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Clima de la ausencia
Del Egeo
Dichosa Donna
Dormida
Eva
Segunda naturaleza
Sinuosidad
II
La hora se olvidó atardeciendo
Sin recuerdos
Con su silente árbol
Hacia el mar
Se olvidó atardeciendo
Sin un aleteo
Con su vista inmóvil
Hacia el mar
Atardeciendo
Sin amor
Con su boca inflexible
Hacia el mar
III
La tarde
Y su imperial aislamiento
Y el cariño de sus vientos
Y su temerario destello
Nada que no venga Nada
Que no se marche
De "Orientaciones"
Ediciones del oriente y del mediterráneo 1996
Versión de Ramón Irigoyen
Del Egeo
I
El amor
El archipiélago
Y la proa de sus espumas
Y las gaviotas de sus sueños
En la vela más alta el marinero hace ondear
Una canción
El amor
Su canción
Y los horizontes de su viaje
Y el eco de su nostalgia
En la roca más mojada la novia espera
Un barco
El amor
Su barco
y la despreocupación por sus vientos etesios
Y el foque de su esperanza
En su más suave oleaje una isla acuna
La llegada.
II
Juguetes las aguas
En los sombríos vados
Anuncian con sus besos el alba
Que despunta
Horizonte -
Da el mistral la vela
Al mar
Las caricias de los cabellos
A la indolencia de su sueño
Relente -
III
Murmullo beso en su arena acariciada - Amor
Su libertad azul la gaviota
Entrega al horizonte
Olas vienen y van
Espumosa respuesta en los oídos de las caracolas
¿Quién se llevó a la muchacha rubia y quemada por el sol?
La brisa con su soplo transparente
Inclina la vela del sueño
A lo lejos
Amor su promesa murmura - Bisbiseos.
De "Orientaciones"
Ediciones del oriente y del mediterráneo 1996
Versión de Ramón Irigoyen
Dichosa Donna
A la estrella de A.
De "Orientaciones"
Ediciones del oriente y del mediterráneo 1996
Versión de Ramón Irigoyen
Dormida
La voz se corta en el trémulo viento y en sus árboles ocultos tú respiras
¡Es rubia cada página de tu sueño y según mueves tus dedos un incendio se esparce
Dentro de mí con vestigios tomados del sol! Y propicio sopla el mundo de las imágenes
Sabes qué suplica en los dedos el aceite enciende que guarda los portales del alba
Allí donde tiene esperanza el mundo ¡Allí donde el hombre no quiere sino ser hombre
De "Orientaciones"
Ediciones del oriente y del mediterráneo 1996
Versión de Ramón Irigoyen
El concierto de los jacintos
I
Ponte un poquito más cerca del silencio y recoge los cabellos de esta noche que sueña, desnudo
su cuerpo. Tiene
muchos horizontes, muchas brújulas, y un destino que arde incansable cada vez y sus cincuenta
y dos papeles. Después
vuelve a empezar con otra cosa - con tu mano, que le da perlas para hallar un deseo, una islita de
sueño.
Ponte un poquito más cerca del silencio y abraza la enorme ancla que gobierna en los abismos.
Dentro de poco estará en
las nubes Y tú no entenderás, mas llorarás, llorarás para que yo te bese y cuando vaya a abrir
una brecha en la mentira,
un pequeño tragaluz azul cielo en la ebriedad, me morderás.
Sombra celosa de mi alma, engendradora de una música en el claro de luna.
De "Orientaciones"
Ediciones del oriente y del mediterráneo 1996
Versión de Ramón Irigoyen
Éste, este mundo * es el mundo de siempre...
Éste, este mundo * es el mundo de siempre
El del sol y del polvo * del tumulto y la siesta
El tejedor de las constelaciones * el plateador de musgos
En el sumergimiento del recuerdo * en el aflore del ensueño
Este mundo de siempre * es este mismo mundo
Címbalo, címbalo * vana risa lejana !
De "Orientaciones"
Ediciones del oriente y del mediterráneo 1996
Versión de Ramón Irigoyen
Hacia un país lejano y sin pecado ahora marcho...
Hacia un país lejano y sin pecado ahora marcho.
Ahora me acompañan ligeras criaturas
con auroras en el cabello boreales
y suave doradura en la epidermis.
Por las hierbas avanzo, con la rodilla como proa
y mi aliento expulsa de la faz de la tierra
los ovillos últimos del sueño.
Y los árboles marchan a mi lado, en contra de los vientos.
Grandes misterios veo y extraños :
Fuente, escondite de Elena.
Tridente con delfín, la señal de la Cruz.
Puerta blanca, la impía alambrada.
Por donde he de pasar glorioso.
Las palabras que me traicionaron, con bofetadas
se hacen mirtos y palmas
que repican ¡Hosanna el que viene!
Como placer de frutas veo la privación.
Sesgados olivares con un poco de azul entre los dedos
los años de la ira detrás de los barrotes.
Y playa ilímite, empapada en sortilegios de ojos bellos,
el fondo de la Marina.
Por donde puro marcharé.
Las lágrimas que me traicionaron, con humillaciones
se hacen brisas y pájaros sin tarde
que repican ¡Hosanna el que viene!
Hacia un país lejano y sin pecado ahora marcho.
De "Orientaciones"
Ediciones del oriente y del mediterráneo 1996
Versión de Ramón Irigoyen
Monje me haré * de cosas florecientes...
Monje me haré * de cosas florecientes
Serviré dignamente * al orden de las aves
Al alba de la Higuera * me saldré de la noche
Cubierto de rocío * para llevar conmigo
El índigo * el rosado y el malva
y las gentiles gotas * de agua
Encender * yo, el gentilísimo.
II
El tiempo es rauda sombra de pájaros
Mis ojos de par en par abiertos entre sus imágenes
Mientras la inocencia
Se desviste de su última mentira
III
Epigrama
De "Orientaciones"
Ediciones del oriente y del mediterráneo 1996
Versión de Ramón Irigoyen
Sinuosidad
En las franjas moradas del dolor
En las estatuas de la agonía
En los húmedos silencios
Hay un rostro
Tan a fondo extraído de las lágrimas
Tan incomprensible
Tan caliente en la mano que le hace señas
Otro rostro
Una visión con antorchas que rasga la desolación
A horcajadas la noche en sus cordilleras
Con estrellas como señales que se lanzaron con honda
Antaño desde la edad de su infancia
Y dan el buen viaje de la vida
Sobre las pendientes de la compasión.
Hay
Una tierna curva que al dolor adeuda
La aventura de su torrente de luz
Una lupa que une los errores
Como entrañas supinas que arrojó la suerte
Allí
Vivieron
Un pozo abre miedos tras cada una de sus esperanzas
Por qué ha de temblar este alambre
Este pájaro qué mirada ha de alimentar
Qué queremos
Hay
De "Orientaciones"
Ediciones del oriente y del mediterráneo 1996
Versión de Ramón Irigoyen
Vinieron en vestido de "amigos"...
Vinieron
en vestido de "amigos"
incalculables veces mis enemigos
hollando el antiquísimo suelo.
Y el suelo no se adhería nunca a sus talones.
Trajeron
al Sabio, al Agrimensor y al Colonizador,
Biblias con letras y con cifras,
toda la Sumisión y Prepotencia,
dominando la antiquísima luz..
Y la luz no se adhería nunca a sus tejados.
Ni siquiera una abeja se engañó para empezar su juego de oro
y ni siquiera el viento, para henchir los blancos delantales.
Levantaron sobre cimientos
en las cimas, en los valles, en los puertos
torreones poderosos y mansiones,
barcas y otros navíos,
las Leyes, que decretan lo bueno y conveniente,
adaptándolas a antiquísima norma.
Y la norma no se adhería nunca a sus conceptos.
Ni siquiera una huella de dios dejó en sus almas rastro.
Ni siquiera un reflejo de ninfas recogió su palabra.
Llegaron
en vestido de "amigos"
incalculables veces mis enemigos
ofreciendo sus antiquísimos regalos.
Y no eran sus regalos
sino fuego y acero.
En los dedos que mantenían abiertos
sólo fuego y acero y armas.
Sólo fuego y acero y armas.