Está en la página 1de 3

MALVINAS 2022 - Parte de Guerra (II)

Don Alejandro López, el cantor de Malvinas

En nuestro folklore hubo grandes figuras que ocasionalmente recordaron a nuestras islas. Aún antes de 1982.
No podemos dejar de recordar al inmenso Carlos Di Fulvio, a la voz emocionada de Jorge Cafrune o al mismo
Atahualpa. Lugar destacado también para el corazón malvinero, sanmartiniano y siempre lúcido del querido
Luis Landriscina, verdadero prócer viviente. Hoy, en el frente de batalla, nos encontramos con alguien casi
desconocido, pero digno de esos maestros.

Francisco Alejandro López, Alejandro para los amigos, está presente en la mayoría de los encuentros
malvineros a lo largo y ancho de la Patria. Soy testigo: en las dos Vigilias a las que fui el 2 de Abril: la de San
Andrés de Giles y la de San Miguel (que merecen también sendos “Partes de Guerra”), sus canciones se
repitieron constantemente. Podríamos decir que fue un “protagonista” sigiloso, porque físicamente él estaba
en su Cuyo natal, cantándole también “A los héroes que quedaron”. El 2 de abril, la voz de Alejandro resonó
por todas partes en el canto del pueblo fiel. Y pocos sabían su nombre.

Trabaja como bibliotecario y además es poeta y guitarrero. Dueño de una voz sumamente expresiva, clara y
diáfana como su alma, nuestro combatiente seguramente habría alcanzado una fama mayor de haber
abrazado otra bandera. Pero no lo hizo, eligió la celeste y blanca, que en esta vida paga mal. El poder del
“aparato cultural” es siempre de izquierdas, así que a pesar de su talento y por ser un criollo, argentino,
cristiano y malvinero, está condenado a ser un cantor “under”. Mejor para él. Y no les pido que me crean,
hoy es fácil comprobarlo en Youtube: si no lo conocen, lo disfrutarán. En verdad es dueño de un instrumento
único.

Los buenos frutos tienen sólidas raíces. Y nuestras raíces más hondas son naturalmente las familiares. Nació y
se crió en medio de la Belleza. La de Dios, por la Fe; la de su tierra mendocina y la de la poesía y el canto.
Padres poetas y llenos de amigos, le hicieron vivir veladas de guitarras y sueños, Fe y amor a la propia tierra. Y
la Escuela… aquella escuela que enseñaba lo que era la Patria… Una anécdota de su niñez:

- Un día –nos cuenta- cuando iba a 5° grado, mi mamá me encontró callado, melancólico cuando volví de la
escuela. “¿Qué te pasa que andás tristón …?” me preguntó. La respuesta la angustió más, ¡pobre mamá!: “Me
quiero morir…” “No digas eso… ¿por qué? ” Y con inocencia le conté que la maestra nos había hablado de San
Martín y Belgrano con tanto amor, que yo quería ir al cielo para conocerlos…

Así se formaron también otros héroes malvineros: un Giachino, un Estévez… ¡Parecen tan lejanos aquellos
tiempos! Pero volvamos.

- ¿Dónde estabas en abril de 1982?

- En el Colegio. Con un grupo de compañeros decidimos apoyar a la Gesta con nuestras pequeñas fuerzas. Nos
preparamos y salimos. Íbamos por las escuelas con nuestras guitarras solicitando permisos para armar peñas y
cantar; pedíamos contribuciones para así poder mandarles algo a nuestros soldados de las islas. Emociona
recordar tanto entusiasmo…
- …y desde entonces, cantor malvinero…

- De a poco. Fue importante para nosotros la lucha contra la entrega del Canal de Beagle y con la lucha creció
el amor. Con mi hermano Pablo, escribimos “A los héroes que quedaron”, y después nos pusimos a buscar
poesías que hablen de la Patria para ponerles música. Siempre estamos juntos… Un gran profesor, Enrique
Díaz Araujo, nos aconsejó que leyesemos a nuestros grandes poetas. Así comenzamos “buscarles” música a
poesías de Francisco Luis Bernárdez, Alfredo Bufano, Vidal Molina…Y especialmente, por su fuego patriótico,
a las de Antonio Caponnetto. No sólo encontramos letras para las canciones, encontramos maestros para esta
vida. Más tarde un gran soldado, el Coronel Marcelo Pollicino, recientemente fallecido, me introdujo al mundo
de los Veteranos de Guerra y de allí no salimos más.

La tarea de ponerle música a los versos de otro poeta es un encuentro de personalidades, me imagino. Sobre
todo si lo que se quiere es cantar con nuestros ritmos folklóricos. A veces debe resultar imposible respetar la
literalidad, por lo que debería decirse que Alejandro se inspira en ellos y les une su propio talento. Le
preguntamos si puede dar un consejo a los jóvenes cantores sobre cómo escribir:

- Lo primero es que lo que se canta, nazca del corazón, que transmita el bien, que sea verdadero y tenga
belleza. Solo así el canto llegará a los corazones de los demás y se encarnará en sus vidas, ayudando a que
vivan mejor, fructificando en el amor a Dios, a la Patria, a la familia, a su prójimo. Esa sería la única aspiración
que a mí me mueve. No pretendo que todos la compartan, pero así nos educaron y lo agradezco. Les puedo
asegurar, sí, que van a tener inmensas satisfacciones y alegrías en este campamento pasajero que llamamos
vida.

- A 40 años de la Gesta, ¿cómo sigue tu combate? ¿Qué soñás para esa Patria que tanto amás?

- Seguimos cantando y seguiremos mientras nos dé la salud. Tenemos que dar testimonio de los grandes de la
Patria: San Martín, Belgrano, Güemes, los héroes de Malvinas y muchos otros. Para la Patria sueño todo,
todo… Todo lo bueno… y aprender también de lo malo para salir adelante. Gracias a la causa Malvinas hemos
andado a lo largo y ancho del país y conocimos cantidad, cantidad de personas maravillosas. Humildes,
trabajadoras, profesionales, intelectuales, de todo… Almas hermosas, corazones brindados al Bien común, al
prójimo. Y me dieron la convicción que nuestro pueblo es un pueblo al que, si se le anima, si se le habla a su
corazón, es capaz de cosas grandiosas. Como lo hizo San Martín liberando naciones, como se vio en 1982. Y
por todos los rincones del país por donde fuimos, los encontramos, ¡existe! Hoy los jóvenes se quieren ir,
desilusionados sobre todo por la política que nos destruyó; dicen que es un país de porquería. Les puedo
asegurar que no es así. Hay muchísima gente buena, muchísima… Hay que ayudarla, hay que educarla, hay
que orientarla… Y saldremos adelante, ¡es posible soñar una Argentina grande! Nos sobran los buenos
ejemplos: los héroes, los santos… Hay que apoyarnos en ellos para pegar el salto que necesitamos. Y a pesar de
todo, puedo dar fe, repito, que es una esperanza con fundamento.

Don José de San Martín ha dicho: “Para los hombres de coraje se han hecho las empresas.” Y se necesita
coraje también para cantar “contracorriente”, sabiendo que nunca ni los medios, ni los “aparatos”
pseudoculturales del Estado van a colaborar. Al contrario. Pero ya lo dijo Martín Fierro: “Mas Dios ha de
permitir / que esto llegue a mejorar, / pero se ha de recordar / para hacer bien el trabajo / que el fuego
pa’calentar / debe ir siempre por abajo.”
Un cantor popular llega a la cumbre cuando el pueblo comienza a cantar su obra como su fuese propia, como
si fuese de todos. Así está pasando con sus canciones: muchas de ellas como la ya nombrada A los héroes…,
como la Zamba a Mario “Perro” Cisneros, No llores Patria o No te rindas, se cantan emocionadas en los
fogones, peñas y guitarreadas. Su versión de la Oración a la Bandera, se oye en muchos colegios todas las
mañanas. Pocos conocen quién escribió la letra, quién le puso música, pero eso no importa. Así se pelea el
buen combate y así Alejandro López entró en la Historia. Sí, con mayúsculas, aunque lo haya hecho discreta y
humildemente. Es otro buen soldado de los que vamos encontrando y con su presencia, podemos estar
seguros que volveremos. Pueden confirmarlo sin dudas: ¡VOLVEREMOS!

También podría gustarte