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AI2. ENSAYO.

ESCUELA-PUEBLO
INTRODUCCIÓN
A continuación presentaré un escrito en donde se reconocen algunos cambios
educativos que tienen relación con la escuela rural mexicana, así como los antecedentes
de la escuela rural multigrado actual.
Es importante destacar que la Educación ha ido evolucionando a lo largo del tiempo, y
en cada época la educación es vista desde una perspectiva con propósitos diversos y
cambiantes, debido a que vivimos en una sociedad líquida.
En este ensayo recuperaré diversas reflexiones acerca de la escuela que surge de la
revolución mexicana, así como la escuela rural mexicana en el período comprendido de
1941 – 2000, identificando sus cambios y paradigmas.
Además abordaré los siguientes ejes de análisis: el contexto socioeducativo, las
escuelas rurales y Artículo 123, la educación del pueblo y el origen histórico de la
escuela multigrado, todo lo anterior da cuenta al valor de la escuela-pueblo como el
corazón de la Educación en México.
El contexto histórico de la escuela multigrado
DESARROLLO
Sin duda la escuela se ha ido transformando con el paso del tiempo, debido a lo que la
sociedad demanda, en la cual influyen diversas intenciones y perspectivas sociales,
culturales y políticas.
La clave es reconocer el contexto socioeducativo en la práctica educativa, es importante
identificar que la intervención socioeducativa se vincula con un conjunto de dimensiones,
factores y relaciones que acontecen en un entorno. (Andalucía, 2009)
Así que un análisis pertinente de la realidad va a condicionar la planificación del proceso,
así como la eficacia de los resultados. Por lo tanto es fundamental identificar las
características sociales, educativas y políticas de la comunidad y el espacio escolar en
donde desarrollaremos nuestra práctica docente.
Reconocer el contexto socioeducativo implica desarrollar una tarea clave bajo una
intervención educativa, porque se vincula con un conjunto de dimensiones, factores y
relaciones y un análisis pertinente de nuestra realidad condicionaría la planificación del
proceso, así como la eficacia de los resultados.
La escuela ha tenido una evolución imprescindible, ha tenido una función social
primordial porque ha dado respuesta a situaciones que parten de la observación y
análisis del contexto socioeducativo, con el propósito de desarrollar una intervención
socioeducativa que permita engrandecer y transformar a una comunidad.
La educación del pueblo ha ido evolucionando, algunas escuelas fueron fundadas por
comunidades con intereses sociales particulares, otras escuelas fueron sostenidas por el
clero, asociaciones y particulares, las cuales no fueron registradas en la Secretaría
General de Gobierno.
Durante el gobierno de Porfirio Díaz, se intensificaron los esfuerzos en favor de la
educación popular, se buscaba dar solución al analfabetismo y al aislamiento de una
población que desconocía el idioma nacional. Surgió una “instrucción rudimentaria”, en
la cual se impartía a toda la población, sin distinción de sexo ni edad, y sobre todo a la
población indígena, se incluiría la enseñanza del español, la lectura, escritura y nociones
de aritmética.
De igual manera surgió una ley de “Enseñanza rural”, que obligaba a los patrones a
establecer escuelas rurales, para los hijos de las familias que habitaban en las
haciendas o fincas. Por otra parte las condiciones en esa época eran desfavorables para
muchos porque los trastornos económicos causados por la Revolución obligaron a
numerosos propietarios traspasar, arrendar o vender sus propiedades.
En aquél entonces, militares y autoridades civiles expropiaban tierras a diestra y
siniestra, mientras que los hacendados se negaban a reconocer la legalidad de los
decretos y la educación popular terminó siendo vista como “letra muerta”.
Tanto la escuela rural mexicana, como la escuela rudimentaria y la escuela del pueblo,
durante el periodo de 1917 a 1940, realizaron una labor fundamental al abatir el
analfabetismo.
Tal como argumenta (Loyo, 2010)“Las casas del pueblo cambiaron su nombre por el de
escuelas rurales, se esforzaban cada vez más por transformar los hábitos domésticos;
modernizar las técnicas agrícolas y las industrias rurales; combatir supersticiones,
prácticas arcaicas y vicios; promover campañas de higiene y salud; fomentar la
recreación, las manifestaciones artísticas y los deporte.”
Así que el contexto socioeducativo influye indudablemente en el desarrollo de la práctica
educativa, por ello es necesario observar y analizar las características sociales,
educativas y políticas de la comunidad y el espacio escolar.
Para analizar cómo era la escuela rural mexicana, debemos remitirnos a los
antecedentes históricos y reconocer que a finales del siglo XIX nuestro país era
esencialmente rural, porque aproximadamente el 71% de la población se dedicaba a las
labores del campo.
Además había un enorme analfabetismo, las escuelas rurales eran de organización
unidocente y mixta, donde se daban clases en un salón improvisado y un solo docente
impartía un programa a toda la población escolar. Se creía que “para servir en estas
escuelas no se necesitaba un título, sólo haber cursado la enseñanza elemental” (Loyo,

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2010)
Por su parte la escuela rural artículo 123, surgieron en el periodo de 1917-1940, fueron
establecidas para los hijos de los trabajadores de las empresas agrícolas, industriales y
otras, las cuales desempeñaron un papel importante en el proceso educativo de la
población del campo y en la consolidación del Estado Mexicano.
En dichas escuelas se educaron personas que lucharon por condiciones de vida más
justas, fueron un núcleo de trabajadores y buscaban frenar los abusos de los
terratenientes y de gente que se sentía poderosa y superior a los demás.
“…muchas de estas escuelas coadyuvaron durante varias décadas en la tarea de la
educación popular y desempeñaron un papel importante como semillero de
revolucionarios, no sólo en la lucha armada, sino también en la lucha por la conquista de
la tierra y de los derechos de los trabajadores” (Loyo, 2010)
Las escuelas “Artículo 123” nacieron con ese nombre, con la constitución política de
1917, sin embargo, sus orígenes se remontan a muchos años atrás, a leyes y decretos
emitidos por Maximiliano y Benito Juárez, y a las escuelas establecidas en el campo por
los pueblos y hacendados.
Durante los años de lucha armada surgió una ley de escuelas de instrucción
rudimentaria, la cual fue aprobada por el Presidente interino Francisco León de la Barra,
el 30 de mayo de 1911, dicha ley autorizaba al ejecutivo federal a establecer escuelas
de primeras letras en las que se impartirían en dos cursos anuales, castellano, lectura,
escritura y las operaciones fundamentales de aritmética.
En aquél entonces, la enseñanza no sería obligatoria y no afectaría a las leyes, futuras o
vigentes, de estados, Distrito Federal o territorios. La educación del pueblo se refería a
aquellas escuelas que debían estar abiertas a todos, preferentemente a los indígenas,
sin distinción de sexo ni edades, y para estimular la asistencia se distribuirían vestidos y
alimentos.
La ley convirtió al gobierno central en un agente federal de educación y la educación del
pueblo representó un espacio para abatir el analfabetismo y estar presente en todas las
regiones más alejadas.
Además se discutió acerca de los conocimientos básicos para todo el país y se hizo ver
la urgencia de escuelas de enseñanza agrícola e industrial, de normales regionales y la
obligación de los empresarios en la educación, tema que sería retomado en el Congreso
Constituyente de 1917.
Más adelante durante la revolución, cada entidad legisló de acuerdo con sus intereses y
necesidades propias, después durante el gobierno de Madero y de Huerta se hizo poco
por la educación urbana, ambos aumentaron el sueldo de los maestros, Madero
estableció comedores escolares, surgió la escuela racionalista en Yucatán.

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Se derivó una pedagogía basada en la libertad y en la razón, en la que se debía formar
una juventud libre de prejuicios y fanatismos. Después la lucha armada dio lugar a
diversas experiencias educativas.
Los maestros con frecuencia enseñaban las primeras letras a la tropa o a su séquito,
mientras que las escuelas se cerraban, eran ocupadas por los soldados o abandonadas
por los niños que huían de enfermedades o epidemia.
En la constitución política de 1917 se debatió el significado del concepto de "libertad",
como el papel del Estado y su derecho a intervenir en algunas áreas de la vida del país y
se estableció que la educación sería laica, gratuita y obligatoria. Además definió que:
“La enseñanza es libre pero será laica la que se dé en los establecimientos oficiales de
educación, lo mismo que la enseñanza elemental y superior que se imparta en los
establecimientos oficiales. Ninguna corporación religiosa o ministro de algún culto podrá
establecer o dirigir escuelas de instrucción primaria. Las escuelas primarias particulares
sólo podrán establecerse sujetándose a la vigilancia oficial. En los establecimientos
oficiales se impartirá gratuitamente la enseñanza primaria.”
Después surgió una década de la reconstrucción en los años 20, cuando se creó la
Secretaría de Educación Pública, en 1921, la cual pretendía tener una jurisdicción
nacional, dividida en la Secretaría, dividida en cinco departamentos: escolar, bibliotecas,
bellas artes, cultura e incorporación indígena y campaña contra el analfabetismo.
Vasconcelos promovió una gran aventura cultural acompañado por amigos ateneístas,
maestros y artistas. También difundió la lectura, impulsó la pintura, el teatro, la música y
el deporte. Los teatros, cines, salones, plazas públicas, mercados, jardines y parques se
transformaron en centros de alfabetización y de actividades educativas y culturales
"redentoras”.
Tiempo después en 1923 surgieron las misiones culturales, las cuales “consistían en
grupos de expertos con diferentes conocimientos y habilidades (economía doméstica,
agricultura, industria, música, arte, educación física y enseñanzas académicas)
apoyaron la preparación de los primeros maestros rurales federales y llevaron a las
comunidades un mensaje civilizador”. (Loyo, 2010) pp. 164
Posteriormente surgió la pedagogía de la acción o escuela activa, la cual tenía ideales
del régimen de unir estudio y trabajo, de despojar a la enseñanza de su carácter
verbalista y fomentar actividades manuales y corporales que mostraran la importancia de
la cooperación en el mejoramiento de la colectividad.
El niño debería "aprender haciendo". Las escuelas rurales deberían incluir tareas
agrícolas, y las urbanas, actividades industriales y labores domésticas, lo que requería
amplios espacios, jardines, talleres y campos de juego y cultivo.

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Además había en el país 2,596 escuelas federales, prácticamente todas unitarias, es
decir, de un solo grupo de diversas edades confinado en una sola aula con una
inscripción de 184 720 alumnos.
En los años 30 surgió una década radical, en la que la radicalización de la cultura
escolar se derivó del esfuerzo de organizaciones estudiantiles y obreras por darle a la
educación mayor contenido social, del contacto de maestros con campesinos y
trabajadores, del éxito de métodos educativos revolucionarios, de los reacomodos de
grupos de poder, etc.
El origen histórico de la escuela multigrado, es muy interesante porque surge de la
necesidad como una oportunidad, la Asamblea Nacional de la Educación asignó a la
Federación las zonas más aisladas para establecer escuelas y resolvió, en papel al
menos, la homologación de sueldos del magisterio federal y local.
REFLEXIONES
Es esencial reconocer el valor de la escuela, apreciando tanto su esencia y sus
antecedentes, porque para poder explicar el presente, hay que comprender y conocer
nuestro pasado.
Sin duda, vivimos en una sociedad líquida porque es dinámica y va evolucionando, por
ello es fundamental reconocer nuestra historia, el origen del todo.
Quizá sin considerarlo relevante desde antes de la existencia del coronavirus y en un
mundo, en apariencia, interconectado el ser maestra o maestro había adquirido unas
formas o maneras de manifestarse, en la actualidad van surgiendo nuevas prácticas
educativas que deben estar orientadas hacia una transformación social.
Es importante destacar que el trabajo que realiza un docente es de gran valor, ya que
este no solo se verá reflejado en el desempeño de sus alumnos, sino que impactará en
la transformación de la comunidad educativa, desarrollando una serie de conocimientos,
habilidades, actitudes, destrezas y valores.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Andalucía, F. d. (2009). LA importancia del contexto en el proceso de enseñanza-


aprendizaje. Revista digital para profesionales de la enseñanza. No 5.
Loyo, E. (2010). La educación del pueblo, en la educación en México. México.

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