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Buscando la paz

Había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en
una pintura la paz perfecta. Muchos artistas lo intentaron. El rey observó y admiró todas las
pinturas, pero solamente hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellas.

La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se reflejaban unas
plácidas montañas que lo rodeaban. Sobre estas se encontraba un cielo muy azul con tenues
nubes blancas. Todos quienes miraron esta pintura pensaron que esta reflejaba la paz perfecta.

La segunda pintura también tenía montañas. Pero estas eran escabrosas y descubiertas. Sobre
ellas había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña
abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua. Todo esto no se revelaba para nada
pacífico.

Pero cuando el Rey observó cuidadosamente, vio tras la cascada un delicado arbusto creciendo en
una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio del rugir de la violenta
caída de agua, estaba sentado plácidamente un pajarito en su nido...

- ¿Paz perfecta...?

- ¿Cuál crees que fue la pintura ganadora?

El Rey escogió la segunda.

- ¿Sabes por qué?

Explicó el rey: "Paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin
dolor. Paz significa que a pesar de estar en medio de todas estas cosas permanezcamos calmados
dentro de nuestro corazón. Este es el verdadero significado de la paz."

FIN
Quiero la paz

El Rey del corazón vivía muy triste, su reinado podría ser el más rico y prospero de todos, pero en
cambio, siempre había guerra en rodas las regiones de su territorio. 
Está situación entristecía mucho al Rey, porque no quería dejar a sus hijos un legado con odios y
rencores. Estuvo meses buscando soluciones, habló con todos los sabios del reino y alrededores.
Aplicó todos los consejos, pero ninguno fue efectivo. 
Una mañana, salió a pasear por su jardín, se sentó en una roca y lloró, por no encontrar una
solución. Algunas de sus lágrimas, cayeron sobre una hoja caída de un árbol, donde se encontraba
un duende durmiendo, que se despertó al sentirse mojado por las lagrimas que le habían caído. 
-¿Qué le pasa alteza? ¿Por qué llora si lo tiene todo en la vida? Le preguntó el duende. 
- Puedo tener todas las riquezas del mundo, pero el reino de mi corazón está en guerra y esto me
entristece. 
El duende se acerco al Rey, y le dijo: 
- Usted Alteza lo ha dicho, Usted tiene la respuesta. 
-¿Qué quieres decir duende? 
-Sólo habrá paz en su corazón, cuando la haya encontrado en su corazón. 
-Y ¿Cómo puedo encontrarla? Pregunto el Rey. 
-Eso depende de ti. Afirmó el duende. -Tienes que pasar tiempo contigo mismo, conocerte,
descubrir tus sentimientos, ver lo bueno y lo malo que hay en ti, poner soluciones a tus conflictos,
pedir perdón a quien hayas dañado, saber perdonar. Ayudar a tus vecinos y compañeros,
compartir todo lo que tienes, Abrir los brazos a nuevos y antiguos amigos. Aprender de los demás,
sentirte y hacer sentir a los demás libres. Pedir un deseo a una estrella, Aprender a ser tu mismo.
La paz la encontraras cuando te des cuenta que eres diferente a los demás, pero aún así no hay
personas ni mejores ni peores, solo diferentes, y solo nosotros decidimos como somos. 
Estas palabras del duende, el Rey las gravo en su corazón y las trasmitió cada vez que tenía
oportunidad, y poco a poco la paz reinó en su corazón. 
El soldado herido

Jacinto y Rosendo eran dos niños que vivían en una hacienda de Guatemala por 1940. Sus padres
estaban empleados en los trabajos de labranza y ellos se hicieron grandes amigos. Iban juntos a
nadar, salían a montar a caballo cuando los dejaban y compartían todo, incluyendo sus sencillos
juguetes, como una resortera y unas canicas de brillante vidrio traídas de la capital. Los habitantes
del lugar les decían “los hermanos”, pues siempre andaban juntos, como si fueran de la misma
familia, como si llevaran la misma sangre.

Un día pasó por la hacienda un vendedor de objetos usados que ofrecía su mercancía de pueblo en
pueblo. A los niños les fascinó un viejo soldado de tela. Cuando preguntaron cuánto costaba
descubrieron que juntando las monedas que cada uno tenía ahorradas podrían comprarlo y así lo
hicieron. De día pasaban horas jugando con el soldado, de noche éste los cuidaba. Así corrían los
meses hasta que, en una ocasión, los niños discutieron por un chisme sin importancia. Llegaron a
las manos y comenzaron a disputarse el soldado de tela. Uno lo jaló de los brazos y otro de las
piernas hasta que el juguete se desgarró en dos. Rosendo se alejó furioso; Jacinto recogió al
soldado y se lo llevó a su madre para que lo cosiera. No volvieron a hablarse y el destino los llevó
por diferentes rutas.

Entre 1958 y 1961 Guatemala se hallaba sumida en una terrible guerra entre dos bandos
contrarios, los liberales y los conservadores. Aunque los combatientes eran todos guatemaltecos,
se peleaban por ideas contrarias. Las batallas se sucedían, el centro del país estaba en llamas y
morían centenares. Los dos niños de Guatemala eran ahora mayores de edad. Jacinto encabezaba
una tropa liberal, Rosendo una tropa conservadora. Quiso el azar que ambas se encontraran en un
paraje del interior de Guatemala y se preparan para combatir. La batalla estaba a punto de estallar
y los soldados, jóvenes como ellos, se alistaban.

Poco antes de iniciar el fuego, Jacinto envió a uno de sus hombres al campamento de Rosendo
para solicitarle una entrevista. Cuando llegó a verlo, Rosendo lo reconoció de inmediato y no supo
qué decirle después de tantos años. Jacinto metió la mano en la bolsa de su abrigo y sacó al viejo
soldado de tela, con las gruesas puntadas que eran como la cicatriz de una grave herida: “Amigo —
le dijo a Rosendo— hace años herimos de muerte al mejor soldado de tela. ¿Es justo que hoy
hagamos que se enfrenten soldados de carne y hueso?” Con lágrimas en los ojos Jacinto abrazó al
juguete de su infancia e indicó a su tropa bajar las armas.
EL VALLE DORADO DE LAS HADAS

HADA MORA

Un delicioso aroma a galletas de chocolate inundaba todas las mañanas el efugio de las hadas,
ubicado en Valle dorado. Los cocineros, unos duendes de aspecto fortachón y rozagante, sabían
que se perfume irresistible del desayuno lograba despertar a las HADAS de su profundo sueño,
especialmente al HADA MORA, la más remolona de todas.
 Como era un Hada del  Agua, por las noches se recostaba sobre el pequeño estanque que había
en el Valle. Y si hacía frío se abrigaba con las pompas de sus aguas.
HADA MORA colaboraba con las demás HADAS en las tareas diarias, como abastecer e agua a los
animales, regar la tierra, Limpiar las hojas de las plantas, ocuparse de apretujar a las nubes en
época de sequía...
Pero siempre entre tarea y tarea ella se aislaba en su estanque donde le gustaba ver reflejado el
sol.
Después de un día de mucho trabajo , HADA MORA se fue a dormir apenas escuchó el primer
cantar de una rana. Sus pequeños ojos se volvieron como dos faroles cuando vio que ya no tenía
su lecho.

Para su sorpresa, el estanque había quedado casi sin agua. Cerró una y otra vez sus ojos para
convencerse a sí misma de que se trataba de uno de sus pesados sueños .Pero no era real.
Entonces sus alitas detectaron lo que había sucedido....
Un ciervo bebé, de ojos negros y pelaje mojado se había perdido hacía varios días y, sediento,
había bebido el agua del estanque.

HADA MORA se apiadó de él y gracias a su agudo olfato lo condujo a donde estaba su familia.

De egreso a VALLE DORADO esparció unas chispas de colores en el estanque y reabasteció otra vez
de agua a su preciado refugio.

                                                                           FIN
Una Historia en Zigzag

La Gacela Zazi tiene una cría que se llama Zizi, y es muy dulce y tierna. Le encanta que mamá la
mime. ¡Y también que lo haga su papá ! Le gusta correr a su lado para aprender muchas cosas
útiles.
-Escucha con atención - Susurra Zazi a la pequeña_ y dime ¿qué oyes?
-Oigo el viento que sopla sobre la hierba -dice Zizi-. Luego ...¡oigo un trueno lejano!
-¡Muy bien, Zizi!-exclama la mamá-. Tienes buen oído y sabes estar atenta. Esto es muy útil en la
sabana.
_Ahora huele estas huellas -Le dice el papá-. ¿A qué huelen?
-Siento un olor que no me gusta .¡Me da miedo!-susurra Zizi-.
¡Tengo ganas de huir de aquí!
-¡Muy bien!-sonríe el papá-. Es el olor a león:Cuando lo huelas deberás escapar veloz como el
rayo!Ya has aprendido muchas cosas importante pequeña.....
Pero el papá está un poco preocupado: Zizi sabe escuchar, sabe oler.....pero aún no sabe correr en
zigzag. ¡y esto es algo importantísimo para huir de los predadores!
_Venga - le dice la mamá -, vamos a tratar de correr en zigzag.

¡OH, no! No puedo...._suspira Zizi-. Sólo puedo correr bien si voy derecha. Si hago Zig parece que
me caigo ,¡Y  si hago zag me mareo!
El papá la mira , serio:
_Nada de discusiones, debes intentarlo. Si corremos en zigzag es mucho más difícil que un
predador nos capture.
Zizi lo intenta una y otra vez, ¡pero no lo consigue!
La mamá ha tenido una idea y susurra algo al oído del papá .Luego se aleja un poco de Zizi.
Y también el papá se aleja, hacia el lado opuesto. Ahora corren los tres juntos y, en un momento
dado....
-¡Ven conmigo!-dice la mamá-¡Te daré un besito!
Y...¡Sorpresa !Zizi hace ZIG y corre hacia ella para recibir el besito.
-¡Ahora ven conmigo!-dice papá, desde el otro lado-¡Te haré una caricia en el hocico!
Y Zizi hace ZAG y corre hacia él .
-¡Has visto? Has hecho ZIG y luego ZAG sin siquiera darte cuenta ...-ríe la mamá . Y Zizi también ríe,
porque ha sido precioso el modo de aprender a hacerZIG y luego ZAG

             FIN
LEYENDA DEL COLIBRÍ

El poder del agradecimiento

En el comienzo del mundo los picaflores eran de un  color blanco purísimo y aunque vos no lo
creas adquirieron sus bellos colores por la historia que  les voy a contar ahora....

Cuando Dios pensó la tierra la preparó  para que pudieran a vivir en ella los animales, por ello
diseñó montañas altísimas y ríos caudalosos, praderas muy verdes y extensos desiertos, apretadas
selvas y un anchísimo mar.

A estas creaciones las adornó con piedras y arena, con pastos y cuevas, con hierbas y flores y con
magníficos árboles  para que a las nuevas especie no le faltara casa ni comida.

En un sólo día nuestro Señor dio vida a todos los animales de diferentes formas y colores y les
regaló una pareja para que pudieran tener tener hijos y multiplicarse.

Los inmensos y grises elefantes con tranquila caminata se internaron en la frondosa  selva.

Los negros y magnificas cóndores planearon hasta los peñascos de  las montañas más altas.

Los blancos y peludos conejos saltaron hasta encontrar en una pequeña cueva para alojarse.

Los rayados y pesados tigres caminaron sigilosos hasta hallar un lugar para vivir y reproducirse.

Las rápidas avestruces  corrieron hasta encontrar las extensas llanuras.

Después de haber creado a todos los animales nuestro Señor imaginó a los picaflores
absolutamente blancos y así les dio vida..

Luego de esto se sentó en una nube a esperar si alguna de estas parejas volvía su cabeza para
atrás  para  agradecerle su existencia…Más ninguna lo hizo.
Ello le originó tal tristeza que comenzó a llorar desconsoladamente.

Los colibríes que estaban libando una rosa china sintieron un tremendo deseo de indagar por su
reciente vida y comenzaron  a volar hacia atrás en busca de su origen.

Así fue como conocieron a Nuestro Padre y le agradecieron su existencia.

El Creador dejó de llorar inmediatamente y tan pronto lo hizo salió un brillante sol formándose el
arco iris más intenso de la historia.
Al pasar por allí los picaflores para volver a la tierra  adquirieron los  fabulosos colores con que
los conoces hoy.
CARTA A MI ÁNGEL DE LA GUARDA

QUERIDO ÁNGEL:

Me dijo mi mamá que sos igualito a mí pero más Santo.


Que podríamos ser mejores amigos y que si hago silencio por un rato hasta lograría escucharte.
Que hablas tan despacio que no "Todos" logran   comprenderte.
Que a veces lo haces  a través de acciones.
Que siempre buscas el bien no sólo en mí sino en los demás.
Que me amas tanto como ella y que deseas una sociedad más solidaria y justa
Que siempre sonríes y te enorgulleces cada vez que hago una buena acción.
Que te acercas a la personas más que nunca en "NAVIDAD".

 Por eso te prometo ángel querido  que desde hoy haré un silencio en el día  para que podamos
encontrarnos.
 Por ello escribí esta carta, para que la lean mis amigos y puedan hacer lo mismo. 

Para convertirme en  mejor persona, para que entre todos hagamos un mundo más  habitable        

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