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Apocalipsis 16-17

Versículos 16:19 - 17:5


Una cordial bienvenida a nuestro estudio de uno de los libros más apasionantes que existen, el libro de Apocalipsis, un
escrito cronológico de profecías sobre un tiempo futuro que le aguarda a nuestro planeta Tierra. En programas
anteriores leímos el relato de Juan, el autor de estas visiones apocalípticas que, a pesar de los juicios que caerán sobre la
Tierra, sin embargo nos hace saber que en medio de los "últimos tiempos", Dios, el Creador, está cercano a aquellos que
Le buscan con un corazón sincero y arrepentido. Finalizamos el último programa con el versículo 18 del capítulo 16 de
Apocalipsis que relata un gran terremoto, de tal magnitud como nunca visto sobre la Tierra, porque el séptimo ángel
había derramado el contenido de la séptima Copa de la Ira de Dios sobre el planeta. Leamos lo que nos dicen los
versículos 19 al 21 de este capítulo 16:
19
 Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria
delante de Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira. 20 Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados. 21 Y
cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron contra Dios
por la plaga del granizo; porque su plaga fue sobremanera grande.

Jerusalén será la ciudad que sufrirá un gran terremoto que la dividirá en tres partes. Aunque el epicentro del terremoto
será Jerusalén, parece que no estará limitado a esa zona solamente, porque las ciudades de las naciones caerán también.
Esto nos da una idea de la extensión y la vasta destrucción de este terremoto. Aquí se menciona específicamente a
Babilonia, que ya fue mencionada también en el capítulo 14, versículo 8, y volveremos a ver más detalles en los próximos
dos capítulos.

Y leemos que "toda isla huyó" esto nos indica que aun las islas están cambiando de un lugar a otro por este extenso
terremoto.

Y luego, "un enorme granizo como del peso de un talento" Un talento griego pesaba unos 25 kilos. El talento judío
pesaba alrededor de 52 kilos. Es interesante recordar que en el libro de Josué hay una mención acerca del granizo, en el
capítulo 10, versículo 11, leemos: "Y mientras iban huyendo de los israelitas, a la bajada de Bet-horón, Jehová arrojó
desde el cielo grandes piedras sobre ellos hasta Azeca, y murieron; y fueron más los que murieron por las piedras del
granizo, que los que los hijos de Israel mataron a espada."

De acuerdo con el historiador Josefo, las catapultas romanas lanzaron piedras del peso de un talento, sobre Jerusalén, en
el año 70 D. C., cuando Tito derribó la ciudad, a pesar de su gran resistencia. Con esta terrible granizada concluirá el
período de la Gran Tribulación.

En los siguientes capítulos 17 y 18 veremos los juicios de las dos Babilonias. En primer lugar veremos a la iglesia apóstata
durante la Gran Tribulación, en el capítulo 17. Y luego veremos no sólo la Babilonia religiosa, sino la Babilonia comercial
en el capítulo 18.

Muchos grandes temas están relacionados con la Gran Tribulación y es difícil mantenerlos separados. No debería
inquietar al creyente en Jesucristo que muchos detalles no serán revelados hasta que el mundo comience a entrar en ese
período y tenga que afrontar las diversas crisis de la Gran Tribulación.

Esto es evidente especialmente con respecto a las dos Babilonias en los próximos capítulos 17 y 18. La pregunta es: ¿Hay
dos Babilonias, y se encuentran en dos diferentes áreas geográficas? ¿Son representaciones de dos sistemas? ¿Habrá dos
ciudades literales, o serán la misma? Creemos que las respuestas a estas preguntas serán más evidentes al acercarse ese
tiempo, que también será el de nuestra redención, porque los creyentes en Jesucristo seremos recogidos, arrebatados,
milagrosamente, antes de estallar el primer juicio de Dios sobre esta Tierra. Nuestro criterio, en el presente, es que se
trata de dos ciudades.
Veamos pues, lo que nos dicen los primeros cinco versículos de este capítulo 17 de Apocalipsis:
1
 Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré
la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas; 2 con la cual han fornicado los reyes de la
tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación. 3 Y me llevó en el Espíritu al desierto;
y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez
cuernos. 4 Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía
en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; 5y en su frente un nombre
escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.

"un misterio: BABILONIA". Los estudiosos de la Biblia afirman que se trata de "un gran sistema religioso y comercial"
basado en Roma. Muchos creen que el capítulo 17 describe a la Babilonia religiosa, y el capítulo 18 comenta su aspecto
comercial. La Babilonia religiosa incluye desde luego a la Cristiandad apóstata, tanto protestante como católica, y puede
que represente a la iglesia ecuménica mundial. Aún en las actualmente denominadas "iglesias bíblicas independientes",
no todos serán auténticos creyentes, y también ellos se integrarán en las grandes organizaciones que se llamarán a sí
mismas "la iglesia", pero no será la Iglesia de Jesucristo, en ese primer período de la Gran Tribulación.

La Biblia, la Palabra de Dios, le ha dado el título de ramera, y no podría ser más nefasto. Este será un sistema eclesiástico
de "una iglesia mundial". La sede de esa iglesia mundial podría estar ubicada en Roma, la ciudad edificada sobre las siete
colinas, aunque también se han barajado otras posibles ubicaciones. "la gran ramera, la que está sentada sobre muchas
agua", controlando grandes áreas del mundo gentil "con la cual han fornicado los reyes de la tierra" es decir, que ha
seducido a líderes políticos con sus contemporizaciones e intrigas, con alianzas entre la iglesia y el estado durante ese
período. "Con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su
fornicación", lo que significa que multitudes caerán bajo su malévola influencia, totalmente ajena al auténtico "ser de
Jesucristo, y seguir a Jesucristo".

Juan, el autor, escribió "vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata". Recordemos que en el capítulo 13 de
Apocalipsis vimos a dos grandes Bestias: una surge del mar, y la otra de la tierra, es decir, de la Tierra de Israel. Ambas
Bestias simbolizan a dos hombres que jugarán un importante papel durante el período de la Tribulación. Entre las dos
grandes Bestias combinarán los rasgos de las cuatro bestias del profeta Daniel, que vimos en el capítulo 7, versículos 3 al
7. La primera gran Bestia será la cabeza visible, aquel el que gobernará a este reavivado Imperio Romano, que volverá a
existir en forma de 10 reinos, representados por sus diez cuernos. El imperio de los reinos y su gobernante, la gran Bestia
escarlata, recibirán fuerzas sobrenaturales de Satanás, el cual se nos describió como el Gran Dragón, y la Serpiente
antigua, en el capítulo 12 de Apocalipsis.

La iglesia apóstata, la mujer ramera, es vista por Juan "sentada sobre una bestia escarlata", este cuadro representa al
reavivado Imperio Romano; "llena de nombres de blasfemia", eso demostrará cuánto se ha apartado la religión, del
Cristo viviente. Continúa Juan diciendo "que tenía siete cabezas y diez cuernos", que es la descripción de la primera gran
Bestia que ya vimos en el capítulo 13. Por un tiempo, la falsa iglesia dominará el imperio. Se sentirá en pleno estado de
gloria, llevando los símbolos de sus vastas riquezas y exhibiéndolas, como dice el versículo 4: "estaba vestida de púrpura
y escarlata". Ése era el color predominante del imperialismo romano. Cada senador y cónsul de la época llevaba una tira
de color púrpura como un distintivo de su posición, color que también ostentaban las vestimentas del emperador.

Sigue el versículo 4, "y adornada de oro, de piedras preciosas y de perla." Estos adornos nos hablan de la belleza de un
despliegue externo; pero, como los fariseos, por dentro es corrupción e inmundicia. Materiales preciosos, genuinos, pero
son adornos exteriores, una imitación superficial de una fe genuina.

El Señor Jesucristo dijo en el evangelio según Mateo, capítulo 23, versículo 25: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos,
hipócritas! Porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia."

Juan continúa describiendo a esta mujer, la iglesia apóstata, idólatra y falsa: "y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de
abominaciones" Esta es la intoxicación religiosa de la anti-iglesia, -no contra el Anticristo-, sino contra la verdadera
iglesia; será una seudo religión falsa, un cristianismo falso de un evangelio falso, en resumen, será un sistema engañoso.
Ésta es la copa que embriagará al mundo. Copa de oro fue Babilonia en la mano de Jehová, que embriagó a toda la
tierra; de su vino bebieron los pueblos; se aturdieron, por tanto, las naciones. Esto cita lo leemos en el libro del profeta
Jeremías, capítulo 51, versículo 7. Continúa el versículo 5: y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA
GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.

Ahora, se la llama "un misterio: BABILONIA", debido a su origen. En el libro de Génesis, capítulo 11, leemos sobre la Torre
de Babel, y las absurdas intenciones de ese pueblo de llegar con su edificación hasta el Cielo. Bajo el rey Nimrod,
Babilonia llegó a ser el origen y la cuna de todas las religiones falsas. Ahora, aparentemente, el sueño de grandeza de
Nimrod llegará a realizarse durante la primera parte del período de la Gran Tribulación, porque la "iglesia cósmica,
universal, apóstata", dominará a la Gran Bestia. Ésta es la iglesia que dirá: "Yo soy rica y tengo abundancia de cosas, y
no tengo necesidad de nada". Cuando estuvimos considerando las características de las "siete iglesias", en los capítulos 2
y 3 de Apocalipsis, dijimos que el perfil y el tipo de iglesia como la de Filadelfia será la que Dios recogerá en el momento
del arrebatamiento de la Iglesia, antes del comienzo del período de la Gran Tribulación. Él le dijo a esa iglesia: "Yo
también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero". Esa hora, que es un período
relativamente breve en la historia de la Humanidad, es la referencia acerca del período de la Gran Tribulación, "la prueba
que ha de venir sobre el mundo entero".

La verdadera Iglesia no pasará por este período de prueba y tribulación. La verdadera Iglesia será recogida
milagrosamente. Todos sus miembros, fieles y verdaderos, conjuntamente y en un instante, en lo que se llama "el
arrebatamiento", una asombrosa desaparición de todos aquellos que profesan su fe en Jesucristo, serán llevados al Cielo,
a la presencia de Jesucristo. Pero, ¿a quiénes recogerá Dios? No será a las diferentes iglesias, ni los grupos eclesiales, sino
la verdadera Iglesia de Jesucristo, que está formada por los creyentes en Cristo, aquellos que han aceptado Su regalo de
la salvación, conquistado en la cruz; aquellos que han confesado ser pecadores, aceptaron el perdón de Dios, y continúan
en una relación personal con Jesucristo. Ése será el grupo que Dios quitará de la Tierra, y el resto, una gran multitud de
supuestos miembros, de muchas iglesias, permanecerá en la Tierra y se enfrentará a los terribles siete años que durará el
período de la Tribulación.

El Dr. George Gill acostumbraba a decir que algunas iglesias continuarán funcionando el domingo siguiente al
"arrebatamiento", de la desaparición de millones de personas en todo el mundo, como si nada hubiera pasado
realmente. Hasta es posible que después de ese asombroso evento, en muchas iglesias, no faltará ninguno de sus
miembros. Ese grupo pasará por el período de la Gran Tribulación. Pero, debemos comprender que estos supuestos
cristianos no serán verdaderos creyentes. Ésta no será la verdadera iglesia del Señor Jesucristo, y nunca será llamada Su
Iglesia, la cual ya se halla en la presencia de Dios, en el Cielo.

El Dr. Pentecost en su libro sobre "Las cosas que vendrán", escribe este comentario: "La gran Bestia, que será dominada
por el sistema de la Ramera (Apocalipsis 17:3), se levantará contra ella, y la destruirá completamente, a ella y a su
sistema. Sin duda alguna, el sistema de la ramera estará en competencia con el sistema religioso de la gran Bestia, que
será promocionado por el Falso Profeta, y se llevará a cabo su destrucción, para que la Bestia sea el único objetivo de la
falsa adoración, en su aspiración en ser Dios". Hasta aquí, el comentario del Dr. Pentecost.

Recordemos lo que mencionamos anteriormente, que se califica como "Babilonia" a un gran sistema religioso y
comercial. Babilonia será reedificada un día, como ya lo leímos en los libros de los profetas Isaías y Jeremías, pero ambos
sistemas serán nuevamente aniquiladas, como veremos en los capítulos 17 y 18. La Babilonia eclesiástica, que será la
iglesia apóstata mundial, será destruida por la gran Bestia, que es el Anticristo, gobernante de un nuevo orden mundial,
soberano sobre todos los imperios y reinos. La Babilonia comercial será destruida al regresar Jesucristo en Su Segunda
Venida. La Babilonia eclesiástica, la iglesia mundial, será aborrecida por la Bestia, el Anticristo, quien demandará la
exclusividad de toda la gloria y adoración. La Babilonia comercial será amada por el mundo. La Babilonia eclesiástica, la
supuesta iglesia mundial, será destruida al "comienzo" de los últimos tres años y medio de la Gran Tribulación.
Recordemos que este período durará siete años, y está dividido en dos tiempos de tres años y medio cada uno. La
Babilonia comercial será destruida al "final" de la segunda mitad, de la Gran Tribulación. El profeta Zacarías en el
capítulo 5 de su libro mencionó algo también interesante al respecto.
El cuadro que el apóstol Juan nos describe es aterrador. La ramera, o prostituta, cabalga, sobre la Bestia Escarlata. La
gran Bestia escarlata, el Imperio Romano que parecía derrumbado hace muchos siglos, resurgirá, y se reagrupará por las
gestiones del gobernante que resultará ser el Anticristo. Creemos que con la ayuda de esa iglesia falsa, apóstata, el
Anticristo, al que entre todos los pueblos del mundo levantarán como a un ansiado libertador, un mesías, él controlará
todos los sistemas y gobiernos del mundo. Esa falsa iglesia ayudará activamente para extender la influencia de la gran
Bestia, quien a su vez, usará a la iglesia apóstata para controlar las masas; la supuesta iglesia se rendirá a este arreglo
por conveniencia política y su poder.

Estimado amigo, amiga oyente, en nuestros días se oyen con cierta frecuencia de que "en realidad todos somos iguales,
porque todos los caminos llevan a Dios, no importa cómo le llamamos, o qué nombre tiene, todos somos peregrinos en
busca de La Verdad, y que nadie está en posesión de TODA LA VERDAD. También hay quienes creen que uniéndose todos
los que creemos en un único Dios, todos juntos y unidos, seríamos una formidable fuerza espiritual, convincente y visible,
que podría cambiar y mejorar al mundo". Esta filosofía no proviene de Dios, no está en el pensamiento de Dios unificar y
reunir a todas las personas de "buen corazón y buenas intenciones". Este sería el perfecto patrón de la iglesia falsa que
aparecerá. Será una paradoja que deslumbrará a las multitudes "no pensantes"; ellas, las grandes masas quedarán bajo
la influencia de la gran Bestia que salió del mar, y de la gran Bestia que salió de la tierra.

Estimado amigo, amiga oyente: cuando se rechaza lo genuino, entonces uno es un blanco fácil para lo falso. Eso es lo que
el apóstol Pablo le dice a los Tesalonicenses en su Segunda Carta, capítulo 2, versículo 10: "por cuanto no recibieron el
amor de la verdad para ser salvos . . . sino que se complacieron en la injusticia".

Leímos al comienzo el versículo 1 de este capítulo 17 de Apocalipsis, pero no lo hemos comentado todavía: "Vino
entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la
sentencia contra la gran ramera". La copa de juicio será acercada a los labios de la ramera, la iglesia apóstata, pero
¿quién será el que hará esto? ¿Quién la destruirá? Será la misma Gran Bestia. El Anticristo, la primera gran Bestia, y su
secuaz, la segunda gran Bestia, el Falso Profeta, no tolerarán la existencia de esa iglesia mundial, después de que ella
sirvió a sus propósitos ocultos. El Falso Profeta impulsará la adoración exclusiva del Anticristo, el gobernante mundial, y
no permitirá ningún tipo de competencia. La iglesia apóstata al menos hablará algo sobre Dios, aunque mezclará muchas
filosofías y pensamientos ajenos al verdadero Evangelio, y no predicará una posible salvación gratuita en la fe de
Jesucristo.

El apóstol Juan escribió al comienzo del versículo 3, en este capítulo 17: "Y me llevó en el Espíritu al desierto."
Recordemos que Juan se encontraba en la isla de Patmos y por el Espíritu le fue otorgado tener la visión del Cristo
glorificado y recibir el mensaje de Jesucristo a las siete iglesias. En el Espíritu, Juan fue llevado al Cielo. Desde ese cuadro
celestial que presenció, y que le fue ordenado escribir todo lo que viera y oyera, desde entonces la escena cambió del
Cielo, a la Tierra. Juan nos escribe que estaba en el Espíritu. Ahora, ¿necesitaba él un nuevo "ungimiento del Espíritu"
para esta visión? Creemos que era así. ¿Es un desierto literal? Bueno, amigo, amiga oyente, usted recordará que éste es
un capítulo en el cual se utilizan símbolos. Alrededor de Babilonia y de Roma existía un desierto literal, que es como un
área virgen, agreste, que ha sido registrado en la historia. Babilonia debía llegar a ser un desierto, como podemos leer en
los capítulos 47 y 48 del profeta Isaías; y también los capítulos 50 y 51 del profeta Jeremías.

El desierto en las afueras de Roma era llamado La Campiña. Creemos que el desierto mencionado en este versículo, es
literal. Pero también es una señal de la condición caótica del mundo, provocada por la convulsión religiosa de Babilonia.
Y es una imitación sórdida de una religión genuina.

Vamos a continuar en nuestro próximo programa, pero deseamos dejar muy claro lo que Dios ha desvelado y revelado
sobre la próxima iglesia universal. Ésa no será formada por creyentes que un día se acercaron a Jesucristo, pidiendo el
perdón de sus pecados y aceptando el perdón gratuito de Dios. A esta acción se la llama "conversión a Dios", retornar y
volverse a Dios. A partir de ese momento Dios considera a ese pecador "un hijo redimido por la Gracia", por la sangre de
Jesucristo vertida en la cruz por cada uno de nosotros.

Le invitamos a sintonizar el próximo programa donde continuaremos estudiando este interesante y revelador escrito
profético de Apocalipsis. Y continuamos pidiendo a Dios, para que Él bendiga Su Palabra y a usted al escucharla.
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