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Autónoma de México
Facultad de Ingeniería
División de Ciencias Básicas
Laboratorio de Ingeniería de
materiales.
introducción:
El tratamiento térmico de temple consiste en calentar el acero a una
temperatura predeterminada; mantener esta temperatura hasta que el calor
haya penetrado hasta el corazón de la pieza y enfriar bruscamente en el
medio correspondiente según el tipo de acero.
Para templar las piezas hechas de acero al carbono, con alta velocidad
crítica de temple, se utiliza corrientemente el agua; aunque otro medio de
enfriamiento muy común es el aceite. Los mejores resultados se obtienen
templando en baños de sal, los cuáles tienen muchas ventajas sobre los
medios de enfriamiento ya citados.
Las opciones para modificar metales y aleaciones son múltiples a día de hoy,
si bien los tratamientos térmicos son los más comunes en la metalurgia. Son
procesos que se aplican al material empleando la temperatura como principal
variable. Se emplean sobre todo para el acero y las aleaciones de hierro y
carbono. El objetivo, mejorar sus propiedades mecánicas —aumentar la
dureza, la resistencia mecánica, la ductilidad, etc.— y así facilitar el
conformado posterior.
Temple
Es el tratamiento térmico del metal que implica calentarlo en un medio como agua,
aire o aceite, hasta la temperatura de austenización (800º-925ºC) durante un tiempo
determinado. A continuación se enfría rápidamente para que se transforme de
austenita a matensita, que tiene mayor dureza. Por tanto, la templabilidad de un
metal determina su capacidad para endurecerse, algo que se comprueba con el
conocido como Ensayo Jominy. La composición del metal, la temperatura y el
tiempo de calentamiento, la velocidad de enfriamiento, el medio en el que se templa
y el tamaño y forma de la pieza son factores decisivos en el proceso de temple.
Recocido
Con este tratamiento térmico del metal se calienta el material hasta una temperatura
determinada durante un tiempo prefijado para, a continuación, enfriarlo lentamente.
Con esto se logra ablandarlo, mejorar la tenacidad, recuperar ductilidad, eliminar
tensiones residuales, afinar el tamaño del grano y reducir la segregación. También
se puede aplicar para modificar las propiedades mecánicas, eléctricas o magnéticas
de un material. Según el objetivo y la composición, los tipos de recocido de acero
pueden ser de homogeneización, de regeneración o normalizado, de globulización o
subcrítico.
Revenido
Es un proceso posterior al temple, con el que se busca reducir las tensiones
generadas y la fragilidad. En el caso del acero, tras su endurecimiento se vuelve
muy frágil, lo que dificulta su manejo. Para ello se calientan las piezas templadas
hasta conseguir que la martensita se transforme en una estructura más estable.
Finalmente, se enfría rápidamente, ganando tenacidad aunque también se reduce
levemente la dureza.
Normalizado
Es el tratamiento térmico del metal que se emplea para que el acero consiga una
estructura uniforme y de grano fino, garantizando sus propiedades mecánicas. Se
usa sobre todo en aceros al carbono y aceros de baja aleación, para normalizar su
estructura después del forjado, la laminación en caliente o la fundición. Así, se
calienta rápidamente el material a una temperatura cercana a la de endurecimiento
(800º-920° C), que es cuando se forman nuevos granos austeníticos, mucho más
pequeños que los ferríticos anteriores. Tras esto, se enfría libremente al aire,
momento en el que se forman nuevos granos ferríticos de tamaño refinado y una
estructura uniforme.
Tras estos procesos se suelen aplicar tratamientos superficiales con los que se
logra la textura y el comportamiento mecánico exigido por el cliente. Van desde la
aplicación de pinturas anticorrosivas, al galvanizado, pavonado, niquelado, zincado,
cromado o pulido. Los acabados de los metales protegen las piezas de la oxidación
y la corrosión, generan texturas, aumentan la resistencia a la fatiga, eliminan o
añaden esfuerzos mecánicos... Además aportan, en algunos casos, mejoras
estéticas.
Desarrollo
Procedimiento para el tratamiento térmico:
a. Previo al tratamiento térmico, realizamos las siguientes pruebas en la pieza de
trabajo: determinación de la dureza, microestructura presente en el material (antes
del tratamiento térmico)
b. Calentamos el horno hasta alcanzar 850-900°C
d. Una vez colocadas las muestras de acero, dejamos por un tiempo aproximado de
20-30 minutos
e. Sacamos la probeta del horno una vez que haya alcanzado la temperatura de
temple.
Para realizar los estudios de dureza y de metalografía tuvimos que lijar de nuevo
nuestra prueba con lijas desde el 200 hasta 1500
Imagen 1
250
500
ANÁLISIS DE RESULTADOS
Mostraron una matriz 100 % austenítica, sin residual de ferrita, perlita, ni carburos
tras el tratamiento térmico, pero si de inclusiones no metálicas residuales y
dispersas en forma aislada por la matriz.
Conclusiones:
Una práctica interesante que nos llevó más de una sesión pero en la que se
aprende mucho, fué tedioso tener que lijar la muestra ya que algunos rayones no se
quitan.
Bibliografía.
Manual de Prácticas del Laboratorio de Ingeniería de Materiales. (s. f.). ingenieria
unam. https://www.ingenieria.unam.mx/labsmateriales/docs_calidad/manuales/
Manual_LabIngMater iales.pdf
https://www.frro.utn.edu.ar/repositorio/catedras/mecanica/5_anio/metalografia/10-
Temple_y_Revenido_v2.pdf
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1815-59442022000100017