actualizar la
información en caso de cambiarla.

Otra de las medidas es que se le autorice a la víctima un domicilio diferente


en el que le puedan garantizar protección. Además, las autoridades pueden prohibir
al agresor que posea o porte armas de cualquier tipo, para evitar amenazas o delitos
de sangre. En caso de que sea necesario, incluso se puede suspender
provisionalmente al agresor del ejercicio de la guarda, crianza y educación de hijos
e hijas menores de edad. Asimismo, puede prohibirse que visiten a hijos e hijas
cuando esta visita involucre riesgo para los menores.

Con respecto a los bienes, la víctima tiene también el derecho de solicitar un


embargo preventivo por un plazo máximo de tres meses, sobre la casa de habitación
familiar y sobre los bienes de la persona agresora, esto con el fin de garantizar la
obligación alimentaria tanto de la víctima directa como de los dependientes. Para
lograr esto, se puede levantar un inventario de los bienes.

En casos en los que sea necesario, se emitirá una orden de protección y


auxilio policial dirigida a la autoridad de seguridad pública, con el fin de que la
víctima pueda acudir a la autoridad más cercana en caso de que haya cualquier
amenaza a su integridad que se pueda dar fuera de su domicilio.

Teniendo todo esto claro, lo siguiente es el órgano competente al que


se debe acudir en caso de violencia. Para eso, el artículo 6 establece que “donde
no existan juzgados especializados en violencia doméstica o de familia, serán

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competentes para conocer y ordenar las medidas de protección, los juzgados
mixtos o contravencionales”.

Con respecto a los juzgados especializados, en el país existen nueve para la


atención de los asuntos de violencia doméstica, ubicados en las siguientes zonas
del país: Primer y Segundo Circuito Judicial de San José, Hatillo, Desamparados,
circuitos judiciales de Alajuela, Heredia, Cartago, Puntarenas y Limón. Asimismo,
se crea el Juzgado de Violencia Doméstica de Turno Extraordinario en el Segundo
Circuito judicial de San José, el cual tiene competencia en los asuntos que se
generen en el Primer y Segundo Circuito Judicial de San José; así como, en la
periferia, durante horas y días inhábiles. Adicionalmente, se ha reforzado la
atención de esta materia con la incorporación de plazas de sicólogos y
trabajadores sociales en las cabeceras de provincia, con el fin de atender la
demanda de servicios en este campo.

Cuando la víctima quiere acceder a su derecho de ejercer el aparato legal y


pedir protección, esta solo debe acudir a las instancias citadas e interponer las
respectivas demandas, así como seguir los protocolos respectivos para solicitar
también las medidas respectivas de protección y seguridad en caso de ser
requeridas.

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La finalidad es acabar con la violencia doméstica

La creación de los juzgados de violencia doméstica son un gran avance para


el país. No solo porque representan auxilio a quienes sufren violaciones a sus
derechos fundamentales, sino también porque buscan reducir y de ser posible
acabar con la violencia. Pero para lograrlo, la responsabilidad no es únicamente de
los juzgados, sino también de la ciudadanía. El primer paso para acabar con la
violencia es hacerla pública para evitar su impunidad.

Si se debe hacer conciencia en la población de que es importante concluir


los procesos, pues el Juzgado de Violencia Doméstica es un ente que se encarga
de emitir justicia, pero no puede hacerlo si el proceso se paraliza o se cancela. Por
esto, el Estado también pone a disposición de las víctimas una larga serie de otras
entidades que colaboran con atención psicológica y de otros tipos, con el fin de
brindar apoyo a las víctimas para que estas puedan recuperar la normalidad de sus
vidas.

Finalmente, vale la pena mencionar que, aunque parezca obvio, la ley está
al alcance de toda la población sin importar el género, etnia o cualquier otra
característica. Cada hecho de violencia doméstica, independientemente de su
naturaleza, va a ser tomado por el juzgado con toda la seriedad del caso, con la
finalidad de sancionar la agresión y de ser posible evitar que esta acción se repita
o llegue a un punto mayor.

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Anexos

Lista completa de medidas preventivas ante casos de violencia doméstica.

a) Ordenar al presunto agresor que salga inmediatamente del domicilio común. Si se resiste, se
utilizará la Fuerza Pública.

b) Fijarle, a la persona agredida, un domicilio diferente del común, que la proteja de agresiones
futuras, si así lo solicita.

c) Ordenar el allanamiento de la morada cuando, por violencia doméstica, se arriesgue


gravemente la integridad física, sexual, patrimonial o psicológica de cualquiera de sus habitantes.
Esta medida se efectuará conforme a lo dispuesto en el Código de Procedimientos Penales.

d) Prohibir que se introduzcan o se mantengan armas en la casa de habitación, cuando se utilicen


para intimidar, amenazar o causar daño a alguna de las personas citadas en el inciso a) del artículo
2 de esta ley.

e) Decomisar las armas en posesión del presunto agresor.

f) Suspenderle provisionalmente, al presunto agresor, la guarda, crianza y educación de sus hijos e


hijas menores de edad.

g) Ordenar al presunto agresor abstenerse de interferir, en cualquier forma, en el ejercicio de la


guarda, crianza y educación de sus hijos e hijas.

h) Suspenderle al presunto agresor el derecho de visitar a sus hijos e hijas, en caso de agresión
sexual contra menores de edad.

i) Confiar la guarda protectora a quien la autoridad judicial considere idóneo para esa función, si
tal guarda ha sido encargada al presunto agresor, cuando la víctima sea menor de edad,
discapacitada física o mental o se trate de una persona de sesenta años o más, que no pueda
valerse por sí misma.

j) Prohibir, al presunto agresor, que perturbe o intimide a cualquier integrante del grupo familiar.
k) Prohibir el acceso del presunto agresor al domicilio, permanente o temporal, de la persona
agredida y a su lugar de trabajo o estudio.

l) Fijar una obligación alimentaria provisional de conformidad con la Ley de Pensiones Alimenticias.
Una vez fijada, de oficio se testimoniarán piezas y se remitirán a la autoridad judicial
correspondiente.

m) Disponer el embargo preventivo de los bienes del presunto agresor, por un plazo no mayor de
tres meses, contado a partir de la techa en que se ejecute la resolución que lo ordene. Para aplicar
esta medida, no será necesario ningún depósito de garantía ni el pago de honorarios ni de otros
gastos. A juicio de la autoridad judicial competente, el embargo recaerá sobre la casa de
habitación familiar y sobre los bienes necesarios para respaldar la obligación alimentaria en favor
de la persona agredida y los dependientes que correspondan, conforme a la ley.

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n) Levantar un inventario de los bienes muebles existentes en el núcleo habitacional, en particular
el menaje de casa u otros que le sirvan como medio de trabajo a la persona agredida.

ñ) Otorgar el uso exclusivo, por un plazo determinado, del menaje de casa a la persona agredida.
Deberán salvaguardarse especialmente la vivienda y el menaje amparado al régimen de
patrimonio familiar.

o) Ordenar, al presunto agresor, que se abstenga de interferir en el uso y disfrute de los


instrumentos de trabajo de la persona agredida. Cuando esta tenga sesenta años o más o sea
discapacitada, el presunto agresor no deberá interferir en el uso y disfrute de instrumentos
indispensables para que la víctima pueda valerse por sí misma o integrarse a la sociedad.

p) Ordenar al presunto agresor, la reparación en dinero efectivo de los daños ocasionados a la


persona agredida, o a los bienes que le sean indispensables para continuar su vida normal. Se
incluyen gastos de traslado, reparaciones a la propiedad, alojamiento y gastos médicos. El monto
se hará efectivo en el mismo proceso, mediante el embargo y remate de los bienes necesarios
para cubrir los daños ocasionados, a juicio de la autoridad judicial competente.

q) Emitir una orden de protección y auxilio policial, dirigida a la autoridad de Seguridad Pública de
su vecindario. La víctima portará copia de esta orden para que pueda acudir a la autoridad más
cercana en caso de amenaza de agresión fuera de su domicilio. Para aplicar cualquiera de las
medidas enumeradas en este artículo, la autoridad judicial podrá requerir la colaboración de la
policía administrativa y judicial. De incumplirse una o varias de estas medidas contraviniendo una
orden emanada de la autoridad judicial competente, esta podrá testimoniar piezas a la agencia
fiscal correspondiente, para que se siga el juzgamiento por el delito de desobediencia a la
autoridad.

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Requisitos de solicitud de medidas cautelares.

El solicitante de cualquiera de las medidas de protección señaladas en el artículo


3 de esta ley, deberá indicar:

a) El nombre, los apellidos, las calidades y el vecindario de la persona agredida y


la persona agresora, si los conoce.

b) Los hechos en que se funda.

c) Las pruebas, si existen, en las que fundamenta los hechos expuestos en la


solicitud. La falta de indicación de pruebas no impedirá que la autoridad judicial
dé curso a la solicitud.

d) Las medidas de protección solicitadas.

e) El señalamiento de la casa o el lugar para recibir notificaciones.

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Bibliografía

BOGANTES ROJAS, Josette. Violencia doméstica. Med. leg. Costa Rica [online].
2008, vol.25, n.2 [cited 2022-07-08], pp.55-60. Available from:
<http://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1409-
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Ley Contra La Violencia Doméstica N°7586. Artículo 2. Gaceta N°83 del 02 de


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Constitución Política de la República de Costa Rica. Artículo 51. 08 de noviembre


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Poder Judicial de Costa Rica - Historia Organización y Funcionamiento. (s/f).

Poder-judicial.go.cr. Recuperado el 9 de julio de 2022, de https://pj.poder-

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