Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Para citar este artículo: Sara Clavero & Yvonne Galligan (2020): Analysing gender and institutional
change in academia: evaluating the utility of feminist institutionalist approaches, Journal of Higher
Education Policy and Management, DOI: 10.1080/1360080X.2020.1733736.
Ver artículos
de Crossmark
Encontrará todas las condiciones de acceso y uso en
https://www.tandfonline.com/action/journalInformation?journalCode=cjhe20.
REVISTA DE POLÍTICA Y GESTIÓN DE LA ENSEÑANZA SUPERIOR
https://doi.org/10.1080/1360080X.2020.1733736
ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN
Introducción
En la última década, el estudio del género y las instituciones se ha convertido en un
prolífico programa de investigación, con distintos conjuntos de conceptos, marcos
teóricos, objetivos y herramientas. Dirigida principalmente por politólogas feministas, la
investigación sobre género e instituciones pretende
comprender el papel de las instituciones en la reproducción de las relaciones de poder de
género; las dimensiones de género de la continuidad y el cambio institucional; y los
factores que conducen al éxito o al fracaso de estrategias feministas como la integración
de la perspectiva de género, las cuotas de género y otras políticas de género (Krook y
Mackay, 2011; Mackay, Kenny y Chappell, 2010).
Basándose en la teoría institucionalista feminista, este artículo pretende aportar
información a los estudios que exploran las interacciones entre el género y el cambio
institucional en las universidades. También pretende comprender el papel de las
resistencias al cambio institucional que acompaña a la
aplicación de los planes de igualdad de género (PIG). Cómo pueden identificarse dichas
resistencias,
medir y, en última instancia, superar representa un reto importante tanto para los
estudiosos como para los profesionales en el campo de la igualdad de género en la
enseñanza superior actual.
Exploraciones académicas de la relación entre género, instituciones e institu-
Desde finales de la década de 1980, la continuidad y el cambio en las organizaciones han
experimentado importantes avances, y especialmente tras la publicación del influyente
trabajo de Joan Acker sobre los procesos de género en las organizaciones (Acker, 1990,
1992). Basándose en anteriores aportaciones feministas a este campo (Kanter, 1977,
Martin, 1985, Smith, 1987), Acker afirma que
una institución tiene "género" significa que el género está presente en sus procesos, en sus
prácticas,
imágenes, ideologías y distribuciones de poder (1992, p. 567). En su opinión, la creación
y recreación de la estructura de género arraigada en las organizaciones requiere una
investigación de las prácticas institucionales.
los criterios internos de éxito, las estructuras, los procedimientos, las normas, las prácticas,
las estructuras de carrera, los patrones de socialización, los estilos de pensamiento y las
tradiciones interpretativas, y los recursos de la entidad (Olsen, 2009, p. 9).
Contexto
En las universidades europeas se está generalizando la acción política en favor de la
igualdad de género, normalmente en forma de planes de igualdad de género (PIG).
Como cabría esperar, existen variaciones en relación con la cobertura nacional, así como
con el momento en que estas iniciativas fueron
introducidas por primera vez en cada país. Por ejemplo, las universidades alemanas
empezaron a desarrollar
Los PGE se remontan a la d é c a d a de 1980; las universidades de Austria y Suecia, a
mediados d e la década de 1990;
los del Reino Unido a finales de la década de 1990; en Italia y España a mediados de la
década de 2000; en Francia e Irlanda a mediados de la década de 2010; mientras que en
otros países europeos, los PGE en las universidades solo están empezando a surgir
(Comisión Europea, 2019a).
A escala de la Unión Europea (UE), las conclusiones del Consejo de 2015 sobre el
fomento de la igualdad de género en el espacio europeo de investigación invitaron a los
Estados miembros de la UE y a las organizaciones de financiación de la investigación a
ofrecer incentivos para animar a las instituciones de educación superior y a las
organizaciones de investigación a desarrollar planes de igualdad de género (PEG) y a
movilizar los recursos adecuados para aplicar estos planes (Consejo de la Unión
Europea, 2015). La UE ha promovido activamente estas acciones, principalmente a
través de sus programas de investigación e innovación (6º PM, 7º PM, Horizonte 2020) y
otros instrumentos de apoyo, como el Instituto Europeo de
La herramienta en línea GEAR de Igualdad de Género, diseñada para informar y orientar a
las universidades en la creación de
y la aplicación de las BPA (EIGE, 2016). También hay iniciativas transnacionales en
marcha,
como el compromiso de la Liga de Universidades Europeas de Investigación (LERU) de
desarrollar y aplicar las BPA en todas sus instituciones miembros (LERU, 2012).
Los datos sobre los avances en la igualdad de género en las instituciones de enseñanza
superior sugieren que esos esfuerzos políticos y legislativos han tenido cierto impacto.
Por ejemplo, en la UE la proporción de mujeres en los niveles superiores de la jerarquía
académica pasó del 15% en 2004 (UE-25) al 22%.
en 2013 (UE-28), y al 24% en 2016. Sin embargo, los datos siguen mostrando un sector
en el que persisten importantes desigualdades de género. Estas se refieren a la
distribución por género del personal en las diferentes etapas de sus carreras
académicas/de investigación (segregación vertical) y entre las diferentes disciplinas
(segregación horizontal), así como en las estructuras de gobierno de las universidades. En
2013,
las mujeres solo representaban el 22 % del personal de grado A (nivel de profesor
titular) en la UE, y esta brecha era aún más pronunciada en el ámbito de la ciencia y la
ingeniería, donde las mujeres representaban solo el 13 % de los académicos de este grado
(Comisión Europea, 2016, p. 126; 2019b,
p. 115). Las brechas de género también persisten en los órganos de gobierno: en 2014, la
proporción de mujeres entre los directores de instituciones de educación superior en la
UE-28 era de apenas el 20 %, cifra que aumentó modestamente al 22 % en 2017
(Comisión Europea 2019b, p. 129).
Si se contrastan estas cifras con datos similares de otros sectores, queda claro que
El progreso hacia la igualdad de género en las instituciones de enseñanza superior está
menos avanzado de lo que lo está.
es en otros sectores. Por ejemplo, en 2017 las mujeres representaban el 25 % de los
REVISTA DE POLÍTICA Y GESTIÓN DE LA ENSEÑANZA SUPERIOR 5
Para entender por qué los esfuerzos políticos en favor de la igualdad de género no se
traducen en los resultados deseados o por qué el ritmo de avance en este sentido es lento
y desigual, la
La literatura sobre género e instituciones, en particular sus variantes institucionalistas
feministas, puede proporcionar un marco analítico esclarecedor.
Género e instituciones
Las feministas se han interesado por el género y las instituciones desde el trabajo
pionero de Kanter (1977) sobre el género y la dinámica del comportamiento
organizativo. El enfoque de
que la investigación no versaba sobre la naturaleza intrínsecamente sexista de las
estructuras institucionales, sino más bien sobre la composición numérica de los equipos
directivos. Sin embargo, su trabajo tuvo una importante influencia en la investigación
sobre la paridad de género en diversas instituciones, ya que
cómo reaccionan los grupos de toma de decisiones dominados por hombres cuando las
mujeres se unen a ellos.
proporciones variables.
Joan Acker fue la primera académica que teorizó a fondo el arraigo institucional del
género. Acker acuñó y definió el término "instituciones de género" para significar que el
género "está presente en los procesos, prácticas, imágenes, ideologías y distribuciones de
poder en los diversos sectores de la vida social" (1992, p. 567). Aunque las normas de
valores de las organizaciones se presentan como "neutrales en cuanto al género" (es
decir, envueltas en un velo de objetividad y asumiendo a un trabajador incorpóreo y
universal), de hecho son profundamente androcéntricas. Acker (1990) identificó las
múltiples formas en que las desigualdades de género se manifiestan en las
organizaciones. En primer lugar,
se manifiesta en una división del trabajo en la que los hombres están casi siempre en
mayor número en
los puestos más altos del poder organizativo (por ejemplo, los rangos más altos del
profesorado en las universidades y en las estructuras de gestión y gobierno). En segundo
lugar, las organizaciones con perspectiva de género tienen símbolos, lenguaje e imágenes
que refuerzan esas divisiones laborales desiguales (por ejemplo, la imagen de un profesor
como hombre blanco de éxito dotado de autoridad epistémica). En tercer lugar, las
desigualdades de género en las organizaciones con perspectiva de género se manifiestan
en interacciones de dominación y sumisión entre los actores (por ejemplo, las mujeres
son interrumpidas con más frecuencia que los hombres en una reunión de la facultad).
En cuarto lugar, en las organizaciones sexistas, los agentes asumen formas sexistas de
concebir el trabajo (por ejemplo, que para tener éxito en la carrera académica es
necesario trabajar todas las horas). En quinto lugar, la perspectiva de género está
arraigada en la lógica organizativa de forma que, por ejemplo, los sistemas de evaluación
del trabajo favorecen las características y preferencias masculinas en cuanto a las
funciones laborales (por ejemplo, los criterios de evaluación en el mundo académico que
favorecen las carreras sin interrupciones, la investigación frente a la docencia y el trabajo
pastoral, y la movilidad internacional).
Sin embargo, la teoría de Acker ha sido criticada por sus limitaciones a la hora de
explicar cómo puede producirse el cambio institucional. Si los individuos de una
organización de género operan a través de
identidades de género moldeadas por normas organizativas, se suspende la agencia
individual para cambiar las organizaciones de género. Puede resultar mucho más difícil
cambiar y cuestionar individualmente el sistema de género que replicar las normas y
estructuras existentes, y sin embargo
REVISTA DE POLÍTICA Y GESTIÓN DE LA ENSEÑANZA SUPERIOR 7
Existen pruebas de que algunos individuos, y más concretamente grupos, pueden alterar
las estructuras y culturas organizativas mediante actos de agencia (Meyerson, 2003;
Kezar y Lester, 2011). Por ejemplo, la investigación de Hart (2008) descubrió que los
grupos de profesorado feminista eran
éxito a la hora de mejorar el clima para las mujeres en sus campus. Demostró que la
El grado en que las mujeres de estos movimientos se sentían limitadas por la
organización y su profesión no era universal y que el cambio era posible mediante la
promoción de prácticas más equitativas a lo largo del tiempo.
8 S. CLAVERO E Y. GALLIGAN
puede ser útil para entender por qué la introducción de nuevas normas formales (por
ejemplo, la paridad de género en los paneles de evaluación) no es
siempre se traducen en acciones previstas y resultados deseados, ya que las normas
informales -que a menudo adoptan formas sutiles, como la condescendencia, el rechazo
o el ostracismo social- pueden desempeñar un papel importante a la hora de socavar el
cambio institucional (Chappell y Waylen, 2013);
Waylen, 2014). Así pues, un cambio en las normas formales de una organización puede
poner fin a las desigualdades de género oficialmente sancionadas sin acabar con la
desigualdad de género en todas sus formas.
El institucionalismo feminista también hace hincapié en la importancia de la agencia
estratégica en el cambio institu- cional, destacando las formas en que los actores inician
el cambio dentro de un contexto de oportunidades y limitaciones (Chappell, 2006;
Connell, 2002). La resistencia al cambio parece
10 S. CLAVERO E Y. GALLIGAN
cuando los individuos interiorizan las normas de género informales existentes en una
organización. Como observó Acker, "la creencia de que no tiene sentido cuestionar la
naturaleza fundamental de género, raza, y clase de las cosas es una forma de control. Se
trata de controles interiorizados, a menudo invisibles " (2006, p. 454). Sin embargo, la
investigación sobre género y organizaciones ha demostrado cómo los actores pueden
cambiar las normas y las estructuras institucionales en las que operan (Fox, 2008; Kezar,
2014; O'Meara & Stromquist, 2015; Ward & Wolf-Wendel, 2012). En resumen, las
instituciones no solo tienen género, sino que pueden perderlo a medida que los actores
modifican el statu quo.
Según las feministas institucionalistas, el cambio es posible porque las instituciones
están llenas de contradicciones e intereses contrapuestos y, por lo tanto, pueden crear
oportunidades para el ejercicio de la agencia feminista (Kantola, 2006). No obstante, el
contexto institucional
en el que operan los actores puede limitar o facilitar las acciones de manera importante.
Comprender este contexto implica prestar mucha atención a las dimensiones de género
de las normas formales e informales que existen en una organización.
La tarea de identificar las normas informales y evaluar su papel a la hora de facilitar y
restringir el cambio institucional hacia la igualdad de género plantea retos
metodológicos. Esto se debe a que las normas informales están ocultas. Están arraigadas
en prácticas cotidianas relacionadas con el género que se disfrazan de comportamiento
estándar y, por tanto, se toman a la ligera.
por sentado. Superar este reto requiere metodologías de investigación cuidadosamente
diseñadas (Chappell & Waylen, 2013). La forma en que la teoría institucionalista
feminista -en sus diferentes variantes- puede utilizarse como marco para un análisis de
la continuidad y el cambio institucionales en contextos académicos específicos es una
cuestión a la que volveremos en la sección 4.
un fenómeno que surge durante los procesos de cambio -como cuando se aplican políticas
de igualdad de género- y que tiene como objetivo mantener el statu quo y oponerse al
cambio (2013, p. 299).
concepto que "se encuentra en el corazón del intratable binario de género dentro de la
academia" (Thornton, 2013, p. 128).
La tarea no está exenta de desafíos, ya que el mérito es un concepto que no se cuestiona
mientras que
modela nuestra forma de interpretar la realidad. Esto significa que cualquier evidencia
de brechas de género en relación con el porcentaje de catedráticos, directores de
proyectos de investigación o publicaciones, no se ve
como un problema de méritos, sino de barreras de género que impiden a las mujeres
alcanzar el nivel de excelencia exigido, como, por ejemplo, las dificultades para conciliar
la vida laboral y familiar, o la falta de confianza en sí mismas (Ward y Wolf-Wendel,
2012).
16 S. CLAVERO E Y. GALLIGAN
variantes del nuevo institucionalismo: elección racional (RCI), histórico (HI), sociológico
(SI) y discursivo (DI). Aunque cada uno de ellos se ha utilizado para comprender
distintos aspectos de la relación entre género e instituciones, la elección de los enfoques
depende en gran medida del tipo de instituciones objeto de estudio y de las preguntas, los
objetivos y el enfoque específicos de la investigación.
Los institucionalistas de la elección racional se centran en el papel de las normas
institucionales a la hora de limitar el comportamiento de los agentes. En su opinión, el
comportamiento de los agentes se rige por un cálculo estratégico dirigido a maximizar
sus propios intereses, aunque este cálculo se verá afectado por las expectativas sobre el
comportamiento probable de los demás. Normas institucionales
estructuran estas interacciones restringiendo las opciones de los actores, pero también
eliminando las incertidumbres.
tainty (Hall & Taylor, 1996). La elección racional y las feministas institucionalistas existen
en un
una relación incómoda entre sí. Las feministas consideran que la teoría de la elección
racional se basa en suposiciones sobre el mundo de los sexos que son sexistas y
androcéntricas, mientras que los estudiosos de la elección racional ignoran la
contribución intelectual de los estudios feministas a la teoría de la elección racional.
comprender la motivación, los intereses y el comportamiento (Driscoll y Krook, 2009, p.
238-239). No obstante, sus muy diferentes puntos de partida pueden crear una sólida
perspectiva analítica cuando se combinan, como ilustran Driscoll y Krook (2009) en
relación con la explicación de la
adopción de cuotas de género en la política. Cada vez hay más ejemplos de diversas
formas de acción preferente, hasta cuotas incluidas, que se ponen en práctica en la
enseñanza superior. Un ejemplo es la creación de puestos de profesor titular y otros
puestos académicos a los que las candidaturas de mujeres reciben un trato preferente.
Algunos ejemplos son la Iniciativa de Liderazgo Académico Superior (Iniciativa SAL) del
gobierno irlandés, la Universidad
de Delft (Países Bajos) de becas sólo para mujeres y la Universidad de Melbourne
(Australia) de puestos sólo para mujeres en la Escuela de Matemáticas y Estadística.
Cada una de estas iniciativas está concebida para paliar la falta de representación
femenina en las disciplinas y en los puestos directivos de la enseñanza superior. Un
enfoque feminista institucionalista de elección racional podría aclarar por qué las élites
académicas masculinas aprueban medidas que a primera vista
de que afecte a sus propios intereses. Sin embargo, hasta la fecha, ha habido muy poco
apetito entre
a las académicas feministas para que amplíen lo que sería un enfoque feminista del ICR y
lo apliquen en cualquier campo, incluidos los estudios de educación superior.
Los institucionalistas sociológicos (IS) hacen más hincapié en las características
sociales que en las estructurales de las instituciones. En su opinión, las instituciones son
"sistemas de significado" que reflejan concepciones compartidas sobre el
funcionamiento del mundo. Así pues, las instituciones no sólo incluyen
reglas y prácticas, sino que también son "sistemas de símbolos, guiones cognitivos y
plantillas morales que proporcionan los marcos de significado que guían el
comportamiento humano" (Hall y Taylor, 1996, p. 947). Los actores institucionales son,
en suma, seres sociales que actúan de forma habitual, siguiendo una "lógica de
adecuación" que prescribe y proscribe determinados tipos de comportamiento.
(March & Olsen, 1989).
Las revisiones feministas de la IS, sobre todo en la atención prestada a la cultura,
pueden contrarrestar una concepción racional de los agentes institucionales e iluminar el
papel de las normas informales en la resistencia a la igualdad de género en los entornos
académicos. Para los estudiosos de la IS, las institucio
REVISTA DE POLÍTICA Y GESTIÓN DE LA ENSEÑANZA SUPERIOR 19
941), es más probable que el IH asuma un mundo en el que las instituciones han
privilegiado históricamente a unos grupos sobre otros, dándoles más acceso a los
procesos de toma de decisiones y más recompensas y reconocimiento por parte de la
institución.
Sin embargo, esta variante del nuevo institucionalismo tiene limitaciones. Una de
ellas es q u e s e centra mucho en los factores causales, lo que puede resultar
inadecuado para los estudios que examinan las resistencias al cambio en las instituciones
académicas y que pretenden ir más allá de la comprensión de sus efectos.
22 S. CLAVERO E Y. GALLIGAN
causas. Dicho de otro modo, la cuestión de cómo se crea, recrea, refuerza, impugna y/o
subvierte el principio del mérito a través de las prácticas institucionales (de género) va
más allá de la explicación histórica, de dependencia de la trayectoria y del legado que
ofrece el IH.
El institucionalismo discursivo (DI), la variante más reciente del nuevo
institucionalismo, puede
superar algunas limitaciones de la IH. Este enfoque, que se centra en las ideas y en los
procesos interactivos del discurso a través de los cuales se generan y comunican estas
ideas, considera las instituciones y sus normas como "estructuras simultáneamente
restrictivas y habilitadoras".
las construcciones de sentido internas de los actores estratégicos que intentan realizar
y objetivos contingentes (Schmidt, 2010, p. 4).
El DI se ha prestado especialmente a la apropiación feminista, por lo que es la
variante preferida de muchos estudiosos que investigan la interacción entre género,
instituciones y continuidad y cambio institucionales. Por un lado, el DI destaca la
La importancia del discurso y su relación con el poder a la hora de generar y legitimar
ideas y cimentar el "statu quo" de género de una institución. Las ideas dominantes
llegan a ser tan aceptadas que puede que se olvide su existencia, pero estructuran los
puntos de vista asumidos por la gente (como los relacionados con el principio del
mérito), así como los métodos,
instrumentos y objetivos utilizados (por ejemplo, en las evaluaciones de méritos). Sin
embargo, el DI también destaca el papel de la agencia, ya que se centra en los procesos
interactivos por los que las ideas
se generan, se comunican, se deliberan y/o se impugnan. Al hacerlo, reconoce la
existencia de luchas discursivas y puede mostrar cómo el "statu quo" es capaz de cambiar
(Fischer, 2003).
Uno de los problemas del DI es que borra la distinción entre instituciones y discursos
(Freidenvall y Krook, 2007). Una vez difuminada esta distinción, resulta difícil
identificar las condiciones en las que los actores "utilizan" el discurso para lograr un
cambio institucional.
(es decir, un cambio en las normas formales/informales de la organización) o los
momentos en que los actores están siendo "utilizados" por el discurso para resistirse a
dicho cambio.
Kulawik (2009) muestra cómo las variaciones históricas y discursivas del nuevo
institucionalismo
se complementan entre sí y cómo pueden utilizarse en un enfoque integrado (feminista)
deconstruyendo la dicotomía de explicación causal frente a significado y descripción, y
reformulando (en lugar de rechazar) el concepto de causalidad. En su opinión, una
explicación adecuada debe incluir el concepto de significado. Al realizar análisis
comparativos, es
Es importante tener en cuenta que los países difieren no sólo en cuanto a sus
instituciones "sino también en la forma en que se interpretan los problemas y sus causas,
lo que, a su vez, influye en las soluciones que se consideran adecuadas" (Kulawik, 2009, p.
266).
En este punto de la evolución de la teoría institucionalista feminista, una
Un enfoque que tome prestados los puntos fuertes tanto del IH como del DI puede ser
especialmente útil para analizar el cambio institucional hacia la igualdad de género y las
resistencias a dichos cambios en los entornos académicos. Esto facilita el análisis del
discurso sobre cómo se interpretan las normas institucionales de género, como el
principio del mérito, quién tiene el poder y la legitimidad sobre estas interpretaciones y
cómo puede producirse el cambio a través de la contestación discursiva.
REVISTA DE POLÍTICA Y GESTIÓN DE LA ENSEÑANZA SUPERIOR 23
Conclusiones
En este artículo se ha explorado la investigación sobre género e instituciones con el fin
de fundamentar marcos analíticos para la investigación sobre el cambio institucional en
contextos de educación superior. Basándose en la literatura institucionalista feminista
que explora la relación entre género, instituciones y continuidad y cambio institucional,
el objetivo era evaluar cómo este corpus de trabajo, junto con las contribuciones de los
estudios de género y organizativos, podría adaptarse a un estudio que pretende
comprender la dinámica de la aplicación de los planes de acción para la igualdad de
género (PEG) en las instituciones de educación superior de toda Europa.
Aunque las BPA en las universidades se están convirtiendo en la norma y existen
pruebas de algunos avances hacia la igualdad de género en este sector, los esfuerzos
legislativos y políticos no se traducen suficientemente en los resultados deseados. Para
comprender los factores que obstaculizan la aplicación, este artículo recurre al concepto
de resistencias al cambio institucional.
Este concepto ha sido desentrañado por estudiosos del género que trabajan con nuevos
marcos institucionalistas con el objetivo de comprender mejor los casos de fracaso (o
éxito parcial) en la aplicación de iniciativas de igualdad de género en el ámbito político.
Sus trabajos ponen de manifiesto el papel de las normas institucionales informales (de
género) a la hora de obstaculizar el cambio hacia la igualdad de género, así como su
carácter informal e implícito. En vista de ello
Desde una perspectiva más profunda, este artículo aborda las dificultades que entraña la
construcción de metodologías apropiadas para la identificación, el análisis y la
evaluación de las resistencias en el contexto de la investigación empírica.
Sin embargo, aunque la literatura sobre género y política inspirada en los nuevos
marcos institucionalistas puede proporcionar herramientas conceptuales y
metodológicas útiles para construir un diseño de investigación centrado en las
instituciones académicas, no puede presuponerse un isomorfismo con las instituciones
políticas. Por este motivo, el presente estudio recurre a investigaciones, inspiradas sobre
todo en los estudios de género y organizativos, que examinan las resistencias a las
instituciones
cambio hacia la igualdad de género en el entorno específico del mundo académico. Entre
los muchos
factores que obstaculizan las iniciativas y prácticas de igualdad de género en las
universidades, que la investigación
destaca el papel del mérito académico como obstáculo principal. Disfrazado de norma
neutra y objetiva desde el punto de vista del género, limita el cambio transformador no
sólo en los procesos de aplicación, sino también en los procesos previos de formulación y
adopción de políticas.
Existen diferentes enfoques feministas institucionalistas (cada uno de los cuales se basa
en las diferentes
variantes de la nueva teoría institucionalista) que pueden utilizarse para fundamentar un
diseño de investigación dirigido a
una mejor comprensión del principio de mérito como una de las principales fuentes de
resistencia que limitan el diseño y la aplicación de las BPA. El artículo concluye con un
análisis de las ventajas y desventajas de estos enfoques para un estudio centrado en las
instituciones académicas,
concluyendo que un enfoque integrado que tome prestadas varias variantes presenta dos
ventajas. En primer lugar, proporciona la flexibilidad necesaria para un estudio en el que
se dispone de poca investigación hasta la fecha y, en segundo lugar, puede remediar las
deficiencias asociadas con la rígida
REVISTA DE POLÍTICA Y GESTIÓN DE LA ENSEÑANZA SUPERIOR 25
Declaración de divulgación
Los autores no declararon ningún posible conflicto de intereses.
26 S. CLAVERO E Y. GALLIGAN
Financiación
Este trabajo ha contado con el apoyo de la Comisión Europea [710534].
ORCID
Sara Clavero http://orcid.org/0000-0001-5482-7108
Referencias
Acker, J. (1990). Jerarquías, trabajos, cuerpos: A theory of gendered organizations. Gender &
Society, 4 (2), 139-158. doi:10.1177/089124390004002002
Acker, J. (1992). From sex roles to gendered institutions. Contemporary Sociology, 21(5), 565-569.
doi:10.2307/2075528
Acker, J. (2006). Regímenes de desigualdad: género, clase y raza en las organizaciones. Género y
sociedad, 20
(4): 441-464.
Annesley, C., y Gains, F. (2010). El núcleo del Ejecutivo: Género, poder y cambio. Estudios Políticos,
58(5), 909-929. doi:10.1111/j.1467-9248.2010.00824.x
Bagilhole, B., y Goode, J. (2001). La contradicción del mito del mérito individual y la realidad
de un sistema de apoyo patriarcal en la carrera académica: una investigación feminista.
European Journal Of Women's Studies, 8 (2): 161-180.
Benschop, Y., y Doorewaard, H. (2012). Gender subtext revisited. Equality, Diversity, and Inclusion:
an International Journal, 31(3), 225-235. doi:10.1108/02610151211209081
Bergqvist, C., Bjarnegård, E., & Zetterberg, P. (2013). Analizar el fracaso, comprender el éxito:
Una estrategia de investigación para explicar la adopción de políticas de igualdad de género.
NORA - Nordic Journal of Feminist and Gender Research, 21(4), 280-295.
doi:10.1080/08038740.2013.855661
Chappell. (2011). Novedad anidada e innovación institucional: Ampliación de la justicia de género
en la
tribunal penal internacional. En M.L. Krook & F. Mackay (Eds.), Gender, politics and institu-
tions: Towards a feminist institutionalism (pp. 163-180). Palgrave Macmillan.
Chappell, L. (2006). Comparación de instituciones políticas: Revealing the gendered logic of
appropriateness. Politics & Gender, 2(2), 223-235. doi:10.1017/S1743923X06221044
Chappell, L., y Waylen, G. (2013). Género y vida oculta de las instituciones. Public Administration,
91(3), 599-615.
Connell. (1987). Gender and power: Society, the person and sexual politics. Cambridge: Polity Press.
Connell, R.W. (2002). Gender. Cambridge: Polity Press.
Consejo de la Unión Europea. (2015). Impulsar la igualdad de género en el espacio europeo de
investigación: Conclusiones del Consejo. 14846/15. Obtenido de
http://data.consilium.europa.eu/doc/document/ ST-14846-2015-INIT/en/pdf
Driscoll, A., y Krook, L. (2009). ¿Puede haber un institucionalismo feminista de elección racional?
Politics & Gender, 5(2), 238-245. doi:10.1017/S1743923X0900018X
Driscoll, A., y Krook, L. (2012). Feminism and rational choice theory. European Political Science
Review, 4(2), 195-216. doi:10.1017/S175577391100018X
EIGE. (2016). Igualdad de género en el mundo académico y la investigación - Herramienta GEAR.
Obtenido de https://eige.
europa.eu/gender-mainstreaming/toolkits/gear
Erickson, S.K. (2012). Mujeres estudiantes de doctorado en ingeniería y un terreno matizado:
Evitar y revelar el género. The Review of Higher Education, 35(3), 355-374. doi:10.1353/
rhe.2012.0019
Erikson-Zetterquist, U., y Renemark, D. (2016). Pueden mantenerse los cambios hacia la igualdad
de género?
Género, Trabajo y Organización, 23(4), 363-378. doi:10.1111/gwao.12127
Comisión Europea. (2004). Género y excelencia en ciernes. Obtenido de https://www.
uni-frankfurt.de/41563255/GenderMainstreaming.pdf
REVISTA DE POLÍTICA Y GESTIÓN DE LA ENSEÑANZA SUPERIOR 27
Comisión Europea. (2005). Carta Europea del Investigador y Código de conducta para la
contratación de investigadores. Obtenido del sitio Web:
https://euraxess.ec.europa.eu/sites/default/files/ am509774cee_en_e4.pdf
Comisión Europea. (2016). Cifras SHE 2015. Obtenido del sitio Web:
https://ec.europa.eu/research/ swafs/pdf/pub_gender_equality/she_figures_2015-final.pdf.
Comisión Europea. (2018). Informe sobre la igualdad entre mujeres y hombres en la UE. Recuperado
de https://publications.europa.eu/en/publication-detail/-/publication/950dce57-6222-11e8-
ab9c-01aa75ed71a1/language-es
Comisión Europea. (2019a). Informe de progreso del EEI 2018. Recopilación de datos e información
para el seguimiento del EEI 2018 - informe técnico. Obtenido de
https://ec.europa.eu/info/sites/info/
files/research_and_innovation/era/era_progress_report_2018-technical.pdf
Comisión Europea. (2019b). SHE figures 2018. Obtenido de https://ec.europa.eu/info/pub
lications/she-figures-2018_en
Fischer, F. (2003). Reframing public policy: Discursive politics and deliberative practices. Oxford:
Oxford University Press.
Fox, M.F. (2008). Institutional transformation in the advancement of women faculty: The case of
academic science and engineering. En J.C. Smart (Ed.), Higher education: Handbook of theory
and research (pp. 73-103). New York: Springer.
Gains, F., y Lowndes, V. (2014). ¿Cómo influye la organización de la vida política en función del
género? Examining an institution in formation - police and crime commissioners in Inglaterra
y Gales. Politics and Gender, 1(4), 524-548. doi:10.1017/S1743923X14000403
Hall, P.A., y Taylor, R.C.R. (1996). La ciencia política y los tres nuevos institucionalismos. Political
Studies, 44(5), 936-957. doi:10.1111/j.1467-9248.1996.tb00343.x
Hart, J. (2008). Mobilization among women academics: The interplay between feminism and
professionalization. National Women's Studies Association (NWSA) Journal, 20(1), 184-208.
Hart, J. (2016). Diseccionando una organización de género: Implicaciones para las trayectorias
profesionales de las mujeres a mitad de carrera en STEM. Journal of Higher Education, 87(5), 605-
634. doi:10.1353/jhe.2016.0024
Kanter, R.M. (1977). Algunos efectos de las proporciones en la vida en grupo: Proporciones de
sexos asimétricas y respuestas a
mujeres simbólicas. American Journal of Sociology, 82(5), 965-990. doi:10.1086/226425
Kantola, J. (2006). Feminists theorize the state. Basingstoke: Palgrave Macmillan.
Kenney, S.J. (1996). New research on gendered political institutions. Political Research Quarterly,
49(2), 445-466. doi:10.1177/106591299604900211
Kenny, M. (2007). Género, instituciones y poder: A critical review. Politics, 27(2), 19-100.
doi:10.1111/j.1467-9256.2007.00284.x
Kezar, A. (2014). Cambio en la educación superior y redes sociales: Una revisión de la
investigación'. The Journal of Higher Education, 85(1), 91-124. doi:10.1353/jhe.2014.0003
Kezar, A., y Eckel, P. (2002). The effect of institutional culture on change strategies in higher
educación: ¿Principios universales o conceptos culturalmente sensibles? The Journal of Higher
Education, 73(4), 435-460.
Kezar, A., y Lester, J. (2011). Mejorar la capacidad del campus para el liderazgo: An examination of
líderes de base en la enseñanza superior. Stanford, CA: Stanford University Press.
Kronsell, A. (2016). Cuerpos sexuados y masculinidades militares: Gender path dependence in
EU's common security and defense policy. Men and Masculinities, 19(3), 311-336.
doi:10.1177/ 1097184X15583906
Krook, M.L., & Mackay, F. (eds.). (2011). Género, política e instituciones: Hacia un
institucionalismo feminista institutionalism. Basingstoke: Palgrave Macmillan.
Kulawik, T. (2009). Staking the frame of a feminist discursive institutionalism. Politics & Gender,
5 (2), 261-271. doi:10.1017/S1743923X0900021X
LERU. (2012). Mujeres. Investigación y universidades. Excelencia sin prejuicios de género.
Obtenido del sitio Web:
http://www.leru.org/files/publications/LERU_Paper_Women_universities_and_research.pdf Lester,
J. (2008). Performing gender in the workplace: Gender socialization, power, and identity
entre el profesorado femenino. Community College Review, 35(4), 277-305. doi:10.1177/
0091552108314756
28 S. CLAVERO E Y. GALLIGAN
Lester, J., Sallee, M., y Hart, J. (2017). Más allá de las universidades de género? Implicaciones para
la investigación sobre el género en las organizaciones. NASPA Journal about Women in Higher
Education, 10(1), 1-26. doi:10.1080/19407882.2017.1285794
Lombardo, E., y Mergaert, L. (2013). Integración de la perspectiva de género y resistencia a la
formación en materia de género: Un marco para estudiar la implementación. NORA - Nordic
Journal of Feminist and Gender Research, 21(4), 296-311. doi:10.1080/08038740.2013.851115
Lovenduski, J. (2008). Feminismo de Estado y movimientos de mujeres". West European Politics,
31(1/2),
169–194. doi:10.1080/01402380701834978
Mackay, F., Kenny, M., & Chappell, L. (2010). El nuevo institucionalismo a través de una lente de
género: ¿Hacia un institucionalismo feminista? International Political Science Review, 31(5),
573-588. doi:10.1177/0192512110388788
Mackay, F., Monro, S., & Waylen, G. (2009). El potencial feminista del institucionalismo
sociológico.
Politics & Gender, 5(2), 253-262. doi:10.1017/S1743923X09000208
Mackay, F., y Waylen, G. (2009). Feminist institutionalism. Politics & Gender, 5(2), 237-280.
doi:10.1017/S1743923X09000178
Martin, P. Y. (1985) Group sex composition in work organizations: a structural-normative model.
En S. B Bacharach y S.M. Mitchell (eds.), Research in the sociology of organizations, 4: 311-349.
Greenwich, CT: JAI Press. Greenwich, CT: JAI Press Martin
McBride, D.E., & Mazur, A.G. (eds). (2010). The politics of state feminism: Innovation in compara-
tive research. Philadelphia: Temple University Press.
Mergaert, L., y Lombardo, E. (2014). Resistance to implementing gender mainstreaming in EU
research policy. E. Weiner & H. MacRae (Eds.), The persistent invisibility of gender in EU policy
(pp. 121). European Integration Online Papers (EIoP), Número especial 1(18), Artículo 5
Recuperado de http://eiop.or.at/eiop/texte/2014-005a.htm
Meyerson, D.E. (2003) Radicales templados: Cómo los líderes cotidianos inspiran el cambio en el
trabajo. Boston, MA.: Harvard Business School Press
Morley, L., y Lugg, R. (2009). Mapping meritocracy: Intersecting gender, poverty and higher
educational opportunity structures. Higher Education Policy, 22 (1): 37-60.
O'Meara, K., y Stromquist, N. (2015). Redes de pares de la facultad: Papel y relevancia en el avance de
la agencia
y equidad de género. Gender and Education, 27(3), 338-358. doi:10.1080/09540253.2015.1027668
Olsen, J. (2009). Cambio y continuidad: An institutional approach to institutions of democratic
gobierno. European Political Science Review, 1(1), 3-32. doi:10.1017/S1755773909000022
Outshoorn, J., & Kantola, J. (2007). Changing state feminism. Basingstoke: Palgrave Macmillan.
Penney, S., Brown, J., & Oliveria, L. (2007). Los números no bastan: Las mujeres en la enseñanza
superior en el siglo XXI. New England Journal of Public Policy, 22(1). Artículo 14 Obtenido de
http://scholarworks.umb.edu/nejpp/vol22/iss1/14
Pierson, P. (2004). La política en el tiempo: Historia, instituciones y análisis social. Princeton:
Princeton University Press.
Schmidt, V. (2010). Tomarse en serio las ideas y el discurso: Explaining change through discursive
institutionalism as the fourth 'new institutionalism. European Political Science Review, 2(1), 1-
25. doi:10.1017/S175577390999021X
Smith, D.E. (1987) The everyday world as problematic: a feminist sociology. Boston: Northeastern
University Press
Los autores. (2018, 22-25 de julio). Ayudan los planes de igualdad de género a construir justicia
epistémica en la educación superior? Evidencia de seis universidades europeas. Ponencia
presentada en el Congreso Mundial de la Asociación Internacional de Ciencia Política.
Brisbane, Australia: Panel AUS 04.04 Contemporary Public Policy Challenges. Obtenido del
sitio Web: https://www.researchgate.net/publica
tion/326395871_Do_Gender_Equality_Plans_aid_in_building_epistemic_justice_in_Higher_
Education_Evidence_from_six_European_universities
Thomas, L., Hill, M., O'Mahony, J., & Yorke, M. (2017). Apoyando el éxito de los estudiantes:
Estrategias para el cambio institucional. Advance HE. Obtenido de https://www.advance-
he.ac.uk/knowledge-
hub/apoyar-el-éxito-de-los-estudiantes-estrategias-de-cambio-institucional
Thornton, M. (2013). El espejismo del mérito. Australian Feminist Studies, 28(76), 127-143.
doi:10.1080/08164649.2013.789584
REVISTA DE POLÍTICA Y GESTIÓN DE LA ENSEÑANZA SUPERIOR 29
Van den Brink, M., y Benschop, Y. (2012). Matar al dragón de siete cabezas: The quest for gender
change in academia. Gender, Work & Organization, 19(1), 71-92. doi:10.1111/gwao.2012.19.issue-1
Ward, K., & Wolf-Wendel, L. (2012). Academic motherhood: How faculty manage work and
family.
Nueva Jersey: Rutgers University Press: Rutgers University Press.
Waylen. (2014). 'Instituciones informales, cambio institucional e igualdad de género'. Investigación
política Quarterly, 67(1), 212-223. doi:10.1177/1065912913510360
Waylen, G. (2009). ¿Qué puede ofrecer el institucionalismo histórico a las institucionalistas
feministas? Politics & Gender, 5(2), 245-253. doi:10.1017/S1743923X09000191