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Repertorio Obligatorio para el XII

CNYRP de la Comunidad de
Madrid

Subdirección General de
Bilingüismo y Calidad.
XII CONCURSO DE Dirección General de
Bilingüismo y Calidad de la
Enseñanza.
Consejería de Educación y
NARRACIÓN Y Juventud.
Curso 2020/21

RECITADO DE POESÍA
(CNYRP)
Comunidad de Madrid

1
2020/2021
Concurso de Narración y Recitado de Poesía
de la Comunidad de Madrid
REPERTORIO OBLIGATORIO
ÍNDICE:
Romance de la loba parda. Anónimo .................................................................................... 3
Coplas a la muerte de su padre (Fragmento). Jorge Manrique (1440-1479) ........................ 4
Ande yo caliente. Luis de Góngora y Argote (1561-1627) .................................................... 5
La cigarra y la hormiga. Félix María de Samaniego (1745-1801) .......................................... 6
La canción del pirata. José de Espronceda (1808-1842) ....................................................... 7
Olas y Volverán las oscuras golondrinas. Gustavo A. Bécquer (1836-1870) ........................ 9
Si… Rudyard Kipling (1865-1936) ....................................................................................... 11
Un Pleito. -Rubén Darío (1867-1916).................................................................................. 13
Cuando sepas hallar una sonrisa.- Enrique González Martínez (1871-1952) ..................... 15
A Juan Ramón Jiménez.- Antonio Machado (1875-1939) ............................................... 16
El poeta va a caballo y Álamo Blanco. Juan Ramón Jiménez (1881-1958). .................... 17
Deshaced ese verso y Como tú. León Felipe (1884-1968) .............................................. 18
Por el sendero de plata. Gerardo Diego (1896-1987) ..................................................... 20
Muerte de Antoñito el Camborio. Federico García Lorca (1898-1936) .......................... 21
Niño tras un cristal. Luís Cernuda (1902-1966) ............................................................... 22
Delirio del incrédulo. María Zambrano (1904-1991) ...................................................... 23
Oda a la alegría. Pablo Neruda (1904-1973) ................................................................... 24
Las abarcas desiertas. Miguel Hernández (1910-1942) .................................................. 26
El niño que ya no soy. Gabriel Celaya (1911-1991) ......................................................... 27
Los tres cerditos. Roal Dhal (1916-1990) ........................................................................ 28
Isla ignorada. Gloria Fuertes (1917-1998) ....................................................................... 31
Hagamos un trato. Mario Benedetti (1920-2009)........................................................... 33
A Pancho, mi muñeco. José Ángel Valente (1929-2000)................................................. 34
Flotando en el viento.- Bob Dylan ................................................................................... 37

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


2
Romance de la loba parda. Anónimo

Estando yo en la mi choza pintando la mi cayada,


las cabrillas altas iban y la luna rebajada;
mal barruntan las ovejas, no paran en la majada.
Vide venir siete lobos por una oscura cañada.
Venían echando suertes cuál entrará a la majada;
le tocó a una loba vieja, patituerta, cana y parda,
que tenía los colmillos como punta de navaja.
Dio tres vueltas al redil y no pudo sacar nada;
a la otra vuelta que dio, sacó la borrega blanca,
hija de la oveja churra, nieta de la orejisana,
la que tenían mis amos para el domingo de Pascua.
—¡Aquí, mis siete cachorros, aquí, perra trujillana,
aquí, perro el de los hierros, a correr la loba parda!
Si me cobráis la borrega, cenaréis leche y hogaza;
y si no me la cobráis, cenaréis de mi cayada.
Los perros tras de la loba las uñas se esmigajaban;
siete leguas la corrieron por unas sierras muy agrias.
Al subir un cotarrito la loba ya va cansada:
—Tomad, perros, la borrega, sana y buena como estaba.
—No queremos la borrega, de tu boca alobadada,
que queremos tu pelleja pa' el pastor una zamarra;
el rabo para correas, para atacarse las bragas;
de la cabeza un zurrón, para meter las cucharas;
las tripas para vihuelas para que bailen las damas.

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


3
Coplas a la muerte de su padre (Fragmento). Jorge Manrique
(1440-1479)

Recuerde el alma dormida, allí van los señoríos


avive el seso y despierte derechos a se acabar
contemplando y consumir;
cómo se pasa la vida, allí los ríos caudales,
cómo se viene la muerte allí los otros medianos
tan callando, y más chicos,
cuán presto se va el placer, y llegados, son iguales
cómo, después de acordado, los que viven por sus manos
da dolor; y los ricos.
cómo, a nuestro parecer, …
cualquiera tiempo pasado Este mundo es el camino
fue mejor. para el otro, que es morada
… sin pesar;
Pues si vemos lo presente mas cumple tener buen tino
cómo en un punto se es ido para andar esta jornada
y acabado, sin errar.
si juzgamos sabiamente, Partimos cuando nacemos,
daremos lo no venido andamos mientras vivimos,
por pasado. y llegamos
No se engañe nadie, no, al tiempo que fenecemos;
pensando que ha de durar así que cuando morimos
lo que espera, descansamos.
más que duró lo que vio …
porque todo ha de pasar Los placeres y dulzores
por tal manera. de esta vida trabajada
… que tenemos,
Nuestras vidas son los ríos no son sino corredores,
que van a dar en la mar, y la muerte, la celada
que es el morir; en que caemos……..

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


4
Ande yo caliente. Luis de Góngora y Argote (1561-1627)

Ande yo caliente Busque muy enhorabuena


Y ríase la gente. El mercader nuevos soles;
Yo conchas y caracoles
Traten otros del gobierno Entre la menuda arena,
Del mundo y sus monarquías, Escuchando á Filomena
Mientras gobiernan mis dias Sobre el chopo de una fuente;
Mantequillas y pan tierno, Y ríase la gente.
Y las mañanas de invierno
Naranjada y aguardiente; Pase á media noche el mar,
Y ríase la gente. Y arda en amorosa llama
Leandro por ver su dama,
Coma en dorada vajilla Que yo más quiero pasar
El príncipe mil cuidados, De Yepes á Madrigal
Como píldoras dorados; La regalada corriente;
Que yo en mi pobre mesilla Y ríase la gente.
Quiero más una morcilla
Que en el asador reviente, Pues amor es tan cruel,
Y ríase la gente. Que de Píramo y su amada
Hace tálamo una espada
Cuando cubra las montañas Do se junten ella y él,
De plata y nieve el enero, Sea mi Tisbe un pastel
Tenga yo lleno el brasero Y la espada sea mi diente,
De bellotas y castañas, Y ríase la gente.
Y quien las dulces patrañas
Del rey que rabió me cuente;
Y ríase la gente.

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


5
La cigarra y la hormiga. Félix María de Samaniego (1745-1801)

Cantando la cigarra nunca supo temerlo.


pasó el verano entero,
sin hacer provisiones No dudéis en prestarme,
allá para el invierno. que fielmente prometo
pagaros con ganancias,
Los fríos la obligaron por el nombre que tengo.”
a guardar el silencio
y acogerse al abrigo La codiciosa hormiga
de su estrecho aposento. respondió con denuedo,
ocultando a la espalda
Vióse desproveída las llaves del granero:
del precioso sustento, “¡Yo prestar lo que gano
sin moscas, sin gusanos, con un trabajo inmenso!
sin trigo y sin centeno. Dime, pues, holgazana:
¿Que has hecho en el buen
tiempo?”
Habitaba la hormiga
allí tabique en medio,
“Yo -dijo la cigarra-,
y con mil expresiones
a todo pasajero
de atención y respeto
cantaba alegremente,
le dijo: “Doña Hormiga,
sin cesar ni un momento.
pues que en vuestros graneros
sobran las provisiones
¡Hola! ¿Con que cantabas
para vuestro alimento,
cuando yo andaba al remo?
prestad alguna cosa
¡Pues ahora que yo como,
con que viva este invierno
baila, pese a tu cuerpo!
esta triste cigarra que,
alegre en otro tiempo,
nunca conoció el daño,

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


6
La canción del pirata. José de Espronceda (1808-1842)

Con diez cañones por banda, sus pendones


viento en popa, a toda vela, cien naciones
no corta el mar, sino vuela, a mis pies.»
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman, Que es mi barco mi tesoro,
por su bravura, El Temido, que es mi dios la libertad,
en todo mar conocido, mi ley, la fuerza y el viento,
del uno al otro confín. mi única patria, la mar.

La luna en el mar rïela, «Allá muevan feroz guerra,


en la lona gime el viento, ciegos reyes
y alza en blando movimiento por un palmo más de tierra;
olas de plata y azul; que yo aquí tengo por mío
y ve el capitán pirata, cuanto abarca el mar bravío,
cantando alegre en la popa, a quien nadie impuso leyes.
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Estambul: Y no hay playa,
sea cualquiera,
«Navega, velero mío, ni bandera
sin temor, de esplendor,
que ni enemigo navío que no sienta
ni tormenta, ni bonanza mi derecho
tu rumbo a torcer alcanza, y dé pecho
ni a sujetar tu valor. a mi valor.»

Veinte presas Que es mi barco mi tesoro,


hemos hecho que es mi dios la libertad,
a despecho mi ley, la fuerza y el viento,
del inglés, mi única patria, la mar.
y han rendido

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


7
A la voz de «¡barco viene!» Por perdida
es de ver ya la di,
como vira y se previene, cuando el yugo
a todo trapo a escapar; del esclavo,
que yo soy el rey del mar, como un bravo,
y mi furia es de temer. sacudí.

En las presas Que es mi barco mi tesoro,


yo divido que es mi dios la libertad,
lo cogido mi ley, la fuerza y el viento,
por igual; mi única patria, la mar.
sólo quiero
por riqueza Son mi música mejor
la belleza aquilones,
sin rival. el estrépito y temblor
de los cables sacudidos,
Que es mi barco mi tesoro, del negro mar los bramidos
que es mi dios la libertad, y el rugir de mis cañones.
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar. Y del trueno
al son violento,
¡Sentenciado estoy a muerte! y del viento
Yo me río; al rebramar,
no me abandone la suerte, yo me duermo
y al mismo que me condena, sosegado,
colgaré de alguna entena, arrullado
quizá en su propio navío. por el mar.
Que es mi barco mi tesoro,
Y si caigo, que es mi dios la libertad,
¿qué es la vida? mi ley, la fuerza y el viento, mi única
patria, la mar.

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


8
Olas y Volverán las oscuras golondrinas. Gustavo A. Bécquer
(1836-1870)

RIMAS:
- LII -
Olas gigantes que os rompéis bramando
en las playas desiertas y remotas,
envuelto entre la sábana de espumas,
¡llevadme con vosotras!

Ráfagas de huracán, que arrebatáis


de alto bosque las marchitas hojas,
arrastrando en el cielo torbellino,
¡llevadme con vosotras!

Nubes de tempestad que rompe el rayo


y en fuego ornáis las desprendidas orlas,
arrebatado entre la niebla obscura,
¡llevadme con vosotras!

Llevadme, por piedad, adonde el vértigo


con la razón me arranque la memoria...
¡Por piedad!... ¡Tengo miedo de quedarme
con mi dolor a solas!

- LIII -
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán;

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


9
pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha al contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres,
ésas... ¡no volverán!

Volverán las tupidas madreselvas


de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde, aún más hermosas,
sus flores se abrirán;
pero aquellas cuajadas de rocío,
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer, como lágrimas del día...
ésas... ¡no volverán!

Volverán del amor en tus oídos


las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará;
pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido... desengáñate,
¡así no te querrán!

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


10
Si… Rudyard Kipling (1865-1936)

Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila,


cuando todo a tu lado es cabeza perdida.
Si tienes en ti mismo una fe que te niegan,
y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan.
Si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera;
si engañado, no engañas, si no buscas más odio,
que el odio que te tengan...
Si eres bueno, y no finges ser mejor de lo que eres;
si al hablar no exageras lo que sabes y quieres.

Si sueñas, y los sueños no te hacen su esclavo;


si piensas y rechazas lo que piensas en vano.
Si tropiezas al Triunfo, si llega tu Derrota,
y a los dos impostores les tratas de igual forma.
Si logras que se sepa la Verdad que has hablado,
a pesar del sofisma del Orbe encanallado.
Si vuelves al comienzo de la obra perdida,
aunque esta obra sea la de toda tu vida.

Si arriesgas en un golpe y lleno de alegría


tus ganancias de siempre a la suerte de un día;
y pierdes y te lanzas de nuevo a la pelea,
sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era.
Si logras que tus nervios y el corazón te asistan,
aun después de su fuga de tu cuerpo en fatiga,
y se agarren contigo cuando no quede nada
porque tú lo deseas y lo quieres y mandas.

Si hablas con el pueblo, y guardas tu virtud.


Si marchas junto a Reyes con tu paso y tu luz.

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


11
Si nadie que te hiera, llega a hacerte la herida.
Si todos te reclaman y ni uno te precisa
Si llenas el minuto inolvidable y cierto,
de sesenta segundos que te lleven al cielo...

Todo lo de esta tierra será de tu dominio,


y mucho más aún: serás Hombre, hijo mío.

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


12
Un Pleito. -Rubén Darío (1867-1916)
(Le Fromage, de La Motte)

Diz que dos gatos de Angora amigos, con demostraros


en un mesón se metieron que soy mono de conciencia;
del cual sustraer pudieron voy a dividir el queso,
un rico queso de bola. y, por hacerlo mejor,
Como equitativamente rectificaré el error,
no lo pudieron partir, si hubiere, con este peso.—
acordaron recurrir
a un mono muy competente; Por no suscitar agravios,
mono de mucha conciencia saca el mono una balanza
y que gran fama tenía, mientras con dulce esperanza
porque el animal sabía se lame un gato los labios.
toda la Jurisprudencia. —Haz, buen mono, lo que quieras
—dice el otro con acento
—Aquí tenéis —dijo el gato muy grave, tomando asiento
cuando ante el mono se vió— sobre sus patas traseras.
lo que este compadre y yo II
hemos robado hace rato; Valiéndose de un cuchillo,
y pues de los dos ladrones la bola el mono partió,
es el robo, parte el queso y en seguida colocó
en mitades de igual peso un trozo en cada platillo;
e idénticas proporciones—. pero no estuvo acertado
al hacer las particiones,
Aquel mono inteligente y tras dos oscilaciones
observa el queso de bola, se inclinó el peso hacia un lado.
mientras menea la cola
muy filosóficamente.
Para conseguir mejor
—Recurrís a mi experiencia la proporción que buscaba
y el favor debo pagaros, en los trozos que pesaba,

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


13
III
le dió un mordisco al mayor;
pero como fué el bocado El juez habla de este modo
mayor que la diferencia a los pobres litigantes:
que había, en la otra experiencia —Hijos, la Justicia es antes
se vió el mismo resultado, que nosotros y que todo.
y así, queriendo encontrar Y otra vez vuelve a pesar
la equidad que apetecía, y otra vez vuelve a morder;
los dos trozos se comía los gatos a padecer
sin poderlos nivelar. y la balanza a oscilar.

No se pudo contener Y el mono, muy satisfecho


el gato, y prorrumpió así: de su honrada profesión,
—Yo no traje el queso aquí muestra su disposición
para vértelo comer.— para ejercer el Derecho.
Dice el otro con furor,
mientras la cola menea: Y cuando del queso aquél
—Dáme una parte, ya sea quedan tan pocos pedazos
la mayor o la menor; que apenas mueven los brazos
que estoy furioso, y arguyo, de la balanza en el fiel,
según lo que va pasando el mono se guarda el queso
que, por lo nuestro mirando, y a los gatos les responde:
—Esto, a mí me corresponde
estás haciendo lo tuyo.— por los gastos del proceso.

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


14
Cuando sepas hallar una sonrisa.- Enrique González Martínez
(1871-1952)

Cuando sepas hallar una sonrisa


en la gota sutil que se rezuma
de las porosas piedras, en la bruma,
en el sol, en el ave y en la brisa;
cuando nada a tus ojos quede inerte,
ni informe, ni incoloro, ni lejano,
y penetres la vida y el arcano
del silencio, las sombras y la muerte;
cuando tiendas la vista a los diversos
rumbos del cosmos, y tu esfuerzo propio
sea como potente microscopio
que va hallando invisibles universos;
entonces en las flamas de la hoguera
de un amor infinito y sobrehumano,
como el santo de Asís, dirás hermano
al árbol, al celaje y a la fiera.
Sentirás en la inmensa muchedumbre
de seres y de cosas tu ser mismo;
serás todo pavor con el abismo
y serás todo orgullo con la cumbre.
Sacudirá tu amor el polvo infecto
que macula el blancor de la azucena,
bendecirás las márgenes de arena
y adorarás el vuelo del insecto;
y besarás el garfio del espino
y el sedeño ropaje de las dalias…
Y quitarás piadoso tus sandalias
por no herir a las piedras del camino.

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


15
A Juan Ramón Jiménez.- Antonio Machado (1875-1939)

Era una noche del mes un músico su violín.


de mayo, azul y serena.
Sobre el agudo ciprés Era un acorde lamento
brillaba la luna llena, de juventud y de amor
iluminando la fuente para la luna y el viento,
en donde el agua surtía el agua y el ruiseñor.
sollozando intermitente.
«El jardín tiene una fuente
Sólo la fuente se oía. y la fuente una quimera...»
Cantaba una voz doliente,
Después, se escuchó el acento alma de la primavera.
de un oculto ruiseñor. Calló la voz y el violín
Quebró una racha de viento apagó su melodía.
la curva del surtidor. Quedó la melancolía
Y una dulce melodía vagando por el jardín.
vagó por todo el jardín:
entre los mirtos tañía Sólo la fuente se oía.

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


16
El poeta va a caballo y Álamo Blanco. Juan Ramón Jiménez
(1881-1958).

EL POETA VA A CABALLO ÁLAMO BLANCO

¡Qué tranquilidad violeta Arriba canta el pájaro


por el sendero a la tarde! y abajo canta el agua.
A caballo va el poeta... (Arriba y abajo,
¡Qué tranquilidad violeta! se me abre el alma).

La dulce brisa del río, ¡Entre dos melodías,


olorosa a junco y agua, la columna de plata!
le refresca el señorío... Hoja, pájaro, estrella;
La brisa leve del río. baja flor, raíz, agua.
A caballo va el poeta... ¡Entre dos conmociones,
¡Qué tranquilidad violeta! la columna de plata!
(¡Y tú, tronco ideal,
Y el corazón se le pierde, entre mi alma y mi alma!)
doliente y embalsamado,
en la madreselva verde... Mece a la estrella el trino,
Y el corazón se le pierde. la onda a la flor baja.
A caballo va el poeta... (Abajo y arriba,
¡Qué tranquilidad violeta! me tiembla el alma).

Se está la orilla dorando.


El último pensamiento
del sol la deja soñando...
Se está la orilla dorando.
¡Qué tranquilidad violeta

por el sendero, a la tarde!


A caballo va el poeta...
¡Qué tranquilidad violeta!

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


17
Deshaced ese verso y Como tú. León Felipe (1884-1968)

DESHACED ESE VERSO

I Ni de tu corazón,
Deshaced ese verso. ni de tu pensamiento,
Quitadle los caireles de la rima, ni del horno divino de Vulcano
el metro, la cadencia han salido tus alas.
y hasta la idea misma. Entre todos los hombres las
labraron
Aventad las palabras,
y si después queda algo todavía,
y entre todos los hombres en los
eso huesos
será la poesía. de tus costillas las hincaron.
II La mano más humilde
Poesía, te ha clavado
tristeza honda y ambición del alma, un ensueño…
cuándo te darás a todos… a todos, una pluma de amor en el costado.
al príncipe y al paria, V
a todos… No andes errante…
sin ritmo y sin palabras! y busca tu camino.
III —Dejadme—.
Sistema, poeta, sistema. Ya vendrá un viento fuerte
Empieza por contar las piedras, que me lleve a mi sitio.
luego contarás las estrellas.
IV

18 XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


COMO TÚ

Así es mi vida, bajo los cascos


piedra, y bajo las ruedas;
como tú. Como tú, como tú, que no has servido
piedra pequeña; para ser ni piedra
como tú,piedra ligera; de una lonja,
como tú, ni piedra de una audiencia,
canto que ruedas ni piedra de un palacio,
por las calzadas ni piedra de una iglesia;
y por las veredas; como tú,
como tú, piedra aventurera;
guijarro humilde de las carreteras; como tú,
como tú, que tal vez estás hecha
que en días de tormenta sólo para una honda,
te hundes piedra pequeña
en el cieno de la tierra y
y luego ligera...
centelleas

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


19
Por el sendero de plata. Gerardo Diego (1896-1987)

Corriendo va Margarita Y sobre todos le gusta


por el sendero de plata. aquel de Caperucita.
Despepita No se asusta
el grillo su serenata. al oírlo Margarita.

Son a la luna sus trapos ¡Oh, si el lobo la asaltase,


un montoncito de nieve. cómo se iba a divertir!
Unos sapos Si asomase
silban su motivo breve. ¡oh, cómo se iba a reír!

Va pensando sonriente, El engañarla querría:


va pensando en Micifuz. -Margarita, ¿Adónde vas?
En la frente Y abriría
lleva un gusano de luz. una boca así. No: más...

Margarita va contenta. -¡Ay, que gracia. Mira, lobo.


Va contenta Margarita. No me engañas, no me engañas.
Soñolienta No seas bobo,
la esperará la abuelita. que ya conozco tus mañas!

Margarita con el viento Y al pensarlo, Margarita


corre, con el viento vuela. su fresca risa deslíe.
¡Cuánto cuento Qué bonita
le sabe contar la abuela! se pone cuando se ríe.

El cuento de Cenicienta Margarita es una niña


y el cuento del Ratoncito. que corre por el sendero.
De contenta La campiña
bota un brinco y lanza un grito. duerme a la luz del lucero.

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


20
Muerte de Antoñito el Camborio. Federico García Lorca (1898-
1936)

Voces de muerte sonaron Lo que en otros no envidiaban,


cerca del Guadalquivir. ya lo envidiaban en mí.
Voces antiguas que cercan Zapatos color corinto,
voz de clavel varonil. medallones de marfil,
Les clavó sobre las botas y este cutis amasado
mordiscos de jabalí. con aceituna y jazmín.
En la lucha daba saltos ¡Ay Antoñito el Camborio
jabonados de delfín. digno de una Emperatriz!
Bañó con sangre enemiga Acuérdate de la Virgen
su corbata carmesí, porque te vas a morir.
pero eran cuatro puñales ¡Ay Federico García,
y tuvo que sucumbir. llama a la Guardia Civil!
Cuando las estrellas clavan Ya mi talle se ha quebrado
rejones al agua gris, como caña de maíz.
cuando los erales sueñan *
verónicas de alhelí, Tres golpes de sangre tuvo
voces de muerte sonaron y se murió de perfil.
cerca del Guadalquivir. Viva moneda que nunca
* se volverá a repetir.
Antonio Torres Heredia, Un ángel marchoso pone
Camborio de dura crin, su cabeza en un cojín.
moreno de verde luna, Otros de rubor cansado,
voz de clavel varonil: encendieron un candil.
¿Quién te ha quitado la vida Y cuando los cuatro primos
cerca del Guadalquivir? llegan a Benamejí,
Mis cuatro primos Heredias voces de muerte cesaron
hijos de Benamejí. cerca del Guadalquivir.

21 XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


Niño tras un cristal. Luís Cernuda (1902-1966)

Al caer la tarde, absorto


tras el cristal, el niño mira
llover. La luz que se ha encendido
en un farol contrasta
la lluvia blanca con el aire oscuro.

La habitación a solas
le envuelve tibiamente,
y el visillo, velando
sobre el cristal, como una nube,
le susurra lunar encantamiento.

El colegio se aleja. Es ahora


la tregua, con el libro
de historias y de estampas
bajo la lámpara, la noche,
el sueño, las horas sin medida.

Vive en el seno de su fuerza tierna,


todavía sin deseo, sin memoria,
el niño, y sin presagio
que afuera el tiempo aguarda
con la vida, al acecho.

En su sombra la perla ya se forma.

22 XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


Delirio del incrédulo. María Zambrano (1904-1991)

Bajo la flor, la rama


sobre la flor, la estrella Bajo la flor, la rama…
bajo la estrella, el viento;
¿Y más allá? Más allá del recuerdo, en el olvido,
Más allá ¿no recuerdas?, sólo la nada escucha en el soplo de tu aliento.
la nada, óyelo bien, mi alma, Mira en tu pupila misma dentro
duérmete, aduérmete en la nada. en ese fuego que te abrasa, luz y
agua.
Si pudiera, pero hundirme.

Bajo la flor, la rama…


Bajo la flor, la rama…

Mas no puedo, no puedo.


Ceniza de aquel fuego, oquedad,
agua espesa Ojos y oídos son ventanas.
y amarga, el llanto hecho sudor Perdido entre mí mismo
la sangre que en su huida se lleva la no puedo buscar nada
palabra
no llego hasta la Nada.
y la carga vacía de un corazón sin
marcha.
Bajo la flor, la rama

Bajo la flor, la rama… sobre la flor, la estrella


bajo la estrella, el viento

De verdad ¿es que no hay nada? ¿Y más allá?

Hay la nada. Más allá ¿no recuerdas?,

La nada, óyelo bien, mi alma. sólo la nada.

Duérmete, aduérmete en la nada.


Y que no lo recuerdes. Era tu gloria.

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


23
Oda a la alegría. Pablo Neruda (1904-1973)

ALEGRÍA, hoja verde si quemaba


caída en la ventana, mi corazón
minúscula la zarza del tormento,
claridad si mojaba la lluvia
recién nacida, mi vestido
elefante sonoro, en la comarca cárdena del luto,
deslumbrante si cerraba
moneda, los ojos a la rosa
a veces y tocaba la herida,
ráfaga quebradiza, si compartía todos los dolores,
pero yo ayudaba a los hombres.
más bien No fui justo.
pan permanente, Equivoqué mis pasos
esperanza cumplida, y hoy te llamo, alegría.
deber desarrollado.
Te desdeñé, alegría. Como la tierra
Fui mal aconsejado. eres
La luna necesaria.
me llevó por sus caminos.
Los antiguos poetas Como el fuego
me prestaron anteojos sustentas
y junto a cada cosa los hogares.
un nimbo oscuro
puse, Como el pan
sobre la flor una corona negra, eres pura.
sobre la boca amada
un triste beso. Como el agua de un río
Aún es temprano. eres sonora.
Déjame arrepentirme.
Pensé que solamente

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


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Como una abeja o erizados, augustos
repartes miel volando. picapedreros,
me van a recibir con tus racimos,
Alegría, sino los congregados,
fui un joven taciturno, los reunidos,
hallé tu cabellera los sindicatos de mar o madera,
escandalosa. los valientes muchachos
en su lucha.
No era verdad, lo supe
cuando en mi pecho Contigo por el mundo!
desató su cascada. Con mi canto!
Con el vuelo entreabierto
Hoy, alegría, de la estrella,
encontrada en la calle, y con el regocijo
lejos de todo libro, de la espuma!
acompáñame:
Voy a cumplir con todos
contigo porque debo
quiero ir de casa en casa, a todos mi alegría.
quiero ir de pueblo en pueblo,
de bandera en bandera. No se sorprenda nadie porque
quiero
No eres para mí solo.
entregar a los hombres
A las islas iremos,
los dones de la tierra,
a los mares.
porque aprendí luchando
A las minas iremos,
que es mi deber terrestre
a los bosques.
propagar la alegría.
No sólo leñadores solitarios,
Y cumplo mi destino con mi canto.
pobres lavanderas

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Las abarcas desiertas. Miguel Hernández (1910-1942)

Por el cinco de enero,


cada enero ponía Ningún rey coronado
mi calzado cabrero tuvo pie, tuvo gana
a la ventana fría. para ver el calzado
de mi pobre ventana.
Y encontraban los días,
que derriban las puertas, Toda gente de trono,
mis abarcas vacías, toda gente de botas
mis abarcas desiertas. se rió con encono
de mis abarcas rotas.
Nunca tuve zapatos,
ni trajes, ni palabras: Rabié de llanto, hasta
siempre tuve regatos, cubrir de sal mi piel,
siempre penas y cabras. por un mundo de pasta
y unos hombres de miel.
Me vistió la pobreza,
me lamió el cuerpo el río, Por el cinco de enero,
y del pie a la cabeza de la majada mía
pasto fui del rocío. mi calzado cabrero
a la escarcha salía.
Por el cinco de enero,
para el seis, yo quería Y hacia el seis, mis miradas
que fuera el mundo entero hallaban en sus puertas
una juguetería. mis abarcas heladas,
mis abarcas desiertas.
Y al andar la alborada
removiendo las huertas,
mis abarcas sin nada,
mis abarcas desiertas.

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El niño que ya no soy. Gabriel Celaya (1911-1991)

Logré el uso de razón. ¿Quién eras tú? ¿Qué sabías?


Perdí el uso del misterio. Ahora sólo siento sueño.
Desde entonces, la evidencia, Me aturde tu desafío
siempre rara, me da miedo. y tu risa me da miedo.

Me da miedo cuando ladra Ya no puedo, sin romperlos,


en la perrera mi perro. atravesar los espejos.
Quizá me esté saludando. Mi sistema no funciona
Más no lo entiendo. No entiendo. como solía. Lo siento.

El niño que fui recuerda. Si funcionara, quizá


Me trabaja como un hueco. no escribiría estos versos.
El niño que fui me llama Lloraría de otro modo.
a gritos con su silencio. Lo diría todo en perro.

Me he mirado en mis retratos, Pero me creo que soy


de marinera, riendo algo más que un niño muerto,
con rizos rubios y un aire y como estoy medio calvo
impertinente y despierto. me hago bucles con mis versos.

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Los tres cerditos. Roal Dhal (1916-1990)

El animal mejor que yo recuerdo


es, con mucho y sin duda alguna, el cerdo.
El cerdo es bestia lista, es bestia amable,
es bestia noble, hermosa y agradable.
Mas, como en toda regla hay excepción,
también hay algún cerdo tontorrón.
Dígame usted si no: ¿qué pensaría
si, paseando por el Bosque un día,
topara con un cerdo que trabaja
haciéndose una gran casa... de _paja_?
El Lobo, que esto vio, pensó: "Ese idiota
debe estar fatal de la pelota...
"¡Cerdito, por favor, déjame entrar!".
"¡Ay no, que eres el Lobo, eso ni hablar!".
"¡Pues soplaré con más fuerza que el viento
y aplastaré tu casa en un momento!".
Y por más que rezó la criatura
el lobo destruyó su arquitectura.
"¡Qué afortunado soy! -pensó el bribón-.
¡Veo la vida de color jamón!".
Porque de aquel cerdito, al fin y al cabo,
ni se salvó el hogar ni quedó el rabo.

El Lobo siguió dando su paseo,


pero un rato después gritó: "¿Qué veo?
¡Otro lechón adicto al bricolaje
haciéndose una casa... de _ramaje_!
¡Cerdito, por favor, déjame entrar!".
"¡Ay no, que eres el Lobo, eso ni hablar!".
"¡Pues soplaré con más fuerza que el viento

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


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y aplastaré tu casa en un momento!".
Farfulló el Lobo: "¡Ya verás, lechón!",
y se lanzó a soplar como un tifón.
El cerdo gritó: "¡No hace tanto rato
que te has desayunado! Hagamos un trato...".
El Lobo dijo: "¡Harás lo que yo diga!".
Y pronto estuvo el cerdo en su barriga.
"No ha sido mal almuerzo el que hemos hecho,
pero aún no estoy del todo satisfecho
-se dijo el Lobo-. No me importaría
comerme otro cochino a mediodía".
De modo que, con paso subrepticio,
la fiera se acercó hasta otro edificio
en cuyo comedor otro marrano
trataba de ocultarse del villano.
La diferencia estaba en que el tercero,
de los tres era el menos majadero
y que, por si las moscas, el muy pillo
se había hecho la casa... ¡de _ladrillo_!
"¡Conmigo no podrás!", exclamó el cerdo.
"¡Tú debes de pensar que yo soy lerdo!
-le dijo el Lobo-. ¡No habrá quien impida
que tumbe de un soplido tu guarida!".
"Nunca podrá soplar lo suficiente
para arruinar mansión tan resistente",
le contestó el cochino con razón,
pues resistió la casa el ventarrón.
"Si no la puedo hacer volar soplando,
la volaré con pólvora... y andando",
dijo la bestia, y el lechón sagaz
que aquello oyó, chilló: "¡Serás capaz!"
y, lleno de zozobra y de congoja,

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


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un número marcó: "¿Familia Roja?".
"¡Aló! ¿Quién llama? -le contestó ella-.
¡Guarrete! ¿Cómo estás? Yo aquí, tan bella
como acostumbro, ¿y tú?". "Caperu, escucha.
Ven aquí en cuanto salgas de la ducha".
"¿Qué pasa?", preguntó Caperucita.
"Que el Lobo quiere darme dinamita,
y como tú de Lobos sabes mucho,
quizá puedas dejarle sin cartuchos".
"¡Querido marranín, porquete guapo!
Estaba proyectando irme de trapos,
así que, aunque me da cierta pereza,
iré en cuanto me seque la cabeza".

Poco después Caperu atravesaba


el Bosque de este cuento. El Lobo estaba
en medio del camino, con los dientes
brillando cual puñales relucientes,
los ojos como brasas encendidas,
todo él lleno de impulsos homicidas.
Pero Caperucita, -ahora de pievolvió
a sacarse el arma del corsé
y alcanzó al Lobo en punto tan vital
que la lesión le resultó fatal.
El cerdo, que observaba ojo avizor,
gritó: "¡Caperucita es la mejor!".

¡Ay, puerco ingenuo! Tu pecado fue


fiarte de la chica del corsé.
Porque Caperu luce últimamente
no sólo dos pellizas imponentes
de Lobo, sino un maletín de mano
hecho con la mejor... ¡_piel de marrano_!

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


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Isla ignorada. Gloria Fuertes (1917-1998)

Soy como esa isla que ignorada,


late acunada por árboles jugosos,
en el centro de un mar
que no me entiende,
rodeada de nada,
sola sólo.
Hay aves en mi isla relucientes,
y pintadas por ángeles pintores,
hay fieras que me miran dulcemente,
y venenosas flores.
Hay arroyos poetas
y voces interiores
de volcanes dormidos.
Quizá haya algún tesoro
muy dentro de mi entraña.
¡Quién sabe si yo tengo
diamante en mi montaña,
o tan sólo un pequeño
pedazo de carbón!
Los árboles del bosque de mi isla,
sois vosotros mis versos.
¡Qué bien sonáis a veces
si el gran músico viento
os toca cuando viene el mar que me rodea!
A esta isla que soy, si alguien llega,
que se encuentre con algo es mi deseo;
manantiales de versos encendidos
y cascadas de paz es lo que tengo.
Un nombre que me sube por el alma
y no quiere que llore mis secretos;

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


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y soy tierra feliz que tengo el arte
de ser dichosa y pobre al mismo tiempo.
Para mí es un placer ser ignorada,
isla ignorada del océano eterno.
En el centro del mundo sin un libro
sé todo, porque vino un mensajero
y me dejó una cruz para la vida
para la muerte me dejó un misterio.

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Hagamos un trato. Mario Benedetti (1920-2009)

Compañera huraño sin motivo


usted sabe no piense qué flojera
puede contar igual puede contar
conmigo conmigo
no hasta dos
o hasta diez pero hagamos un trato
sino contar yo quisiera contar
conmigo con usted

si alguna vez es tan lindo


advierte saber que usted existe
que la miro a los ojos uno se siente vivo
y una veta de amor y cuando digo esto
reconoce en los míos quiero decir contar
no alerte sus fusiles aunque sea hasta dos
ni piense qué delirio aunque sea hasta cinco
a pesar de la veta no ya para que acuda
o tal vez porque existe presurosa en mi auxilio
usted puede contar sino para saber
conmigo a ciencia cierta
que usted sabe que puede
si otras veces contar conmigo.
me encuentra

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A Pancho, mi muñeco. José Ángel Valente (1929-2000)

Perdona, viejo Pancho, el no ser por mi culpa


más que esto que eres,
el muñeco de un hombre.

Jamás podrás decir cómo te he obligado


a hacerme compañía:
sea nuestro secreto.

Yo te he liberado de una muerte temprana


(perdóname de nuevo)
entre la ingenua flor de la juguetería.
Te he librado por pena,
acaso por terror,
acaso por creer
(comprendo que no es cierto)
que me pertenecías.

Viejo Pancho de trapo,


de dulce trapo verde,
escribo este poema
copiándote de cerca,
del natural. ¡A ti!
A ti: quién lo diría.
Que pocos lo dirían
que no te conociesen.

Y esto eres ahora,


el muñeco de un hombre.
Ya sé yo que aquel día

XII Concurso de Narración y Recitado de Poesía


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jamás te hubiese visto
a no ser por tus labios,
por tus inmensos labios
y tu enorme nariz
y tus zapatos, Pancho.

Porque tú, Pancho mío, no estabas esperándome.

Esperabas los ojos asombrados de un niño,


el paquete cerrado con lazos cuidadosos,
el grito de alegría.
¿Pero acaso –contesta-
no me has hecho mirarte
con los ojos remotos de un niño olvidado?

Tú callas.
Sí, no ignoro
que no puedo engañarte.
Aquel niño no existe.
Acompañas a un hombre
que te obliga a durar
entre papel y días
y libros y sus sueños.

Qué historia, viejo Pancho,


durar a duras penas
de un lunes a otro lunes,
de un otoño a otro otoño,
mudar la risa en llanto,
el llanto en vida nueva,
los días en más días.

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Te digo que estoy vivo,
en suma. Ya me entiendes.

Tú tienes tu casaca
con un remiendo sólo,
tu cuello almidonado
con su lazo impasible,
el gorro siempre puesto
(no te descubras nunca)
la negra piel de trapo
y los brazos abiertos,
casi crucificados.
Porque también a ti
te hicieron (¡tan grotesco!)
hermoso Pancho mío, a nuestra imagen.

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Flotando en el viento.- Bob Dylan

¿Cuántos caminos debe recorrer un hombre

Antes de que le llaméis hombre?


¿Cuántos mares debe surcar la blanca paloma
Antes de dormir sobre la arena?
¿Cuántas veces deben volar las balas de cañón
Antes de ser prohibidas para siempre?
La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento,
La respuesta está flotando en el viento,

¿Cuántas veces debe un hombre mirar hacia arriba


Para poder ver el cielo?
¿Cuántos oídos debe tener un hombre
Para poder oír a la gente llorar?
¿Cuántas muertes serán necesarias para que comprenda
Que ya ha habido demasiados muertos?
La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento,
La respuesta está flotando en el viento,

¿Cuántos años puede permanecer una montaña


Antes de ser arrastrada al mar?
¿Cuántos años pueden algunas gentes vivir
Antes de conocer la libertad?
¿Cuántas veces puede un hombre volver la cabeza
fingiendo no ver nada?
La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento,
La respuesta está flotando en el viento.

Versión de Marcelo Covian

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