Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Estas cenizas no son cenizas cualquiera. Se hacen con los ramos que fueron
bendecidos el Domingo de Ramos anterior y que, por tanto, nos han
acompañado durante todo un año (más o menos). Es muy significativo este
gesto. Se queman los mismos ramos con los que aclamamos al Hijo de David, al
Bendito que viene en nombre del Señor, al Rey de Israel. Nos echamos las
cenizas de la gloria sobre nuestra cabeza.
Pero no solo hay que preparase como comunidad, pues de nada sirve si no lo
hacemos personalmente. Nosotros, cada uno de nosotros, algún día
celebraremos de modo privilegiado y personal la Pascua cuando participemos
en el misterio de la Muerte y Resurrección del Señor con la nuestra propia.
¿CÓMO LO HAGO?