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INSTITUTO BIBLICO

ASAMBLEA DE DIOS

SEDE
RÍO CLARO DE PAVÓN

ASIGNATURA
MATRIMONIO Y FAMILIA

TEMA
FAMILIA EL MAYOR TESORO DE LA
HUMANIDAD

PROFESOR
JAIRO GÓMEZ MENDOZA

ESTUDIANTES
RONNY MENDOZA VÍCTOR
ANA DAYANA JIMÉNEZ JIMÉNEZ
INTRODUCCIÓN

La familia es una de las instituciones más importantes creadas por


Dios. Desde el principio de la creación, Dios estableció el matrimonio y la
familia como un medio para que la humanidad pudiera experimentar su
amor y su propósito en la vida.

Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos le contestaron.


(Hechos 16:31)

“Todas las familias, tienen necesidad de Dios: todas, ¡todas! Necesidad de


su ayuda, de su fuerza, de su bendición, de su misericordia, de su perdón.
¡Cuando la familia ora unidad el vínculo se hace más fuerte!

(Papa Francisco, 2013).


La Familia que se convierte en el vínculo más importante para todo
ser humano, ya que por medio de ella se obtiene y desarrolla el vínculo del
amor, los valores, estilos de vida, educando de forma integral a las
personas. La familia es una institución divina que tiene un papel
fundamental en la vida del creyente, la Biblia está llena de versículos
bíblicos que hablan sobre la familia nos recuerdan la importancia de
la educación de nuestros hijos, la relación matrimonial y la bendición
que son los hijos. Se nos recuerda la responsabilidad que tenemos
como padres de criar y educar a nuestros hijos en la fe y en la
sabiduría de Dios.

Es por ello que Dios le da una gran importancia a este grupo


fundamental para toda la humanidad, es indispensable para toda persona
pues le dará el crecimiento y desarrollo que se necesita desde el aspecto
personal hasta ciudadano para mejorar la sociedad, ya que es a través de
este núcleo las personas pueden recibir crecimiento y desarrollo integral
en todos los aspectos de su vida, siendo esencial para la sociedad.

Es por medio de la familia que el ser humano puede recibir esa


enseñanza de los valores, estilo de vida, creencias, cultura permitiendo
que el ser humano pueda desenvolverse de la mejor manera, conllevando
a ese desarrollo sustancial que tiene en la sociedad como un ente
participante. Es mucho más que resolver las necesidades básicas de los
niños como la alimentación y el vestido, pues tiene una gran incidencia en
el desarrollo social y emocional de todos los seres humanos. Allí
adquirimos las habilidades necesarias para afrontar la vida de adultos y
desarrollar todo nuestro potencial. Nuestras familias nos conducen en
formas de ver el mundo, pensar, comportarnos y valorar la vida y la de los
otros.
La familia le ayuda a los niños y niñas a aprender quienes son,
desarrollar su personalidad y les brinda apoyo emocional. El ambiente en
que crecen los niños define elementos fundamentales para el resto de su
vida. Estamos convencidos de que para lograr el desarrollo integral de un
niño, niña, adolescente o joven es fundamental que crezcan en un
ambiente protector familiar, donde el afecto, el respeto, el cuidado, el
amor y la protección les permitan desarrollarse plenamente hasta lograr
una vida independiente y autónoma.

La familia es también el lugar donde se establecen las primeras


relaciones que nos permiten crecer en humanidad. Y suelen ser unas
relaciones creadas por vínculos de amor y de afecto. El amor sostiene a la
familia unida y le permite crear un tejido que acompaña en los momentos
buenos y que sostiene y protege en los momentos de crisis personales,
sociales o económicas. En la familia, la persona se asoma a la vida
protegido y amado. Los vínculos de amor entre las personas de una familia
son los más fuertes que se pueden establecer. La unión de la familia en el
matrimonio genera un vínculo irrompible que mantiene una relación para
toda la vida. El amor sostiene en el seno de la familia, la entrega de los
cónyuges, la generosidad de los padres, la disponibilidad de los hijos y el
cuidado de los ancianos o de los más desfavorecidos.

El tesoro de cada persona, así se ha visto en este tiempo


especialmente, es la familia en la que uno ha nacido y la familia que ha
formado. Los hijos son la mayor y mejor aportación de la familia al bien
común de la sociedad, pues cada uno de ellos es signo de plenitud. De
amor recibido y compartido. De confianza de Dios en los padres a los que
entrega un hijo común para que lo acompañen desde el seno materno
hasta el momento en que forme otra familia.
La familia es la mejor escuela para que los niños aprendan el valor
de la vida humana y aprendan a respetar y promover la vida de todos,
especialmente la de los más débiles. Cuando los hijos son educados para
el amor y la vida se están poniendo los cimientos más sólidos para que
florezca de nuevo una cultura de la vida en el que la muerte nunca sea una
opción que se ofrece ante cualquier problema.

En la Iglesia, en cada comunidad que la conforma, existe una familia


de familias. Grupos de personas reunidos en torno a Jesús por la fuerza del
Espíritu Santo que se relacionan por amor y para el amor. La relación entre
los miembros de la Iglesia es similar a la que se vive en el interior del
hogar. Es una comunidad de personas relacionadas por amor en el que se
transmiten los rasgos propios de la familia: se celebra, se comparte, se
enseña, se atienden los unos a los otros, se cuida, se protege.

La necesidad de que la familia y la Iglesia caminen juntas pues


ambas dan testimonio de la comunión de amor cuya fuente última es Dios
mismo. A partir de su propia experiencia en Nazaret cuando inició su vida
pública, Jesús formó a su alrededor una comunidad, una con-vocación de
personas: quiso la Iglesia. Y la quiso como una familia hospitalaria, una
casa donde todos, sin exclusión, fueran acogidos y amados. El primer
ámbito para testimoniar y enseñar la vida cristiana a los más jóvenes es la
propia familia que vive, celebra y anuncia su fe en Jesús. En estrecha
relación, la iglesia contribuye al crecimiento en la fe de todos sus
miembros, ofrece los cauces de la gracia y un lugar en el que hacer posible
el compromiso con los necesitados y los que sufren, dentro o fuera de la
iglesia.
La Iglesia anima y está al lado de las familias ayudándolas a descubrir
caminos que les permitan superar todas las dificultades, con una mirada
esperanzada hacia el futuro y con la mano que sirve, cuida y acoge tendida
hacia los que sufren en este tiempo. La familia es realmente hospital de
campaña, lugar de acogida, y modelo para la vida de la comunidad
cristiana.

El empeño debe ser construir familias sostenidas por la alegría del


amor, que reflejan en el mundo su contribución al bien común de la
sociedad. Una humanidad con familias fuertes sostiene la fortaleza en el
presente y la esperanza en el futuro.

Es por este motivo que desde la creación del hombre Dios le dio
importancia y valor a esta unión, ya que se debe formar la familia para
posicionarse en la tierra y establecer sus bases, que la podrán sostener
como una creación fundamental del plan divino.

«Y Dios creó al ser humano a su


imagen; lo creó a imagen de Dios.
Hombre y mujer los creó, y los bendijo
con estas palabras: «Sean fructíferos y
multiplíquense; llenen la tierra y
sométanla; dominen a los peces del mar y
a las aves del cielo, y a todos los reptiles
que se arrastran por el suelo»» (Génesis
1:27-28)

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