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Contenido
Noventa y nueve por ciento de ADN en común 1
O menos 3
El desafío de la interpretación de datos 3
¿Ningún propósito? 4
Gradualismo 5
Interpretando la evidencia 6
Milagros y solidaridad 7
¿Importan los porcentajes? 8
ADN basura 9
La función del marco 9
¿Importa la no funcionalidad? 11
El cuello de botella de la mínima población 11
¿Hace cuánto vivieron Adán y Eva? 14
Tres lados del análisis 15
Compromisos 15
Entendiendo la creación de los seres humanos 16


¿Existieron Adán y Eva? ¿Dice la ciencia lo contrario? El proyecto del genoma
humano produjo voluminosos datos sobre la información contenida en el ADN
humano. Varios medios de comunicación y científicos nos dicen que esta
información demuestra nuestra ascendencia de los simios. ¿Cómo evaluamos
estas declaraciones?
La evaluación es importante por razones teológicas. En la medida que las
declaraciones basadas en la genética han crecido, la discusión teológica sobre
Adán se ha ido caldeando. De personas con entrenamiento bíblico y teológico
escuchamos el argumento de que debemos revisar nuestro entendimiento de la
Biblia y la teología porque tenemos que aceptar que la evolución es un hecho
1
establecido. Como respuesta, oímos el argumento contrario de que la Biblia y la
teología nos llaman a guardar la convicción de que Adán fue un individuo
histórico cuya caída en el pecado resultó en culpa y pecado para todos sus
2
descendientes. Desde ambos lados, personas con entrenamiento en estudios
bíblicos comprensiblemente han evitado discutir en detalle el carácter de las
afirmaciones científicas, y aún así estas han influenciado grandemente, como es
3
obvio, el lado que ha abandonado la comprensión tradicional sobre Adán. Es
importante llevar a cabo una evaluación informada teológicamente sobre las
afirmaciones que vienen de la genética.
No podemos dentro de un corto espacio examinar todas las afirmaciones y toda
la evidencia en detalle. Pero podemos resumir algunos de los puntos principales,
y dirigir a los lectores a información más extensa.
Noventa y nueve por ciento de ADN en común
Podemos comenzar con una estadística comúnmente citada, la identidad del 99%
entre el ADN humano y el ADN del chimpancé. En 2005 el Servicio de Noticias
de la Universidad de Cornell informó: “Los chimpancés y los humanos
comparten un ancestro común, y hasta el día de hoy el 99 por ciento del ADN de
4
las dos especies es idéntica”. En el año 2010 la Universidad de California en las
Noticas de San Francisco mencionó la siguiente cifra: “El código genético de los
5
chimpancés y los humanos son idénticos en el 99%”. En 2005 las noticias del
Instituto Nacional de Salud informaron, “Nuestros parientes más cercanos
comparten una perfecta identidad con el 96 por ciento de nuestra secuencia del
6
ADN”.
Pero hacer estas afirmaciones es más complicado de lo que parece. Hay que
notar que el informe del INS menciona un 96 por ciento en vez de un 99 por
ciento. ¿Por qué? El mismo informe del INS incluye también la cifra del 99 por
ciento más adelante en su descripción, por lo que ninguna de estas cifras son
errores. Resulta que la cifra del 99 por ciento sale al usar un número de
restricciones: (1) ignorar las porciones repetitivas, (2) comparar solo secuencias
que pueden ser alineadas naturalmente la una con la otra, y (3) considerar solo
las sustituciones par-base, no los “indels” (ver más abajo).
Las comparaciones de este tipo se vuelven técnicas, porque puede haber varias
clases de correspondencia y no correspondencia entre los filamentos del ADN.
Vamos a exponer brevemente algunas de estas cosas. En el nivel de la estructura
molecular, el ADN contiene un “código” compuesto de cuatro “letras”, estas
siendo ACGT (por las cuatro bases diferentes; adenina, cisotina, guanina y
timina). En código ADN usa una secuencia particular de letras, como
ATTGTTCTGCGGC, para especificar la secuencia exacta de aminoácidos que
7
tienen que ser usados para construir una proteína. El ADN humano y el de
chimpancé se alinean cuando uno encuentra la misma secuencia de letras en los
dos tipos de ADN:

Una variación es llamada “sustitución” cuando hay una letra diferente en algún
punto de la secuencia:
(La T no coincide con la G en la mitad de la secuencia.) Una variación es
llamada un “indel” (para insertion/deletion, [inserción/eliminación, n.tr.]) cuando
una de las secuencias tiene letras extra:

Si la comparación se centra solo en sustituciones con regiones alineadas de


código proteínico, la coincidencia es del 99%. Los indels constituyen
aproximadamente un 3 por ciento de diferencia además del uno por ciento de las
sustituciones, llevando a la cifra del 96 por ciento ofrecida por el INS.
O menos
Pero tan solo hemos comenzado. La cifra del 96 por ciento trata solo con las
regiones del ADN donde un alineamiento o una secuencia parcialmente
coincidente pueden ser encontradas. Resulta que no todas las regiones del ADN
humano se alinean con el ADN del chimpancé. Un artículo técnico en el año
2002 informó que un 28 por ciento del ADN total tiene que ser excluido por
causa de problemas con los alineamientos, y que “para el 7% de secuencias de
chimpancé, ninguna región con similitudes pudieron ser encontradas en el
8
genoma humano”.
Hasta donde hay alineamiento, el alineamiento con el ADN de otros primates
puede ser más parecido que el alineamiento con el ADN del chimpancé: “Para
alrededor del 23% de nuestro genoma, no compartimos genética ancestral
inmediata con nuestro pariente vivo más cercano, el chimpancé. Esto comprende
9
todos los genes y los exones en el mismo grado que las regiones intergénicas”.
El estudio en cuestión analizó similitudes con el orangután, el gorila, y el mono
Rhesus, y descubrió casos donde el ADN humano se alinea mejor con el de uno
de estos que con el de los chimpancés.
El desafío de la interpretación de datos
Los datos del proyecto del genoma humano y proyectos similares para los
chimpancés y otros animales tienen que ser interpretados. No se interpretan a sí
mismos. ¿Cuál es el significado de las similitudes? ¿Enseñan estas que
ciertamente los seres humanos tienen ancestros simios? ¿Implican que somos
poco más que simios desnudos? ¿Nos dicen quién somos como seres humanos?
El marco [cosmovisión, n.tr.] dominante para la interpretación de la información
genética y el origen biológico es el Darwinismo. El Darwinismo es mucho más
que la observación de que podemos criar perros o que podemos estudiar los
10
efectos de las mutaciones en las moscas de la fruta. El Darwinismo dice que
todos los tipos de seres vivientes llegaron a existir por procesos puramente
gradualistas. En la mente común, y ciertamente también para muchos científicos,
el Darwinismo también implica la asunción adicional de que el proceso de
cambio a lo largo del tiempo no fue guiado y fue sin propósito – en otras
palabras, Dios, si existe, está ausente. Cuando se aplica a la cuestión de los
orígenes humanos, el Darwinismo implica que estamos aquí por accidente, y que
el tipo de raza en el que nos encontramos es un accidente. El Darwinismo
excluye el diseño por un Diseñador sobrenatural; también excluye en principio la
idea de un origen inmediato de un nuevo ser viviente a través de la creación
directa a partir de material no viviente, o simplemente a través de mutaciones
simultáneas múltiples, o a través de reorganizaciones a gran escala de células
vivientes, o cualquier otro tipo de evento que realísticamente podría haber
ocurrido solo por la presencia de un Diseñador.
Tenemos que tener en cuenta la influencia del Darwinismo como marco, porque
el marco guía a las personas en la interpretación del significado de las
similitudes genéticas. Las similitudes existen – sobre eso no hay duda. ¿Pero qué
significan?
¿Ningún propósito?
Primeramente, deberíamos distinguir entre dos cosas, el tema del propósito y el
tema del proceso gradual. Son diferentes. De acuerdo a las enseñanzas de la
Biblia, Dios está continuamente involucrado en dirigir el mundo
providencialmente. Está íntimamente involucrado en procesos regulares y
graduales; Su presencia no está confinada a milagros y excepciones. Los
siguientes versículos de la Biblia ilustran el involucramiento de Dios:
Tú eres el que viertes los manantiales en los arroyos; van entre los montes.
(Salmo 104:10)
Él hace brotar el heno para las bestias y la hierba para el servicio del hombre,
para sacar el pan de la tierra. (Salmo 104:14)
Pones las tinieblas, y es de noche; en ella corretean todas las bestias de la selva.
(Salmo 104:20)
Envías tu espíritu, son creados y renuevas la faz de la tierra. (Salmo 104: 30)
En particular, Dios es activo en la formación de la vida humana en el vientre de
una madre:
Tú formaste mis entrañas; me hiciste en el vientre de mi madre. (Salmo 139:13)
Dios es activo como causa primaria además de las causas secundarias que están
involucradas en el nacimiento de las aguas, el crecimiento de la hierba, la venida
de la oscuridad, el nacimiento de los animales, y la gestación y nacimiento de los
seres humanos. Dios tiene propósitos en todos estos eventos. Dentro del cuadro
presentado en la Biblia, los análisis científicos de las causas secundarias
describen cómo Dios cumple sus propósitos – lo hace a través de procesos
graduales.
Supongamos ahora, por amor al argumento, que el cuadro comúnmente aceptado
del gradualismo es verdad, esto es, que procesos puramente graduales
produjeron todas las cosas vivientes. Este cuadro es perfectamente compatible
11
con Dios habiendo hecho todo esto para sus propios propósitos. Cuando el
Darwinismo dice que el proceso es “sin propósito”, podría significar
simplemente que la investigación científicamente, estrechamente entendida, no
es competente para discernir los propósitos, sino solo los procesos. Pero en la
mente de la mayoría, el Darwinismo es mucho más: implica que la falta de
propósito del proceso está definitivamente establecido. Y esta afirmación
sobrepasa la evidencia y la competencia de la ciencia. Es en realidad una
afirmación filosófica y religiosa. Solo tiene sentido si una persona ya conoce o
cree que Dios no existe y que Dios no puede tener propósitos que Él cumple en
procesos graduales. La creencia pasa encubiertamente; no es una inferencia solo
a partir de datos crudos.
Lo que es más, la creencia sobre la ausencia de propósito tiene el potencial de
retroalimentarse en la investigación científica e influenciar la interpretación
científica. Si no hay Dios o si no hay propósito, el gradualismo es virtualmente
12
la única opción, y los adherentes pueden cogerse a él sin crítica.
Gradualismo
Consideremos ahora el segundo problema, el problema del gradualismo. Según
el cuadro de la Biblia, Dios puede obrar como Él quiera. Muchas veces trabaja a
través de procesos graduales, como hemos observado. La regularidad de estos
procesos refleja la fidelidad de Dios. Pero Él no es un prisionero de estos
procesos. Su dominio sobre el mundo es lo que establece los procesos en primer
13
lugar. Él es libre de obrar excepcionalmente, cuando Él así lo quiera. El aspecto
experimental de la ciencia es posible por las regularidades de la norma de Dios.
Pero, correctamente entendida, la ciencia está sujeta a Dios y no puede presumir
de dictarle a Él lo que tiene que hacer. No puede prohibir las excepciones. Así,
las excepciones son posibles en el caso de eventos únicos e irrepetibles, como es
el origen del universo, el origen de la primera vida, y el origen de los seres
humanos. Los procesos graduales que representan los medios habituales que
Dios utiliza en su dominio pueden tener excepciones.
Se ha convertido ahora en una costumbre para los representantes más conocidos
del Darwinismo el decir que la discusión de posibles excepciones no es cosa de
la ciencia sino de la religión. Por supuesto depende de cómo define uno ciencia.
Pero también depende de cómo define uno religión. Si el Darwinismo dice que
los eventos involucrados en los orígenes de la vida no tienen propósito, está
haciendo una declaración cuasi-religiosa sobre la falta de involucramiento por
parte de Dios. Si dice que no hay excepciones al gradualismo, también presume
de saber de antemano cómo Dios interaccionará con la vida, y esa es también
una declaración religiosa. El ateísmo es una “religión” en este sentido, porque
hace una afirmación sobre Dios, más exactamente, que no existe. Y el
Darwinismo es una “religión” en este sentido, porque hace afirmaciones sobre el
involucramiento de Dios.
La característica principal aquí es que dentro de la corriente principal de la
cultura moderna el Darwinismo no es visto como religioso, sino meramente
“neutral” y “científico”. ¿Por qué? Porque las asunciones religiosas ya han sido
incorporadas en la teoría “científica” en la forma de asunciones subyacentes
sobre la falta de propósito y gradualismo. Se nos dice simplemente que “esto es
14
como se hace ciencia”. Por el prestigio cultural de la ciencia y de los científicos,
mucha gente simplemente acepta el estado presente de las cosas como si fuera la
única posibilidad. Pero una vez que cuestionamos las asunciones subyacentes, se
hace claro que hay otras maneras posibles de interpretar el significado de la
ciencia: la ciencia estudia las regularidades del dominio providencial de Dios, y
puede hacer esto sin hacer asunciones que prohíben la idea de propósitos divinos
o que prohíben los actos excepcionales de Dios.
Interpretando la evidencia
Ahora podemos retornar a considerar las similitudes entre el ADN humano y el
ADN de chimpancé. ¿Qué significan estas pruebas? Depende del marco que
tenemos para interpretarlas. Si nuestro marco es el Darwinismo, con su falta de
propósito y gradualismo, claramente las similitudes confirman el cuadro estándar
del gradualismo. Postulamos unas series graduales de mutaciones por la cual una
piscina común de ancestros se separa gradualmente en una línea proto-humana y
proto-chimpancé. Las pruebas confirman el marco porque ya poseemos el
marco.
Si, por el otro lado, usamos un marco en el que Dios tiene propósitos, puede
actuar o bien gradual o bien excepcionalmente. Cualquiera que sean los medios
que Él use, el ADN es fundamentalmente Su diseño. Las similitudes son el
producto de su diseño inteligente. Tanto las similitudes como las diferencias
tienen propósitos en la mente de Dios (aunque no podemos presumir de un
conocimiento detallado sobre todos sus propósitos). Estos testifican sobre su
sabiduría, tanto si ha formado la situación presente a través de procesos
graduales o por medio de uno o más actos excepcionales. No podemos presumir
de decir que sabemos sólo cómo lo ha hecho sin mirar tanto los datos como
cualquier cosa que hayamos llegado a conocer sobre Dios.
Las similitudes más impresionantes entre los humanos y los chimpancés están en
muchas de las regiones de código de las proteínas dentro del ADN. Eso es
comprensible desde el punto de vista del diseño, porque las proteínas son la
columna vertebral de la maquinaria química dentro de una célula. Las células
tienen que tener un mecanismo para el metabolismo, para la división de células,
para traducir el ADN en proteínas, para tratar con las toxinas, y para responder al
entorno. La maquinaria tiene que llevar a cabo muchas cosas iguales en muchas
células de muchos tipos, por lo que no debería sorprendernos que haya
similitudes entre las proteínas no solo entre el hombre y el chimpancé sino en
todo el mundo de los seres vivos. Dios pudo haber hecho estas asombrosas
similitudes por medio de procesos graduales, si así lo eligió; pero esto depende
15
de Él.
Dado el prevaleciente marco Darwinista, es natural que los medios de
comunicación se concentren en las asombrosas similitudes en las regiones de
código proteínicas, porque supuestamente confirman el marco Darwinista. En
los informes populares, las dificultades que nacen de las diferencias en otras
regiones del ADN son dejadas en silencio, evitadas, con la esperanza de que
serán explicados por el mismo marco en el futuro. Sin ninguna mala intención,
las pruebas naturalmente seleccionadas para ponerlas en primera plana son las
pruebas que “confirman” antes que las pruebas que siguen siendo problemáticas.
Pero antes de que las personas comunes sean impresionadas por estas
afirmaciones, se deberían preguntar a ellas mismas si las afirmaciones están
16
coloreadas por las asunciones del marco.
¿Tiene sentido que Dios haya creado a los seres humanos con tanta similitud a
los animales? De nuevo, está en mano de Dios el cómo quiere hacerlo. Si quiere
hacer similitudes, puede hacerlo – tantas como Él quiera. Tenemos que
investigar, no presumir de antemano saber cómo Él lo haría.
La Biblia no ofrece detalles sobre la composición química u otros temas técnicos
sobre el cuerpo humano. Dios ha escrito la Biblia para todos nosotros para
hablarnos sobre Él y sobre lo que es importante para nuestra vida práctica, no
para abrumarnos con detalles técnicos que mucha gente no entendería. Pero es
interesante que la Biblia sí dé pistas sobre las similitudes entre los seres
humanos y el mundo animal. Génesis 2:7 dice que, cuando Dios hizo al hombre,
“fue el hombre un ser viviente”. La expresión “ser viviente” es la misma que la
expresión usada en Génesis 1:20,21, y 24 para describir a los animales. El
hombre es creado del “polvo de la tierra” (2:7), lo que también apunta al
material común del que su cuerpo es formado. El hombre hecho en la imagen de
Dios es supremo sobre los animales (1:28), pero Él también tiene una solidaridad
definida con ellos. El lenguaje sobre “la imagen de Dios” subraya la unicidad
humana, pero hasta aquí hay una similitud subordinada. La Biblia indica que
Adán engendró un hijo “conforme a su imagen” (Génesis 5:3). Este proceso de
dar imagen a través del engendramiento tiene analogías a la reproducción
animal, tales que hasta la gente de la antigüedad podía observar. El patrón
común del engendramiento deriva por analogía de Dios, quien es Dios el Padre
17
en relación a su Hijo divino. Este patrón original está reflejado de manera
analógica en todos los patrones de similitud que vemos entre los seres vivientes.
Milagros y solidaridad
Podemos ilustrar este principio de solidaridad en otro tipo de casos. Juan 2:1-11
describe un milagro en el que Jesús convirtió el agua en vino. Si un científico
hubiera estado ahí para probar el producto, ¿el vino habría sabido, olido, y
parecido como un vino ordinario? ¿Habría sido su composición química como la
del vino? No conocemos los detalles, pero es ciertamente una posibilidad
razonable el que Dios eligiera obrar un milagro de tal manera en el que el
producto se ajustase naturalmente en el mundo que Él ya había creado.
Mateo 1:18-25 y Lucas 1:34-37 indican que Jesús fue nacido de una virgen. Si
un científico hubiera sido capaz de analizar una muestra de ADN de las células
de Jesús, ¿habría encontrado un cromosoma humano Y normal, como el que se
encuentra en el ADN del hombre pero no de la mujer? La Biblia no habla
directamente sobre tales detalles, pero Hebreos 2:14,17; 4:15, y otros pasajes
indican que Jesús fue totalmente humano. (Otros pasajes, por supuesto, indican
que Él es también totalmente divino. Es una persona con dos naturalezas, una
naturaleza divina y una naturaleza humana). Esto es un gran misterio. Es
razonable inferir que la completa humanidad de Jesús es aplicable hasta a los
detalles como el cromosoma Y. Si es así, el cromosoma Y es un ejemplo de
patrón entero de ADN que no fue el producto de un proceso reproductivo
mamífero normal. El patrón es el producto de un milagro, y tiene un propósito
divino claro, y es, que Jesús tuvo que ser completamente humano, en solidaridad
con el resto de la humanidad, para que pudiera representarnos como Aquel que
toma sobre Él nuestros pecados y como sumo sacerdote: “Por lo cual debía ser
en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo
sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo”
(Hebreos 2:17).
(Por supuesto que algunos puede que rechacen que el agua se convierta en vino y
el nacimiento virginal porque rechazan los milagros en principio. Pero eso es
otro tema. Si Dios es Dios, puede obrar milagros cuando Él lo elija.)
El nacimiento virginal de Jesús es claramente un caso de lo más excepcional,
pero enseña que tenemos que considerar con más de una posibilidad en los
patrones de ADN. La solidaridad de los seres humanos con los animales y con
los primates pertenece a otro orden de solidaridad dentro de la raza humana, pero
18
la gran parte del principio de solidaridad permanece. John Bloom
perceptivamente pregunta, “¿Tiene que ser el hombre diferente para ser prueba
19
de que Dios lo hizo directamente?” La respuesta es no.
¿Importan los porcentajes?
Ahora por amor al argumento, supongamos que el ADN humano coincide con el
ADN de chimpancé en un 99 por ciento de todos los casos en los filamentos de
ADN, no solamente en el caso de sustituciones de base única en regiones
alineadas. ¿Qué demostraría esto? Dentro de un marco Darwinista, podría
sugerir que los seres humanos son solamente un primate más. Pero si Dios existe
y está interesado en los seres humanos – si ciertamente creó a los seres humanos
de manera única en su imagen, como la Biblia indica (Génesis 1:26-27) – el
carácter esencial de la naturaleza humana no tiene que ser encontrada en
comparaciones cuantitativas en la química del ADN. Un enfoque meramente
cuantitativo al ser humano es parte y parcela de una cosmovisión materialista,
donde virtualmente todo se reduce al final a materia y movimiento. Por el otro
lado, si las personas son significantes, porque Dios las ha hecho, poco importa
cuál es su composición química exacta. Lo que importa es que son personas que
pueden relacionarse con Dios quien es personal. El marco para la interpretación
es diferente, y ese marco conduce a una evaluación diferente del significado de
la humanidad. La pregunta de la similitud genética sigue siendo interesante para
los científicos, pero es completamente secundaria a la cuestión del significado
20
humano.
ADN basura
Alrededor del 1,2 por ciento del ADN humano tiene código que está traducido
21
en proteínas. ¿Qué pasa con el resto? Cuando los genetistas se dieron cuenta del
ADN no codificante, el marco Darwinista ofreció una explicación. El ADN no
codificante fue interpretado como que nos daba un registro de piezas
22
evolucionarías rotas que ya no tenían una función – era ADN “basura”. Francis
Collins señaló a esta “basura” como una evidencia del carácter gradualista de los
23
orígenes genéticos humanos.
Pero más investigación ha descubierto muchas funciones positivas que antes
fueron denominadas “basura”. El proyecto ENCODE (la “Encyclopedia of DNA
Elements”) ha procurado catalogar sistemáticamente el ADN no codificante, e
informa que más del 80 por ciento “ha sido asignado a al menos una función
24
bioquímica”. El líder del proyecto ENCODE, en vista a esto, ha propuesto la
25
retirada de la palabra “basura”.
La función del marco
¿Está el Darwinismo en problemas? En un sentido, no, porque el Darwinismo se
ha convertido en un marco flexible. ¿Es el 98 por ciento del genoma considerado
ser no funcional? Ningún problema, porque confirma que la evolución
Darwinista es desordenada. ¿Es al menos el 80 por ciento de este funcional?
Ningún problema, porque confirma cuánto de eficientes son la selección natural,
las mutaciones, y la reordenación de ADN en producir una excelente aptitud de
funcionalidad compleja.
Muchos tipos de pruebas pueden plausiblemente entrar dentro del marco
Darwinista, porque el marco mismo ha evolucionado durante cien años para
26
proveer espacio para acomodar las pruebas. La penetración del marco hace
difícil que la gente se distancie lo suficiente como para preguntar cuestiones
27
cruciales. ¿Deberíamos ejercitar escepticismo sobre las asunciones dominantes?
¿Deberíamos preguntarnos si el marco como un todo necesita ser cuestionado?
Unas pocas personas ven problemas. El ganador del premio Nobel Robert B.
Laughlin protesta:
Lo más importante de todo, sin embargo, la presencia de tales corolarios [del
comportamiento de la masa en la física de estado sólido] levanta la
preocupación de que mucho del conocimiento biológico del día de hoy es
ideológico. Un síntoma del pensamiento ideológico es la explicación de que no
tiene implicaciones y que no puede ser probado. Denomino a tales callejones
lógicos antiteorías porque tienen exactamente el efecto contrario a las
verdaderas teorías: estancan el pensamiento en vez de estimularlo. La evolución
a través de la selección natural, por ejemplo, la que Charles Darwin
originalmente imaginó como una gran teoría, ha empezado últimamente a
funcionar más como una antiteoría, llamada a encubrir fallos experimentales
vergonzosos y hacer legítimos descubrimientos que son en el mejor de los casos
cuestionables y en el peor ni siquiera errados. ¿Tus proteínas desafían las leyes
de la acción de la masa? ¡La evolución lo hizo! ¿Tu complicado desorden de
reacciones químicas se convierte en un pollo? ¡Evolución! ¿El cerebro humano
trabaja con principios lógicos que ningún ordenador puede emular? ¡La
evolución es la causa! A veces uno oye que se debate que el tema es irrelevante
porque la bioquímica es una disciplina basada en hechos para la que las teorías
no son ni ayudadoras ni deseadas. El argumento es falso, porque las teorías son
necesarias para formular experimentos. La biología está llena de teorías. Es
solo que no son discutidas – o examinadas – en público. El ostentoso noble
repudio del prejuicio teórico es, de hecho, una antiteoría inteligentemente
disfrazada, cuya función es evadir el requisito de la consistencia lógica como
28
medio para eliminar la falsedad”.
Un problema básico es que el gradualismo se ha convertido en una asunción ya
de serie, e imposible de ser cuestionada, de la teoría. En los casos en los cuales
es gradualismo es difícil de controlar, el Darwinismo encubre las dificultades
citando otro tipo de pruebas confirmantes, asegurándonos que la teoría está bien
establecida (“hecho”), que la presencia de la forma final demuestra que tiene que
29
haber un camino gradualista que conduce a ello, y que las dificultades se
disolverían si tuviéramos más información. Los científicos confían en las teorías
científicas actuales, y en muchos casos la confianza es garantizada. Pero tal
confianza es una forma de fe, y es poco sabio denunciar a los que se encuentran
incapaces de tener la misma fe.
¿Importa la no funcionalidad?
Y ahora, por amor al argumento, supongamos que el caso de que el 98 por ciento
del genoma humano fuera bioquímicamente no funcional. ¿Sería este resultado
decisivo para nuestra comprensión de la naturaleza humana y de los orígenes
humanos? No, porque no conocemos la mente de Dios. La no funcionalidad, si
hubiera existido, seguiría teniendo que ser interpretada, y se ha de tener un
marco para llevar a cabo tal interpretación. Más de un marco es posible, como
hemos indicado. Si el marco es el Darwinismo, la no funcionalidad confirma las
afirmaciones Darwinistas sobre el carácter falto de propósito de la evolución. Si
el marco incluye una afirmación del control providencial de Dios – una
afirmación repetidamente encontrada en la Biblia – entonces Dios tiene Sus
propósitos, tanto como si podemos o no discernirlos. Muchos de los caminos de
Dios están más allá de ser encontrados. El hecho de que no podemos entender
propósitos no significa que Dios no tenga ninguno.
Y hay al menos un posible propósito que está de hecho sugerido por la
enseñanza de la Biblia sobre la creación del hombre – y es la solidaridad. El
hombre es creado tanto como para dominar como para tener solidaridad con los
animales y las plantas sobre los que tiene dominio. La solidaridad puede ser
extensa, y si alguna parte del ADN demostraría no tener ninguna funcionalidad
bioquímica, tendría que seguir incluyendo o bien recordatorios de la caída del
hombre o bien recordatorios de que la creación originalmente no caída, aunque
buena, fue un punto de comienzo que llevaría a algo aún mejor, un nuevo cielo y
una nueva tierra (Apocalipsis 21:1). Así, hasta si, por amor al argumento, nos
imagináramos a nosotros mismos en un mundo en el cual una gran parte del
ADN es no funcional desde una perspectiva bioquímica estrecha, podría seguir
siendo el caso de que Dios podría darle una “función” en un nivel
completamente diferente, como una expresión o de la solidaridad o recordatorios
de la caída o recordatorios de una esperanza para el futuro. Es presuntuoso
afirmar que, si no pudiésemos encontrar ninguna función dentro de los límites
estrechos, podríamos hacernos firmes conclusiones sobre los propósitos de Dios
o sobre la falta de propósito.
El cuello de botella de la mínima población
Deberíamos también considerar argumentos sobre el tamaño de población. Una
buena cantidad de afirmaciones se han hecho sobre la base de estudios de la
presente diversidad genética en la población humana. Los análisis estadísticos
supuestamente enseñan que nunca hubo una sola pareja humana original, sino
una población más grande; números entre 5000 y 10000 son vistos alguna vez
como números mínimos para cualquier “cuello de botella” de la población en la
ascendencia humana.
(Un “cuello de botella” es un punto en el tiempo en el cual la población de un
grupo baja temporalmente a un número pequeño. Una población puede bajar de
repente si una hambruna o plaga u otro desastre se lleva de una pasada la
mayoría de la población.)
Por ejemplo, un estudio del año 1994 de Francisco Ayala et al. se centró en
polimorfismos (variaciones múltiples entre secuencias de ADN alineadas) que
30
“son compartidas entre las especies contemporáneas”. Dado que los
polimorfismos son compartidos por más de dos especies, tienen que haber sido
transmitidos por un grupo de ancestros comunes, y el grupo tiene que haber sido
lo bastante grande como para contener todas las variaciones en la secuencia de
ADN que coinciden entre las diferentes especies. El estudio estima que cualquier
cuello de botella de población debe de haber incluido “muchos miles de
31
individuos”.
El resultado parece impresionante, pero hay dificultades. El área genético
particular en el que se centró el estudio de Ayala fue el complejo histocompatible
mayor [histocompatibility complex (MHC), n.tr.], que está involucrada en la
respuesta inmunológica. Esta área particular cambia más rápidamente con el
tiempo que cualquier área del genoma, porque los seres humanos y otros
animales son forzados a adaptar sus sistemas inmunológicos a nuevos desafíos
de parásitos atacantes, bacterias, y otros invasores. Lo que es más, nuevas
amenazas invasoras puede confrontar a humanos y otros animales
simultáneamente, y cambios similares en el MHC pueden pasar en más de una
especie en respuesta a los desafíos. Así que similitudes en variaciones en el
MHC de diferentes especies pueden resultar de desafíos invasores comunes. Un
artículo del 2006 reexamina las pruebas MHC y concluye que “la mayoría de la
diversidad MHC es generada de novo [esto es, dentro de la especie humana] y no
el resultado de heredad entre especies como se pensó originalmente (Figueroa et
al. 1988; Lawlor et al. 1988). Este resultado finalmente hace que haya
concordancia con el número de población y los datos evolutivos genéticos, lo
que firmemente concluye que un estrecho cuello de botella [¡] ha ocurrido al
principio de nuestra especie (Cann et al. 1987; Hammer 1995), un hecho
inconsistente con el flujo masivo de alelos de una especie a la siguiente como se
32
requeriría por el postulado entre especies (Ayala et al. 1994).”
Es de notar que el citado que se acaba de ofrecer cita el estudio de Ayala de 1994
e implica que se encuentra ahora obsoleto.
Dennis Venema cita varias líneas de pruebas en lo que concierne al tamaño de la
33
población humana. Un estudio por Albert Tenesa et al. analiza el desequilibrio
34
de eslabonamiento. No podemos entrar en detalles sobre el análisis técnico. El
estudio de Tenesa depende en asunciones sobre tasas de mutación constantes y
tasas de cruces de cromosomas (recombinaciones) constantes. Hasta si se dan
por hecho tales asunciones, el estudio indica que hay una limitación efectiva de
35
lo lejos que uno puede explorar en el pasado. La información basada en
correlaciones entre lugares cercanos en un cromosoma explora hasta un punto
más lejano en el pasado, pero el análisis siempre resulta en números que
representan una media estimada a lo largo de muchas generaciones en la
población humana. Consecuentemente, los números principales, como 3100 para
poblaciones no africanas y 7500 para la población africana, representan
36
poblaciones medias a lo largo de muchas generaciones. No dicen nada ni de una
manera ni de la otra sobre si el tamaño decreció rápidamente a dos individuos en
un pasado más distante.
Otra línea de evidencia usa casos donde el ADN humano coincide con el ADN
de gorila más que con el de chimpancé. Dos estudios técnicos que Venema cita y
que le apoyan asumen que la ascendencia común es la explicación de estas
similitudes, y después usan modelos matemáticos para estimar la media y la
población mínima del grupo de ancestros comunes para humanos y chimpancés.
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Un papel da como número principal una población de 52000 a 96000, mientras
38
que los otros dan de 12000 a 21000. Si uno da por hecho las asunciones que
llevan a estos números, describen el tiempo en el que los linajes que
eventualmente llevarían a los humanos y a los chimpancés se separaron
inicialmente. Directamente no dicen nada sobre si hubo un cuello de botella más
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tarde en el tamaño de población en el linaje que llevaría a los humanos.
Dejando abierta la pregunta, el estudio de hecho no excluye la posibilidad de un
cuello de botella consistente de una única pareja – Adán y Eva.
Deberíamos, sin embargo, tener cuidado con tener en cuenta las asunciones que
se incluyen en el papel cerca del comienzo. El estudio asume que un proceso
puramente gradualista llevó a la raza humana, y después intenta calcular, basado
en esa asunción y en otras, cuál podría ser el tamaño de la población media en el
cual el linaje proto-chimpancé y proto-humano divergieron inicialmente. Las
asunciones incorporadas implican que un cuello de botella más tardío que
consistía en una única pareja humana seguiría siendo puramente gradualista en
esencia: La pareja habría aparecido por procesos normales de nacimiento y
crecimiento de primates, y diferirían solo gradualísticamente de sus padres. La
asunción del gradualismo conduce entonces a un cuadro general que difiere con
el de la enseñanza bíblica sobre Adán y Eva. Pero las diferencias entonces
crecen de la asunción del gradualismo, no de las pruebas genéticas en sí.
Otro estudio usa la diversidad genética entre humanos de hoy para estimar el
número de la población media a lo largo del pasado remoto, y ofrece nueve
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estimaciones diferentes en la región de los 10000. Pero estos números dependen
de los modelos que asumen una población constante a lo largo de muchas
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generaciones. Los números en realidad nos dan medias aproximadas a lo largo
de largos períodos de tiempo, así que no dicen nada sobre la posibilidad de dos
individuos originales.
¿Hace cuánto vivieron Adán y Eva?
Los estudios sobre la población genética sí parece que sugieren largos períodos
para las poblaciones humanas pasadas. Números entre 40000 años, 100000 años,
o más brotan en varios artículos. ¿Cómo evaluamos estos grandes números? Para
empezar, deberíamos observar que estos números dependen todos de modelos
matemáticos que se basan en asunciones sobre el pasado. Los modelos asumen
que el pasado es como el presente, y que las tasas de mutación y de otros
procesos genéticos permanecen iguales. Si recibimos la instrucción de la Biblia,
debemos tener cuidado sobre tales asunciones. Las asunciones pueden ser
correctas, pero puede que no: La caída en el pecado resultó en una maldición que
puede haber tenido efectos extendidos y multi-generacionales sobre la
humanidad.
Además, deberíamos intentar entender la información que la Biblia nos da con
sus registros genealógicos (primariamente en Génesis 5 y 10). En sus conocidos
cálculos cronológicos, el arzobispo Ussher asumió que los registros genealógicos
principales en Génesis 5 y 10 no tuvieron huecos, esto es, que no omitieron
nombres para generaciones intermedias. Con esta asunción, calculó hacia atrás a
una fecha de la creación en el 4004 a.C. Pero la Biblia no dice en ningún lado
que sus genealogías no tienen huecos. Lo que es más, la genealogía de Mateo
1:2-16 pone el nombre de Uzías justo después de Joram (v. 8). Cuando lo hace,
omite los nombres de las generaciones intermedias, Ocozías, Joás, y Amasías,
que 2 Crónicas 22-25 menciona. Mateo 1:8 tiene entonces un “hueco”.
William Henry Green hizo un extenso análisis de las genealogías bíblicas y
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concluyó que es posible que contengan huecos. Si es así, los huecos significan
que no se puede utilizar el procedimiento de Ussher de la suma de los años en las
genealogías para obtener una fecha para la creación de Adán y Eva. La Biblia
simplemente no nos dice hace cuánto tiempo ocurrió. Por lo tanto, Adán y Eva
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pudieron haber vivido más atrás en el tiempo.
Tres lados del análisis
La pregunta acerca de Adán y Eva es un desafío por varias razones. Por un lado,
la investigación de la información genómica en primates y en otros seres vivos
continúa a muy buen ritmo. Lo que parecía conclusiones firmes en la emoción en
una etapa temprana podría ser modificado posteriormente. Necesitamos
paciencia para evaluar la investigación.
En medio de la rápida expansión de la investigación, las demandas populares
realizadas en nombre de la ciencia caen fácilmente víctimas de uno de estos tres
errores: Se extralimitan o exageran las implicaciones de la evidencia,
malinterpretan el significado de la investigación técnica, o argumentan en
círculo, asumiendo el principio de la evolución puramente gradualista al
comienzo de su análisis.
Además, la pregunta acerca de Adán y Eva contiene varias dimensiones. Tiene
un punto de vista científico, porque el razonamiento científico sobre los huesos
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de homínidos o similitudes de ADN o la genética de poblaciones se cita a favor
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de descartar a Adán y Eva. En su mayor parte nos hemos centrado en este
aspecto científico. Pero la cuestión también tiene un lado que se centra en la
interpretación bíblica, ya que una de las preguntas es lo que la Biblia enseña en
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los varios pasajes que mencionan a Adán y Eva, o ambos. Tiene un lado
teológico, porque la teología se encarga de la tarea de resumir la enseñanza de la
Biblia en su conjunto, y preguntar sobre sus implicaciones para nuestra
comprensión del cristianismo, para nuestra comprensión de nosotros mismos
como seres humanos (¿somos descendientes de Adán, cuyo pecado se ha
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traducido en el pecado humano universal?), y para nuestra vida.
Compromisos
Yo soy un seguidor de Cristo. Así que no vengo a este problema de una manera
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religiosamente neutral. Pero tampoco hay nadie que lo haga. La ciencia misma
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no puede ser practicada sin una fe o confianza pre científica. Por ejemplo, los
científicos deben creer (1) que el mundo muestra regularidades, (2) que los seres
humanos tienen una mente tan en sintonía con estas regularidades que tienen la
oportunidad de discernirlas (3) que el examen del mundo y la experimentación
sobre sus regularidades son éticamente legítimos, y (4) que los científicos
deberían, y en su mayoría son, honestos en su examen del mundo y en los
informes de sus conclusiones.
Podemos distinguir entre las formulaciones aproximadas de las leyes científicas
de los científicos y de las leyes reales que "están ahí fuera", los sistemas de
regularidades en los que los científicos creen incluso antes de que hagan sus
investigaciones. He argumentado en otro lugar que la ley verdadera es la palabra
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de Dios, por la cual Él gobierna el mundo. Todos los científicos realmente
dependen de Dios. Pero, dentro de nuestro ambiente secularista moderno,
muchos científicos intentan reemplazar a Dios por una concepción
impersonalista de la ley – la ley es sólo una especie de mecanismo cósmico.
La diferencia es más que académica. Si las leyes son impersonales y mecánicas,
no puede haber excepciones a las regularidades observadas. Por otro lado, si
Dios como un Dios personal está gobernando el mundo, sus efectos personales
pueden incluir varias dimensiones. Él es fiel en Su gobierno y Su fidelidad lleva
a las regularidades. Al mismo tiempo, está involucrado personalmente en
relación con los seres humanos, y sus implicaciones personales y compromisos
personales pueden conducir a actos especiales de acuerdo con los propósitos
especiales. Nadie puede detenerlo de trabajar excepcionalmente si Él así lo
desea.
Entendiendo la creación de los seres humanos
Este punto de vista de la participación de Dios tiene implicaciones para Adán y
Eva. Le corresponde a Dios el cómo quiere llevar la creación del mundo. Él es
soberano. Él especifica todas las leyes que los científicos exploran más adelante.
¡Él no es una víctima o un prisionero de sus propias leyes! Él puede, si quiere,
crear nuevas especies a través de un proceso gradual; también puede crear en
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maneras únicas.
Dios nos dio la Biblia para guiarnos. Esta guía incluye instrucciones con
respecto a nuestra comprensión de lo que somos como seres humanos y nuestra
comprensión del pecado como rebelión contra Dios y una interrupción de una
creación buena inicialmente. Lo más significativo es que también incluye la
buena noticia de la redención del abismo del pecado, realizada por Cristo. Si
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entendemos los propósitos de Dios de esta manera de la Biblia, podemos seguir
confiando que Él nos dio un relato fidedigno cuando habló acerca de Adán y
Eva. Ellos existieron, y fueron especialmente creados, "a imagen de Dios."
Debido a la caída de Adán, todos estamos sujetos al pecado (1 Corintios 15:21-
22, Romanos 5:12-21). Debemos venir a Cristo para salvación.

Traducido por Ionut S. Rusu.


Para más recursos, visite http://www.decivitatedeiblog.wordpress.com

Notas

[←1]
Peter Enns, The Evolution of Adam: What the Bible Does and Doesn’t Say about Human
Origins (Grand Rapids: Brazos, 2012).
[←2]
J.P. Versteeg, Adam in the New Testament: Mere Teaching Model or First Historical Man? (traducido
y con prólogo por Richard B. Gaffin, Jr.; Phillipsburg, N.J.: Presbyterian & Reformed, 2012); C.
John Collins, Did Adam and Eve Really Exist? Who They Were and Why You Should Care (Wheaton:
Crossway, 2011).
[←3]
Enns, Evolution of Adam, ix-x; Richard B. Gaffin, Jr., prólogo a Adam in the New Testament, por
Versteeg, xii: “Los temas científicos involucrados, ciertamente importantes y con necesidad de
cuidadosa atención, no son mi preocupación aquí”.
[←4]
Krishna Ramanujan, “Genetic Divergence of Man from Chimp Has Aided Human Fertility but Could
Have Made Us More Prone to Cancer, Cornell Study Finds,” Cornell University News Service, May
13, 2005, http://www.news.cornell.edu/stories/May05/Chimps.kr.html (accedido el 19 de septiembre
de 2012).
[←5]
Jeffrey Norris, “What Makes Us Human? Studies of Chimp and Human DNA May Tell Us,” UCSF
News Center, June 28, 2010, http://www.ucsf.edu/news/2010/06/5993/what-makes-ushuman-studies-
chimp-and-human-dna-may-tell-us (accedido el 19 de septiembre de 2012).
[←6]
“New Genome Comparison Finds Chimps, Humans Very Similar at the DNA Level,” NIH News:
National Institutes of Health, August 31, 2005, http://www.genome.gov/15515096 (accedido el 27 de
septiembre de 2012).

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