Está en la página 1de 7

Análisis de fuentes judiciales

A continuación, se van a presentar y analizar 3 diligencias de “concierto de


menores” que fueron verificadas ante la Alcaldía de Manizales durante el año 1937.

Pregunta problema: ¿Es posible considerar el concierto de menores como una


iniciativa política con un fin social y cultural, para asegurar el proyecto modernizador
en el que se encontraba Colombia?

A partir de la década de los 20 con el gran crecimiento económico atribuido a la


producción y exportación de café, y a las múltiples divisas recibidas debido a la
indemnización por la pérdida de Panamá y a préstamos realizados por parte de los
Estados Unidos, Colombia va a entrar en un proceso modernizador que va a
permear distintas áreas de la vida económica, política, social y cultural.

Este proceso modernizador en el ámbito tanto social como cultural, se va a generar


principalmente a través de la educación, y por “educación” es fundamental tener en
mente que no sólo se refiere al colegio o la escuela, sino también a la que se
impartía desde el hogar, en institutos de idiomas o en conservatorios de música. En
el caso de los últimos, por ejemplo, se va a creer que lograban sensibilizar y
enriquecer el espíritu -a través de la enseñanza de la música-, lo cual cabía dentro
de las características de una sociedad ‘civilizada’.

Por otro lado, lugares como la casa y la escuela, van a ser donde esta educación
modernizadora se va a impartir de manera más directa y efectiva. Pero ¿cuáles eran
los contenidos de esta “materia”? si fuera necesario responderlo en dos palabras se
podría decir: moral y civismo; una forma de comprobar lo anterior, es a través de la
imposición del Manual de Carreño (1853) en las escuelas colombianas a partir de
los inicios del siglo XX. Un manual de urbanidad, que designa el comportamiento
tanto del hombre como de la mujer en sociedad (principalmente), que trae orden,
pudor, buenas maneras y distintas virtudes que no sólo se asocian a una sociedad
civilizada, sino que aleja a los ciudadanos de aquella “barbarie” vulgar e ineducada.

Pero este tipo de educación en ocasiones no era tan fácil de lograr, pues no bastaba
con que el hijo tuviera una madre y un padre: estos también debían ser educados o
al menos tener los medios para enviarlos a estudiar. Si los padres eran pobres, o se
trataba de una madre -o un padre- pobre y soltera, la situación se complicaba al
momento de garantizarle la educación cívica, moral y claramente también intelectual
a su hijo o hijos.

La situación anterior frustra en mayor o menor medida el proyecto modernizador,


pues estos hijos seguramente resultarían siendo obreros y sirvientas en el mejor de
los casos o ladrones, vagos y prostitutas en el peor de ellos. El primer caso no sería
tan dramático, pues estos oficios a pesar de no ser lo ideal, tampoco eran la
antítesis de una sociedad moderna; pero los segundos, se convertirían en aquel
grupo rechazado, que se buscaría reducir o eliminar, pues iban contra cualquier idea
de pudor, respeto, moral y civismo.

La forma más efectiva de evitar esta reproducción de pobreza y falta de educación


sería a través de la prevención de esta ¿Cómo? Logrando proyectos que le
permitiera a estos niños y niñas acceder a la educación de una manera más fácil, o
en este caso en particular, a través de la alta permisibilidad para realizar
concertaciones de menores a familias que tenían los medios económicos y morales,
por parte de familias pobres o personas solteras, viudas o divorciadas.

El contenido de los casos que será presentados a continuación pretende sustentar


lo que se propone en la pregunta problema.

Diligencia de concierto de la menor


Ofelia Ceballos

26 de mayo de 1937

Solicitante del concierto de la


menor.

La solicitante declara que no tiene


recursos para la subsistencia y
crianza de la menor.

La Alcaldía Municipal concede el


concierto de la menor a la familia
Gilón Jimenez.

Características del matrimonio que


hacen posibles la concertación:
buena conducta social y
capacitación tanto física como
moral.
Testigo de nombre Daniel.

Caso 1:

Se trata de la “Diligencia de concierto de la menor Ofelia Ceballos”, realizado el 26


de mayo de 1937 en el despacho de la Alcaldía Municipal y firmado por el alcalde
Víctor Hoyos, la madre y solicitante del concierto de la menor, Cecilia Ceballos, los
interesados -en el concierto- Habacuc Gilón y Ema Jimenez, el Testigo y el
secretario Eduardo Salazar.

La forma en la que este caso aporta a la respuesta de mi pregunta, es porque


demuestra la facilidad con la cual un procedimiento como el concierto de un menor
se realizaba, sobre todo a través de la aparente receptividad del Alcalde ante la
búsqueda de un mejor futuro para la niña en cuestión, que pasaba de estar en
manos de una madre pobre que no le podía ofrecer una vida que siguiera los
estándares sociales y cívicos que se estaban estableciendo ya en la sociedad
colombiana, a estar en manos de una familia con buena reputación y capacidades
tanto físicas como morales, que se comprometía a garantizarle todo lo que la niña
necesitara, entre ello, buen ejemplo.

Declaración de la señora
Carlina Díaz, donde deja por
escrito que ha entregado a
los señores Pedro A.
Cardona y María Martínez de
C., a su hija de 45 día de
nacida, pues se encuentra en
extrema pobreza, es
huérfana de madre y su
padre contrajo segunda
nupcias.

Manizales, 9 de mayo de 1938

Firma de testigo: Superiora


del Buen Pastor.
Entidad productora del
documento.

10 de mayo de 1938

Solicitante/declarante del
concierto de la menor.

Se reconoce la voluntad de la
Señora Carlina Díaz de
entregar a su niña al
matrimonio ya mencionado.

La Alcaldía Municipal concede el


concierto de la menor a los
señores Pedro A. Cardona y
María Martínez.

La crianza de la niña estará


orientada a hacer de ella “una
mujer virtuosa”.
Caso 2:

Se trata de la diligencia de concierto de una menor sin nombre asignado, realizado


entre el 9 y el 10 de mayo de 1938 en el despacho de la Alcaldía Municipal y
firmado por el alcalde Víctor Hoyos, el que recibe, Pedro A. Cardona, la que recibe
que por no poder/saber firmar, lo hace un testigo de apellido Montoya y, por último,
el secretario.

En este caso, se reiteran los puntos que mencione anteriormente en cuanto a la


facilidad del trámite y la situación tanto de la madre como de la familia que recibirá a
la niña; aun así, aquí se dice de manera explícita que se pretende que con esta
nueva familia la niña pueda acceder a todo lo necesario, para en últimas hacer de
ella una mujer virtuosa. La palabra anterior es de gran valor para lograr soportar la
idea de que una de las finalidades de estos conciertos era lograr hacer de estas
personas que tendrían un futuro poco prometedor si se quedasen en sus familias,
adultos ejemplares, virtuosos y cívicos.

Caso 3:

El documento que se encuentra en esta compilación es el “reclamo de un menor”, el


cual se recopila en unas copias que se tomaron de las diligencias realizadas por la
alcaldía como protección al menor Yezid Lemus. Según se expresa en la página 14,
el original se encuentra en la Jefatura Departamental de Policía. Este caso tuvo una
duración de al menos 3 meses (14 de diciembre de 1936 a 8 de febrero de 1937),
período en el cual hubo recepción y análisis de declaraciones, apelación a la
decisión y finalmente, cumplimiento de la sentencia.

Este documento presenta diferentes firmas, siendo las principales las del alcalde
Víctor Hoyos, del secretario Eduardo Salazar, la de la acusada, Teresa Sánchez y
de la que acusa, Hermencia García. El resto son de aquellos que dieron las
declaraciones, siendo estos Leonardo Beltrán, Rafael Cifuentes, Luis María Duque y
Leonidas Correa.

Esta fuente es de gran relevancia, pues se trata de un reclamo que hace la señora
Hermencia García (madre) a Teresa Sánchez, mujer que recibió a su hijo cuando
García tuvo que ir a prisión por 8 meses al haber cometido el delito de Fraude a la
Renta de Licor. Esta situación la obligo a entregar a sus hijos a diferentes personas
para que les cuidasen mientras ella salía libre. Sin embargo, la señora Sánchez
nunca se lo devolvió. También es importante notar que nunca hubo ningún acto
oficial/legal de concertación del niño, por lo tanto, el acto de Sánchez se define
como una retención del menor.

Sin embargo, la decisión de que el menor fuera devuelto a su madre, pobre, viuda y
con otros hijos que criar, no se tomo porque fuera una retención básicamente ilegal
del niño, sino porque las diferentes declaraciones tomadas testificaron que Sánchez
era una mujer non santa, que vivía en barrios de “mujeres públicas” y, por lo tanto,
era un peligro de perversión para el niño. Algo interesante es que en las
declaraciones nunca se habló del hecho de que la madre hubiera ido a la cárcel por
fraude, por el contrario, todos resaltaban que era “honrada, trabajadora y de buenas
costumbres”.
En ese orden de ideas, dadas las declaraciones, Sánchez va a apelar a la decisión
final (que constaba en devolver el niño), justificando que ella ya había dejado las
malas prácticas y que tenía los recursos para cubrir las necesidades del niño;
además, presenta puntos que desfavorecen a la señora García, madre del menor
Yezid, afirmando que es muy pobre, descuidada con sus hijos y que tenía
costumbres morales “relajadas”. A pesar de ello, sólo contaba con la declaración de
Rafael Cifuentes a su favor, mientras todas las demás la reconocían como una
mujer totalmente reprochable, especialmente a nivel moral.

La decisión final es que se debe dar cumplimiento a la sentencia, la cual consistía


en devolver el menor Yezid Lemus a su madre lo antes posible, de lo contrario se
aplicarían sanciones por cada día de no devolver al niño.

En esta decisión importó más que la señora Sánchez haya tenido un pasado (según
lo que ella declara) de prostitución y vida de “mujer alegre”, que el hecho de que la
madre biológica hubiera estado en la cárcel, fuera extremadamente pobre y además
con otros 4 hijos que alimentar y criar, porque como lo dije al inicio, era preferible
ser pobre, pero “honrado”, que tener una vida ‘escandalosa’, en especial en el caso
de una mujer. Seguramente Yezid habría tenido asegurada educación, seguridad y
vestido bajo la custodia de la señora Sánchez, pues ella misma lo declara en su
apelación, pero con la fama que tenía, era inimaginable dejar al menor en las manos
de una persona inmoral, poco cívica, y por qué no, poco civilizada.

También podría gustarte