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MONICIONES DOMINGO 7 DE MAYO.

INICIO.

Queridos hermanos, tengan todos muy buenos días. Sean todos


bienvenidos a la celebarción de la santa misa en el quinto domingo de
Pascua. Han transcurrido ya cuatro semanas de Pascua y hoy inauguramos
la quinta. Las lecturas bíblicas nos van ayudando a entrar cada vez con
mayor fuerza en la vida nueva del Resucitado y las consecuencias que tiene
para la comunidad cristiana.

No debemos cansarnos de celebrar nuestra fiesta principal, que dura siete


semanas: nuestra fe cristiana es fundamentalmente alegría y visión
optimista. Por eso, de pie, cantamos con gozo el canto de entrada.

GLORIA.

Cantemos hermanos la Gloria de Dios, pues en su inmensa misericordia


nos ha perdonado a todos nuestros pecados…

ENTRADA DE BIBLIA.

Recibamos hermanos con mucho respeto a las sagradas escrituras, a


nuestra Santa Biblia, que encierra las grandes enseñanzas de nuestro
Dios. Con todo respeto recibimos a la Palabra de Dios

PROCLAMACIÓN DE FE.

A una sola voz y con el respeto que se merece, unamos nuestras voces
para hacer nuestra proclamación de Fe a las Sagradas Escrituras:

TU PALABRA ES CAMINO

TU PALABRA ES VERDAD

TU PALABRA ES AMOR

TU PALABRA ES VIDA

Ahora, inclinamos la cabeza, y juntos como hermanos, decimos con viva


voz:

BENDICE A TU PUEBLO, SEÑOR, CON TU PALABRA.

Nos podemos sentar para escuchar atentos la palabra de Dios.


PRIMERA LECTURA. En el libro de los Hechos de los Apóstoles vemos
hoy cómo la primera comunidad va creciendo y apareciendo en ella las
primeras tensiones. Para resolver este problema se estructuran los roles
y se distribuyen las funciones bajo principios rectores. Escuchemos
también cómo aparecen los primeros ministros ordenados.

SALMO. Con el salmo 32 damos las gracias a Dios y manifestamos


nuestra confianza en Él. Lo hacemos diciendo:

SEGUNDA LECTURA. En la carta de Pedro nos encontramos hoy con una


gran convicción teológica y pastoral: la comunidad cristiana es un
pueblo sacerdotal, un templo vivo en el Espíritu. Esa comunidad somos
nosotros, y estas palabras de Pedro merecen nuestra gran atención.
Escuchemos atentos.

ANTES DEL EVANGELIO. La no presencia física de Jesús por su vuelta


al Padre, es el problema de la Iglesia postpascual que nos relata el
evangelio de hoy. A ese problema responden los discursos de Jesús que
escucharemos a continuación. De pie.

ACLAMACIÓN. Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre,


si no es por mí, dice el Señor. 

OFERTORIO. Con mucha alegría llevemos al altar el Pan y el Vino, fruto


de nuestro esfuerzo, y que se convertirán en el Cuerpo y Sangre de
Cristo.

COMUNIÓN.  Aceptando la invitación de Dios, vayamos jubilosos ahora


a compartir la Mesa del Señor Jesús. Cantamos…

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