En apariencia, la conducta de una persona que es genuinamente santa (no perfecta,

pero que vive en humilde obediencia a Dios) y la de una persona que es hipócrita pueden
ser muy similares. Pero Dios no mira las apariencias de las cosas; Él mira nuestro IGLESIA ALIANZA
corazón. El no solo da un vistazo a nuestro corazón, sino que lo escudriña. CRISTIANA Y MISIONERA
¿Te preocupas por el interior o el exterior?
DE HUARAL

UN GOZO VERDADERO
Al escoger el camino de la santidad, David algunas veces se encontró bajo ataque. Sin
embargo, David no sintió pena por sí mismo; no se sentía desgraciado ni depresivo. Nota
como describe su condición en el Salmo 4:7: “Tú diste alegría a mi corazón mayor que la
de ellos cuando abundaba su grano y su mosto”.

La perspectiva de Satanás, el mundo y nuestra mente natural está en el polo opuesto de

la forma de pensar de Dios. Ellos tratan de convencernos de que:

- Si decides ser santo, te sentirás TRISTE; y

- Si quieres ser feliz, necesitas PECAR

Pero está es solo una más de sus mentiras. Así que deséchala y recuerda que la
santidad no solo es la mejor opción, sino que es el camino de Dios para nuestra felicidad
plena.

CONCLUSIÓN
La santidad es la voluntad de Dios para tu vida, ya te hizo santo posicionalmente y ahora
está trabajando en tu vida cada día por medio de Su Espíritu Santo. Sin embargo, no
olvides que es también tu responsabilidad, que hay una parte que tú tienes que realizar. TEMA:
Y, por último, nunca olvides que el camino de la santidad no es un camino de sufrimiento
y de abstinencia de placeres, sino todo lo contrario, es el camino que nos lleva a un gozo
pleno. Santidad
GRUPOS DE
 SANTIDAD
El concepto de santidad frecuentemente trae imágenes de caras severas, reglas
rígidas y justicia propia. Pero buscar a Dios y vivir un avivamiento personal es todo
menos aburrido.
Así que, ¿qué significa ser santo? ¿qué palabras vienen a tu mente cuando escuchas
la palabra “santo”? ¿cómo te imaginas a una persona que vive en santidad? ¿cómo
se diferencia del resto? ¿es posible ser santo(a)?
LA SANTIDAD
La santidad puede definirse en tres niveles. La santidad posicional, que es la que
Dios imparte cuando nos convertimos en Sus hijos. Como Dios es santo y nosotros
pecadores, nos reconciliamos con Dios mediante la sangre de Cristo en la cruz
(Colosenses 1:19-22). Dios nos imparte la santidad de Cristo para hacernos santos y
sin mancha ante Él. Esa es nuestra posición espiritual en Cristo. Hemos sido
separados del pecado y apartados para Dios.
La santidad personal (o santidad práctica) es el fruto externo de la santidad
posicional, evidenciada en la forma en que pensamos y vivimos. Como
pertenecemos a Dios y Su Espíritu Santo mora en nosotros, se nos manda vivir de
conformidad con Su voluntad cada día, en cada paso que damos, y estamos
divinamente equipados para ello.
La santidad perfecta, es aquella que adquirimos luego de pasar por el proceso de la
santidad personal, el Señor promete terminar su obra cuando retorne por Su iglesia.
En ese momento, tendremos cuerpo glorificados y podremos disfrutar de lo que
Cristo ha hecho en nosotros por medio del Espíritu Santo.
¿Comprendías la santidad de esa manera?
UNA BODA ESPERADA
Imagínate esto: un perfecto día de verano. Los amigos y la familia se reúnen para
compartir esta feliz ocasión. Las decoraciones son elegantes y el ambiente es
festivo. Hoy tú, el novio. ¡Te casas con la mujer de tus sueños! Tus pensamientos son
interrumpidos por el sonido del órgano que toca la marcha nupcial. La congregación
se pone de pie y se dan la vuelta para ver a la bella novia que está a punto de entrar.
Luego, todos se quedan boquiabiertos. La novia camina torpemente con el cabello
desordenado, pantalones de ejercicios. Se ve a sí misma en el horror de la escena, y
de repente el significado de todo esto la sobrecoge: “Lo siento mucho” – grita –
“olvidé que el día era hoy”.
Suena ridículo, ¿qué novia se ha olvidado del día de su boda o no lo ha preparado
activamente? Sin embargo, entre muchos cristianos vemos un absurdo aún mayor.
En la Escritura, la Iglesia es mencionada como la “novia” o la “esposa de Cristo”
(Apocalipsis 19:7; 21:2, 9; 22:17). El Señor Jesús mismo prometió volver para
llevarse a Su novia al hogar que Él está preparando en el cielo. En ese momento en
banquete nupcial será fantástico y la celebración también.
Lamentablemente, muchos cristianos hoy viven como su hubieran olvidado la boda.
En un sentido, avivamiento puede definirse como la Novia preparándose para la
boda. Esa la iglesia (que incluye a todo verdadero creyente) preparándose para
encontrarse con su Novio por medio de su santificación, limpia de todo lo que la
profana. Si esa es la intención de nuestro Salvador por Su novia, ¿no debería ser
también la motivación de cada hijo de Dios?
A pesar que no sabemos cuándo Cristo regresará, la Escritura nos dice cómo
debemos vivir ahora en preparación para nuestra herencia celestial (1 Pedro 1:13-16).
UN ASUNTO DEL CORAZÓN
Los líderes religiosos de los días de Jesús eran muy respetados y se consideraban
en todo (incluso ellos mismos) ser “santos”. Eran expertos en las leyes del Antiguo
Testamento. Se enorgullecían por mantener al dedillo la ley. Su conducta externa
era sin falta. Imaginen entonces su consternación cuando Jesús apareció en la
escena y comenzó a confrontarlos acerca de la única cosa que solo dios podía ver: si
corazón (Marcos 7:1-8).
El corazón de los fariseos (lo que Dios sabía que había en su interior) no correspondía
con su impresionante hablar y conducta espiritual. Eran escrupulosamente
“limpios” en su exterior, pero eran corruptos en su interior. Eran hipócritas. Ellos
hicieron sus propias reglas y tradiciones que los exaltaban por encima de la Palabra
de Dios, y se consideraban santos porque se conformaban (en lo externo) al estándar
hecho por el hombre. Guardaban ciertas reglas meticulosamente (p. ej. Diezmar
todo, ¡incluso las especias!), mientras que evadían que las reglas se cumplieran en
su corazón (p. ej., amar verdaderamente a Dios y a los demás).