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1. Introducción.
2. Estudio jurídico-fáctico de los criterios adoptados por el Pleno.
3. Conclusiones.
1. INTRODUCCIÓN
De un tiempo a esta parte, el desarrollo de la jurisprudencia en materia tanto de
derecho de familia como en derecho de menores ha pasado por un proceso evolutivo
más que interesante y se ha convertido en una referencia de análisis y reflexión para
todos los que conformamos el sistema jurídico nacional. Evidenciamos esta situación
en la abundante producción de jurisprudencia que ha sido emitida por el Poder Judicial
en sus pronunciamientos en los últimos años, y esto se refleja de manera evidente en
las diferentes posturas que han adoptado las instancias al momento de resolver los
variados casos que se presentan.
Lo cual queda reflejado en los criterios plasmados en las sentencias, ya que van más
allá de lo que proponen tanto los códigos como las normas especializadas que se han
venido dando con posterioridad a los estos y que buscan de forma progresiva
modernizar y actualizar el tratamiento jurídico de estos temas que son parte del diario
desarrollo de las funciones que lleva a cabo el Poder Judicial, es decir el tratamiento
“jurídico-clásico” tradicional que se da a este tipo de ternas en la forma de analizarlos,
en la manera de discernir como solucionar los mismos tiene particularidades.
Ello conlleva a que los operadores jurídicos no se tengan que limitar sus fundamentos
al ordenamiento jurídico nacional, sino que se complementa e inclusive de acuerdo
con la naturaleza de los casos es de obligatorio cumplimiento los lineamientos de
carácter internacional como son los tratados y convenciones de los cuales el Perú es
país suscriptor, solo de esta forma complementado de manera ordenada y coherente
el sistema jurídico nacional como supranacional, se podrá encontrar una solución legal
a las controversias como a los conflictos de intereses en materia de derecho de familia
como de derecho de menores.
Las materias antes mencionadas no son iguales, pero sí están eminentemente
vinculadas. Desde nuestro punto de vista, las otras ramas del derecho civil solo tienen
un rol complementario ya que el contenido de ambas materias (familia y menores) es
más humano y delicado por lo que los sujetos que intervienen dentro de ellas, tocan
temas sensibles y delicados, debido a que la temática exige que el operador deba
tener una posición mucho más clara, guiada hacia el bienestar como la ecuanimidad
en el desarrollo de los criterios que se irán a aplicar a los temas controversiales dentro
de los procesos que se originen en la sociedad. En su debida oportunidad expresamos
en lo que respecta al ámbito del derecho de familia la necesidad de un tratamiento
adecuado de esta rama, debido a que su naturaleza tiene particulares características
al señalar lo siguiente:
La administración de justicia y los resultados que esta actividad acarrea siempre han
generado controversia con mucha mayor incidencia en temas de Derechos de Familia,
debido a lo trascendental y delicado de la materia, sobre todo en una sociedad como la
nuestra, donde los jueces tienen en sus manos decisiones que dejan criterios, ya sean
positivos o negativos, al momento de solucionar un determinado caso [...]
c) Infracción normativa material de los artículos 418 del Código Civil y 74 de la Ley N.°
27337, Código de los Niños y Adolescentes.
De las causales detalladas, se aprecia de las mismas, combinan diferentes criterios los
cuales se dan, por un lado, en una aplicación inadecuada del principio del interés
superior del niño, a esto se suma la falta de apreciación en el presente caso de
objetivos constitucionales como son la protección de la familia, la incentivación de
políticas de planificación familiar, el cuidado de la niñez y el rol que tiene esta parte de
la población en el futuro de la sociedad. Por último, hace hincapié en la falta de criterio
como de conocimiento de la real dimensión de la institución de la patria potestad, no
solo en el ámbito jurisdiccional al momento de ser reconocida y aplicada a un
determinado caso, sino que las personas que tienen el rol de padres no la reconocen,
ni mucho menos manejan sus alcances como también las responsabilidades que de
esta institución emanan.
Por otra parte, resalta la falta de análisis de los cuidados integrales en favor del
menor, por lo que, decidido por la Corte Superior, quedaría sin efecto, y
procesalmente decide que se reenvíe al juez de primera instancia, para que,
guiándose de los criterios adoptados por la Corte Suprema, reconfigure la
decisión tomada, y aplique adecuadamente los criterios para encontrar un
razonamiento de acuerdo con el caso, ya que en ningún momento la madre a la
cual se le otorga el cuidado como la protección de la menor ha demostrado
responsabilidad en el ejercicio de los derechos como de los deberes que tiene
como madre, por lo que, de continuar con esta decisión, pudiera desencadenar
en un futuro cercano consecuencias irreparables para la menor, plasmándose
así la necesidad de la función preventiva es decir evitar las futuras
consecuencias negativas.
Por ende, el abandono material y peligro moral como figuras que se
concretizan respecto al proceso no están presentes ambas debido a que la
decisión declara que no es procedente el abandono material y moral, ya que el
comportamiento de su padre como el rol que juega su abuela así lo determinan.
Mas en el presente caso sí se da la existencia de un peligro moral, al no existir
un análisis integral necesario en este tipo de casos donde hay un menor de por
medio y cuyo planteamiento como razonamiento deben de ser guiados por una
protección integral el cual jurídicamente debe ser analizado por el interés
superior del niño; principio señalado en el sistema jurídico infranacional como
supranacional. Al tener este doble respaldo, la Corte Suprema cataloga como
ineludible su aplicación para este tipo de casos, lo cual no se ve plasmado en
los razonamientos de las sentencias de mérito que se han presentado en el
presente caso.
3. CONCLUSIONES
— La Corte Suprema indica que el tratamiento de este tipo de casos, en los cuales
está presente tanto el futuro del bienestar del menor como su desarrollo integral, no
debe de partirse de un tipo de análisis relativo como parcial, sino que el análisis debe
de ser integral con una óptica clara y amplia en pro del menor.
— Tanto el manejo procesal como sustantivo deben de ir de la mano, pero su
aplicación debe de ser coherente desde la óptica de alcanzar una solución jurídica,
acorde con el tratamiento de los intereses que se velaban, como era el futuro integral,
psicológico, moral de la menor; es decir, criterios sumamente transversales que
busquen proteger no solo el estado situacional actual del menor, sino que se
proyecten a futuro, es decir pensando en las consecuencias del resultado de no tomar
una correcta solución.
— La visión preventiva de la Corte Suprema va de la mano con un rol que no se agota
con la solución de un caso por medio de una sentencia, es decir con el transcurrir del
tiempo. El porcentaje alarmante de este tipo de casos no ha disminuido con el
surgimiento de nuevas normas especializadas, sino que, con el objetivo de llevar a
cabo una estrategia que busque aminorar la concurrencia y los porcentajes altos
respecto a estos temas que plantea la dación de una política que busque que la
sociedad, tome conciencia de estos hechos y de la realidad del rol que tienen los
padres frente a sus hijos como la comunidad frente a los menores.
— La exposición de un menor de edad como las circunstancias de que sea susceptible
de perjuicios, sumado a la irresponsabilidad en el cumplimiento del rol que tiene la
madre y la no presencia constante del padre por motivo netamente laboral, hacen que
la menor se encuentre en un estado proclive a la vulnerabilidad, lo cual no hacía viable
que la madre tuviera el rol de cuidado y diligencia en torno al rol de la vida, y
sobretodo de desarrollo de la menor, sea asumida por la madre. La abuela que ha
desempeñado ese rol. Nos expresa que la familia como institución se plasma en los
roles directos que no necesariamente son ejercidos por los que les corresponde entre
los miembros que la conforman, al encontrarse en una situación de vacío de los
titulares de la patria potestad. En el presente caso son los abuelos quienes ejercen el
rol de guía y de protección; para el caso materia de análisis es la abuela la que
cumpliría esta función en pro de la menor.