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ESCUELA DE ARQUITECTURA

Estructuras I
Maestro: Ing. Eduardo Cerón

Alumna: Quintal Herrera Arantza A.


Grupo: 3A
Reflexión
Eran las 7:19 horas del 19 de
septiembre de 1985, cuando la capital
del país se sacudió con un sismo de
magnitud 8,1; cuyo epicentro estuvo
localizado en el Océano
Pacífico mexicano, dejando a su paso
graves consecuencias estructurales y
pérdidas humanas.

A simple vista, la ciudad quedó devastada, dejando a la luz lo terrible que estaban
diseñados los edificios de aquella época y el mal planteamiento o falta de estudio
de la reglamentación de construcción en México. Muchas de las construcciones que
colapsaron eran relativamente nuevas. Las viejas casonas y palacios, construidos
algunas desde la época de la Colonia, sufrieron daños menores.
Cabe recalcar que los edificios que sufrieron más daño resultaron ser de uso
público, tal como los hospitales y escuelas; los cuales el gobierno se encarga de su
financiamiento y construcción.

Este hecho fue sin duda una de las peores tragedias que ha afectado a México,
pero si de algo puede servirnos un desastre como este, es en aprender de los
errores y que no se vuelvan a repetir. ¿Pero cómo logramos eso? Primeramente,
en pensar que la zona es habitada por un millón de personas y que esta seguirá
creciendo; además de realizar una
retrospección a los antecedentes del
origen de la ciudad y en qué punto del
mundo se encuentra exactamente.
Gracias a eso podemos entender que
existen diferentes factores que
determinan un lugar, para así poder
realizar un estudio correcto del suelo y un excelente análisis estructural. De ahí
surge un concepto muy relevante: las cargas estructurales.
Las cargas estructurales son el peso total que se encuentra en una edificación, es
decir, su valor incluye el peso del objeto, de cualquier equipo instalado en el, los
posibles efectos del clima y el de los usuarios. En este caso, la carga que se efectuó
debido al sismo, cae en la categoría de “carga accidental”. Las cuales son las que
suceden eventualmente en la vida de
una estructura, pero no son
constantes y pueden alcanzar grandes
magnitudes. Aparecen en algún
momento causando la aplicación de
fuerzas y esfuerzos, como lo son: el
viento, los temblores, la lluvia y entre
otros.

Referente a todo lo mencionado con anterioridad, podemos cuestionarnos:


¿Verdaderamente se tomaron en cuenta las medidas y cargas estructurales al
momento de diseñar estos edificios? Yo creo que no.

Si desde un principio hubieran planteado de manera correcta sus modelos


matemáticos o inclusive haberse tomado la molestia de pensar en eso, los edificios
tal vez no habrían colapsado. Es por eso que resulta importante que los arquitectos
e ingenieros incluyan todas las cargas posibles y los factores de seguridad
adecuados en el diseño estructural para evitar fallas de carga, más si se trata de
una zona sísmica. El comportamiento de una estructura depende de las cargas que
actúan sobre esta. El hecho que se consideren los diferentes tipos de carga, así
como su cálculo adecuado y preciso, ayudan a determinar la resistencia y rigidez
que la estructura presente ante los esfuerzos y deformaciones resultantes, por lo
que una adecuada comprensión de las cargas actuantes, ayuda a determinar una
acertada predicción sobre la estructura, durante su vida de servicio.
Tal es el caso del desplome de un edificio
en Alto Río de Concepción, Chile, causado
por una carga accidental: el terremoto de 8.8
grados que sucedió el 27 de febrero de
2010, a solo un año de haberse inaugurado
se desplomó y se partió en dos como
consecuencia de sus fallas en la
construcción.

Bueno, realmente existieron varios errores de diseño que propiciaron su caída.


Algunos de ellos fueron la mala calificación del suelo, errores en la construcción del
edificio y cambios posteriores en su diseño estructural.

Indagando un poco más en este caso, tiempo después se dio a conocer la verdadera
razón de su falla estructural, la cual es la siguiente:

El tipo de estructura; falta de atizador; deficiencias de los pilares 11, 17 y 24, que
sostenían la estructura; el mal diseño; y defectos constructivos a partir de los planos.

Es muy lamentable que a pesar de tener nuevas tecnologías que pueden evitar este
tipo de fallas, sigan pasando. Únicamente
queda de nosotros no repetir los mismos
errores y no ceder ante la corrupción e
irresponsabilidad. Como arquitectos del
futuro, debemos comprometernos a crear
lugares seguros y funcionales para la
sociedad.
Referencias

https://www.plataformaurbana.cl/archive/2012/07/12/experto-afirma-que-diseno-
tambien-influyo-en-caida-del-alto-
rio/#:~:text=Este%20se%C3%B1ala%20que%20tres%20factores,posteriores%20e
n%20su%20dise%C3%B1o%20estructural.

https://repositorio.uc.cl/xmlui/bitstream/handle/11534/2892/590853.pdf

https://www.biobiochile.cl/noticias/2012/07/10/caso-alto-rio-experto-desestima-tipo-
de-suelo-y-apunta-a-diseno-del-edificio-en-causas-del-colapso.shtml

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