Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Fidelidad
En este pasaje Pablo le habla a los Corintios sobre los ministros de Dios, que
somos ministros pero somos también subalternos de Dios. Utiliza palabras
como servidores y administradores.
La Fidelidad a Cristo
“Su Señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel. Sobre
mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor”. Mateo 25:23
Como miembros del cuerpo de Cristo Él espera que seamos íntegros en toda
nuestra manera de vivir. Si somos fieles, esto permite que la unción siga
fluyendo en nuestras vidas, en el momento que somos infieles, esa unción se
va desapareciendo. La persona fiel, nunca piensa que puede recibir de la
iglesia como miembro, sino más bien esta pensando en que puede el dar para
la iglesia. Una persona fiel hace más de lo que se le pide, no espera que lo
manden y esta dispuesto a hacer aún aquellas cosas que no le gustan, pues
por encima de todo esta su fidelidad al cuerpo de Cristo.
Hay que tener presente que las palabras no son las que nos hacen fieles, sino
lo que hacemos, eso es lo que nos hace fieles.
La fidelidad al Ministerio
En este texto vemos el ejemplo de Josué el servidor de Dios, no solo era fiel a
Jehová sino también al ministerio, cuando Moisés estaba en la batalla Aarón y
Hur le sostenían las manos cuando el pueblo se reveló contra él, Josué seguía
fiel. Cuando aparentemente las cosas no están bien, y vienen dificultades,
llegan las pruebas, ahí es cuando vemos quien es fiel en nuestro Ministerio.
Una persona fiel con los demás, no cree que lo que el o ella haga es lo mas
importante. El individualismo y la infidelidad son los peores enemigos del
Cuerpo de Cristo (iglesia), ambas son causa de división. Debemos de pedirle a
Dios que podamos ser fieles, porque la fidelidad es tan importante como la
santidad.
“No hagáis nada por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad
estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando
cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros”.
Filipenses 2:3-4