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II
Si algún día me necesitas
búscame un tus sueños,
acuérdate de todas las palabras que te dije,
las veces que te abrase, cuando te consolé
Solo búscame búscame en tus sueños,
yo no regresaré.
III
Espero que no se acabe ese cariño
que algún día nos tuvimos.
Que pasen, minutos, horas, días, semanas, meses y años
Pero que nunca te olvides de mi,
Que pase el tiempo y aun
Tener ese cariño.
IV
Déjame en mi mundo
Aléjate de mi existir, olvídate de mi
Y déjame ir,
Que yo regresaré por ti.
V
Escribir un mal libro representa tanto trabajo como escribir uno bueno,
acogedora como un viejo camino,
sendero donde conjugar el verbo divino,
arbol viejo. sombra de verdes hojas. roble eterno.
VI
Quien halla hallado un tesoro,
con un mínimo rayo doliendo en cada poro,
en que estarían pensando los piratas cuando abandonaron semejante
tesoro,
el caldo de cultivo del decoro
VII
Los consejos de la vejez iluminan sin calentar, como el sol de invierno,
fatiga menos caminar sobre terrero accidentado que sobre terreno llano,
no podrán atarme, no,
ella exalta a mi hermano.
VIII
Y a nosotros en el suyo,
flor pensativa del arroyo,
y venerado entre carros era yo,
el amor es el olvido del yo.
IX
Ah poder ser tú siendo yo,
la garza y yo,
no hay más planeta que el tuyo,
una depresión es cuando tú pierdes el tuyo.
De lo cual yo concluyo,
de mis enemigos ya me cuido yo,
el que halla gusto en lo ajeno, está descontento con lo suyo,
déjame que me calle con el silencio tuyo.
X
Hoy no hay mendigo al que no envidie sólo por no ser yo,
a decir verdad, tampoco yo,
pero nadie como yo,
soledades sin apoyo.
XI
No podría cantar aunque ha cesado ya la lluvia,
a través de la lluvia,
el día lleno de sol o suave de lluvia,
no esperes que pase la tormenta, aprende a bailar bajo la lluvia.
XIII
Narra los abalorios de la lluvia,
y es el fantasma de mis padres que trepa por la lluvia,
seguirán bajo la lluvia,
donde los pensamientos huelen en la lluvia.
XIII
Hay palabras que suben como el humo, y otras que caen como la lluvia,
se atribuye el mérito de la lluvia,
tal vez nunca levante su cabeza a los embates de la lluvia,
y escuchaba cómo se escurría la lluvia.
XIV
Se desviste la lluvia,
por eso se te ama mejor bajo la lluvia,
me alegra oír la lluvia.
XV
La realidad toda con el cielo,
contra ella el diamante del cielo,
somos tus pequeños que te añoramos, madre, y volvemos a ti desde el
cielo,
del agua y de la luz de la tierra y el cielo.
Y tu virtud más ejemplar ser cielo,
y a través de las flores emergen hacia el cielo,
una mano rige la piedad como otra rige el cielo,
y el pájaro con cabeza al cielo.
XVI
Eres más bella que un eclipse de luna,
besarse a la luna,
yo nací en mala luna,
mi mujer es la conversación de los peces bajo la luna.
XVII
Más viva que la Luna,
disoluta a la luz de la luna,
adiós y buena suerte el sol y la luna,
recién nacidas que otorga la luna.
XVIII
Más blanda que el agua,
mis manos descendiendo desde la flor del agua,
como el trigal y el sol, la amapola y el agua,
el que devana los relojes de agua.
XIX
Los imprecadores por el amor,
casi siempre sucede que la parte mayor vence a la mejor,
la calumnia siempre se ensaña en lo mejor,
por la nieve hecha agua para la primer flor.
XX
Casi al anochecer por el mismo camino,
el invierno se cruza con el verano,
que prenden a la mosca y no al milano,
a menudo encontramos nuestro destino.
XXI
El esfuerzo por unir sabiduría y acción se logra pocas veces y dura poco,
el que ama mucho, habla poco,
pues todo lo que existe para dar yo lo ofrezco,
el trabajo del niño es poco, y el que lo desprecia un loco.
XXII
La violencia hacia otro ser humano,
pero tu no, ya no,
hoja a hoja lee en mí no sé qué sino,
la muerte siempre es temprana y no perdona a ninguno.
XXIII
El corazón tiene razones que la razón no comprende,
por segar temprano y segar verde, ningún labrador pierde,
ah enterarse de la vida de todos las dificultades de,
que ellos mismos decidan si es demasiado tarde.
XXIV
Caminando largos trechos, el hombre ve y aprende,
va y viene la pelota ora un perro verde,
para salvar la tarde,
a medida que es más grande.
XXV
Me miran con tus ojos las estrellas más grandes,
una vida entre los libros posee una calma y una paz muy grandes,
desde los suelos verdes,
de recuerdos y de saudades.
XXVI
Tan difícil como decidirse,
aquellos que dicen que algo no puede hacerse,
es un necio quien no puede enfadarse,
es que vale la pena vestirse y desnudarse.
XXVII
Suenan los pasos del mar,
de súbito toda el agua del mar,
hay quien ha venido al mundo para amar,
pare llevarlo hasta el mar.
XXVIII
Quienes con llamas puras les antecedieron,
precipicios midieron,
el miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son,
recuerda porque cruelmente los dispersaron.
XXIX
Queriéndome o sin quererme, yo te quiero porque si,
porqué si el amor es lo contrario a la guerra es una guerra en si,
el tiempo trae otro hijo en si.
XXX
En el roble ruboroso el arbusto dorado de leones,
defiende un pueblo sus costumbres,
donde unos niños destruyen a los hombres,
junto al pecho henchido de mares.
INDICE
CUENTOS
•Te extraño en silencio
•Destino inesperado
•Destinados a no estar juntos
•Cambiemos
•¿Cómo estás?
•Cambiamos
•Hacemos bien
•No te encuentro
•Convertidos
•Tu sueño cumplido
POEMAS
•I
•II
•III
•IV
•V
•VI
•VII
•VIII
•IX
•X
•XI
•XII
•XIII
•XIV
•XVI
•XVII
•XVIII
•XIX
•XXI
•XXII
•XXIII
•XXIV
•XXV
•XXVI
•XXVII
•XXVIII
•XXIX
•XXX