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ACTUACION 1: Tarea 2, Semana 2

Tamara Sanchez Agurto

CARTAS A UN JOVEN NOVELISTA, Mario Vargas Llosa 1997

Esta es una obra dividida en 12 capítulos, en donde Mario repasa cada aspecto crucial y determinante
en la elaboración de una novela, o al menos una “buena” novela, a través de cartas a un supuesto
novelista principiante. Mas allá de enseñar a cómo escribir una novela, el autor busca probar ¿Cómo
llegar a ser un buen escritor?, o ¿Cómo llegar a ser un escritor memorable mediante tus obras? Mario
demuestra este punto, nombrando en cada carta, al definir cada elemento que conforma una novela,
por medio de ejemplos literarios de grandes autores y anécdotas de él mismo como escritor.

La primera carta, “Parábola de la solitaria”, habla de la vocación del novelista, la cual contrasta con
llevar una solitaria en el estómago porque el asumir la vocación literaria “es una dedicación exclusiva y
excluyente, una prioridad a la que nada puede interponerse, una servidumbre libremente elegida que
hace a sus víctimas unos esclavos”. De estas líneas, se entiende que para ser un escribidor se tiene que
dedicar cuerpo y alma a la creación, más allá de sentirse una obligación es un impulso innato de querer
dedicarse a lo que te llena el alma. Otro punto interesante y veraz de esta primera carta es cuando
Mario reafirma que ningún buen novelista se hace solo del talento, sino de tiempo, energía, disciplina y
perseverancia, mucho de esta última en realidad, porque el genio literario siempre tiene un inicio, el
cual es el de un aprendiz ávido de más y más, como si tuviera una solitaria dentro. Esta vocación
literaria, es muy similar, a mi gusto y parecer, con la vocación artística, específicamente con la del
teatro, ya que detrás de grandes actores y actrices hay muchas horas de formación, ensayo y “cientos”
de obras presentadas, para llegar a tener una técnica en la construcción e interpretación del personaje,
la cual sería el paralelo a novela de un escritor.

En los siguientes capítulos, Mario empieza a enumerar las técnicas que hacen a una novela. No antes
quiero ignorar “El Catoblepas”, carta en la que habla sobre los temas de la ficción y qué es esta misma.
Queda claro en este capítulo que los temas de ficción para un novelista, solo llegan a él por vivencias
experimentadas por él mismo, y es que el novelista trata de encubrir su desnudez con ficciones, lo cual
Mario llama “striptease” invertido. Entre líneas Mario impone que el novelista es el único responsable
del resultado de su obra, de si esta acierta o fracasa, ya que este goza de plena libertad; no es
responsable de las ficciones que lo escogen, pero si de lo que hace con ellas. De esta última línea, resalto
la similitud con la labor de una actriz o actor, ya que ellos no son responsables del personaje asignado, ni
de las aspiraciones y convicciones de este, pero si tienen el poder en ellos de interpretarlos llevándolos
al aspecto crítico, quiero decir, reflexionar sobre cada acción del personaje que lo lleva a ser así como
es, para que con esto muestren al espectador lo que hay detrás de ese personaje, ya sea el principal o
secundario, y ellos también tengan una postura crítica frente a esto.

Por otro lado, las siguientes cartas definen cada una de las técnicas novelistas: el poder de persuasión, el
estilo, el narrador, el espacio, el tiempo, el nivel de realidad, las mudas, la caja china, el dato escondido y
los vasos comunicantes. Hablar de cada uno de ellos extendería mucho este ensayo, pero en grandes
rasgos, el poder de persuasión reside en “acortar la distancia que separa la ficción de la realidad” para
que el lector se sienta sumergido en esa falaz realidad. En cuanto al estilo, Mario enfatiza en que este
tiene que ser eficaz, es decir de lenguaje coherente y de carácter necesario. Del narrador y el espacio se
dice hay tres tipos de narradores: narrador-personaje, narrador-omnisciente exterior y el narrador-
ambiguo; los cuales pueden ser totalmente cambiantes en una obra mediante las mudas. Para explicar
las mudas, aún falta mencionar el tiempo y nivel de realidad. El tiempo también tiene tres puntos de
vista marcados: el tiempo del narrador y el tiempo de lo narrado coinciden, el narrador en un tiempo
ACTUACION 1: Tarea 2, Semana 2
Tamara Sanchez Agurto

pasado narra hechos presentes o futuros, y el narrador en el presente o futuro narra hechos pasados.
Pero, ante todo, Mario nos deja claro que el tiempo en las novelas es una ficción, ya que no todo
transcurre bajo un tiempo constante como en la realidad, sino que hay momentos más vívidos, a los
cuales llama cráteres, y hay tiempos muertos los cuales son para rellenar y conexionar momentos
cráteres: estos dos tiempos determina el tiempo novelesco. Y el nivel de realidad, este tiene dos
posibilidades: lo realista y lo fantástico, ellos se hallan entre lo narrado y el narrador y es aquí donde
reside la originalidad del novelista. Sin embargo, lo más importante en esto es “saber que en toda
novela hay un punto de vista espacial, otro temporal y otro de nivel realidad, y aunque muchas veces no
sea muy notorio, los tres son esencialmente autónomos, diferentes el uno del otro, y que de la manera
como ellos se armonizan y combinan resulta aquella coherencia interna que es el poder de persuasión
de una novela”.

Y para finalizar, las mudas, estas son el salto que el novelista hace entre los puntos de vista del tiempo,
espacio y a nivel realidad, es el artificio que da una perspectiva variada y totalizadora de la historia. Las
mudas cohesionan los puntos de vista con el poder de persuasión, siendo así, las mudas capaces de
potenciar el poder de persuasión de una novela o destruirlas. Lo cual nos lleva al éxito o fracaso del
novelista.

En conclusión, como dije al principio de este texto, “Cartas a un joven novelista” es un interesante y
enriquecedor texto que enseña a los novelistas principiantes, y por qué no a los artistas en general, el
arte de contar una historia, una novela, enumerando todos los recursos necesarios, con referencias y
experiencias. Y digo artistas porque todos ellos quieren transmitir una historia tras su arte y, al menos
los que quieren llegar a ser grandes, querrán que sus historias tengan el poder de persuasión y los
puntos de vistas con sus mudas de estilo coherente y eficaz, pero siempre bajo la vocación de ser artista
y lo que esto conlleva. Para cerrar este texto, la última carta enuncia que el conglomerado de todos
estos recursos juntos son uno solo, una sola obra; me quedo específicamente con: “Y es que la técnica,
la forma, el discurso, el texto, o como quiera llamársele es un todo irrompible, en el que separar el
tema, el estilo, el orden, los puntos de vista, etcétera, equivale a realizar una disección de un cuerpo
viviente”.

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