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Vida

Ministerio
JOEL PERDOMO
_______________________________
_

Copyright © 2016 por Joel Perdomo


¡IMPORTANTE!

ESTE LIBRO ES UNA OFRENDA A DIOS Y LOS


DERECHOS DE AUTOR HAN SIDO CEDIDOS A
LA IGLESIA DE CRISTO EN LA TIERRA.

POR TANTO:
• PUEDE SER COMPARTIDO GRATUITAMENTE
POR CUALQUIER MEDIO POSIBLE.

2
• PUEDE SER IMPRESO – SIN FINES DE LUCRO.

• PUEDE SER TRADUCIDO A CUALQUIER


IDIOMA – SIN ALTERAR SU CONTENIDO
ORIGINAL.

• ES UN REGALO DEL HNO. JOEL PERDOMO A


LA AMADA IGLESIA DE CRISTO EN LA TIERRA.
DANDO POR GRACIA, LO QUE POR GRACIA HA
RECIBIDO.

• ESTOS LIBROS TOMARON CASI 20 AÑOS


ESCRIBIRLOS. COMPARTALOS CON OTROS
CRISTIANOS, SERIA TODO LO QUE PIDO A
CAMBIO.

¡DIOS TE BENDIGA! JOEL PERDOMO

DEDICATORIA

Dedico este libro a mis queridos padres, Marina Paz y

Conrado Perdomo, que fueron los artífices de la parte

humana de esta historia.

A mis amados hermanos Onil, Geovanny y Nelson, a

quienes llevo en mi corazón.

3
A mi amada esposa y fiel compañera, Rhodimari

Guzmán, y a mis queridos suegros, los pastores Basilio

Guzmán y Sonia Pintor.

A los miembros de la Iglesia Fundamento Firme y a todos

los pastores, evangelistas, misioneros, maestros y

ministerios que han sido partícipes de las bondades de este

ministerio, gracias por su apoyo y oraciones.

A todos los hermanos y amigos que han colaborado con

este ministerio desde sus inicios hasta hoy día, y a los

testigos oculares de los milagros aquí narrados.

Sobre todo, al Espíritu Santo que en el nombre de Jesús

me ha hecho palpar sus grandes maravillas y me ha dado el

privilegio de ser partícipe de su abundante Gracia, para la

gloria de nuestro Padre celestial. Amén.

¡Que Dios les bendiga a todos!

Joel Perdomo

4
ÍNDICE

Capítulo – 1 – ANTES DE NACER, TU ME


CONOCISTE………………………...13

a. ¡Dios! en tus manos está mi hijo

b. La vida en los campos

c. Los misteriosos caminos de Dios

Capítulo2. BREVE HISTORIA


FAMILIAR…………………………..............17

a. Señor: ¿Cuál es la verdadera religión?

b. Tiempo de prueba

c. Poder de resurrección manifestado

d. El éxodo

e. Ejemplo de amor

Capítulo 3.BAJO EL PODER DE


DIOS…………………………………….29

a. Mi experiencia con Dios

b. El bautismo de fuego del Espíritu Santo

c. Conociendo la voz del Espíritu Santo

d. El ayuno y la oración
II. LA OBEDIENCIA VOLUNTAD
A LA
DIVINA………………………………...41
a. La formación del carácter cristiano
5
b. La obediencia a la voluntad de Dios

c. La obediencia a la voz del Espíritu Santo

d. La fe en acción

e. La ministración de los ángeles

Capítulo – 4 – EL COMIENZO DEL


MINISTERIO……………………………....59

a. Dios apresura sus planes

b. El servicio en la iglesia local

c. Tiempo de formación y espera

d. El Espíritu Santo confirma lo que la Biblia enseña

Capítulo – 5 – EL PODER DE
DIOS…………………………………………67

I. TESTIMONIOS DEL PODER DE DIOS

a. El demonio le atacaba en el agua y en el fuego

b. En el nombre de Jesús: ¡Levántate y camina!


II. LA SALVACIÓN Y LA
SANIDAD…………………………………………..71

a. ¿Por qué no todos los enfermos son sanados?

b. La salvación del alma y la sanidad del cuerpo

c. Hay que pedir correctamente

6
III. BAJO EL FUEGO DE LA
PRUEBA………………………………………....77

a. El trato de Dios con sus hijos

b. Testimonios del trato de Dios

IV. UNA FE SIN


LÍMITES…………………………………………………..82
a. Fe sin límites

b. Operaciones del poder de Dios

V. LA
LIBERACIÓN………………………………………………………..8
5

a. Encerrado por ocho años

b. Bórrenme del libro

c. Aprendiendo del ministerio de liberación

VI. EL MINISTERIO
PROFÉTICO…………………………………………….91

a. Comienzos del ministerio profético

b. Palabra para los solteros

c. Experiencia personal

Capítulo – 6 – PROMESA DE
VIAJAR……………………………………….97

a. El viaje a Puerto Rico

b. Dios cumple sus promesas

7
c. Un anhelo cumplido

Capítulo – 7 – VIAJE
A ESTADOS UNIDOS………………………………….103

a. El llamado a los Estados Unidos

b. Comienzo de la obra en Estados Unidos

c. La iglesia sin nombre

d. El testimonio de la casa

Capítulo – 8 – VIVIMOS EN TIEMPOS


FINALES……………………………..113

a. La peor tormenta de herejías se avecina

b. La mezcla con el mundo

c. La mezcla con la religión falsa

ANEXO…………………………………………………………………
119

PREFACIO

8
Este libro recoge un cúmulo de aleccionadoras experiencias

durante mi vida y ministerio. En ninguna manera procuran

exaltar la figura del hombre. El objetivo es todo lo contrario, dar

a conocer mis experiencias en los caminos de Dios, a fin de

ayudar a otros a edificar su vida espiritual.

El propósito es que las nuevas generaciones despierten el

interés por la búsqueda de Dios, sin importar el momento

histórico que les toque vivir. Que puedan entender que Dios es el

mismo de ayer, hoy y siempre:

8
Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos (Hb. 13:8).
Dios no cambia y quien le busca, sin duda le encontrará. Jesús

dijo: 7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os


abrirá. 8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca,

halla; y al que llama, se le abrirá (Mt. 7:7-8).

La Biblia dice: 12 Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis


13
a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me
buscaréis de todo vuestro corazón (Jr. 29:1213).
Es mi anhelo que al final de la lectura de este libro, Dios sea

exaltado, que toda honra y alabanza le sea atribuida solamente a

Él, por su gran amor y bondad de hacernos partícipes de su poder,

su gloria y su reino. Pablo dijo:


9
6
Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mí y
en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros
aprendáis a no pensar más de lo que está escrito, no sea que
por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros. 7 Porque
¿quién te distingue? ¿O qué tienes que no hayas recibido? Y si
lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras
recibido? (1 Co. 4:6-7). A través de este libro no se procura
recibir ningún halago personal, es más importante que los
lectores obedezcan lo que el Señor dice en su Palabra y que Dios
sea conocido, aunque nosotros seamos desconocidos.

También reconozco que hay innumerables servidores de Dios

que han experimentado grandes manifestaciones del poder de

Dios en sus vida y ministerios, pero quizá no tengan la forma de

traducir esas experiencias en un aprendizaje práctico y ese es el

valor de esta experiencia.

Me es grato tener la valiosa oportunidad de compartir en

vida, lo que Dios me ha permitido vivir en sus caminos a fin de

que no se diga más, ni menos de lo escrito.

Es bien sabido para los que escriben, que el lector puede

interpretar de forma correcta el significado de lo que se escribe o

lo puede interpretar mal, partiendo de sus propios significantes,

10
es decir, juzgando las cosas por experiencias y conocimientos

adquiridos durante su vida, ya sean correctos o incorrectos.

Implica que los escritos mejor intencionados se pueden prestar

para una mala interpretación de parte del que lee u oye. Un

verdadero maestro cristiano, jamás desearía ser mal interpretado

por sus lectores.

En mi caso, y de acuerdo a mi limitado alcance, he procurado

cerrar los recovecos por los que se pudieran colar las pequeñas

zorras, que pretendan destruir las sanas viñas del conocimiento

puro de la Biblia, escritos en mis libros. Aun así, y recurriendo a

las palabras de Jesús, quien dijo que; peores cosas harían con

nosotros:

31
Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué

no se hará? (Lc. 23:31), reconozco que siempre habrá quien

tuerza la sana doctrina bíblica para su propia perdición (2 P. 3:16).

Cualquier interpretación ajena a la sana doctrina bíblica que

se haga de mis escritos será culpa de quien los interprete mal y

queda bajo el anatema divino, si no se arrepiente a tiempo, como

advierte el apóstol Pablo:

11
8
Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro
evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea
anatema (Gá. 1:8).
Si Satanás y sus demonios han tergiversado las palabras de Jesús

y sus santos apóstoles escritas en la Biblia, de donde han surgido

innumerables herejías, cualquier cosa podrían interpretar mal de

nosotros. No obstante, el privilegio de poder escribir de mi propia

mano esta autobiografía, minimiza las oportunidades de que se

pueda opacar el verdadero conocimiento bíblico.

Con toda sinceridad y amor en Cristo...

Joel Perdomo

INTRODUCCIÓN

Nuestra familia fue escogida por Dios con un propósito muy

especial en la tierra. Mi madre fue una fiel testigo de Cristo para

su generación, en medio de una comunidad que rechazó

rotundamente el evangelio. Ella fue comerciante y Dios le mostró

que Él tenía mejores cosas para su vida, que no se comparaban

con todas las riquezas de esta tierra.

12
Mi madre fue quien abrió su corazón a Jesucristo y trajo la luz

del evangelio a mi familia. Ella alcanzó que sus padres conocieran

a Jesús como salvador, antes que partieran a la presencia del

Señor.

Mis padres se separaron cuando éramos muy pequeños. Ellos

no se volvieron a casar, mi madre decidió consagrarse para Cristo

y mi padre se quedó solo, pero siempre contamos con su amor.

Desde pequeños, mi madre resaltaba las virtudes de nuestro

padre y eso nos hizo amarlo como si hubiese estado a nuestro

lado, siempre.

Dios se metió en la historia de mi familia. Mi padre fue un

hombre muy exitoso en su carrera militar y admirado en su

juventud por sus talentos, pero Dios truncó sus planes personales

a fin de salvar del pecado a su familia.

Mi madre, por su parte, había alcanzado éxito material, pero

repentinamente, lo perdió todo. Allí comenzó Dios a tomar el

control de la situación y doy gracias a Dios, porque perdimos lo

material, para ganar el cielo.

¡Que Dios les bendiga! Joel Perdomo

13
Capítulo – 1 –

ANTES DE NACER, TU ME CONOCISTE

_______________________________________________

________________

9
Pero tú eres el que me sacó del vientre; el que me hizo estar
confiado desde que estaba a los pechos de mi madre. 10 Sobre ti
fui echado desde antes de nacer; desde el vientre de mi madre,
tú eres mi Dios (Sal. 22:9-10). a. ¡Dios! en tus manos está mi hijo

¡Papá, Papá! -insistía la niña-, ven a ver un niño. Era la hija del Dr.

Díaz, amigo de mi madre. Él tenía una clínica en una ciudad

distante y pasaba por nuestro pueblo por motivos de negocio.

Ante la insistencia de la niña, el Doctor decidió ver al niño del que

le hablaba su hija.

La niña había entrado al cuarto, sin avisar, y encontró al niño

en su cama. Quizá había escuchado su llanto, que había sido muy

continuo en los últimos meses o fue su curiosidad infantil. Lo

cierto es que Dios estaba en medio de aquella casualidad.

La noche anterior, mi madre le había pedido a Dios (a su

manera, pues ella era religiosa), diciéndole que ya no sabía qué

14
hacer con su hijo, porque estaba muy enfermo. Esto se había

extendido luego de su nacimiento, hasta muchos meses después.

Desesperada, mi madre le dijo a Dios que hiciera su voluntad, si

lo dejaba vivo, que lo sanara; si no, que se lo llevara al cielo.

Cuando el médico le preguntó a mi madre acerca del niño, ella le

explicó su condición. Él supo de inmediato lo que sucedía y le

prometió que el siguiente día traería una leche especial, que con

eso mejoraría. El médico llegó a nuestra casa con lo prometido y

el niño se recuperó.

Dios utilizó la curiosidad de la niña para darle salud al bebé,

para que pudiera cumplir el destino que Dios le había trazado. Ese

niño, me narró mi madre, que durante muchos meses se debatió

entre la vida y la muerte a causa de una infección. Ese niño es su

servidor, Joel Perdomo.

Satanás puede tratar de estorbar los planes de Dios, pero no

puede interrumpirlos, porque Dios es soberano y lo que

determina se cumple. Él le dijo al profeta Jeremías:

5
Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que
nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones (Jr. 1:5).

15
Después de escuchar de labios de mi madre esta crisis que

experimenté de niño, mi fe ha sido fortalecida y he tenido la plena

convicción que, desde mi nacimiento, Dios tenía un propósito con

mi vida a fin de que le sirviera en su reino.

Después de conocer a Jesús como mi salvador (en mi

juventud) mi único anhelo y propósito en la vida ha sido obedecer

y cumplir cabalmente con ese plan divino para mi vida. La meta

ha sido sacarle el mejor provecho a los dones y talentos que Dios

me ha confiado para realizar mi misión en esta tierra, con el fin

de no presentarme ante su presencia con las manos vacías.

b. La vida en los campos


Eran tiempos difíciles para mi familia, mi papá, Conrado

Perdomo, servía en el ejército de Honduras. Los medios de

comunicación en esos días eran lentos, y a veces, él no tenía n de

primera mano acerca de su familia.

Nací en los campos de Honduras, en los años donde la vida

era sencilla y práctica. Donde no había mucha tecnología, pero la

vida era más sana.

16
Frente a mi casa vivían mis abuelos y aledaño a sus terrenos

vivían sus familiares. Toda aquella extensión de tierra me servía

de parque. Disfrutaba de la naturaleza, los árboles frutales, podía

apreciar las aves y los animales del campo. Mi niñez fue

esplendida.

Mi padre le enfatizó a mí mamá, que él quería que sus hijos

estudiaran; por tanto, nos inculcó el deseo por el estudio, aunque

no logramos todas las metas profesionales por diferentes

circunstancias, que luego Dios tornó todas para bien de nuestra

alma, como muestra la

Biblia:
21
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les
ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son
29
llamados. Porque a los que antes conoció, también los
predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de
su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos
hermanos. 30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a
los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a

1
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni
vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9 Como son más
altos los cielos que la tierra, así
17
éstos también glorificó. 31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios
es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Ro. 8:28-31).
c. Los misteriosos caminos de Dios
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son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis


pensamientos más que vuestros pensamientos (Is. 55:8-9).
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___________
Como a la edad de seis años, sentado en una piedra a orillas del

río donde estábamos bañando, le dije a mi mamá: Cuando sea

grande tendré mucho dinero. ¿Cómo? -respondió sorprendida-.

Moviendo mis pequeños pies -le dije- con esto. El anhelo de mi

vida era ser un jugador profesional de fútbol, pero a mi mamá no

le agradó la idea.

Amaba el fútbol y de adolescente tuve la oportunidad de

lograr esa meta, pues mi Padre, Conrado Perdomo, tenía

amistades en el fútbol. Así surgió la oportunidad de practicar en

un club de segunda división de mi país.

El entrenador estaba contento con mi práctica; pero

precisamente, en esa fecha me enfermé y perdí la oportunidad.

18
Después, siendo cristiano, entendí que Dios se había opuesto en

el camino, porque tenía otros planes más lindos para mi vida.

En relación a la infinita sabiduría de Dios Pablo dice:


33
!Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia
de Dios! !Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus
caminos! (Ro. 11:33).

Capítulo – 2 –

BREVE HISTORIA FAMILIAR

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___________

a. Señor: ¿Cuál es la verdadera religión?

Nací en Honduras, en un hogar católico, religión tradicional de las

familias latinoamericanas del siglo pasado. Mi madre fue muy

devota de una“virgen”, imagen a la que mi abuela también

veneraba.

Mi madre tenía real necesidad de Dios, pero lo buscaba a su

manera, en la religión que había heredado de sus padres, pues

era todo lo que conocía de Dios, ya que no había tenido la

experiencia de conocer a Jesús como su salvador personal.

19
¿Cuál es la diferencia entre tener una religión y una relación

con Dios? En Latinoamérica se ha usado la religión como una

excusa para vivir la vida a su manera, pues un ídolo no habla y no

puede exhortar el pecado.

La idolatría es uno de los graves pecados

mencionados en la Biblia y fue la razón por la que los pueblos

cananeos e Israel recibieron grandes castigos de parte de Dios.

La prohibición de la idolatría es el primer mandamiento que


Dios le dio a Moisés: 3 No tendrás dioses ajenos delante de mí. 4
No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba
en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la
tierra. 5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy
Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres
sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que
me aborrecen (Éx. 20: 3 -5).

Algunos religiosos caen en el engaño satánico del pecado de la

idolatría. El pecado es que la gente deja de pedirle a Dios y le pide

a la imagen. Este pecado ha tratado de ser matizado por la iglesia

católica señalando que las imágenes, solo representan una figura

mediática, como una foto o un recuerdo familiar; pero el

mandamiento divino es categórico al señalar celosamente que no


20
se debe hacer ninguna imagen o semejanza de lo creado a fin de

ser venerada:

4
No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté
arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo
de la tierra (Éx. 20: 4).

Mi mamá tenía un negocio y era común que le visitaran

diferentes personas predicándole distintas religiones. Ante esa

disyuntiva, ella oró a Dios preguntándole: Señor, ¿Cuál es la

verdad entre tantas religiones que me predican? Jesús se le

apareció en una visión y le dijo: ¿Tú preguntaste cuál es la verdad

entre tantas religiones? Yo soy la verdad --le dijo Jesús- y le

mostró sus manos traspasadas por los clavos.

Finalmente, mi madre entregó su vida y la de sus cuatro hijos

al servicio de Jesús, a la edad de 29 años. Esa experiencia fue

diferente a la de ser una religiosa. El evangelio cambió

rotundamente su vida.

Algunos hermanos pentecostales que le habían predicado a mi

madre supieron la noticia de su conversión a Cristo y le

comenzaron a discipular en el conocimiento del Evangelio.

21
Mi madre abandonó el negocio de las bebidas alcohólicas,

siendo consciente que le quitaría mucha clientela a su negocio de

comidas. También dejó de participar en las fiestas de su pueblo y

comenzó a cambiar su forma de vestir, cambiando los pantalones

por vestidos de mujer y tirando toda prenda de vanidad. Desde

esa fecha hasta hoy día, mi madre no ha parado de servir a

Jesucristo.

En su búsqueda de Dios, tuvo otra visión en la que Dios le dijo;

que ella tenía planes de mudarse a Estados Unidos y que eso no

le convenía. Esto le sorprendió más, porque no le había

comentado a nadie acerca de su viaje, el cual había planificado

en secreto.

También, en esa visión vio un rio de agua cristalina en el cielo

y mi madre le preguntó a Dios, que significaba aquello, pues era

la segunda vez que veía esa visión. Dios le dijo que esperara tres

días para ver lo que sucedería.

Mi mamá no sabía a qué se referían los tres días. Ella pensaba

que quizá moriría o que ocurriría otro evento. A los tres días,

mientas se arrodillaba para hacer una oración junto a su cuñado,


22
Cristóbal Flores, quien fue el primero que le predicó el evangelio,

el Espíritu Santo la bautizó en otras lenguas y estuvo varias horas

bajo la unción del Espíritu, hecho del que fue testigo su familia.

Algunos entendieron la experiencia, otros decían que estaba

fuera de sí. Lo cierto es que todos fueron testigos del poder de

Dios.

b. Tiempo de prueba

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________________

12
Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque
cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que
Dios ha prometido a los que le aman (Stg. 1:12).
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________________

La típica alegría que acompaña la conversión a Cristo llegó a

nuestro hogar, no obstante, la prueba de la fe que debíamos

enfrentar apenas comenzaba.

En los campos de Honduras y en muchos países

latinoamericanos la llegada del evangelio genera mucha violencia


23
y un ambiente hostil contra los evangélicos. Eso se debe, en

parte, a los mitos que se crean alrededor de los evangélicos y que

fueron comunes desde la iglesia primitiva.

Cuando los primeros cristianos se reunían a comer la cena del

Señor, fueron acusados maliciosamente de comer carne humana,

es decir de niños. Esa clase de mitos, impulsados por el infierno,

ha creado gran aversión al cristianismo, cuyo fin es todo lo

contrario, hacer bien a la humanidad como nos enseñó nuestro

Señor Jesucristo.

Las primeras planas de los medios de comunicación están llenas

de escenas de violencia; pero nadie se da la tarea de visitar una

iglesia evangélica para atestiguar de los miles de personas que

han abandonado sus vicios para reinsertarse a sus comunidades

y ser útiles a la sociedad.

En la tierra no existe una comunidad que continuamente

haya sido tan perseguida y señalada injustamente (desde sus

inicios hasta hoy día) como el cristianismo. A pesar de su gran

labor social como agente de cambio.

24
En nuestros pueblos corrían los rumores de que los

evangélicos enterraban a sus muertos con una vela entre sus

glúteos y a causa del bautismo del Espíritu Santo eran acusados

de hablar lenguas diabólicas.

Adicionalmente, la persecución contra los cristianos en

muchos países de Latinoamérica está relacionada directamente

con el adiestramiento que hacen los líderes de la iglesia católica

en contra de los evangélicos, aprovechándose de la ingenuidad

de los que desconocen el verdadero evangelio.

Después de la persecución de la iglesia primitiva, la masacre

más grande contra los cristianos se dio en el pasado milenio,

durante la mal llamada santa inquisición, orden que la iglesia

católica aprovechó para desatar la cacería más atroz de cristianos

evangélicos quienes murieron por millones, siendo perseguidos y

torturados con instrumentos creados para el sufrimiento. El único

delito de estos santos, fue ser cristianos.

En muchos pueblos de mi país no existía presencia policial e

imperaba la ley del más fuerte. Ese fue el caso nuestro. Mi padre

-por razones involuntarias- no vivía con nosotros y mi madre sola,


25
había comenzado una iglesia en su casa, pues para ese tiempo

era de los primeros cristianos de esa comunidad.

Luego que la iglesia comenzó a crecer se desató la violencia.

Comenzamos a recibir amenazas constantes por causa del

Evangelio. Llegó un momento en que asistir a las reuniones se

convirtió en un verdadero reto de fe para los convertidos.

Todo desembocó en una ráfaga de disparos durante una

vigilia en la que el evangelista de la noche se apartó de los

caminos de Dios, pues estuvo al borde de la muerte.

Un disparo de escopeta a los congregados se estrelló en la

pared, a escasa distancia sobre la cabeza de mi hermano menor,

Nelson. El niño quedó con su cabeza cubierta de polvo, mientras

dormía en un banco de la iglesia.

Después de este evento la iglesia comenzó a decaer y mi

madre quedo prácticamente sola, congregándose en una reunión

familiar con sus cuatro hijos, durante muchos años.

Cerca de veinte años después de este evento, el evangelista

de aquella noche (ya reconciliado con Dios) al oír que la persona

26
que le había disparado años atrás estaba enfermo y al borde de

la muerte, fue a su casa y le predicó el mensaje del amor divino

junto con mi madre.

En otro incidente relacionado mi madre tuvo que perdonar a

un hombre que llegó armado a nuestro hogar, el cual le disparó a

una empleada causándole la muerte, pero mi madre oró por ella

y volvió a la vida.

Los disparos también dieron en el brazo de mi hermano quien

casualmente cruzaba detrás de la agredida. Mi madre decidió

perdonar al agresor y esto evitó rencillas que posteriormente

hubiesen afectado a toda la familia.

Por causa del ejército, mi padre había partido del hogar. No

obstante, fue un hombre responsable que había dejado una casa

y ciertos ahorros a mi madre. Con ese dinero, mi madre logró

establecer un restaurante, negocio de ropa y abarrotería.

También compró ganado.

En aquella humilde comunidad parecía no faltar nada en

nuestro hogar; pero, a partir de la conversión de mi madre al

27
evangelio comenzaron una serie de pruebas de nuestra fe, que

debíamos afrontar.

Los clientes del restaurante se movieron a otro lugar. Y así

como le sucedió a Job, el negocio comenzó a decaer y aun los

animales comenzaron a morir de una rara enfermedad. Mi madre

perdió todo el dinero y las posesiones que tenía.

Aquella prueba era incomprensible en aquel momento. Con

el paso del tiempo, mi madre se vio obligada por las

circunstancias a mudarse a la capital, con sus manos vacías. Mi

madre después comprendería que el propósito de Dios era

sacarla de aquel lugar, para que ella y sus hijos sirvieran mejor a

la causa del Evangelio.

c. Poder de resurrección manifestado

_______________________________________________

________________
8
Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad
fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia (Mt. 10:8).

28
_______________________________________________

________________

Me dirigía a la tienda del pueblo cuando me encontré con el

hermano de Purita, nombre cariñoso con el que llamaban a su

hermana. ¿Hacia dónde se dirige tu mamá? -Me preguntó el

joven-, pues él se había encontrado con mi madre en el camino.

Va rumbo a tu casa a orar por tu hermana enferma -le contesté-.

Es demasiado tarde -me contestó el joven- voy a comprar las

velas, porque mi hermana ha muerto.

Me quedé sin palabras. Pero mi madre había estado en ayuno

y oración cerca de una semana pidiéndole a Dios que manifestara

su poder de resurrección para que la gente creyera en Él. Cuando

mi madre llegó a la casa, toda la familia hacia lamentación por

Purita.

Mi madre, al ver a la mamá de la joven desconsolada le

preguntó: ¿Doña Mencha, usted cree que Dios puede resucitar a

su hija? Ella respondió, ¡Sí creo! Mi mamá extendió sus manos en

oración hacia el cuerpo inerte y la joven dio un suspiro, se levantó

29
y dijo: ¡Tengo hambre! Ese fue el primer milagro de resurrección

que experimentamos en mi familia.

d. El éxodo

Poco a poco, mi madre fue perdiendo todo lo que tenía, al final,

su condición económica era tan precaria que ella solo quería huir

de aquel lugar. La gente la acusaban de que los evangélicos la

habían dejado sin nada. Finalmente, mi madre se mudó de aquel

pueblo a la capital, sin nada más en la mano, que su fe.

En aquellos años era muy típico que la gente del campo se

mudara a la capital en busca de mejores condiciones de vida;

pero, generalmente se movían sin ninguna posesión material.

Este grupo constante de nuevas personas emigrando a la

capital, usualmente se ubicaban en terrenos baldíos y fabricaban

casas de cartón o desperdicios de madera para habitar. Con el

tiempo, si no los desalojaban y se lograba un acuerdo con los

dueños, les vendían los terrenos a los invasores a precios bajos.

30
Justamente, cuando mi mamá llegó a la capital por medio de

una hermana en Cristo, dos hermanos en Cristo habían separado

dos pequeños terrenos en una ladera de los cerros de

Tegucigalpa. Los hermanos le cedieron los terrenos

gratuitamente a mi mamá y le ayudaron a construir una casita.

En esas condiciones mi madre nos mandó a buscar y llegamos

a nuestro nuevo hogar. En esa humilde casa el piso era de tierra,

el agua había que buscarla en cubetas que cargábamos al hombro

con mi hermano menor. Mientras que, mis dos hermanos

mayores ingresaron al ejército para prestar su servicio militar.

Este fue un largo período de vivir en una condición económica

muy difícil.

Desde la conversión de mi madre a Cristo, durante nuestra

niñez, nos inculcó el evangelio y el amor a Dios. No obstante,

cuando llegamos a la capital nos apartamos de Dios y nos

involucramos más en las cosas del mundo.

Como muchos adolescentes de la época, me enredé en las

fiestas y el futbol. La música del mundo y las fiestas se

convirtieron en una atadura que no podía dejar por mí mismo. En


31
ese tiempo estudiaba español en la Universidad, mi meta era

escribir libros. Ese anhelo me lo concedió Dios después, en sus

caminos.

Milagrosamente, como tres meses antes de mi conversión, me

desapareció el deseo por las fiestas. Dios estaba preparando el

terreno para mi conversión.

Mi madre perseveró fervientemente en los caminos de Dios

e hizo un pacto de servirle y que Él, se encargara de salvar a sus

hijos. Dios se lo concedió y sus cuatro hijos nos convertimos al

evangelio en nuestra juventud. A partir de nuestra conversión al

evangelio las cosas fueron mejorando y Dios no nos faltó.

e. Ejemplo de amor

Alguien dijo que: “Nadie es producto de la nada”. En ese sentido,

quiero resaltar las cosas lindas que mi madre me enseñó. Desde

niño era prohibido usar palabras ofensivas en mi casa y mi madre

nos decía que todos sus hijos eran inteligentes, a fin de crear una

buena autoestima.

32
En mi hogar no se estaba pendiente de la vida del vecino.

Cuando alguna persona le decía a mi madre que habían hablado

mal de ella, les contestaba en tono jocoso que ella era bien

famosa, pues todos hablaban de ella.

Mi madre me enseñó el poder de la oración. Ella ha sido una

intercesora. Yo la veía quedarse orando toda una noche, hasta el

amanecer. Eso le permitió tener grandes experiencias de

manifestaciones del poder de Jesucristo. Cuando mi madre

llegaba de cualquier asunto de la calle, lo primero que hacía al

entrar a su casa, era postrarse de rodillas y dar gracias a Dios. Eso

se constituyó en una práctica en mi hogar.

Dentro de ese legado que mi madre nos dejó, hay que resaltar

el amor. La Biblia señala que el amor es el mayor de todos los

dones (1 Co. 13).

Recuerdo que en una ocasión mi mamá fue acusada

falsamente por unas compañeras de trabajo.

Posteriormente, a esas dos jóvenes las despidieron de su trabajo.

Ellas no tenían donde ir y mi mamá les ofreció alojarlas en su casa.

33
Una de ellas vino con su hijo y mi mamá le dio posada en su casa.

Después fueron buenas amigas.

La Biblia señala que el amor cubre multitud de pecados y es

el arma más poderosa que poseemos los cristianos contra

nuestros enemigos.

Capítulo – 3 –

BAJO EL PODER DE DIOS

____________________________________________________
___________

a. Mi experiencia con Dios

Mi mamá se convirtió en la década de los 70’s, y nos enseñó de

Dios desde niños, pero en la adolescencia nos apartamos de Dios.

Mi madre oraba incesantemente por mi salvación, ya que me

había involucrado mucho en las fiestas. Pero, días antes de mi

conversión, ya no sentía el deseo de ir a las fiestas. En esos días,

Dios le habló en una visión a mi madre y le dijo: Ya no me ores

por él, está en mi mano.

34
Fue en una campaña evangelística del hno. Estanislao

Marino, en la plaza los dolores de Tegucigalpa, Honduras, el 9 de

agosto de 1986, donde hice confesión pública de Jesús como mi

salvador.

Realmente, yo repetí la oración de arrepentimiento porque

me sentí aludido por el mensaje. No obstante, puse mi mano en

mi boca para que la gente no lo notara, pues tenía temor de

volver atrás y cierta inseguridad de que yo podría cumplirle a

Dios. Para mi sorpresa, sentí el deseo de congregarme en la

iglesia y perseverar en el evangelio.

b. El bautismo de fuego del Espíritu Santo

En la primera semana de mi conversión a Cristo, un hermano en

la fe, León Fernández, que había estado recluido en hospitales

psiquiátricos y a quien Dios le había sanado milagrosamente, me

dijo: Quiero que mañana por la noche vengas a la iglesia para orar

por ti a fin de que recibas el bautismo del Espíritu Santo. Yo

35
estaba dispuesto a recibir todo lo que el Señor tuviera para mí;

pero quizá sin entender en su totalidad lo que aquello implicaba

-le respondí que el siguiente día estaría allí-.

Llegué a la cita, en el templo no había reunión ese día, pero

estaba abierto para otras actividades. El hermano León

Fernández me llevó a la parte baja de la iglesia, solo recuerdo que

puso sus manos sobre mí y comencé a sentir el poder de Dios. De

repente comencé a hablar en lenguas extrañas que yo no

entendía, comenzó a fluir un gozo enorme en mi corazón que

jamás había experimentado y una danza que se extendió por todo

el amplio salón donde estábamos. El gozo era tan impresionante

que llamó la atención de algunos hermanos que entraban a aquel

lugar y sin reparos yo les abrazaba con lágrimas en mis ojos, lleno

de gozo. Tiempo después, el Señor me hizo entender que aquella

manifestación del poder del Espíritu Santo, fue necesaria para

fortalecerme en sus caminos.

Aquella temprana experiencia con el poder de Dios, cambió

totalmente mi vida y mi visión acerca de Dios, pues era una

confirmación de la presencia de Dios en mi vida.

36
La Biblia señala que la promesa del bautismo del Espíritu Santo,

tal como Cristo les dijo a sus discípulos que la

esperaran: 4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de


Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les
dijo, oísteis de mí. 5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua,
mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de
no muchos días (Hch. 1:4-5), es una confirmación (no la única) de
13
la presencia de Cristo en la vida del cristiano: En él también
vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de
vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con
14
el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra
herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para
alabanza de su gloria (Ef. 1: 13-14).

Las arras, se refiere a un sello que antiguamente se colocaba

para certificar un documento o como una señal de garantía,

durante una compra. Eso implica que el bautismo del Espíritu

Santo es un sello que nos confirma y anticipa que somos del

Señor. A la vez, reviste de poder al cristiano para cumplir su

misión evangelizadora en la

37
8
tierra: Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre

vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en

toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra (Hch. 1: 8).

La Biblia señala que esta manifestación del poder de Dios es

para todos los cristianos, no solo para la iglesia primitiva. Eso fue

lo que Pedro les respondió a los que cuestionaron el

derramamiento del Espíritu Santo, el día de

Pentecostés: 38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno


de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los
39
pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para
vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los
que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare
(Hch. 2:38-39).

El bautismo de fuego del Espíritu Santo, con su manifestación

de hablar en otras lenguas, está vigente para los cristianos de

todas las épocas, según explicó el apóstol Pedro el día de

Pentecostés: “Porque para vosotros es la promesa, y para

vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el

Señor nuestro Dios llamare”. La evidencia histórica muestra que,

aunque el diablo ha tratado de frenar el poder de Dios de la

38
Iglesia; no ha podido. La historia cristiana evidencia que los

cristianos han sido bautizados con el fuego del poder del Espíritu

Santo alrededor del mundo durante dos siglos continuos, desde

el día de Pentecostés, hasta nuestros días. Y lo sigue haciendo,

aunque haya aun cristianos que traten de detenerlo, por no

entenderlo.

Hay que advertir que existe el peligro de blasfemar contra el

Espíritu Santo, que es el único pecado que no les será perdonado,

a quienes se mofan de las manifestaciones del Espíritu Santo y se

burlan de las lenguas divinas que Dios imparte a los que creen

(Mt. 12:31). Ante esa advertencia divina de un juicio

imperdonable a los blasfemos y burladores del Espíritu Santo,

sería mejor no juzgar, lo que se desconoce.

Para los que hemos experimentado el poder de Dios en

nuestras vidas, estas manifestaciones son incuestionables, pues

no las buscamos. Dios se manifestó sin nosotros haberlo pensado

o planificado, ese fue mi caso.

Lo único que puedo decir es que recién convertido a Cristo, el

Espíritu Santo me bautizó con lenguas de fuego y a partir de allí


39
comencé a experimentar milagros, sanidades, liberaciones,

dones espirituales, visiones y el poder de Dios manifestado en mi

vida.

Quizá millones de hermanos pentecostales alrededor del

mundo, que no tienen culpa de haber experimentado el poder de

Dios, solo puedan decir como el apóstol Pedro, cuando los

fariseos cuestionaban el poder de Dios:

20
Porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído
(Hch. 4:20).

c. Conociendo la voz del Espíritu Santo

Si Dios es real y creó la voz, es de suponer que Él habla por medio

de su Espíritu Santo (Sal. 94:9). La primera vez que escuché esa

voz del Espíritu Santo, yo tendría solo semanas de convertido.

Durante un servicio de la iglesia, antes que hicieran el llamado

para aceptar a Cristo, escuché aquella voz que me dijo: Hoy se

convertirán ocho personas. Sin dudar, comencé a dar gracias a

Dios en fe por aquellos ocho convertidos, creyendo que así sería.

40
Cuando comenzó el llamado para aceptar a Cristo cerré mis ojos

y al final los abrí, conté los convertidos, pero solo había siete.

Muy triste, cerré mis ojos y pensé que aquella voz no era la de

Dios. Pero, cuando abrí los ojos nuevamente conté de nuevo y

había ocho convertidos. Una persona más había pasado después

al final del llamado. Ahora estaba triste por haber dudado de

Dios, y con lágrimas en los ojos, le confesé a un hermano mi duda.

Aunque esta experiencia pudiera parecer insignificante era el

comienzo de una vida de fe que desataría grandes prodigios de

parte de Dios para mi vida.

El Espíritu Santo y la Biblia siempre van juntos, son como las

dos alas de un ave que, sin una de ellas, el ave no puede conseguir

el vuelo perfecto. El Espíritu Santo inspiró la Biblia, por tanto, no

la puede negar o contradecir; solo puede confirmarla. Eso

significa que nadie que hable por el Espíritu Santo contradice la

Biblia.

Aprender a escuchar la voz del Espíritu Santo es una

bendición en la vida del cristiano y solo se consigue a través de la

búsqueda de Dios y la consagración.


41
Si alguien pregunta, cómo es la voz de Dios o no cree, solo

demuestra que le falta buscar más de Dios. No se trata solo de

buscarlo en ayuno y oración, eso es indispensable, es necesario

conocer el carácter de Dios (revelado en la Biblia) para aprender

a relacionarse bien con Él. Eso deriva, en gran medida, de nuestra

obediencia a la Biblia y luego a la voz del Espíritu Santo, quien

guía al cristiano:

13
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda
la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que
hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán
de venir (Jn. 16:13).

Es de advertir que no hay otra verdad; si no la que está revelada

en la Biblia. Por medio de la Biblia Dios habla a la humanidad

acerca de su plan salvífico. El Espíritu Santo solo le confirma al

cristiano lo que ya Cristo ha enseñado en la Biblia; sin agregarle,

ni quitarle. No obstante, el cristiano necesita dirección de Dios

para su vida personal, ministerial, etc., y es allí donde el Espíritu

Santo nos dirige. Siempre en obediencia a la Biblia y nunca fuera

de ella.

42
d. El ayuno y la oración

Nuestra generación fue marcada por gente de ayuno y oración,

uno de esos ejemplos fue el evangelista Yiye Ávila, quien ayunó

durante cuarenta días.

La Biblia señala que Moisés ayunó durante cuarenta días (Éx.

34:28); Elías también ayunó cuarenta días (1 R. 19: 7-8); Jesús

ayunó cuarenta días (Mt. 4:2). El ayuno es necesario para

intensificar la oración a fin de desatar el poder de Dios. Jesús dijo

que hay espíritus inmundos que no salen fuera de las personas

poseídas, salvo por medio de ayuno y oración:

20
Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo,
que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este
monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será
imposible. 21 Pero este género no sale sino con oración y ayuno
(Mt. 17: 20-21).

La fe es lo primero que se necesita para desatar el poder de Dios;

pero la fe requiere acción. Si alguien cree que Dios tiene poder

para sanar y liberar, entonces debe clamar para que le conceda

esos milagros. El ayuno y la oración es la manera de intensificar

43
nuestra comunión con Dios a fin de recibir mayor unción para

orar por milagros.

El valor del ayuno consiste en que nos negamos a lo que más

nos gusta y necesitamos, nuestros alimentos. De esa manera le

mostramos a Dios que él tiene el primer lugar en nuestra vida.

Jesús dijo que cuando él no estuviera en la tierra sus discípulos

debían ayunar:

18
Y los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunaban; y
vinieron, y le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan y los de
19
los fariseos ayunan, y tus discípulos no ayunan? Jesús les
dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas ayunar mientras
está con ellos el esposo? Entre tanto que tienen consigo al
20
esposo, no pueden ayunar. Pero vendrán días cuando el
esposo les será quitado, y entonces en aquellos días ayunarán
(Mr. 2:18-20).
Cuando Jesús estuvo en la tierra guio a sus discípulos durante su

ministerio, pero después de su partida los discípulos bajo el poder

y la guía del Espíritu Santo, debían continuar predicando el

evangelio en la tierra, y para eso necesitaban ayunar y orar.

44
El ayuno y la oración fue una práctica de la iglesia primitiva (Hch.

13: 2, 14: 23) y lo sigue siendo para toda la iglesia del Señor en la

actualidad.

Las grandes victorias que Dios ha dado a mi vida han estado

acompañadas de esos imprescindibles períodos de ayuno y

oración. A medida que vamos profundizando en la práctica del

ayuno y la oración, el Espíritu Santo nos guía cuando debemos

ayunar. El ayuno debe tener un propósito específico, pero a veces

lo hacemos solo en obediencia, sin saber porque, hasta que Dios

nos muestra su propósito.

Al comienzo de mi vida cristiana, cuando ya había aprendido

a ayunar por muchos días, Dios me llamó a ayunar cuarenta días,

entregando el ayuno diariamente.

Estos ayunos eran completos, entregados al caer la noche.

Posteriormente, Dios me habló que los ayunos no deben ser

entregados, sino hasta después de las tres de la tarde, para que

fuesen agradables ante él.

45
Dios me dio una promesa de salir de mi país y después de

muchos años de espera, al acercarse la fecha del cumplimiento,

Dios puso en mi corazón hacer otra vez el ayuno de cuarenta días

y la respuesta llegó. A mi hermano Nelson, Dios también le dio la

misma promesa, y para ese tiempo ya se había cumplido, él vivía

en Puerto Rico.

En ese período de ayuno y oración dice mi hermano que

comenzó a escuchar la voz de Dios que le decía constantemente,

ayuda a tu hermano; pero él se preguntaba cómo me podía

ayudar, pues no tenía la forma de hacerlo.

Un día, mientras pasaba frente a una universidad cristiana y

para deshacerse de aquella voz, llegó para ver la posibilidad de

que yo estudiara allí. Habló con el presidente de la universidad y

le dijo que durante muchos años habían quitado el programa de

estudio para extranjeros, pero que hacia una semana lo habían

reactivado y que yo sería el primer estudiante extranjero del

programa.

En el año 2000, Dios abrió la puerta para salir de

46
Honduras, hacia Puerto Rico. Estando en Puerto Rico, Dios me

había hablado personalmente y lo había confirmado por medio

de profetas que saldría hacia Estados Unidos.

Cuando se acercaba la fecha del cumplimiento de la promesa,

se dio en medio de circunstancias difíciles, pues cuando más

confiamos en Dios, prueba nuestra fe y a veces todo parece

contrario a los que esperamos. Pero, comencé nuevamente un

período de ayuno y oración el cual desató la bendición y la puerta

se abrió de manera milagrosa para viajar de Puerto Rico hacia

Estados Unidos.

El hermano y amigo José Perdomo, quien vivía en Charleston S.

C., dice que comenzó a sentir el deseo de llamarme para

apoyarme a fin de levantar una obra en Charleston. Yo había

estado orando y esperando durante dos años, pero en esos días,

estaba en un período aún más intenso de ayuno y oración para

que Dios me dirigiera al lugar correcto, pues sentía que el tiempo

de Dios había llegado. Pero no tenía idea a qué lugar de Estados

Unidos el Señor me guiaría. El plan de salir a servir al Señor era

47
solo por medio de la fe. Sé que Dios desesperó al hermano José

para que me llamara.

Antes de esta oportunidad, ya me habían hecho una oferta

de pastorear en Texas, la cual rechacé porque todo se trataba de

dinero y no de salvar almas. Es posible que durante el tiempo que

se espera el cumplimiento de las promesas de Dios, aparezcan

ofertas falsas.

Hay que enfatizar, que para ver las promesas de Dios

cumplidas, se debe mantener la fe durante el período de espera.

Es indispensable para ver resultados.

La fe puede menguar, pero no hay que perderla por

completo. Dios cumple sus promesas a su tiempo y honra a los

que le creen hasta el final, aunque las circunstancias no sean las

mejores y las condiciones sean contrarias. Solamente hay que

asegurarse que sea Dios quien nos guíe y no nuestras propias

emociones.

Dios me había hablado que dentro de las facetas

ministeriales, yo sería pastor. Cuando el hermano Ricardo Castillo

48
me dio esa palabra, pensé que estaba hablando por emoción,

porque a mí me llamaba más la atención el ministerio

evangelístico.

Después de muchos años de espera, Dios cumplió su promesa

y en el año 2008, salí al ministerio pastoral a Estados Unidos, solo

guiado por el Espíritu Santo, sin el respaldo económico de

ninguna misión cristiana. Dios también me había hablado que el

ministerio sería independiente, así como comenzaron todos los

concilios.

Todas las personas que comenzaron un concilio, lo hicieron de

forma independiente. Así nacieron los concilios.

Este llamado se lo comuniqué a mi pastor. Vale la pena aclarar

que eso lo hice guiado por el Espíritu Santo, no por falta de

sometimiento, pues fui obediente con mi pastor.

A veces se critica a los ministros independientes, que

comienzan un nuevo concilio. Si se hace sin la dirección de Dios

puede terminar en fracaso. Hay muchos que lo hacen porque son

49
rebeldes y no quieren someterse a nadie. Otros lo hacen dirigidos

por el Espíritu Santo.

En nuestro caso, Dios nos dio el reglamento de la misión,

antes de comenzar el ministerio. Uno de los grandes fracasos de

algunos ministerios independientes es que no saben en lo que

creen y tampoco tienen un reglamento escrito. Esa es la base de

un ministerio sólido con fundamento en la Biblia, pues evitará las

herejías en que incurren algunos ministerios incipientes.

Comenzar un ministerio independiente, debe ser bajo un llamado

divino. Nadie debiera hacerlo, salvo que esté seguro de haber

sido llamado por Dios. De lo contrario, corren el riesgo de

fracasar. Hay quienes trabajan de forma independiente, bajo la

cobertura de otro ministerio. Si eso se refiere a que un concilio

de doctrina sana respalda ese ministerio, no hay nada malo. Pero,

si esa cobertura se refiere a que tienen la necesidad de un padre

espiritual (apóstol) para poder realizar su ministerio, es herejía.

50
II. LA OBEDIENCIA A LA VOLUNTAD DIVINA

a. La formación del carácter cristiano

Una de las tareas más grandes que Dios tiene que realizar en la

vida del recién convertido a Cristo, es la formación del carácter.

El Espíritu Santo ayuda en esta labor al cristiano, ya que, de otra

manera, Dios no le podría utilizar en su reino para realizar sus

planes. Jesús dijo:

24
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en
pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame (Mt.
16:24).

Es un requisito doblegar nuestra voluntad para aceptar la de Dios.

Jesús dijo que, si alguien le quiere seguir, debe negarse a sí

mismo. Eso implica negarse a hacer su propia voluntad. Luego

debe tomar su cruz o aceptar la voluntad de Dios. Primero la que

está escrita en la Biblia y luego el plan específico de Dios para su

vida en la tierra.

El crecimiento en el proceso de entregar la voluntad a Dios y

dejar que Él forme el carácter, dependerá de cada cristiano. Pero

es determinante para el crecimiento espiritual. El cristiano


51
comúnmente, viene de un mundo donde está acostumbrado a

hacer su propia voluntad. Pablo dice:

22
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo
hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23
24
y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del
nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de
la verdad (Ef. 4:22).

En esta formación del carácter, Dios fue tratando conmigo desde

los inicios de mi vida cristiana. Recuerdo que, a solo días de

convertido, llegué al templo y estaban allí dos jóvenes. Uno de

ellos, que tenía algún tiempo de convertido, me dijo que el pastor

había dado orden que yo cargara una enorme banca hasta la casa

del carpintero, para repararla. El lugar estaba algo distante del

templo.

Le pregunté que si estaba seguro que el pastor había dado tal

orden, pues me pareció extraño. Pero él dijo que sí y sin intención

de ayudarme a cargarla. Sin reparos, cargué la banca hasta el

lugar indicado, pues entendía que debía obedecer a mi pastor,

con un poco de vergüenza pues estaba en mi juventud y por esa

calle transitaban todas mis amistades.

52
Al regresar al templo el joven me dijo que no era cierto, que

la orden se la habían dado a él. Me quedé tranquilo, pues yo

deseaba actuar como un cristiano, a pesar de que ellos eran

jóvenes con más tiempo en el evangelio. Desde allí fui

aprendiendo lo que es la humillación, pues Dios estaba formando

mi carácter.

En la vida cristiana hay que enfocarse más en lo que Dios

tiene que enseñarnos a nosotros y no en la condición de los

demás. Hubiese sido fácil para mí ese día reclamarle al hermano,

pero sabía que Dios me estaba formando y era más importante

superar mi propio orgullo que pelear con mi hermano, quien

debía servirme de ejemplo.

Cuando me convertí al evangelio fui bautizado con el Espíritu

Santo y Dios utilizó un hermano en Cristo, pero no sabía que el

hermano tenía problemas precisamente de carácter y eso había

creado una situación con el pastor. Le guardaba cariño al

hermano, al igual que amaba y respetaba a mi pastor. Pero quedé

en medio de la situación.

53
Debido a esa situación el pastor se distanció de mí y yo no

entendía, porque era nuevo en la fe. La situación se extendió por

muchos meses, hasta que sentí el deseo de ir a casa del pastor y

pedirle perdón por si lo había ofendido. El amablemente se

excusó y acepté las disculpas.

No fue fácil para mi entender la situación porque en los

primeros siete meses de convertido no hubo buena

comunicación con él. Pero, Dios me enseñó que todas las cosas

me ayudarían a bien; si las tomaba con humildad y

mansedumbre.

Otra prueba de mi carácter se dio cuando un hermano en

Cristo que dirigía una empresa de seguridad me ofreció empleo.

Me dijo que trabajaría en el departamento de ventas. Cuando me

presenté a la cita me explicó que no tenía trabajo en ese cargo,

que si quería trabajar en seguridad. Me sorprendí, porque el

trabajo de seguridad en aquel tiempo, lo tomaba la persona que

no tenía ningún estudio, yo había estudiado en la universidad y

aunque no estaba graduado, no esperaba esa posición.

54
Pero Dios me había puesto en medio de esa encrucijada y me dijo

que tomara el empleo. En cuestión de horas estaba con un arma

de seguridad en mi cintura, cuidando una empresa. Fueron siete

meses de sometimiento a la voluntad divina. A veces sentía el

deseo de abandonar todo, pero escuchaba la sutil voz de Dios,

que era necesario que me quedara allí, hasta que Él dijera.

Gracias al Señor superé la prueba hasta el fin con la promesa

de que allí no pasaría nada y se cumplió.

Durante ese tiempo me enviaban a diferentes lugares a

trabajar y en ocasiones le abría la puerta a mis excompañeros de

estudio, los cuales se quedaban asombrados al verme allí.

Algunos habían sido compañeros en un colegio privado en el que

había estudiado por algún tiempo y simplemente cambiaban su

cara para otro lado y me ignoraban.

El proceso de formación durante este tiempo fue de los más

fuertes que experimenté como cristiano, pero se debe acentuar

que, sin la formación del carácter, Dios no puede depositar

dones y ministerios en sus hijos.

55
Esa formación temprana en mi carácter me ayudó a ser un

depósito del poder y la gloria de Dios. Dios no puede usar

personas que no someten a Él su voluntad, a fin de perfeccionar

sus caracteres.

b. La obediencia a la voluntad de Dios

El reto más grande que tiene un cristiano es alinear su voluntad

con la de Dios. En la oración modelo Jesús enseñó que esta debe

10
ser uno de nuestros anhelos y oraciones: Venga tu reino.

Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra

(Mt. 6:10).

En el cielo se hace la voluntad perfecta de Dios. Así mismo,

debemos anhelar que se haga en la tierra. Esta obediencia que

demanda Dios de cada cristiano, se refiere primero a la

obediencia a la Biblia y después a la voz del Espíritu Santo. No

puede ser al revés.

Nadie que reclame obedecer a la voz del Espíritu Santo puede

contradecir las enseñanzas de la Biblia. Existe el peligro de creer

que los dones espirituales (por sí mismos) autorizan al cristiano a

56
actuar de manera absoluta. Sin reconocer la autoridad de la Biblia

y de las autoridades delegadas por Dios (pastores o líderes).

La Biblia señala que los cristianos deben respetar aún a las


13
autoridades seculares: Por causa del Señor someteos a toda
14
institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los
gobernadores, como por él enviados para castigo de los
malhechores y alabanza de los que hacen bien (1 P. 2:13-14).
La obediencia que le debemos a Dios como sus hijos amados, es

sin reservas. Dios nos conducirá por el camino correcto a sus

bendiciones, si somos obedientes a su voluntad. Una vez que el

cristiano conoce y practica la voluntad de Dios revelada en la

Biblia, puede aspirar a pedir dirección del Espíritu Santo en su

vida personal.

Recuerdo que en mis primeros años de convertido, anhelaba

continuar mis estudios universitarios, pero Dios tenía otros

planes para mi vida. El me llamó a servir de apoyo en el ministerio

pastoral de mi madre.

No fue fácil, pues era joven y sentía temor de ir a aquel lugar

que me alejaba de las luces de la ciudad y el contacto con las

57
comodidades del mundo moderno. Fue un sacrificio fuerte, pero

obedecí el llamado del Señor.

Al principio vivíamos en casas alquiladas con mi madre y no

teníamos muchos recursos para sostenernos; pero, con el

tiempo, nuestra condición fue mejorando.

Dios le permitió a mi mamá ser la pionera para levantar

muchas obras en ese lugar. Ella predicó la mayor parte del tiempo

a caballo y a pie en la zona de Lepaterique, F. M., y sus

alrededores. Esto fue en Honduras.

Recuerdo que en ese tiempo no había luz eléctrica en el

pueblo y yo acostumbraba dejar una pequeña linterna de

baterías debajo de mi almohada. Una noche, mientras dormía, el

ángel de Dios guio mi mano hacia la linterna, la tomé y la encendí.

Sin darme cuenta, pues estaba dormido. Apunté hacia un lugar

específico de la pared. En ese momento desperté, abrí los ojos y

me di cuenta que estaba alumbrando a un alacrán venenoso que

estaba en la pared y venía hacia mí. Fue un milagro porque todo

lo hice dormido. Obviamente, maté el alacrán. Dios me libró de

ser picado esa noche.


58
En otra ocasión había una fiesta cerca de donde vivía. La

música estaba alta y era tarde en la noche. No podía dormir a

causa del fuerte sonido. Recuerdo que apareció un ángel

mostrándome un álbum de fotografías familiares que solamente

está en el cielo, porque nunca vi esas fotos aquí en la tierra. El

milagro fue mayor, porque mientras veía las fotos, el ruido de la

música desapareció y me quedé dormido hasta el siguiente día.

c. La obediencia a la voz del Espíritu Santo

Jesús dijo que el Espíritu Santo guiaría al cristiano a toda justicia

y toda verdad:

13
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda
la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que
hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán
de venir (Jn. 16:13).

Se debe aclarar que esta guía del Espíritu Santo es para la vida

diaria del cristiano. En cuanto a la voluntad de Dios en su plan de

salvación para la humanidad, éste ha sido revelado en la Biblia.

La Biblia fue inspirada por el mismo Espíritu, así que, el Espíritu

Santo solo confirmará lo que la Biblia enseña. Valga la aclaración

59
porque muchos caen en el error de obviar las enseñanzas bíblicas,

con la excusa de que el Espíritu les dirá todo lo que deben hacer,

sin entender que el Espíritu Santo siempre dirá amén a la Biblia.

Estos se llenan de arrogancia y menosprecian a las autoridades

que Dios ha establecido en todo lugar.

Cuando Jesús estaba en la tierra, el guiaba a sus discípulos:

12
Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu
nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos
se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se
cumpliese (Jn. 16:12).

Pero, antes de partir al cielo, Jesús les dijo a sus discípulos que no

los dejaría solos; si no que enviaría al Espíritu Santo para que les

guiara en la tierra:

15 16
Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al
Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros
17
para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no
puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le
conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros (Jn.
14:15-17).

El Espíritu Santo habita en el cristiano desde el momento de su

conversión a Cristo, y si el cristiano permanece en obediencia, no

60
se apartará de Él. Jesús les dijo a sus discípulos que: Si guardaban

sus mandamientos, Él pediría al Padre para que enviaría su

Espíritu Santo sobre ellos.

El Espíritu Santo habitó en los apóstoles, antes que recibieran el

bautismo de fuego el día de Pentecostés. Jesús les dijo:

22
Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu
Santo (Jn. 20:22).

Eso implica que todo cristiano que vive en obediencia a la Biblia

y se guarda en santidad tiene el Espíritu Santo habitando en su

vida. No obstante, el bautismo de fuego, es una unción de poder

prometida a los cristianos de todas las épocas de la Iglesia (Hch.

2:38-39).

A partir del derramamiento del Espíritu Santo en el día de

Pentecostés, la iglesia primitiva comenzó a experimentar un

avivamiento, guiado por el Espíritu Santo. Ese mismo día, los

apóstoles fueron bautizados con lenguas de fuego y hablaron en

otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen (Hch. 2:4).

61
Lo interesante es que el derramamiento del Espíritu Santo

tenía el propósito de revestir de poder a la Iglesia para realizar su

misión evangelística en todo el mundo.

Ese día, Dios le habló en su propio idioma a los presentes de

todas las naciones que estaban reunidos en Jerusalén para

celebrar el día de Pentecostés. Los discípulos no conocían los

idiomas de los extranjeros, pero el Espíritu Santo usó sus labios

para predicarles en sus propios idiomas las maravillas del

Evangelio:

7
Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son
galileos todos estos que hablan? 1 ¿Cómo, pues, les oímos
nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos
nacido? (Hch. 2:7-8).

Debido a las persecuciones, la Iglesia primitiva salió de Jerusalén

a predicar a las naciones, pues ese era el propósito del Espíritu

Santo:

1
Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el
Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea,
en Samaria, y hasta lo último de la tierra (Hch. 1:8).
62
El Espíritu Santo fue guiando a Felipe a Samaria. Este escuchó la

voz del Espíritu Santo diciéndole que se acercara al carruaje de

un funcionario:

29
Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro (Hch.
8:29).

Pedro también fue guiado por el Espíritu Santo, quien le dijo que

fuese a casa de Cornelio, a predicarle el Evangelio:

19
Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He
aquí, tres hombres te buscan. 20 Levántate, pues, y desciende y
no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado (Hch.
10:19-20).

Los profetas de la Iglesia primitiva también fueron guiados por el

Espíritu de Dios, en cierta ocasión y confirmaron por el Espíritu el

llamado de Bernabé y Pablo al ministerio: llamado. 3 Entonces,

1
Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía,
profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger,
Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con
Herodes el tetrarca, y Saulo. 2 Ministrando éstos al Señor, y
ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a
Saulo para la obra a que los he
63
habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los

despidieron (Hch. 13:1-3).

Anteriormente, he narrado algunas de mis primeras experiencias

con la voz del Espíritu Santo, la primera fue recién convertido a

Cristo, cuando escuché la voz del Espíritu decirme que esa noche

se convertirían ocho almas, lo cual fue así. En otra ocasión, el

Espíritu Santo me dijo que le preguntara a una hermana por sus

diezmos, los cuales ella no estaba ofreciéndolos a Dios.

Otra vez, estando en el culto, el Espíritu Santo me dijo:

Pídeme unas botas. A mí no me gustaban las botas, porque no

era un estilo que se usaba en mi juventud. Pero obedecí y se las

pedí, dándole gracias.

Al llegar del culto a mi casa, me encontré un vecino y él me

preguntó: ¿Le gustan las botas? Yo le dije, que sí. Tengo unas para

ti -Me dijo- Y me las dio. Eran muy bonitas, pero Dios tenía un

propósito mayor con las botas.

En ese tiempo era líder a nivel nacional y me asignaron hacer

una visita a un pueblo muy remoto. Fui a predicar a una iglesia y

64
muchas personas recibieron el bautismo del Espíritu Santo, con

la manifestación de hablar en otras lenguas. Lo interesante es

que en ese lugar el uso de las botas era muy común y ellos se

sintieron identificados conmigo.

Durante esa visita, yo no conocía el pueblo y no sabía a quién

visitar durante el día. Le oré al Señor y escuché la voz de Dios

decirme que un niño muy fervoroso de la Iglesia me guiaría en las

visitas. Al siguiente día el niño llegó al ho9gar donde me

hospedaba y él tenía la agenda, yo solo obedecía. Creo que Dios

prueba nuestra obediencia y capacidad para humillarnos. Las

visitas fueron exitosas.

En este viaje sucedió otro milagro. Antes de salir al viaje,

preparé la ropa para lavarla, pero mientras estaba en remojo en

la parte de afuera de mi casa, desapareció. Sabía que era un

ataque del enemigo, pues el vino a robar, matar y a destruir. Pero

comencé a orar a Dios que me supliera ropa, pues no tenía para

ir al viaje.

Comencé a orar intensamente, pues la Biblia señala que, si

anhelamos respuestas de Dios, debemos orar con insistencia (Lc.


65
18:1-8). El día del viaje se acercaba y había orado con toda mi fe,

pero no había recibido respuesta.

Le pregunté a Dios porque no me respondía. Y me dijo: Debes

orar más. Entonces me quedé largo tiempo en oración por la

noche y la respuesta bajó. Dios me dijo que al siguiente día

llegaría una hermana a mi casa, a ella le llamábamos la hermana

Tula.

Nuestra casa tenía dos plantas, fui a la planta alta donde

estaba mi madre y le dije por el Espíritu que, al siguiente día por

la mañana, llegaría la hermana Tula, que la atendiera y que le

dijera que me esperara si yo estaba aún dormido. Justamente, la

hermana llegó a mi casa muy temprano, pero no traía ropa, ni

dinero, porque ella era muy pobre.

No obstante, accioné mi fe, pues cuando Dios abre una

puerta es porque va a obrar. Le pregunté si sabía dónde vendían

ropa. Ella me dijo que cerca de su casa había una tienda que yo

no conocía. Estaba cerca de mi casa, así que decidí ir en fe.

Cuando llegué allí, comencé a ver la

66
ropa; pero yo no tenía dinero. De repente me encontré de frente

a una hermana en Cristo. Ella me saludó amablemente y me dijo

que si necesitaba algo de la tienda ella lo pagaría. Así obró Dios y

tuve la ropa que necesitaba para el viaje.

d. La fe en acción

Cuando trabajaba en seguridad nos pagaban en una oficina, que

usualmente estaba distante de los lugares de trabajo. En cierta

ocasión, solo tenía el pasaje para ir a mi casa o para ir a cobrar a

la oficina. Había rumores de que ese día pagarían, pero no era

algo seguro y no tenía manera de comunicarme. Tenía que decidir

qué hacer, pero si iba a la oficina no tenía dinero para regresar a

mi casa.

Le oré a Dios y le puse una señal. Si al llegar a la estación de

buses, el primero iba hacia mi casa no pagarían; pero si el autobús

iba hacia la ruta de la oficina de pago, entonces iría a la oficina

porque pagarían.

Cuando me aproximaba a la estación estaba un bus que iba

hacia mi casa, pero cuando me acerqué se fue, así que, el

67
siguiente bus pasaba por la oficina y me fui a cobrar. Estuve allí

esperando, pero no estaban pagando. Decidí esperar porque

había orado a Dios y confiaba en su dirección. Decidí leer la Biblia

y después de unas horas, la persona encargada dijo: Ya que

pagaremos mañana, porque no le pagamos a este joven. ¡Gloria

a Dios!

En el mismo trabajo, un compañero me pidió que fuera su

aval en un préstamo. El aval paga en caso de que el prestamista

falle en pagar. Yo le dije que no hacía nada sin consultar con mi

padre. Él se extrañó y me dijo que era muy raro que consultara

con mi padre, si yo era un adulto.

Le explique que él tenía mucha experiencia.


El no entendía que era mi Padre celestial. Le pregunté a Dios

y me dijo que no lo hiciera. Yo solo obedecí y al siguiente día le

dije que no podía. Él se enfadó conmigo. Pero otro compañero de

trabajo le sirvió de aval. Ese compañero me dijo después tuvo que

pagar el préstamo porque el hombre falló en los pagos y no

aparecía por ningún lado.

68
Llegó el tiempo en que Dios me llamó a vivir por la fe; no de

la fe, porque es distinto. El que vive por la fe no pide; sino que

espera que Dios le supla sus necesidades.

Durante este tiempo, a veces no tenía dinero, ni que comer,

pero Dios me decía, prepárate que te invitaré a comer. Me

bañaba, cambiaba de ropa y me sentaba en el mueble de mi casa,

esperando. De repente, alguien tocaba la puerta y me decía que

estaba en la calle y Dios le había dicho que me invitara a comer.

Solo les respondía que ya les estaba esperando. ¡Gloria a Dios!

Siempre que Dios llama a un ministerio o individuo a vivir por

la fe, otros tratarán de hacer lo mismo; sin haber sido llamados y

fracasarán. Muchas personas quisieron imitar mi vida de fe, pero

sin un llamado legítimo y les fue muy mal.

e. La ministración de los ángeles

He escuchado algunas experiencias que algunos cristianos han

tenido con ángeles del Señor. Algunas son muy reales; pero otras

son producto de la imaginación. De entrada, hay que señalar lo

siguiente:

69
• Los ángeles están para ayudar al pueblo de Dios:

11
Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en
todos tus caminos (Sal. 91:11).

• Los cristianos un día seremos como los ángeles:

30
Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en
casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo
(Mt. 22:30).

• Los ángeles no admiten adoración, ni deben ser adorados:

10
Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no
lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que
retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el
testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía (Ap. 19:10).

• La Biblia condena la adoración de los ángeles:

18
Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y
culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto,
vanamente hinchado por su propia mente carnal (Col. 2:18).

Es importante comprender que, de acuerdo a la Biblia, los ángeles

no reciben, ni obedecen órdenes de los cristianos, solamente de

Dios. A Dios se le puede pedir que envíe ángeles, pero no se les

puede dar órdenes directamente a los ángeles. Es incorrecto y

70
tampoco obedecerán, pues ellos solo cumplen la voluntad de

Dios.

Hay cristianos que en oración se toman la atribución de

supuestamente, darles órdenes a los ángeles; pero eso es una

arrogancia. Esa orden no será cumplida.

Hay que pedirle a Dios que los envíe, no darles órdenes a los

ángeles, porque no escucharán. Aún Jesús estando en la tierra no

les daba órdenes a los ángeles, sino que se los debía pedir al

Padre en oración:

53
¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él
no me daría más de doce legiones de ángeles? (Mt. 26:53).

Dicho lo anterior, contaré algunas experiencias que Dios me

ha permitido tener con ángeles. Durante una enfermedad en la

que estaba solo, el Señor Jesús me visitó rodeado de cinco

ángeles. Al instante y mientras Él partía al cielo, tomó mi mano y

mi alma salió de mi cuerpo. Comencé a ver las nubes, la tierra

hacia abajo y luego las galaxias. De repente, sentí temor de

perderme en el espacio infinito y exclamé: ¡No! En ese momento

71
mi alma regresó a mi cuerpo. En otra ocasión, esa experiencia me

sucedió nuevamente.

La presencia de los ángeles empezó a ser patente en mi vida.

Cierto día mientras oraba en el templo, un ángel del Señor se me

apareció con una espada en la mano. Yo tenía los ojos abiertos y

ante su resplandor tuve que bajar mi vista, pues no soportaba la

luz que irradiaba el ángel.

Ese día me trajo un mensaje del cielo acerca de la labor

ministerial.

En otra ocasión, mientras descansaba, recién llegado de un

trabajo, un ángel me tocó los pies y me los movía. De repente,

escuché que alguien que gritaba mi nombre fuera de mi casa; era

un hermano a quien habían enviado para que yo dirigiera una

actividad evangelística. Quizá ese día no hubiese podido llegar a

la campaña evangelística por el cansancio, pero el toque del ángel

me hizo entender que Dios me quería allí y fui a dirigir el evento.

Hay que señalar que estas experiencias con ángeles no fueron

visiones, fueron experiencias reales.

72
Capítulo – 4 –

EL COMIENZO DEL MINISTERIO

_______________________________________________

________________

a. Dios apresura sus planes

Mi primera experiencia de predicación en público se dio, a solo

meses de convertido. Algunos hermanos de la iglesia donde yo

asistía, solían predicar en las plazas públicas de la ciudad. Uno de

ellos, me pidió que le acompañara a una de esas predicaciones.

El comenzó a predicar en la plaza central, pero la gente

afanada no se detenía a escucharle. Al notar que no había

audiencia, inmediatamente les dijo a los presentes: El hermano

Joel dará un testimonio.

En verdad me sorprendió, pues cuando estudiaba en la

universidad y debía exponer al frente de mis compañeros,

prefería perder la nota a causa de la timidez para hablar en

público. Pero aquel día fue diferente. Algo me impulsó a testificar

de lo que Dios había hecho en mi vida, la gente se detuvo y al

73
hacer el llamado de salvación, algunas personas cayeron de

rodillas en aquel lugar público para aceptar a Jesús como su

salvador personal.

De allí en adelante, me involucré más en el evangelismo

personal, en hogares, autobuses, plazas públicas, etc.

Con el tiempo el Señor extendió el ministerio evangelístico y

comenzó a abrir puertas para predicar en diferentes iglesias y

luego en algunos programas radiales.

b. El servicio en la iglesia local

El período de las clases para bautismo en aguas en la iglesia era

de seis meses, pero Dios me permitió bautizarme a los tres meses

de convertido.

A los cinco meses de mi conversión se eligió al líder de

jóvenes de mi iglesia, lista que incluía a todos los jóvenes

bautizados. Dentro de aquella lista de jóvenes con muchos años

de pertenecer a la iglesia, al Señor le plugo elegirme como líder

de jóvenes, ante el asombro de la misma iglesia.

74
Ese mismo año, comencé a enseñar en un grupo de

discipulado del que salieron líderes, labor que Dios me ha

permitido continuar hasta hoy día en diferentes formas.

El deseo de enseñar a otros acerca del poder real de Dios y su

palabra me ha llevado a estudiar y escribir fundamentales temas

bíblicos que han sido publicados en más de una decena de libros.

En ese período de líder de jóvenes, nos lanzamos en un

compromiso de evangelizar por las diferentes colonias aledañas

a la iglesia, donde Dios nos permitió predicar.

Aquel tiempo de servicio en la iglesia local fue determinante

en mi formación cristiana, pues Dios me permitió participar de

diferentes cargos dentro de la iglesia de los que aprendí mucho.

Dios no puede poner en autoridad a quien no sabe someterse a

la autoridad.

c. Tiempo de formación y espera

Cierto día, mientras estaba retirado en ayuno y oración en el

templo, escuché la voz del Espíritu Santo decirme que saliera de

75
aquel lugar. Yo no sabía hacia donde iba, pues lo hice en

obediencia a Dios.

Había caminado como unos cien metros cuando al pasar

frente a la casa de una hermana en Cristo, estaban dos personas

afuera que yo no conocía.

Una de ellas me dijo: Te estábamos esperando. Me sorprendí,

puyes no estaba citado a la reunión. Ella dijo: Entremos, vamos a

orar.

Durante esa oración, Dios me habló por medio de aquellas

profetizas, acerca del llamado ministerial que Él había depositado

en mi vida.

En otra ocasión estaba en oración y ayuno en el templo. Mi

pastor estaba en su casa y escuchó la voz del Espíritu Santo

decirle que fuera a la Iglesia y que ungiría a personas para el

servicio del ministerio. Recuerdo que estábamos como cinco

personas orando. Al menos tres de los que estábamos allí, somos

pastores.

76
Durante ese tiempo, Dios me habló de diversas maneras

confirmando el llamado ministerial a través de diferentes

manifestaciones del Espíritu Santo: En el ministerio evangelístico,

profético y de maestro. En dones de sanidad, liberación de

espíritus inmundos, imposición de manos para recibir el bautismo

del Espíritu Santo, como pastor y Escritor.

En los primeros días de mi conversión, no tenía un trabajo

secular. Así que, la mayor parte de mi tiempo lo pasaba leyendo

la Biblia durante largas horas. A veces leía todo el libro de los

Hechos, sin parar; o algunas cartas de Pablo o un evangelio

entero. El hambre de Dios era insaciable.

Durante ese tiempo me encerraba a orar en la iglesia donde

me congregaba. Cuando terminaba el servicio me quedaba en el

templo orando por las noches y amanecía orando de madrugada.

Durante un período de casi siete meses clamaba a Dios

diciéndole que estaba bien si no tenía un trabajo o que comer,

pero le pedía que me diera sabiduría para permanecer en sus

caminos. No con el fin de competir u ostentar; si no para

perseverar en sus caminos.


77
d. El Espíritu Santo confirma lo que la Biblia enseña En la medida

que fui creciendo en los caminos de Dios, aprendí a escuchar la

voz del Espíritu Santo. No obstante, al principio fue difícil y

frustrante.

No quiero decir con esto, que una vez que se aprende a

conocer y a distinguir la voz del Espíritu de Dios, de otras voces

(la del hombre y la de Satanás) es que ya no se necesita buscar a

Dios. Al contrario, una vez que se aprende a conocer la voz del

Espíritu Santo, se debe vivir en obediencia, comunión y santidad

para seguir escuchándola. Pero hay un momento que se logra

distinguir.

El joven profeta Samuel, tuvo esa experiencia. Al principio, no

sabía quién le hablaba (1 S. 3), pero después aprendió a escuchar

la voz de Dios. Samuel logró afinar tanto su oído espiritual, que la

Biblia señala que Dios no dejó caer ninguna palabra suya al suelo

(1 S. 3: 9). Eso significa que sus profecías eran certeras, se

cumplían.

Cierto día estaba sentado en el escritorio de una oficina

donde trabajaba. Este lugar quedaba frente a una calle donde


78
transitaba la gente. De repente, vi a una hermana en Cristo que

asistía a la iglesia que pasaba frente a la oficina.

El Espíritu Santo me dijo: Pregúntale por el diezmo. Me

levanté de la silla y la llamé, luego le saludé y le pregunté que de

dónde venía. Me respondió que venía de su trabajo. Le pregunté

que donde trabajaba y ella me explicó. Luego le dije en tono

afirmativo: ¡Oh hermana! Usted debe dar un buen diezmo a la

iglesia con ese trabajo. Ella fue sincera y me confesó que no

estaba diezmando.

En ese momento le expliqué que esa era la razón por la que le

había detenido, para preguntarle por el diezmo. Pero, mientras

platicábamos el Espíritu Santo me habló nuevamente y me dijo

que ella estaba pensando que el pastor de la iglesia me había

enviado para decírselo. Sin explicarle, le advertí que el pastor no

me había dicho nada acerca de su diezmo y que yo no sabía algo

del tema, ni recibía algo de ese dinero. Esta experiencia la

comparto porque el Espíritu Santo confirma lo que la Biblia

enseña.

79
Mi segunda experiencia acerca del diezmo, fue cuando

alguien me mandó llamar para orar por una mujer que estaba

delirando en su casa. Fui acompañado de un hermano en Cristo.

Al entrar a la casa, la señora hablaba incoherencias, como alguien

que no tenía control de lo que decía. Parecía que había perdido

la memoria.

Su esposo fue la persona que me llamó para orar por ella.

Antes de orar, el Espíritu Santo habló a mi vida y me dijo que le

preguntara al hermano por los diezmos. El, asombrado me

replicó que como se me ocurría hablar del diezmo en un

momento que su esposa había perdido la mente. Todo lo que a

él le importaba en ese momento era que oráramos por su esposa.

Le dije que no oraría hasta que habláramos del diezmo porque

esa la palabra que Dios me había hablado. Luego él me dijo que

el diezmaba.

Le respondí de nuevo que el Señor me decía que habláramos

acerca del diezmo. Entonces dijo que el daba una ayuda a la

iglesia. Allí está el problema -le respondí-. Dios no quiere una

ayuda, él quiere su fidelidad en el diezmo.

80
Luego le pedí al hermano que me acompañaba, que le

explicara acerca del diezmo. El respondió que ya había

entendido. A continuación, oramos y la mujer quedó sana al

instante.

A veces, Dios trata con sus hijos de manera que no entendemos.

Dios tuvo que permitir esta circunstancia o la utilizó para bien de

aquella pareja.

La Biblia señala que no dar el diezmo es un robo, y el robo es

un pecado de condenación. Quien no diezma, es un ladrón ante

Dios. Estas experiencias las comparto para que sepan que el

Espíritu santo confirma lo que la Biblia enseña.

Tiempo después encontré al hermano muy alegre en la calle,

y me compartió que justamente, venia de pagar un recibo muy

alto y le dijeron que no debía casi nada. Me compartió que el

dinero lo donaría como una ofrenda voluntaria para su iglesia.

¡Gloria a Dios! Aparte de entender el diezmo, el hermano

también estaba siendo generoso en sus ofrendas con la iglesia.

Capítulo – 5 –

81
EL PODER DE DIOS
__________________________________
__________________
___________

I. TESTIMONIOS DEL PODER DE DIOS

21
Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede
esto? Y él dijo: Desde niño. 22 Y muchas veces le echa en el fuego
y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten
misericordia de nosotros, y ayúdanos (Mr. 9:21-22).

_______________________________________________

________________

a. El demonio le atacaba en el agua y en el fuego

Era muy de mañana, yo recién había despertado al escuchar

personas conversando afuera, en el patio de la casa. Al abrir la

puerta, encontré a una anciana con su hijo que se había

convertido a Cristo. La anciana estaba en el suelo sacudiendo su

cuerpo. Sorprendido le pregunté a su hijo ¿Qué le sucede? El no

pudo responder. Inferí, y en voz alta repliqué, ¡ah! Esto le sucede

siempre verdad, pues había visto otros casos de personas que se

desmayan. Si -me respondió- siempre le sucede siempre.

82
Pero el Espíritu Santo me habló inmediatamente diciendo:

¡Reprende! porque son demonios. Reprendí toda fuerza del mal

de aquel cuerpo y la entramos en brazos a la casa donde estuvo

acostada cerca de diez minutos. Al despertar, la anciana confesó

que se sentía débil, como si le hubiesen dado una paliza, cosa

típica en personas que son liberadas de demonios.

La anciana señaló que hacía más de veinte años que padecía

de ese tipo de ataques. El demonio le atacaba cuando lavaba su

ropa en los ríos y cuando estaba al lado de su fogón. Allí entendí

aquel caso que se menciona en la Biblia (Mt. 17:14-15). El plan de

los demonios al atacarle en el agua, era para que se ahogara; y el

de atacarle al lado del fogón, era para quemarla, y así, matarla.

La anciana vivió muchos años más desde el día que fue

liberada. Desde ese día de su liberación y conversión a Cristo,

nunca volvió a padecer los ataques. El Señor la liberó para

siempre, y se fue libre para el cielo, pues partió a la presencia de

Dios, en Cristo.

Estas experiencias me han enseñado que Satanás tiene

diversas maneras de engañar al ser humano. En algunos casos,


83
los médicos atribuyen las enfermedades solo a causas físicas; sin

saber que estas pueden a la vez, tener causas espirituales.

He visto personas atacadas con espíritus inmundos de

Epilepsia por causa de la ira, deseos sexuales reprimidos o

después de un accidente que no necesariamente ha afectado el

cerebro. La ciencia dice que la Epilepsia se produce por un

aumento de actividad eléctrica en las neuronas del cerebro. Lo

que ellos no saben es que los demonios tienen poder para alterar,

afectar e incluso tomar control de cualquier parte del cuerpo

humano.

En la Biblia se encuentra el caso de un joven al que Jesús

liberó de un espíritu mudo y sordo. Además, lo atormentaba con

ataques epilépticos y procuraba lanzarlo en el agua para ahogarlo

o tirarle en el fuego para matarlo:

20
Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con
violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba,
echando espumarajos. 25 Y cuando Jesús vio que la multitud se
agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu
mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él. 26
Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia,

84
salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían:
Está muerto. 27 Pero Jesús, tomándole de la mano, le enderezó;
y se levantó (Mr. 9:20, 25-27).

Jesús les atribuyó la mudez y la sordera del joven a los demonios.

Los médicos creen que estas son condiciones causadas por

aspectos solamente físicos. Al no creer en el mundo espiritual,

ellos solo observan los efectos físicos en los cuerpos de las

personas; no las causas. Las evidencias físicas que ellos muestran

son reales, el asunto es que no pueden identificar a los demonios

porque son espíritus.

La ciencia solo cree en lo tangible, aunque los efectos de los

demonios a veces se pueden notar, como en este caso, donde el

demonio hacía que el joven sacudiera su cuerpo con violencia y

echara espuma por su boca.

b. En el nombre de Jesús: ¡Levántate y camina!


_______________________________________________

________________

41
Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que
traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. 42 Y luego la niña se
levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron
grandemente (Mr. 5:41-42).
85
_______________________________________________

________________

Había finalizado una campaña evangelística. Multitudes de

personas salíamos de esa actividad. De repente, un niño, a quien

no conocía, se me acercó diciendo: ¡Hermano! le necesitan para

que haga una oración por una persona. Pensé, si hay alguna

necesidad tiene que ser el Señor quien me envía, porque entre

tanta gente el niño se dirigió a mi sin conocerme. Al llegar al lugar

había un grupo de personas rodeando una joven que estaba sin

signos vitales, tirada en la calle.

Me acerqué al grupo y les pregunté: ¿Qué pasó? La gente

lloraba y decían que la joven no respondía, no tenía signos vitales.

Les pregunté cómo se llamaba y me dijeron su nombre. Llamé a

su nombre y le ordené al alma, en el nombre de Jesús que

volviera a su cuerpo. Le tomé por las manos y en el nombre de

Jesús le dije que se levantara. Se incorporó y salió corriendo entre

la multitud. Seguí de camino, rumbo a mi casa. Nunca más le vi,

pero todos los que la vieron salieron alegres tras ella.

86
II. LA SALVACIÓN Y LA SANIDAD

a. ¿Por qué no todos los enfermos son sanados?

Quizá esta sea una de las preguntas más intrigantes y frecuentes

que muchos cristianos se hacen durante el transcurso de su vida.

Nunca tendremos una respuesta total a todas nuestras

inquietudes en la tierra; sin embargo, la Biblia rige la vida

cristiana y nos puede ayudar a entender porque a veces no ocurre

lo que esperamos, aunque tengamos fe.

De inicio hay que señalar, que si alguna petición no es

contestada o no sale como se espera, no es culpa de Dios.

En segundo lugar, cuando no se obtienen los resultados deseados

en las peticiones, es posible en gran medida, que la razón que

impida la respuesta se encuentre en nosotros mismos o en la

forma en que hacemos las cosas. En tercer lugar, Dios siempre

contesta, ya sea un sí, un no o espera.

Aquí se trata de dar alguna luz acerca de este tema, tomando

en cuenta las verdades reveladas en la Biblia que rigen la vida

cristiana, a la par del conocimiento personal en la ministración de


87
sanidad y liberación divina. Tomando en cuenta que han sido

innumerables los milagros que el Señor nos ha permitido ver.

Antes de comenzar con los testimonios, es preciso señalar

algunos aspectos que, de acuerdo a la Biblia impiden las

respuestas del Señor.

• La falta de fe:

En una ocasión los discípulos del Señor no pudieron echar fuera

un demonio de la vida de un joven:

18
Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y
éste quedó sano desde aquella hora. 19 Viniendo entonces los
discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no
pudimos echarlo fuera? 20 Jesús les dijo: Por vuestra poca fe;
porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de
mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará;
y nada os será imposible (Mt. 17:18-20).

La principal razón por la que los discípulos no pudieron echar

fuera el demonio del joven se encuentra en la respuesta de Jesús,

a saber, fue por la falta de fe de los discípulos. No obstante,

también hay que prepararse en ayuno y oración para revestirse

del poder de Dios.

88
• La oración y el ayuno

La primera razón por la que los discípulos no pudieron echar fuera

el demonio, fue por su falta de fe. Pero la fe, también tiene que

ir acompañada de una acción. Por eso les dice después que, para

echar fuera ese tipo de demonio, es preciso ayunar y orar:

21
Pero este género no sale sino con oración y ayuno (Mt.
17:21).

• Pedir mal

Una razón más por la cual Dios no obra milagros, es porque a

veces pedimos mal y eso incluye todas las cosas que hacemos de

forma incorrecta:

3
Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros
deleites (Stg. 4:3).

Si no sabemos pedir correctamente a Dios en oración tendremos

gran frustración en nuestras peticiones y esto podría ocasionar

que nuestra fe mengue.

• La falta de perdón

89
La falta de perdón y cualquier cosa que afecte nuestra relación

con el prójimo y con Dios, son obstáculos que impiden que Dios

obre a nuestro favor. La Biblia dice:

23
Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de
24
que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda
delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu
hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda (Mt. 5:23-24).

Es imperativo estar en paz con nosotros mismos, con el prójimo

y con Dios para que Dios pueda obrar milagros.

Si no recibimos respuestas a ciertas oraciones, debiéramos

buscar la razón que lo impide, que podría ser la forma en que

pedimos o nuestra condición espiritual al pedir. Dios quiere que

sus hijos le pidan (Lc. 11:9); solo espera que pidan correctamente,

de acuerdo a su voluntad.

b. La salvación del alma y la sanidad del cuerpo

_______________________________________________

________________

13
Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea
hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora (Mt. 8:13).
90
_______________________________________________

________________

Como presidente de jóvenes de mi iglesia estaba desarrollado un

plan de evangelismo en las comunidades aledañas a la iglesia

donde asistía. Una vecina de esa comunidad que asistía a mi

iglesia, me comentó que en el último hogar que yo había

evangelizado un domingo, había un joven con una enfermedad

terminal. Lo curioso es que en la primera visita la familia no me

habló del caso del joven.

La siguiente semana volví al hogar y le dije a la mamá del

joven que por favor me permitiera orar por él. Ella me dijo que el

joven había sido desahuciado por los médicos y lo había traído a

su casa para que muriera junto a ella.

Cuando insistí que me diera la oportunidad de orar por él, me

contestó que tenía temor de levantarlo de la cama, ya que el

joven tenía tres meses que comía poco y los últimos tres días no

había comido. Sin embargo, ante mi insistencia, ella fue con otros

familiares y le sacaron a la sala. El joven parecía una calavera, con

sus extremidades inflamadas. ¿Cómo te llamas? -le pregunté-.


91
Luis, respondió. Luis, ¿Tú crees que Jesucristo te puede sanar? Le

pregunté. El me respondió con fe: Sí, yo creo. Como creíste te sea

hecho -le respondí-. Oramos por sanidad y al terminar la oración,

dijo: ¡Tengo hambre!

Desde ese día, Luis fue sanado y no paró de comer. Luis

estuvo asistiendo a la iglesia por un tiempo, pero luego se retiró

y no le vi más. Pasaron algunos años y un día un joven alto,

atlético, muy robusto me saludó en la calle, yo no sabía quién era.

Le dije que me perdonara por no acordarme de él, que no sabía

quién era. El me respondió: Soy Luis. Era el joven que había sido

sanado.

De esta temprana experiencia en mi vida cristiana aprendí

una gran verdad que ha marcado mi vida: Dios está más

interesado el salvar que en sanar. Si una sanidad no conduce a la

salvación del alma, es estéril.

El Espíritu Santo habló a mi vida de esta experiencia

señalándome: De que sirve que los sane, sino me quieren seguir.

Entendí que el énfasis en la evangelización, debía ser la salvación

de las almas no la sanidad, ni los milagros. Eso no implica que Dios


92
no quiera sanar, pero el alma está en primer lugar en el orden de

las prioridades divinas.

c. Hay que pedir correctamente

Recuerdo que, en otra experiencia de fe, mi tía estaba enferma y

ella vino a la ciudad donde vivíamos para hacerse una operación,

pero mi mamá tenía fe que Dios la podía sanar. Empezamos a orar

y mi mamá tomaba mi mano y la ponía sobre ella para que orara

a fin de que fuera sanada, pero yo la retiraba. Ella insistía, pero

yo no oraba porque entendía que ella debía reconciliarse primero

con Dios, pues estaba apartada de sus caminos.

Cuando terminamos de orar le hice el llamado a mi tía y ella

se reconcilió. Después hicimos una oración por sanidad y cuando

fue al hospital la enfermedad había desaparecido. Hay que

aprender a orar correctamente. En el orden de prioridades, para

Dios el alma está por encima del cuerpo.

En esta etapa temprana de mi vida y debido a las experiencias

en la sanidad divina, había aprendido a orar guiado por el Espíritu

93
Santo, no emocionalmente. Aprendí que solo así podría ser

efectivo en orar por milagros.

En otra ocasión, llegó un joven que padecía de epilepsia a la

iglesia donde pastoreaba mi mamá. Recuerdo que los hermanos

oraban con mucho fervor para que el joven se sanara, pero al

ver que yo no oraba me preguntaron porque no me involucraba

en la oración.

Les dije que el Espíritu Santo me había mostrado que al

joven solo le interesaba la sanidad de su cuerpo, no la salvación

de su alma. Luego de algunas semanas, al no recibir sanidad, él se

fue de la iglesia.

Es importante ser guiado por Espíritu Santo al momento de

orar por cualquier milagro, de lo contrario, nos encontraremos

grandes obstáculos y frustraciones.

III. BAJO EL FUEGO DE LA PRUEBA

a. El trato de Dios con sus hijos

94
En algunas ocasiones específicas Dios trata con sus hijos a través

de muchas situaciones, una de ellas puede ser la enfermedad. Es

claro que toda enfermedad procede de Satanás, pero en algunas

ocasiones (y esto sería un caso excepcional) Dios le puede dar

permiso a Satanás que nos toque a fin de perfeccionarnos. Esto

es bíblico.

El caso más sobresaliente de la Biblia, es el de Job. Este

hombre era justo y temeroso de Dios, pero Dios le permitió a

Satanás que lo tocara para que se mostrara su fidelidad, pero es

obvio que Job aprendió muchas lecciones y Dios perfeccionó su

vida en el proceso (Job, 1).

A Pedro Dios también le permitió vivir una experiencia en la

que fue zarandeado por Satanás (Lc. 22:31). El propósito era

mostrarle su propia debilidad a fin de que perfeccionara su vida

en el temor a Dios.

Hay que aclarar que Satanás solo puede tocar a los hijos de

Dios con su debido permiso y hasta donde se lo permita, pues el

propósito es la perfección del cristiano no la destrucción del

alma. En estos dos casos Dios le puso límites a Satanás.


95
Este trato de Dios con sus hijos, no es necesariamente una

regla. Sucede cuando Dios lo determina, en su soberana

sabiduría. No se les puede atribuir a un trato de Dios a todas las

enfermedades y problemas que nos sucedan. Eso sería obviar

nuestro deber de obedecer fielmente a Dios a fin de alejar a

Satanás de nuestro lado, como señala la Biblia: 7 Someteos, pues,

a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros (Stg. 4:7).

Lo primero que se debe hacer es someterse a Dios

(obedecerle) y luego resistir a Satanás (pelear con las armas

espirituales), para que huya de nuestra vida.

Se han mencionado estos casos porque a veces oramos con

toda nuestra fe por los enfermos, aun siendo cristianos y no se

sanan. En casos específicos la respuesta podría estar en un trato

de Dios a fin de que se perfeccionen.

b. Testimonios del trato de Dios

Cuando oramos con toda la fe por personas enfermas, lo que

esperamos es que sean sanadas. Pero hay ocasiones en que la

verdad es otra, oramos y no sucede nada.

96
Las limitantes que de entrada pueden impedir la sanidad son

que las personas no quieran nada con Dios,

solo su sanidad o que sean incrédulas (falta de fe en el poder de

Dios para sanarles o liberarles).

En mi experiencia, me he encontrado estos casos

excepcionales en los que he orado con toda mi fe, pero al final

Dios me hizo entender que la razón por la que no se sanaban, fue

porque Él, tenía un trato con esas personas.

Recuerdo que el Hno. Vicente me invitó a orar por su esposa. Él

era un ferviente cristiano que creía en el poder de Dios, pero su

esposa no se congregaba en la iglesia solo visitaba casualmente

debido a su afán material, pues ella tenía un pequeño negocio.

Yo fui con toda mi fe a orar por ella, pero no sucedió nada.

Volví la segunda vez y mientras oraba, Dios me dio un mensaje

fuerte que se lo comuniqué aparte a él. Le dije que era un trato

de Dios con ella, por cuanto no quería despojarse del

materialismo para seguir a Cristo. Además, le servía de mucho

97
tropiezo a él, pues se le oponía en su vida de servicio a Dios. Le

dije que el trato sería muy largo a causa de su orgullo, y así fue.

Ella tuvo un derrame facial y en un período de siete años tuvo

dos ataques más que le dejaron parapléjica y después murió.

Entiendo que Dios trata con algunas personas de esa manera

porque les ama y no desea que sus almas se pierdan en una

eternidad de condenación.

Esta hermana visitaba ocasionalmente la iglesia y quizá

deseaba ser cristiana, pero su afán material y su orgullo la tenían

atada. Durante este proceso, Dios quitó el orgullo de su vida y

entiendo que se humilló ante Dios, pues le recibió como su

salvador. Cuando hay un trato de esta naturaleza es porque Dios

prefiere que se destruya el cuerpo a fin de que se salve el alma (1

Co. 5:5).

Hay que advertir que no se debe juzgar a la prisa a los

enfermos porque a veces es una prueba, como la de Job, que al

final Dios les sacará victoriosos de su cama. Pero hay casos

específicos que son para purificar a ciertas personas porque de

otra manera, no se salvarían.


98
Cabe señalar que, antes de Dios entrar en un trato severo con

alguien, primero le da oportunidad de que se afirme en la fe; pero

a veces las personas no escuchan la voz de Dios, le dan la espalda

y es entonces cuando entra en acción, la mano dura del Señor.

Aunque no lo entendamos, Él lo hace por amor. Jesús habló de la

importancia del alma, por encima del cuerpo:

43
Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es
entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al
44
infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el
gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. 45 Y si tu
pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la
vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al
fuego que no puede ser apagado, 46 donde el gusano de ellos
47
no muere, y el fuego nunca se apaga. Y si tu ojo te fuere
ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios
48
con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno,
donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga
(Mr. 9:43-48).

Jesús no está invitando a mutilarse el cuerpo en este pasaje, su

propósito es hacernos entender que el cuerpo no es tan

importante, cuando se trata de salvar el alma.

99
Cuando hay un trato fuerte de Dios con alguien o con nosotros

mismos, lo difícil no es entender a Dios; sino aceptar nuestra

condición. Como humanos pensamos que un Dios amoroso no

puede permitir nada que sea difícil en nuestra vida, aunque sea a

fin de perfeccionarnos. A veces hasta nos justificamos de ser

buenos cristianos; pero Él conoce el corazón y la condición de

cada uno de sus hijos.

Dios no ve las cosas como nosotros. Nosotros vemos lo

temporal y postergamos lo espiritual por cosas pasajeras de este

mundo. Dios ve el peligro de que un alma pueda caer en el

infierno por una eternidad.

Nuestra piedad nos puede cegar cuando Dios tiene un trato

fuerte con uno de sus hijos. Existe el peligro de que justifiquemos

a algunas personas alegando conocerlas o incluso que nos

justifiquemos a nosotros mismos en el proceso. En este caso, es

mejor humillarse ante Dios, porque los seres humanos vemos las

apariencias externas; pero solo Dios conoce el corazón de cada

persona. Él no se equivoca. La Biblia señala que el corazón

humano es engañoso, aunque nosotros creamos conocerlo:

100
9
Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y
perverso; ¿quién lo conocerá? (Jr. 17:9).

Solo Dios conoce perfectamente el corazón del ser humano:

10
Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el
corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto
de sus obras (Jr. 17:10).

IV. UNA FE SIN LÍMITES

a. Fe sin límites

Estaba ministrando en una Iglesia, el Señor aumentó mi fe y me

dijo que esa noche no oraría por los enfermos; sino que al pasar

al frente, si la gente tenía fe, serían sanados en el trayecto.

Cuando pasaron al frente le di gracias a Dios y los declaré sanos.

Pasó el tiempo y un día en la calle, encontré a una hermana

la que me testificó que ella estuvo en ese culto esa noche y que

el Señor la había sanado de un tumor, que había desaparecido

instantáneamente. Ella fue al hospital, pues tenía cita para

operación y no encontraron nada.

Otra vez, mientras estaba en un programa de radio dimos

palabra de sanidad y una mujer llamó llorando, su tumor había


101
desaparecido instantáneamente. Antes de la oración, ella podía

tocar su tumor; pero, después de la oración había desaparecido.

En otra ocasión, encontré una hermana en la calle, ella se

sentía mal de salud y me pidió que orara por ella. Yo le dije que

no era necesario que me hablara de su situación y que Dios la iba

a sanar mientras platicábamos. Al terminar la conversación ella

no tenía los síntomas. Es importante aprender de la fe de otras

personas, pero no es bueno imitar a los demás. El ministro debe

aprender que Dios se manifiesta cuando quiere, como quiere, y

no hay que imitar estereotipos o patrones ajenos.

b. Operaciones del poder de Dios

El hermano, Santos Palacios me invitó a orar por su esposa, a la

que iban a operar. Mientras orábamos, ella cayó al suelo. Le dije

a su esposo que no la tocara, estuvo unos minutos en el suelo y

luego le dije que la levantáramos. Le pregunté, qué le había

sucedido. Ella me dijo que mientras estuvo en el suelo, Jesús se

le había aparecido en forma de médico, que la había operado,

102
pues ella sintió toda la operación. Cuando fue al médico, su

enfermedad había desaparecido milagrosamente.

En otra ocasión me invitaron a orar por un joven, éste había

sido víctima de un hechizo. Tenía cuarenta días que casi no comía,

estaba muy delgado. Cuando entré a la casa del hermano Arturo

Sierra, donde estaba con su mamá, le pregunté: ¿Tienes fe que

Dios te pueda sanar? Si creo, -me respondió-. Por el Espíritu, supe

que su mamá no tenía fe, pero al ver la fe del joven oré por

salvación y luego poniendo las manos sobre su estómago lo

declaré libre en el nombre de Jesús y le dije: Te espero en la

iglesia.

Por la noche, el joven nos acompañó en la reunión de la

iglesia y testificó que esa tarde había comido sin problema

alguno. ¡Gloria a Dios!

Cuando hay fe y las personas buscan a Dios de corazón los

milagros suceden; pero cuando son incrédulas o buscan intereses

mezquinos no son sanados.

103
Solo el Espíritu Santo puede revelar lo que hay en el corazón

de las personas. Es importante orar guiados por el Espíritu de Dios

a fin de ser efectivos en la oración y saber cuándo se debe

ministrar sanidad o liberación divina. Pero nuestra fe no puede

estar fundada solo en ver milagros. Es peligroso que nos hagamos

adictos al poder de Dios y que, a la vez, nos olvidemos de Dios.

Los milagros son solo manifestaciones del poder de Dios, pero

pasan.

Dios quiere que aprendamos a amarle por lo que Él es, no por

lo que hace. Los cristianos o ministros que experimentan el poder

de Dios deben aprender que Dios no tiene que hacer milagros

todos los días para demostrar que está con ellos. El justo por la fe

vivirá.

Dios manifiesta su poder de acuerdo a la necesidad y

circunstancias, pero lo hace por amor. Él no está obligado a hacer

milagros cuando el hombre lo demande. Es peligroso que nuestra

relación con Dios este fundada en ver su poder manifestado. Al

principio de mi vida cristiana comencé a experimentar milagros

del poder de Dios, pero hubo un período de casi siete meses que

104
la fuente cesó. Preocupado, le pregunté a Dios por qué no se

manifestaba. Él me dijo que no quería que dependiera de los

milagros para servirle y amarle, que debía de seguirle por lo que

Él es; no por los milagros, ni por lo que me da.

V. LA LIBERACIÓN

a. Encerrado por ocho años

_______________________________________________

________________

35
Y salieron a ver lo que había sucedido; y vinieron a Jesús, y
hallaron al hombre de quien habían salido los demonios,
sentado a los pies de Jesús, vestido, y en su cabal juicio; y
tuvieron miedo. 36 Y los que lo habían visto, les contaron cómo
había sido salvado el endemoniado (Lc. 8:35-36).

_______________________________________________

________________

Había estado muchos días en el ayuno del Señor, ese ayuno que

comienza cuando Dios quiere y termina cuando el Espíritu Santo

lo indica. Yo no sabía el propósito, solo debía obedecer. Señor:

¿Cuál es el propósito? Pregunté. El Señor me dirigió a orar por un

105
hogar, una familia que yo no conocía. Alguien me dijo que en ese

hogar había un joven que se había encerrado en su cuarto por

ocho años y que no salía de su casa.

Llegué al hogar y el joven estaba en la sala, acostado en el

mueble, boca abajo, se quedó petrificado, como muerto y cuando

yo le hablaba no me respondía. Por el Espíritu le dije, sé que estas

consciente y sabes que regresaré para hablar contigo.

Regresé otro día al hogar y el joven estaba encerrado en su

habitación. Desde afuera leí un pasaje de la Biblia y le ordené al

espíritu inmundo que le dejara libre. El abrió la puerta y comenzó

a hablar normalmente y le pregunté porque había estado

encerrado durante años. Me confesó que él solía comer frutas de

una propiedad ajena con otros niños y un día el dueño de la finca

les siguió disparándoles con un arma de fuego. Desde ese día fue

presa del pánico y no volvió a salir de su casa.

Le dije que Dios le había hecho libre y tenía tres alternativas.

La primera era seguir al Señor Jesucristo, este era el plan divino.

Segundo, que rehiciera su vida de nuevo y se integrara a una vida

normal. Tercero, podía volver al estado en que estuvo. Pasaron


106
los días y aquel joven estuvo libre, pero decidió volver a su estado

de encierro, eligiendo el estilo de vida al cual se había aferrado.

Otra lección aprendida. A veces se anhela de todo corazón

que las personas sean sanadas y liberadas, pero olvidamos que al

final no depende tanto de Dios, ni de nosotros; sino de la

voluntad y la decisión de cada individuo. Dios respeta las

decisiones personales.

b. Bórrenme del libro

_______________________________________________

________________

5
El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré
su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante
de mi Padre, y delante de sus ángeles (Ap. 3:5).

Nos habíamos preparado en oración y ayuno con un grupo de

hermanos para orar por un hombre que estaba

moribundo en su cama y nos pidió oración. Al entrar a la casa, el

Espíritu Santo me advirtió que aquel hombre solamente

procuraba sanidad, pero no quería compromisos con Dios. Por

107
experiencia, había aprendido que yo podía orar con mucha fe,

pero si el enfermo no estaba dispuesto a comprometerse con

Dios, ¿En qué beneficiaría la eternidad de su alma?

Salí de su habitación y les comuniqué a los hermanos que me

acompañaban lo que Dios me había mostrado. No obstante, les

insté a que oraran por él. Realmente no sucedió nada, el hombre

no se sanó, luego pidió que lo llevaran a otra iglesia porque él

creía que allí si había poder.

Finalmente, al no recibir la sanidad, pidió a los hermanos que

lo borraran del libro donde lo habían anotado (haciendo

referencia al libro de la vida) y murió en esa condición.

Demostrando que no le interesaba la eternidad de su alma; sino

la sanidad de su cuerpo. Hay quien quiere ser sanado para seguir

practicando el pecado.

De esas experiencias, Dios me ha enseñado a orar dirigido por

el Espíritu Santo y a enfocarme en la salvación del alma; más que

en la sanidad del cuerpo.

108
c. Aprendiendo del ministerio de liberación

Una de las facetas ministeriales en las que Dios me permitió

experimentar su poder, ha sido en la liberación de espíritus

inmundos. Al principio de mi vida cristiana estaba emocionado

viendo como los espíritus salían de las personas. Pero, Dios me

fue mostrando como ministrar esta unción. La clave para tener

discernimiento y poder para echar fuera los demonios, radica en

la fe y la búsqueda de Dios en ayuno y oración. Jesús dijo:

21
Pero este género no sale sino con oración y ayuno (Mt.
17:21).

Obviamente, esta búsqueda debe ir acompañada de una vida

santa y de obediencia a la palabra de Dios, de otro modo, no

tendrá sentido como señala la Biblia:

22
Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no
profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera
23
demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y
entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí,
hacedores de maldad (Mt. 7:22-23).

109
No hay nada de malo en echar fuera demonios (Mr. 9:3841). El

problema de estas personas es que usaban el nombre de Jesús,

pero practicaban el mal.

Lo más importante en nuestra vida cristiana no es ver el

poder de Dios manifestado; sino que nuestros nombres estén

anotados en el libro de la vida. Jesús dijo:

20
Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino
regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos
(Lc. 10: 20).

Es peligroso obsesionarse con el tema de los demonios, esto ha

llevado a muchas personas a llenarse de temor. Recuerdo una

experiencia durante una predicación, una mujer comenzó a

gritar, poseída por demonios. Dejé el púlpito y fui donde estaba,

oré por ella y fue liberada.

Al finalizar la reunión la busqué y le pregunté que le sucedía.

Me dio curiosidad porque me parecía que ella era cristiana. Me

explicó que durante veinte años ella veía demonios manifestarse

en su casa. Le expliqué que yo le creía, pero lo malo es que ella

les había seguido el juego.

110
Recuerdo que durante el tiempo que comencé a

experimentar más el poder de Dios en la liberación demoníaca,

sufrí grandes ataques del infierno. Los demonios me atacaban

directamente, me quitaban la sabana y me la tiraban al suelo.

Trataban de agarrarme por el cuello en la noche y no podía

hablar. Eso me creo una crisis, pues no sabía cómo deshacerme

de ellos. Por más que oraba y les reprendía en el nombre de Jesús,

no paraban de manifestarse.

Desesperado, hablé con mi pastor y él me dijo que había

vivido la misma experiencia en la que no podía dormir. Me dio la

clave. Me dijo que otro ministro había experimentado lo mismo

y le había dado la solución.

Resulta que a los demonios lo que les gusta es que el cristiano les

de importancia. Allí radica el problema. Ellos saben que están

derrotados, si pudieran matar al cristiano lo harían, pero no

pueden. Entonces ellos se dedican a hacerle la vida difícil al

cristiano. Allí entra en acción la fe. Cada cristiano debe decidir si

le creerá a la palabra de Dios o a las mentiras de Satanás y sus

demonios.

111
El pastor me dio la receta y la practiqué esa misma noche y

obtuve gran victoria. Era sencilla. Solamente le dije a los

demonios: Si ustedes quieren desvelarse esta noche ese es su

problema, yo dormiré tranquilo, así que buenas noches. Siempre

quisieron fastidiar, pero simplemente los ignoré, porque había

aprendido que no me podían hacer daño. Al contrario, Dios nos

ha dado poder sobre toda fuerza del mal:

19
He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones,
y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará (Lc. 10:19).

Esta receta la he compartido con muchos amigos y les ha

funcionado. Parece sencilla, pero está cargada de la verdad

revelada en la Biblia. ¡Gloria a Dios!

VI. EL MINISTERIO PROFÉTICO

a. Comienzos del ministerio profético

112
Dentro de los ministerios que Dios me ha permitido participar,

está el profético. Hay que resaltar que el ministerio profético es

de los más delicados, sufridos y requiere de mucho valor y

conocimiento. Recomiendo que para una explicación amplia del

tema se remitan a mi libro:

“La profecía como ministerio de la Iglesia”.

Recuerdo que, en una de mis primeras experiencias en este

ministerio profético, Dios me dio un mensaje para una persona;

pero no era cualquier persona en mi ambiente, había sido la

fundadora de la iglesia en la que yo me congregaba y el mensaje,

no era nada agradable.

Durante dos días me regresé de la puerta de su casa. El tercer

día decidí obedecer a Dios y cumplir con el mensaje. Toqué la

puerta y ella me recibió amablemente. Yo no la conocía, es decir,

solo la había visto en la calle. Le dije que estaba allí por una

sencilla razón, Dios me había dado un mensaje para ella. Le

expliqué que Dios me decía que ella estaba en un pecado de

adulterio. Ella lo reconoció y yo salí contento de haber cumplido

113
con el Señor y confirmar que el mensaje era genuino. Procedía de

Dios.

b. Palabra para los solteros

Todas las cosas santas, se deben hacer con un corazón puro, sin

segundas intenciones. Recuerdo que Dios me comenzó a dar

palabra para los solteros. En una ocasión le dije a un amigo mío

que orara por una joven. Él me dijo que no le gustaba. No

obstante, le seguí diciendo que orara por ella. Un día que le hablé

del tema, me dijo que ella ya tenía novio y de hecho ese día iban

tomados de la mano llegando al templo. Le dije: Sigue orando,

ella es tu esposa y esa relación que tiene, no durará. Así fue, ella

se apartó de aquel joven y después mi amigo se enamoró de ella

y se casaron.

Quiero aclarar que esta palabra solo se puede dar cuando se

está seguro que procede de Dios. No es algo que se pueda

114
aprender o especular. Por favor no lo haga si Dios no lo ha

llamado a hacerlo, podría causar mucho daño.

En otra ocasión le dije a un hermano que orara por una joven.

Él me dijo que no quería nada con esa joven porque había sido su

novia cuando él no era cristiano. Yo no sabía eso. Además, me

dijo que a él no le gustaba porque él es bien alto y ella muy bajita.

Arguyó que él quería servir a Dios, que él no se quería casar. Le

respondí que no tenía llamado al ministerio y si no procuraba

casarse lo que podía ocurrir es que caería en pecado. Así fue, cayó

en pecado, pero después se reconcilió con Dios y se casó con la

joven que le había dicho. No porque le dije; si no porque luego él

se enamoró de ella.

Este tipo de profecía se dio muchas veces en mi vida. Algunos

jóvenes Dios les advirtió que no se casaran, pero desobedecieron

y sufrieron consecuencias de vidas cristianas fracasadas e incluso

algunos se apartaron de Dios. Dios se mete en cada detalle de

nuestra vida para ayudarnos, si le damos el permiso. Él es un

caballero.

115
Debo aclarar que Dios no impone con quien uno se deba

casar; pero si le pides que quieres hacer su voluntad, debes

prepararte para obedecer, pues solo él conoce el corazón de las

personas y lo que te conviene. Obviamente, Dios te dará el amor

por esa persona, antes de casarte. Solo debes tener cuidado que

sea Dios, porque muchos profetas hablan de su propio corazón y

engañan a los solteros.

Cada persona debe orar y pedirle a Dios que se lo confirme

personalmente. Al fin de cuentas, la decisión debe ser tomada de

forma personal y no por imposición.

Lo malo sería dejarse imponer algo a la fuerza. Si notas, en los

casos anteriores, no les impuse a estas personas que se casaran,

solo les dije que oraran para saber lo que Dios les decía. El

verdadero profeta no impone, porque Dios respeta la voluntad

del ser humano, aun la de sus hijos.

Los sentimientos ciegan a las personas y no les permite

pensar con cordura cuando se enamoran. Si quieres que Dios te

guíe a esa persona que Dios tiene para ti, lo correcto y mi consejo

es que no establezcas una amistad o noviazgo, sin primero orar a


116
Dios acerca de esa relación. Una vez enamorado, no sabrás si es

la voluntad de Dios.

c. Experiencia personal

Recuerdo que, en mi experiencia personal, la espera fue larga. Yo

me preguntaba ¿Por qué Dios me daba palabra para otras

personas y a mí no me daba mi esposa? Pero puedo decir que me

libró de las que no eran en el camino.

Recuerdo que, por ser predicador, joven y soltero, muchas

jóvenes se enamoraban incluso de los dones, no de mí. Así que

no me creía el cuento. En esa etapa aparecían jóvenes que

soñaban, tenían visiones e incluso me daban profecías de que yo

me casaría con ellas, pero a mi Dios no me decía nada y eso es lo

que más importa. Que Dios te hable a ti de manera personal, no

a otros o por medio de otras personas. No importa si es un gran

profeta o el título que tenga, solo tú debes decidir al final.

Recuerdo que en mi soltería, noté que una joven estaba

interesada en mí. En conversaciones de grupo, ella decía que

quería casarse con un pastor. Yo oré a Dios, antes de hablar con

117
ella y Dios me dio un sueño en el que me decía que ella decía que

le quería servir, pero que no era cierto.

Me sorprendió, porque Dios sabe todas las cosas, conoce el

corazón y no se equivoca. Seguí orando y en el segundo sueño,

Dios me dijo que a ella le gustaba mandar a los hombres. Después

supe que su última relación había terminado porque ella quería

mandar a su novio. Así de claro habla Dios cuando se le ora de

corazón.

Debo aclarar que no todo sueño es de Dios. A veces cuando

el hombre se enamora de una mujer o viceversa, tienen todo tipo

de sueños. Este sueño lo tomé de Dios, porque yo le oré a Dios,

antes de hablarle a esa joven.

Cuando Dios me cerró todas las puertas en mi país, yo concluí

que Dios me daría mi esposa en el extranjero. Pero habían pasado

más de cuatro años viviendo en Puerto Rico y yo pensaba que

tampoco sería allí. Le oré a Dios acerca de esto y un día

predicando en una iglesia y con planes de regresar a Honduras, la

pastora de la Iglesia me dio palabra profética por el Espíritu y me

dijo que mi petición ya estaba contestada, que no regresaría a


118
Honduras. Pero el tiempo pasaba y me desesperaba. Le oré

nuevamente a Dios y el me habló personalmente, que él podía

hacer las cosas en seis meses. Así de claro.

Recuerdo que desde el tiempo que conocí a mi esposa

Rhodimari, hasta el día de mi boda pasaron exactamente, seis

meses. Dios cumple lo que promete.

Un día visitando a una hermana en Cristo, simplemente nos

tomó de la mano y dijo: Me gusta el bizcocho de bodas, me

invitan. Nos sorprendió aquella palabra y aunque no nos dejamos

llevar por esa profecía, se cumplió a su debido tiempo. Para este

tiempo, ya tenía una amistad con mi esposa, pues Dios me había

hablado acerca de ella.

Capítulo – 6 –

PROMESA DE VIAJAR
____________________________________________________
___________
a. El viaje a Puerto Rico

119
La primera vez que Dios me habló de que saldría de mi país, fue

recién convertido, a través de una hermana en Cristo en un retiro

de ayuno y oración. En otro retiro de ayuno y oración que hacía a

solas con Dios, el Espíritu Santo me habló. En ese instante un

avión surcaba los aires y el Espíritu Santo me confirmó

diciéndome, así saldrás tú en un avión.

Dios me siguió confirmando por medio del Espíritu Santo que

saldría de mi país a predicar el Evangelio. Recuerdo que durante

ese tiempo muchos hermanos soñaban que yo salía de mi país.

Hermanos llegaban a mi casa o me enviaban mensajes diciendo

que saldría del país.

Una de las últimas profecías fue a través de uno de los

verdaderos profetas pentecostales, Ricardo Castillo. Mientras

viajábamos con mi hermano Nelson, en un taxi, el Espíritu Santo

habló por el profeta y le dijo a mi hermano que saldría a Puerto

Rico y que él sería el canal para que yo saliera también.

No fue fácil el tiempo de espera para que se cumpliera la

promesa del Señor. Recuerdo que la gente se burlaba de mi

espera y recibía mucha crítica, al grado que una hermana me

120
llamó por teléfono a mi casa y burlándose, me dijo: ¿Cómo están

las cosas en Puerto Rico? Disimulé la ofensa; pero para su

sorpresa, casi dos meses después, se abrió la puerta para viajar a

Puerto Rico.

Mi hermano salió en el año 1997 a Puerto Rico. Yo esperaba

la promesa, pero se tardaba. Llegue a pedirle a Dios que no me

abriera la puerta por medio de mi hermano, porque yo creía que

se había olvidado de mí.

Comencé una campaña de cuarenta días de ayuno,

entregando cada día por la tarde, y resalto esto porque siempre

que he necesitado una respuesta de Dios para decisiones

importantes, esa ha sido la receta.

Dice mi hermano que empezó a oír la voz de Dios que le decía:

Ayuda a tu hermano. El porfiaba con Dios y decía: ¿Acaso yo doy

visas? Pero un día, para demostrarle a Dios que no era falta de

voluntad, mientras pasaba frente a una universidad cristiana,

decidió entrar y preguntar por las becas para estudiantes. Se

entrevistó con el presidente y le respondió que hacía muchos

años el programa había estado suspendido, pero que una semana

121
atrás lo habían restablecido. Sus palabras literales fueron: Tu

hermano será el primer estudiante extranjero del programa.

Mi hermano me envió los documentos de la aprobación de la

beca a Honduras, pero yo no quería ir a la embajada, hasta estar

seguro que Dios quería que yo fuera. Esperé más de un mes,

antes que se venciera el plazo, y un día, mientras iba pasando

frente al aeropuerto comencé a hablar en otras lenguas y el

Espíritu Santo me confirmó que era su voluntad. Fui a la

embajada y la visa fue aprobada.

El único detalle fue que no tenía el pasaje y en esos tiempos no

era cualquier persona que desembolsaría el dinero para un

pasaje. Pero me llené de fe para decir que el que hizo una cosa,

haría la otra, pues el que invita paga.

Un hermano, bien intencionado, me propuso hacer una carta

de trabajo para que la presentara y me dieran un préstamo. El

Espíritu de Dios me habló que rechazara esa mala oferta, pues yo

no trabajaba para él y mentiría.

Recuerdo que el hno. José tenía un hermano que vivía en

Estados Unidos y me había pedido oración porque él quería saber

122
si era la voluntad de Dios que viajara a Honduras. El Señor le

confirmó el viaje. Pero lo más asombroso es que había pasado

mucho tiempo y él llegó justamente en los días que yo estaba

supuesto a viajar.

Recuerdo que el joven llegó a Honduras y me pidió que le

guardara un dinero que traía de Estados Unidos. Cuando se lo

devolví, él separó una cantidad y me dijo: Este dinero es suyo.

Justo lo que necesitaba para comprar el pasaje, pues yo tenía una

cantidad ahorrada, aunque solo era como el veinte por ciento del

total. ¡Aleluya!

b. Dios cumple sus promesas

Fue en agosto del año 2000 que Dios me permitió viajar a la Isla

de Puerto Rico, donde cursé estudios teológicos. Durante ese

período alternaba la predicación de la Palabra de Dios en distintas

iglesias con los estudios.

Después de haber estudiado por un período de cuatro años,

conocí a mi esposa Rhodimari, en un culto en su casa, en Río

123
Grande, Puerto Rico, con quien contraje matrimonio en el año

2005.

Había esperado durante más de diez años para que Dios me

diera mi esposa y cumpliera sus promesas ministeriales. Fue una

etapa de muchas renuncias, pues esperaba a alguien que Dios me

confirmara que fuese su voluntad.

Durante el tiempo de espera me dedicaba a servir a Dios en

mi juventud, con la firme esperanza de que Dios pondría la mujer

correcta en mi camino, para juntos trabajar en el ministerio. Dios

cumplió mi anhelo, pues Rhodimari sabía lo que era el servicio

ministerial. Ella también había recibido el llamado pastoral.

Además, sabía lo que era trabajar en el ministerio porque sus

padres eran pastores y ella trabajaba juntamente con ellos en el

ministerio. A mi esposa, Dios le había hablado que su esposo era

extranjero y se cumplió a su debido tiempo, pues viajé de

Honduras a Puerto Rico, donde la conocí.

c. Un anhelo cumplido

124
Cuando llegué a Puerto Rico (en el año 2000), no sabía utilizar la

computadora. Mi hermano Nelson, gentilmente me regaló una

computadora portátil en desuso, que en ese tiempo era un

tesoro, y fue allí donde comencé a escribir. Nelson me explicó

algunas técnicas de escritura, que poco a poco fui aprendiendo y

mejorando para poder escribir.

Después de cuatro años de estar trabajando en los primeros

libros, por fin Dios me concedió publicar el primer libro: “No hay

maldición para los cristianos”, en respuesta a muchas doctrinas

confusas que pululaban con relación a la demonología. Esto fue

en Puerto Rico, en la imprenta del Ministerio “Cristo Vine” del

hno. Yiye Ávila.

Desde el principio, todos mis libros han tenido el propósito

de discipular y ayudar a los cristianos en general, dando

respuesta a temas de interés general para la Iglesia.

El propósito de mis libros es simplemente transmitir lo que

Dios me ha permitido conocer acerca de la Biblia. No se

escribieron con fines de lucro, ni para pretender; sino para

edificar al pueblo de Dios. He procurado que todos los hermanos

125
que deseen leer los libros los puedan adquirir a ningún costo o al

costo mismo de la impresión. Ese ha sido mi anhelo.

El llamado a escribir los libros me fue confirmado por el Señor

de diferentes maneras. Una de ellas fue que, al comienzo, yo le

pedí a una persona que escribiera el prólogo del primer libro,

pero se negó porque yo no era alguien conocido, aunque él

tampoco era reconocido.

También tuve una visión en la que le pedía a un ministro

importante que me hiciera el mismo prólogo, pero se negaba. Le

respondí que era la segunda persona que se negaba, pero le dije

que ya tenía a alguien que lo haría. En la visión él me respondió

con curiosidad que quien era. Le respondí: Jesús de Nazaret, Él

aprobó mis libros. Eso lo tomé como una señal de que eran

agradables a Dios.

La mayoría de mis libros son temas bíblicos (teológicos), no

tienen experiencias personales narradas; excepto este libro hasta

ahora, que es una autobiografía. Aclaro eso porque al escribir

temas bíblicos no lo hice por un conocimiento humano. El Señor

fue quien me guio a escribir cada tema.

126
Otra confirmación acerca del conocimiento bíblico que Dios

me permitió conocer me fue dada en una visión. Vi una joven en

la visión, era como un ángel que me dijo: Sabes que Dios me ha

revelado toda la Biblia. Toda la

Biblia -Le respondí, asombrado-. Sí, me dijo. Incluyendo el

Apocalipsis -Le pregunté-. Sí -Me respondió-. Si es así, le

pregunté: ¿Qué significa el 666? Ella me dijo que era la marca del

Anticristo y que esto sería más claro en el tiempo de la

tribulación. Le respondí que su respuesta estaba bien, pero que

le faltaba algo de experiencia.

Al terminar la visión, Dios me mostró que la visión era para

mí, porque la joven no existía. Y tampoco la hubiese puesto a

prueba, sin tener dicho conocimiento.

De hecho, yo no sabía que Dios podía revelar toda la Biblia,

eso fue un concepto nuevo para mí. Eso no implica saberse la

Biblia de memoria; si no conocerla con la capacidad de

interpretar cada pasaje. No creo que esto sea solo para mí, solo

me remito a contar la visión.

127
Debo aclarar que no creo en toda visión o sueño, pero hay

mensajes que son de Dios. La Biblia confirma que

28
Dios habla de esa manera: Y después de esto derramaré mi
Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y
vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros
jóvenes verán visiones (Jl. 2:28). Ver, Job 33:1416.
No obstante, está en la capacidad del cristiano, discernir con la

Biblia y por el Espíritu, cuando Dios habla.

Capítulo – 7 –
VIAJE A ESTADOS UNIDOS

_______________________________________________

________________

a. El llamado a los Estados Unidos.


Dios me había hablado que saldría de mi país para servir en el

ministerio. La razón por la que salí fue por un llamado de Dios.

Las puertas en el ministerio en mi país no se abrían; en esos días

deseaba que alguien, al menos, me rentara un pequeño lugar

para comenzar una obra; pero nadie me apoyó y no tenía los

recursos. Esto me sirvió de motivación para ayudar después a

otros ministros, cuando ya estaba en el ministerio. De esa manera

128
fui entendiendo que mi ministerio no se desarrollaría en mi país

natal. No obstante, durante ese tiempo serví al Señor como

evangelista y en el ministerio pastoral, con mi mamá.

Llegó el tiempo que Dios me lo confirmó e incluso se lo

comuniqué a mi pastor y Dios lo cumplió a su tiempo. En el año

2,000, salí de Honduras a Puerto Rico. Creo que Dios me llamó de

manera independiente, para que la visión ministerial no

estuviese limitada.

A veces se señala a las personas que Dios las llama a levantar

un ministerio de manera independiente. Estoy de acuerdo que no

todo ministro está capacitado para eso, salvo que Dios lo llame

genuinamente. Pero, no hay que olvidar que los grandes concilios

cristianos, también comenzaron con una persona que decidió

obedecer la voz de Dios. Es importante entender que no todo

ministro está preparado para trabajar en un ministerio

independiente. La mayoría fracasan porque no tienen una

estructura firme en sus doctrinas y carecen de un reglamento.

129
Casi cuatro años antes de comenzar en el ministerio, Dios me

guio a trabajar en un reglamento general, lo cual es indispensable

en cualquier ministerio.

b. Comienzo de la obra en Estados Unidos


La primera vez que viajé de Honduras a Puerto Rico, Dios me

habló en el avión señalándome que la misma fe que había usado

en Honduras, la necesitaría en Puerto Rico.

En el año 2001, había viajado a mi país y no quería regresar a

Puerto Rico, pues me sentía feliz sirviendo a Dios en mi país, pero

Dios me volvió a hablar que debía regresar a Puerto Rico y así lo

hice.

Recuerdo que en otra ocasión quise regresar a Honduras,

pues la situación estaba difícil en Puerto Rico, pues no tenía a

nadie, salvo a mi hermano Nelson quién hizo lo mejor que pudo

para apoyarme en mi meta de servir a Jesús. Él creyó en mi

llamado cuando no se veía nada.

Después de casado, Dios nos había prometido (con mi

esposa), que saldríamos al ministerio fuera de Puerto Rico, a

130
Estados Unidos. En el año 2007 viajé de nuevo de Puerto Rico a

Honduras y pensaba de regreso quedarme en la ciudad de

Charleston, S. C., para trabajar en el ministerio, pues allí había

unos hermanos conocidos y pensaba visitarles. Pero estando en

Honduras un profeta me dio palabra de Dios y me dijo que yo

tenía planes de levantar una obra, pero que no era el plan de Dios

todavía y debía esperar. Él no sabía nada del plan y luego, Dios

me lo confirmó personalmente. Fue difícil esperar un año más,

pero obedecí y regresé a Puerto Rico.

Después de siete años viviendo en Puerto Rico, donde Dios

me permitió escribir los primeros libros y publicar el primero. El

5 de febrero del 2008 salí para la ciudad de Charleston (South

Carolina) con el propósito de levantar obra con dos hermanos

radicados allí y la familia que me prestaba su casa.

Después de un período de veinticinco días de ayuno y oración

para que Dios me dirigiera al lugar que debía ir, recibí una llamada

desde Charleston, S. C. El hermano José Perdomo, dice que

mientras iba en un viaje de estudios teológicos desde Charleston,

S. C., hacia Falcón, North Carolina, sintió el deseo de llamarme y

131
allí me hizo la invitación de ir a Charleston, a fin de levantar una

obra con su apoyo. Sin duda, yo sabía que esa era la respuesta a

la oración, pues él fue sofocado por Dios para llamarme.

El hermano José Perdomo me abrió las puestas de su casa

para comenzar la obra. Allí comenzamos la primera reunión el 9

de febrero del mismo año y así estuvimos siete meses con una

sola reunión los días sábados por la noche. Cierto día, no llegó

nadie a la reunión. Pero me quede allí como si hubiera alguien,

cumpliendo con el llamado divino.

c. La iglesia sin nombre


A finales de 2008, comenzamos a rentar un local por horas, eso

significa que al terminar cada reunión teníamos que desmontar

todo el equipo y cargarlo en el carro.

Así estuvimos en ese local en Goose Creek, cerca de seis años.

Existían opciones de movernos, pero Dios no me daba el visto

bueno. Como todo lo que emprendí, la misión era no hacer

ningún movimiento que Dios no me lo confirmara.

Israel no se movía en el desierto, si la nube de Jehová no se

movía (Nm. 9: 17-19). Moisés dijo en una ocasión que, si Dios no


132
iba con él, no se movía (Éx. 33:15). Pero cuando nos decidimos

mover bajo la dirección divina, hay que prepararse para la crítica.

En ese local la obra fue tomando forma, pero al principio, no

fue fácil. Primero comenzamos en un salón pequeño y las

reuniones siguieron igual, solo los días sábados. Después el Señor

nos permitió movernos a un salón más grande, en el mismo local

y luego se añadió el culto de los jueves para la enseñanza,

después los martes para la reunión de oración.

En esa espera, llegó el momento en que no cabíamos, y fue

allí que Dios nos abrió la puerta para reunirnos en un templo con

una capacidad aproximada, de mil personas.

En este momento de la Iglesia estaban en auge las mega-

iglesias. Todos los ministros deseaban un templo inmenso para

llenarlo de gente, pero a veces sin importar la calidad de los

miembros.

La Iglesia Fundamento Firme se ha caracterizado por tener su

fundamento firme en la Biblia, como su nombre lo indica. Eso nos

ha llevado a predicar un evangelio de santidad por dentro y por

fuera. El Señor nos hizo entender que lo más importante de una

133
iglesia es que los que los miembros, sean santos por dentro y por

fuera, para que puedan ver al Señor, no solo el número de

miembros.

Dios honrará a cada ministro por la manera que hizo su

trabajo, con uno o con mil. No por la cantidad de miembros; sino

por su entrega e integridad en el ministerio.

Pero esta manera de pensar es un reto de valientes, pues hay

que estar dispuesto a la burla y al menosprecio de los que creen

saber algo, aunque no saben nada, como señala el apóstol Pablo

(1 Co. 8:2).

Estamos en el tiempo de la apostasía y los ministros se

marean con el asunto de la fama, la falsa prosperidad y un

crecimiento solamente numérico. Esto ha producido grandes

herejías, pues los ministros nos son servidores de Dios, sino

ídolos. Los templos no son lugares de oración; sino centros de

entretenimiento.

Nosotros decidimos escuchar la voz de Dios desde el cielo

demandándole santidad a su pueblo. Predicar y vivir en una sana

doctrina, es un reto hoy día. Para el que se acomoda a su pecado

134
es una gran carga; para los que aman al Señor, es un privilegio

participar de su santidad.

d. El testimonio de la casa
Cuando me mudé a Charleston, S. C., en el año 2008 para

comenzar la obra vivía en casa de mi amigo, José Perdomo. Ellos

amablemente me habían recibido, pero los cuartos estaban

ocupados, así que, preparaba mi cama en la sala.

A veces tenía que cargar mi ropa y cosas de uso personal en el

carro.

Mi esposa trabajaba de maestra en Puerto Rico y tuvo que

esperar algún tiempo para venir a Charleston. Cuando llegó el

tiempo de mudarse para acá, yo no tenía donde vivir, ni dinero

para alquilar un apartamento. Fui a ver un apartamento, pero era

muy caro para mi presupuesto. Desesperado pensé en vender un

aparato de sonido que había comprado, pero me daban muy

poco dinero y perdí la oportunidad de tomar el apartamento.

135
Conseguí la otra parte del dinero y llamé al dueño de los

apartamentos y me dio otra oportunidad. Pude pagar el

apartamento y al siguiente día llegaba mi esposa. Cuando llegó se

asombró, pues no vio muebles, salvo unas sillas que me habían

regalado una hermana. Así comenzamos.

No le pedí casa a Dios, solo que no me gustaba estar

encerrado en un apartamento y me daba pesar pagar un

apartamento que no era mío.

Cierto día, al salir de la iglesia un domingo, unos hermanos en

Cristo nos invitaron a su casa. Usualmente los domingos después

del culto no visito, pues uno sale cansado de la predicación, pero

pensé que algunos de ellos no eran cristianos y tuve en mi

corazón visitarles. En esos días queríamos alquilar una casa, iba

observando las que había por el camino. Cuando estábamos

cerca de la casa de nuestros amigos, mi esposa asombrada me

dijo: Que rara sensación siento. ¿Qué pasó? Le respondí. Es que

no sé por qué, siento que voy para mi casa, me contestó un poco

asombrada. Qué casualidad -le dije- yo también voy observando

las casas para ver si alquilamos alguna. Vi una casa en venta y nos

136
bajamos a tomar el número de teléfono. Luego llegamos al hogar

de los hermanos.

Hacía como un año atrás que mi esposa había visitado esta

familia y había dicho que, si Dios le daba una casa, la quería como

ésta. En ese tiempo la dueña dijo que la quería vender, pero no

recibimos ninguna respuesta concreta.

Al llegar a la casa de los hermanos, mi esposa le dijo en broma

a uno de los familiares, que como no le habían querido vender la

casa, ella compraría la del vecino.

Allí surgió nuevamente el tema y él dijo que precisamente, su

mamá había decidido vender la casa.

Fue un asombro para nosotros.


Empezamos el proceso de compra que tardó como seis

meses, pero al fin Dios cumplió aquel sentir que tuvo mi esposa.

Como un mes antes de hacer el cierre de la casa, dos ángeles

aparecieron en visión a mi esposa y le entregaron unos papeles

diciéndole: La casa es tuya. ¡Gloria a Dios! Se cumplió.

Aclaro que nunca le pedí casa a Dios, ni ninguna cosa

personal. Tuve un lema en mi vida cristiana y es que, si le servía a

137
Dios, el supliría todas mis necesidades, basado en las palabras de

Jesús:

33
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y
todas estas cosas os serán añadidas (Mt. 6:33).
Quiero agregar que durante muchos años sirviendo al Señor

sufrí grandes necesidades, eso no tiene nada de malo, porque

sufrir por la causa de Dios es un privilegio (1 P. 2:20); pero cabe

señalar que Dios comenzó a derramar bendiciones en mi vida, a

partir del momento que me comprometí a diezmar cabalmente

como pastor.

Eso implica que lo hacía, pero como me dedicaba al

ministerio evangelístico y no tenía un trabajo secular, no

diezmaba a cabalidad.

A veces los cristianos creemos que a Dios le interesa más la

cantidad, que la fidelidad. Olvidamos que el Señor dijo que la

viuda dio más que todos los ricos de su tiempo:

44
Porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de
su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento (Mt.
12:44).

138
Los ricos dieron de lo que les sobraba, pero ella dio la mejor

ofrenda, pues dio todo lo que tenía.

Cuando comencé en el ministerio pastoral, escuché el

testimonio de un pastor que su papá es judío y él le dijo que debía

diezmar del diezmo.

La Biblia señala que los levitas no tenían tierras para cultivar,

pero debían diezmar del diezmo y Dios se los contaría como si

fuera labor de campo o del ganado:

25
Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 26 Así hablarás a los
levitas, y les dirás: Cuando toméis de los hijos de Israel los
diezmos que os he dado de ellos por vuestra heredad, vosotros
presentaréis de ellos en ofrenda mecida a Jehová el diezmo de
los diezmos. 27 Y se os contará vuestra ofrenda como grano de
la era, y como producto del lagar (Nm. 18:25-27).
A partir de allí, Dios comenzó a bendecir a ese pastor. En ese

momento me comprometí con Dios a dar el diezmo de los

diezmos y desde entonces las puertas de los cielos se

comenzaron abrir para mi vida y ministerio.

Espero que este testimonio les sirva a todos los cristianos y

ministros para que entiendan que no es lo poco o mucho de sus

diezmos lo que agrada a Dios; si no la fidelidad en dar

139
exactamente el diez por ciento de todo lo que recibimos de la

mano de Dios. ¡Gloria a Dios!

140
156 Capítulo – 8 –

VIVIMOS EN TIEMPOS FINALES

a. La peor tormenta de herejías se avecina


_______________________________________________

________________

1
Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos
algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus
engañadores y a doctrinas de demonios (1 Ti.
4:1).
_______________________________________________

________________
El ataque más grande contra el evangelio se dará a

medida que se acerque la venida de Cristo (precedida por el

Arrebatamiento de la Iglesia).

La iglesia de los últimos tiempos tendrá carencia de poder por

haber abandonado su vida de santidad. Pero habrá un deseo

ferviente en los verdaderos cristianos por volver a la raíz del

verdadero evangelio.
Tuve la dicha de nacer en una época gloriosa para la iglesia

de Cristo en Latinoamérica. Esto me hizo conocer una Iglesia más

sana en su fe y doctrina.

La Biblia señala que preguntemos por los caminos antiguos y

que andemos por ellos:

16
Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad
por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por
él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No
andaremos (Jr. 6: 16).
Las nuevas generaciones parecen desconocer estas sendas

antiguas. Pero hubo tiempos en que no se cuestionaba como

debía conducirse la Iglesia de Cristo en la tierra.

Los cristianos de los últimos tiempos deben ser advertidos y

apercibidos de que, la Iglesia de Cristo ha ido cambiando para mal

en su peregrinaje sobre la tierra.

A medida que el mundo se modernizó, los mismos cristianos

adoptaron las modas y costumbres del mundo. Estas se

introdujeron poco a poco en la Iglesia, con la excusa de no juzgar

a nadie. Hubo tiempos cuando existía mucho abuso en el mundo

142
y la sociedad fue tomando conciencia de esto, pero la tolerancia

se llevó a un extremo aberrante.

Satanás hace su trabajo sutilmente y ha sido durante esta

última generación (40 años) que la Iglesia se ha modernizado e

introducido tantas herejías.

Hubo tiempos que los cristianos sabían que debían vivir

consagrados a Dios, en una santidad interna y externa. Aun las

personas no cristianas sabían que si visitaban cualquier Iglesia

cristiana debían vestir honestamente, y lo hacían por respeto. A

las nuevas generaciones que no pudieron ver cómo fue la Iglesia

años atrás, les recuerdo que la Iglesia fue santa por dentro y por

fuera, hasta los otros días.

Cristo fundó una Iglesia santa, pero hombres llenos de

ambición y alcahuetes han permitido que Satanás meta sus

herejías y mundanalidad dentro de la Iglesia. Pero siempre hay

un remanente santo en la tierra, que no se doblega ante los falsos

ídolos y las herejías que dañan la sana doctrina.

143
b. La mezcla con el mundo
A partir de la revolución tecnológica y cibernética las iglesias

fueron influenciadas por el mundo y empezaron a cambiar su

forma de pensar en cuanto a la santidad.

Antes de los 80’s, la gente no cuestionaba como debía vestir

una mujer y hombre cristiano. Los ministerios comenzaron a

decir que la luz había que llevarla a las tinieblas y resultó que a

muchos las tinieblas les apagaron la luz. Estos versos se usan para

mezclarse con el mundo, cosa que la Biblia condena, como

muestra el siguiente verso:

4
!Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es
enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo
del mundo, se constituye enemigo de Dios. 5 ¿O pensáis que la
Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en
nosotros nos anhela celosamente? (Stg. 4:4).
La mayoría de los ministros que se han involucrado en eventos

mundanos, perdieron su temor a Dios y la unción del Espíritu

Santo. Sus vidas están igual de vacías que la de los inconversos.

144
c. La mezcla con la religión falsa
_______________________________________________

________________
14
No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué
compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué
comunión la luz con las tinieblas? 15 ¿Y qué concordia Cristo con
16
Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué
acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque
vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:
habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi
17
pueblo. Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos,
dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, 18 Y seré
para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice
el Señor Todopoderoso (2 Co. 6:14-18).
_______________________________________________

________________

En los últimos tiempos habrá un auge en el tema de la unidad de

las iglesias. Esta será una falsa unidad de todas las religiones. La

mayoría de iglesias evangélicas caerán en esa apostasía, negando

el verdadero evangelio que conocieron un día. Solo quedará un

remanente fiel, que será menospreciado por guardarse en

santidad. Estos serán tildados de estar atrasados, por no

acomodarse a las herejías y pecados de las falsas iglesias.

145
No hay que olvidar que los verdaderos profetas de Dios no

fueron detrás de las corrientes del mundo, ni eran del agrado de

las multitudes. Ellos parecían correr en contra de las corrientes

en boga.

Elías fue uno de los grandes profetas que vivió en un momento

de crisis espiritual en Israel. Él se sintió solo, pero Dios reservó

siete mil fieles que no doblaron sus rodillas ante los ídolos de este

mundo (1 R. 19:18).

La iglesia también, será solo un remanente en la tierra, a

medida que el fin se acerca. La iglesia será bifurcada en una

corriente mayoritariamente apóstata y una pequeña manada que

sentirá celo por la sana doctrina bíblica.

Esto creará confusión entre los cristianos. Millones de cristianos

se acomodarán a sus pecados, engañados por las falsas doctrinas.

Estos se quedarán en la tierra y sufrirán la tribulación del

Anticristo, mientras que los fieles serán arrebatados al cielo para

escapar del juicio venidero.

A medida que los tiempos finales se acercan, habrá un

movimiento en contra de la predicación del arrebatamiento de la

146
Iglesia y la venida de Cristo. Los cristianos modernizados creerán

que ese es un mensaje atrasado, pues ellos no quieren esperar a

Jesús para que establezca su reino. Ellos quieren establecer su

propio reino basado en el materialismo.

La gente no querrá escuchar el mensaje de la venida de

Cristo, pues aun los cristianos se cansarán de esperarlo. Jesús dijo

que cuando regresara, no habría fe en la tierra:

8
Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?
(Lc. 18:8b).
Es sabido por la Biblia que cuando Dios pregunta algo, no es

porque no sabe; sino porque nos quiere enseñar. Sin duda, la fe

de la gente menguará en los últimos tiempos y esto sucederá en

gran medida porque la Iglesia se mezclará con el mundo y

perderá su poder.

La gente del mundo no respetará la Iglesia del Señor, pues la

verán como una institución religiosa que tiene las mismas

ambiciones de poder político del mundo. La Iglesia de los tiempos

finales, será de manera general, como la Iglesia de Laodicea que

es profética y la última del Apocalipsis, tibia y mundana.

ANEXO
147
____________________________________________________
___________

UNA VIDA DE FE
Las más asombrosas victorias de todos los ministerios bíblicos y

de la historia cristiana comienzan con un llamado divino y con la

fe de los que atienden y obedecen su voz. Esa fórmula de fe no

ha cambiado jamás. Dios sigue llamando obreros a su viña, pero

es necesario que le crean.

En mi vida cristiana este llamado ha sido una experiencia

maravillosa y una aventura de fe. Todo lo que Dios ha hecho con

mi vida, hasta el más mínimo detalle, se ha realizado por medio

de la fe. Eso implica que no hubo nadie de por medio que me

dijera, aquí tiene un templo, un micrófono, una silla y menos una

iglesia. No recibí apoyo económico antes de comenzar, solo

dirección de Dios.

Tampoco quiero decir que sea un mérito propio, salvo la

decisión de creerle a Dios, que es voluntaria. Dios determinó que

todo fuera por la fe, para que toda gloria sea atribuida a su

nombre. Quien decida obedecer el llamado de Dios, deberá pasar

por un proceso donde su fe será probada.


148
Amigos y hermanos, puedo decirles con sinceridad que,

durante el período de formación, antes del ministerio pastoral,

cruce difíciles momentos en los que no se vislumbraba ninguna

esperanza en cuanto al ministerio. Experimentaba el poder y la

gloria de Dios viendo milagros de sanidad, liberación, palabra

profética, visiones, manifestaciones de ángeles y experiencias

espirituales típicas de un verdadero ministro de Dios, pero tenía

que vivir diariamente pidiendo el alimento como el maná en

Israel.

Fueron más de diez años que estuve esperando que Dios me

diera mi esposa y el ministerio pastoral que me había prometido,

los cuales determinaban hacia donde se dirigiría mi vida en la

tierra que hasta ese momento estaba llena de incertidumbres,

aunque mantenía una fe inquebrantable.

Desde el principio Dios me llamó a vivir por la fe. No fue una

decisión fácil a causa de las críticas y la incredulidad de los que no

veían una estructura física en mi ministerio. No obstante, no dejé

de creerle a Dios, a pesar de que probó mi fe en esos largos años

149
de espera. Tenía que mantenerme viendo al invisible (Hb. 2:7) y

esperar su promesa.

En ese tiempo experimenté largos períodos de ayuno,

carencia de alimentos, ropa, y de las necesidades más básicas. Me

fortalecía con las palabras del apóstol Pablo:

12
Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por
todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener
hambre, así para tener abundancia como para padecer
necesidad (Fil. 4:12).
Estas experiencias de padecer por la causa de Cristo me

enseñaron a vivir por la fe y a depender de Dios siempre; tenga o

no tenga algo material, pues en este mundo todo falla, menos

Dios.

Muchos ministros creen que cuando alcanzan alguna

bendición material, ya no necesitan la ayuda del Señor. Es una

farsa, confiar en lo material. El ministro de Dios debe confiar solo

en Dios en esta tierra, hasta el día de su partida a la presencia del

Señor.

PRINCIPIOS DE VIDA

150
Hay ciertos principios de vida que, Dios en su sabiduría, me dio

para practicar a fin de cuidar el corazón. La Biblia dice:

23
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él
mana la vida (Pr. 4:23).

Aquí comparto algunos de ellos: •


Personales:
1. No comprar trajes caros para vestir.

2. No cargar más de treinta dólares diarios en el bolsillo

(dependencia de Dios).

3. No aceptar en el corazón los halagos de la gente, ni ninguna

pleitesía (darle toda la gloria a Dios).

4. Examinar que cada palabra y acción de mi vida, procure

solamente exaltar a Dios, no mi vida.

5. Saber que todas las cosas obran para bien de los que aman a

Dios. Eso implica dar gracias a Dios por todo, aunque no

entienda o este fuera de mi control.

6. Ignorar los comentarios dañinos, pues no se puede quedar

bien con las personas y con Dios a la vez.

7. Pensar que este podría ser el último día de mi vida

(aprovechar el tiempo y considerar a los demás).


151
8. Considerar que todas las personas, no importando su

condición o circunstancias, son mayores que yo en algo y en

eso debo aprender de ellos.

9. Aprender no solo de los buenos ejemplos para hacer lo

correcto; si no también de los malos, para no repetir los

errores de otros.

10. Considerar ser un discípulo, más que un maestro; sin

importar lo que Dios me haya enseñado.

11. Discernir cual es el límite entre, el respeto hacia los demás, y

el miedo a predicar la verdad.

12. No esperar reconocimientos u honores en la tierra; sino

buscar recompensas en el cielo. Eso implica aceptar ser

ignorado, con tal que Jesús sea exaltado.

13. No responder a la ligera a las provocaciones. A veces el

problema no surge por lo que los demás nos dicen o hacen;

sino por nuestra respuesta.

14. El orgullo es el enemigo silente del cristiano, este habla

cuando estamos solos y nos hace creer que las cosas suceden

152
por nuestras habilidades o talentos. El peor orgullo que

existe, es la falsa humildad.

15. La verdadera humildad se prueba en la abundancia, no solo

en la escasez.

16. Los ataques más grandes del cristiano, suceden después de

una gran victoria.

• Ministeriales:
1. Orar de madrugada. No descuidar la oración, de la cual
depende nuestra victoria diaria, en la vida cristiana.

2. Ayunar dos o tres días a la semana. Obedecer la voz de Dios

si nos guía a un ayuno aún más largo.

3. No predicar en un lugar donde Dios no me lo

confirmara (el propósito es ser efectivo en la evangelización

y dependencia total de Dios).

4. Buscar cada predicación en oración, aunque tenga mil temas

para predicar.

5. Orar para conocer la voluntad de Dios, antes de emprender

cualquier decisión.

153
6. No esperar que Dios obre hoy, de la manera que lo hizo ayer.

El poder de Dios obra de acuerdo a la necesidad del pueblo o

las circunstancias.

7. No obstinarme en pedir algo en oración a lo que Dios no

responde, buscar siempre su voluntad.

8. Considerar que las circunstancias, en ocasiones, podrían ser

utilizadas por Dios para hablarnos.

9. Que ninguna dádiva comprometa mis convicciones

cristianas. Eso implica rechazar aquellas que me puedan

comprometer o limitar a predicar la verdad (Ec. 7:7).

10.No juzgarme a mí mismo (puedo ser muy tolerante o muy

severo conmigo mismo); dejar que Dios me juzgue por medio

de su Espíritu y su Palabra (Biblia). Llegar ante su presencia

sin prejuicios y en humillación cada día para que él me diga

como estoy ante Él.

11.Tratar de no rechazar de entrada una opinión ajena o una

profecía (salvo que este muy seguro); analizarlo todo y

retener lo bueno, como enseña la Biblia.

12.Mi vida de fe consiste en obedecer la voz de Dios


154
(sobre la base de la Biblia); no en entender o cuestionar sus

caminos.

13.Los demonios usarán miles de formas para atacar a los

cristianos; pero solo pueden hacerle daño, si se les abre la

puerta. El peor enemigo del cristiano no es Satanás, sino su

propia voluntad.

14.No ir más allá de lo que está escrito en la Biblia a fin de evitar

las herejías. Donde la Biblia habla, yo hablo; donde la Biblia

caya, yo cayo.

LIBROS ESCRITOS POR JOEL PERDOMO

1. NO HAY MALDICIÓN PARA LOS CRISTIANOS


2. EL DIEZMO DESDE ABRAHAM A CRISTO
3. LA PROFECIA COMO MINISTERIO DE LA IGLESIA
4. LA ORACIÓN EFICAZ
5. LA LEY Y LA GRACIA
6. EL LLAMADO AL MINISTERIO
7. LOS MINISTERIOS DE LA IGLESIA
8. ADORADODES EN ESPÍRITU Y EN VERDAD
9. FE SIN LÍMITES
10. SIN SANTIDAD, NADIE VERÁ AL SEÑOR 11. VIDA Y
MINISTERIO (autobiografía).
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12. LA IGLESIA E ISRAEL COMO SEÑALES DEL FIN
13. LA AUTORIDAD – El Desafío Cristiano
14. HUMILLACIÓN Y EXALTACIÓN DEL CRISTIANO
15. RESPUESTAS A PREGUNTAS DIFÍCILES DE LA BIBLIA
16. TEMAS INTERESANTES DE LA BIBLIA
17. JESÚS, NOMBRE SOBRE TODO NOMBRE
18. EL ESPÍRITU SANTO EN LA IGLESIA
19. UNA SOLA CARNE – Matrimonio, Divorcio y Recasamiento a
la luz de la Biblia.
20. SOLTERO – ¿Cómo esperar en Dios?
21. ADOLESCENCIA. ¿Cómo enfrentar los cambios?
22. LA SABIDURIA DIVINA
23. LOS PRIMEROS PASOS
24. VIDA CRISTIANA – Reflexiones
25. TESOROS DE LA BIBLIA
26. DISCIPULADO DE DOCTRINAS BASICAS
(búsquelos escritos y en audio en internet).

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