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Caracter de Cristo
Caracter de Cristo
Introducción
La Biblia dice que somos piedras vivas en la casa de Dios. Podemos imaginar a alguien que toma una piedra sucia, al lavarla por primera vez, quitará mucha
inmundicia pero si tuviera manchas de grasa necesitará lavarla nuevamente para ver la piedra tal cual es. Entonces podremos modificar su forma trabajando
directamente sobre la piedra. Esto ilustra la forma en que el Señor trata con nosotros. En nuestra conversión los pecados visibles desaparecen. Dios ha realizado la
primera limpieza, pero luego habrá una acción más profunda que incidirá sobre nuestro ser. Dios estará trabajando sobre nosotros allí donde haya conflictos
espirituales debido a nuestra forma de ser y su mano estará presente.
La forma de ser que teníamos tiene que cambiar paulatinamente (no es instantáneo) y de gloria en gloria seremos transformados.
No mirándonos a nosotros mismos (somos subjetivos).
No mirando al de al lado (su aspecto o cómo actúa). Romanos 8:29; 2 Corintios 3:18 habla de conformarnos: es hacernos igual a la forma de Cristo.
El temperamento
El carácter
Es el verdadero “Yo” (1 Pedro 3:4), implica la mente, las emociones y la voluntad influenciadas por nuestras experiencias, nuestra educación, creencias, etc.
La personalidad
Debemos aceptar nuestro temperamento actual así como Dios nos acepta. Nosotros también debemos aceptarnos con las siguientes salvedades:
Teniendo presente que somos diferentes. Aunque parezca obvio, es de mucha ayuda tener conciencia de esto. Consideremos lo siguiente:
Dios es mi Hacedor. Él nos ha dado dones diferentes a los de nuestro prójimo. Aceptémonos sin complejos ni soberbias, también a nuestros semejantes,
sin esperar que sean iguales a nosotros (esposos, hijos, familiares, hermanos en la fe, etc.).
Ejemplos de distintas formas de ser: encontramos diversidad de caracteres, mencionaremos cuatro posibilidades: el introvertido, sumamente
introvertido, el extrovertido y el super extrovertido.
Es muy probable que nos identifiquemos con algunos de estos o seamos una mezcla de varios, pero lo realmente importante, es que Dios hará que algunas
características permanezcan y crezcan y otras sean cambiadas por la obra del Espíritu Santo.
Debemos estar abiertos para reconocer nuestros errores y arrepentirnos cuando Dios nos hable. Juan 12:24 nos habla de cómo la semilla muere para
desarrollar el fruto. Nuestro yo irá desapareciendo para dar lugar a la vida de Cristo en mí. El Espíritu Santo crecerá y nosotros menguaremos dando lugar
al Espíritu Santo que prevalecerá sobre nuestra personalidad. Las debilidades de nuestra vieja naturaleza y que son un estorbo para Dios serán modificadas
con el fin de hacernos aptos para la obra. No es simplemente que he abandonado un vicio sino que en mí se manifiesta una nueva forma de vivir.
Siempre contaré con la ayuda del Espíritu Santo para consolarme y enseñarme actuando sobre mi conciencia.
Debemos autoexaminarnos (Salmo 66:18); ver nuestras debilidades como pecado (1 Juan 1:9); y pedirle a Dios, ser llenos del Espíritu Santo.
2 Corintios 10:4-5 nos dice que llevemos todo pensamiento cautivo a la obediencia de Cristo y enfrentemos con la Palabra de Dios las mentiras de Satanás
que quiere que pensemos que no podremos cambiar.
Filipenses 4:13 dice que: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Y en 1 Corintios 6:17 dice que: “el que se une al Señor, un espíritu es con Él”.
Los 4 temperamentos básicos (1° Tema)
Introducción
Aunque nadie tiene un temperamento exclusivo, sino una mezcla de ellos, podemos decir, que, aunque alguno predomine, existen cuatro temperamentos básicos. La
idea es tratar de comprender el nuestro para ayudarnos a observar nuestras habilidades y defectos. También será de valor para entender mejor a nuestros hijos y
esposas/sos, y otras personas que nos rodean.
El Melancólico
Vida emotiva
Su Vida de relaciones
Cualidades: Amigo sacrificado, leal y constante, cauteloso y afectivo para elegir sus amistades.
Defectos: Crítico, severo y perfeccionista. Preocupado por lo que piensan los demás, desconfiado. Capaz de explotar con ira si lo acosan, rencoroso y vengativo.
Es apático con los que piensan diferente, dificulta sus relaciones.
En su trabajo
Cualidades: Perfeccionista, preciso y analítico. Autodisciplinado, termina lo que empieza. Apto para trabajos creativos e intelectuales.
Consciente y eficaz, es talentoso, tiene rasgos de genialidad y conoce sus limitaciones.
Defectos: Indeciso. Más teórico que práctico. Anteproyectos novedosos, es poco decidido y analiza las cosas en exceso, deprimiéndose.
Elige tareas de máximo sacrificio. Se pone irascible cuando realiza trabajos creativos.
Su mayor necesidad
Caminar por fe y ver el futuro con optimismo. El Espíritu Santo, puede ayudarle a amar a los demás, ser menos exigente y así mejorará su capacidad de relacionarse.
Obedecer y confiar más en el Señor y no en sí mismo. Cambiar su pesimismo por gratitud. Superar su espíritu crítico. Olvidarse de sí mismo y servir a los demás.
Entender que Dios quiere su disposición y no su perfección.
El Flemático
Vida emotiva
Cualidades: Confiable y equilibrado, de buen carácter y fácil de congeniar, de ánimo alegre y apacible aunque de pocas palabras. Bondadoso y conciliador.
Defectos: No tiene autoconfianza, es pesimista y temeroso, se aflige y se preocupa con facilidad, rara vez manifiesta sus emociones, es pasivo e indiferente y se
acomoda a las circunstancias, de forma farisaica y egoísta.
Su vida de relaciones
Cualidades: Su compañía es agradable, y tiene amistades numerosas, tiene un sentido del humor agudo. Es conciliador y tiene efecto sedante sobre los demás, es
constante y fiel, diplomático y pacificador, sabe escuchar y da un consejo sólo si se lo piden.
Defectos: Huye de los compromisos, es egoísta y mezquino. Analiza las personas con indiferencia. Carece de entusiasmo y puede ser terco.
Es indiferente con los demás y le causa molestias a quienes le disgustan. No se caracteriza por ser cordial. Afecta ser superior de los demás.
En su trabajo
Cualidades: Es eficiente si se lo exige. Es práctico, sencillo y conservador. Hábil y prolijo, planifica su trabajo antes de empezar.
Influye apaciguando ánimos y es confiable en lo que emprende.
Reemplazar su carácter apocado y ganar confianza en sí mismo, basado en una vida controlada por el Espíritu Santo. Amar y comprometerse por los demás
neutralizando su egoísmo e indiferencia. Desarrollar motivación por su trabajo, percibiendo las necesidades de aquellos que lo rodean. Dejando de lado su pereza y
lentitud. Debe superar su pasividad y entregarse a sí mismo, dejar de actuar como si fuera un creyente y serlo realmente, admitir sus temores como pecado y tratarlo
como tal. No aparentar ante los demás calma y autosuficiencia, cuando por dentro hay tormenta, no desperdiciar oportunidades de servir a Cristo, a causa de su
temor a las personas y su inseguridad, tanto en su familia como en la
iglesia (2 Timoteo 1:7).
7 Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio.(NVI)
El Colérico
Vida emotiva
Cualidades: Seguro y firme en sus decisiones, voluntarioso y tenaz. Es autodeterminado, optimista, audaz y valiente.
Defectos: Problemas con su carácter violento. Es porfiado e insensible a las necesidades ajenas.
Es poco emocional y frío y no aprecia los detalles estéticos. Carece de simpatía y es cortante, es impetuoso y violento, le disgustan las lágrimas, es vengativo ante el
que hace injusticia. Es orgulloso y le cuesta pedir disculpas. Es excesivamente autosuficiente.
Su vida de relaciones
Cualidades: No le exige a los demás lo que él mismo no puede hacer. No pierde el ánimo con facilidad. Es un líder lleno de firmeza. Sabe juzgar a la gente. Logra
motivar a los demás. Sabe exhortar. No se achica ante las circunstancias.
Defectos: Poco compasivo, toma decisiones por otros. Cruel, cortante y sarcástico y tiende a ser dominante en un grupo. Es arrogante y dictatorial. Usa a la gente
para su beneficio, le cuesta perdonar y es vengativo. Se inclina a ser intolerante, altivo y dominador en su trabajo.
En su trabajo
Cualidades: Es buen organizador y promotor, es decidido y posee intuición para tomar decisiones acertadas. Reacciona rápida y decididamente ante emergencias, es
perspicaz y agudo. Nunca vacila y es sumamente práctico, sabe estimular a los demás. No lo desalienta la oposición, se propone metas y las alcanza.
Defectos: Demasiado seguro de sí mismo. Inclinado a proceder con astucia. Prejuiciado, porfiado e impaciente por los detalles. Poco analítico, fuerza a los demás a
que se acomoden a su plan. Es fastidioso y difícil de complacer y sólo tiene tiempo para sus planes y proyectos.
Su mayor necesidad
Poner al control del Espíritu Santo su carácter violento. El Espíritu Santo puede ayudarlo a tener un corazón compasivo y perdonador, ser menos sarcástico y
dictatorial y más dispuesto a escuchar a los otros.
Ser más tolerante y menos ofuscado y saber que los demás pueden tener buenas ideas.
Ser más sensible a las necesidades ajenas, confesar su carácter violento y su crueldad.
Desarrollar su belleza interior, mediante horas de oración y meditación en la Palabra.
El Sanguíneo
Vida emotiva
Cualidades: Cálido y vivaz, tiene “carisma”. Comunicativo, nunca le falta de que hablar. Despreocupado, no le aflige el futuro, ni le molesta el pasado. Excelente
narrador de cuentos. Vive en el presente. Su conversación tiene una cualidadcontagiosa. Tiene chispa. Capacidad fuera de lo común para
disfrutar de todo. Cordial.
Defectos: Llora con facilidad. Es emocionalmente imprevisible. Le cuesta encontrar sosiego. Tiene arranques de enojo. Exagera la verdad.
Aparenta falta de sinceridad. No tiene control sobre sí mismo. Toma decisiones emocionales. Hace compras impulsivas. Se pone demasiado
en evidencia.
Su vida de relaciones
Cualidades: Hace amigos con facilidad. Es acogedor, optimista y agradable. Se muestra siempre sonriente y amable. No le cuesta pedir
disculpas. Es tierno y comprensivo. Conversa con autenticidad. Comparte las penas y alegrías de otros.
Defectos: Quiere dominar la conversación. No es atento. No tiene fuerza de voluntad. Sus convicciones son débiles. Depende de la aprobación de los demás y busca
hacer méritos. Disfruta de la gente y luego la olvida. Busca excusas para su negligencia. Habla demasiado de sí mismo.
Se olvida de sus promesas y compromisos.
En el trabajo
Cualidades: Produce una buena impresión inicial. Nunca se aburre porque vive en el presente. Tiene don para cuidar enfermos. Inspira entusiasmo.
Defectos: Es totalmente desorganizado. No se puede confiar en él. No es puntual. Carece de disciplina. Pierde tiempo conversando, cuando debería trabajar. Empieza
proyectos y no los termina. Se distrae con facilidad. No logra cumplir sus metas.
Su mayor necesidad
Necesita que el Espíritu Santo estabilice sus emociones y calme su espíritu intranquilo. Con la ayuda de Dios puede llegar a dominarse a sí mismo y disciplinar su vida.
Debe pedirle al Espíritu Santo que le ayude a reducir la atención que se dedica a sí mismo.
Su costumbre de dejar proyectos por la mitad y sus hábitos desorganizados deberán convertirse en cosas del pasado a medida que adquiera madurez en la vida
cristiana. Con la ayuda del Espíritu Santo llegará a ser más productivo. Ser más responsable y digno de confianza. Desarrollar una vida más autodisciplinada.
Reemplazar su yo por una humildad genuina.
Los 4 temperamentos básicos II
Lo mejor que podemos hacer por nuestros hijos, además de encaminarlos en la senda del Señor, es darles un hogar lleno de amor y seguridad paternal.
Hay dos hábitos en los cuales los padres no deberían incurrir:
Excesiva protección:
Pues los hace temerosos a las cosas que sus padres temen que les ocurra y los hace
egocéntricos.
Dominación:
Los padres que critican siempre a sus hijos, los desaprueban y los dominan con reacciones
iracundas y explosivas, producen en ellos vacilación, inseguridad y temor. Los niños deben
ser corregidos en el espíritu que corresponde. Al mismo tiempo deben saber que son
amados y aceptados.
AMOR TEMOR
No piensa en maldad
Introducción
En este estudio, el Espíritu Santo nos guiará a ver más bien lo que somos que lo que hacemos. A través de la obra del Espíritu, Dios nos guiará para que lleguemos a
ser la expresión de su gloria. Él desea imprimir en nosotros su carácter, lo que Él es, en y a través nuestro.
Dios desea usar los dones y talentos que nos ha otorgado:
“Podemos ser mucho por lo que hacemos pero podemos ser deficientes por lo que somos”.
Necesitamos aprender a vivir lo que creemos, poner en práctica la Palabra de Dios y así llevar fruto y llegar a ser como Él en la vida diaria.
El fruto es el carácter de Cristo producido en nosotros, para que podamos demostrarle al mundo como Él es.
El fruto del Espíritu se compone de varias cualidades de carácter, pero es un fruto; no puede ser separado, es una sola cosa. Puede resumirse en la palabra AMOR.
Así como una naranja está cubierta y protegida por una cáscara exterior, el amor es la
dimensión unificadora del fruto espiritual.
El fruto es entonces el carácter de Cristo: SU AMOR, SU BONDAD, SU PUREZA, SU PAZ, SU MANSEDUMBRE, SU TEMPLANZA, SU PACIENCIA, SU GOZO Y SU PAZ.
Todas estas características van siendo reproducidas a medida que el cristiano se somete a la guía del Espíritu Santo que vive en él.
Cristo crucificado es la vid verdadera, y obtuvo nuestra justicia y vida eterna para todos aquellos que le aceptan como su Salvador viviente.
Y en esa cruz Él sepultó las características de nuestra vieja naturaleza, (Las obras de la carne, Gálatas 5:19-20), y conquistó con su muerte y resurrección una nueva
vida en Cristo Jesús (el fruto del Espíritu, Gálatas 5:22-23).
Lecturas
Es una ley natural, pero es una lección que nos puede hacer ver qué clase de semilla estamos sembrando.
Si descuidamos el huerto o el jardín, comenzarán a crecer las malezas, y entonces puede ocurrir que no sólo las dejemos crecer sino también las fertilizamos.
¿Qué significa esto?
Hablamos de practicar las obras de la carne. Pidámosle a Dios que él nos ayude a llevar fruto, porque dice (Gálatas 5:21); que los que practican tales cosas no
heredarán el Reino de Dios.
Hay una lucha espiritual, una batalla que se libra entre nuestra vieja naturaleza carnal y la naturaleza divina (Gálatas 5:16-17).
Muchas veces vemos en nuestra vida como si Dios hubiera pasado con sus tijeras de podar y queda nuestra planta sin hojas, ni ramas, nada, solo el tronco; más
nuestro sabio Dios sabe que es necesario, pues una cuidadosa poda producirá abundante fruto.
Amor, gozo, paz: Son el resultado directo de nuestra relación con Dios o nuestra vida ascendente.
Paciencia, benignidad, bondad: Se desarrollan a través de nuestra relación con otras personas. Es nuestra vida exterior.
Fe, mansedumbre, templanza: Estas cualidades reflejan nuestra vida interior.
Todas estas cualidades del carácter cristiano son reproducidas en el creyente al someterse a la dirección del Espíritu Santo que mora en él.
Leamos Juan 15:1-17.
Allí encontramos la ilustración de la vid y los pámpanos (ramas).
Jesús se presenta como la vid verdadera y nosotros las ramas que deben estar unidas a Él y producir abundante fruto.
Algunos pámpanos no permanecen unidos a la vid, se secan y deben ser echados al fuego y quemados (Juan 15:4-6).
¿Ha observado que una rama quebrada comienza a secarse y morir?
Debido a que está quebrada ya no recibe la savia vital, por lo tanto se seca y se muere. Una vida que no permanece rendida a Cristo, buscándolo en
oración, amando a sus hermanos, andando en el Espíritu, también se secará y perderá la vida de Dios.
Porque Dios quiere una familia de muchos hijos iguales a Jesús (Romanos 8:29).
Para que el mundo crea (Juan 13:15; Juan 17:21-23).
Para que tu esposo/a y tus hijos crean.
Para que el nombre de Dios sea glorificado y santificado a través de nuestras vidas (Juan 15:8; Mateo 6:9).
“ Por tanto nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como
por el Espíritu del Señor”
(2 Corintios 3:18).
El Fruto del Espíritu Santo - La Benignidad (8° Tema)
Introducción
Gálatas 5:22
"En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,"
Lecturas:
A veces estamos cargados de tareas que nos interrumpen y allí nos volvemos ásperos y descorteses con quienes nos rodean.
Es generosidad. Es lo que este mundo necesita y pide a gritos, un poco de compasión de ternura. El espíritu de benignidad reconforta a otros.
¿Le da usted la misma atención a una persona importante que a una persona humilde?
¿Es usted un estímulo para sus hijos?
Ejemplos:
Jesús: (Isaías 40:11; 42:3; 2 Timoteo 2:24; Mateo 19:13-14).
Podemos ver su gentileza con los niños, también con las ovejas es amable, las guía y cuida, venda sus heridas, busca las descarriadas, no las aplasta, sino que las
acerca a Dios.
El oro representa la divinidad. El sacerdote tomaba con cuidado el pábilo con las pinzas del oro y quitaba con mucho cuidado lo quemado para no apagar la débil
llama. Dios nos ama y con mucho tacto y delicadeza quita lo que no sirve para no apagar la llama de nuestro corazón.
¿Hacemos lo mismo que hace Dios con nosotros en cuanto al trato con los demás?
Tal vez eres amable con los de afuera, pero eres áspero con los de tu casa.
El Espíritu Santo: Es amable y gentil, su comprensión es ilimitada. Busca tener camaradería, y comunión si se lo pedimos. Es una de las tres personas de la Trinidad. Él
es compañero y desea nuestra amistad. Es paciente y suave, no se envuelve en amor.
La mujer virtuosa: “Le da bien y no mal todos los días de su vida. Muchas mujeres hicieron el bien, más tú sobrepasas a todas” (Proverbios 31:10-12, 29).
El buen samaritano: (Lucas 10:30-35): Libre de egoísmo, se detuvo en el camino, vendó las heridas y tuvo misericordia con su prójimo.
Jesús nos dice:
“¡Vé y haz tú lo mismo!”
Rut y Noemí: Rut sembró benignidad para con su suegra Noemí al no dejarla sola y por la benignidad de Noemí pudo acompañarla hacia el lugar donde Dios tenía
preparada la bendición para las dos.