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(Segunda parte)
LÓGICA FORMAL
Y
LÓGICA INFORMAL
ÍNDICE
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LÓGICA FORMAL
1. Introducción
Uno de los rasgos típicos del lenguaje humano es la utilización de argumentos. Un argumento
es un segmento lingüístico de cierta complejidad en el cual de la posición de trozos o
subsegmento iniciales se sigue la posición de un trozo o subsegmento final.
Las principales unidades lingüísticas que componen los argumentos son los enunciados. Un
enunciado es un segmento lingüístico con sentido completo y que puede ser verdadero o falso.
Pues bien, los enunciados (o proposiciones) iniciales del argumento se llaman premisas,
mientras que el enunciado final se llama conclusión.
Entre los incontables argumentos que usamos se puede, en muchos casos, observar una
identidad estructural, que permite, en cuanto a su estructura o forma, no en cuanto a su
contenido, reducirlos y ordenarlos en unos esquemas formales o abstractos vacíos de
contenido. Un esquema de este tipo recibe el nombre de forma lógica del argumento.
Fijémonos, por ejemplo, en estos dos argumentos:
I.- Si llueve, entonces uso paraguas. II.- Si cantan los pájaros, entonces Purita se enamora
Es cierto, que llueve Es cierto, que cantan los pájaros
Por lo tanto, uso paraguas. Por lo tanto, Purita se enamora.
Si prescindimos del contenido de cada uno de ellos, observaremos que tienen la misma forma
o estructura. Así, si sustituimos los enunciados en cada uno de ellos por letras cualesquiera
obtendríamos, tanto para uno como para otro argumento, un esquema del tipo siguiente:
Si A, entonces B.
Es cierto que A._
Por lo tanto, B.
Pues bien, la Lógica surgió como una disciplina que pretende analizar la forma lógica de los
argumentos con el fin demostrar su validez . Así es como ha sido planteada a lo largo de toda
su historia. Una historia que comienza con los filósofos griegos, desde Aristóteles a los
estoicos, que experimenta las aportaciones de la lógica medieval y de la que se decía en el siglo
XIX que ya estaba conclusa y acabada.
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Sin embargo, en el siglo XIX se inicia un desarrollo de la lógica formal que no encuentra
precedente desde la época de los griegos. La clave de este progreso fue lo que suele
denominarse la matematización de la lógica; por ello se entiende la extensión del método
matemático a la lógica, en el sentido de que ésta incorpora plena y eficazmente a sus técnicas
de trabajo la exactitud y el rigor del método matemático. Para esta tarea es imprescindible la
construcción de un lenguaje simbólico adecuado y la formulación precisa de las reglas de
operación que se encuentran en la base de los cálculos.
A la lógica anterior al siglo XIX se le ha llamado Lógica Tradicional; a la lógica en su actual
estado de matematización y formalización se le han dado diversos nombres: Lógica Simbólica,
Lógica Matemática, Logística o Álgebra Lógica.
2. La lógica simbólica
La lógica se nos presenta actualmente como un sistema sobreacumulado de cálculos, o, dicho
de otra forma como un cálculo que se va reconstruyendo poco a poco para ir haciéndose cada
vez más potente. El cálculo base, el cálculo sobre el cual se construye el edificio de la lógica es
el cálculo de enunciados o cálculo proposicional, a cuyo estudio dedicaremos este tema. Pero
antes de seguir adelante es necesario explicar que entendemos cuando hablamos de “cálculo”.
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Un lenguaje formal, como cualquier lenguaje, tiene una dimensión sintáctica, en la que se
especifican las relaciones que guardan entre sí las expresiones que lo constituyen, sin atender
a su significado, sino solamente a sus relaciones estructurales, y una dimensión semántica que
atiende a las relaciones de los signos con los objetos que designan.
Según esto podemos entender la sintaxis, al menos una de sus tareas, como una teoría de la
construcción de cálculos.
Un cálculo es una pura estructura, un sistema de relaciones. Lo esencial de un cálculo es su
carácter exclusivamente formal, sintáctico. Los cálculos tienen la propiedad de ser
autárquicos, es decir, no hacen referencia a nada ajeno a ellos mismos, y por eso carecen, al
menos teóricamente, de significado; aunque en la práctica, se construyen, casi siempre
pensando en sus posibles aplicaciones.
Un cálculo se compone de los tres elementos siguientes:
Un conjunto de elementos primitivos llamados, a menudo, “símbolos elementales”. Estos
símbolos primitivos son las piezas a manejar dentro del sistema, y han de estar
perfectamente definidos. Un conjunto de símbolos está perfectamente definido cuando,
ante un objeto cualquiera podemos decidir si pertenece o no pertenece a dicho conjunto.
Un conjunto de Reglas de Formación. Que establecen cuales son las combinaciones
correctas posibles de esos símbolos elementales. El conjunto de reglas de formación ha de
proporcionar una definición efectiva de la noción “expresión bien formada” (ebf) del
cálculo; de tal modo que sea posible, ante cualquier expresión, decidir si es una ebf del
cálculo o no lo es.
Un conjunto de Reglas de Transformación. Aplicando dichas reglas podemos transformar
una ebf del cálculo en otra ebf del mismo.
Como vemos un cálculo no es, hablando con rigor, un lenguaje, pues, al no referirse a nada
ajeno a sí mismo, al no tener significado, no es ningún medio de comunicación. Un cálculo es
un puro armazón sintáctico.
Ahora bien, podemos convertir un cálculo en un lenguaje. Para ello basta interpretar ese
cálculo, es decir, dotar a sus símbolos de un significado. Un lenguaje así creado, esto es, en
lenguaje con estructura de cálculo, es un lenguaje formal.
Según esto, y corrigiendo lo que decíamos al inicio de este epígrafe, habrá que decir que la
lógica no es precisamente un conjunto de cálculos, sino más bien, un conjunto de lenguajes
formalizados, es decir, un conjunto de cálculos a los que se les ha dado una interpretación en
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el campo de investigación de la lógica, que no es otro que el estudio de las formas válidas de
los argumentos.
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3. Nociones básicas de la lógica de enunciados
3. 2 . Enunciados
Entendemos por enunciado (= proposición) un segmento lingüístico con sentido completo que
puede ser verdadero o falso. Dentro de los enunciados distinguiremos:
Enunciados atómicos: No llevan ningún elemento de enlace. Por ejemplo, “Kafka escribió La
Metamorfosis”.
Enunciados moleculares: Poseen algún término de enlace: “Kafka escribió La Metamorfosis y
Cervantes El Quijote”.
3. 3. Principio de Bivalencia
Según tal principio un enunciado es necesariamente verdadero o falso, pero no ambas cosas a
la vez.
Un enunciado es verdadero cuando la propiedad designada por el predicado corresponde
efectivamente al sujeto. En caso contrario el enunciado es falso. Así “el Támesis es muy
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caudaloso” será verdadero si realmente el Támesis presenta un gran caudal de agua, falso en
caso contrario.
Cuando un enunciado es verdadero se dice que tiene valor de verdad positivo. Si es falso se
dice que tiene valor de verdad negativo. A la verdad o falsedad de los enunciados se les
denomina valores de verdad.
3. 4. Juntores
Los juntores son los nexos que nos permiten unir o conectar unos enunciados con otros. Estos
nexos coinciden más o menos con las conjunciones de la gramática. Aunque esta coincidencia
no es tan grande si pensamos que la mayor parte de las conjunciones de la gramática tienen
una función retórica. Los nexos que tienen interés para la Lógica de Enunciados son los
siguientes: “no”, “y”, “o”, “si...entonces...”, “...si y sólo si...”. Todas las conjunciones de la
gramática quedarán reducidas, en el ámbito de la Lógica de Enunciados, a estas cinco
partículas. Pasemos al estudio de estos juntores.
Negador
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Su símbolo es “ ∨ ”.Se lo puede considerar como una traducción incompleta de la
Sentido exclusivo (“aut”, en latín). Según el cual la disyunción establece que uno de los
miembros es verdadero y el otro falso, con lo que se excluye la posibilidad de la verdad
simultanea de ambos. Por ej., “Llegará de la guerra vivo o muerto”.
- Sentido inclusivo (“vel”, en latín). No se excluye la verdad simultánea de ambos
miembros. Por ej., “Para estudiar en Inglaterra hace falta saber inglés hablado o
escrito”.
La disyunción simbolizada por “v” será la disyunción inclusiva mientras no se indique otra cosa.
Implicador o condicional
Su símbolo es “”.
Puede considerarse como la traducción parcial e incompleta de la
partícula “si...entonces...”. p q pq
V V V
“pq” se lee “p implica q”, “si p entonces q”.
V F F
Su sentido es el siguiente: una implicación es verdadera siempre que no F V V
se de el caso de que el antecedente sea verdadero y el consecuente F F V
falso. Se llama antecedente al primer término de una implicación que permite entender o
explicar lo que viene a continuación, es la condición. El consecuente es el segundo término de
una condición o implicación, es lo condicionado o explicado por el antecedente. La tabla de
verdad de la implicación es la siguiente:
El primer caso y el segundo no plantean problemas.
Veamos el tercer caso en el que “p” es F y “q” V y, sin embargo, “pq” es V. Para entenderlo
es preciso recordar que nos movemos en una lógica bivalente. Los enunciados con los que
trabajamos (por ello también “pq”) han de ser necesariamente verdaderos o falsos. En
segundo lugar, tenemos que examinar que tipo de condición se expresa mediante la
implicación. Cuando decimos “pq” lo que decimos es que si se da la condición “p” entonces
se dará “q”, es decir, que “p” es condición suficiente de “q”. Ahora bien, no decimos que “p”
sea condición necesaria, es decir, la única condición, de “q”; porque cabe que se de “q” o que
“q” sea verdadero, no dándose “p”, o siendo falsa “p”. De otro modo, si se da “p “entonces se
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dará “q”, pero el hecho de que se dé “q”, no nos conduce necesariamente a afirmar que se dé
“p”.
Por lo tanto, ya que la falsedad del antecedente (“p”) no hace falso el condicional, entonces,
(ya que nos movemos en una lógica bivalente) lo hace verdadero.
La cuarta atribución dice que antecedente F y consecuente F implicación V. Sobre ella vale lo
dicho anteriormente y para entenderlo baste un ejemplo: “Si el pulpo fuese un bivalbo,
entonces sería un excelente bailarín de claqué”.
Coimplicador o bicondicional
Su símbolo es
Es la traducción de “si y sólo si”. “pq” se lee “p coimplica q”, “p si y sólo si
q”. Podemos considerar una coimplicación “pq” como una conjunción de
p q p q
V V V
dos implicaciones “pq” y “qp”. V F F
F V F
Por ello, en una coimplicación se establece que el antecedente es condición
F F V
suficiente y necesaria del consecuente. Su tabla de verdad es la siguiente:
En segundo lugar, la formalización debe ajustarse a las reglas sintácticas del lenguaje de la
lógica de enunciados, reglas que hemos estipulado en el apartado anterior y que llamamos
reglas de formación de fórmulas.
Ahora bien, esas reglas, aunque claras, no son suficientes. Veamos. ¿Qué es la fórmula que
viene a continuación: una conjunción o una disyunción?
pqr
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Del mismo modo, en la expresión
pq
¿a quién afecta el primer negador “”, sólo a “p” o a ( pq) ?
Para evitar estas ambigüedades haremos uso de los paréntesis:
Haremos uso del paréntesis para indicar el alcance del negador; el negador “ ” afectará a
toda la expresión contenida dentro del paréntesis que le siga: (pq), ((p)). Para evitar
la proliferación de paréntesis, como ocurre en el último ejemplo que hemos puesto,
diremos que si el negador “ “ , aunque esté repetido, no aparece seguido de un
paréntesis, afectará sólo a la letra enunciativa que le sigue inmediatamente. Así:
p en lugar de ( (p)); y p q en lugar de ( p) q
Haremos uso de paréntesis para delimitar el alcance de los juntores. Serán las fronteras
que indican cuáles son las proposiciones relacionadas por un juntor:
(pq) r es una conjunción, pero p (q r) es una disyunción.
Para eliminar el mayor número posible de paréntesis estableceremos una jerarquía de
juntores siguiendo este orden: coimplicador, implicador, conjuntor/disyuntor y negador. De
este modo, ante la ausencia de paréntesis, el juntor principal es siempre el de mayor rango.
Así, pq r es una implicación, es decir, el signo principal es una implicación. Pero,
p(qr) es una conjunción.
Una expresión estará mal escrita si existiendo juntores del mismo rango, no se han puesto
los paréntesis que delimiten su alcance. Así, esta expresión no es correcta: p q rs.
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Formalizar el “no” con precaución. Formalizar el explícito, así “no llueve” se formaliza p.
Pero con el implícito sólo se debe hacer cuando las proposiciones digan lo contrario. Por
ejemplo: “Pedro está vivo”= p; “Pedro está muerto”= p.
Pero no debemos caer en apreciaciones subjetivas y considerar que “el invierno” es lo
contrario del “verano”, o el “rojo” lo contrario del “azul”. Debemos limitarnos a formalizar
como contrarios sólo aquellos enunciados que se opongan específicamente en su
contenido objetivo, en su información.
Hay expresiones del lenguaje natural que no deben ser formalizadas. Así ocurre con frases
hechas, introducciones retóricas, exclamaciones, ruegos, etc.
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verdad no depende del análisis lógico, sino que es un problema de experiencia, es decir, si lo
enunciado por la proposición se corresponde con los hechos decimos que tal proposición
posee valor de verdad positivo, si no se corresponde que tiene valor de verdad negativo.
Por lo que se refiere a las expresiones moleculares, su valor de verdad está determinado por los valores de verdad
de las fórmulas que las componen.
Pues bien, existe un procedimiento para determinar el valor de verdad de una expresión
molecular en virtud del valor de verdad de sus componentes. Es el procedimiento de las tablas
de verdad.
Para construir una tabla de verdad en lógica de juntores procederemos así:
1.- Calcular el número de filas de la tabla, en las cuales constarán todas las combinaciones
posibles de valores de verdad de las proposiciones atómicas que intervienen en el argumento.
Este número se calcula a partir de la siguiente fórmula: 2n ,dónde n es el número de letras
enunciativas de la fórmula dada y 2 serían los posibles valores de verdad.
Así, sea el argumento pq, qr p r.
Pues bien, cualquier argumento es equivalente a una fórmula condicional que tiene como
antecedente la conjunción de todas las premisas y como consecuente la conclusión del
argumento. El argumento anterior es equivalente a esta fórmula molecular:
(pq) (qr) (pr)
Si observamos ahora esta fórmula vemos que en ella intervienen tres letras enunciativas, por
ello el número de filas, correspondientes a las distintas combinaciones posibles de valores de
verdad, de la tabla será 23=8.
Los ordenaremos del modo siguiente:
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3.- Confección de las columnas intermedias. Una vez El grado lógico de una fórmula
es el número es el número de
distribuidas en las columnas iniciales los posibles valores símbolos lógicos que contiene.
Así, pq, es una fórmula de
de verdad de las variables, se desglosa la fórmula en sus grado lógico 1; pq tendría
grado lógico 2, etc.
componentes principales, y estos, a su vez, en los suyos,
hasta llegar a las fórmulas de grado lógico 1. Cada una de ellas encabezarán, por orden de
aparición en la fórmula total, una nueva columna hacia la derecha. Cada una de estas columnas
se cubrirá introduciendo en cada línea el valor que corresponda a la fórmula que la encabece.
Estos valores dependerán siempre del valor de verdad de las fórmulas que compongan la
eventual fórmula que encabece la línea. Así, el valor de verdad de “pq”, dependerá de los
valores de verdad de “p” y de “q” respectivamente. De modo que para “p” V y “q” V, la
implicación “pq” será V , de acuerdo con las condiciones de verdad de la implicación .(
Véase la tabla de verdad del implicador y compruébese que una implicación es verdadera
siempre que no ocurra que el antecedente sea V y el consecuente F).
Del mismo modo el valor de verdad de la conjunción “(pq)(qr)” dependerá de los valores
de las fórmulas (pq) y (qr). Así, por ejemplo, cuando la primera sea V y la segunda F, la
expresión mencionada resultará F, de acuerdo con la tabla de verdad del conjuntor.
4.- Confección de la columna final.
Siguiendo el proceso anterior, la columna final, la que está situada a la derecha de la tabla,
estará encabezada por la fórmula final. En ella figurarán los valores de verdad de la fórmula sea
cual sea la atribución veritativa que demos a las fórmulas que la componen. Esta columna
representa el resultado final que obtenemos.
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Que todas las filas de la columna final sean V. Esto significa que la fórmula es una
tautología. Una tautología es una fórmula que siempre es verdadera, sean los que sean los
valores de verdad de sus componentes. Pues bien, si la fórmula final es una tautología
entonces el argumento es correcto.
Que en la columna final todas las filas sean F. Esto significa que la fórmula es una
contradicción. Una contradicción es una fórmula que siempre es falsa, es falsa para
cualquier valor de verdad que asignemos a sus componentes. Si la formula final es una
contradicción, entonces el argumento es incorrecto o no válido.
Que en el columna final alternen V y F. Se dice, en este caso, que la fórmula es una
indeterminación o una contingencia. Una fórmula es una indeterminación cuando unas
veces es verdadera y otras falsa, dependiendo del valor de verdad que asignemos a sus
componentes. Si la fórmula final es una indeterminación el argumento es incorrecto o no
válido.
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Si suben los precios, entonces baja el poder adquisitivo de la moneda.
Es así que suben los salarios.
Luego baja el poder adquisitivo de la moneda.
Con los conocimientos que tenemos lo podemos formalizar así:
p→q
q→r
p
Luego, r
La partícula “luego”, como todos los sinónimos empleados al efecto, representa la relación
lógica existente entre las premisas y la conclusión. La simbolizaremos mediante “├ “, símbolo
al que llamaremos “deductor”. Podemos escribir linealmente el argumento formalizado,
empezando por las premisas separadas por comas, y después, tras el deductor, la conclusión.
Así:
p→q, q→r, p ├ r
Pues bien, este argumento se basa en una sola regla de inferencia denominada modus ponens
que podemos enunciar así: si de una hipótesis se sigue una consecuencia y esa hipótesis se da,
entonces, necesariamente, se da la consecuencia.
Toda regla se puede formalizar. En el ejemplo anterior tendríamos:
A→B
A____
B
A una regla así formulada se le llama esquema de inferencia. Los esquemas de fórmula que
aparecen encima de la línea horizontal reciben el nombre de premisas de la regla. El esquema
de fórmula que aparece debajo de la línea horizontal es la conclusión de la regla.
Volviendo a nuestro ejemplo anterior:
p→q, q→r, p ├ r
la solución del mismo mediante la regla modus ponens transcurre en dos fases:
En una primera fase se reparará en que las premisas primera y tercera:
p→q
p
permiten inferir inmediatamente por dicha regla:
q;
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b) en una segunda fase se advertirá que la premisa segunda del argumento juntamente con la
fórmula recién obtenida :
q→r
q
permiten inferir por idéntico mecanismo:
r
que es la conclusión buscada.
Una deducción formal es una secuencia finita de fórmulas tales que cada una de ellas sea (a) un supuesto inicial,
(b) un supuesto provisional, o (c) una fórmula que se derive lógicamente de otra o de otras anteriores
por inferencia inmediata. (Una inferencia inmediata es la extracción de una fórmula a partir de otra u
otras por la aplicación de una regla de inferencia).
Una deducción formal se llama también derivación. Cada fórmula de la secuencia constituye
una línea de derivación. La última línea de la derivación es la conclusión. Todas las líneas de
derivación anteriores a la conclusión podrán ser llamadas premisas.
Según dijimos más arriba, hay tres tipos de líneas de derivación:
a) Supuestos iniciales o premisas iniciales. Que son las fórmulas que se consideran
hipotéticamente dadas desde el principio de la derivación.
b) Líneas que proceden de otra o de otras líneas anteriores por aplicación de una regla de
inferencia. De estas líneas decimos que son consecuencias lógicas inmediatas de otra o
de otras anteriores (por ejemplo, si una línea de derivación está constituida por una
implicación A→B, y otra línea, anterior o posterior a ella, por el antecedente A de esa
implicación, entonces cabe introducir una nueva línea con la fórmula B el consecuente
de la implicación, que sería una consecuencia lógica inmediata de las dos precedentes, por
aplicación de la regla de inferencia modus ponens, a la que ya hemos aludido
anteriormente.
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c) Líneas que se introducen provisionalmente en el curso de la prueba y que deberán ser
canceladas antes del establecimiento de la conclusión. Se denominan supuestos
provisionales o subsidiarios. Sobre ellos volveremos a insistir más adelante.
Notación simbólica de la deducción formal
Una deducción formal se indica, como ya vimos, exponiendo en hilera, y separándolos por
comas, la secuencia de supuestos iniciales (si los hay) y a continuación de ellos el deductor
seguido de la conclusión:
A→ (B→C), A→B, A ├ C
El desarrollo o derivación propiamente dicha se efectúa colocando en columna, una debajo de
otra, las premisas correspondientes a los supuestos iniciales y procediendo, en ese mismo
orden, a extraer mediante inferencias inmediatas o introduciendo supuestos provisionales
nuevas líneas de derivación con vistas al establecimiento de la conclusión, que será el último
paso.
Para ordenar e identificar las líneas que constituyen una derivación utilizaremos las siguientes
convenciones:
1) Numeración de las líneas: Cada una de las líneas irá numerada correlativamente por la
izquierda a partir de 1, de suerte que el último número será el que corresponda a la
conclusión.
2) Señalización de las líneas iniciales: Las líneas del primer tipo llevarán a la izquierda del
número, a modo de marca o señal, una línea horizontal. En el ejemplo anterior tendríamos
que escribir:
− 1 A→ (B→C)
− 2 A→B
−3A
3). Las líneas del segundo tipo irán seguidas por la derecha de un comentario justificativo de
su presencia. En este comentario se indica abreviadamente la regla de inferencia en que se
funda esta presencia y el o los números de las líneas de derivación que hayan servido de
antecedentes para la aplicación de la regla. Así, en el ejemplo anterior, podemos introducir una
nueva línea como consecuencia lógica inmediata de las líneas 2 y 3, por aplicación de la regla
modus ponens. La escribiríamos así
4 B MP 2,3
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siendo 4 el número de la línea; B la fórmula obtenida, que no es otra que el consecuente de la
implicación de la línea 2, MP la abreviatura denotativa de la regla utilizada para la obtención
de la línea modus ponens en nuestro caso ; y los números 2 y 3 serían indicativos de las
líneas que han servido de antecedentes para la aplicación de la regla.
4) Señalización de supuestos provisionales: Llevan como indicativo una señal en escuadra
hacia abajo. Por ejemplo:
┌n A
El significado de ┌ será: supóngase por el momento como línea número n la fórmula A.
5) Cancelación de supuestos provisionales:
El uso de supuestos subsidiarios requiere la descarga o
cancelación de los mismos. Un supuesto provisional, situado en Ejemplo de una
deducción formal.
una línea m de una derivación, queda descargado o cancelado
Sea la deducción:
cuando más tarde, en una línea ulterior n de esa derivación, se
p→ (q→r),p→q, p ├ r
obtiene una fórmula tal que permite la inferencia inmediata de
El desarrollo de la
otra formula buscada que es absolutamente independiente del
derivación sería:
referido supuesto y cuyo número de línea en la derivación será,
1 p→ (q→r)
por tanto, n +1.
2 p→q
La fórmula así inferida puede ser considerada como la conclusión 3 p
de una derivación que comienza en la línea en la que se introdujo 4 q→r MP 1,3
5q MP 2,3
dicho supuesto. Una tal deducción recibe el nombre de 6 r Mp 4,5
subsidiaria. Las premisas de la deducción subsidiaria, quedan
En ella no se emplean
afectadas por la cancelación del supuesto, puesto que de él supuestos subsidiarios.
dependen, y no deben ser utilizadas como antecedentes de
nuevas inferencias.
En nuestra notación, ello se puede indicar así:
Una vez se haya obtenido la línea que da lugar a la inferencia de la fórmula independiente, se
marcará dicha línea con una señal similar a la del supuesto pero esta vez de modo que la
escuadra mire hacia arriba. Imaginemos, por ejemplo, que se dispone de una regla de
inferencia según la cual si de un determinado supuesto se sigue una contradicción, se puede
inferir la negación de ese supuesto. Sea el supuesto A introducido en la línea m de una
derivación; si más tarde apareciese en la línea n (siendo n mayor que m) una contradicción
BB, se podría inferir la negación de ese supuesto A. En tal caso se marcará la línea n con la
referida escuadra hacia arriba:
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┌m A
.
.
.
└ n BB
Después se construirá una nueva línea de número n+1, con la fórmula independiente que, en
nuestro caso sería A. Pero antes de ello se trazará desde el extremo izquierdo de la marca de
la línea de derivación del supuesto al extremo izquierdo de la marca de la línea de derivación
que antecede a la fórmula independiente, un trazo vertical continuo que cierre, a manera de
llave, el bloque de líneas de derivación comprendido entre ambas marcas. Así quedará
indicado que ese bloque, iniciado por el supuesto subsidiario y dependiente de él, debe
considerarse, en adelante, abolido o anulado. Así resultaría:
m A
.
.
n B B
n +1 A
A AB
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Reglas básicas de la conjunción
__B__
AB
AB AB
A B
Simbolizaremos EC1 o EC2 para cada caso.
La podemos enunciar así: dada una fórmula cualquiera, A, es lícito pasar a una fórmula nueva
por el sencillo procedimiento de adicionarle mediante disyuntor el miembro que nos plazca, B
(el cual puede ser cualquiera, incluso otra vez A, o la negación de A).
El fundamento de esta regla es el siguiente: según las condiciones de verdad del disyuntor,
una disyunción era verdadera cuando al menos uno de sus miembros lo era. Por tanto, dada
cualquier formula A, podemos, a partir de ella, construir siempre una disyunción verdadera,
uno de cuyos términos es precisamente A.
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El esquema admite dos modalidades según introduzcamos el primero o el segundo término de
la disyunción. Así
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Y supongamos que ha elegido el avión; en tal caso llegará a Vigo a primera hora de la mañana y
también será posible tener con él la entrevista por la tarde.
Por consiguiente, en cualquier caso será posible tener con él la
entrevista por la tarde. Eliminación de la
Este razonamiento se apoya en la llamada prueba por casos y disyunción
ED
puede resumirse así:
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Regla de introducción de la implicación:
Supóngase que se ha logrado establecer que una determinada proposición se sigue de una
determinada hipótesis. Es intuitivamente obvio que en tal caso es correcto construir una
implicación que tenga por antecedente esa hipótesis y por consecuente la proposición
mentada.
Su esquema es el siguiente:
Es decir, si tengo una hipótesis A, y de ella se sigue B, entonces puedo escribir una nueva
fórmula A → B.
Utilizaremos las abreviaturas II o TD (Teorema de deducción).
Esta regla es un típico caso de uso de supuestos subsidiarios o provisionales. El supuesto
subsidiario es la hipótesis de la que se parte, que es finalmente descargada o cancelada,
cuando pasa a ser antecedente de una implicación.
El uso del teorema de deducción es interesante en la solución de aquellos argumentos cuya
conclusión es una implicación. Porque en estos casos puede darse por supuesto,
provisionalmente, el antecedente de dicha implicación. Si a partir de ello resulta posible
obtener el consecuente, puede darse por cancelada la suposición y por concluida la implicación
de que se trate.
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Se supone la negación de la conclusión que se desea obtener; por ejemplo, si la conclusión
deseada es A, se supone A.
Se deduce a partir del supuesto, es decir, de A, una contradicción, por ejemplo B B.
Se niega el supuesto que ha dado lugar a la contradicción.
Se establece la conclusión deseada, A.
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Si en las premisas a utilizar figura una disyunción, se darán provisionalmente por
supuestos cada uno de sus extremos y se tratará de deducir de cada uno de ellos la
conclusión o la fórmula que de momento interese establecer. Es decir, aplicaremos la regla
de eliminación de la disyunción.
Siempre que fallen otros intentos cabe recurrir a la reducción al absurdo: se supone
provisionalmente la negación de la fórmula que interese establecer y se intenta extraer de
esa negación una contradicción; el rechazo de esta contradicción nos proporcionará la
fórmula deseada.
1AB
2B EC2 1
3A EC1 1
4BA IC 2, 3
Si se tiene en cuenta que este proceso es válido para cualquier caso de conjunción, pues A
y B son fórmulas cualesquiera, podemos ahorrarnos este proceso con sólo añadir a nuestro
arsenal de reglas esta otra:
AB
BA
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Esta figura deductiva y otras que veremos pueden ser consideradas como unas reglas,
fundadas en la aplicación de las reglas básicas, que llamaremos reglas derivadas. La ayuda
de estas reglas nos permitirá, en muchos casos, ahorrarnos cadenas de deducciones
habituales e inferir inmediatamente la conclusión deseada como es claro en el ejemplo
precedente.
Todas las reglas derivadas que utilicemos habrán de ser demostradas con el concurso de las
reglas básicas o de reglas derivadas ya demostradas anteriormente.
La doble raya horizontal en algunas reglas indica que éstas valen también en sentido
inverso.
A continuación presentamos una tabla que recoge las reglas básicas y las reglas derivadas
más usuales. Éstas últimas las agruparemos en leyes de implicación, leyes de conjunción y
disyunción, leyes de negación y grupos adicionales de reglas de estructura más o menos
compleja.
La demostración de las reglas derivadas la realizaremos en el aula, lo que nos servirá,
además, de ejercicio deductivo.
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REGLAS DERIVADAS DE LA LÓGICA DE ENUNCIADOS
CD AD DD IdD AbsD
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Reglas adicionales de conjunción y disyunción
Silogismo disyuntivo 1
Silogismo disyuntivo 2
Ley de importación Ley de exportación
SD1
SD2
Imp Exp AB
AB
A → (B → C) AB→C B
A
AB→C A →(B →C) A
B
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12. Ejercicios de lógica de enunciados
2.- Si dos gases tienen la misma temperatura, entonces sus moléculas tienen el mismo
promedio de energía cinética. Volúmenes iguales de dos gases tienen el mismo número de
moléculas. Las presiones de dos gases son iguales si es el mismo su número de moléculas y sus
energías cinéticas son iguales. Por consiguiente, si dos gases tienen la misma temperatura y el
mismo volumen, tienen la misma presión.
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3.- Todo número entero o es primo o es compuesto. Si es compuesto, es un producto de
factores primos, y si es un producto de factores primos, es divisible por ellos. Pero si un
número entero es primo, no es compuesto, aunque es divisible por sí mismo y por la unidad, y,
consiguientemente, también divisible por números primos. Por tanto, todo número entero es
divisible por números primos.
5. Si la ciudadanía romana hubiera sido garantía de los derechos civiles, los ciudadanos
romanos habrían gozado de libertad religiosa. Si los ciudadanos romanos hubieran gozado de
libertad religiosa, no se habría perseguido a los primeros cristianos. Pero los primeros
cristianos fueron perseguidos. Por consiguiente, la ciudadanía romana, no puede haber sido
garantía de derechos civiles.
8. Si la substancia pudiera ser dividida en partes, entonces o bien las partes retendrían la
naturaleza de la substancia o bien perderían esa naturaleza. Las partes no retienen la
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naturaleza de la substancia. Las partes no pierden la naturaleza de la substancia. Por tanto, la
substancia no puede ser dividida en partes.
1.- p → q, q → r, p ├ r
2.- p q → r, r → s, p q ├ s
3.- p → q, p, q → r, r → s ├ s
4.- r s, p → q r, ( p → q r) → ( r s → t s) ├ t s
5.- p → q r, r → s t, p s, ├ t
6.- s t ├ s t
7.- (p → q), p ├ (p q) s
8.- r t → q, r t, ├ q (r → t)
9.- r → s, p r ├ (q p) s
10.- p → q, q → r ├ p → r
11.- p → q, q → r t, s → t, r t → s ├ p → t
12.- p → q r, r → s t ├ p → t
13.- p → (q → r s) ├ q → (p → r s)
14.- p q → r s, p (r → t), q (s → t) ├ t
15.- r → p q, p → s, q → m, r t ├ s m
16.- p q, p → r, r → s, q → t, t → s ├ s m
17.- p (q r), q p → s, p r → t ├ s t
18.- p → q, q → r, r ├ p
19.- p → (q r) ├ q r → p
20.- p s → (q r), t → w m, w → p, m → s, (q r) → t ├ t
21.- p → q, q r → s, s → (t → m), p t ├ m
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LÓGICA INFORMAL
Además de la Lógica Formal, que exploramos con la Lógica de enunciados en el tema anterior,
en la actualidad también de desarrolla la Lógica Informal. Se caracteriza porque introduce las
herramientas del análisis lógico en el lenguaje natural, especialmente en los ámbitos social y
político.
La Lógica Informal está orientada al análisis de los argumentos que se expresan en lenguaje
ordinario con el fin de persuadir a los que los leen o escuchan., No se centra únicamente en la
forma lógica de los argumentos, sino también en su contenido material, en la experiencia a la
que se refieren los enunciados.
La argumentación es un procedimiento que consiste en exponer por escrito u oralmente una
serie de razones para probar una conclusión y persuadir a uno o varios interlocutores o a un
auditorio completo.
Lo Cascio, Van Eemeren y Grootendorst postulan ciertas reglas en las que debe basarse toda
buena argumentación. Las diez reglas consideradas por estos autores son las siguientes:
I. Las partes involucradas en la disputa no deben crearse impedimentos recíprocamente.
II. Una persona que expresa una opinión debe estar dispuesta a defenderla si se lo piden.
III. Un ataque a una argumentación debe centrarse en la tesis que ha anunciado el
protagonista, sin desviar el discurso, sin presentar la tesis de forma diferente y sin
actuar de forma que se le atribuya al antagonista una tesis diferente de la que sostiene.
IV. Una tesis debe defenderse solo con argumentos relacionados con ella y que no tengan
imbricaciones con otra.
V. Una persona debe aceptar las consecuencias y la existencia de las premisas que deja
implícitas y, en consecuencia, debe aceptar que se le ataque en terreno de éstas.
VI. Una tesis puede considerarse defendida de forma adecuada si se basa en argumentos
pertenecientes a un punto de partida común.
VII. Una tesis puede considerarse defendida de forma adecuada si la defensa se desarrolla
con el uso de argumentos que reflejan y respetan la praxis y el esquema argumentativo
comúnmente aceptados.
VIII. Los argumentos usados en una discusión deben ser o haberse vuelto válidos, haciendo
explícitas algunas de las premisas que quedaban implícitas.
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IX. Una defensa perdedora debe tener como consecuencia que el sujeto argumentante
acepte cambiar su posición, mientras que una defensa vencedora debe tener por
consecuencia que el antagonista cambie su posición y retire sus dudas sobre la tesis
defendida por el sujeto argumentante.
X. La formulación de la tesis, de las posiciones recíprocas y de los argumentos debe ser lo
más clara y comprensible posible.
El no cumplir con alguno de estos criterios lleva a cometer falacias.
2. Falacias
Las falacias son argumentaciones que infringen las reglas del buen comportamiento del acto
argumentativo; se trata de inferencias que no son válidas, pero que cuya forma recuerda a las
de las argumentaciones válidas.
A continuación puedes ver una recopilación de las falacias más conocidas. Como no existe una
sola manera de clasificarlas para crear un sistema de tipos de falacias, en este caso se clasifican
según su pertenencia a dos categorías relativamente fáciles de entender: las no formales y las
formales.
A. Falacias no formales
Las falacias no formales son aquellas en las que el error del razonamiento tiene que ver con
en el contenido de las premisas. Es decir, que se apela a ideas irracionales para dar la
sensación de que lo que se dice es cierto.
Falacia ad ignorantiam
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Falacia ad verecundiam
En este tipo de falacia se intenta hacer ver que la validez o no de una idea depende de si
aquello que se puede inferir a partir de ella resulta deseable o indeseable.
Por ejemplo, un argumento ad consequentiam sería dar por hecho que la posibilidades de que
el ejército dé un golpe de estado en un país son muy bajas porque el escenario contrario
supondría un duro golpe para la ciudadanía.
Post hoc ergo propter hoc
Se trata de un tipo de falacia en el que se da por sentado que si un fenómeno ocurre después
de otro, es que está causado por este, a falta de más pruebas que indiquen que eso es así.
Por ejemplo, se podría intentar argumentar que la subida repentina en el precio de las
acciones de una organización se ha producido porque el inicio de la temporada de caza mayor
ya ha llegado a Badajoz.
Falacia ad hominem
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Ataque personal directo (Ad Hominem-Ofensivo): descalificar la personalidad del oponente.
Ej.:”No debemos escuchar lo que él propone, todos sabemos que es homosexual”. La opción
sexual de una persona no afecta en nada su credibilidad y no tiene relación alguna con la
aceptabilidad de un punto de vista.
Ataque personal indirecto (Circunstancial): descalificar a una persona en virtud de las
situaciones especiales en que se encuentra. Ej: “es lógico que va a estar en desacuerdo con que
se elimine la participación de los alumnos en el directorio del colegio, si es un alumno”. Lo que
se hace aquí es argumentar apoyándose en las condiciones en que se encuentra la persona y
no en los argumentos que da en defensa de su punto de vista.
Envenenar el pozo: descalificamos directamente al oponente antes de que emita su opinión,
de tal forma que su defensa se vuelve imposible. No se quiere dejar agua para cuando llegue el
contrincante. Por ejemplo: “no debemos aceptar el punto de vista del periodista. Es sabido que
los periodistas tergiversan las noticias de acuerdo con la conveniencia del medio al cual
representan”. Lo que aquí se señala es que quién sostiene el punto de vista es un “mentiroso”,
con lo que anulamos cualquier posibilidad de aceptar lo que se dice. Lo que se hace es atacar a
la persona (además basado en una generalización) en vez de mostrar las debilidades de su
argumentación.
Ataque personal directo (Ad Hominem-Ofensivo): descalificar la personalidad del oponente.
Ej.:”No debemos escuchar lo que él propone, todos sabemos que es homosexual”. La opción
sexual de una persona no afecta en nada su credibilidad y no tiene relación alguna con la
aceptabilidad de un punto de vista.
Apelar al temor (ad baculum):
Se hacen uso de amenazas o amedrentamientos de forma implícita. Por ejemplo: “creo que
nadie estará en desacuerdo conmigo. ¿o piensan que no debo aprobarlos en el examen”. Dicho
por un profesor, es más una amenaza que un argumento.
Apelar a la misericordia (ad misericordiam):
En reemplazo de razones que apoyan la tesis, se apela a la bondad de la persona. Consiste en
apelar a la piedad para lograr el asentimiento cuando se carece de argumentos. Trata de forzar
al adversario jugando con su compasión (o la del público), no para complementar las razones
de una opinión, sino para sustituirlas. Ejemplo: “sin embargo, el presidente y sus ministros no
vacilan en aplicar sus recetas a expensas de empeorar la situación de los más pobres (se
recurre a los sentimientos)
Pregunta Compleja:
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Implica formular preguntas que suponen la aceptación de una información previa. Ejemplo:
¿cómo hace usted para evadir los impuestos? En la pregunta se da por hecho que la persona
evade impuestos, sin corroborar que realmente lo hace.
Equivoco:
Consiste en utilizar una palabra o frase con distintos sentidos dentro de un mismo
razonamiento, lo que genera obviamente conclusiones falsas. Ejemplo: “la muerte es el fin
(término) de la vida, por lo tanto, toda vida debe tener como fin (objetivo) la muerte”.
Ambigüedad (Anfibología):
Aparece cuando se argumenta a partir de premisas cuya formulación es ambigua o confusa
debido a una redacción descuidada. La premisa es falsa en un sentido y en otro no. Esto ocurre
especialmente en los titulares de los diarios, donde por razones de estilo o para lograr mayor
sensacionalismo, se incurre en ambigüedades como:”abuelita asesina delincuente”.
Falsa analogía:
Comparar situaciones diferentes como si se tratara de la misma. Ejemplo: “¿por qué los
estudiantes no podemos consultar los libros mientras hacemos los examenes? Los médicos
consultan sus libros para recetar algún medicamento y los abogados, los códigos para preparar
su defensa
B. Falacias formales
Las falacias formales lo son no porque el paso de las premisas a a la conclusión no es
correcto. Por eso sus fallos no dependen del contenido, sino del modo en el que están
vinculadas las premisas, y no son falsas porque hayamos introducido en nuestro razonamiento
ideas irrelevantes e innecesarias, sino porque no hay coherencia en los argumentos que
usamos.
La falacia formal puede ser detectada sustituyendo todos los elementos de las premisas por
símbolos y viendo si el razonamiento se ajusta a las reglas lógicas.
Negación del antecedente
Este tipo de falacia parte de un condicional del tipo "si le doy un regalo, será mi amigo", y
cuando se niega el primer elemento, se infiere incorrectamente que el segundo también
queda negado.:
Ejemplo: "Si llueve, la calle se mojará; no ha llovido, así que la calle no se mojará."
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Afirmación del consecuente
En este tipo de falacia también se parte de un condicional, pero en este caso se afirma el
segundo elemento y se infiere incorrectamente que el antecedente es verdadero:
Ejemplo: "Si apruebo, descorcho el champán". "Descorcho el champán, así que apruebo".
Término medio no distribuido
En esta falacia el término medio de un silogismo, que es el que conecta dos proposiciones y
no aparece en la conclusión, no cubre en las premisas a todos los elementos del conjunto.
Ejemplo: "Todos los mamíferos tienen ojos, algunos moluscos tienen ojos, por lo tanto,
algunos moluscos son mamíferos.
Silogismo categórico con premisas negativas
Esta falacia se da en cualquier silogismo categórico en el que ambas premisas son una
negación, ya que a partir de ellas no se puede concluir nada.
Ejemplo: "Ningún mamífero tiene plumas, ningún ratón tiene plumas, así que ningún mamífero
es un ratón
Accidente y accidente inverso: Utilización incorrecta del los modos de razonamientos
deductivos e inductivos.
Regla general para caso particular: Obedece a la idea de deducir impropiamente una
aplicación de una regla general a un caso particular que no se ajusta a ella. Ejemplo: “todas las
aves tienen plumas. El pingüino no tiene plumas. El pingüino no es ave.”
Generalización apresurada: Consiste en utilizar incorrectamente el razonamiento inductivo,
enunciando una regla general a partir de las excepciones. Ejemplo: “Pedro es un gran
conquistador y es tartamudo. Todos los tartamudos son grandes conquistadores”.
Petición de principios (Petitio principi –tautología- circularidad):
Argumentamos a favor de nuestro punto de vista, entregando una razón que es equivalente a
este. En otras palabras, uso los mismos principios que se tratan de fundamentar. Ejemplo: “es
imposible que Ana me ame, porque es algo que no puede ocurrir”.
Premisa contradictoria
Una afirmación usada como apoyo es incompatible con lo que se afirma en otra expresión,
también usada como apoyo. Ejemplo: “Yo creo que los alumnos tienen derecho a elegir
libremente a sus representantes para el centro de alumnos; ya que es algo que solo los
estudiantes pueden decidir. Pero, naturalmente, yo estoy de acuerdo con el reglamento
establecido por el director del colegio, en el sentido de que para participar solo deben ser
escogidos los alumnos más aplicados”.
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