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7 de abril de 2022

¿Match o Crash?: ¿Cómo las aplicaciones de citas han afectado a las y los
jóvenes chilenos?

Tras la pandemia del Covid-19 y debido al confinamiento como medida sanitaria


para enfrentarla, evitando la interacción física, el uso de aplicaciones de citas
online se disparó globalmente. La comunidad de usuarios de este tipo de sitios,
según el portal Statista y la Universidad de Stanford, superaría los 392 millones de
personas en el mundo en 2021, un 10% más que en el 2020, año durante el cual
se experimentó el mayor aumento (18%). Esto suscita diversas preguntas a nivel
local: ¿Ocurrió el mismo fenómeno a escala nacional? ¿Quiénes son los usuarios
que más las usan? ¿Cómo les afectó psicológicamente este cambio en la
modalidad de cortejo? ¿Es el enamoramiento en línea una opción viable?

Agustín Monsalve

Profesora Ignacia Godoy

Narración Escrita de No Ficción


Él súbitamente se acercó a besarla –“Oye no, o sea, te vengo recién conociendo
¡¿Qué onda?!” –exclamó Antonia Sánchez (25) a Sergio en plena vía pública. La
joven psicóloga egresada de la Universidad Católica en 2020 había comenzado a
usar Tinder en enero de 2017, y luego de unos escasos días hacía “ match” con él.
Chatearon por tres semanas hasta que decidieron conocerse en persona. “Varios
años después digo que fue un error, porque uno tiene que darse el tiempo de
conocer a la persona” –afirma ella. La cita callejera se tornó incómoda debido a
que el puentealtino se le empezó a insinuar inmediatamente de manera sexual.
Tinder, Badoo, Facebook Parejas, Bumble, Happn, Grindr, entre muchas
otras, son plataformas virtuales que permiten ver miles de perfiles de personas
que, a través de fotografías y breves descripciones de sí mismas, se dan a
conocer para que otros muestren su interés y/o atracción para lograr lo que se
denomina un “match” o un interés común. Así lo explica la psicóloga clínica Zamira
Diaz Segovia. En abril de 2021 la empresa CORPA Estudios De Mercado
emitió un informe el cual muestra que un 28% de los encuestados aumentó el uso
de estas aplicaciones tras la pandemia, siendo el segmento que más varió su
utilización los jóvenes de 18 a 23 años, ascendiendo a un 38%. “Una de las
razones de esto podría ser la dificultad para acceder a espacios de socialización
presencial, que en momentos prepandemia permitían facilitar la interacción social
(universidad, trabajo, espacios libres, discotecas, entre otros)” –afirma la
especialista–. “De esta forma, los medios digitales han permitido generar,
mantener y propiciar la interacción a distancia con personas conocidas y también
la posibilidad de conocer personas nuevas a pesar de las restricciones sanitarias”.
Sin embargo,
estas ya normalizadas prácticas digitales producto de la globalización conllevan el
planteamiento de ciertas problemáticas: ¿Bastará con un perfil en una app para
realmente conocer a otra persona? ¿A qué clase de riesgos nos vemos expuestos
al acceder a hablar con alguien desconocido? ¿Serán estas relaciones virtuales
realmente enriquecedoras o perjudiciales para la juventud? Con el tiempo, Antonia
Sánchez se dio cuenta de que su pololo evadía las invitaciones a casa de sus
padres como las peticiones de ir a su casa con un cierto temor y desagrado. Ella
argumentaba que siempre se juntaban en la calle, pero él divagaba y siempre
respondía negativamente. Tras un año de interacción, por el hartazgo, ella le
preguntó –“¿Cuándo vamos a pololear, así, oficialmente?” . Pero él comenzaba a
hablar de otro tema o a buscar excusas para no incursionar en ello. “Yo al final me
terminé enganchando, casi como enamorándome del tipo” –declara Antonia,
aunque también afirma– “Terminaba sufriendo, porque veía que de parte de él no
había otro interés más que del tipo sexual”. Por esto la relación no pudo prosperar
tras junio de 2020. En
la encuesta mencionada 34% de la muestra buscaba relaciones íntimas casuales
a través de estas redes. Esto estaría vinculado al concepto de “amor líquido” de
Zygmunt Bauman. La doctora Diaz explica el término como “la individualización
desenfrenada y el cambio tecnológico” que “transforman el cortejo moderno en
una especie de juego mercantilizado”, en donde hay mayor exigencia y prima “la
lógica de oferta-demanda o del desecho (‘Esto ya no me gusta, entonces lo
cambio por otro’)”. El
caso de Matías Acevedo (26), un estudiante de Ingeniería en Construcción Civil de
la UC es evidencia de ello. Durante sus dos años de soltería en pandemia usó
Tinder en periodos esporádicos por sentirse en un punto medio entre la soledad y
el aburrimiento. Pero luego de unos días o una semana de uso pensaba: “Esto en
realidad no me va a llevar a nada, no tiene sentido”. No obstante, es en una de
estas instancias, en octubre de 2021, cuando realizó match con Cote. Tras unas
semanas de intercambio de mensajes de texto en noviembre concretaron una cita
real, en la cual se dieron su primer beso y prometieron ser transparentes con los
sentimientos que poseían uno por el otro. En palabras de él: “No fue algo intenso,
sino como de ‘uh, me llama mucho la atención’. No es como si hubiese dicho: ‘ella
me gusta’ o ‘es una amiga’. Estaba entre medio”.
Pese a esto, hasta el 6 de enero consideró que tenían todos los
requerimientos para iniciar una relación a largo plazo y le pidió formalmente
pololeo. Pero tras irse ella de vacaciones el 10 del mismo mes y volver dos
semanas después comenzó a ser más distante. De aquí a principios de abril
algunas de sus reuniones se tornaron desagradables: “Los dos con la cara larga
[…] ella se sentía mal, yo en ese momento me sentía en una situación muy
vulnerable porque me abrí mucho (a ella)” –¿Pero estaba incómoda? –“No, era
como indecisión y frustración por no poder responder a lo que yo le daba
(emocionalmente)”. Al comprender esto Matías también empezó a tomar distancia:
“No puedo permitir que mi estado de ánimo del día dependa de otra persona” –
pensó. Por eso, el viernes 8 de abril, tras una cita a las 16:00 horas en un evento
recreativo dentro de la Universidad de Santiago, a la que ella asiste, decidió
hablarle del tema: “¿Quieres seguir con esto?” –“¿No sé?” –respondió ella–.
“Bueno, si no lo dices tú lo digo yo: tenemos que dejarlo hasta acá”.
Tras poner fin a su relación, a las 18:00 horas del mismo día, Matías
cenaba en el negocio Goodrinks del barrio Brasil. No estaba solo. Había quedado
con Jose, una compañera del ramo “Familia y Sociedad”, con la cual el martes
compartió un viaje en Metro hasta la estación Irarrázaval. Conversaron, se
entretuvieron y al final del día sus labios se besaban. “¿Qué tan capaz seré yo de
desechar la relación que inicié hace dos días? ¿Qué tan importante para mí será
esta otra persona? –se pregunta–. Si yo no tuviese redes sociales eso del viernes
no hubiese ocurrido”.

Zamira Diaz Segovia: +56 9 5090 9840

Antonia Sánchez: +56 9 9415 8530

Matías Acevedo: +56 9 5930 1157

https://www.lavanguardia.com/economia/20211212/7922986/pandemia-citas-
online-aplicaciones-amor-sexo.html

https://www.latercera.com/que-pasa/noticia/en-medio-de-las-cuarentenas-las-
apps-de-citas-se-transformaron-en-una-poderosa-herramienta-para-conocer-
personas-en-chile/SXBTVM2FR5AWVAYZXPUS7TCYMQ/

https://www.tvn.cl/entretencion/tendencias/apps-citas-pandemia-4744532

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