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Para la FAO y para mí en lo personal, ha sido muy gratificante ser parte de estos
importantes esfuerzos gubernamentales de la Dirección de Pesca y Acuicultura del
Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y de la Autoridad Nacional de Acuicultura
y Pesca - AUNAP que, en el proceso, han incorporado las voces, sugerencias y análisis
de productores, académicos, funcionarios públicos, proveedores e incluso consumidores
de productos de la acuicultura en forma ordenada, inclusiva, democrática y
técnicamente sólida para analizar la situación actual del sector acuícola nacional.
Las dimensiones y características de la tarea por delante están bien definidas, por lo que
será mucho más fácil formular una estrategia clara y eficaz que conduzca, con la
voluntad política necesaria y el concurso de todos los actores, al alto destino que la
acuicultura de Colombia merece. Esperamos seguir acompañando el viaje.
I. Antecedentes
La acuicultura en Colombia se inició a finales de los años 30 del siglo pasado, cuando
fue introducida la trucha arco iris Onchorhynchus mykiss con el fin de repoblar las
lagunas de aguas frías de la región Andina con una especie íctica de mayor valor
económico que las nativas. Posteriormente, a finales de los 70 se introdujeron las
tilapias Oreochromis sp y a principios de los años 80 se iniciaron trabajos con algunas
especies nativas, principalmente con las cachamas blanca Piaractus brachypomus y
negra Colossoma macropomum, con el fin de fomentar actividades encaminadas a
diversificar las fuentes de ingreso de los pequeños productores campesinos.
La cantidad de acuicultores los cuales, más del 99% son piscicultores y de ellos, un
poco más del 90% son Acuicultores de Recursos Limitados – AREL. La actividad
aporta cerca del 0,7% del PIB nacional.
Sin embargo, si bien es cierto que la actividad tuvo un crecimiento acelerado entre los
años 80 del siglo XX y la primera década del siglo XXI, también es cierto que dicho
crecimiento se ha desarrollado de forma desordenada, descoordinada y sin una
planificación adecuada, razón por en el país se calcula en alrededor de 29 400 de los
cuales, más del 99% son piscicultores y de ellos, un poco más del 90% son Acuicultores
de Recursos Limitados – ARE la cual los acuicultores han tenido innumerables
problemas de orden técnico, económico, social y ambiental, siendo así que en los
últimos 5 años se ha visto un marcado decrecimiento en el cultivo de camarón y el
aparecimiento de signos recesivos en la piscicultura, especialmente por el crecimiento
de los costos de producción frente a un prolongado estancamiento de los precios de los
productos finales; estos problemas deben ser analizados con el fin de organizar un Plan
de desarrollo que permita que la acuicultura se convierta en un motor de crecimiento del
sector agropecuario en el país.
. En tal sentido, la Ley 13 de 1990, llamada Estatuto General de Pesca, estableció que el
Ministerio de Agricultura y Desarrollo – MADR debe elaborar el Plan Nacional de
Desarrollo Pesquero. Así mismo, el Decreto 245 de 1995, mediante el cual se
reestructuró el MADR, estableció que el INPA, hoy Autoridad Nacional de Acuicultura
y Pesca - AUNAP, tiene entre sus atribuciones, la de contribuir en la formulación de la
política pesquera y acuícola nacional, así como en la ejecución del Plan Nacional de
Desarrollo Pesquero y Acuícola.
Para cumplir ese propósito, la FAO, con la coordinación técnica de su Oficina Regional
para América Latina y el Caribe, asistió al Gobierno Colombiano en la generación de un
Diagnóstico del Estado actual de la Acuicultura en el país, que permita conocer la
situación real de la actividad; adicionalmente, la FAO apoyó a través de consultorías
nacionales, la elaboración de un análisis del mercado interno de los productos de la
pesca y la acuicultura enfocado a conocer porqué el consumidor colombiano no
consume más de éstos productos y qué haría que incrementara dicho consumo, un
análisis del marco legal e institucional de la acuicultura y otro análisis de la vocación
territorial para elaborar una propuesta de Zonificación de la actividad en el país.
Este análisis sectorial integral ha tenido como objetivo central identificar, de forma
abierta y participativa, los factores que limitan el desarrollo de la actividad y detectar las
posibilidades que ofrecen el entorno local e internacional para potenciar la acuicultura
nacional. Por su parte el INCODER y posteriormente la AUNAP, además de tener la
responsabilidad de coordinar el trabajo de las consultorías, destinaron recursos humanos
y materiales para la realización de diversos talleres con los que se aseguró la mayor
participación y cobertura geográfica posible de los diferentes representantes de los
grupos organizados de productores de todas las escalas y de todos los eslabones que
conforman la cadena de la acuicultura, así como de los organismos públicos y privados
relacionados con la actividad, con el objetivo principal de establecer el análisis de las
Debilidades, Oportunidades, Fortalezas y Retos que debe enfrentar el subsector para
lograr su crecimiento sostenible. Para la realización de estos talleres se contó también
con el apoyo de la Dirección de Pesca y Acuicultura del MADR.