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La transformación de nuestro carácter (APERTURA)

 Introducción

La Biblia dice que somos piedras vivas en la casa de Dios. Podemos imaginar a alguien que toma una piedra sucia, al lavarla por primera vez, quitará mucha
inmundicia pero si tuviera manchas de grasa necesitará lavarla nuevamente para ver la piedra tal cual es. Entonces podremos modificar su forma trabajando
directamente sobre la piedra. Esto ilustra la forma en que el Señor trata con nosotros. En nuestra conversión los pecados visibles desaparecen. Dios ha realizado la
primera limpieza, pero luego habrá una acción más profunda que incidirá sobre nuestro ser. Dios estará trabajando sobre nosotros allí donde haya conflictos
espirituales debido a nuestra forma de ser y su mano estará presente.

Debemos tomar la forma de Cristo

La forma de ser que teníamos tiene que cambiar paulatinamente (no es instantáneo) y de gloria en gloria seremos transformados.
No mirándonos a nosotros mismos (somos subjetivos). 
No mirando al de al lado (su aspecto o cómo actúa). Romanos 8:29; 2 Corintios 3:18 habla de conformarnos: es hacernos igual a la forma de Cristo.

Mirando “ La gloria del Señor”, es como seremos transformados.


Hebreos 5:8-9 dice que Jesús por sus padecimientos aprendió la obediencia. Él no era el mismo a los dieciocho que a los treinta y tres años, pues con todo lo que vivió
y padeció llegó a ser Cordero Inmolado. Así también ocurre con sus discípulos que siguen al Cordero, para ser transformados a su imagen y semejanza.

El Temperamento, el Carácter y la Personalidad

El temperamento

Es la combinación de rasgos con los cuales nacemos e incluye fortalezas y debilidades. 

El carácter

Es el verdadero “Yo” (1 Pedro 3:4), implica la mente, las emociones y la voluntad influenciadas por nuestras experiencias, nuestra educación, creencias, etc.

La personalidad

Es lo que perciben los demás, la exteriorización de nuestro yo (no siempre es auténtica). 


Gálatas 5.22-23: Este pasaje muestra un temperamento lleno del Espíritu Santo, que tiene nueve características que Jesucristo manifestó. Esta es la Voluntad de Dios
para nuestras vidas que, aunque conservemos nuestros rasgos naturales, no seamos dominados por nuestra debilidad.

El fruto del Espíritu es:


AMOR, GOZO, PAZ, PACIENCIA, FE, BENIGNIDAD, BONDAD, MANSEDUMBRE, TEMPLANZA.
Nuestro carácter debe ir cediendo para dar lugar al carácter de Cristo.

Tengamos presente esto:


TENEMOS UN CARÁCTER PRESENTE Y EL ESPÍRITU SANTO LO IRÁ TRANSFORMANDO HASTA LLEGAR A LA META: SER COMO CRISTO. (Filipenses 3: 12-14 - Efesios
4:13)

Mientras somos transformados  

Debemos aceptar nuestro temperamento actual así como Dios nos acepta. Nosotros también debemos aceptarnos con las siguientes salvedades:

 No para justificarnos: diciendo “así soy yo, Dios es el que me va a cambiar”.


 No para condenarnos, ni para acomplejarnos. Sabiendo que el que comenzó la buena obra en nosotros, la perfeccionará.
 Más bien aceptando nuestra realidad para que a la luz del Espíritu Santo veamos aquellos aspectos que Dios quiere modificar.
Somos diferentes

 
Teniendo presente que somos diferentes. Aunque parezca obvio, es de mucha ayuda tener conciencia de esto. Consideremos lo siguiente:

 Dios es mi Hacedor. Él nos ha dado dones diferentes a los de nuestro prójimo. Aceptémonos sin complejos ni soberbias, también a nuestros semejantes,
sin esperar que sean iguales a nosotros (esposos, hijos, familiares, hermanos en la fe, etc.).

 Ejemplos de distintas formas de ser: encontramos diversidad de caracteres, mencionaremos cuatro posibilidades: el introvertido, sumamente
introvertido, el extrovertido y el super extrovertido.
Es muy probable que nos identifiquemos con algunos de estos o seamos una mezcla de varios, pero lo realmente importante, es que Dios hará que algunas
características permanezcan y crezcan y otras sean cambiadas por la obra del Espíritu Santo.
Debemos estar abiertos para reconocer nuestros errores y arrepentirnos cuando Dios nos hable. Juan 12:24 nos habla de cómo la semilla muere para
desarrollar el fruto. Nuestro yo irá desapareciendo para dar lugar a la vida de Cristo en mí. El Espíritu Santo crecerá y nosotros menguaremos dando lugar
al Espíritu Santo que prevalecerá sobre nuestra personalidad. Las debilidades de nuestra vieja naturaleza y que son un estorbo para Dios serán modificadas
con el fin de hacernos aptos para la obra. No es simplemente que he abandonado un vicio sino que en mí se manifiesta una nueva forma de vivir.
Siempre contaré con la ayuda del Espíritu Santo para consolarme y enseñarme actuando sobre mi conciencia.

Debemos autoexaminarnos (Salmo 66:18); ver nuestras debilidades como pecado (1 Juan 1:9); y pedirle a Dios, ser llenos del Espíritu Santo.
2 Corintios 10:4-5 nos dice que llevemos todo pensamiento cautivo a la obediencia de Cristo y enfrentemos con la Palabra de Dios las mentiras de Satanás
que quiere que pensemos que no podremos cambiar. 
Filipenses 4:13 dice que: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Y en 1 Corintios 6:17 dice que: “el que se une al Señor, un espíritu es con Él”.
Los 4 temperamentos básicos (1° Tema)

Introducción

Aunque nadie tiene un temperamento exclusivo, sino una mezcla de ellos, podemos decir, que, aunque alguno predomine, existen cuatro temperamentos básicos. La
idea es tratar de comprender el nuestro para ayudarnos a observar nuestras habilidades y defectos. También será de valor para entender mejor a nuestros hijos y
esposas/sos, y otras personas que nos rodean.

El Melancólico

Vida emotiva

Cualidades: Sensible y rico interiormente, analítico, tierno y reflexivo.


Defectos: Depresivo y pesimista, le gusta dar una imagen de sufrido. Hipocondríaco, e introspectivo, orgulloso y egocéntrico.

Su Vida de relaciones

Cualidades: Amigo sacrificado, leal y constante, cauteloso y afectivo para elegir sus amistades.
Defectos: Crítico, severo y perfeccionista. Preocupado por lo que piensan los demás, desconfiado. Capaz de explotar con ira si lo acosan, rencoroso y vengativo.
Es apático con los que piensan diferente, dificulta sus relaciones.

En su trabajo

Cualidades: Perfeccionista, preciso y analítico. Autodisciplinado, termina lo que empieza. Apto para trabajos creativos e intelectuales. 
Consciente y eficaz, es talentoso, tiene rasgos de genialidad y conoce sus limitaciones. 
Defectos: Indeciso. Más teórico que práctico. Anteproyectos novedosos, es poco decidido y analiza las cosas en exceso, deprimiéndose. 
Elige tareas de máximo sacrificio. Se pone irascible cuando realiza trabajos creativos.

Su mayor necesidad

Caminar por fe y ver el futuro con optimismo. El Espíritu Santo, puede ayudarle a amar a los demás, ser menos exigente y así mejorará su capacidad de relacionarse.
Obedecer y confiar más en el Señor y no en sí mismo. Cambiar su pesimismo por gratitud. Superar su espíritu crítico. Olvidarse de sí mismo y servir a los demás.
Entender que Dios quiere su disposición y no su perfección.

Algunos personajes melancólicos de la Biblia: MOISÉS, ELÍAS, JUAN, TOMÁS.

El Flemático

Vida emotiva

Cualidades: Confiable y equilibrado, de buen carácter y fácil de congeniar, de ánimo alegre y apacible aunque de pocas palabras. Bondadoso y conciliador.
Defectos: No tiene autoconfianza, es pesimista y temeroso, se aflige y se preocupa con facilidad, rara vez manifiesta sus emociones, es pasivo e indiferente y se
acomoda a las circunstancias, de forma farisaica y egoísta.

Su vida de relaciones

Cualidades: Su compañía es agradable, y tiene amistades numerosas, tiene un sentido del humor agudo. Es conciliador y tiene efecto sedante sobre los demás, es
constante y fiel, diplomático y pacificador, sabe escuchar y da un consejo sólo si se lo piden.
Defectos: Huye de los compromisos, es egoísta y mezquino. Analiza las personas con indiferencia. Carece de entusiasmo y puede ser terco. 
Es indiferente con los demás y le causa molestias a quienes le disgustan. No se caracteriza por ser cordial. Afecta ser superior de los demás.

En su trabajo

Cualidades: Es eficiente si se lo exige. Es práctico, sencillo y conservador. Hábil y prolijo, planifica su trabajo antes de empezar. 
Influye apaciguando ánimos y es confiable en lo que emprende.

Defectos: Actitud espectadora, calma y serena de la vida, no se compromete, es lento y perezoso.


Acepta el liderazgo a desgano, carece de motivaciones y es indeciso. Se autoprotege de situaciones comprometedoras, apaga el entusiasmo de los demás y resiste los
cambios.
Su mayor necesidad

Reemplazar su carácter apocado y ganar confianza en sí mismo, basado en una vida controlada por el Espíritu Santo. Amar y comprometerse por los demás
neutralizando su egoísmo e indiferencia. Desarrollar motivación por su trabajo, percibiendo las necesidades de aquellos que lo rodean. Dejando de lado su pereza y
lentitud. Debe superar su pasividad y entregarse a sí mismo, dejar de actuar como si fuera un creyente y serlo realmente, admitir sus temores como pecado y tratarlo
como tal. No aparentar ante los demás calma y autosuficiencia, cuando por dentro hay tormenta, no desperdiciar oportunidades de servir a Cristo, a causa de su
temor a las personas y su inseguridad, tanto en su familia como en la
iglesia (2 Timoteo 1:7).

7 Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio.(NVI)

El Colérico

Vida emotiva

Cualidades: Seguro y firme en sus decisiones, voluntarioso y tenaz. Es autodeterminado, optimista, audaz y valiente.
Defectos: Problemas con su carácter violento. Es porfiado e insensible a las necesidades ajenas.
Es poco emocional y frío y no aprecia los detalles estéticos. Carece de simpatía y es cortante, es impetuoso y violento, le disgustan las lágrimas, es vengativo ante el
que hace injusticia. Es orgulloso y le cuesta pedir disculpas. Es excesivamente autosuficiente.

Su vida de relaciones

Cualidades: No le exige a los demás lo que él mismo no puede hacer. No pierde el ánimo con facilidad. Es un líder lleno de firmeza. Sabe juzgar a la gente. Logra
motivar a los demás. Sabe exhortar. No se achica ante las circunstancias.
Defectos: Poco compasivo, toma decisiones por otros. Cruel, cortante y sarcástico y tiende a ser dominante en un grupo. Es arrogante y dictatorial. Usa a la gente
para su beneficio, le cuesta perdonar y es vengativo. Se inclina a ser intolerante, altivo y dominador en su trabajo.

En su trabajo

Cualidades: Es buen organizador y promotor, es decidido y posee intuición para tomar decisiones acertadas. Reacciona rápida y decididamente ante emergencias, es
perspicaz y agudo. Nunca vacila y es sumamente práctico, sabe estimular a los demás. No lo desalienta la oposición, se propone metas y las alcanza.
Defectos: Demasiado seguro de sí mismo. Inclinado a proceder con astucia. Prejuiciado, porfiado e impaciente por los detalles. Poco analítico, fuerza a los demás a
que se acomoden a su plan. Es fastidioso y difícil de complacer y sólo tiene tiempo para sus planes y proyectos.

Su mayor necesidad

Poner al control del Espíritu Santo su carácter violento. El Espíritu Santo puede ayudarlo a tener un corazón compasivo y perdonador, ser menos sarcástico y
dictatorial y más dispuesto a escuchar a los otros.
Ser más tolerante y menos ofuscado y saber que los demás pueden tener buenas ideas.
Ser más sensible a las necesidades ajenas, confesar su carácter violento y su crueldad.
Desarrollar su belleza interior, mediante horas de oración y meditación en la Palabra.

El Sanguíneo

Vida emotiva

Cualidades: Cálido y vivaz, tiene “carisma”. Comunicativo, nunca le falta de que hablar. Despreocupado, no le aflige el futuro, ni le molesta el pasado. Excelente
narrador de cuentos. Vive en el presente. Su conversación tiene una cualidadcontagiosa. Tiene chispa. Capacidad fuera de lo común para
disfrutar de todo. Cordial.
Defectos: Llora con facilidad. Es emocionalmente imprevisible. Le cuesta encontrar sosiego. Tiene arranques de enojo. Exagera la verdad.
Aparenta falta de sinceridad. No tiene control sobre sí mismo. Toma decisiones emocionales. Hace compras impulsivas. Se pone demasiado
en evidencia.

Su vida de relaciones

Cualidades: Hace amigos con facilidad. Es acogedor, optimista y agradable. Se muestra siempre sonriente y amable. No le cuesta pedir
disculpas. Es tierno y comprensivo. Conversa con autenticidad. Comparte las penas y alegrías de otros.
Defectos: Quiere dominar la conversación. No es atento. No tiene fuerza de voluntad. Sus convicciones son débiles. Depende de la aprobación de los demás y busca
hacer méritos. Disfruta de la gente y luego la olvida. Busca excusas para su negligencia. Habla demasiado de sí mismo. 
Se olvida de sus promesas y compromisos.
En el trabajo

Cualidades: Produce una buena impresión inicial. Nunca se aburre porque vive en el presente. Tiene don para cuidar enfermos. Inspira entusiasmo.
Defectos: Es totalmente desorganizado. No se puede confiar en él. No es puntual. Carece de disciplina. Pierde tiempo conversando, cuando debería trabajar. Empieza
proyectos y no los termina. Se distrae con facilidad. No logra cumplir sus metas. 

Su mayor necesidad

Necesita que el Espíritu Santo estabilice sus emociones y calme su espíritu intranquilo. Con la ayuda de Dios puede llegar a dominarse a sí mismo y disciplinar su vida.
Debe pedirle al Espíritu Santo que le ayude a reducir la atención que se dedica a sí mismo.
Su costumbre de dejar proyectos por la mitad y sus hábitos desorganizados deberán convertirse en cosas del pasado a medida que adquiera madurez en la vida
cristiana. Con la ayuda del Espíritu Santo llegará a ser más productivo. Ser más responsable y digno de confianza. Desarrollar una vida más autodisciplinada.
Reemplazar su yo por una humildad genuina.
Los 4 temperamentos básicos II

Ejemplos Bíblicos de temperamentos transformandos por el Espíritu Santo

PEDRO: (un sanguíneo lleno del Espíritu).


Después de Pentecostés usó sus labios para predicar de Jesucristo. Desde aquel momento Pedro se despojó de todo su egoísmo, sin vanagloriarse más. Demostró
frente al Sanedrín (Hechos 4) una moderación ajena a su forma de ser, que solo podría ser inspirada por el
Espíritu Santo. Dedicó su vida a dar gloria a Cristo.

PABLO: (un colérico lleno del Espíritu).


Aparece en Hechos 8 como uno que consentía en la muerte de Esteban, el primer mártir cristiano. En el capítulo 9 lo hallamos respirando amenazas y muerte contra
los discípulos.
Vemos la transformación dramática de su conducta luego de su conversión, siendo usado por Dios para llevar a muchos al conocimiento de Jesucristo.

TOMÁS: (se llama el discípulo de la duda).


Juan 20.25: notorio caso de incredulidad a pesar de haber estado con el maestro y de lo que le dijeron los discípulos: “Al Señor hemos visto”. Expresó su pesimismo
diciendo: “Vamos también nosotros para que muramos con Él”. 
Humanamente hablando era un fracaso, pero al ser lleno del Espíritu Santo, Tomás se dedicó al servicio del Señor. La Biblia no relata lo que ocurrió con Tomás, pero
en Madras está su tumba y se considera auténtica la historia de su ministerio. Después de Pentecostés, parece ser que Tomás, fue llevado por el Espíritu a la India. Allí
enfrentó toda clase de peligros y predicó con valor la Palabra de Dios. Miles se convirtieron y se establecieron iglesias. Fue martirizado por su fe y murió con coraje,
algo que solo el Espíritu Santo puede hacer. La actual iglesia del sur de
la India se remonta a la obra de Tomás.

ABRAHAM: (un flemático lleno del Espíritu Santo).


El tranquilo y bonachón Abraham. El temor dominó casi toda su vida. En una oportunidad su temeroso egoísmo lo llevo a negar a su esposa y hacerla pasar por su
hermana. Este cobarde se transformó de tal manera que se dijo de él: “Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia” (Gálatas 3:6).

Lo que apaga el Espíritu

La ira entristece al Espíritu Santo y el temor lo apaga.


El sanguíneo y el colérico son extrovertidos, por tanto tienden a ser iracundos, mientras que el flemático y el melancólico tienden a ser temerosos por ser
introvertidos. Pero como la mayoría de las personas tienen una combinación de temperamentos, generalmente hay una predisposición a las dos debilidades.

Diversas formas de Ira:

Amargura, malicia, gritería, envidia, resentimiento, intolerancia, crítica, venganza, odio,


disensiones, celos, agresión, habladurías, sarcasmo, implacabilidad.

¿Cuál es la principal causa del enojo?:

Cuando estamos enojados es porque alguien violó nuestros derechos.


Cuando sentimos amargura contra alguien es porque nos ha perjudicado o no conseguimos lo que deseamos. La raíz es el egoísmo.

¿Qué nos aconseja la palabra de Dios?:

Sea tardo para la ira (Santiago 1:19-21).


No se ponga el sol sobre nuestro enojo (Efesios 4:26-27).
Una persona con ira está abierta al juicio (Mateo 5:22-26).

Victoria sobre la ira

 Reconocer la ira como pecado. (Efesios 4:30-32).


 Pidámosle a Dios que quite el hábito. Recibir liberación (1 Juan 5:14-15).
 Pedir ser llenos del Espíritu Santo (Lucas 11:13).
 Buscar la raíz del resentimiento (2 Corintios 10:11).
 Decida perdonar a los que le han herido (2 Corintios 2:10-11).
 Pida perdón a quienes hallan sido objeto de su pecado (Mateo 5:23-24).
 Pida al Señor que los bendiga y haga algo bueno por ellos (Lucas 6:27).
 Mírelos con los ojos de la fe, creyendo que el Señor los cambiará.
 Acéptelos con bondad aunque ellos lo rechacen (Romanos 15:7).
 
El temor

Variaciones del temor:

 TIMIDEZ: (2 Timoteo 2:7).


 INFERIORIDAD: (Job 13:2).
 SUPERSTICIÓN: (Marcos 6:14-16).
 DEPRESIÓN: (Jonás 4:8).
 SOLEDAD Y TIMIDEZ SOCIAL
 ALTIVEZ: (Proverbios 16:18).
 INDECISIÓN: (Santiago 1:5-8).
 COBARDÍA: (Marcos 8:34-36).
 AISLAMIENTO Y AGRESIÓN EXTREMA.

Apagar al Espíritu Santo significa limitarlo. 


¿Cuándo contrariamos la Voluntad de Dios?
Cada vez que no damos gracias por todo (1 Tesalonicenses 5:16-19).
Es consecuencia de nuestra falta de fe y confianza en Dios

Una palabra para los padres

Lo mejor que podemos hacer por nuestros hijos, además de encaminarlos en la senda del Señor, es darles un hogar lleno de amor y seguridad paternal.
Hay dos hábitos en los cuales los padres no deberían incurrir:

Excesiva protección:
Pues los hace temerosos a las cosas que sus padres temen que les ocurra y los hace
egocéntricos.

Dominación:
Los padres que critican siempre a sus hijos, los desaprueban y los dominan con reacciones
iracundas y explosivas, producen en ellos vacilación, inseguridad y temor. Los niños deben
ser corregidos en el espíritu que corresponde. Al mismo tiempo deben saber que son
amados y aceptados.

La raíz al igual que en la ira es el egoísmo

(2 Timoteo 1:7; 1 Juan 4:18).

AMOR TEMOR

Todo lo cree Sospecha de todo

Se ocupa en las tareas del día Falla en sus responsabilidades

Guía a un mayor amor Guía a un mayor temor

Busca oportunidades para


Piensa solo en sí mismo
dar

No piensa en maldad

Debemos reemplazar el temor por el amor (Juan 15:12, Lucas 6:27).


El temor a Dios es el que renueva y produce un mutuo amor (Hebreos 5:7).
El Fruto del Espíritu Santo (3° Tema)

Introducción

En este estudio, el Espíritu Santo nos guiará a ver más bien lo que somos que lo que hacemos. A través de la obra del Espíritu, Dios nos guiará para que lleguemos a
ser la expresión de su gloria. Él desea imprimir en nosotros su carácter, lo que Él es, en y a través nuestro. 
Dios desea usar los dones y talentos que nos ha otorgado:
“Podemos ser mucho por lo que hacemos pero podemos ser deficientes por lo que somos”.
Necesitamos aprender a vivir lo que creemos, poner en práctica la Palabra de Dios y así llevar fruto y llegar a ser como Él en la vida diaria.
El fruto es el carácter de Cristo producido en nosotros, para que podamos demostrarle al mundo como Él es. 
El fruto del Espíritu se compone de varias cualidades de carácter, pero es un fruto; no puede ser separado, es una sola cosa. Puede resumirse en la palabra AMOR.
Así como una naranja está cubierta y protegida por una cáscara exterior, el amor es la
dimensión unificadora del fruto espiritual.

El fruto es entonces el carácter de Cristo: SU AMOR, SU BONDAD, SU PUREZA, SU PAZ, SU MANSEDUMBRE, SU TEMPLANZA, SU PACIENCIA, SU GOZO Y SU PAZ.
Todas estas características van siendo reproducidas a medida que el cristiano se somete a la guía del Espíritu Santo que vive en él.
Cristo crucificado es la vid verdadera, y obtuvo nuestra justicia y vida eterna para todos aquellos que le aceptan como su Salvador viviente. 
Y en esa cruz Él sepultó las características de nuestra vieja naturaleza, (Las obras de la carne, Gálatas 5:19-20), y conquistó con su muerte y resurrección una nueva
vida en Cristo Jesús (el fruto del Espíritu, Gálatas 5:22-23).

Nuestra vida es como un huerto o un jardín

Lecturas

(Gálatas 6:7-8; Mateo 7:16-20).


¿Si plantas una rosa que crecerá?
¿Si plantas una semilla de maíz, ¿Qué cosecharás?
¿Si plantas una papa?

Es una ley natural, pero es una lección que nos puede hacer ver qué clase de semilla estamos sembrando.
Si descuidamos el huerto o el jardín, comenzarán a crecer las malezas, y entonces puede ocurrir que no sólo las dejemos crecer sino también las fertilizamos.
¿Qué significa esto?
Hablamos de practicar las obras de la carne. Pidámosle a Dios que él nos ayude a llevar fruto, porque dice (Gálatas 5:21); que los que practican tales cosas no
heredarán el Reino de Dios.
Hay una lucha espiritual, una batalla que se libra entre nuestra vieja naturaleza carnal y la naturaleza divina (Gálatas 5:16-17).
Muchas veces vemos en nuestra vida como si Dios hubiera pasado con sus tijeras de podar y queda nuestra planta sin hojas, ni ramas, nada, solo el tronco; más
nuestro sabio Dios sabe que es necesario, pues una cuidadosa poda producirá abundante fruto.

Compare estos pasajes:


Gálatas 5:19-21 // Gálatas 5:22-23
Romanos 1:29-31 // 1 Corintios 13:4-7
Efesios 4:17-32 // 2 Pedro 1:5-7
Gálatas 5:15

Es un contraste entre la vieja naturaleza y la nueva.


Jesús nos trajo su muerte y su vida, las dos cosas.
Así como él murió al pecado y ahora vive para Dios, nosotros debemos aceptar por fe que estamos muertos al pecado y que vivimos para Dios.
El poder de su muerte puede manifestarse en nosotros en tanto que el Espíritu Santo mortifica constantemente las obras de la carne.

Características del fruto del Espíritu

Estas características las estudiaremos individualmente y en detalle.


Podemos dividirlas en tres grupos:

Amor, gozo, paz: Son el resultado directo de nuestra relación con Dios o nuestra vida ascendente.
Paciencia, benignidad, bondad: Se desarrollan a través de nuestra relación con otras personas. Es nuestra vida exterior.
Fe, mansedumbre, templanza: Estas cualidades reflejan nuestra vida interior.

Todas estas cualidades del carácter cristiano son reproducidas en el creyente al someterse a la dirección del Espíritu Santo que mora en él.

La verdad ilustrada: Jesús la vida verdadera

Leamos Juan 15:1-17. 
Allí encontramos la ilustración de la vid y los pámpanos (ramas).
Jesús se presenta como la vid verdadera y nosotros las ramas que deben estar unidas a Él y producir abundante fruto.

Veamos las alternativas que el Señor describe en este pasaje:

 Algunos pámpanos no producen fruto. ¡Estos deben cortarse! (Juan 15:2). 


El propósito de un pámpano consiste en dar fruto, si no lo produce no tiene ningún valor para el
viñador, por lo cual lo corta y lo tira. La nación de Israel ofrece un triste ejemplo de ello, veamos (Isaías 5:4-5).

 Algunos pámpanos no permanecen unidos a la vid, se secan y deben ser echados al fuego y quemados (Juan 15:4-6). 
¿Ha observado que una rama quebrada comienza a secarse y morir? 
Debido a que está quebrada ya no recibe la savia vital, por lo tanto se seca y se muere. Una vida que no permanece rendida a Cristo, buscándolo en
oración, amando a sus hermanos, andando en el Espíritu, también se secará y perderá la vida de Dios.

 Algunos pámpanos producen fruto y deben ser limpiados (Juan 15:2). 


Todo buen agricultor sabe que la poda a su tiempo, permite a la rama producir más fruto. 
¿Qué simboliza la poda? 
La obra santificadora del Espíritu Santo (2 Tesalonicenses 2:13). 
¿Por qué es necesaria la poda?:
Porque cuando una persona recibe a Jesús en su corazón y nace de nuevo, no quiere decir que sea instantáneamente perfecto. 
Esto será un proceso del Espíritu, quien por la Palabra de Dios comienza a limpiar aquellas actitudes y comportamientos que no son de Cristo.
Tenemos una hermosa lección por delante. Las verdades relativas a cómo Dios puede transformarnos por su Espíritu, deben llenarnos de esperanza y al
mismo tiempo, llevarnos a una mayor consagración.
Si mi corazón se une a Cristo, quien vive dentro de mí por su Espíritu, el fruto de esta relación será un carácter como el de Jesús, la santa naturaleza de
Dios en mi vida.
El fruto de estar unido a Cristo se expresa en Gálatas 5:22-23.
Disfrutemos de la maravillosa vida en el ESPÍRITU, estamos caminando en esta bendita senda y nuestro carácter, querido hermano puede y será
transformando. 
Está en nosotros el buscarlo con todo nuestro corazón...

¿Para qué debemos producir fruto?

 Porque Dios quiere una familia de muchos hijos iguales a Jesús (Romanos 8:29).
 Para que el mundo crea (Juan 13:15; Juan 17:21-23).
 Para que tu esposo/a y tus hijos crean.
 Para que el nombre de Dios sea glorificado y santificado a través de nuestras vidas (Juan 15:8; Mateo 6:9).

¿Cómo seremos transformados?

¿Mirándonos a nosotros mismos? NO


¿Mirando al de al lado? NO

“ Por tanto nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como
por el Espíritu del Señor”
(2 Corintios 3:18).
El Fruto del Espíritu Santo - La Benignidad (8° Tema)

Introducción

Gálatas 5:22
"En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,"

Lecturas:

Efesios 4:32; Mateo 5:43-48.

¿Cómo definimos la benignidad?

En la versión popular de “Dios habla Hoy” dice: amabilidad.


Es cortesía, ser gentil, educado, tener un trato suave, ser considerado y atento, amable, aún valorando aquellas pequeñas cosas que hacen nuestra esposa o nuestros
hijos, dar un trato cariñoso a los ancianos, aún a los animales. Es algo que brota de un corazón lleno del Espíritu Santo. 

A veces estamos cargados de tareas que nos interrumpen y allí nos volvemos ásperos y descorteses con quienes nos rodean. 
Es generosidad. Es lo que este mundo necesita y pide a gritos, un poco de compasión de ternura. El espíritu de benignidad reconforta a otros.

Lo que no es benignidad: (Sabiduría negada

Santiago 3:14-16: Las contiendas, peleas.


Santiago 4:1-3: El egoísmo.
Santiago 4:11-12: El juzgar al hermano.
Santiago 4:13-16: La no dependencia de Dios. Ser cortés con Él.
Santiago 4:17: El no hacer lo bueno.
Santiago 5:1-6: La codicia.

Lo que es la benignidad: (Sabiduría demostrada) 

Santiago 3:17: Pureza. (Sin mezcla, como el oro y el vino).


Santiago 3:18: Paz. (Llevarse bien con todos, buscar la paz).
Santiago 3:17: Amabilidad. (Quitar la rusticidad al hablar).
Benignidad. (Hacer lo bueno).
Misericordia (Hacer lo bueno con amor).
Buenos frutos (Por sus frutos los conocerán).
Certeza (Fe por oír la Palabra).
Sinceridad (No ser hipócrita).

Algunas preguntas que nos ayudarán a evaluarnos

¿Le da usted la misma atención a una persona importante que a una persona humilde?
¿Es usted un estímulo para sus hijos?

Hijo: ¿Eres cortés y amable con tus padres?


Esposo: ¿Eres gentil con tu esposa?
Esposa: ¿Qué haces cuando tu esposo llega cansado del trabajo?

¿Desea tu esposo llegar temprano a casa?


¿Cómo trata usted a su suegra?
¿Cómo trata a un hermano nuevo en el grupo?

¿Cómo debemos andar?

 Andar en el Espíritu para que prevalezca Cristo en nosotros.


 A la mujer Dios le dice: (1 Pedro 3:4).
 Al hombre Dios le dice: (Colosenses 3:19).
 Procurar el bienestar a los que nos rodean (Gálatas 6:9-10).
 Observar y expresar en palabras lo bueno que hay en el otro.
 Si ha sido áspero con su familia, pida perdón a Dios y a ellos.
 Pídale a Dios que le quite el hábito (1 Juan 5:14).
 Crea que la Gracia de Dios es amplia para perdonar, así es su bondad.
 Pida ser lleno por el Espíritu Santo.
 Mantenga una relación directa e íntima con Cristo.

Ejemplos:
Jesús: (Isaías 40:11; 42:3; 2 Timoteo 2:24; Mateo 19:13-14).
Podemos ver su gentileza con los niños, también con las ovejas es amable, las guía y cuida, venda sus heridas, busca las descarriadas, no las aplasta, sino que las
acerca a Dios.
El oro representa la divinidad. El sacerdote tomaba con cuidado el pábilo con las pinzas del oro y quitaba con mucho cuidado lo quemado para no apagar la débil
llama. Dios nos ama y con mucho tacto y delicadeza quita lo que no sirve para no apagar la llama de nuestro corazón.

¿Hacemos lo mismo que hace Dios con nosotros en cuanto al trato con los demás? 
Tal vez eres amable con los de afuera, pero eres áspero con los de tu casa.

El Espíritu Santo: Es amable y gentil, su comprensión es ilimitada. Busca tener camaradería, y comunión si se lo pedimos. Es una de las tres personas de la Trinidad. Él
es compañero y desea nuestra amistad. Es paciente y suave, no se envuelve en amor.

La mujer virtuosa: “Le da bien y no mal todos los días de su vida. Muchas mujeres hicieron el bien, más tú sobrepasas a todas” (Proverbios 31:10-12, 29).

El buen samaritano: (Lucas 10:30-35): Libre de egoísmo, se detuvo en el camino, vendó las heridas y tuvo misericordia con su prójimo. 
Jesús nos dice:
“¡Vé y haz tú lo mismo!”

Rut y Noemí: Rut sembró benignidad para con su suegra Noemí al no dejarla sola y por la benignidad de Noemí pudo acompañarla hacia el lugar donde Dios tenía
preparada la bendición para las dos.

“ Vuestra gentileza sea conocida de todos


los hombres, el Señor está cerca”
(Filipenses 4:5)

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