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Título: En el camino de las buenas prácticas: marcando hitos en las

biografías de lxs bebés. Programa de Acogimiento Familiar.

Eje Temático: ​Prácticas Subjetivantes

Autores:
Lic. Denise Laborde​, psicóloga, Coordinadora del Área de Supervisión y
Monitoreo de la Dirección General de Niñez y Adolescencia Ministerio de
Desarrollo Humano y Hábitat, DNI 18.101.800, ​labordeni@gmail.com​, Ciudad
de Buenos Aires, Argentina.

Lic. Verónica Macedra​, psicóloga, Coordinadora del Programa de Acogimiento


Familiar de la Dirección General de Niñez y Adolescencia Ministerio de
Desarrollo Humano y Hábitat. DNI 24.424.550, vmaedra@hotmail.com,
Ciudad de Buenos Aires, Argentina

Lic. Julieta Pojomovsky​, socióloga, Coordinadora del Área de Investigación


de Supervisión y Monitoreo, Dirección General de Niñez y Adolescencia,
Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, DNI 5.879.266,
julietamp@fibertel.com​, Ciudad de Buenos Aires, Argentina.

Antigüedad de la experiencia​: El trabajo trata de una experiencia que se


desarrolla desde el año 2015.

Abstract

En el Programa de Acogimiento Familiar de la Ciudad de Buenos Aires,


trabajamos con niños y niñas de diferentes edades. Dentro de nuestra
población objetivo, se encuentran bebés recién nacidos hospitalizados, sin
cuidados parentales o de quienes nada se sabe de sus progenitores. Este
grupo constituye uno de los más vulnerables en cuanto a la necesidad de
armado y reconstrucción de su historia. La modalidad del ingreso de los
mismos al Programa supone la implementación de una ceremonia mínima e
implica la ruptura de una práctica instituida inscribiendo nuevas condiciones de
subjetivación.

Palabras clave​: primera infancia- acogimiento familiar- historización-


ceremonia mínima- buenas prácticas
En el camino de las buenas prácticas: marcando hitos en las biografías de
lxs bebés. Programa de Acogimiento Familiar.

Nuestra posición privilegiada como actores del Estado implementando políticas


públicas en la primera infancia, nos permite corroborar cotidianamente que las
prácticas que efectuamos producen efectos, y es por ello que reflexionar ​y
producir modificaciones constituye una responsabilidad profesional y ética. Si
pensamos al psiquismo en la infancia como una estructura abierta, percibimos
que el entorno siempre deja marcas en él, por lo que desde nuestro lugar
debemos detenernos y pensar nuestras intervenciones como significativamente
estructurantes.
En el Programa de Acogimiento Familiar de la Ciudad de Buenos Aires,
trabajamos con niños y niñas de diferentes edades, pero dentro de nuestra
población objetivo, hay un grupo que queremos recortar en este trabajo, que es
el conformado por los bebés recién nacidos, que se encuentran hospitalizados
sin cuidados parentales o de quienes nada se sabe de sus progenitores. Este
grupo se constituye en uno de los más vulnerables en cuanto a la necesidad de
armado y reconstrucción de su historia, sin disponer de otros significativos que
pudieran ayudar a tejer una trama en sus primeros tiempos.
El Hospital no es el ámbito más adecuado para que un niñx sano permanezca
en él, por lo que se intenta que el tiempo de permanencia sea el menor posible,
ofreciendo espacios de cuidado alternativos. En ocasiones, estos tiempos se
prolongan por diferentes razones, por lo que debemos recordar siempre el
derecho de los bebés mientras se encuentran en un ámbito hospitalario a ​“ser
acogidos y tratados, si es posible, siempre por las mismas personas”;​1 a ​“sentir
las caricias, la voz de quienes están a su cuidado y de acceder a programas
especiales de seguimiento”.​2
Desde el Programa de Acogimiento Familiar se procura defender el derecho
que tiene todx niño a vivir en familia y a proteger su identidad. Para ello​,

1
​Derechos del niño hospitalizado- Sociedad Argentina de Pediatría-
http://psicologiaclinicaydelasaludidued.blogspot.com/2011/08/derechos-de-los-ninos-hospitalizados.html

2
​Decálogo del bebé prematuro- UNICEF-
https://www.bebesymas.com/recien-nacido/decalogo-de-derechos-de-los-bebes-prematuros
contamos con familias de la ciudad de Buenos Aires que alojan
transitoriamente a un niñx por vez hasta resolver su situación. Este Programa
ofrece una atención personalizada en un ámbito familiar, contrapuesto al
alojamiento en instituciones donde se desarrollan crianzas colectivas.
Poner en cuestión las condiciones del proceso de ingreso al Programa de
Acogimiento Familiar, supuso la ruptura de una práctica instituida, habitual,
ejecutada siempre de la misma manera: un equipo profesional del Consejo de
Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes sin vínculo previo con el bebé,
concurría al hospital donde se encontraba, lx retiraba y ​lo trasladaba en un
móvil al espacio convivencial asignado, dejándolx con su documentación y
pertenencias.
De ese acto quedaba sólo un registro administrativo formal, el profesional a
cargo no estaba en condiciones de transmitir algo del orden subjetivo de esx
niñx. Para el mismx, se trataba de una situación de ruptura, sin contar con los
recursos subjetivos para poder procesarla en toda su dimensión. No existía un
hilo conductor ejercido por un adulto que pudiera hacer de puente hacia la
nueva situación.
Esta escena, sin duda importante y de gran relevancia en la vida del niñx,
quedaba por fuera de su historia, ya que la misma comenzaba a escribirse
recién desde el ingreso al dispositivo de alojamiento. Lo anterior asomaba
como una especie de agujero negro. Por su parte el bebé debía hacer un gran
esfuerzo de adaptación a la nueva situación sin que ningún adulto pudiera
poner palabras a lo vivido previamente y la familia de acogimiento a cargo de
su cuidado, también debía plantearse enormes desvelos para comprender
quién era ese niñx.
Poniendo en cuestión dicha práctica y teniendo en cuenta que debíamos tratar
de evitar marcas empobrecedoras y discontinuidades en un aparato psíquico
incipiente, desde hace unos años, transformamos el acto de ingreso de un
bebé al programa de Acogimiento Familiar, en una ceremonia que -a modo de
artificio casi ritual- busca inscribir nuevas condiciones de subjetivación. Se trata
de una experiencia innovadora que intenta transformar el rutinario tránsito
institucional (hospitalario) hacia el ingreso transitorio en una familia de
acogimiento, en un acto rodeado de simbolismo y solemnidad, en el cual están
implicadxs todxs lxs actores casi anónimos, comprometidxs en dicho proceso.
Este proceso se enmarca en un momento, que al decir de Silvia Bleichmar, es
fundamental, momento en que los signos de percepción son pilares en la
identificación primaria que se produce en relación a un semejante, con el cual
se establecen las primeras relaciones libidinales.
A través de los signos de percepción se liga libidinalmente al otro (un olor, un
movimiento, un color). Los signos de percepción que se han instituido en los
primeros tiempos de la vida no son recuperables y quedan como signos a lo
largo del tiempo, no formando parte de las representaciones-palabra. Pero
sabemos que estos signos también van acompañados de enunciados del tipo
“sos muy alegre” o también cuando al desconocer su identidad, se le otorga un
nombre en el Hospital y el bebé es nombradx de ese modo por todxs lxs
adultxs que tienen la misión de su cuidado, nombre que la mayoría de las
veces, se constituye finalmente en el suyo propio y que llevará por siempre la
traza de un deseo que no fue anónimo.
Recuperar esas trazas, implica un trabajo de historización que intenta situar al
niñx en relación a su tiempo, a su biografía y a su propia historia. El lazo que
une a un sujeto con otro, requiere de una memoria y de una historia. En este
sentido, “(…) la labor de historización es la que podrá dar coherencia y
sostener el conjunto de intervenciones que apuntan a reforzar el vínculo
afectivo reparador del adulto con el niño”. 3​
Este nuevo modo propuesto -de ingreso al Programa- impacta en todos los
participantes de la escena y permite apropiarse de la misma de un modo
diferente. En este sentido, este acto -que en realidad es un proceso- constituye
un escenario en el cual el protagonista es el bebé al cual se le habla y se le
explica lo que sucede y se le presenta a la familia de acogimiento que lo va a
alojar, tomándose un tiempo para conocerse. La cuidadora Hospitalaria de la
Dirección General de Niñez y Adolescencia de CABA, quien ha acompañado el
proceso de hospitalización es para nosotrxs una persona clave en cuanto a la
posibilidad de conocer al bebé. Se la escucha, se valoriza su palabra, se la
invita a relatar cuestiones significativas del mismx, sobre todo en lo que hace a

3
4 Marchant, Matías. Reflexiones en torno a los procesos de institucionalización y separación afectiva
temprana en el contexto de un hogar de protección de lactantes vol. 16 N°1 2007 Chile​ p. 88
su subjetividad. Algunas veces se la contiene, ya que se muestra angustiada
ante la separación inminente, lo cual constituye un buen signo de que algo allí
se ha jugado entre ambxs y que el bebé fue significativx para alguien. En
ciertas ocasiones, la cuidadora le hace algún regalo o le ha tejido algo, lo cual
forma parte de los elementos que se lleva consigo. Se mantiene especial
atención a su nombre, que se consigna luego en su libro de vida o se conserva
alguna foto de la misma con el bebé para que -una vez egresado del circuito de
protección- pueda saber quién lo cuidó en sus primeros tiempos.
La foto con lxs médicxs y enfermerxs, más allá de formar parte también de la
caja de recuerdos o libro de vida del niñx a futuro, permite a lxs profesionales
de la salud redimensionarse como sujetos protagonistas en la historia de un
niñx. Permite aportar también subjetividad y afectividad al acto médico.
El clima festivo del rito impostado, la presencia de miembros de la familia de
acogimiento y del Programa, dota al acto de una connotación relevante y es
disruptor del discurso médico y del silencio reinante en el Servicio de
Neonatología.
En esta ceremonia, médicxs, enfermerxs, trabajadorxs sociales, acompañantes
hospitalarias, seguridad del hospital, profesionales de AF y familia de
acogimiento, forman parte por unos instantes de un todo.
Por un momento, el protagonista de la Neo es el bebé que se va del hospital.
Se constituye una suerte de festejo de despedida del mismo, permitiendo a
quienes han sostenido un vínculo, poder elaborar su partida, conocer a quienes
se harán cargo por un tiempo y desear lo mejor para su futuro; es devolverle a
la infancia la idea de transición, de pasaje hacia el futuro. Enunciados,
emociones y miradas enlazan por un momento a lxs adultxs presentes que han
sido significativos en esa historia, recuperar esos momentos permite humanizar
las intervenciones y a posteriori poder construir versiones del origen.
Para la familia acogedora, le posibilita despejar dudas, incluirse y
comprometerse como parte de esa historia, asumir la crianza que otrxs han
iniciado, para poder continuarla. Para el bebé, constituye un pasaje cuidado de
una situación a otra con adultxs que sostienen y se suman a su camino, a su
historia. Para el Programa de AF es la efectivización de una “buena práctica”.
A veces -con mayor o menor dificultad- cada egreso hospitalario constituye una
ceremonia importante o al menos para nosotros sí lo es. Y así lo definimos. Si
por alguna situación de urgencia médica o por otros motivos no es posible
realizarla en el mismo Servicio de Neonatología, continúa el rito previsto
puertas afuera. En la actualidad se ha convertido en una práctica habitual del
Programa y ya se pueden observar los efectos positivos en los bebés, en sus
posibilidades de adaptación a la nueva situación y en lxs propixs profesionales.
El acto es registrado no sólo en su dimensión fotográfica -con los recaudos de
privacidad lógicos- sino en la recuperación de los dichos acerca del niñx, de
todo lo que rodeó su estadía allí, qué le gusta, cómo duerme, cómo come, si le
cantan, sus características personales, lo que cada adulto comenta sobre el
mismx; de todos los decires que rodearon su permanencia allí, los ruidos, las
imágenes, las sensaciones corporales que lx constituyeron en los primeros
tiempos, destacando como parte de su biografía no sólo la historia clínica. Se
recuperan sus objetos personales con los que llegó al hospital o si nació allí, su
pulserita, chupete, etc., los cuales seguirá conservando en el futuro.
Por su parte, los Hospitales se van sumando poco a poco a esta “ceremonia”
que – en los primeros tiempos era visualizada de manera extraña o dudosa. Ya
se empiezan a preguntar por qué no se hace de la misma manera con todxs lxs
niñxs del circuito de protección.
En el ámbito judicial también se realizó un trabajo de sensibilización para que
pudieran comprender por qué cuando solicitaban un alojamiento al Programa,
no se retiraba al bebé del hospital de inmediato, sino que se realizaba en dos
tiempos: una primera visita de vinculación con la familia de acogimiento y una
charla con los profesionales del hospital, para luego acordar el egreso. Aun
persiste en diferentes ámbitos judiciales y administrativos la creencia de que
cada situación nueva de separación no posee impacto alguno en el bebé.
Tal como lo plantea Mercedes Minnicelli, desde lo micro-social, ésta es una
ceremonia mínima que inevitablemente produce modificaciones en las
prácticas de lxs profesionales que se desempeñan en los distintos ámbitos y
sobre todo, impacta sobre lxs bebés, recuperando condiciones de subjetividad.
Esta ceremonia mínima permite también contribuir a la escritura de un capítulo
de la historia de un niñx, recuperar hitos importantes de la misma y de las
personas significativas, contribuyendo a sentar bases para proyectarse a futuro
y construir una identidad.
No resulta fácil garantizar el derecho de un niñx a su identidad en un contexto
de protección de derechos donde intervienen múltiples actores. Por este
motivo, es que se apunta a la conformación de una especie de archivo que
permita recuperar trazos de la historia subjetiva. Es una apuesta a futuro,
cuando esx niñx haya crecido y no recuerde (por lo pequeño que era) a
quienes lo han cuidado en sus primeros tiempos, contará con un archivo
biográfico/fotográfico que podrá, si lo desea, leer y mirar. Se trata de tender un
puente temporal hacia adelante con imágenes, objetos y mensajes que tejieron
la trama afectiva de sostén en los primeros tiempos. Este artilugio es un modo
de garantizar el respeto a la identidad y en cierta medida es similar al archivo
biográfico de ​Abuelas de Plaza de Mayo ​que fue pensado “con el objetivo de
recuperar y reconstruir, ​la historia de vida de las personas desaparecidas, a
través de los relatos de quienes los conocieron. Su objetivo era ​preservar la
memoria familiar hacia el futuro​, para garantizar el ​derecho a su propia
biografía ya que, con el correr de los años, muchos de los nietos/as, quizás
recuperarían su identidad cuando ya no hubiera ningún familiar que pudiera
transmitirles la historia de vida de sus padres desaparecidos durante la última
dictadura militar”​4
En síntesis: cabe subrayar que la historia biográfica de la que hablamos, nada
tiene que ver con lo escrito en un informe psicológico o social. No tiene
relevancia el paralelismo con su historia oficial, con el dato duro, objetivo de
tallas o puntajes. Se trata de las palabras, las huellas y memorias que la
vinculan con sus orígenes, con el deseo de quienes lx precedieron, con las
trazas de los primeros vínculos y afectos. Historia que no termina allí, sino que
seguimos ayudando a escribirla hasta que pueda ser el propix protagonista
quien la continúe escribiendo por sí mismx.

4
IX Congreso Argentino de Antropología Social. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales - Universidad Nacional
de Misiones, Posadas, 2008. "Archivo Biográfico Familiar de Abuelas de Plaza de Mayo". Reconstrucción de
la identidad de los desaparecidos. Abuelas de Plaza de Mayo, Barbosa, Manuel, Battistiol, Flavia, Battistiol, Lorena,
Castillo, Marcelo y Drucaroff, Daniela
Bibliografía

● Barbosa, M., Battistiol, F., Battistiol, L, Castillo, M y Drucaroff, D, (2008)


"Archivo Biográfico Familiar de Abuelas de Plaza de Mayo".
Reconstrucción de la identidad de los desaparecidos. Abuelas de Plaza
de Mayo, ​IX Congreso Argentino de Antropología Social. Facultad de
Humanidades y Ciencias Sociales - Universidad Nacional de Misiones,
Posadas, Argentina.

● Bleichmar S., (1984) ​“E ​ n los orígenes del sujeto psíquico: Del mito a la
historia”​ , Ed. Amorrortu, Argentina.

● Marchant, M., (2007), “Reflexiones en torno a los procesos de


institucionalización y separación afectiva temprana en el contexto de un
hogar de protección de lactantes”,​ vol. 16 N°1, Chile p. 88

● Minnicelli M. (2014), ​“Ceremonias Mínimas. Una apuesta a la educación


en la era del consumo”,​ Ed Homo Sapiens, Argentina.

● Winnicott, D. (1993). ​Los ​procesos de maduración y el ambiente


facilitador.​ Barcelona, España: Paidós.

● Ley Nacional 26.061 de ​Protección Integral de los Derechos de Niños,


Niñas y Adolescentes.​ Sanción: 28/09/2005.

● Ley N° 2.213. Sanción: 07/12/2006. ​Sistema de Acogimiento Familiar


Reglamentación​: Decreto Nº 006/014 del 06/01/2014.

● Derechos del niño hospitalizado- Sociedad Argentina de Pediatría-


http://psicologiaclinicaydelasaludidued.blogspot.com/2011/08/derechos-d
e-los-ninos-hospitalizados.html

● Decálogo del bebé prematuro- UNICEF-


https://www.bebesymas.com/recien-nacido/decalogo-de-derechos-de-los
-bebes-prematuros

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