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LA INSTITUCIONALIZACIÓN podemos dejar vivo a ninguno porque si no des- tenía que generar lo que generó. Perón, es cierto,
l año 1972 tiene que dar respues- pués los van a liberar como en el ‘73”), abrir las era autoritario. Él diría que, sin haberlo sido, no
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ACTUALIZACIÓN, piensa que fueron unos boludos. Al menos, los trasvasamiento generacional se pasaba a la actuali-
TRASVASAMIENTO, toman más en serio: fueron el “foco marxista” zación doctrinaria. Era otra bandera que el Viejo
SOCIALISMO NACIONAL que denunció en mayo de 1973 el general Sán- les daba a los jóvenes. Claro que sí, ¡hay que
i bien es cierto que Perón acomo- chez de Bustamante. Hay cosas de las que los actualizar la doctrina! Los nuevos tiempos lo
III
–que pueden afectarlo seriamente– están fuera entre los militantes y les decían un par de estas enfoque había sido ajustado y sensible: un país
de su alcance o de su conocimiento. Y del de frasecitas y casi los arruinaban o los llenaban de que había acorralado a su pueblo, que lo había
todos. Que hay demasiados sujetos. Demasiadas amargura. “Nacionalismo burgués.” “Concilia- perseguido, hambreado, no había hecho sino
praxis diferenciadas. El 10 de abril de ese 1972 ción de clases.” “Bonapartismo.” “Populismo conseguir la rebelión de sus mejores hijos. Eran
volvía al hotel, en Córdoba, cansado, con mi de transclase.” “Populismo demagógico y mani- los hijos de los gorilas del ’55. “Estos jóvenes
attaché (que me había sacado un callo en la pulador.” “Heteronomía de la conciencia obre- (dice en un testimonio que recoge Norberto
palma de la mano y provocaba las cargadas de ra.” Todo esto eran capaces de decírselo a unos Galasso) sienten, con una fuerza que no senti-
mi hermano y socio: “¡Al fin sos un trabaja- pibes salteños para llenarles la cabeza de confu- mos los viejos, la monstruosidad de que un
dor!”) y miro, como siempre, los diarios y las siones y escupirles el asado. quince por ciento posea más bienes que el
revistas de los kioscos. Leo: “Fueron asesinados Lanusse le pide a Perón que condene los asesi- ochenta y cinco por ciento restante. Viven en
el general Sánchez y el empresario Sallustro”. natos de Sánchez y Sallustro. Se lo pide, en un estado de indignación y de irritación (...)
No me alegraban para nada esas noticias. O Madrid, el embajador Rojas Silveyra. Perón, ni Por eso son fervorosos del socialismo. No por fe
pensaba: “Los milicos no negocian más y salen a loco. “Los muchachos que sigan dando.” Esto, en el sistema sino por castigar con él a sus
meter bala por todo el país”. O que se venía una luego, se le volverá en contra. Al menos mucha padres individualistas. Por eso ven con buenos
guerra civil y que todas nuestras discusiones gente se lo echará en cara. Es cuando tenga sus ojos al peronismo Y reaccionan en contra de las
sobre la movilización y la organización popular, enfrentamienmtos con las guerrillas: “¡Ah, él les pestes oídas contra él (...) Esos jóvenes presencia-
sobre la política de masas, sobre el entrismo en el dio alas, ahora que no se queje! Los hubiera ron el regocijo exultante de la oligarquía en el
movimiento peronista para trabajar desde aden- parado antes”. ¿Podía Perón desautorizar a las festín de sangre de junio del ’56” (Galasso,
tro, desde las convicciones reales de la clase guerrillas, aun a la del ERP? Difícil. Era muy Ibid., p. 1110, tomo II). Era un viejo apasiona-
obrera, se iban al diablo. Habían sido por com- probable que el temible general Sánchez fuera do, un cura hermoso. Se ven pocos de ésos.
pleto inútiles. un torturador de presos políticos. Los abogados Hoy, casi ninguno. Pero hoy –para qué negar-
La tapa de Gente era catastrófica. Los títulos de esos presos habían hecho las correspondientes lo– de todo lo bueno se ve poco. Entre tantas
gigantescos del diario Córdoba aterraban. Nadie denuncias y Lanusse no podía alegar descono- cosas que ya no hay no hay un cura como Her-
decía nada. Los de los kioscos voceaban las cerlas. ¿Por qué no lo destituyó en un acto claro, nán Benítez. De pronto nos dice: “Leo mucho a
noticias. En un mismo día. Por qué. Oberdan ejemplar? Lanusse estaba al frente del país. No Rodolfo Puiggrós. ¿Lo leen ustedes?” Le deci-
Guillermo Sallustro fue secuestrado por el ERP podía presentarse como víctima de cosas atroces mos que sí, que por supuesto. Admirativo, dice:
el 21 de marzo. Era el gerente general de Fiat que hacían los otros. Sánchez torturaba y los “¡Qué hombre ése!, ¿no? ¡La chorrera de libros
Concord. “El capo de la Fiat.” Casi nada. Lo marinos de Trelew cometían una masacre. que ha escrito!” Esa frase de Benítez me marcó.
tenían en cautiverio y negociaban. Ese 10 de Perón podría haberle dicho: ¿Por qué no condena ¿No es hermoso que se le agradezca a un escri-
abril la policía encuentra el lugar en que lo usted lo de Trelew? ¿Por qué no releva a los mari- tor haber escrito una “chorrera” de libros? ¿Qué
guardan. Hay un tiroteo infernal. Hay, tam- nos de la base Aalmirante Zar? ¿Por qué no pone se quiere decir con eso? Lo que Benítez le reco-
bién, dos versiones. Una: los del ERP, al huir preso al capitán Sosa? Así que Perón no condena nocía a Puiggrós: que el tipo había sido genero-
del lugar, le pegan un tiro a Sallustro para que lo de Sánchez ni lo de Sallustro. Están dentro de so con sus lectores, que se había arriesgado, que
no lo recuperen vivo. Otra: son tantos los bala- su ajedrez. Se sabe: “los muchachos” golpean algunos de sus tantos libros serían mejores que
zos que arroja la policía que son ellos mismos duro. Aunque en este caso los muchachos hayan otros, que algunos serían mediocres y otros
los que matan a Sallustro. Días antes, el segun- sido los del ERP, que no reconocían ni locos ser decididamente formidables o malos o apenas
do de Sallustro, el que lo sucede en la conduc- sus muchachos. Sin embargo, era Perón el que buenos, pero que el tipo seguía dándole a su
ción de la Fiat, les habla a los del ERP en capitalizaba sus acciones. Era Perón el que se pre- oficio de escritor. Oficio que consiste, precisa-
medio de un reportaje que le hace la televisión. sentaba ante el régimen como la garantía para mente, en eso: en escribir. Además, era fantásti-
El hombre sorprende porque era un reportaje a frenar a la guerrilla. “A la violencia se la comba- co que un cura admirara a un escritor marxista.
él. Y de pronto empieza a hablarles a los secues- te con la justicia social”, había dicho con mucho Era un símbolo de los tiempos. Aún no hemos
tradores. “Si ustedes luchan contra el fascismo tino. Pero esto significaba algo evidente: A la hablado del diálogo entre marxistas y católicos.
–dice–, tienen que saber que Oberdan Sallustro violencia se la frena conmigo. Él era la justicia Pero habrá que hacerlo. Fue importante. De ahí
y yo también lo hicimos. Fuimos partisanos. social. De esta forma, cada acto de los “troskos” salen los Sacerdotes del Tercer Mundo. Y noso-
Luchamos para echar a los nazis de Italia.” Inú- antiperonistas del ERP jugaba objetivamente a tros tuvimos en Envido a uno excepcional:
til esfuerzo. Cualquier militante del ERP le favor del esquema de Perón. Lo fortalecía. Domingo Bresci. Al que quiero y admiro desde
habría dicho: “Sí, pero ahora son dos capitalis- “Denle duro, muchachos. El que recoge las el día en que lo conocí. Nadie me pareció más
tas de mierda que se afanan la guita de nuestro fichas soy yo.” La alternativa del ERP era terri- cercano a la santidad que él, que Domingo.
país”. Boleta. En cuanto a Sánchez no cabe ble: o suspender las acciones armadas o servir al Durante la dictadura, la revista Para Ti, de Edi-
duda de que el hombre no habrá sido un custo- ajedrez de Perón, ser funcionales a él. Difícil que torial Atlántida, lo denunció con nombre y apelli-
dio de los derechos humanos. Era el comandan- esto se le haya escapado a Santucho, pero es evi- do. Aquí, en esta parroquia, da misa un cura
te del Segundo Cuerpo de Ejército en Rosario. dente que decidió pagar ese costo. No tenía subversivo. Ya hablaremos de Domingo. Se
Se lo había visto un par de veces por la TV otra. puede consultar el libro de Lucas Lanusse: Cris-
haciendo declaraciones durísimas. Ese hombre Perón no podía desautorizar a las formaciones to revolucionario, la Iglesia militante, Vergara,
estaba lleno de odio. Se lo acusaba de dar auto- especiales. ¿Cómo habría de hacerlo si los mili- Buenos Aires, 2007. Hay un largo capítulo
rización a torturas de presos políticos o de par- tantes de la Jotapé quedaban deslumbrados por dedicado a Domingo.
ticipar en ellas. Pero responderle borrándolo del sus acciones? Eran tiempos de violencia. La Ya estamos cerca del 17 de noviembre de
mapa era llevarlo todo al terreno de las armas. lucha armada tenía –sobre todo a través del 1972, el Día de la Militancia. El del primer
Echaba a perder el trabajo de base porque siem- Che– un aura romántica. La estética del fusil. regreso de Perón, que fue muy lindo, no como
pre había represalias. Cierta vez, Miguel Hurst, Después de las muertes del general Sánchez y de el otro, el de la espantosa memoria. Antes habrá
en una reunión, comenta: “Ayer, en la Unidad Oberdan Sallustro, en los actos masivos de la que analizar el discurso de Lanusse en el Colegio
Básica de Palermo, bien de noche, unos tipos juventud se canta una consigna abiertamente Militar, el 27 de julio, ante mil uniformados.
trataron de levantar la cortina metálica y entrar. dura. Sobre todo se la canta en el de la Federa- De donde saldrá la frase sarcástica: “Los mil afi-
Qué macana”. “¿Por qué? –dijo otro–, tenemos ción de Box, del 9 de junio, fecha recordatoria liados del Partido Militar”. El acto en Nueva
que estar preparados. Contestar”. “Sí –le dijo de los asesinatos de José León Suárez. La consig- Chicago y el espectacular discurso de Rodolfo
Miguel–, pero eso es la guerra y nosotros esta- na es: “Sánchez, Sallustro, al pueblo le da gusto”. Ortega Peña. Y luego, el primer regreso del
mos con el laburo de base. En la guerra las Y hay otra (en la que se toma al teniente Azúa, Viejo.
bases se retraen. Y el peronismo siempre fue un también liquidado durante ese año): “Sánchez, “José.” “Qué hacés, Miguel.” “¿Sos boludo o
movimiento de masas. No un ejército.” Esto no Azúa, la lucha continúa”. ¿Cómo iba Perón a te hacés?” “No me jodás, Miguel. Recién llego a
tenían por qué compartirlo los del ERP. Y no lo desautorizar a las formaciones especiales si le mi casa. Catorce horas en tren. No pegué un
compartían. Ellos no hacían trabajo de base. informaban que entre ocho y diez mil jóvenes ojo. Estoy fundido. Ni un paso puedo dar.”
Tenían cierta estructura de superficie, pero la habían voceado esa consigna en la Federación de “Oíme.” “Sí.” “Vuelve Perón, flaco.”
militancia barrial, sindical, universitaria, etc., Box? –Vuelve Perón, flaco –dice Miguel.
no era lo de ellos. De aquí que fuera una para- Yo era flaco en 1972. Y Miguel estaba vivo. Y
doja que se llamaran a sí mismos Ejército Revo- HERNÁN BENÍTEZ: sí, carajo, volvía Perón.
lucionario del Pueblo. ¿De qué pueblo? Res- “PERÓN NO DEBE CONDENAR –¿Dónde nos vemos? –pregunté.
puesta: una vanguardia armada, una estructura A LA GUERRILLA” –En ninguna parte –dice–. Vos andá a bus-
militarista actúa por afuera del pueblo. Insertar- Durante esos días los de Envido nos reunimos carlo a Domingo. Está en su parroquia con cua-
se en el pueblo es lo propio del populismo. Eso con el padre Hernán Benítez. Había sido el tro curas más. Después nos buscan a nosotros.
lo hacen los Montoneros con el peronismo. confesor de Eva Perón. El que oficio la última Me dio una dirección. Me metí en el Renault
Porque son populistas. Nacionalistas burgueses. misa por su recuperación... junto a Virgilio 12 y fui en busca de Domingo Bresci y los otros
¡Cómo usaban esto los del ERP y la izquierda Filippo, el que escribía los libelos paranoicos curas del Tercer Mundo. Creo que no fuimos
antiperonista en general! En muchas unidades contra la hidra del comunismo internacional. muy heroicos ese 17 de noviembre. Al menos
básicas de la Jotapé se planteaba la cuestión una Benítez dijo una hermosa oración en el sepelio –cuando me llamó a la noche– Miguel me
PROXIMO y otra vez: “Vino un tipo de la izquierda y nos de Fernando Abal Medina. Estaba jugado a recontraputeó. Creo que no es por Domingo ni
DOMINGO dijo que el peronismo no era revolucionario. favor de la juventud. Era ya un hombre viejo por mí ni por los otros cuatro curitas del Tercer
Que era un movimiento nacionalista burgués. pero tenía una energía espléndida: “Va a hacer Mundo que le dicen el Día de la Militancia.
Nadie supo qué decirle”. Hasta una vez me lo muy mal Perón si condena a la guerrilla”, nos Pero la pasamos muy bien.
dijo un pibe salteño, fuera de la ciudad, preocu- dijo claramente. “Esos muchachos son lo más
“Buenos días, General, pado, casi angustiado, sin saber qué respuesta puro que tenemos y los que más luchan por el Colaboración:
su custodia personal” tenía eso. ¡Si los habremos puteado! Se metían pueblo.” En el sepelio de Fernando Abal su Virginia Feinmann - Germán Ferrari
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TRELEW, LA EXPLICACIÓN
DE LA MASACRE
relew es un escándalo. Todo el país
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EL “MOVIMIENTISMO” el justicialismo creó un apotegma que dice que mero que el hombre ha de discernir cuando con- jodimos todos. Esa frase, además, hace de la gue-
erón no cesa de hablar. Es un para un peronista no puede ni debe haber nada duce es establecer, claramente, cuáles son sus rra un acto de masacre. Si no rige una “justicia de
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HEIDEGGER Y PERON, pasional y la más decidida en la lucha, estaría, si vivie- ATENCIÓN, América, por el otro”. Europa es, para el genial autor
FRIBURGO Y MADRID ra, en el lugar más arriesgado de ella. O sea, sería Mon- HABLA EL GENERAL PERÓN de Ser y tiempo, Alemania, la razón más centralmente
a izquierda peronista no se desvivía por tonera. “Guardia” respondía con una consigna poco Empecemos. Perón –de movida– se manda una ubicada de Occidente. Ocupa su mismo centro. La
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EL JUEGO DE MASCARAS También luego se daba un salto al Cordobazo. Esa era sólo de él herederos. Eran herederos de Perón y de EL REGRESO DE LA PATRIA
emos dicho que Fanon y Perón no tenían la prueba: el pueblo de la lucha del Frigorífico Lisan- Ernesto Guevara. Quiero decir: no exactamente Firme- DEL “PULQUI”
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ORDEN COLONIAL Y ORDEN por los que establecían la identidad Argelia = Argentina) na– pidieron consejo a los generales expertos en torturar ante nada. Heidegger nada ha escrito sobre las operaciones
NEOCOLONIAL era una colonización directa. El colonizador estaba en el argelinos, en masacrar insurgentes. Aquí es imposible sosla- punitivas, sobre las operaciones de exterminio en –por
a película de Gillo Pontecorvo fue mundial- lugar de los hechos. El ejército de colonización era el ejér- yar un aporte propio, nuestro, esencial a esta maquinaria ejemplo– nuestro país, pero habría dicho que era así como
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LA OTRA VERTIENTE DE LA generosidad social. Baschetti lo ha resumido parecido al de otros pueblos que luchan por su
JOTAPÉ bien: “Ahí iban los secundarios organizando a liberación. El no, él siempre fue un revoluciona-
ero la marejada vino de otros lados. los suyos y convirtiendo a los turnos noche en rio, siempre tuvo una concepción del destino de
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“DESAUTORICE A hasta en los sindicatos. Y Perón les mandaba sus padreando, cuando el gobierno de Perón lo conducción. Y el Zar de la
LA GUERRILLA” amables cartas, validándolos. No hay por qué no “asciende” en el rango municipal de su insignifi- lucha armada. Que todavía
o sería aconsejable creer en el fer- entenderlos: aceptamos a Perón, pero no a su cante puesto en la Biblioteca “José Mármol” de la no lo era tan decididamen-
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LAS DOS MINAS DEL GENERAL Brascó haciéndose un banquete en una radio, analizando las Nacional. Tenía nombre de antibiótico: Frecilina. Desde ese ces, ¿para Tosco no debe haber nada mejor que Rucci? ¿Para sino por la salvación de la patria. Si es por eso, no hay pueblo Si el pueblo no es escuchado, si no participa del gobierno, si
CARCAGNO diferencias entre “Cagaso” y “Cagazo”. Trágico era asimismo frente se opone al GAN de Lanusse. Quienes buscan acercar- un villero no debe haber nada mejor que el policía que lo más unido que el argentino. La frase de Perón era otra vez la es pasivo, si sólo se lo reprime en lugar de comprenderlo, la
Perón, los veteranos le decían “el general”. que la mayoría de los afilados analistas no podían lucirse se al GAN son denunciados como “integracionistas”, “conci- revienta a palazos? ¿Para un militante no debe haber nada vieja frase de la unión nacional de todos, de todos los que violencia surge inevitable”. Sigue el reportaje de Esquiú: “Lo
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EXCURSO: ALGUNOS acuerdo con la tercera posición tal como Nasser la que ya no permite disimular la violencia clasista tras
DOCUMENTOS entiende.” la legalidad –siquiera formal– del gobierno democrá-
Un interregno acaso necesario, pero tal vez no tanto. tico representativo; los órganos encargados de aplicar
Documentos, fuentes, versiones, verdades, mentiras, En 1967, en Montevideo, nada menos que Cooke lleva la coerción resolvieron asumir el poder, del cual eran
complejidades, dificultades. Lo arduo, lo difuso, lo a cabo una encendida defensa de José Luis Nell ante el sostén exclusivo y visible, liquidar el dispositivo ya
ensombrecido, las mentiras que se cruzan, la utopía de intento de la dictadura de Onganía de extraditarlo. inoperante de la política clásica e integrar directa-
establecer una verdad, o su abierta imposibilidad, su Queda claro que Onganía, legalmente, no tenía mente a los grupos económicos predominantes
frustración. Del modo que sea, los que siguen son docu- derecho a nada. Ni a gobernar el país. Que haya hecho designando para las altas funciones administrativas
mentos. No son inhallables. Pero hay que buscarlos. redactar un “Estatuto de la Revolución Argentina” del estado a los directivos y apoderados de los gran-
Después, más adelante, intentaremos establecer entre para hacerlo valer como “Constitución Nacional” es des consorcios locales y extranjeros.
esta maraña algunas certezas. Porque algunas tiene que meramente una payasada de un tiempo constitucional- ”La usurpación no es novedad sino lo habitual a
haber. No puede morir tanta gente sólo por meras mente enfermo, acostumbrado a su propia ilegalidad, través de 80 de los 104 años de vigencia de nuestra
dudas, por hipótesis contrapuestas. Arriesgar la vida que confundiendo con el derecho y la justicia su total Constitución. Pero por primera vez la práctica de la
requiere creer en una verdad, y esa creencia debe ser falta de derecho y de justicia, se permitiera pedir extra- violencia no se recubre con los siete velos de la legali-
fuerte. ¿Cómo se consolidaron esas verdades? ¿Cómo las diciones, dictar leyes, encarcelar personas, prohibir dad republicana: la actual dictadura militar no pidió,
consolidó cada uno de los protagonistas? movimientos de masas, líderes populares, llevar a cabo como las anteriores, reconocimiento como gobierno
torturas, avasallamientos a la educación, a la prensa, a ‘de facto’, justificado como necesidad transitoria con
“MUNDO ISRAELITA” ENTREVISTA la libre opinión y a la expresividad democrática de los el fin de restablecer el normal funcionamiento de las
A TACUARA ciudadanos. Culpables de esto son el Estado gorila y instituciones, sino que se títuló emanada de una
n octubre de 1962 la revista Mundo todos quienes colaboraron con él y vieron como algo legalidad propia que cancela la preexistente. Los
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LOS CHICOS DE TACUARA Y LA caídos de la organización. Decían sus nombres y alza-
VIOLENCIA CATÓLICA ban la mano al estilo nazi. No pude escuchar muchas
os que andamos por los sesenta y hasta un otras cosas. Todas eran parecidas. Algunas incluían
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LA ILEGALIDAD INSTITUCIONAL bardeo de 1955. Pero sobre todo: es la violencia insti- traron al tipo más lúcido en medio de esa caterva de
s hora de que la derecha en la Argentina tucional la que arroja a la juventud a la violencia. descerebrados. Al que había entendido la única posi-
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5. sionero–. Usted fusiló a Valle y era el presidente de la
n momento –se resiste Aramburu–. ¿Así República. El hombre más fuerte del país. Lo pudo
“Empieza el juicio
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1. derlo. Sabíamos que había pibes como vos.
Hablamos varias veces de ustedes en el Círculo
amus llega para el juicio. Sabe que Militar.
3.
Aramburu lo mira entrar. ¿Qué le va a decir
este afiebrado? Cada vez le ve más cara de loco,
de jacobino. De jacobino sin pueblo. Sin Revo-
lución Francesa. Se la inventó él a la Revolu-
ción. No puede contenerse. Dice:
–¿Y? ¿Qué decidieron? ¿Se suman a mi pro-
yecto o se hunden en las letrinas de la clandesti-
nidad?
III
–Qué frase, general –ironiza Fernando–. La ¿qué lograría? Le fallaron los suyos. No lo temor y los malos presentimientos, los peores.
voy a recordar. encontraron a tiempo. ¿Lo habrán buscado en Este país todavía no conoce la furia del Ejército
–¿Cuándo? serio? Argentino. Y lo que vimos hasta ahora, ¿qué
–Cuando lo recuerde a usted. –¿Quién puede saberlo? Hay muchos creti- fue? ¿Una muestra gratis? ¿La cola de una pelí-
–Me matan entonces. nos detrás de Onganía. Gente que me odia. cula de terror que todavía no se estrenó? Mal-
–¿Cómo puede suponer que nos vamos a Que le repugna mi plan de negociar con dito viejo, habría sido mejor decirle el fallo y
incorporar a su proyecto? Perón. Quieren verme muerto. Ustedes les van listo. General, vamos a matarlo. Y se acabó.
–Porque no puedo suponer que quieran sui- a hacer ese favor. Firmenich tenía razón. Ahora dice:
cidarse. Le voy a hablar claro, Abal Medina. –A nosotros también nos repugnan sus pla- –Yo creo que te equivocás. Que es un tipo
Aunque sea la última vez que lo haga. nes de arreglar con Perón. Pero por otro moti- común. Un gorila más. Importante, pero uno
–Hable. Nadie nos escucha. Nunca se va a vos. más. Hacenos un favor: terminemos con esto.
saber lo que nos dijimos en esta habitación. –Sin embargo, coinciden. Si volvés a hablar con él voy a tener que amasi-
–Yo estoy pagando por la sangre derramada –De ningún modo. Ellos quieren sostener el jarlo yo.
de Valle. La historia es eso. Una cadena de Estado Gorila. Nosotros queremos destruirlo. –Tranquilo, Pepe –dice Fernando, y esa vena
venganzas. Mi sangre va a reclamar la de uste- –Pero los dos quieren matarme. vuelve a viborearle en la frente. Firmenich lo
des. Matándome se condenan a morir, a que –Por distintas razones. Grave sería si fuera sabe: es peligroso cuando le pasa eso. Más de
los maten. Alguien me va a vengar. No lo por lo mismo. Usted se puso en un lugar peli- una vez dijo: “Si a Fernando lo ves con la vena
dude. Alguien, alguna vez, se va a sentir con groso. El de los conciliadores. Si las partes no hinchada, rajá”. Fernando dice–: Al general lo
tanto derecho como ustedes ahora. Este país quieren conciliar, los matan. Fuego cruzado. ejecuto yo. Y nadie más. –Agarra dos pistolas
todavía no conoce la furia del Ejército Argenti- Pero usted nos incomoda más que Onganía, el que hay sobre la mesa. Una de 9 mm. La otra
no. Tenemos un Ejército formado por la OAS otro que podría querer su vida. Usted no quie- es una 45. Dice–: Vamos.
y por la Escuela de las Américas. Si usted re sostener el Estado Gorila. Quiere crear un Empieza a amanecer.
supiera en serio, a fondo, lo que se enseña allí, nuevo régimen con el peronismo adentro. Los Aramburu los mira entrar. Ahí están: vienen
vacilaría. gorilas son brutos. Ni piensan en eso. Sólo a matarlo. Se acabaron las palabras. Cada uno
–Nosotros también nos formamos para la piensan en seguir con la represión. Su plan es sabe dónde está el otro. Qué piensa. Qué quie-
guerra. Pero no nos formaron torturadores sino el más hábil. Es hacer de Perón un general re hacer. Sobre todo –en su caso– qué hizo.
revolucionarios. No se equivoque. No va a manso dominado por la burguesía. Eso nunca. ¿Pensará Aramburu en Valle? Difícil. No me
conseguir que tenga miedo. Ni que vacile. Aramburu regresa al tuteo. Siempre que lo matan por lo de Valle. Soy un símbolo. El tipo
–Hágase esta pregunta. Se la hizo Gutiérrez hace es porque se siente perdido. Porque es su que lo tiró a Perón. Uno sabe los riesgos que
de la Concha a Castelli, cuando éste se prepa- última carta. toma. Debió prever esto. Pero nunca imaginó
raba para fusilar a Liniers. Le preguntó... –Sos un idiota, pibe. que podrían aparecer pibes así. Revolucionarios
–No se gaste, general. Hace tiempo que yo –Le exigí que no me tuteara. y peronistas, vengativos, irresponsables o
me hice esa pregunta. Me sorprende que usted –¿Cómo no te voy a tutear si sos un pendejo? valientes, lo mismo da. Pero con cojones.
la conozca. Vas a arruinar tu vida. Tu idealismo de los Carajo, quién lo hubiera dicho.
–Son sus prejuicios. Cree que los militares veinte años te va a costar muy caro. Yo tam- Le quitan las ataduras de las manos. Aram-
somos brutos. bién tuve veinte años. También tuve sueños de buru se restriega las muñecas. Las tiene hincha-
–Podría pasarme la noche ofreciéndole prue- juventud. Pero esos sueños no exigían la muer- das, hay algo de sangre.
bas. Volviendo a Castelli: Castelli era abogado. te de nadie. –Sentimos mucho eso, general –dice Fernan-
Gutiérrez de la Concha le preguntó qué juris- Fernando lo mira con desdén. Aramburu do–. De haber podido, lo habríamos evitado.
prudencia era la que lo autorizaba a matar pri- recibe de pleno esa mirada. Acaso nunca lo –Está dentro de las reglas –concede Arambu-
sioneros. Una pregunta tonta. Castelli era un miraron así. No con odio, sino como a un ru–. Siempre se amarra a los prisioneros. Pri-
revolucionario. El y su amigo Moreno. La pobre tipo. Lleva 15 años recibiendo halagos, sionero que se escapa deja de serlo. Secuestra-
jurisprudencia eran ellos. Toda revolución crea homenajes, reconocimientos. Pero este pibe se dor sin prisionero, también.
su propia jurisprudencia. ¿O ustedes hicieron permite mirarlo con menosprecio, con una –Somos muchos más que sus secuestradores
otra cosa? También la contrarrevolución crea repulsa tan extrema que hiere, que deshonra. Y –dice Firmenich.
sus propias leyes. O deroga las de los revolucio- con una altanería, con un irreverencia que, –¿Por qué?
narios. recién ahora, aparece en estado puro, sin los –Somos sus jueces. Lo juzgamos y decidimos
–Gutiérrez de la Concha dijo algo más. velos, sin las cortesías forzadas entre captores y que era culpable.
–A ver, general. Dígalo. ¿Lo leyó en Billiken? prisioneros. Ese menosprecio se expresa feroz- –Y ahora van a ejecutarme.
–Voy a dejar de lado esa ofensa. Olvidemos a mente, lejos de toda civilidad, de todo trato –Exactamente.
Castelli. Si cree que mis citas vienen del Billi- entre caballeros cuando le dice: –¿Puede pedirle algo, juez Firmenich?
ken voy a evitarlas. La cuestión se la voy a plan- –General, perdone mi franqueza. Pero usted, –¿Dice eso con ironía?
tear yo. Con mis palabras. Porque son mis a los veinte años, ya era un milico de mierda –¿Hubo ironía en mi voz?
ideas. con alma de asesino. –No me pareció.
–Soy todo oídos. Fernando abandona la habitación. Cierra de –Porque no la hubo.
–Usted se me presenta como un revoluciona- un portazo. –¿Qué quería pedirme, general?
rio. Quiere cambiar el régimen al cual yo pre- –Una tontería. Pero no querría caminar
tendo integrar a Perón. Usted, por el contrario, 4. hacia la muerte con el riesgo de cometer una
quiere usar a Perón para destruirlo. También Se reúne con los suyos. Firmenich lo recibe torpeza que me ponga en ridículo. ¿Me com-
Castelli quería cambiar un régimen. Fusilar a mal. prende, verdad?
Liniers era parte de ese cambio. –¿Tanto tardaste en decirle algo tan sencillo? –Por completo, general. ¿De qué se trata?
–Parte sustancial de ese cambio. General, lo vamos a amasijar. Eso era todo. –Ateme los cordones de los zapatos.
–Gutiérrez de la Concha le pregunta: doctor –No es un tipo común –dice Fernando. Aga- –Disculpe. No lo había notado.
Castelli, ¿qué clase de sistema es el que empieza rra un pedazo de pan y le pone manteca. No Firmenich apoya una rodilla en tierra y ata
de este modo? ¿Qué clase de sistema empieza sabe por qué, pero hablar con Aramburu le dio los cordones de Aramburu. Se pone en pie. Lo
fusilando prisioneros indefensos? hambre. ¿Qué pasa? ¿Le incomodó algo de lo mira. Aramburu no dice nada.
–No busque conmoverme, general. Son que dijo el condenado? No sabemos esto. Sabe- –Tenemos que atarle las manos a la espalda
demasiados argumentos para defender apenas mos que se acerca el final y que será Fernando –dice Fernando.
una vida. Aunque sea la suya. Gutiérrez, a el que tendrá que matarlo. Tal vez no haya sido –¿Otra vez atarme las manos? Vieron mis
quien llamo así para evitar la parte incómoda conveniente que lo conociera más allá de lo muñecas. Están a la miseria.
de su apellido, decía boludeces, con perdón. necesario. Aramburu era, para Fernando, una –No tanto, general –dice Fernando–. Sólo a
Una revolución tiene el derecho de matar a construcción ideológica: el que lo tiró a Perón, tono con las circunstancias. Así son las cosas.
quienes quieren impedirla. Si empieza así, el que lo fusiló a Valle, el que escondió a Evita, Los que enfrentan a un pelotón de fusilamien-
empieza bien. Usted me plantea una cuestión el gorila, el hombre de reserva del régimen. to lo hacen siempre con las manos atadas a la
de ética política. Una mariconada liberal. Todo Ahora corre el peligro de convertirse en un ser espalda.
sistema que empieza matando empieza mal. humano. Debiera haberlo previsto. Es más fácil –¿Me espera un pelotón de fusilamiento?
¿Usted me plantea eso? ¿El fusilador Arambu- matar a un rival ideológico que a una simple –No haga preguntas cuya respuesta conoce.
ru? Toda revolución que empieza y no mata persona. Le impresionó cuando quiso librarse –No por completo. Sé que no habrá pelotón.
cuando tiene que matar está perdida. de las ataduras. Cuando se lastimó las muñe- ¿Cómo me van a matar entonces?
–Van a matarme entonces. cas. Cuando le salió sangre. Ahí, el miedo del –Falta poco para lo sepa –Fernando mira a
Fernando no responde. Se toma un tiempo general se le volvió traslúcido. Se tenía prohibi- sus compañeros. Con su habitual parquedad,
que a Aramburu le parece eterno. Después, sin da la piedad. Había leído bien a Clausewitz: con aspereza, con ese tono acerado con que
solemnidad, pero con cierto aire marcial o con “Toda consideración de humanidad os hará sabe dar órdenes, dice–: Al sótano.
una clara dureza, dice: más débiles”, algo así. ¿Fue por eso que habló
–General Aramburu, el Tribunal lo senten- con Aramburu, que se arriesgó a escucharlo? (Continuará)
ció a la pena de muerte. Va a ser ejecutado en ¿Por una consideración de humanidad? Si por
PROXIMO
media hora. esa boludez le llegara a temblar la mano en el
DOMINGO Aramburu busca romper sus ataduras. Se las- momento decisivo, no se lo perdonaría. Y ade-
tima las muñecas. Le brota sangre. más: esa frase. Esa frase sobre el Ejército
El secuestro de –Ese nudo está muy bien hecho, general Argentino. No pudo evitar que se alojara en Colaboración:
Aramburu (conclusión) –dice Fernando–. Y aunque lograra desatarse, algún punto oscuro de su conciencia. Entre el Virginia Feinmann – Germán Ferrari
Suplemento especial de
PáginaI12
¿
1. menos inesperado. Un montón de giles, de aven-
Qué podía decirles de Evita? ¿Podían tureros han de haber largado carne podrida por
ellos, mocosos entre 20 y 23 años, armar despelote nomás. El país está ardiendo.
entender algo de lo que él les explica- Nadie sabe nada. Pero los “héroes” no cesan de
ra? ¿Ustedes creen conocerla? Yo la vi surgir. De derecha, de izquierda. Hay que parar la
de cerca, la vi caminar, la vi sentarse, mano. Cerrarles la boca. Todavía no se puede
pararse, estreché su mano incontables veces, vi sus decir la verdad. Decir: fuimos nosotros. Somos un
vestidos carísimos, sus zapatos, la escuché hablar, grupo armado de cristianos y peronistas. Nos lla-
la vi sonreír, nunca la vi llorar. Después vi su rode- mamos Montoneros y lo hicimos boleta a Arambu-
te, ese traje sastre que se puso como un uniforme, ru. Cualquier otro boludo que ande escupiendo
como un soldado en la batalla. La vi empezar a comunicados por ahí, miente. La verdad –y no
morir y poco faltó para que la viera muerta. La vi sólo en esto– es nuestra. Por ahora, Gaby decide
volverse pálida. La vi perder la redondez, la salud escribir otro comunicado.
espléndida, bella, de su cara. Le salieron unos
pómulos como rocas. Se le afinaron los labios. Perón vuelve
Hasta los tobillos se le afinaron, porque los tenía Comunicado Nº 2
gruesos y eso la atormentaba. Se le transparentaron
los huesos de las manos. Su voz se hizo dura. Sólo Al pueblo de la Nación:
parecía saber dar órdenes. Hasta que se murió. Ante la difusión de falsos comunicados atribui-
Después, pese al circo que montó Perón, vi que dos a organizaciones armadas proclamando la
el pueblo la lloraba de verdad. Ya les voy a hablar detención de Pedro Eugenio Aramburu e impo-
del pueblo de Evita. Pero que la quería, la quería. niendo condiciones para su rescate, la Conduc-
Con ganas, con humildad y hasta con sometimien- ción de nuestra Organización se ve en la obliga-
to, sin vergüenza, sin honor. No se puede querer ción de aclarar las siguientes declaraciones:
así a una persona. No le queda a uno lugar para 1) El día 29 de mayo a las 9.30 horas nuestro
amarse a sí mismo. No le queda orgullo. Vi a ese comando Juan José Valle procedió a la detención
pueblo entregarse a ese amor hasta perderse, hasta de Pedro Eugenio Aramburu.
no tener presencia, hasta inmolarse. Si uno les 2) Para demostrar la veracidad de esta afirma-
hubiera preguntado qué eran. Qué eran ellos, ción, daremos los siguientes detalles:
entienden. Habrían dicho: somos nuestro amor a a) Pedro Eugenio Aramburu no lleva en su
Evita. Así, ella podía manejarlos como quería. Sé poder ninguna documentación.
que ustedes dirán: “Fueron tan lejos en su amor a b) Los efectos personales que llevaba enci-
ella por el odio con que ustedes siempre los trata- ma comprenden: una medalla llavero con la ins-
ron. Era la primera vez que recibían amor. ¿Cómo cripción “El Regimiento 5 de Infantería al Gral.
no iban a entregarse a él? ¿Cómo no iban a amar a Pedro Eugenio Aramburu - Mayo de 1955”; dos
Eva hasta el punto de no amarse a sí mismos? Sé bolígrafos Parker; un calendario plastificado del
que ustedes dirán: estaban llenos de amor. Nunca Banco del Interior; un pañuelo; una traba de cor-
un pueblo amó tanto. ¿Qué les importaba darle bata de oro y un reloj pulsera automático.
todo su amor si tenían el de ella? No necesitaban c) La detención se produjo en la sala
amarse a sí mismos porque ella los amaba. Con eso comedor de su domicilio.
era suficiente. Con eso les bastaba”. Como verán 3) Por la naturaleza de los cargos que decidie-
he pensado la cuestión. Pero hay otro aspecto. ron la detención de Pedro Eugenio Aramburu, a
Aramburu jamás les dirá lo que él llama el otro fines de someterlo a Juicio Revolucionario, resulta
aspecto. Aramburu piensa que ese pueblo amó totalmente descartada la posibilidad de negociar
tanto a Eva porque era un pueblo ignorante. Por- su libertad con el régimen.
que eran mestizos recién llegados del interior. 4) Que solicitamos a las organizaciones cuyos
Cabecitas negras, grasitas, como ella les decía. Un nombres han sido utilizados la pronta desmentida
pueblo culto no puede amar así a un gobernante. de los falsos comunicados.
Un pueblo culto no pierde su dignidad crítica.
Nadie puede extraviarse, ahogarse en otro. Sólo ¡Perón o muerte! ¡Viva la Patria!
un pueblo de brutos, de fanáticos, pudo llegar a MONTONEROS
un amor tan extremo. ¿Qué puede esperarse de
ese pueblo? Demasiado, lo peor. El amor de los 3.
fanáticos arrasa con todo. No hay decretos contra –No tengo mucha información sobre eso. Pasó
las pasiones de los ignorantes. Quien no ha sido por otras manos.
pulido, trabajado por la cultura, sólo atesora la Firmenich niega con la cabeza. Se toma su
pasión, la furia de la barbarie. Sé qué me van a tiempo para decir:
preguntar: por qué la escondimos. ¿Qué espera- –No le creemos. Todo pasaba por sus manos.
ban? ¿Que les dejáramos a esos brutos su Difunta Aramburu finge sorprenderse.
Correa? Para peor, una Difunta Correa vengativa, –¿Con Rojas al lado? ¿Con el odio de la Marina
borrascosa, bélica. No, no estábamos locos. Evita, en la vicepresidencia?
en la Argentina, habría hecho estallar el país. –Ni Rojas podía hacer algo que usted no supie-
Habría sido el punto de concentración de todas ra –dice el otro compañero. El que hemos decidi-
las rebeliones. El altar de todos los odios. Habría- do llamar Julio.
mos vivido limpiando de flores su tumba. Para Aramburu dice:
empezar de nuevo al día siguiente. Y al otro. Y al –Agradecería un cigarrillo.
otro. Habrían ido los curas populares. Habrían –Esto es un juicio –dice Fernando–. No se
celebrado misas tumultuosas. Los más fanáticos fuma aquí. ¿Dónde está Eva?
vivirían esperando que se levantara de esa tumba Aramburu pareciera impacientarse.
para llevarlos a la batalla, al triunfo. Habríamos –¿Qué tienen ustedes con Evita? –dice, malhu-
tenido que cagarlos a palos. O que matarlos. Hoy morado–. Ni la conocieron. Son jóvenes de fami-
me estarían juzgando por muchas otras muertes. lias pudientes. No creo que le deban nada. Ni una
No por las de Valle y sus compañeros. No por las casa. Ni un juguete. Ni una botella de sidra y un
de los basurales de José León Suárez. Por muchas pedazo de pan. Esas cosas con que se ganaba el
otras. Por las muertes de montones de negros de corazón sencillo de los pobres.
mierda, fanáticos, indignos de un país culto como –Tendríamos respuestas para esas infamias que
éste. Ya la habíamos aguantado viva. Por suerte, se usted farfulla –dice Fernando–. General, ni el
fue pronto. Aguantarla muerta habría sido corazón de los pobres es sencillo. Ni se lo compra
demencial. Sé que ahora me preguntarán dónde con una sidra y un cacho de pan. Insisto: ¿dónde
está. Que la van a querer para ustedes. Para dárse- está Eva?
la al pueblo. Para iniciar una gran pueblada con el –¿Para qué la quieren?
cadáver de la Yegua como bandera. No, ni una –El pueblo peronista la quiere.
palabra sobre eso. No voy a traicionar a mi país. –¿Y ustedes se la van a dar?
Ni a los míos. La Puta, lejos. –Díganos dónde está y se la damos. No es nues-
tra. Es de ellos.
2. –Es de Perón.
Arrostito esperaba algo así. Los servicios no des- –Perón y el pueblo son lo mismo. Si se la
cansan nunca. Reaccionan rápido. Aparecieron damos a Perón, se la damos al pueblo. Si se la
varios “comunicados” de “organizaciones arma- damos al pueblo, reposará en las mismas manos
das”. A Aramburu lo secuestró medio mundo. que en las de Perón. Eso queremos: que repose.
Hay que añadir un dato más penoso, pero no –Ella reposa. La enterramos cristianamente.
II
Fernando lo mira con furia. Le brillan los ojos
cuando mira así, frunce el ceño y se le pone tiran-
te la cara. Aprieta los dientes.
–Tiene una idea extraña de un sepelio cristiano
usted –dice–. Se entierra cristianamente a alguien
cuando lo entierran los suyos, sus familiares, sus
amigos, sus camaradas. No sus enemigos. Cuando
un sacerdote dice palabras del Evangelio. Un
sacerdote elegido por la familia. Cuando el cadá-
ver fue velado durante una larga noche en que
nadie durmió. Cuando las manos que alzaron el
féretro fueron las de familiares, o las de esos ami-
gos o hermanos tramados por el dolor, por el
amor y por el adiós irreparable. Eva habrá tenido
un entierro clandestino. Un operativo secreto de
quienes la odiaban. De quienes quisieron quitár-
sela al pueblo. Y hasta hoy lo lograron.
–No podíamos enterrar a Eva Perón en la
Argentina. Ustedes tienen que entenderlo.
–Si muere, usted va a ser enterrado en la
Argentina.
–No es lo mismo. Escuché que le decían Fer-
nando. ¿Se llama así?
–Si escuchó eso.
–Hay muchas diferencias entre Evita y yo, Fer-
nando –es la primera vez que Aramburu lo llama
por su nombre. Se arrepiente: una muestra más
de que –si vive– los denunciará con lujo de deta-
lles. Sus nombres, sus ropas, sus caras, el tono de
sus voces. De ésta no salgo, piensa. También se
sorprende: ¿por qué cometió un error tan torpe,
tan pueril? Tampoco a Fernando le interesó des-
mentirlo: “No, escuchó mal. No me llamo así.
No va a saber mi nombre”. Habría sido más lógi-
co. Si lo soltaban, él lo diría: “Uno se llamaba
Fernando. O no lo negó cuando se lo pregunté”.
No había, en sus secuestradores, una técnica, una
mínima lógica del ocultamiento. Esto es grave, se
dice. Si no buscan ocultar sus identidades es por-
que saben que yo no voy a vivir para denunciarlos
a nadie. Ahora es tarde. Lo hecho, hecho está. Es
muy temprano aún. Vaya a saber qué rumbo
tomarán las cosas. Por ahí quieren proponerle que
se una a ellos. ¿Por qué no? Todo es posible.
Todo es imposible. Sigue:
–Yo soy un militar retirado. Eva es un mito.
Un culto. Un objeto religioso. Puede convocar
multitudes.
–Que ustedes tendrían que matar.
–Que reprimir.
–Para ustedes reprimir es matar.
–No estoy de acuerdo. Usted nos dibuja como
monstruos. ¿Qué país notable, no? Ustedes pien-
san de nosotros lo mismo que nosotros pensamos
de ustedes. ¿Sabe a cuántos radicales, conservado-
res y comunistas torturó la policía de Perón?
¿Sabe a cuántos católicos como ustedes? Durante
los últimos días del régimen. Los del conflicto
con la Iglesia. Los jóvenes católicos estaban contra
él entonces.
–Ahora no.
–Sí, y me cuesta entenderlo. Pero si yo cambié,
¿por que no ustedes? Eso es lo extraño: cambiamos
para el mismo lado. Para el lado del peronismo.
Yo no me hice peronista, pero quiero entenderlo.
¿Por qué no podemos entendernos nosotros?
–Por el pasado.
–El pasado está atrás. Nadie quiere volver ahí.
Lo que murió, murió. Es hora de...
–Ahórrese frases de discursos escolares –inter-
viene, muy veloz, Firmenich–. Usted no dejó
atrás el pasado. Usted quiere retocarlo. Adecuarlo
a los nuevos tiempos. Integrar al régimen lo que
no pudieron destruir. Pero sus intereses son siem-
pre los mismos: los del régimen. Ahora, con el
peronismo adentro. Usted, con su gorilismo inte-
ligente, es el más peligroso de nuestros enemigos.
El rostro de Aramburu se ensombrece. De
pronto, es el hombre que ha entendido todo. La
completa, la entera totalidad de la cuestión.
–Si lo mejor que tengo para ofrecerles me
transforma en el más peligroso de sus enemigos,
¿para qué seguir hablando, señores? Dicten sen-
tencia y fusílenme ya mismo.
Los jóvenes católicos se quedan sin palabras.
Para responder a esa frase, al menos. Tiene razón
ese general. Lo mejor que les ha ofrecido es traer a
Perón. Lo que ellos y el pueblo peronista piden.
Pero el Perón de Aramburu es un Perón para for-
talecer al régimen. El de ellos, para hacer la revo-
lución. O lo trae Aramburu o lo traen ellos. Si lo
III
trae Aramburu se consolida el sistema. Habrá Nosotros nos preguntamos: ¿por qué, por qué el mismo modo de siempre. Primer modo: lo
democracia burguesa con Perón dentro de ella. no vamos a preguntarle eso, qué nos lo prohíe? único que puede hacer el torturado es mentir. Si
En medio de un mundo que marcha fatalmente Nos lo prohíbe usted. Usted, que dice: sé que yo no tengo la verdad que me piden, si no
al socialismo, ¡usar al más grande líder de masas está en algún cementerio. No sé en cuál. ¿Y si no puedo convencerlos de que no la tengo, sólo me
de América latina para el proyecto de la burgue- le creemos? Notará que usted se ubica demasia- resta inventarla. Aquí, el torturado, miente.
sía! Una locura, un sinsentido, un idiotismo his- do cerca de la verdad. Roma, cementerio de Segundo modo: el torturador no le cree. O por-
tórico. De ahí que tenga razón Aramburu: lo Roma, hay más de uno pero no muchos, no que quiere seguir torturándolo. O porque no le
que les ofrece lo transforma en el más peligroso demasiados, en uno de ellos está Eva Perón. sirve la verdad que el torturado ofrece. O por-
de sus enemigos. En su blanco prioritario. Si Todo esto sabe usted. Lo que dice ignorar es que descubre que el torturado fabula, inventa. A
alguien debe morir, es él. muy poco. Sólo ignora en qué cementerio está. esta altura, delira. La tortura sigue sin detenerse.
¿Lo ignora o no nos lo quiere decir? Dígame, Sigue hasta el fin. El torturado muere. El tortu-
4. general, ¿cómo se sale de este problema? rador se queda con las manos vacías. Y hay otra
Al día siguiente lo interrogan sin grabador. La –Por medio de la tortura. posibilidad. La más sencilla. Ustedes se dispo-
barba de Aramburu está más crecida. Esto le dis- –En efecto. nen a torturarme. Pero yo no tolero el dolor.
tingue aún más las arrugas. Y las mejillas se le –Sé algunas cosas sobre la tortura –dice Aram- Me aterroriza el sufrimiento. La vejación. La
han caído por completo, son dos colgajos que buru–. Podrían serle útiles. casi segura muerte. Confieso sin que me tortu-
enmarcan tristemente su cara. No parece con –Hable. Pero quiero dejar algo establecido. ren. Confieso todo. Ustedes han triunfado. Tie-
muchas ganas de luchar. Sus jueces están ente- Mi posición sobre el tema ya está tomada. Nada nen lo que desean: la verdad que yo cobijaba. Y
ros. Tampoco se han afeitado, pero tienen de lo que usted diga podría cambiarla. tienen un enemigo sano. Un enemigo al que
menos barba. Detalle por el que, célebremente, Pese a que esta frase lo intranquiliza, Arambu- desprecian. Nada es más despreciable que un
años después, el líder que hoy defienden, busca- ru no se detiene. Desarrolla su teoría: cobarde. Entonces me matan. O no. Puede
rá agredirlos: Imberbes, les dirá. –Descreo de la eficacia de la tortura. No digo suceder que me dejen libre. Regreso a mi casa.
–¿Quieren seguir hablando de Evita? –pre- que no dé sus resultados. Si no, no se acudiría a Me encierro en mi habitación. Me pego un tiro.
gunta. ella con tanta abusiva frecuencia. Sin embargo, No puedo vivir con mi cobardía.
–Nosotros hacemos las preguntas, general veamos. Hice cursos. Leí libros de contrainsur- –En las cuatro posibilidades el torturado
–dice Firmenich–. Aunque le cueste creerlo, gencia sobre esta cuestión. El torturador supone muere –dice Fernando.
aunque no nos vea rodeados por todo ese solem- que el torturado tiene una verdad que él desea –Así es –dice Aramburu.
ne carnaval con que la burguesía adorna a la jus- conocer. Extraerle. Para ello, lo tortura. El tor- –¿Cuándo pensó todo eso?
ticia, usted, aquí, está frente a un Tribunal. turado puede tener o no tener esa verdad. Si la –Vi demasiadas torturas. Bajo Perón. Bajo la
–Lo sé muy bien. Sólo espero que esa justicia tiene y es valiente... Valiente, si me permiten, Libertadora. Sobre todo, como imaginarán, a
sea justa. aquí sólo significa tolerar el dolor. manos de la Marina. Bajo el Conintes de Fron-
–Más justa que la de la burguesía, sin duda. –¿No cree que la firmeza en las propias con- dizi. Y en otros países también. Pude llegar a
No está al servicio de la oligarquía, ni de las cor- vicciones ayuda a esa tolerancia? –pregunta Fir- algunas conclusiones.
poraciones ni del imperialismo. Está al servi- menich, entrando en el diálogo. –¿Qué otros países, general? Aunque tenemos
cio... –Sí, pero puede perjudicarlas. Voy a sincerar- nuestras sospechas.
–Del pueblo. Ya lo sé. Si me prohibió hacer me. No estoy hablando de cualquier tortura. –Las van a confirmar. En 1959 estuve en
discursos escolares. Ahórreme a mí los discursos Hablo de la que ustedes se sienten tentados a Argelia. Durante una entera semana hablé con
revolucionarios. aplicarme a mí. un general de la OAS. El me enseñó todas esas
Firmenich sonríe de costado. Supongamos –De acuerdo, ¿para qué ser abstractos si esta- teorías sobre la tortura. Tenía una posición des-
que piensa: gorila de mierda, todavía te das el mos en la más concreta de las situaciones? –dice piadada sobre el torturado: nunca debía quedar
lujo de compadrear, no sé qué debés creer, que Fernando. vivo. Después estuve en la Escuela de las Améri-
somos boludos, que en cualquier momento cae –Supongamos que me torturan. Supongamos cas. Los franceses son superiores. Los yanquis no
la cana y te rescata, que nos vamos a cagar en los que soy valiente. Que tolero el dolor porque creo manejan la cuestión psicológica. Masacran al
pantalones y te vamos a devolver a tu casa, sano demasiado en la causa que represento. Ahí, fraca- objeto interrogable y listo. Creo, sin embargo,
y salvo, con tu mujer y tus pantuflas. samos los dos. Ustedes, no tienen la informa- que son más efectivos que los franceses. Tengo
Sin embargo, la esperanza de la salvación ha ción. Yo, de puro valiente que he sido, me quedé algunas otras teorías para contarles, pero no
ido alejándose de Aramburu. Ya no busca ganar en la tortura. Tienen una cosa y no tienen otra, quiero aburrirlos. Ustedes sabrán cómo torturar.
tiempo. Se ve que no aciertan a encontrarlo. O precisamente la que querían. Tienen mi cadáver Tendrán sus propios métodos. Pese a los france-
que la policía de Onganía no pone muchas y no tienen mi verdad. No se las he dicho. Vea- ses y a los americanos, créanme que a muchas de
ganas. Esta certeza lo fue atrapando hora tras mos otro punto de vista. Ustedes me torturan y las teorías llegué solo. El tema me interesa.
hora: ¿para qué querría salvarlo Onganía? Debía yo, que no tolero el dolor más allá de cierto –Hay una a la que no llegó, general –dice Fer-
saberlo todo el leporino. Serenidad y pistas falsas punto, les digo dónde está enterrada Eva Perón. nando–. Si nos contó sus elaboradas teorías fue
habrá sido su consigna. Pero, ¿y sus amigos? ¿Y Pero muero. Confesé, pero resistí demasiado. para que no lo torturemos. Para llevarnos a
los que estaban con él en la patriada de tirarlo Confesé cuando era tarde. Cuando ya no podían comprender que en cualquiera de los casos posi-
abajo? Nada, impotentes por completo. Les revivirme. Es un problema para ustedes. Siempre bles usted moriría. Supone que no queremos
habrán negado todo. No los habrán dejado par- es un problema para el torturador que el tortura- eso. Y tiene razón. No podemos quererlo toda-
ticipar en nada. ¿Se quedaron sin el líder, no? do muera. ¿Dije toda la verdad? ¿Me guardé vía. Ni siquiera se ha reunido el Tribunal. Pero
Jódanse, sin Aramburu no hay golpe. No hay algo? ¿Morí antes de tiempo? ¿Morí antes de hay algo que se le escapó. Que no tuvo en cuen-
pieza de recambio. Sigue Onganía. Veinte o confesar todo? ¿Les alcanza con lo que obtuvie- ta. Que no lo sabe. ¿Cómo podría tomarlo en
treinta años más. Como él dijo. ron? Pasemos a otro aspecto de la cuestión. Es cuenta si lo desconoce por completo? Escuche,
–General, por última vez –dice Fernando–. casi el más habitual y el más cruel. Aquí, el tortu- general Aramburu: usted no va a ser torturado.
¿Dónde está Evita? El grabador está apagado. Lo rador suele llegar a los límites de su barbarie. Porque existe otro punto de vista sobre la tortu-
que diga, aquí queda. –De su inhumanidad –dice Fernando. Pero ra. Se lo dije: es el nuestro. También le dije:
Aramburu respira hondo y suelta sonoramen- luego, repentino, corrige–: Si es que creemos nada de lo que usted diga habrá de variarlo. Y
te el aliento. Dice: que es inhumano torturar. Yo diría que es un ese punto de vista es el de negarse a torturar.
–Está en un cementerio de Roma. No me arte completamente humano. A cada rato deci- Nuestra organización no tortura, general. Los
pregunten en cuál. Hay más de un cementerio mos de alguien que es un bestia o una bestia. O Montoneros no torturan. Si fuera por medio de
en Roma. Sé que en alguno está Eva Perón. No por su ignorancia o por su brutalidad. Estoy la tortura que usted nos dice dónde está Eva
sé en cuál. harto de oír que el torturador se hunde en la Perón, nos sentiríamos indignos de ella. El tor-
Fernando se pasa una mano por la cabeza, bestialidad cuando tortura. Falso. Las bestias no turador, usted lo sabe, es un ser ruin, miserable.
como peinándose. Imposible que se peine ese torturan. Continúe, general. Está logrando Siempre termina odiándose a sí mismo. Noso-
pelo engominado, brilloso. Pero ese gesto le per- entretenernos. tros somos católicos, general. Creemos en Dios.
mitió ganar un par de segundos. Lo que pensó –No es mi intención. Lo estamos juzgando por crímenes que usted
en esos segundos fue terrible. La idea cruzó su –¿Cuál es, entonces? cometió. No queremos cometerlos nosotros.
cabeza como un tornado. Se la dijo a Aramburu. –Sigamos –dice Aramburu–. ¿Cuál es este Aramburu sabe que Fernando no miente. Le
–General, voy a serle sincero. Este es el nuevo aspecto de la cuestión? El que definí asombra salvarse de la tortura. Al salir el tema de
momento, el preciso momento, en que un pri- como el más habitual y el más cruel. Simple: el Eva Perón, dio el hecho por seguro. En algún
sionero es sometido a la tortura. Repasemos la torturado no tiene nada que ofrecer. No lleva en sí lugar de sus corazones –deduce–, pese al odio
situación: usted dice que Eva Perón está en un la verdad que el torturador requiere. Esto nos que los anima, está presente el torturado de la
cementerio de Roma. Nosotros necesitamos conduce a los límites del horror. Si el torturador Cruz y su fe de católicos, que ahora juzga since-
saber en cuál. Saberlo, es de gran importancia le creyera al torturado, no sería así. Pero, para su ra, les impide torturar.
para nuestra organización. Si lo sabemos, en enorme desgracia, el torturado nunca logra ser –Por ahora, suspendemos –dice Fernando.
menos de dos días el cuerpo de la abanderada de todo lo convincente que el torturador necesita. Salen de la habitación.
los humildes, de la mujer más amada de la Además, cuando el torturador empieza su tarea Aramburu queda solo. El nudo que le sujeta
Argentina, está en nuestra manos. Si lo está, es difícil que algo lo detenga. La situación puede fieramente las manos a la cama arrasa con la piel
hablamos con Perón. Nos volvemos milagrosos. prolongarse interminablemente. El torturador, de sus muñecas y ya brota la sangre. Se pregunta
PROXIMO
Conseguimos lo que nadie pudo. El régimen torturándolo, le exige al torturado una verdad si ésa, aunque leve, no es una tortura.
DOMINGO nos respeta. El pueblo nos ama. Perón nos nece- que cree él atesora. Pero no es así. El torturado (Continuara)
sita. Como verá, los motivos para conseguir esa no tiene lo que el torturador necesita. Sólo que
El secuestro información son poderosos. Usted nos dice: No el torturador no le cree. Esto se resuelve de dos Colaboración especial:
de Aramburu (V) me pregunten en qué cementerio está Eva Perón. modos. Aunque, finalmente, se desbarranque en Virginia Feinmann - Germán Ferrari
Suplemento especial de
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1 –Del sistema de partidos. De la partidocracia. cagar en las patas cuando en las redacciones del
upongamos que Aramburu dice: Del régimen. cipayaje periodístico lean ese Comunicado. Se lo
Suplemento especial de
PáginaI12
1. 2.
odo le parece extraño a Aramburu. A diferencia de los demás se inició en el mar-
Suplemento especial de
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1. una mano a su viejo enemigo, mirar hacia el Hay problemas. El general vive en el octavo piso.
ay una primera certeza: el horizonte con rencores agonizantes, desleídos, Hay que llegar hasta allí sin despertar sospechas.
Suplemento especial de
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EL ACONTECIMIENTO ARMA SU 1962, Frondizi es arrestado en Olivos y lo tiran excesivamente a los militares: el 29 de mayo de
PROPIA TELEOLOGIA en Martín García. (Luego Frondizi hará de esto 1966, a pocos días del golpe, hay elecciones en
ería sencillo ceder a una tentación su punto de honor. Sólo tres presidentes –dirá– la Legislatura de Catamarca. Ya se sabe cómo
III
léctica, no ha tomado este concepto (Sartre, deli- llegamos al gobierno en elecciones democráti- destotaliza no bien acontece, pues de inmediato
berada, apasionadamente ignoró al Heidegger cas, pero nos vimos forzados a intervenir por la pasa a ser otra cosa. La que sigue al aconteci-
posterior a Ser y tiempo y nada hay que repro- ilegalidad democrática en que había incurrido miento. La cual vuelve a expresar la incertidum-
charle por eso) pero crea algo impensable para el gobierno que derrocamos. Somos, así, baluar- bre habitual de los hechos hasta que otro acon-
Hegel y Marx: una dialéctica de la libertad. No tes de la democracia, sus más puros defensores, tecimiento los convoca. La historia no se fija en
hay necesariedad alguna en la dialéctica sartrea- pues hemos hecho por ella algo que no habría- el acontecimiento. En él logra una inusitada
na. Hay un movimiento dialéctico que va de la mos querido hacer: dejar nuestras específicas condensación y traslucidez. Hay que atrapar eso
totalización a la destotalización y a la retotaliza- funciones militares, nuestro profesionalismo, y que el acontecimiento nos dice. Pero el aconteci-
ción. Aunque neguemos el sentido, finalista, derrocar a un gobierno legítimamente elegido miento no dice una cosa. Los significantes que el
teleológico de la dialéctica, la categoría de totali- que se había ilegitimado en el ejercicio del acontecimiento arroja son infinitos. ¿Cuál es el
dad no será dejada de lado. Al unirla a la de poder. Una feroz dictadura sólo comparable significado definitivo del significante
acontecimiento es que nos diferenciaremos de con los fascismos europeos. De modo que si Aramburu? No hay uno, son infinitos. Entra-
las discontinuidades foucaultianas, demasiado algunos mandos se sublevan en defensa de ese mos en el terreno de la hermenéutica. Ella, en
semejantes a las tempestades dionisíacas de orden antidemocrático, ilegítimo, repudiado tanto disciplina de la interpretación, será el espa-
Nietzsche. Ahora, creo, podremos definir qué por la ciudadanía católica y culta de este país, cio en que se juegue la verdad del significante
entendemos por acontecimiento Aramburu. por sus estudiantes y sus Fuerzas Armadas, les Aramburu. Pero la verdad es hija del poder. En
haremos sentir el peso de la ley. Nosotros resumen, y acaso instrumentando una termino-
EL ACONTECIMIENTO somos la Justicia. Somos la Revolución de la logía que a algunos les sonará sartreana, hay un
ARAMBURU, ¿ASESINATO O Libertad. Les aplicaremos la justicia que mere- en-sí y un para-sí del acontecimiento. El en-sí son
AJUSTICIAMIENTO? cen sus enemigos. De este modo, para Arambu- todos los hechos que el acontecimiento, desde
La muerte de Aramburu fue un aconteci- ru, matar a Valle fue justo, fue un acto de justi- sí, constituye hacia atrás como su propia teleo-
miento en la historia argentina. Un aconteci- cia revolucionaria. También, si se quiere, un logía, que no podría existir previa al aconteci-
miento o un suceso no está fuera de la historia, acto de justicia democrática y republicana, pues miento. Ya que es él, insistimos, el que la ins-
pero produce en él una condensación de senti- fue en defensa de esos valores que esas vidas se taura al acontecimentalizarse. Esos hechos, que
do. Si Foucault, para eludir la Metafísica de lo segaron. La de Valle y sus secuaces. Para los recién ahora forman una cadena de datos, son el
Uno caía en una Metafísica de lo Múltiple, el Montoneros, matar a Aramburu fue un acto de en-sí, la materialidad del acontecimiento. El
acontecimiento produce una Acumulación de lo justicia popular. Ellos expresaban el sentir del para-sí es más complejo. El acontecimiento no
Múltiple. No es previo a nada. Puede ocurrir/ pueblo. El pueblo odiaba a Aramburu porque toma conciencia de sí por sí mismo, a partir de
Puede no ocurrir. No es necesario que ocurra. había derrocado a Perón, escamoteado el cadá- sí o desde sí. ¿Dónde toma conciencia de sí el
No responde a ninguna necesariedad, a ningu- ver de Eva y fusilado a Valle y sus compañeros. acontecimiento? Afuera de sí. En las infinitas
na teleología de la Historia. Pero una vez que Había, también, impulsado el decreto 4161. interpretaciones que de él se realizan. Esto es
ocurre funda una teleología, pero hacia atrás. Es Ahí, ya había firmado su sentencia de muerte. relativamente sencillo. ¿Cuántas interpretacio-
el “acontecimiento Aramburu” el que nos per- La cuestión es: Aramburu dice representar a la nes del acontecimiento Aramburu hay en
mite trazar, partiendo de él, la sucesión de democracia. Los Montoneros dicen representar juego? Muchas. Tantas, como fuerzas políticas
hechos que tuvieron que ocurrir para que ese al pueblo. ¿Es así? Si es así, ambos han cometi- diferenciadas existen. Esas, digamos, lecturas
acontecimiento se produjera. El acontecimiento do –eliminando cada uno la vida de su corres- del acontecimiento son su para-sí. El aconteci-
crea su propia teleología. Elimina, desde sí, la pondiente condenado– un acto de justicia. Si miento trama fuera de él su conciencia de sí. Él
visión azarosa de la Historia. Todos los hechos no es así, han cometido un asesinato. Sin no puede elaborarla. El acontecimiento no
que –desde él– ahora se ordenan no se habrían embargo, conjeturo, aunque la cuestión está piensa, es pensado. No interpreta, es interpreta-
ordenado si el acontecimiento no hubiera esta- certeramente planteada, no agota en modo do. No hay jamás una interpretación definitiva.
llado. No podemos decir: “La muerte de Aram- alguno la densidad del problema. Aclaremos, en Es decir, el acontecimiento está siempre en estado
buru estaba en la lógica de los hechos”. Porque principio, algo, sólo una punta de la cuestión, de interpretación. Su en-sí queda trazado no
no hay lógica de los hechos. La historia es una punta, creo, muy sugerente (por ahora): bien acontece: sabemos, desde él, los hechos
incertidumbre. Pero una vez producido el acon- tanto Valle como Aramburu perdieron sus que han llevado hasta él. Jamás sabremos dónde
tecimiento podemos leer –hacia atrás– todo lo vidas, no bajo gobiernos democráticos, sino habrá de detenerse la tarea hermenéutica. Hay y
que contribuyó a producirlo y todo lo que no. bajo durísimas dictaduras. Valle, bajo la dicta- habrá muchas interpretaciones del “arambura-
Por ejemplo: el estreno de la película Ben Hur, dura de Aramburu. Aramburu, bajo la dictadu- zo”, es decir, del significante Aramburu o de,
en la década del sesenta, poco habrá contribui- ra de Onganía. A Valle lo mata el jefe de la dic- más exactamente, el acontecimiento Aramburu.
do a la muerte de Aramburu. El acontecimiento tadura. A Aramburu, no. No lo mata Onganía. Nos vamos a pasar la vida discutiendo si fue un
Aramburu la deja de lado. La candidatura de Lo mata un grupo civil, un grupo de jóvenes asesinato, un atentado, un crimen, un fusila-
Horacio Thedy en no-recuerdo-qué-elecciones que se oponen a esa dictadura en la que ven una miento o una venganza. Esto no se detiene
tampoco. El programa Tropicana Club, con continuación, una heredera de la suya. Lo nunca. En esas controversias el acontecimiento
Marty Cosens, María Concepción César y matan, también, porque creen que Aramburu es es pensado. En ellas adquiere, contradictoria-
Chico Novarro, tampoco. La aparición consa- la pieza esencial para que la dictadura de Onga- mente, conciencia de sí. Sólo que esta concien-
gratoria de la novela Sobre héroes y tumbas de nía pueda lograr una salida digna, democrática cia de sí, como el para-sí sartreano, es diaspórica.
Ernesto Sabato, casi imposible. La serie televisi- pero controlada por el poder “gorila” de siem- Nunca es una. Nunca un acontecimiento reposa
va del Canal 7 Patrulla de caminos, en que el pre. Una perversa continuidad, en suma. Hay en la mismidad de una sola interpretación.
fornido actor Broderick Crawford decía la céle- semejanzas. Y hay diferencias. Nada es reflejo Nunca atraparemos su verdad definitiva. Sería
bre frase “20.50 llamando a Jefatura”, menos. de nada. Todo acontecimiento tiene su propia hacer de él una cosa. El acontecimiento sigue
Pero hay muchos, muchísimos hechos que, leí- densidad. Está sobredeterminado. Y ni uno solo vivo en la medida en que aún no se ha instalado
dos desde el acontecimiento Aramburu, se orde- de sus elementos puede no ser puesto en juego una verdad sobre él. Nietzsche dijo: no hay
nan, tienen un sentido teleológico y nos entre- si queremos lograr su total traslucidez. Si quere- hechos, hay interpretaciones. Más aún del aconte-
gan a la tentación de leer “en los hechos” todo mos totalizar sin haber dejado nada de lado, cimiento, que lleva en sí múltiples caminos que
lo que llevaba “inexorablemente” a ese hecho. nada en el camino. Una totalidad contiene en sí han confluido hacia él. Lo que puede establecer,
Pero no: es al revés. Es ese hecho el que nos todos los elementos que la constituyen, se rela- por sobre las otras, una interpretación es la fuer-
lleva, desde sí, a descifrar, en retroceso (en eso ciona con cada uno de ellos por mediación de za. Es la fuerza que tiene el poder. Foucault ana-
que Sartre llamaría una metodología “regresi- las partes y las partes se relacionan con la totali- lizó bien la relación entre verdad y poder. La
va”), todo lo que tuvo que ocurrir para que dad y con las partes a la vez, por su mediación. vamos a exasperar un poco: La verdad es una cre-
Aramburu muriera. A su vez, el acontecimiento Cada relación que se establece implica también ación del poder. La “verdad” no existe. Lo que
Aramburu abre una temporalidad de persisten- una relación mediada por todos los otros ele- existe es la verdad del poder. Tener poder es obligar
cias. No se agota, no muere en sí mismo. Se mentos de la totalidad. Como se sabe: la totali- a los otros a aceptar mi verdad como la verdad de
prolonga. En resumen: el acontecimiento crea dad no se reduce a la suma de sus partes sino todos. Si en este país la verdad del diario La
una teleología hacia atrás y una persistencia que es siempre más que la mera suma de ellas. Nación tal como –veremos– la expresa José Clau-
hacia adelante. La totalidad es el acontecimiento, pero lo es en la dio Escribano se impusiera por sobre todas las
Nuestra cuestión es ahora candente. Sería forma del acontecer y no bien el acontecimiento demás tal como los intereses de ese sector se
más sencillo para nosotros pasar esta cuestión se acontecimentaliza empieza su destotalización. impusieron a partir de 1976, la verdad del acon-
por encima, pero hay que ir a fondo. La incó- Esta palabra –évenementialization– es de cuño tecimiento Aramburu sería: fue un asesinato y sus
moda pregunta que exigirá una sólida (o lo más foucaultiano y es Deleuze quien más la desarro- ejecutores fueron vulgares delincuentes, vulgares
sólida posible) respuesta es: ¿La muerte de lla. Pero si bien yo la utilizo para quebrar, para asesinos. Entre 1976-1983 ésta fue la verdad. La
Aramburu fue un asesinato o un ajusticiamiento? efectuar la ruptura de toda linealidad histórica, lucha por la verdad es la lucha por el poder. Aquí
Que fue una venganza es tan obvio que casi no de toda necesariedad, de toda esa hojarasca que es donde llegamos a la importancia de los medios
lo trataremos. Cualquiera advierte que se trata les fija a los hechos un devenir inexorable, de de comunicación. La acumulación de medios es
de una venganza: Aramburu por Valle. Pero toda constancia, de todo sentido que se exprese la acumualción de poder para imponer verdades.
aquí está en juego el tema de la justicia. Para internamente a los hechos, no acepto en absolu- El que tiene más poder comunicacional tiene más
Aramburu fusilar a Valle fue un acto de justicia. to los ataques a la antropología que Foucault- poder para imponer o crear verdades. Tenemos,
Un acto de un gobierno revolucionario que Deleuze –sin poder escapar del posestructuralis- pues, que ir de a poco. Vamos a dejar –en princi-
PROXIMO
debía matar a los sediciosos que lo agredieran, mo– llevan a cabo. La historia, aun en la moda- pio– que sean los mismos Montoneros quienes
DOMINGO que desconocieran su autoridad. Su legitimidad lidad de la incertidumbre y precisamente por nos cuenten cómo mataron al fusilador de Valle.
estaba dada por la ilegitimidad democrática del eso, está hecha por el ente antropológico, por
El acontecimiento gobierno al que la Libertadora había derrocado. los sujetos, en fin, por los hombres. Y el aconte- Colaboración especial:
Aramburu (III) Nosotros, dirían y dijeron los “libertadores”, no cimiento, aconteciendo, se impone a todos. Se Virginia Feinmann - Germán Ferrari
Suplemento especial de
PáginaI12
EL “PAREDÓN” esencial de una revolución. ¿Cómo no habría de sin mí: la nuestra. Ya no soy necesario aquí, Fidel.
os metemos con Guevara porque ser duro el Che en la fortaleza de La Cabaña? Mi horizonte...
Suplemento especial de
PáginaI12
UN PROLETARIADO personas (sobre todo entre las parejas: se cogía
UNIDO Y CONSCIENTE muy mal, era el ejemplo) porque la situación del
l Cordobazo es el mayor hecho de país era agobiante, porque se vivía bajo una dicta-
LA MUERTE DE LA ARGENTINA
DEL CORDOBAZO
Esa Argentina –trágicamente– murió. La mató,
primero, el golpe del ’76, que arrasó con todo y
que se produjo ante la urgencia de frenar los
movimientos obreros de Villa Constitución,
denunciados por el radical Ricardo Balbín al
hablar de “la guerrilla en las fábricas”. Y la mató
después el peronista Carlos Menem, desde el neo-
liberalismo, con todo el Partido Justicialista res-
paldándolo, festejando en el Congreso las privati-
zaciones como si fueran goles de la selección
argentina, con el sindicalismo en silencio y con
todo el establishment frotándose las manos: ya no
tenían que llamar a los militares para tener poder,
para frenar a las masas. Ahora, eso se lo daba el
peronismo. Nunca un partido político traicionó
hasta tal punto sus orígenes. La Argentina que
Perón y Evita habían construido la destruyeron
En la sociedad de la exclusión se ha suprimido la “El Cordobazo es peronista”. Para otros era de la los mismos peronistas. Como decía Eva: “Yo no
protesta del obrero sindicalizado. Muerta la izquierda. Tosco no era peronista. Pero Atilio le temo a la oligarquía que derrotamos el 17 de
industria, sólo quedan los peones de campo fieles López sí. Y sería acribillado por el peronismo del octubre, le temo a la que pueda nacer en el cora-
a la palabra de sus patrones. Los hemos visto Estado mafioso y criminal de López Rega e Isa- zón de los dirigentes peronistas”. En suma, fue
“hacerles número” durante los días de confronta- bel. Ochenta y un balazos, a Atilio López. Fue, si Carlos Menem, desde el peronismo, el que dio el
ción entre el gobierno de Cristina Fernández y se quiere, del trotskismo. Fue de la izquierda. impacto brutal y final a la Argentina del Cordo-
“el campo”. La industria genera “centralidad en Fue del clasismo. Pero el Cordobazo se inscribe bazo. Falta para llegar a esa infamia.
la fábrica”. La “centralidad en la fábrica” genera dentro de la lucha del peronismo por traer a Hace tiempo que cualquier escritor sabe que no
delegados, comisiones internas, abogados y afilia- Perón. Dentro de la tradición de lucha que el debe escribir “los acontecimientos se precipita-
ción masiva al sindicato. Entre todo esto serpen- peronismo venía desarrollando desde la Resisten- ban”. Menos luego del prestigio que la palabra
tea la línea ideológica. ¿Fue clasista el Cordoba- cia. El Cordobazo encuentra sus antecedentes en “acontecimiento” ha cobrado a partir de su uso
zo? Sí. ¿Fue peronista? Se inscribía, sin duda, hechos como la huelga del frigorífico Lisandro de por Foucault y Deleuze, quienes, basándose en el
dentro del peronismo combativo que jaqueaba al la Torre. Nada tiene que ver con el sindicalismo Heidegger de Beiträge zur philosophie (von ereig-
régimen desde la prohibición del movimiento y vandorista. Pero sí con la lucha de todos los nis), cuya traducción en la Argentina apareció
de su líder. Hubo muchas pintadas en la época: otros. La de Ongaro, la de los cuadros juveniles, como Acerca del evento, la hicieron suya y desarro-
III
llaron algunos puntos valiosos a partir de ella. semáforo y lo aplastó un camión de lavandería. nadie dude: la verdad estará de su parte y yo
Ya utilizaremos (y ya trataremos de justificar por Las FAP toman el destacamento de la Prefectura habré recordado mal y citado imprudentemen-
qué) la palabra acontecimiento. No exactamente de Tigre. Se llevan quince ametralladoras, doce te.) Pero la justicia revolucionaria es veloz y no
como Foucault, menos aún como Deleuze y fusiles y pistolas. La guerrilla actúa: el 26 de da segundas oportunidades. Ni a un anciano ni
mucho menos como Heidegger. Pero se nos tor- abril asalta una comisaría en Rosario; el 28, una a un joven de dieciséis años o algo más. Pero
nará indispensable para inteligir el acontecimien- en Córdoba; el 29, una en Villa Devoto. Onga- aquí no nos proponemos hablar de esto. El
to acaso más complejo de todo cuanto venimos nía pierde la paciencia: nuevos poderes a la poli- esquema de la revolución sangrienta, de la revo-
tratando: el acontecimiento Aramburu. Podemos, cía para combatir a la guerrilla. El 27 se reúne lución que castiga y limpia el panorama de ene-
entonces, si cautelosamente dejamos de lado el con Lanusse y 52 generales en actividad. Les migos dominaba el espíritu de los cubanos. El
concepto de acontecimiento, y sin ignorar lo dice que la “Revolución Argentina” tiene aún número de fusilados que se maneja va de 600 a
transitado de la frase, decir: “los hechos se preci- por delante quince o veinte años más. Con él a 1500. Posiblemente ninguna de las dos cifras sea
pitaban”. Antes del Cordobazo, el ambiente ya su frente, claro está. Lanusse mira de reojo a verdadera. Posiblemente ninguna de las dos
venía caldeado. En abril (1969) un grupo de las uno que otro general y ya está: los días de Onga- importe. Lo que importa es que se establecieron
FAL ataca un puesto de la guarnición de Campo nía están contados. 29 de mayo de 1970: Es el juicios revolucionarios sumarísimos y el paredón
de Mayo. (Nota: Sigo, a partir de aquí, la rigu- Día del Ejército, y el primer aniversario del Cor- se hizo famoso en el entero mundo. “Al pare-
rosa cronología trabajada por Andrew Graham- dobazo y será el día del secuestro de Aramburu. Es dón”, fue una frase célebre. O “Paredón, pare-
Yool en Tiempo de tragedias y esperanzas, Crono- un día verdaderamente sobredeterminado. Pocos dón, para todos los traidores, que vendieron la
logía histórica, 1955-2005, Buenos Aires, Edito- años antes, en sus libros Lire Le Capital y Pour nación” fue una conocida consigna de la JP.
rial Lumière, 2006). El cardenal Antonio Ca- Marx, Louis Althusser, que había criticado la Bien, el paredón era ése. Era enorme y estaba
ggiano critica a los sacerdotes rebeldes. Dice que linealidad de la concepción hegeliana de la his- lleno de agujeros.
la Iglesia se encuentra ante una crisis de fe. Asal- toria, toma, sin embargo, de éste, el concepto de Cuando regresé a Buenos Aires escribí el
to a una armería de Buenos Aires. Por supuesto: determinación. Una determinación, en Hegel, es guión. Guevara no era San Ernesto de La Higue-
se llevan armas. Conferencia de obispos en San un punto de la historia o un elemento del pen- ra. Era un personaje contradictorio, en ebullición
Miguel. Se manifiestan de acuerdo con los obis- samiento lógico. Althusser creía en el concepto casi permanente, conté los hechos de la fortaleza
pos de la Conferencia de Medellín. Elementos de sobredeterminación. Ese punto de la historia de La Cabaña, la aventura desesperada de Boli-
guerrilleros atacan puestos militares en Magdale- presenta tal complejidad, son tantas las líneas via, un martirio crístico, una lucha contra la
na, Salta y otros lugares. El 3 de mayo es deteni- que en él confluyen, que estamos ante una sobre- humedad de la selva (que el asma del Che no
do Raimundo Ongaro. Lo liberan dos días des- determinación. Esas tres poderosas líneas que se resistía) y contra las delaciones de los campesi-
pués. Juan José Cabral, de 22 años, que estudia- cruzan ese 29 de mayo de 1970 hacen de ese día nos. El Instituto de Cine Cubano, al mando de
ba medicina en Corrientes, es asesinado por la uno de los más sobredeterminados de la década Alfredo Guevara, un personaje que solía andar
policía. La muerte se produce a raíz de la partici- que se inicia: Día del Ejército, primer aniversa- con un sobretodo sobre los hombros, y que no
pación de Cabral en una manifestación por el rio del Cordobazo y secuestro de Pedro Eugenio tenía relación familiar con el Che, rechazó el
aumento de precios en el comedor universitario. Aramburu. Hasta aquí queríamos llegar. Antes guión y dijo que si el guionista insistía en partici-
En Córdoba los metalúrgicos declaran una huel- de seguir deberemos volcar nuestra atención par del proyecto Cuba no facilitaría las locacio-
ga de 48 horas. El asesinato de Cabral caldea el hacia el comandante Ernesto “Che” Guevara, nes. Me apartaron amable pero culposamente del
ambiente del país. Es una de las causas del Cor- hoy, en pleno siglo XXI, nada menos que el ros- proyecto y escribí poco después una obra de tea-
dobazo. Hay manifestaciones en casi todas las tro casi universal de la rebeldía. tro para darme el gusto. Pero los aspectos oscu-
ciudades. En una de ellas, en Rosario, un oficial ros del Che eran intocables. Mi posición era la
de policía hiere a Alberto Ramón Bello, de 22 “¿TÚ CREES QUE SOMOS contraria: sólo el coraje de meterse con esos
años. Bello muere al día siguiente. Su sepelio se IGUALES A ELLOS?”, aspectos posibilitaría una gran película. ¿Qué
hace en Rosario. Se clausura la Universidad de DIJO EL CHE salió? La peor película de Desanzo. El Billiken de
Córdoba. Al día siguiente, en Córdoba, Elba En 1997 se publican varias biografías sobre Ernesto Guevara. Un héroe inmaculado. Una
Canelo queda ciega de un ojo por una granada Ernesto Guevara. La de Anderson, la de Paco película en la que se veía todo lo que ya se sabía.
de gas. El 21: marcha de silencio en Rosario. El Taibo, la de Pierre Kalfon y la de Jorge Castañe- El santo de la Escuelita de La Higuera. Incluso
pueblo toma la ciudad. Un joven de 15 años da. Se cumplían treinta años de la muerte del Desanzo le dio unos “toques Favio” por los cua-
muere de un balazo en la espalda, Luis Norberto Che en la Escuelita de La Higuera. Luego del les el Che, al ser elevado por un helicóptero su
Blanco. El general Fonseca se adueña del territo- buen suceso que nuestra película sobre Eva cadáver, parecía ascender a las alturas.
rio y hace retroceder a quienes habían tomado la Perón había obtenido, unos productores nos Pierre Kalfon se anima a insinuar o más que
ciudad. Onganía ordena la ocupación militar de convocan a Desanzo y a mí, al director y al insinuar una teoría temible. “Los guerrilleros
Rosario. Sepelio del joven Blanco. Se confirma, guionista del film, para que hiciéramos una (escribe) derribaron un régimen más frágil de lo
en Washington, a John Davis Lodge como sobre Guevara. La primera tarea será viajar a que parecía, desgastado por la corrupción y la
embajador en la Argentina. Lodge declara que Cuba y ver y preguntar y olfatear. Desanzo esta- ineficacia de su personal” (Pierre Kalfon, Che,
Onganía llegó al gobierno en forma democráti- ba afónico por el esfuerzo de la filmación del Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo,
ca. Día 29: el Cordobazo. Al día siguiente, el film sobre Evita, de modo que la tarea de hablar Plaza y Janés, Barcelona, 1997, p. 268). Lejos de
Ejército entra al Barrio Clínicas, donde se con- con los entrevistados me correspondía. Durante tratarse de una controversia universitaria esta-
centra la población estudiantil. 14 muertos en una semana pregunté, desde Froilán González mos en presencia de un punto decisivo en la
los dos días del Cordobazo. Se establecen tribu- hasta Roberto Fernández Retamar, si el Che interpretación de la Revolución Cubana. Esta
nales militares: Elpidio Torres, de Smata, es tenía algún defecto. Ninguno. Yo alegaba que interpretación llevará a la muerte a muchos que
condenado a cuatro años de prisión. Agustín no podría escribir un guión de cine sobre un en América optarán por la praxis del “foco insu-
Tosco (“el hombre del Cordobazo”) a ocho. Y personaje que no tuviera un quiebre, alguna rreccional”. “El Che (escribe Pierre Kalfon) basa
así sigue la cosa: el 26 de junio se queman 15 zona oscura, en contradicción con su cara diur- su teoría revolucionaria en el modelo matricial
supermercados Minimax, pertenecientes a la na, con la más conocida, la más célebre. De lo de una guerrilla de campesinos que prevalece
cadena de la familia Rockefeller. contrario saldría un caramelo, no un hombre. sobre un ejército profesional. Pero si no fueron
30 de junio de 1969: balean a quemarropa a Quería la cara del cuadro de Alberto Korda, sí. los guerrilleros los que ganaron sino el régimen
Augusto Timoteo Vandor, el cruzado del “pero- Pero tenía que existir otra. Nada. Cierta tarde carcomido de Batista el que se hundió, entonces
nismo sin Perón”, el enemigo de la CGT de los (no recuerdo por qué no estaba Desanzo), el el malentendido es inmenso, y la pasmosa hazaña
Argentinos, lugar en el que ni se lo nombraba, coronel del Ejército Revolucionario que nos de trescientos campesinos venciendo a un ejército de
se le decía “el traidor”. La CGT estaba dividida habían amablemente puesto como chofer me cincuenta mil hombres se reduce a un accidente
en la “de los Argentinos” y “la de Azopardo”. dice: “Venga, lo llevaré a un lugar donde no va de la historia” (Kalfon, Ibid., p. 268). En Santa
Esta, que llevaba su nombre por estar en esa nadie”. Me llevó a la fortaleza de La Cabaña, Clara (único aporte totalmente propio del Che a
calle, tenía la orientación pactista que le impo- donde se había instalado el Che a comienzos del la revolución, lo demás: jefatura de Fidel), Gue-
nía el Lobo Vandor. Para los de Ongaro eran ’59 y donde se iniciaron los juicios de los tribu- vara gana una batalla contra un ejército sin dis-
“los traidores”. La muerte de Vandor no entris- nales revolucionarios. El coronel me mostró el ciplina, cuyos soldados no quieren pelear.
teció a nadie. Se lo veía como un tipo sinuoso, célebre “paredón”. Era enorme. La fortaleza era Pero hay un episodio que muestra al Che en
un maestro de la negociación perenne y un trai- una bellísima construcción española del siglo un gesto notable. Un miliciano que no se quiere
dor a su clase y a cualquier otro compromiso XVI. El paredón estaba lleno de agujeros. “Si se identificar con la crueldad, con la inhumanidad
que pudiera tomar. Sigue la cosa: asume un pregunta por qué no hay más –dijo el coronel–, del enemigo contra el que se ha alzado en armas
nuevo ministro de Economía, José María Dag- es porque la mayoría de las balas pegaban en el precisamente para no ser como él. Orestes Coli-
nino Pastore. Refiriéndose a un famoso libro de blanco.” Para Guevara las revoluciones se hacían na, un combatiente fiel de la revolución, se
geografía que todos habíamos tenido en el a lo Saint Just. Los que allí fusiló habían cometi- encuentra con el Che, quien viene con un
secundario se dice que, de geografía al menos, do atrocidades. Eran soldados batistianos o tipos teniente del ejército batistiano al que lleva preso.
algo sabrá. Juan García Elorrio, el director de de la policía secreta. Osvaldo Bayer, sin embar- Orestes Colina, en un ataque de furia, le dice:
Cristianismo y revolución, muere, el 27 de febre- go, vio juzgar a dos jóvenes soldados (dos terri- “Lo que tenemos que hacer es matar a éste”. El
ro de 1970, embestido por un automóvil. Con- bles, brutales asesinos o torturadores sin duda) Che responde la respuesta adecuada, la respuesta
moción entre la militancia. García Elorrio era con una velocidad que le pareció –digamos– que resume todos los valores que el siglo XX
un hombre muy respetado, había buscado unir demasiado veloz. El Tribunal los condenó a ser pisoteó: “¿Tú crees que somos iguales a ellos?”.
PRÓXIMO
el cristianismo y el marxismo con las luchas fusilados. Bayer se preguntó largo tiempo si, Prometo entregar una extensa bibliografía en
DOMINGO nacionales. Nadie quería creer que simplemente dada la corta, muy corta edad de esos soldados, el próximo suplemento.
lo había matado un auto. Pero no hubo forma no podían ser enviados a un campo de rehabili-
El acontecimiento de demostrar que no fuera así. Una muerte tación, permitirles una segunda oportunidad. (Si Colaboración especial:
Aramburu absurda. A lo Barthes: semiólogo que no vio el Bayer desmiente esto o da otra versión, que Virginia Feinmann – Germán Ferrari
Suplemento especial de
PáginaI12
EL ONGANIATO Estados Unidos defendía a todos los países de
Y LAS UNIVERSIDADES la órbita occidental del enemigo externo.
l tosco, adusto y muy católico, y Básicamente: el comunismo. Dijo, entonces, a
Suplemento especial de
PáginaI12
EL PROGRAMA DE LA FALDA que hoy enoja a algunos. Pero los más tradiciona-
n un documento trascendente les lo asumieron sin más en esos tiempos. El
Suplemento especial de
PáginaI12
LA HUELGA TRANSFORMA dirigente piquetero Raúl Castells le pidió al héroe “Los congresos de delegados que se sucedían
EL NÚMERO EN FUERZA de las recientes jornadas Don Luciano Miguens: periódicamente, en las sedes de la Unión Obrera
a huelga del Frigorífico Lisandro de la “Don Luciano, ¿no me daría unas vaquitas para Metalúrgica en ese período –al igual que en
III
macía del tiempo sobre la sangre. “La lucha (dirá razón no es exterior al pueblo”. (El texto no es de era un Perón marxista. Esto era restar del Movi-
en agosto de 1973, ante los gobernadores de pro- Rosa L. Me tomé el atrevimiento de “hacerla miento a todos quienes no lo eran. No, Cooke.
vincias) ha finalizado por lo menos en su aspecto hablar” pero juro que no la he traicionado.) En Me quedo en Madrid.
fundamental. Esa lucha enconada, difícil, violen- suma, la enorme soberbia de la vanguardia es Madrid es la lejanía. Y la lejanía alimenta el
ta en algunas circunstancias, ya ha terminado; y que cree que posee algo que la clase obrera no, mito. El mito crecía día a día y era la prohibi-
comienza una lucha más bien mancomunada, de algo de lo que la clase obrera, completamente, ción la que lo hacía crecer. Políticos y sindicalis-
todas las fuerzas políticas en defensa de los intere- carece: el conocimiento científico de las leyes de la tas habían negociado ya un “peronismo sin
ses y objetivos nacionales” (2/8/73). Esto hace historia. Esto es una enorme falacia. Una menti- Perón” (en el fondo, el propósito montonero era
una conducción, que se la acate o no es otra cosa. ra interesada. Hoy, lo es más. Hoy, el marxismo el mismo: al heredar a Perón, hacer un peronis-
Pero supongamos que Perón les dice: “Estoy de no puede presentarse como un conocimiento cien- mo sin Perón, que sería revolucionario), pero las
acuerdo: ustedes pusieron la sangre. Pero esa tífico de las leyes de la historia. Pero en la época masas detestaban ese intento. Aparecían en
etapa terminó. Y con ella terminaron ustedes. Lo del castrismo, del guevarismo y de los Montone- seguida carteles que decían: “Nada sin Perón”.
digo en este sentido: no pueden ocupar la van- ros, sí. Pero aun entonces era una falacia. La El vandorismo fue el intento más poderoso den-
guardia de la nueva etapa. ¿Y si se me han acos- vanguardia posee una teoría exterior a las masas tro del campo sindical. Y el paladinismo (Jorge
tumbrado demasiado a la sangre? Tengo que y esa teoría no puede ser aplicada del mismo Daniel Paladino) lo buscó en el político. Paladi-
dejarlos reposar. Ahora viene la etapa de la pri- modo en todas partes. Cada proceso revolucio- no era el representante de Perón ante Lanusse,
macía del tiempo. La sangre ha sido para conquis- nario debe forjar sus propias armas teóricas. Y no aunque pronto empezó a decirse que era el de
tar el gobierno. El tiempo lo necesitamos para será la vanguardia, que trabaja en exterioridad, la Lanusse ante Perón. Esto le costó el puesto.
gobernar. Ustedes, que fueron la vanguardia de más autorizada para “crear” la teoría revolucio- Como ejemplo de la política sumatoria de Perón
aquella etapa, no pueden ser la vanguardia de naria. Deberá hundir sus raíces en las bases si veamos una carta al Movimiento Sacerdotes del
ésta”. Que nadie lo dude: Perón les dijo esto a los desea hacerlo. Y serán las bases las que elijan su Tercer Mundo, Movimiento que acabaría
Montoneros. Ellos insistieron en su esquema: conducción. Las masas no merecen que se les sumándose a la Tendencia. Escribía Perón: “O la
riesgo = poder. Riesgo = Conducción. Perón bus- niegue la real posibilidad de un nivel de instruc- Iglesia vuelve a Cristo o estará en grave peligro
caba otros tiempos. Otros tiempos reclamaban ción. (Esto le conviene a la vanguardia.) Y la en el futuro (...) De estos simples hechos fluye la
otros hombres. (Admitamos que la mayoría que vanguardia niega también la democraticidad de admiración y el cariño que siento por los Sacer-
puso Perón fueron abiertamente repulsivos. ¡La la organización de las bases y la legítima repre- dotes del Tercer Mundo a los que deseo llegar
derecha para que barriera a la izquierda!) sentatividad de los dirigentes. Esto, por ahora. con mi palabra de aliento y encomio porque
Pero el peronismo –a partir de su caída en ellos representan la Iglesia con que siempre he
TEORÍA DE LA 1955– no requirió vanguardia alguna. Todos se soñado” (Baschetti, 1955-1970, Volumen I,
VANGUARDIA subordinaron a la conducción del líder del movi- Ibid., 613). Los religiosos se ponían muy con-
Pero el esquema de la Conducción que mane- miento, Juan Perón. Perón tenía un esquema tentos: compartían la lucha del pueblo. Una vez
jan los Montoneros es el del grupo de iluminis- militar de conducción (que ya hemos estudiado) llevaron a varios en cana. Sueltos, uno de ellos
tas que conoce la teoría de la revolución y sus y consideraba que la cabeza del movimiento era nos dijo: “Cuando íbamos en los celulares cantá-
caminos y debe, por consiguiente, “bajarla” a los el conductor y luego los conductores auxiliares. bamos cánticos religiosos”. Los muchachos de la
trabajadores. Desde este punto de vista, la clase Sabía atemperar esta centralización diciendo que JP les decían: “¿Y por qué no cantaron la marcha
obrera jamás podría tener una conducción obre- todo conducido (“hasta el último hombre que es peronista?” Eran chicanas. Buscaban decir:
ra. Los obreros no son ilustrados, no conocen las conducido”) tiene un papel en la conducción. Y “Cómo les cuesta ser peronistas a ustedes, ¿eh?”
teorías de la revolución y no pueden trazar las que todos llevan en su mochila el bastón de Reflexionemos algo más sobre la política suma-
grandes líneas estratégicas. La teoría de la van- Mariscal. Pero, sobre todo una vez instalado en toria. Cierta vez –durante su primer regreso– le
guardia que introduce desde afuera la teoría revo- Madrid, su ajedrez demuestra una precisión exce- preguntan (era un reportaje televisivo) a Perón:
lucionaria en las masas es de cuño leninista. Está lente. Para Perón se trata de mantener unido al “¿Qué opinión le merece John William Cooke?”
en el ¿Qué hacer? Si bien es cierto que Lenin la Movimiento. De sumar a él a todos los que quie- Perón, muy seguro, responde: “Era un eminente
diseñó para las particulares encrucijadas con que ran sumarse. De tener un ala dialoguista. Un ala argentino”. Y luego, con esa sonrisita canchera,
se encontró la revolución soviética, no es menos conciliadora en lo político. Un ala dura en lo sin- socarrona, esa sonrisa que decía “soy el más piola
cierto que raramente se abjuró de ella. Tiene un dical. Y un ala blanda. Y cuando aparezca la gue- de todos” y más lo decía si, al decirlo, guiñaba
gran atractivo: la clase obrera es reformista per se. rrilla (“los muchachos”) les dará el nombre de un ojo, añade: “Cierto, algunos dicen que era
Es parte del sistema de producción capitalista. “formaciones especiales”, tolerará que se conduz- demasiado izquierdista. Pero también había
Siempre, por fin, termina por generar una con- can por su cuenta, acaso porque no había otra otros que eran demasiado derechistas, como
ciencia trade-unionista. Una conciencia sindical. posibilidad. El caso es que todos los caminos (Jerónimo) Remorino”. Esto lo basaba en frases
Hasta –por qué no– podríamos decir una con- conducen a Puerta de Hierro y Perón pasa a ser que había dicho en 1951, en la Escuela Superior
ciencia peronista. El peronismo es un movimien- el general de las cartas y de las cintas grabadas. Peronista: “En cuanto a ideología, en el Movi-
to que desde su base sindical forma parte del sis- Este sistema valida a todos. No hay grupo que no miento Peronista tiene que haber de todo”. Por
tema capitalista, con el que negociará permanen- tenga una carta o una cinta grabada en la que decirlo claro: Perón confiaba tanto en su poder de
temente los intereses de los trabajadores. Lenin Perón lo confirma como parte del Movimiento. conductor de masas y de hombres que creía llevar
busca otra cosa. Se propone eliminar el sistema “Si llego con los mejores, llego con muy pocos.” hacia un mismo fin a la derecha y a la izquierda.
capitalista. Pero la conducción no la pueden Grande y verdadera frase de Perón. Pero se le Todos se someterían a sus dictámenes porque
tener los obreros. El destino de la clase obrera en podría haber dicho: “General, si llega con todos ellos expresaban su conducción. La palabra de
cuanto logra mejoras es integrarse al sistema llega con el caos”. Perón era el “plato” de Perón. O se estaba con los
capitalista. No tiene una ideología de cambio, una pies dentro del plato o afuera. Si se estaba afuera
ideología revolucionaria. ¿De dónde habría de CONDUCCIÓN: no se era peronista. Este sistema de conducción
venirle? Pues del Partido Revolucionario de Van- ENTRE EL AFUERA le dio grandes réditos durante su primera expe-
guardia, el cual estaría formado por un grupo de Y EL ADENTRO riencia de Gobierno. (Nota: Aquí no había teni-
elite que conocerá las leyes de la historia, la ideo- Perón, en Madrid, comienza a sufrir un equí- do un grupo armado como Montoneros que le
logía revolucionaria del proletariado, y la hará voco feroz. Algo que no advierte. Desde afuera, disputara la conducción. El mayor rival de Perón
penetrar en las masas. Pero la conducción queda en exterioridad, se puede manejar el Todo. durante su primer gobierno, el cuadro político
en manos de la elite ilustrada. En esta etapa del Desde adentro, en interioridad y como parte de que más trabajo le dio conducir, si es que lo
pensamiento marxista leninista (fortalecido por el la misma historicidad que todos, no. Perón, en logró, fue Evita.) Pero ahora había alimentado
castrismo) se afirmaron los Montoneros. Ellos serí- Madrid, vive en otra historicidad. Es lo que le demasiadas fuerzas antagónicas y todos sabían
an el Partido de Vanguardia que pedía Lenin. decía Cooke: “Usted es el prisionero de Puerta de que estaba viejo y pronto moriría. No era el
Son conocidas las críticas de Trotsky y de Rosa Hierro”. Perón creía otra cosa: creía ser el gran Perón de 1945-1955. Nadie se le atrevía enton-
Luxemburgo a estos trágicos planteos de Lenin ajedrecista de Puerta de Hierro. El conductor ces. Y eso que el gran ajedrecista formaba parte
que llevarán vertiginosamente al culto a la perso- estratégico. El que dirige el montón. Y el que del juego. Hasta 1973, desde la distancia madri-
nalidad, a Stalin. Trotsky dijo lo evidente: el dirige el montón no puede formar parte de la leña, ocurrió esto. Hasta que regrese nos somete-
aparato del Partido sustituye al Partido. Surge batalla. Napoleón no formaba parte de la batalla. mos. Cuando vuelva, se verá.
un Comité Central conducido por una burocra- La conducía en lejanía para poder ver el todo. Si Entre tanto, en 1966 asume la presidencia del
cia altiva, soberbia y corrupta. Esta burocracia se hubiera metido en la batalla habría visto sólo el país el general Juan Carlos Onganía. Perón no
consagra a un dictador que sustituye la conduc- lugar en que estaba metido. Si yo me meto en la derrama ni media lágrima por la caída de Illia.
ción del Comité Central por la propia. Y se conducción táctica (reflexionaba Perón) voy a ¿Por qué habría de hacerlo? ¿Por un nuevo fraca-
acabó: lo que viene después de esto es la lamen- terminar dirigiendo a un conjunto, no al Todo. so de la democracia argentina? ¿Illia era la demo-
table historia de la Revolución Rusa, Stalin. Cooke le pedía que se impregnara de los olores cracia argentina? Para Perón era otro más que
Rosa Luxemburgo hace un planteo entrañable, revolucionarios de América Latina. Pero Perón mantenía las prohibiciones vejatorias sobre su
conmnovedor y posiblemente el más atinado: sabía que él, en Cuba, habría estado a la sombra persona. Ahora venían los militares a mostrar la
“Señores, el espontaneísmo de las masas no es de Castro. Se habría transformado en un castris- jeta directamente. Basta de farsas electorales.
irracionalismo. Es la acción directa de las masas. ta. En un marxista. Y en un completo inasimila- Basta de poner en el gobierno a partidos sin fuer-
PRÓXIMO Si ustedes creen que esa acción está privada de ble para los militares de Argentina y para los za que eran presa fácil de los sindicatos, de Perón,
conciencia revolucionaria es porque son unos Estados Unidos. Sobre todo, creo, Perón rechaza de las huelgas, y de los milicos desconformes.
DOMINGO
miserables pequeñoburgueses, con pretensiones la invitación de Cooke a La Habana por orgullo. Ahora, ellos, los mismísimos milicos daban la
intelectuales y ambición de conductores. No les Y no le faltaba razón: él mandaba sobre las masas cara. Y tenían labio leporino.
El Cordobazo, diré que el pueblo tiene razón porque de inme- de un enorme país como la Argentina. ¿Para que
pueblada diato me acusarían de populista. Pero les diré, iba a ir a ponerse a la sombra del prestigio revolu- Colaboración especial:
y organización con toda la firmeza de la que sea capaz, que la cionario de Castro? Además, un Perón en Cuba Virginia Feinmann - Germán Ferrari
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HACIA UNA FENOMENOLOGÍA menos por la solución política. Ahora los que baciones de todo orden, las huelgas, los paros, las
DE UNA HUELGA EJEMPLAR queremos guerra somos nosotros, pero guerra a protestas tumultuosas, los panfletos, los rumores
ay un encuadre político del que nuestro modo, no al de ellos. Vamos a ver si de todo tipo, la baja producción y el desgano, la
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LA PROSCRIPCIÓN Y LOS nocida. Illia no era un “viejito bueno”. Fue parte de Peronismo escrita por ¡Osiris Troiani y Hugo Gam-
FUNDAMENTOS DE LA los 18 años de exclusión del peronismo. Como bini! En ella publicaba Mariano Grondona. Gorilas
VIOLENCIA todos, dijo que sí, que aceptaba la proscripción del irredentos como Ramiro de Casasbellas. Y era la
l concepto “18 años de lucha” movimiento de masas. Es posible que pensara variar exquisitez, la elegancia, el éxito. El peronismo
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PERÓN LO LLORA AL CHE
no de los puntos más brillantes en
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LA SUSTANCIA DE LA masas que llevarían al peronismo al encuentro con la ideolo- otro, el peronismo alla Kirchner, que no puedo analizar aquí.
REVOLUCIÓN SON LAS MASAS gía de los tiempos que corrían: el socialismo. Cuando –en Notable es que muchos antiperonistas están del lado peronis-
i siquiera se requiere ser un buen lector de 1974– la historia se redujo al enfrentamiento entre aparatos ta. Es cierto: el otro extremo apesta a gorilismo, a derecha, a
III
sar, a pensar de otro modo, desde otro ángulo, nosotros– desde el siglo XXI han sido negados mo. Vandor estaba liquidado. No había nego-
que le dio vida y novedad a lo que ya teníamos sin piedad. A) La historia no es lineal; B) No ciación con el régimen que no incluyera a
anquilosado, a lo que nos empobrecía? Es cier- sabemos si avanza; C) No sabemos, si es que Perón. Y Perón era inintegrable para el régi-
to, no se puede pensar y vivir seguro. Ni avanza, hacia dónde avanza; D) Los hechos no men. Tal vez los jóvenes que hoy lean esto ten-
siquiera la fe en Dios es un anclaje seguro. Si tienen una relación interna de necesidad; E) El gan que hacer un esfuerzo de inmersión en una
alguien cree verdaderamente en Dios, esa fe componente de azar en la Historia es tan pode- historicidad que no es la suya, pero sólo al
debe estar jaqueada por la duda, alimentada roso como el principio de incertidumbre que costo de hacerlo comprenderán los motivos de
por ella, fortalecida por ella. La llamada “fe del Heisenberg encuentra en la materia; F) De lucha de una generación alrededor de una figu-
carbonero” es sólida pero es siempre la misma. ninguna forma histórica surge necesariamente ra política poderosa. Todo el establishment
Admiro la fe de los hombres simples, pero pre- otra; G) Hay, como genialmente demostró Sar- giraba en torno de evitar el retorno de Perón al
fiero elegir la de los tipos que aceptan los quie- tre, totalizaciones parciales, destotalizaciones gobierno. Ese fue el sentido de la historia argen-
bres, las rupturas. Si yo creo ciegamente en constantes y retotalizaciones, pero no hay una tina durante 18 años. No era un sentido que
Dios me disuelvo, me desbarato en él. Es Dios totalización final, conciliatoria, que contenga a tuviera resuelta su culminación, pues esa cul-
quien se apodera de mí y yo me pierdo en su los contrarios en una síntesis superior que pro- minación dependía de la lucha del pueblo. A
inmensidad. Pero si mi fe se cuestiona a sí venga necesariamente de un proceso llamado Perón lo traía el pueblo. Pero ninguna lucha se
misma, si se pregunta por la bondad divina, “dialéctico”. emprendería al margen de esta conquista:
por la existencia del Mal, por la ausencia, por Pero en los sesenta se estaba muy lejos de Perón debía volver a encontrarse con su pue-
el silencio de Dios, por su palabra que quisiera pensar esto. Y acaso dentro de unos años se blo. Si uno se concentra en el ardor y en la
más audible, por mis palabras que requeriría retorne a pensar en cierta necesariedad de la esperanza de este momento se entenderán
saber si son atendidas, por el pecado que late historia, pues el concepto de azar y el de inde- mejor las desgracias posteriores, la dimensión
en mí, por la fascinación con que el Mal me terminación no son fáciles de tolerar. Como de las tragedias por venir. La Argentina era una
posee a veces con más pasión que la fe en la sea, en los sesenta, para Cooke y los cuadros fiesta. De todos los países de América latina éra-
bondad del Señor, entonces esa fe está abruma- que empezaban a integrar la juventud peronis- mos el único que aguardaba a un líder cuya sola
da, agobiada por la duda. La fe y la carencia de ta, el peronismo era el corazón de la dialéctica. proximidad con las masas, cuyo solo encuentro
ella, la fe y su cuestionamiento doloroso, la fe Y su superación necesaria por el socialismo con ellos garantizaba una situación más que pre-
que no es un refugio, que no es una certeza estaba inscripta en la lógica de los hechos. Por- revolucionaria. ¿Era poco? Era, para la militan-
cálida, tranquilizadora acerca de todo lo crea- que los hechos tenían una lógica y esa lógica cia revolucionaria, una dádiva de la historia
do, esa fe es la fe. ¿Qué quiero decir con esto? era dialéctica. Si en 1945/55, Perón había sido que había que aprovechar. Además todos los
Que en esta historia nadie es incuestionable. tan osado, tan desafiante, si había convocado militantes de las villas y de las fábricas y de los
No hay un Dios ni hay dioses. Todos tienen con tanta pasión la voluntad movilizadora de barrios lo decían: el pueblo lo espera a Perón y
matices, facetas, caras. Esas caras pueden llegar las masas, ahora, luego, sobre todo, de la Revo- nos quiere a nosotros porque sabe que pelea-
a ser desagradables. Aquí, “los adoradores de lución Cubana, el peronismo pasaría a su etapa mos por traerlo. Se entraba en las casas. Se
mitos y fetiches”, como los llama Cooke, tiem- dialéctica siguiente, el socialismo. Además, el hablaba con las familias. Se hacía militancia
blan. Como tiemblan los hombres simples socialismo era la fe de ese tiempo. Una de las barrial. Todo militante tenía un barrio detrás.
cuando el Dios que atempera todas sus pregun- frases fetiche era: “el mundo marcha al socialis- Cooke sabe que hace falta más. Que el pero-
tas, todas sus angustias, se debilita. En esta his- mo”. Se decía con la naturalidad con que se nismo tiene que ir más allá de sí mismo: “El
toria hay hombres y mujeres. Como todos, lle- decía que América latina debía unirse, que el peronismo (...) jaquea al régimen, agudiza su
nos de contradicciones. Tercer Mundo debía llevar adelante su proceso crisis, le impide institucionalizarse, pero no
de liberación nacional, que el imperialismo tiene fuerza para suplantarlo, cosa que sólo le
LOS PELIGROS DE LA caería porque ya estaba cayendo en Vietnam será posible por medios revolucionarios” (Cooke,
DIALÉCTICA ante una guerrilla inasible, que, con el solo Ibid., p. 74, cursivas mías). Esos “medios revo-
Cooke veía en el peronismo (en 1967) un artilugio de mimetizarse con su entorno selvá- lucionarios” son el socialismo. Nos acercamos a
momento necesario en la dialéctica de la revo- tico, enloquecía a toda la maquinaria imperia- la dramática correspondencia Perón-Cooke, en
lución. Escribe: “El peronismo será parte de lista. Cuando Perón lanza el concepto de socia- la que Cooke le pide a Perón que dé los pasos
cualquier revolución real: el ejército revolucio- lismo nacional lo hace para dar satisfacción a necesarios para incluirse, él, como líder de
nario está nucleado tras sus banderas, y el pero- este espíritu que latía en sus bases juveniles. masas, latinoamericano, en esos “medios revo-
nismo no desaparecerá por sustitución sino Nadie pareció advertir que, en un número de lucionarios”. Y Perón responde esgrimiendo
mediante superación dialéctica, es decir, no la revista Las Bases, José López Rega había razones que habrá que escuchar. Cooke quería
negándoselo sino integrándolo en una nueva dicho que el socialismo nacional era el nacional hacer del peronismo un partido de extrema
síntesis” (Cooke, Ibid., p. 73). Esta era la cre- socialismo. O que Perón –hablando de su izquierda, y el viejo zorro Perón sabía que,
encia de la época. Todo cuadro militante de la experiencia europea– había dicho que en Ale- poniéndose al frente de un partido de esas
JP, con su Marx aceptablemente leído y, cómo mania e Italia habían existido “formas” de características, no regresaba nunca al país. O
no, con su Cooke bien incorporado creía lo socialismo nacional. No importaba. O eran regresaba con diez o veinte militantes. Y lo
siguiente: el peronismo había sido una profun- boludeces del “Viejo”. Distracciones. O eran derrotaba. Y, señores, lo más importante, lo
da experiencia popular en la década de payasadas de ese sirviente que tenía. Lo que se que el Viejo Perón, que conocía mucho a “su”
1945/1955. La historia avanza y avanza dialéc- imponía (y con razón) era lo otro: el socialismo pueblo, posiblemente más que Cooke, sabía
ticamente. Es decir, superando sus momentos nacional era la meta porque el peronismo reali- que ese pueblo, el que lo quería de vuelta, no
anteriores pero no negándolos sino integrándo- zaría la síntesis entre el socialismo y lo nacio- lo quería como un líder socialista, algo que, en
los en una nueva síntesis, como bien dice nal. Dejando atrás los pésimos recuerdos de los ese momento histórico, sólo podía hermanarlo
Cooke, que ha dicho Hegel y ha dicho de socialismos internacionalistas. ¿O no había sido con el barbudo cubano, lo quería como Perón,
nuevo Marx. Hay aquí una creencia en el avan- socialista Américo Ghioldi? Había que agregar- como el general del caballo pinto, como el
ce de la historia. Y más aún: en el sentido de la le algo al concepto de socialismo para que no general de los días felices, como el único que
historia. Hegel y Marx le entregan un sentido a se confundiese o para que se diferenciase del habría de pensar en los pobres, y darles otra vez
la Historia. Ese sentido es un desenvolvimiento, socialismo del que habían hablado todos esos un Estado generoso y sindicatos para ellos y
un avance de formas nuevas que dejan detrás viejos gorilas: los hermanos Ghioldi, Repetto y acabaría con la violencia. Volverían los días
formas superadas, pero sin destruirlas. Lo esen- la vieja ésa, ¿cómo se llamaba?, ésa: la Victoria felices. Perón volvería, para el pueblo peronis-
cial de lo dialéctico es que integra a lo supera- Ocampo de la izquierda, ah, sí: Alicia Moreau ta, como el líder de siempre, sin aufhebung
do en una nueva síntesis. De esa nueva síntesis de Justo. Gran figura de la Libertadora. Ade- hegeliano, ¿qué mierda era eso?, volvería como
lo superado es parte esencial. Entonces todo más lo “nacional” de este socialismo entronca- el general campechano, generoso, duro con los
era claro: el peronismo del 45/55 se incluía en ba con el pasado argentino: con los caudillos, gorilas para defender a los pobres, haría casitas,
la dialéctica histórica como un momento esen- con el federalismo, con las montoneras del hospitales, aumentaría los sueldos, y volvería a
cial que era superado pero incluido por las nue- interior. Era el socialismo de la patria. Si se hablar desde los balcones de la Casa Rosada,
vas formas que adquiría la Historia en su quiere: era el socialismo peronista. acto que constituía tal vez el acto simbólico
desenvolvimiento dialéctico. Ese movimiento más anhelado por ese pueblo.
era inmanente y necesario. Si la Historia es dia- “EL HECHO MALDITO Nos acercamos a los choques irresolubles
léctica es porque viene de algún lado y se dirige DEL PAÍS BURGUÉS” entre Perón y Cooke. ¿Qué pasaba con Cooke?
a otro. El horizonte de la dialéctica, en los Con gran brillantez continúa Cooke: “El ¿Tanto desconocía a Perón? ¿Tanto desconocía
sesenta, era el socialismo. Nada más razonable régimen no puede institucionalizarse como al pueblo peronista al que había representado
que pensar que el peronismo, necesariamente, democracia burguesa porque el peronismo desde joven en el parlamento peronista? Por-
debía desaparecer para incluirse en una nueva obtendría el gobierno” (Cooke, Ibid., pp. que si hay alguien del que no puede decirse
totalización que lo contuviera en tanto negado. 73/74). Aquí está la postulación del peronismo que fue un infiltrado es de Cooke. El querido
La nueva totalización era la síntesis que el pen- como hecho maldito. El régimen no puede Bebe, antes de volcarse al socialismo, había
samiento hegeliano establecía por medio de un consolidar su democracia burguesa. Hacerlo sido un peronista de Perón y de Evita. Tanto,
concepto célebre en la historia del pensamien- sería llevar el peronismo al gobierno. Al impe- que Perón le delega todo su poder. ¿Qué respon-
PRÓXIMO to. El aufhebung del maestro de Jena significa, dir esa consolidación burguesa el peronismo deremos a esto? ¿Se equivocó ingenuamente un
DOMINGO a la vez, superar/conservando. El peronismo, funciona como “hecho maldito”. Los llamados hombre de una inteligencia excepcional? No,
de esta forma, era superado pero conservado por la militancia “18 años de lucha” son los no se equivocó. Hizo lo que tenía que hacer.
por el socialismo, que era la nueva forma que fracasos del régimen por integrar al peronismo. Ya veremos cómo.
John William Cooke, adquiría el avance histórico. Todos los supues- “Sin Perón, nada” era una consigna de rigor
el peronismo que tos de este pensamiento son claros y si los conceptual e importancia movilizadora. Basta Colaboración especial:
Perón no quiso (IV) miramos –como no podemos evitar hacerlo de peronismo sin Perón. Basta de neoperonis- Virginia Feinmann - Germán Ferrari
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PARTIDO Y MOVIMIENTO peronismo (y si no pregúntenle al establishment) representa a
empranamente empieza Cooke a recibir señales la negrada, a los grasas, a los gordos de los sindicatos, a los
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EL ATAQUE A LA GUARNICIÓN DE AZUL comparte la desgracia de sus compañeros. Un militar que habrá DELEGADO DE PERÓN
a acción la emprende la Compañía Héroes de de condenar con extrema dureza los acontecimientos produci- Cooke es una de las figuras más enigmáticas del peronismo.
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LA INGENUIDAD DE VALLE
ay ingenuidad en la revolución de
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WALSH, EL NARRADOR “¿DÓNDE ESTÁ TANCO?”
DE LOS HECHOS Esa noche, la del 9, trasmiten una pelea:
Lausse contra el chileno Loayza. Lausse viene de
a violencia del 9 de junio de 1956 lucirse en Estados Unidos. Pero bajo “el