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Ideas irracionales y mitos sobre la relación

de pareja
Se describen creencias erróneas comunes que pueden dificultar el buen
funcionamiento de la pareja

Carmen Penelas López

Se muestran creencias que se dan de forma muy generalizada sobre la relación de


pareja y que en realidad suponen errores de concepción que pueden ser obstáculos
para su felicidad.

Está basado en el libro del profesor Arnold Lazarus: Mitos maritales, editorial,

Hablamos de matrimonio para facilitar la comprensión pero es igualmente aplicable


a parejas que viven juntas con un proyecto vital común

Mitos que se explican a continuación con detalle

1. "Marido y mujer deben ser los mejores amigos"


2. “El amor romántico crea un buen matrimonio”
3. “Una relación extramatrimonial se da solamente en matrimonios que tienen
problemas”
4. “Si te sientes culpable, confiesa”
5. “Marido y mujer deberían hacer todo juntos”
6. “Hay que luchar a toda costa por el matrimonio”
7. “Una buena pareja se fía absolutamente”
8. “Debes hacer feliz a tu pareja”
9. “Las buena parejas permiten toda la descarga emocional”
10. “Los buenos maridos arreglan enchufes, las buenas esposas ponen la
lavadora”
11. “Tener un hijo mejora un mal matrimonio”
12. “El matrimonio debería ser una sociedad 50/50”
13. “El matrimonio puede realizar todos nuestros sueños”
14. “Los que aman de verdad adivinan lo que el otro piensa y siente”
15. “Un matrimonio infeliz es mejor que un hogar roto”
16. “Las aspiraciones laborales del marido están por encima de las de la mujer”
17. “Si tu pareja te quiere dejar, agarrate y lucha”
18. “Un amor muerto se puede revivir a veces”
19. “La competencia estimula el matrimonio”
20. “Debes transformar a tu pareja en alguien mejor”
21. “Los opuestos se atraen y se complementan”
22. “Las parejas no deben revelar sus problemas a extraños”
23. “No tenga sexo estando enfadado”
24. “Confórmese con lo que tenga”
25. Valoración de ideas irracionales acerca de la relación de pareja
MITO 1: Marido y mujer deben ser los mejores amigos

El matrimonio es compartir íntimamente, la amistad es compartir la intimidad.

La amistad pone el énfasis en las necesidades e intereses de dos personas independientes, mientras que
el matrimonio lo pone en la familia (en general).

La amistad supone un clima en el cual todos los sentimientos y emociones se pueden expresar con total
libertad, no afecta a la vida del otro lo que uno opine o sienta sobre temas importantes. En el matrimonio la
proximidad física constante y las responsabilidades compartidas dictan la necesidad de algún grado de
reserva emocional.

Si la amistad es una relación en la cual lo que se puede comunicar va de “A a Z”, en el matrimonio sería
más conveniente que fuera de “A a W”.

Por ejemplo, comentar fantasías sexuales con amigos íntimos de ambos puede perjudicar la relación.
Comentarlas con otros amigos no tendría impacto en la relación en la relación de amistad. El mismo
comentario con un amigo no tendría repercusión en la relación.

MITO 2. “El amor romántico crea un buen matrimonio”

El matrimonio no es un tiempo romántico, es una relación práctica y seria. Quererse


puede aprenderse y ponerse en práctica durante el matrimonio. Aunque la
educación romántica de la sociedad occidental suponga que es una química que
“aparece” y no se puede hacer nada para que prospere y se mantenga en el tiempo.

Las diferencias económicas, de status social, de educación son importantes a la


larga, aunque en un primer momento de enamoramiento se crea que pueden ser
eliminadas o al menos superadas. Cuando la pasión decrece pueden convertirse en
fuente de conflictos y desamor.

Una relación feliz se basa en conductas  como: bondad, amabilidad, consideración,


comunicación, ajuste de los hábitos de cada uno, participación conjunta en varias
actividades, consenso en valores, reciprocidad, respeto mutuo.

MITO 3. “Una relación extramatrimonial se da solamente en matrimonios que


tienen problemas”

Que uno de los miembros tenga una aventura no es algo que sólo ocurre cuando
hay problemas en la pareja.  Hay muchas razones y sólo algunas son reflejo de
conflicto o fallos en la pareja. Puede que haya falta de afectividad o deficiencias en
las relaciones sexuales que hagan más probable la infidelidad; pero hay otras como
la curiosidad, o simplemente que se dé la oportunidad y no se dice que no, que no
tienen que ver con fallos en la pareja.

Otras veces son causas individuales las que llevan a uno de los miembros de la  
pareja a engañar al otro. Por ejemplo querer demostrarse a uno mismo que se sigue
siendo atractivo y deseable.

El sexo fuera de la pareja afecta siempre a la relación y es la primera causa de


divorcio; pero no siempre significa el fin de la misma, sin ayuda terapéutica
continúan unidas el 35% de las parejas.
MITO 4. “Si te sientes culpable, confiesa”

La “sinceridad total” en una pareja puede ser mortal a veces. Por ejemplo, aunque
hay una gran variedad en la forma en como se relacionan las parejas, no suele
aceptarse con serenidad el hecho de que la pareja informe de una infidelidad.
Confesar puede ayudar al infiel a encontrarse mejor y a poder perdonarse a sí
mismo, y suele sorprenderse mucho de que su pareja no valore su “sinceridad y
honestidad” y le eche en cara el engaño, reaccionando con mucha emotividad.

Tampoco es tan raro que ocurra lo que recoge el tópico de que “el interesado/a” es
el último en enterarse. Si la persona confía realmente en su pareja y piensa que
él/ella no le engañaría es frecuente que no se dé cuenta de lo que ocurre, aunque
todos los que les rodean estén enterados.

Decir todo lo que le pasa a uno por la cabeza tampoco tiene mucho sentido. Por
ejemplo, si se ve a una mujer muy atractiva y el marido le dice a la esposa que
piensa que le apetecería acostarse con ella, posiblemente reciba un buen
rapapolvo, por un pensamiento que en ningún momento ha creído que tuviera
trascendencia.

MITO 5. “Marido y mujer deberían hacer todo juntos”

Este mito surge de la falacia romántica que supone que la pareja ideal consiste en
una fusión total, dos convertidos en uno solo, todo lo hacen juntos y van juntos a
todas partes.

                                                                      

 
 

El dibujo representa una relación de pareja con pocas


áreas compartidas, hay poco espacio común.

 
 

Puede representar una pareja ideal, hay mucha zona de


actividades compartidas, pero también hay una parte
individual de cada miembro de la pareja.
 
   

El ideal romántico, dos fusionados en uno, si fuera


posible podría suponer una sobrecarga intolerable para
la relación.
 

Se trata de decidir individualmente pensando conjuntamente, no se es que haya que


pedir permiso para una actividad individual,  pero hay que tener en cuenta los
compromisos previos de la pareja y darle prioridad, ya que hay una responsabilidad
con esa persona con la que se convive y a la que afectan las decisiones que uno
tome.

Insistir en hacer todo juntos supone una presión perjudicial sobre ambos
componentes de la pareja y sobre la relación. No tener actividades compartidas es
negativo para la cohesión.

MITO 6. “Hay que luchar a toda costa por el matrimonio”

El matrimonio requiere adaptarse y ceder, también es necesaria la dedicación, ser


buen negociador y compartir los intereses del otro.

Pero “esforzarse” constantemente y a toda costa para que la relación funcione


lleva al agotamiento y a distanciarse del objeto de nuestro duro trabajo.

Debe resultar gratificante el hacer cosas por la otra persona, si no apetece nunca
compartir su tiempo y sus intereses, y si nada de lo que el otro haga por uno se
aprecia o resulta placentero. por mucho esfuerzo que se ponga al final se pasará
factura por el trabajo realizado, y será la relación la que salga perjudicada.

MITO 7. “Una buena pareja se fía absolutamente”

Estar absolutamente seguro de la devoción de la pareja puede llevar a una sutil falta
de respeto, si se piensa que no es necesario hacer nada para seguir conquistando
al otro. Si se considerase que el cónyuge puede atraer a otras personas
seguramente se aumentarán las muestras de interés y afecto para que eso no
suceda. Una ligera “inseguridad” ayuda a mantenerse más cuidadoso del aspecto
físico, más atento y respetuoso con el otro.

MITO 8. “Debes hacer feliz a tu pareja”

No es responsabilidad del cónyuge hacer feliz a su pareja, porque ni siquiera uno


mismo es responsable de su propia felicidad. Por ejemplo, dejar que el disfrute
sexual sea solamente responsabilidad del hombre es un error que carga a uno con
una tarea que depende de los dos.
Por otro lado, si uno tiene la idea de que el otro debe hacerle feliz su actitud será
sentarse y esperar.

La felicidad es un producto que surge de la actividad que uno hace, aunque no


siempre la misma actividad produce el mismo efecto, porque depende de muchos
factores. La persona que quiere sentirse feliz se hace responsable de sus propios
sentimientos y de la búsqueda de actividades placenteras.

Hacerse cargo de la propia felicidad incrementa las posibilidades de lograr que la


vida y el matrimonio sean satisfactorios.

MITO 9. “Las buenas parejas permiten toda la descarga emocional”

Suponer que el hogar es lugar idóneo para liberar las emociones contenidas es un
grave error. Según algunas personas sólo están siendo “ellos mismos” o
“desahogándose”, cuando en realidad están maltratando de palabra (y a veces de
obra) a su pareja y/o su familia.

Hay graves consecuencias por este comportamiento (aparte de las legales), tales
como revanchas por parte del otro cónyuge e incluso el divorcio.

Unido a este está el mito de “un buen matrimonio se basa en el amor incondicional”,
da igual cómo uno se comporte el otro debe amarle por “sí mismo”. Pero las
relaciones de pareja, como cualquier otra, requieren educación y respeto.

También el mito de “amar es no tener que decir nunca lo siento” es un subproducto


de estos otros, pero es falso, si se cometen errores hay que pedir perdón, es la
única forma de que le perdonen y humano es errar.

MITO 10. “Los buenos maridos arreglan enchufes, las buenas esposas ponen
la lavadora”

Aunque, en cuanto a tareas domésticas se refiere, han caído muchos estereotipos


sobre lo que es “masculino” y “femenino”; aún hay algunos hombres que suponen
que poner la lavadora excede de sus competencias, y algunas mujeres para las que
programar el vídeo es algo impensable.

Como siempre el problema no es saber hacer o no, sino estar o no de acuerdo con
lo que se hace. Por eso, es conveniente hablar de qué sabe hacer cada uno y lo que
está dispuesto a aprender y si es necesario qué se puede encargar a personas de
fuera para no enredarse en discusiones absurdas sobre lo que uno tiene o no tiene
que hacer según su sexo.

MITO 11. “Tener un hijo mejora un mal matrimonio”

Aunque los hijos suelen suponer una fuente de gran satisfacción para un matrimonio
bien avenido; las responsabilidades de educar y criar un hijo aumentan la presión
sobre la pareja. Si la pareja tiene problemas, la falta de sueño y de tiempo para el
trabajo o el ocio sólo empeorarán una relación ya debilitada.
Suponer que la pareja puede sentirse más unida por tener un hijo es un gran error.

MITO 12. “El matrimonio debería ser una sociedad 50/50”

El mismo sueldo por el mismo trabajo, las mismas oportunidades para todos, son
ideas democráticas muy razonables; pero intentar llevar a la pareja (o familia) a un
reparto totalmente equitativo de tareas y responsabilidades es un error.

En la vida real los componentes de la pareja pueden aportar diferentes capacidades


o conocimientos sin que ello suponga un perjuicio para el otro. El hecho de
intercambiar tareas, “si tú cocinas, yo paso la aspiradora”, no debe convertirse en
una lucha por la absoluta equidad. Si uno realmente ama a otra persona disfruta
haciendo algo por ella, sin necesidad de estar constantemente recordando lo mucho
que se “sacrifica” y lo poco que es correspondida. El matrimonio ideal sería una
sociedad comunista en la que cada uno da según sus capacidades y recibe según
sus necesidades.

MITO 13. “El matrimonio puede realizar todos nuestros sueños”

Este mito está relacionado con el mito del amor romántico, pero además le añade la
“necesidad” del otro, si no se vive en pareja no valen de nada el resto de los éxitos
profesionales y personales, u otras relaciones importantes.

Un buen matrimonio es muy deseable y ayuda a tener una vida plena, pero no es
imprescindible. La idea de que el matrimonio lo es “todo” genera mucho sufrimiento
innecesario.

MITO 14. “Los que aman de verdad adivinan lo que el otro piensa y siente”

Nuevamente este mito se relaciona con el del “amor romántico”. Da por hecho que
la compatibilidad supone “compartir una sola mente”, “estar en la misma onda”.

Hay algo de verdad en que las personas que comparten algún tipo de intimidad
(pareja, amigos, colegas) a veces se entienden sin palabras y perciben los
pensamientos y sentimientos del otro, la palabra clave es “a veces”.

Esto sirve también para el matrimonio, es necesario comunicar con sensibilidad lo


que quiero, lo que me gusta y lo que creo que el otro piensa para poder tener una
buena relación. No leer la mente ni esperar que el otro nos la lea nos da una gran
claridad y respeto en la relación.

MITO 15. “Un matrimonio infeliz es mejor que un hogar roto”

Un matrimonio infeliz es una dura prueba que a veces se mantiene por razones que
nada tienen que ver con el amor y el cuidado que se encuentran en una buena
pareja. Hay muchos motivos de tipo económico, social, religioso, o por miedo a la
soledad, por los hijos, etc. por los que puede merecer la pena mantener un pareja
relativamente infeliz. Para ello, rebajar expectativas y exigencias exageradas sobre
la pareja puede ayudar a reparar una relación deteriorada, pero hay que considerar
que, a veces, es mejor una buena separación que una mala vida en común.
Considerar la felicidad personal por encima de otros aspectos y separarse
solamente porque “no se siente lo mismo” puede ser un error; pero seguir en una
relación de sufrimiento o pelea constante, es también un error.

Lo que hace más desgraciados a los hijos no es el hecho de que sus padres estén
juntos o no, sino las peleas y discusiones que tienen. Cuando se piensa en el
divorcio, hay que tener en cuenta que, a veces, las peleas se prolongan más allá de
la separación y se pueden hacer más duras, con lo que el perjuicio a los hijos
continúa y se puede incrementar.

MITO 16. “Las aspiraciones laborales del marido están por encima de las de la
mujer”

Es asunto de cada pareja valorar qué prioridad se le asignan a las exigencias del
trabajo de cada uno de ellos, no se trata de imponer sino de negociar teniendo en
cuenta las necesidades individuales y las de la familia.

Si una pareja funciona bien y ambos están de acuerdo en posiciones desiguales,


tampoco hay que cambiar en aras de una igualdad mal entendida.

MITO 17. "Si tu pareja te quiere dejar, agárrate y lucha"

Si uno de los miembros de la pareja quiere dejarlo pero se queda por temor, lástima,
dinero o culpa ¿qué clase de relación queda?

La resistencia a dejar que la pareja se vaya puede impedir que lo haga pero es una
victoria envenenada. Aunque es valiente luchar por la pareja esto sólo compensa
cuando hay dos para hacerlo. No es conveniente permanecer en un lugar donde
uno solamente es tolerado o soportado.

MITO 18. “Un amor muerto se puede revivir a veces”

Si queda algo de afecto o comprensión, o al menos un rastro de compañerismo es


lógico que se intente evitar el divorcio. Sin embargo, si hay desprecio y todo lo que
hace el otro causa enfado, permanecer en la relación sólo acarreará dolor

Muchas relaciones desapacibles se mantienen porque sus miembros se apegan por


razones que no tienen nada que ver con el amor y la buena comunicación. Por
ejemplo, miedo a la opinión de familiares y amigos, presiones económicas, miedo a
la soledad, etc. Es preciso analizar si estas razones son suficientes para mantener
una relación en la que no hay amor.

MITO 19. “La competencia estimula el matrimonio”

La competencia disminuye la reciprocidad, los esfuerzos conjuntos y las metas


comunes que son la base de un matrimonio. En las relaciones competitivas se lucha
por el liderazgo y entonces desaparece el compañerismo.

Si hay competencia, cada uno trata de demostrar al otro que es mejor en el trabajo,
con los amigos, e incluso que le supera en el cariño de los hijos. La pelea es
continua y cada uno insiste en sus derechos, con lo cual no hay coalición ni se
buscan soluciones cooperativas cuando surgen desacuerdos, cada uno intenta
ganar en todas las situaciones.

MITO 20. “Debes transformar a tu pareja en alguien mejor”

Si a uno no le gusta la persona con la que va a casarse, es poco probable que le


guste después de hacerlo. Y, aún peor, si se consigue que el otro cambie a la
fuerza, surgirá el rencor asociado a la presión para un cambio que no se desea. Una
cosa son los reajustes y adaptaciones necesarias en toda vida de pareja y otra las
exigencias de cambio.

MITO 21. “Los opuestos se atraen y se complementan”

Los polos opuestos se atraen porque las diferencias les parecen divertidas e
interesantes, sobre todo durante la primera etapa del romance, a largo plazo lo que
antes agradaba puede resultar incompatible con las preferencias propias. Por
ejemplo, una persona muy formal puede verse atraída por otra menos convencional,
pero después de los años esa diferencia puede dar lugar a graves discusiones.

Algunas diferencias pueden enriquecer la relación, si no son muy importantes.

Surgen problemas serios cuando los valores no son compartidos, pero también
pueden surgir si las preferencias sobre el ocio y el tiempo libre son siempre
incompatibles.

MITO 22. “Las parejas no deben revelar sus problemas a extraños”

La idea de que lo que sucede en la pareja no debe comentarse con nadie porque es
una traición a la relación puede impedir que una pareja con dificultades encuentre
solución a sus problemas, e incluso que los relativice y aprenda a tolerar las
dificultades de toda vida en común.

Consultar con un profesional puede salvar una buena relación si ambos están
interesados en ello.

Consultar todas las decisiones de la pareja con la familia de origen puede impedir
que la pareja se constituya como ente independiente.

MITO 23. “No tenga sexo estando enfadado”

Pensar que todas las relaciones sexuales de la pareja deben ser siempre una unión
especial y maravillosa, símbolo del amor que se profesan es absurdo. Sería como
comer siempre en un restaurante de cinco tenedores. A veces un bocadillo es tan
satisfactorio y nos ayuda a estar alimentados y felices. Con el sexo es igual, un
encuentro sexual rápido y agradable no necesita velas, flores y poesía, a veces es
más satisfactorio.
Las parejas que aprenden a disfrutar de una variedad de actividad sexual del tipo:
sexo amoroso, sexo erótico, sexo lujurioso, sexo juguetón, etc… suelen tener
menos conflictos y estar más unidos.

Cuando estamos enfadados, podemos tener ganas de castigar al otro y nos


podemos negar a hacer el amor; pero hay que tener en cuenta que después de una
relación sexual los problemas se ven con otra perspectiva emocional y aquello por lo
que discutíamos pierde gran parte de su sentido.

MITO 24. “Confórmese con lo que tenga”

Todas las parejas necesitan adaptarse y aprender a tolerar pequeños


inconvenientes. Las expectativas románticas inalcanzables impiden disfrutar de una
relación amorosa en la vida real. Pero sí se puede mejorar una relación de pareja, y
es gratificante hacerlo. Si es preciso, hay que contar con la ayuda de un profesional.

VALORACIÓN DE IDEAS IRRACIONALES ACERCA DE LA RELACIÓN CON LA


PAREJA

Instrucciones: en cada una de las quince afirmaciones siguientes, coloque el


número (del 1 al 7) que representa el grado en que está de acuerdo o en
desacuerdo con ella.

De acuerdo: 1. por completo (9)

  1. bastante de acuerdo (7)

  1. un poco (5)

Ni de acuerdo ni en desacuerdo 1. Ni de acuerdo ni en desacuerdo(4)

En desacuerdo 1. un poco (3)

  1. bastante en desacuerdo (2)

  1. por completo (1)

Si una persona tiene algunas dudas acerca de la relación, eso significa  


que algo no anda bien en ella
Si mi pareja en verdad me quisiera, no tendríamos ninguna riña  
Si a mi pareja le importara de verdad, siempre sentiría amor por mí  
Si mi pareja se enoja conmigo o me critica en público, eso indica que de  
verdad no me ama
Mi pareja debería saber qué es importante para mí sin tener que  
decírselo
Si tengo que pedir lo que realmente quiero, eso ya lo echa a perder  
Si a mi pareja en realidad le importara, haría lo que le pido  
Una buena relación no debería tener ningún problema  
Si dos personas se aman de verdad, no hay necesidad de trabajar en la  
relación
Si mi pareja hace algo que me molesta, pienso que es porque desea  
herirme a propósito
Cuando mi pareja no está de acuerdo conmigo ante otras personas  
pienso que es una señal de que no le importo demasiado
Si mi pareja me contradice pienso que no me respeta demasiado  
Si mi pareja hiere mis sentimientos, pienso que él/ella es malo  
Mi pareja siempre trata de hacer las cosas a su manera  
Mi pareja no escucha lo que yo tengo que decir  

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