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28 Funcionarios policiales han sido asesinados en la gran Caracas hasta el 6/03/16 (en
solo 66 días de 2016) de manera que estadísticamente podemos presumir que al final del año
el número de funcionarios asesinados sobrepasará los 154 pero, y lamentablemente, las
fuentes extraoficiales indicaron que durante el año 2015 se contabilizaron más de 300
funcionarios policiales asesinados en todo el país y desde 2010 más de 800.
Estas estadísticas nos obligan a centrar todos nuestros esfuerzos en saber que está
pasando y descubrir el porqué de esta situación para enfrentar estos hechos poniendo en
funcionamiento todo lo que esté a nuestro alcance para bajar este número de víctimas
funcionarios policiales, lo más posible.
Todo funcionario policial está consciente que la profesión que decidió seguir exige estar
alerta las 24 horas del día y los 365 días del año. Que se rige por normas y procedimientos
muy estrictos cuyo incumplimiento podría acarrearle la pérdida de su libertad y que camina
por una senda llena de peligros y en la que cualquier descuido puede causarle graves heridas
y hasta su muerte. ¡Esa es la realidad!
Para regular la función policial, el cómo se debe actuar frente a la ciudadanía, las
limitaciones legales, el resguardar de los derechos humanos, los equipos a utilizar, cómo y
cuándo utilizar fuerza letal, etc., se han venido desarrollando a través del tiempo una serie de
reglas y normativas. Venezuela participó y fue signataria de los acuerdos y conclusiones del
8tvo. Congreso de las Naciones Unidas Sobre Prevención del Delito y Tratamiento del
Delincuente celebrado en el año 1990, entre el 27 de agosto y el 7 de septiembre en la ciudad
de La Habana, Cuba, y entre otros temas se desarrollaron dos de suma importancia: Las
Normas de Actuación Policial y los Criterios para el Uso de la Fuerza Policial.
De manera que cuando un policía esta de servicio, teóricamente cuenta con un marco
jurídico que protege su actuación y cuenta con equipos que lo ayudan a protegerse
físicamente de una agresión: un arma de reglamento, dos (2) cargadores adicionales,
chalecos antibalas, correajes, linternas y bastones extensibles; también cuenta con unidades
de desplazamiento, equipos de radio, supervisores de áreas, compañeros de patrullaje,
central de comunicaciones y en algunas de estas centrales se cuenta con equipos de geo
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localización satelital para ubicar a las unidades de patrullaje, también cuenta con sus
condiciones físicas y su entrenamiento. Todo esto coadyuva a que el policía cuando esta de
servicio, minimice la posibilidad de ser objeto de una agresión letal, OJO: ¡PERO NO LA
ANULA POR COMPLETO!
Otra cosa está sucediendo cuando el policía se encuentra libre de su servicio, pues
todo lo enumerado anteriormente no está disponible para él, ni siquiera cuando tiene por
obligación que actuar, aun estando franco de su servicio, (salvo lo mencionado en el primer
aparte del cuadro anterior), para cumplir lo dispuesto en la Ley del Estatuto de la Función
Policial:
Actos de servicio
Artículo 10. Los funcionarios y funcionarias policiales cumplen actos de servicio
cuando desempeñan funciones de policía dentro de la jornada de trabajo o, aun cuando
fuera de ella, intervengan para prevenir delitos y faltas, efectuar detenciones en
flagrancia o en otras situaciones contempladas en la ley. Los actos de servicio fuera de
la jornada de trabajo generan efectos en cuanto a los derechos, garantías, deberes y
responsabilidades de los funcionarios y funcionarias policiales, así como sobre el
cuerpo de policía nacional, estatal o municipal en que presta servicio.
Sin entrar a analizar las razones sociales, políticas, económicas, etc. del incremento de
la criminalidad en el País, es importantísimo compartir con ustedes algunas aproximaciones a
las posibles causas que producen como efecto el inusual incremento en el asesinato de
policías, identificando algunas CAUSAS EXTERNAS que no dependen del funcionario policial
y otras que llamaremos CAUSAS INTERNAS y que en gran medida son responsabilidad de
los funcionarios policiales, cuando están de servicio o cuando no están de servicio.
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Pero la situación actual es otra y el número de policías asesinados durante su servicio o fuera
de él nos muestra un panorama diferente.
Da la impresión que ya esa posible represalia de los cuerpos policiales cuando atacan
a uno de sus funcionarios o bien no le importa a los delincuentes o simplemente no existe de
parte de las organizaciones policiales, agréguese a esto la impunidad penal con la que
actúan los delincuentes (más del 90% de los delitos quedan impunes), y peor aún, el eliminar
físicamente a un policía le da al delincuente un mayor estatus dentro de su mundo delictivo y
adicionalmente es una forma que ahora se considera como fácil para obtener un arma de
fuego.
Imagínense ustedes que los funcionarios policiales están tan desamparados que el
último modus operandi de los delincuentes es que desde las cárceles están contratando
sicarios para vengarse de aquellos, pero no eliminándolos a ellos, si no a sus familiares y
dentro de sus casas cuando el funcionario esta fuera prestando su servicio, como ocurrió
recientemente en el Municipio Independencia del Estado Miranda.
También emprendieron una campaña para el control de las municiones que usan los
organismos policiales, ocurriéndosele a algún jerarca esta brillante idea: como cada cuerpo
policial tiene asignado un código, OP (Organismo Policial) seguido de tres dígitos, pues se
pretende ¡ESTAMPAR EN EL CULOTE DEL CASQUILLO DE CADA MUNICIÓN ESE
CÓDIGO!, repito “brillante idea”, ¿no? Claro esto como que es mejor que la idea que se le
“ocurrió” al 1er Director de POLIMIRANDA nombrado por el anterior Gobernador del Estado
Miranda, que fue: ¡PONERLE PINTURA DE UÑAS A TODOS LOS CULOTES DE TODA LA
MUNICIÓN DEL PARQUE!, ¡aunque ustedes no lo crean! Pero adicionalmente en el MRIJ
sueñan con grabar en el casquillo de las 50 balas asignadas a cada policía (sí sólo 50 balas!!),
el número de su credencial. ¡CASI TAN BRILLANTE COMO GRABAR EN UN CONDÓN EL
NÚMERO DE CÉDULA DE IDENTIDAD DEL USUARIO!
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Claro que la inseguridad no puede combatirse solo con armas si no con políticas de
estado ejecutadas por los gobiernos de turno, sin cambiarlas caprichosamente. Aun no se
conoce una política de desarme a los delincuentes, de manera que los policías enfrentan con
“pistolitas” a los delincuentes armados con fusiles de asalto, subametralladoras, granadas,
pistolas con selectores para fuego automático, cargadores extendidos (por cierto como dije
anteriormente, prohibidos para los policías) y con un número de cargadores que superan los
que le permiten usar a los policías (los policías no pueden portar más de tres cargadores, el
que tienen aprovisionado en su arma y solo dos adicionales que no pueden exceder su
capacidad de fábrica), algo que repito es realmente inentendible.
CAUSAS EXTERNAS NO
IMPUTABLES AL POLICÍA
Políticas de Seguridad absurdas
o inexistentes
Aumento desmedido de la
criminalidad
Falta de respeto a la autoridad
(Anomia)
Impunidad penal
Obtención de un arma de fuego
Búsqueda de estatus criminal
También tienen la tendencia a creer que por el hecho de ser policías no van a ser
víctimas de los delincuentes y piensan que sus armas o las credenciales son unas especies
de talismanes o escudos contra el hampa. Igual el creer que estampas religiosas,
escapularios, collares, pulseras, amuletos, o pertenecer a sectas mágico - religiosas, etc., los
van a proteger de todo lo malo como varitas mágicas, sin darse cuentas que hoy en día a la
delincuencia no le importa nada de eso.
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en comunidades consideradas como muy peligrosas, creer que por que se es vecino de una
comunidad durante mucho tiempo todos lo conocen y no le van a hacer daño, las apuestas y
los juegos de envite y azar en sitios ilegales, ostentar joyas, teléfonos costosos, motos de alta
cilindrada, llevar regularmente a familiares a sus sitios de trabajo o estudio sin el adecuado
nivel de alerta y realizar actividades reñidas con las buenas costumbres como ser
prestamistas o banqueros y lo peor de todo, portar armas de fuego de manera ostentosa,
tanto las de uso personal como las de reglamento. También ocurre que el funcionario policial
en su tiempo libre se dedica a la custodia de personas o locales comerciales o a transportar
efectivo a las instituciones bancarias, pero sin el nivel de alerta adecuado que la realización
de estas actividades necesita obligatoriamente.
CAUSAS INTERNAS
IMPUTABLES AL POLICÍA
Falta de sentido común
No estar pendientes de su entorno
No reconocimiento de amenazas
Falta de preparación mental
Ingesta de alcohol
Creencias mágico – religiosas
Prepotencia
Ostentación
Actividades ilícitas
Labores de Custodia y transporte
de valores
Las actividades y conductas enumeradas no son las únicas y no eximen a otras por que
no han hayan sido nombradas. Lo señalado arriba puede sonar un poco desmedido pero lo
que está en juego es la vida, piensen ustedes que pueden ser más importantes que ella.
Al investigar los casos de los funcionarios caídos casi siempre se demuestra que
“pagaron descuido” frente al hampa y que se convirtieron en víctimas fáciles de sorprender y
atacar. La conclusión general es que pudieron evitar ser víctimas de haber aplicado el sentido
común y haber estado con un nivel de alerta mental adecuado que les hubiera permitido
identificar las amenazas antes de que se convirtieran en agresiones letales.
De manera que cuando el funcionario policial no está de servicio, debe estar claro que
sigue siendo policía, pero con la diferencia que no tiene puesto su uniforme, ni tiene su unidad
patrullera, ni cuenta con un compañero a su lado, ni radio para pedir apoyo, ni con un
supervisor que lo oriente y dirija los procedimientos en caso necesario, ni nada que a simple
vista denote su autoridad, así que tiene que valerse por sí mismo y por lo tanto cualquier
descuido incrementa como ya dijimos su vulnerabilidad.
Es decir, aunque el funcionario policial no esté de servicio siempre debe estar alerta y
jamás actuar sin sentido común.
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Hay que tomar conciencia de que cualquier amenaza emite señales de peligro y que se
debe estar alerta para poderlas detectar e interpretar a tiempo para entonces actuar en
consecuencia sin dejar que esa amenaza se convierta en una agresión letal y así llevar la
ventaja. De esta manera seguramente podremos salir airosos de la situación. No hay que
desestimar esas señales ni minimizarlas, hay que ¡hacerles caso! Si algo les parece raro,
asuma de inmediato que eso no está bien y por lo tanto ciertamente es ¡RARO! Recuerden
que mientras más temprano reconozcan una amenaza, mejor preparado se estará para
responder, repetimos, antes que esa amenaza se convierta en una agresión letal.
Para graficar y hacer entender mejor los estados mentales, hace muchos años, un
Coronel de la Infantería de Marina de los Estados Unidos de nombre Jeff Cooper diseñó y
puso en funcionamiento un Código de Colores para asociarlo a esos estados mentales. En la
actualidad dicho código es utilizado por la mayoría de las policías y unidades militares de ese
país así como en muchos otros países a nivel mundial incluyendo el nuestro, con excelente
resultado.
CODIGO DE COLORES
Cnel. (U.S.M.C.) JEFF COOPER
(*Mayo 10, 1920 +Septiembre 25, 2006) en Arizona, USA.
Jeff Cooper fundó una en 1976 una institución para la enseñanza y entrenamiento de
técnicas modernas de manipulación de armas cortas de fuego, la API (American Pistol
Institute) luego en Paulden, Arizona estableció lo que aún se conoce como Gunsite Academy,
en la que más tarde se incorporaron cursos para manejo de escopetas y fusiles de asalto.
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COLOR ASOCIADO AL ESTADO MENTAL
NARANJA Hay una alerta específica, algo no está bien y llama su atención,
una amenaza emite unas señales que se interpretan correctamente y a tiempo,
esto le permite prepararse para actuar. Quedarse en esta situación por un
periodo largo supone un gran esfuerzo mental, y un estado innecesario de
crispación.
Este último estado mental (Negro) fue agregado al Código original por Clint
Smith cuando se desempeñaba como instructor en Gunsite Ranch que fue la
academia de tiro de Jeff Cooper.
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CONCLUSIÓN