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ambiente de vulnerabilidad al orden institucio-


nal extremadamente complejo. Este era uno de
los argumentos que le llevé al Presidente Pino-
chet cuando le solicité iniciar conversaciones
para hacer la primera reforma de la Constitución
del 80.
–¿Cuándo lo llaman para ofrecerle el car-
go no le hacen a usted ese encargo?
–Nada, nada. Esa idea de la reforma nació
de mi jefe de gabinete Arturo Marín. “Después he
–¿Sólo eran esos dos argumentos?
–Había más. Uno era evitar que el acto elec-
sabido que
Melnick ha planteado
toral del 89 se transformara en una elección por la idea de que
la Constitución. nosotros quisimos dar
–¿Era una forma de legitimar la Constitu- como un golpe de
Estado interno con
ción del 80? algunos ministros,
–Cuando se vota la Constitución del 80, no cosa bastante
había registros electorales, y por tanto la gente absurda”.
podría haber votado en más de una oportuni-
dad. Eso le daba un carácter de ilegitimidad.
Realizar una elección con registros establecidos
y una votación transparente le daba la legitimi-
dad a la cual aspira todo texto constitucional.
–Aylwin en sus memorias justificó un
acuerdo con ustedes para “mostrar un camino
que no fuera la confrontación”. Y Lagos, en
uno de sus libros posteriores, señala que
“aprovecharnos de las fallas de la Constitu- –Fue una decisión totalmente mía. El Presi- que soy menos importante, me van a colgar en el
ción provocaría mayor ira y polarización”. dente Aylwin me contesta que en esas condicio- poste frente al Banco Central. Pero no se olvide
–Voy a manifestar nada más mi opinión: nes no iban a La Moneda. Se cerró la conversa- de esto: nos van a colgar a todos”. Como dicién-
Una vez ocurrido el plebiscito del 88, probable- ción. Después comenzaron gestiones de dis- dome que si seguía con la reforma, nos encami-
mente se genera en algunos sectores políticos el tinta naturaleza, donde intervino naríamos a terminar en un poste.
deseo de evitar una polarización como la también Arturo Marín, Adolfo Zal- –Usted destaca la transparente oposición
ocurrida con el Sí y el No. Allí jugó un dívar, Sergio Onofre Jarpa. Final- de Rosende. Pero tuvo oposición de Sergio
papel don Patricio Aylwin, para ge- mente me llegó el aviso que el Pre- Melnick y algunos sectores militares. Con
nerar un acercamiento con el Go- sidente Aylwin estaba dispuesto a ellos, ¿tuvo espacios para debatir o conver-
bierno. Por otra parte, y esto asocia- conversar. sar?
do al pensamiento del Presidente –No. Con Sergio Melnick no conversé nunca
Pinochet, queríamos que este año “Hugo Rosende arrasó el tema, pese a que lo conocía de mucho tiempo.
fuera efectivamente de transición. con su argumentación” Después he sabido que él ha planteado la idea
El país había generado grandes –Una de las cosas que tam- de que nosotros quisimos dar como un golpe de
avances políticos y económicos, y bién menciona en su reconstruc- Estado interno con algunos ministros, cosa bas-
era necesario que de alguna mane- ción del pasado, es como tenía tante absurda. ¿Quién habría pensado en hacer-
ra prevaleciera este orden adquiri- que enfrentar a los duros inter- le un golpe militar al gobierno del Presidente Pi-
do en el gobierno militar. Y ahí ha- nos. Y relata un cara a cara con nochet?
bía un interés personal, por supues- Rosende. –¿Cómo ante un tema tan importante, y
to compartido con todas las autori- –En estas situaciones obvia- con un frente interno que influía en Pinochet,
dades del gobierno, de generar un mente hay opiniones divergentes. no trató de explicarles?
ambiente de paz social, tranquili- Y las había dentro del gabinete. –El único antecedente que tuve era que don
dad, que permitiera un debate ra- Don Hugo Rosende, ministro de Hugo Rosende estaba en contra. Después des-
cional de las posiciones para que la Justicia, muy abiertamente señala- cubrí la postura de los otros.
gente votara conforme al conoci- ba su punto de vista. Una noche re- –¿Sabía qué pensaban en la Junta frente a
miento que adquirían de ese deba- cibí una llamada de La Moneda pi- las reformas?
te. diéndome que fuera a un desayu- –Si hiciera un análisis de todos ellos, Merino
–Cuando Pinochet le da el “va- no con el Presidente al día siguien- sería el mayor apoyo. Con él tenía una relación
mos”, ¿qué condiciones fija? te. La sorpresa mía fue cuando de afecto mutuo. Lo conocía con ocasión del
–Fueron dos condiciones. La pasamos al comedor de La Moneda pronunciamiento militar, porque él era el co-
primera, que fuera un perfecciona- y estaba don Hugo Rosende. El Presi- mandante en jefe de la primera zona naval en
miento constitucional. Y la segun- dente me dijo “usted como ministro de Valparaíso. Y era además cuñado de Gustavo
da, que se lograra un consenso. Con Interior se sienta a mi derecha, don Hugo López, diputado de Renovación Nacional, Parti-
ello claro, le envié una carta al Presi- Rosende, ministro de Justicia, se sienta a mi iz- do Nacional en ese entonces, y muchas veces
dente Alywin, invitándolo a una reunión en La quierda”. “Ministro, yo le pido a usted que ex- nos juntamos en casa de Gustavo.
Moneda para iniciar las conversaciones. La res- La alerta que le ponga cuáles son sus ideas para llevar adelante –Usted que tuvo la oportunidad de traba-
puesta fue que aceptaba, pero quería que invitá- dio el ministro de esta reforma constitucional”, me solicitó. Yo no jar con Pinochet cuando fue ministro de Ha-
Justicia Hugo soy abogado, soy ingeniero comercial, y por ello
ramos a los presidentes de los 16 partidos de la Rosende a Cáceres
cienda en el 83 y 84, y luego volvió a trabajar
Concentración. Y dentro de esa agrupación, ha- tuve una explicación más política. Termino y to- con él años después. ¿Vio alguna diferencia
por su agenda de
bía partidos más interesados en la ruptura cons- reformas ma la palabra don Hugo Rosende, abogado con después de todo lo que había pasado o alguna
titucional que en un proceso de transición. Le constitucionales: una inteligencia extraordinaria. Y sin lugar du- continuidad relevante?
“No se olvide de da, no barrió conmigo, sino que arrasó con su
manifesté que recibiría a los presidentes, pero esto: nos van a –Hay algo a mi juicio permanente en el Pre-
dejando fuera a aquellos partidos que buscaban argumentación. Cuando vamos por el segundo sidente Pinochet: Su compromiso con el orden
colgar a todos”.
la ruptura institucional. piso de La Moneda, con don Hugo Rosende ca- institucional. Además, tenía un rasgo caracterís-
–¿Usted creía necesario dejar fuera a Luis minando al lado, él se aleja, abre una ventana y tico del pensamiento militar, la estrategia: antes
Maira o recibirlo desataría la indignación de me dice: “¿Ve usted el poste que está acá frente a que nada, quieren claridad de objetivos. Y luego,
los duros del gobierno? La Moneda? En ese lo van a colgar a usted. A mi, lo que ellos llaman cursos de acción, cada uno

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