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Cuando la mamá notó su ausencia, el último rayito dorado se escapaba tras las
montañas. Los adultos salieron abuscarlo en la oscuridad. Pero era inútil... ¡la
noche era tan negra! Rafael dormía profundamente y no escuchó que los
hombres gritaban su nombre y tropezaban chocando con los pinos.
Entonces, las mujeres encendieron un fuego en un claro del bosque y, tomadas de las manos, le pidieron al cielo
que las ayudara. El cielo lo meditó durante unos minutos y sintió que el ruego llegaba con tanto amor que era
imposible ignorarlo. Al fin, decidió abrir uno de sus ojos. Era redondo como un anillo, blanco como la sal y
brillante como una perla. El bosque se iluminó de pronto, como si estuviera por amanecer, y las estrellas
refulgieron como espejos de plata lustrada. Los hombres encontraron a Rafael y se reunieron con las mujeres y
los niños a admirar la belleza del resplandor.
Dicen que el ojo del cielo es la luna. Dicen que nunca más se cerró por las noches. Para que los hombres puedan
encontrar lo que buscan. Para que los niños no se pierdan. Y para que las mujeres recuerden que el cielo
siempre concede aquello que el amor clama, con las manos unidas, cerca de una hoguera.
SANTILIN
AMOR A LA NATURALEZA
Santilin es un osito muy inteligente, bueno y respetuoso. Todos lo quieren mucho y sus amiguitos disfrutan
jugando con él, porque es muy divertido. Le gusta dar largos paseos con su compañero, el elefantito. Después
de la merienda, se reúnen y emprenden una larga caminata charlando y saludando a las mariposas que
revolotean coquetas, desplegando sus coloridas alitas.
Siempre está atento a los juegos de los otros animalitos. Trata con mucha paciencia, de enseñarles que pueden
entretenerse, sin dañar las plantas, sin pisotear el césped, sin destruir lo hermoso que la naturaleza nos regala.
Un domingo, llegaron vecinos nuevos. Santilin se apresuró a darles la bienvenida y en seguida invitó a jugar, al
puerco espín más pequeño. Lo aceptaron contentos hasta que la ardillita, llorando advierte: - Ay...cuidado... no
se acerquen... esas púas lastiman.-
El puerco espín, pide disculpas y triste regresa a su casa. Los demás se quedan afligidos, menos Santilin que
está seguro de encontrar una solución. Piensa y piensa... hasta que risueño anunció: - esperen... ya vuelvo... -
Regresó con la gorra de su papá y llamó al puerco espín. Le colocaron la gorra sobre el lomo y de esta forma,
tan sencilla, taparon las púas para que no los pinchara y poder compartir los juegos.
Tan contentos estaban que tomados de las manos, formaron una gran ronda y cantaron felices.
COSQUILLAS
SENSIBILIDAD
Me daba mucha pena verla así y le dije: “Hola soy el rey de las cosquillas". Y su cara empezó a
cambiar. Cuando empecé a hacerle cosquillas ya no sabía si reír o llorar. La rodilla le dolía
igual pero no hay nada que no se pueda curar. Ahora va un poco cojita, pero nos miramos y
reímos.
No me gusta ver a nadie llorar, o pelearse, o decir cosas que suenan bastante mal. Cuando
alguien está triste yo también lo suelo estar, pero si sonríe eso ya me gusta más.
Cansados, tristes, enfadados, peleados...no hay nada que una buena sesión de cosquillas no
pueda arreglar.
Leyendas
Leyenda de Belice
Hay muchas leyendas que hacen referencia a La Sucia como se la llama, incluso su
nombre parte de varios motivos, pero para empezar tenemos la historia de un
hombre que se encontraba muy cerca del río y allí vio que una mujer se
encontraba lavando la ropa a altas horas de la noche, él iba de regreso a su
hogar cuando pudo encontrarla por eso es que le pareció muy extraña la
situación, pero sin embargo no tuvo ninguna duda antes de intentar coquetear
con ella ya que la veía en el camino y él era un hombre soltero, por eso es que le
ofreció ayuda o acompañarla para su casa, lo que no pudo creer es lo que
sucedió luego, su rostro no se veía por la oscuridad de la noche, pero entonces al
levantar la mirada se dio cuenta que su rostro era el de un monstruo y que su
aliento era totalmente fétido, esto hizo que el hombre saliera corriendo lo más rápido que pudo al pueblo y no le
pasó nada más, pero nunca podrá olvidar su encuentro que a todo el mundo le contó atemorizado al extremo.
Una madre malcrió a su hijo al extremo, siendo que nunca le marcó los límites
como debía, tampoco lo dejaba hacer las tareas con el resto de la tribu, lo mantenía
apartado, el niño creció y ya nada quiso saber de obedecer a las personas que eran
mayores a él, incluso tenía muchos problemas con los demás miembros de su gente,
así es que un día el cacique decidió condenar a este chico por su mal
comportamiento haciendo un sacrificio con él para que todos comprendan lo mal
que estaba ese grado de rebeldía y cuando su madre se acercó para abrazarlo antes de
su muerte, él la mordió quitándole la oreja y diciéndole que todo era su culpa por no educarlo desde pequeño
como era necesario.
Cuenta una vieja leyenda de Puebla que en la época de las invasiones francesas había en
las cercanías de los fuertes un niño zacapoaxtla, los soldados le pidieron a aquel niño
que subiera a un árbol para observar que tan lejos se encontraba el enemigo puesto
que ellos no podían subir a los finos y frágiles arboles de la región. El niño aceptó
ayudar gustoso, subió a un árbol y pudo ver avanzar a los franceses, entonces el
pequeño contó cuantos eran, también contó que tipo de armamento traían y a qué
velocidad avanzaban, los soldados agradecieron al niño y le pidieron que bajase pero el
niño seguía aferrado al árbol dando aun más información, entonces comenzó la
batalla y la balacera no se hizo esperar, una de las balas perdidas dio en el corazón del
niño, el cual cayó y murió, los soldados ganaron la batalla ese día gracias a la
información del pequeño, así que procedieron a darle cristiana sepultura y lo nombraron el héroe del día.
El lobizón
También llamado lobisón, lobisonte o lobisome, es el séptimo hijo varón de una prole
exclusivamente masculina (la séptima hija mujer, menor de siete hermanas, será
asimismo una bruja), quien los días martes y viernes, sobre todo de los meses
impares, sufre una escalofriante transformación: de ser un hombre alto, escuálido, de
aspecto negligente y fuerte hedor, deviene una cruza entre perro y lobo, siempre de
color oscuro como las tinieblas, que se alimenta de carroña, excrementos, carne de
niños y de mujeres jóvenes (por alguna razón, parece sentir poco apetito por los
adultos).
El lobisón extiende sus dominios por las provincias de la Mesopotamia argentina
(Entre Ríos, Corrientes y Misiones, ubicadas en el sector noreste del país), así como
también partes del sur del Brasil.
La única defensa contra el lobizón son las armas, blancas o de fuego, pero bendecidas. Si es herido, se arrastra
hasta su cubil, en el que se desangra y muere tras recuperar su forma humana.
Chistes
Una señora le pregunta a un niño:
Oye niño, ¿cómo te llamas?
A lo que éste le contesta:
Huyyyy señora, ya ni sé.
Pero, ¿por qué me dices eso niño?, dice la señora.
Y le dice:
Pues verá, en mi casa mi papá me dice Francisco, mi mamá Pancho, mis
hermanos Paco, y mis tíos Kiko, y cuando estornudo todos me dicen, ¡Jesús!, Así
que ya ni sé ni como me llamo.
Un sobrino, le pregunta a su tía:
¿Dónde está el pajarito, tía?
Yo no tengo mascotas, Pepito.
¡Pues papá me dijo que íbamos a ver a la cotorra de la tía!
Un niño a su padre:
-¿Papá, te gusta la fruta asada?
-Sí hijo me gusta mucho.
-Pues estás de suerte, porque el huerto esta ardiendo.
Los ratones
Mi abuela es un hada
Mi abuela Mariana,
tiene una cana,
cana canariera.
Mi abuela Mariana,
me cuenta los cuentos
siempre a su manera.
Yo la quiero mucho,
yo la quiero tanto ...
Me ducha, me peina
y me lleva al campo.
Me enseña canciones,
me ayuda a estudiar,
dice poesías,
solemos jugar.
Luego por la noche
mi abuela me vela,
un cuento me cuenta
y cuando me duermo,
me apaga la vela,
Mariana mi abuela.
Mi abuela Mariana,
de paja el sombrero,
el traje de pana,
mi abuela Mariana
no parece abuela,
me parece un hada.
Abril
El chamariz en el chopo.
-¿Y qué más?
El chopo en el cielo azul.
- ¿Y qué más?
El cielo azul en el agua.
- ¿Y qué más?
El agua en la hojita nueva.
- ¿Y qué más?
La hojita nueva en la rosa.
- ¿Y qué más?
La rosa en mi corazón.
- ¿Y qué más?
¡Mi corazón en el tuyo!
¿Cuál es el colmo de un gato?
Comer perros caliente.
La viña y la cabra
Una viña se encontraba exuberante en los días de la cosecha con hojas y uvas. Una cabra
que pasaba por ahí mordisqueó sus zarcillos y tiernas hojas. La viña le reclamó:
-¿Por qué me maltratas sin causa y comes mis hojas? ¿No ves que hay zacate suficiente?
Pero no tendré que esperar demasiado por mi venganza, pues si sigues comiendo mis
hojas y me maltratas hasta la raíz, yo proveeré el vino que echarán sobre ti cuando seas
la víctima del sacrificio.
Los maltratos hechos con intención, tarde o temprano regresan a quien los hizo, muchas
veces bajo otra vestidura.
Bajo su reinado se celebró una reunión general de los animales para disculparse y recibir
mutua satisfacción: el lobo dio la paz al cordero, la pantera al camello, el tigre al ciervo, la
zorra a la liebre, etc.
- He anhelado ardorosamente ver llegar este día, a fin de que los débiles seamos respetados
con justicia por los más fuertes.
Cuando en un Estado se practica la justicia, los humildes pueden vivir tranquilos..., pero no
deben confiarse.
El águila y la flecha
Estaba asentada un águila en el pico de un peñasco esperando por la llegada de las liebres.
Viendo el águila entonces que la flecha estaba construída con plumas de su propia especie
exclamó:
Más profundo es nuestro dolor cuando nos vencen con nuestras propias armas.
El león y el ratón
Dormía tranquilamente un león, cuando un ratón empezó a juguetear encima de su
cuerpo. Despertó el león y rápidamente atrapó al ratón; y a punto de ser devorado, le
pidió éste que le perdonara, prometiéndole pagarle cumplidamente llegado el momento
oportuno. El león echó a reir y lo dejó marchar.
Pocos días después unos cazadores apresaron al rey de la selva y le ataron con una
cuerda a un frondoso árbol. Pasó por ahí el ratoncillo, quien al oir los lamentos del león,
corrió al lugar y royó la cuerda, dejándolo libre.
Días atrás le dijo , te burlaste de mí pensando que nada podría hacer por tí en
agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que los pequeños ratones somos agradecidos
y cumplidos.
Nunca desprecies las promesas de los pequeños honestos. Cuando llegue el momento las
cumplirán
La bruja
Una bruja se dedicaba a vender encantamientos y fórmulas para aplacar la cólera de los
dioses. No le faltaban clientes y ganaba de este modo ampliamente la vida. Pero fue
acusada por ello de violar la ley, y llevada ante los jueces. Sus acusadores condenaron a
muerte.
-Tú, bruja, que decías poder desviar la cólera de los dioses, ¿cómo no has podido
persuadir a los hombres?