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Cartas a un joven novelista

PARÁBOLA DE LA SOLITARIA

En este capítulo, Vargas Llosa, explica de dónde surge la vocación de escritor según su experiencia.
Concluye que deriva de la insatisfacción que produce la vida real y que nos lleva a crear una
realidad ficticia, alternativa. Cuando se decide escribir, uno se convierte en esclavo, comparable a
quien lleva en sus entrañas una solitaria, que se alimenta y crece en su interior y de la que es difícil
deshacerse. La vocación literaria es “una servidumbre libremente elegida que hace de sus víctimas
unos esclavos”, en definitiva, “una hermosa y absorbente vocación”, “una drogadicción

CATOBLEPAS

¿De dónde salen las historias que cuentan las novelas? De la experiencia vivida, existe siempre algo
íntimo que se envuelve de fantasía y artesanía. Vargas Llosa lo compara a un striptease invertido en
el que el autor parte de la desnudez y va sumando capas que la vistan y disimulen. Y en cuanto a los
temas, dice que el novelista se alimenta de sí mismo como el catoblepas, animal mítico que aparece
en la novela La tentación de San Antonio, de Flaubert. Añade que el novelista no elige sus temas,
sino que es elegido por ellos. El escritor escribe para librarse de sus obsesiones.

EL PODER DE LA PERSUASIÓN

Según él, fondo y forma son inseparables. Y es la coherencia entre lo que se cuenta y cómo se
cuenta lo que dota a las novelas de poder de persuasión. «Palabras, silencios, relevancias, detalles,
organización de los datos y del transcurrir narrativo que han de imponerse al lector», destruyendo
sus premisas. El poder de persuasión de una novela es mayor cuanto más autónoma y autosuficiente
resulta la historia. Persuadir al novelar es hacer vivir una mentira como si fuera una verdad
imperecedera, hasta convencernos de que el mundo es como ellos lo cuentan.

EL ESTILO

No importa que un estilo sea correcto o incorrecto, importa que sea eficaz, adecuado a su contenido.
Su eficacia depende de la coherencia interna y de su carácter de necesidad. Hacer sentir a los
lectores que solo con esas palabras, frases y ritmos, puede ser contada nuestra historia. Y conseguir
que el lector sienta que comparte la historia con los personajes. Vargas Llosa aconseja evitar la
autocensura y no imitar el estilo de otros autores para conseguir sinceridad estética, sin artificio.
También invita al escritor novel a escuchar lo que escribe.

EL NARRADOR. EL ESPACIO

El narrador es el personaje más importante, voz narrativa, diferente a la del autor. Las opciones son:
narrador-personaje (yo), narrador-omnisciente (él) o narrador-ambiguo (tú). Cuanto más interesante
es el relato, menos percibe el lector los cambios de narrador, síntoma de que el relato fluye. Es
necesario guardar los límites de lo que el narrador que elegimos muestra de sí mismo y de su
entorno.
EL TIEMPO

Distingue entre tiempo cronológico (objetivo) y tiempo psicológico (subjetivo). Para novelar, se
decanta por el tiempo psicológico: un tiempo propio, que se acelera y se ralentiza según el relato.
Las posibilidades del punto de vista temporal son: coincidencia entre el tiempo del narrador y el de
lo narrado, narrador que desde un pasado narra el presente o el futuro, y narrador situado en el
futuro o en el presente que narra hechos del pasado.

También habla de la importancia de mantener la atención mediante hechos intensos, para que no se
creen “tiempos muertos”. Aunque advierte que la novela es más bien un género extensivo, que
exige un material informativo que relacione unos hechos y personajes con otros. Por lo que el
tiempo novelesco estaría compuesto de tiempos vivos, intensos, y tiempos muertos, transitivos.

EL NIVEL DE LA REALIDAD

Distinción entre el plano del narrador y el de lo narrado, y los planos de la fantasía y la objetividad.
Concluye que la originalidad del novelista reside en mostrar un aspecto olvidado o discriminado en
la ficción, que nos brinda una visión inédita, renovadora o desconocida de la vida.

LAS MUDAS Y EL SALTO CUALITATIVO

Una “muda” es toda alteración que experimenta cualquiera de los puntos de vista reseñados
(espacial, temporal y de la realidad). Los cambios en el plano de la realidad son, según Vargas
Llosa, los que ofrecen mayores posibilidades. A las mudas que transforman la naturaleza de la
historia de forma radical, las denomina “saltos cualitativos”. Son hechos centrales e intensos. Estos
cambios pueden ser súbitos o deberse a la acumulación progresiva de hechos y tardar en llegar.
Estos saltos suelen darse entre los planos de la realidad, por ejemplo, del mundo objetivo (rutinario,
banal) a la fantasía (extravagancia, irrealidad, simbolismo). Parece explicar el realismo mágico,
aunque no lo menciona con este término, ya que habla de cómo, a través de este recurso, se pasa del
plano de la realidad objetiva al de una realidad alternativa.

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