Historia y Cultura 3 (HC3) – Material de clase 2022

UNIVERSIDAD DE PIURA

HISTORIA Y CULTURA 3 (HC3)

MATERIAL DE CLASE

TEMA: LOS NACIONALISMOS (S.XIX)

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LOS NACIONALISMOS: Movimiento político – ideológico del S.XIX

Su objetivo fundamental como movimiento político será la recuperación de la libertad

e independencia frente a los pueblos dominantes, lo que conducirá a un reajuste de
fronteras en Europa.

1. Nacionalismo y Revolución Francesa

Durante el Antiguo Régimen no existía una idea clara de Nación ya que los habitantes
de un reino eran súbditos de un monarca más que ciudadanos de una Nación.
Será, por tanto, con la Revolución Francesa de 1789 cuando aparezca consolidado el
término Nación. Y es que, el Tercer Estado (dirigido por la burguesía) al constituirse
en Asamblea Nacional, entendió que el depositario de la soberanía no estaba
personificado en el rey sino, en el pueblo o Nación. Como consecuencia de esto se
hizo necesaria la creación de un ejército nacional, se exaltó el patriotismo,
contribuyendo a que los ciudadanos se sintieran miembros de una Nación, organizados
y representados en un Estado. Así se tiene que la idea de Nación fue indudablemente
burguesa y liberal. Extendiéndose el movimiento nacionalista por Europa unido a la
expansión del liberalismo político.

2. Nacionalismo y Romanticismo
El Romanticismo fue una corriente filosófica y literaria alemana, contraria en muchos
aspectos, a la Ilustración, sobre todo a su principio clave: la razón. Porque para los
románticos hay cosas que no pueden ser entendidas directamente por la razón y por la
ciencia como el amor, la religión y la pertenencia a una Nación.
Los románticos subrayan las peculiaridades de las naciones y pueblos y al ahondar en
estas singularidades se llega al nacionalismo, a la consecución de la libertad, y a la
independencia de una Nación.
Por otra parte, frente al individualismo ilustrado, y sustentándose sobre el concepto
que del hombre y su inserción en la sociedad sostenía la filosofía idealista alemana, el
Romanticismo defendía en buena medida la postergación del individuo al conjunto. El

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hombre no sería ese sujeto universal con capacidades y derechos individuales que
describía la Ilustración, sino que se definiría ante todo por su vinculación y
dependencia respecto a una sociedad concreta y a un tiempo histórico determinado.
* Los pilares básicos de la Nación:
a. La lengua y la historia
c. La Religión, que será un elemento de identidad y unificación frente a un dominio
extranjero de otra creencia. Por ejemplo Irlanda y Polonia ambos católicos, la primera
enfrenta a la dominación inglesa y con ella la fe anglicana, la segunda frente a la
influencia rusa y al cristianismo ortodoxo.

3. Etapas del movimiento nacionalista

A. Reivindicación de aspectos culturales: Como el folklore, la historia, la religión y la
lengua.
B. Reivindicación política: Cuando una nación busca un acomodo dentro de un Estado
extranjero, exigiendo su reconocimiento y un mayor grado de autonomía, para la
creación de un nuevo Estado.

4. Tipos de Nacionalismos en el S. XIX

A. Según el ámbito de actuación
a) La Independencia de otros Estados
La Nación como un conjunto de habitantes asentados sobre un territorio con una
misma lengua, costumbres, religión y pasado común; opta por la independencia de un
Estado de lengua y cultura diferentes y en el que esta nación es minoritaria.
Movimientos de independencia que serán duramente reprimidos porque los Estados no
consienten la pérdida de territorios. Ejemplos en la Edad Contemporánea:
a.- Independencia de Grecia del Imperio Turco
b.- Independencia de Polonia y de Ucrania respecto del Imperio Ruso
c. Independencia de Irlanda respecto de Gran Bretaña
b) La Unificación de una misma Nación repartida entre varios Estados: Una vez que
los habitantes de la Nación han tomado conciencia de la pertenencia a la misma, se
produce la lucha por conseguir la unidad.

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Un ejemplo de ello en el siglo XIX lo constituyeron Italia y Alemania que

consolidarán su unidad en la década del ´70 (Italia en 1870 y Alemania en 1871).
* UNIFICACIÓN ALEMANA
Ejemplo de este tipo es Alemania, estado cuya creación fue posible por la obra de
gobierno de Otto Von Bismark (“Canciller de Hierro”), aristócrata y terrateniente
convertido en Canciller de Prusia entre 1862 y 1871 y Canciller de Alemania entre
1871 y 1890.
Su gran proyecto fue la unificación de los Estados Alemanes bajo un solo Imperio o
Reich, consiguiendo su objetivo en 1870 tras la victoria en la guerra franco-prusiana.
Encabezando el Imperio, Guillermo I que fue proclamado Káiser o Emperador del II
Reich (Imperio) Alemán. Alemania, culminó su proceso de unificación en 1871,
convirtiéndose poco a poco en una primerísima potencia europea y mundial.

*ANTECEDENTES: Antes de la conquista Napoleónica el Sacro Imperio Romano

Germánico estaba constituido por más de 300 estados. Después de ser conquistado el
Sacro Imperio Romano Germánico por Napoleón Bonaparte, éste pasó a llamarse
Confederación del Rhin (1806 – 1815), constituido ahora por 16 Estados.
Posteriormente, la Confederación Germánica sustituirá a la Confederación del Rhin, en
1815, conformada por 39 estados alemanes.

Entre esos estados destacaron Austria y Prusia:

Prusia y Austria eran muy distintas en sus aspectos económico, social y político. 
Austria estaba dirigida por una monarquía de corte centralista y autoritaria.
Gobernaba un territorio habitado por diferentes pueblos — croatas, húngaros, eslavos
y serbios— que tenían distintas lenguas, religiones y costumbres. Esto fue motivo de
frecuentes sublevaciones contra la monarquía austríaca, ya que el principal  reclamo
era el derecho a la formación de sus propios Estados nacionales.

En lo económico, Austria fue un país que no contaba con recursos ni con una
burguesía poderosa capaz de lograr un desarrollo industrial propio. El mantenimiento
de un ejército y de una administración que mantuviera la unidad imperial le creó
graves dificultades financieras. Prusia, en cambio, experimentó un desarrollo
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económico muy intenso, que hizo de ella el centro del crecimiento industrial de la
región. El aumento de la producción de acero, carbón y hierro, la caracterizó durante la
segunda mitad del siglo XIX. Las comunicaciones —ferrocarriles, barcos de vapor,
telégrafos— crecieron de tal modo, que permitieron la formación de un activo
mercado económico. Además la población prusiana era mucho más homogénea que la
austriaca, ya que no existían pueblos tan diferentes en su lengua, religión y
costumbres. El desarrollo económico prusiano tuvo otras consecuencias: la
consolidación de una burguesía industrial y el predominio en su gobierno de ideas
liberales, que buscaban la formación definitiva de un Estado nacional.

Austria y Prusia: dos proyectos para la unidad

Las diferencias entre Austria y Prusia en sus proyectos de unificación política fueron
notorias. Prusia pretendía la unión creando una Pequeña Alemania; afirmando el
predominio prusiano y excluyendo a Austria.

Por su parte, la monarquía austriaca, a su vez, quería imponer la unidad a partir de la

formación de una Gran Alemania; con el reconocimiento de Austria como dirección
política del nuevo Estado.

El predominio económico y político de Prusia, le otorgó ventajas sobre Austria para

encabezar la formación del nuevo Estado nacional Alemán.  Para conseguir su
propósito, Prusia tuvo que desplazar, primero, la influencia política austriaca sobre los
territorios de la región.

Prusia entró en guerra con la monarquía austríaca y la derrotó en 1866, en la batalla de

Sadowa, consolidando la hegemonía prusiana dentro de los Estados alemanes en
detrimento de Austria.

El paso final en la unificación alemana se dio luego de la guerra franco prusiana de

1870. Los deseos hegemónicos y expansionistas de Napoleón III (Emperador de los
franceses desde 1852 hasta 1870) en el continente europeo, chocaban con los objetivos
políticos de Otto Von Bismarck que lideraba la unificación alemana.

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Prusia venció militarmente a Francia —la consideraba su principal rival continental—,

en la batalla de Sedán (Francia) de 1870 y se apropió de los territorios franceses de
Alsacia y Lorena, muy ricos en minerales. De esta manera se acaba con los deseos
hegemónicos de Napoleón III (Carlos Luis Napoleón Bonaparte) al querer convertir a
Francia en el Segundo Imperio Napoleónico.

Impulsado por sus triunfos militares el gobierno prusiano creó en 1871, un Imperio
alemán o II Reich (Nuevo Estado Nacional). A partir de este año Guillermo I fue
proclamado, en el Salón de los Espejos de Versalles, Káiser o Emperador del II Reich
o Imperio Alemán, desde 1871 hasta 1888.

c) El Nacionalismo en las viejas naciones: El Imperialismo.

En países como Gran Bretaña, Francia y Alemania se produjo un movimiento

nacionalista que no tenía como objetivo la independencia de la nación, porque ya la
tenían, sino la exaltación de los principios nacionales y el patriotismo.

Este movimiento a fines del siglo XIX llevaría adelante un proceso de expansión en
territorios de África y Asia, conocido como Imperialismo o Expansión Colonial. Su
motivación principal tenía intereses económicos – burgueses en busca de nuevos
mercados y materias primas y es que el poseer colonias en el siglo XIX se convirtió en
símbolo de grandeza. Entre las causas del movimiento imperialista están:
a). Causas demográficas: El crecimiento de la población no pudo ser absorbido por la
economía europea, impulsándose la emigración hacia otros continentes.
Ej.: Más de 40 millones de europeos emigraron en la segunda mitad del siglo XIX.
b). Causas políticas: La expansión territorial fue un factor de prestigio y de poder.
c). Causas Económicas: Las colonias ofrecían a las metrópolis todo tipo de materias
primas, necesarias para la industria en expansión. Ej.: El petróleo en Oriente Medio,
caucho en el Congo, cobre y oro en Sudáfrica.
Los países industrializados necesitaban un mercado seguro para sus productos
manufacturados, de allí el interés por colonizar nuevos territorios ya que las colonias
compraban las mercancías europeas y eran suministro importante de mano de obra.

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Además, la crisis de superproducción europea en 1870, hizo urgente la necesidad de

mercados seguros y protegidos, de allí que los Estados europeos aplicaran medidas
proteccionistas sobre sus colonias.

d). Causas Ideológicas

Para muchos europeos el imperialismo fue un movimiento civilizador y evangelizador
que permitió extender formas de vida occidentales a otros territorios.