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EXPLORACIÓN BUCODENTAL
8.1 INTRODUCCIÓN
Desde que en el año 1995 entrará en vigor la ley de prevención de riesgos laborales, es obligatorio
ejecutar tareas de control y evaluación de los riesgos de los trabajadores en cada 1 de los lugares de
trabajo, sea cual sea el ámbito laboral y el tipo de puesto de trabajo. Esta ley también recoge la
obligatoriedad de que los trabajadores reciban información y formación suficiente en relación con cómo
ejecutar la prevención de riesgos en su lugar de trabajo, asegurando de esta manera la protección de la
salud y el mantenimiento de la seguridad durante el desarrollo de las tareas diarias.
En el ámbito de la clínica dental existirán una serie de riesgos que serán comunes a otras actividades
profesionales, así como una serie de riesgos específicos asociados por ejemplo al manejo de la amalgama
de plata OA la exposición a aerosoles.
Se incluye dentro de esta unidad el manejo y la gestión de los residuos generados en las clínicas
dentales, ya que una mala manipulación de estos puede dar lugar a accidentes laborales y enfermedades
profesionales, así como a agresiones al medio ambiente.
Se entiende por prevención el conjunto de actividades o medidas adoptadas o previstas en todas las fases
de actividad de la empresa con el fin de evitar o disminuir los riesgos derivados del trabajo.
Se entiende como riesgo laboral la posibilidad de que un trabajador sufra un determinado daño derivado
del trabajo.
Se consideran daños derivados del trabajo las enfermedades, patologías o lesiones sufridas con motivo u
ocasión del trabajo.
➢ Derecho a la protección frente a los riesgos laborales
La LPRL establece de forma expresa el derecho de los trabajadores a una protección eficaz en materia
de seguridad y salud en el trabajo, lo que supone un correlativo deber del empresario de protección de
sus trabajadores frente a los riesgos laborales.
El artículo 15 de la LPRL insta al empresario a aplicar las medidas que integran el deber de prevención
con arreglo a los siguientes principios:
▪ Planificar la prevención.
La evaluación de los riesgos laborales es el proceso dirigido a estimar la magnitud de los riesgos que
no hayan podido evitarse, obteniendo la información necesaria para que el empresario esté en
condiciones de tomar una decisión apropiada sobre la necesidad de adoptar medidas preventivas y, en
tal caso, sobre el tipo de medidas que deben adoptarse.
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Si de la Evaluación del riesgo se deduce que el riesgo es no tolerable, hay que Controlar El Riesgo.
Al proceso conjunto de Evaluación del riesgo y Control del riesgo se le suele denominar Gestión del
riesgo.
La evaluación inicial de riesgos deberá hacerse en todos y cada uno de los puestos de trabajo de la
empresa, teniendo en cuenta:
La evaluación de riesgos debe ser un proceso dinámico. La evaluación inicial debe revisarse cuando
así lo establezca una disposición específica y cuando se hayan detectado daños a la salud de los
trabajadores o bien cuando las actividades de prevención puedan ser inadecuadas o insuficientes. Para
ello se deberán considerar los resultados de:
a) Investigación sobre las causas de los daños para la salud de los trabajadores
Además de lo descrito, las evaluaciones deberán revisarse periódicamente con la periodicidad que
se acuerde entre la empresa y los representantes de los trabajadores. Finalmente, la evaluación de
riesgos ha de quedar documentada, debiendo reflejarse, para cada puesto de trabajo cuya evaluación
ponga de manifiesto la necesidad de tomar una medida preventiva, los siguientes datos:
1º.- CLASIFICAR LAS ACTIVIDADES DE TRABAJO: estudiando las áreas externas a las instalaciones, las
etapas en el proceso de producción, los trabajos planificados previstos y las tareas definidas. Así para
- la identificación de peligros
- la estimación del riesgo y la valoración
del riesgo
- preparar un plan de control de riesgo
que debe posteriormente ser evaluado
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Para llevar a cabo la identificación de peligros hay que preguntarse tres cosas:
a) ¿Existe una fuente de daño?
b) ¿Quién (o qué) puede ser dañado?
c) ¿Cómo puede ocurrir el daño?
Con el fin de ayudar en el proceso de identificación de peligros, es útil categorizarlos en distintas formas, por
ejemplo, por temas: mecánicos, eléctricos, radiaciones, sustancias, incendios, explosiones, etc..
Complementariamente se puede desarrollar una lista de preguntas, tales como: durante las actividades de trabajo,
¿existen los siguientes peligros?
▪ golpes y cortes.
▪ caídas al mismo nivel.
▪ caídas de personas a distinto nivel.
▪ caídas de herramientas, materiales, etc., desde altura.
▪ espacio inadecuado.
▪ peligros asociados con manejo manual de cargas.
▪ peligros en las instalaciones y en las máquinas asociados con el montaje, la consignación, la operación, el
mantenimiento, la modificación, la reparación y el desmontaje.
▪ peligros de los vehículos, tanto en el transporte interno como el transporte por carretera.
▪ incendios y explosiones.
▪ sustancias que pueden inhalarse.
▪ sustancias o agentes que pueden dañar los ojos.
▪ sustancias que pueden causar daño por el contacto o la absorción por la piel.
▪ sustancias que pueden causar daños al ser ingeridas.
▪ energías peligrosas (por ejemplo: electricidad, radiaciones, ruido y vibraciones).
▪ trastornos músculo-esqueléticos derivados de movimientos repetitivos.
▪ ambiente térmico inadecuado.
▪ condiciones de iluminación inadecuadas.
▪ barandillas inadecuadas en escaleras.
Valoración del riesgo: se evalúa si el riesgo es trivial (no se requiere acción), tolerable (buscar mejoras sencillas),
moderado (invertir en reducir el riesgo), importante (no se debe comenzar el trabajo hasta reducir el riesgo) o
intolerable (no se debe comenzar ni continuar trabajo hasta reducir el riesgo).
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c) RIESGOS PSICOSOCIALES → la psicosociología del trabajo es una disciplina que aborda las
condiciones de trabajo psicosociales u organizativas, también conocidas como factores
psicosociales. Estas condiciones de trabajo cuando son malas o adversas (por un mal diseño de
la organización), interaccionan con las expectativas, necesidades, capacidades y actitudes de los
trabajadores; y todo ello impacta negativamente sobre la seguridad, salud y bienestar de estos.
f) RIESGOS FÍSICOS → El término “agentes físicos” Riesgos Físicos se utiliza habitualmente para
describir distintas formas de energía que tienen la capacidad de causar daños en la salud y
seguridad de los trabajadores.
https://trabajoyprevencion.jcyl.es/web/es/trabajo-prevencion-riesgos-laborales.html
▪ https://www.insst.es/documents/94886/327401/811+web.pdf/4aa5a281-4ef5-4035-
9926-0119f03cb888
▪ https://www.insst.es/documents/94886/715218/Directrices+de+buenas+pr%C3%A1cti
cas+en+las+cl%C3%ADnicas+dentales/95b8880e-3a92-4246-b772-abe28f5c2ed5
▪ https://www.insst.es/documents/94886/327064/ntp_572.pdf/bbec85f7-6e44-4077-
9026-c670d5027610
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▪ https://www.insst.es/documents/94886/327064/ntp_571.pdf/afa2c09a-4661-4972-
8bb6-d2b5c8574c71
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales refleja que todo profesional y empresario es el responsable
de su propia integridad y de la de los trabajadores a su cargo. El odontólogo debe ser consciente de la
relevancia de velar por la seguridad del paciente, del equipo y por la suya propia.
Fatiga visual por exposición a Uso de monitores solo cuando es estrictamente necesario
(PVD) Revisiones oculares anuales
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B/ RIESGOS QUÍMICOS: por exposición a productos químicos peligrosos. Pueden darse daños por
acción directa o por sensibilización indirecta. Los productos más habituales que generan riesgos químico
son: antisépticos y desinfectantes, anestésicos y mercurio.
Las infecciones más frecuentes que aparecen en las clínicas dentales son:
- Oculares: conjunivitis víricas o bacterianes
- Dermatológicas: estafilococos, estreptococo, herpes…
- Respiratorias: resfriado común, Gripe (a, B,), infecciones víricas de tracto respiratorio superior e
inferior (rinovirus, coronavirus…), tuberculosis
- Sistémicas: hepatitis vírica, VIH…
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Las principales patologías que se encuentran entre trabajadores de las clínicas dentales, relacionados con los
riesgos psicosociales son:
- trastornos cardiovasculares: taquicardia, HTA, …
- Alteraciones respiratorias: sensación de ahogo, taquipnea, sensación de opresión…
- Trastornos gastrointestinales: náuseas, vómitos …
- Alteraciones neurológicas: dolor de cabeza, aumento de la tensión muscular,
- Trastornos musculares: contracturas, rigidez muscular, sobrecarga…
En el ámbito sanitario se generan multitud de estos residuos, los cuales pueden ser tipificados de
diferentes formas. La más básica es la siguiente, residuos infecciosos y/o tóxicos y no infecciosos:
a) Dentro de los residuos no infecciosos, existen residuos que son desechables junto con
los residuos urbanos, es el caso del papel, de los envases, del cartón o de cualquier resto que
podamos también encontrar en el hogar. Eso sí: para que los residuos de la clínica dental sean
asimilables a los residuos urbanos es importante que no hayan sido contaminados con
elementos orgánicos de ningún tipo.
b) En el caso de los residuos que sí son infecciosos y/o tóxicos, debemos diferenciar aquellos que
suponen un alto riesgo de infección por estar en contacto directo con la cavidad oral (agujas,
sondas de exploración o fresas, entre otros) y aquellos que son peligrosos por su composición y
se encuentra regulados por normativas específicas (como los químicos o radiactivos).
La normativa de residuos sanitarios establece, la clasificación de los residuos, los contenedores en los
que se almacena o la forma de gestión intracentro y extracentro.
Según si merecen trato especial por su riesgo o no, podemos clasificar los residuos generados en dos
grandes grupos:
• Residuos sin riesgo: los tratamos como otros residuos generales. Los dividimos en grupos I y
II:
• Con riesgo o específicos: aquellos que requieren un tratamiento diferenciado de los residuos
municipales, tanto dentro como fuera del centro. Los dividimos en grupos III y IV:
▪ Residuos anatómicos
▪ Residuos radiactivos
Estos cuatro criterios buscan preservar la salud del personal sanitario, de los pacientes y de los visitantes.
Al aplicar estos criterios en los procesos de recogida, transporte y eliminación aplicamos técnicas de
gestión avanzada.
Para todos los materiales de los grupos II, III, y IV, se establece en cuatro fases:
1.- segregación y envasado: en esta fase se deposita en diferentes recipientes metes los residuos de
los diferentes grupos, lo que evita la posibilidad de contaminación cruzada, así como se previenen
ciertos riesgos laborales. En esta fase se seguirán las siguientes medidas:
- los contenedores y bolsas no se deben llenar nunca a más de 2/3 de su capacidad, para permitir su
correcto cierre y evitar rupturas y derrames
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- las bolsas que contienen residuos de grupo i, nunca deben depositarse en el suelo, sino que deben
pasar directamente desde su soporte rígido al contenedor de transporte o almacenaje (para evitar
regueros y fugas).
2.- almacenaje intermedio: se debe localizar una zona de almacén para los contenedores y residuos,
evitando depositar las bolsas en el suelo, siempre en contenedores rígidos o carros que permitan su
recogida y retirada.
3.- traslado extracentro y eliminación: los residuos, especialmente los de riesgo, deben ser retirados
por empresas especializadas y autorizadas que transportarán y eliminarán los residuos según el tipo
de residuos. Se podría resumir de la siguiente forma:
✓ Los residuos del grupo i y ii: habitualmente van a plantas de reciclaje, pero algunos
serán depositados en vertederos de residuos municipales o incinerados.
✓ Los residuos de grupo iii serán esterilizados previos a su eliminación, o incinerados.
✓ Los residuos citotóxicos serán incinerados en plantas especializadas o pasarán por
plantas de neutralización química.
CONTENEDORES Y BOLSAS:
Residuos de Grupo I: bolsa negra que cumple norma UNE 53-147-85, tipo 6, con galga
mínima 200 y volumen inferior a 70 litros
Residuos de Grupo II: bolsa verde que cumple norma UNE 53-147-85, Tipo 6, con galga
mínima 200 y volumen inferior a 70 litros.
Residuos del grupo III (material cortante y punzante): en contenedores rígidos de
características especificas según Decreto 204/94. Los envases no se llenan más de ¾ de su
capacidad, una vez llenos se deben cerrar adecuadamente. Los contenedores pequeños
pueden ser depositados en otro contenedor negro rígido más grande en la zona de almacén.
Residuos de Grupo IV → Los residuos químicos según normativa específica. Los residuos
Citotóxicos, en contenedores rígidos azules con pictograma “C – Citotóxico
En una clínica dental, igual que en cualquier establecimiento sanitario, todo el material que haya entrado en
contacto con residuos orgánicos se considera potencialmente infectado, y por lo tanto hay que recogerlo en
contenedores adecuados. De esta manera los mantenemos separados de los residuos sin riesgo, hasta la
retirada por parte de la empresa autorizada.
Todas las operaciones de eliminación de residuos infecciosos deben ser registradas. Hasta el momento de la
entrega a la empresa autorizada la responsabilidad es del director sanitario. La empresa autorizada es la
encargada de su eliminación definitiva mediante un tratamiento de termodestrucción en instalaciones de
incineración. Con este proceso los agentes patógenos presentes, virales o bacterianos se destruyan por el
efecto del calor.
Los residuos sin riesgo, sin embargo, se tratan como otros residuos municipales fuera del centro.
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El grupo III requiere esterilización y ser triturados, antes de ser almacenados en contenedor adecuado, hasta
su recogida por la empresa autorizada.
Los residuos del grupo IV deben almacenarse en contenedores adecuados, para posteriormente ser recogidos
y ser incinerados en instalaciones especiales.
Destaca especialmente el RD 653/2003 de 30 de mayo sobre incineración de residuos. Este Real Decreto
exige la observancia de determinados procedimientos antes de aceptar residuos peligrosos para su
incineración o co-incineración en función de su naturaleza, especialmente si son desechos clínicos
infecciosos.
Las competencias pertenecen a cada comunidad autónoma, y aunque existen las pautas nacionales
anteriormente recogidas, se debe cumplir la normativa de la Comunidad donde se trabaje.
Destaca que sobre estas leyes se han realizado modificaciones en el contexto de la pandemia Covid 19,
incluyendo normativa específica para eliminar este tipo de residuos
En la clínica dental se utilizan materiales que después de ser usados, se convierten en residuos
sanitarios que se clasifican por su peligrosidad. Te mostramos un breve resumen a continuación:
➢ Tipo I: Residuos asimilables a urbanos. Cartón, papel, envases, vidrio o cualquier residuo que
se puede consumir en el hogar.
➢ Tipo II: Residuos sanitarios no específicos: aquí estarían los residuos no infecciosos como
guantes, mascarillas, algodones, etc.
➢ Tipo III: Residuos sanitarios específicos: suponen riesgo de infección alto para las personas.
Ejemplo: agujas, fresas, sondas de exploración, etc.
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➢ Tipo IV: Residuos tipificados según normativas específicas: residuos peligrosos de diferente
procedencia (residuos químicos, de naturaleza radioactiva, etc).
Los materiales más usados en la clínica dental a diario pertenecen a diferentes tipos:
C) RESIDUOS DE TIPO III: agujas, carpules de anestesia dental, instrumental dental metálico….
Se agrupan en este epígrafe cómo gestionar de forma más segura y eficiente algunos residuos específicos
de uso diario en la clínica dental
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• Mascarillas: las usadas habitualmente en la clínica dental son las mascarillas quirúrgicas que
deberán cambiarse entre paciente y paciente. Se recogen en un contenedor específico, ya que
no son reciclables a través de la gestión de residuos urbanos
• Gorros desechables: pueden ser de polipropileno o polietileno, ambos materiales plásticos. Por
lo que deberán ir al contenedor amarillo y los gorros de papel en el contenedor azul. La mejor
alternativa es utilizar gorros reutilizables de tela, que se lavan e incluso algunos se pueden
autoclavar.
➢ Residuos de materiales plásticos utilizados por los profesionales → En las clínicas dentales se
genera una gran cantidad de plástico debido a que es un material muy usado en la fabricación de los
materiales dentales. Algunos de los elementos plásticos de uso más frecuente son:
• Eyectores desechables: están fabricados de plástico y alambre metálico, por lo que al ser un
producto con dos materiales diferentes unidos no son reciclables. Pertenecen al grupo II, pero
pueden tirarse en el contenedor de restos en el caso de que no estén contaminados, y en el caso
de que lo estén, en el contenedor específico. Siempre que sea posible, se separa cabeza, metal
y tubo y se elimina en su contenedor correspondiente.
• Bolsas de esterilización: estos materiales están fabricados de papel y plástico, por lo que
después de usarlas se deberá separar el papel y el plástico para tirarlos en el contenedor
correspondiente.
• Cajas de ortodoncia: normalmente suelen ser de plástico por lo que se deberán depositar en el
contenedor amarillo.
• Jeringas de composite: la jeringa está formada por plástico y el composite tiene una
composición química que varía según su tipo específico dependiendo del fabricante, y al no
poder separarse, no se puede reciclar. Se considera de tipo II. El envase de plástico o cartón sí
que puede ser eliminado y reciclado.
• Cementos dentales: el material más común de estos envases es el plástico y algunos tienen
forma de bote y otros de jeringa. Deberán ser tirados en el contenedor específico, y el envase en
el contenedor de plástico o cartón.
• Jeringas de ácido fosfórico: el envase es plástico y el contenido es ácido. Al igual que en los
anteriores casos, las jeringas de ácido fosfórico deberán ir al contenedor específico, separando
el envase.
• Cubetas de impresión de plástico: una vez esterilizadas y limpias se tiran al contenedor amarillo.
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• Cepillos dentales: actualmente no son reciclables (excepto bambú), por esta razón se deberá
depositar en el contenedor gris o a través de un gestor de residuos dentales.
• Alineadores invisibles: este residuo es considerado del mismo modo que los cepillos dentales.
• Vasos desechables: pueden ser de papel o plástico, ambos se pueden reciclar colocándolos en
su contenedor correspondiente (azul, amarillo).
• Agujas: están fabricadas de metal y plástico. Arrojar las agujas en el contenedor de residuos
cortopunzantes (amarillo). → nunca se separan con la mano ni se re-encapuchan.
• Cubetas de impresión metal: son más ecológicas que las cubetas de plástico porque tienen una
vida útil más larga, ya que se esterilizan y reutilizan. Se deberá depositar en un gestor de
residuos autorizado.
• Instrumental dental metálico: son esterilizables y reutilizables y por lo general están fabricados
de acero inoxidable. Cuando deban ser reemplazados por rotura o pérdida de filo, se depositan
en un gestor autorizado; si es un instrumento punzante debe valorarse eliminarlo en el
contenedor de cortopunzantes.
• Fresas dentales: pueden ser de acero o carburo tungsteno. Deberán depositarse en un gestor de
residuos autorizado.
• Brackets: los brackets pueden ser metálicos, cerámicos, de zafiro o de otros materiales. Los más
habituales son los metálicos. Se deberán depositar en un gestor de residuos autorizado.
• Arcos de ortodoncia: los arcos de ortodoncia pueden estar fabricados en gran variedad de
aleaciones diferentes. Los más comunes son de níquel-titanio (Ni-Ti) y de acero. Depositarlos en
un gestor de residuos autorizado.
Lo cierto, es que hay muchos materiales que, por su composición o restos de contenido, no se pueden reciclar.
Pero existen alternativas para sustituir materiales como el plástico o reducir el uso del papel, entra otras.
➢ Residuos tóxicos:
a) Residuos de amalgama: la amalgama consta de dos elementos, uno sólido que es la aleación
para amalgama y otro líquido que es mercurio tridestilado. La aleación de amalgama está
constituida generalmente por plata, estaño, cobre, mercurio y zinc. Si bien la amalgama dental
está en desuso, todavía está presente en las antiguas restauraciones de los pacientes. Los
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residuos de amalgama deben ser manipulados y recolectados por una empresa especializada en
gestión de residuos, y durante la retirada se debe evitar que el paciente absorba los residuos.
b) Desechos de los componentes de las películas radiográficas: la plata, presente en las películas
radiográficas y también en la amalgama dental, puede tener efectos nocivos en el organismo
humano, pero sin duda, el elemento más nocivo que contiene una película radiográfica es el
plomo, que es considerado uno de los metales más perjudiciales para la salud por sus efectos
neurotóxicos. Las láminas de plomo no deben ser desechadas junto con los residuos comunes,
se deben recolectar en envases de polipropileno que puedan abrirse o cerrarse fácilmente, esto
con el fin de que las láminas no tengan contacto con el oxígeno y se degraden o se oxiden. Cada
uno de los componentes de la película radiográfica debe almacenarse por separado previo a su
eliminación, ya que contienen plomo y no deben ser mezclados con los residuos comunes, y
deben ser recolectadas por una empresa especializada en la gestión de este tipo de residuos.
Las placas radiográficas que ya no se necesitan, se llevan al punto limpio.
c) Residuos tóxicos de los líquidos radiográficos: el revelador, el fijador y el agua utilizada para el
lavado de la película contienen sustancias químicas altamente tóxicas. Los líquidos reveladores
y fijadores de radiografías son sustancias altamente tóxicas, pero tras su función lo son aún más,
ya que contienen haluros de plata que se han desprendido de las películas radiográficas, por lo
cual no basta neutralizarlos, es imprescindible recolectarlos y por ningún motivo deben ser
eliminados en el sistema de drenaje. Cuando los líquidos radiográficos ya han perdido sus
propiedades deben desecharse por separado, por lo cual la recomendación es almacenarlos en
galones de polipropileno con tapón hermético. Recuerda siempre etiquetar en la parte exterior
del recipiente a qué residuo corresponde. Los residuos de líquidos radiográficos deben ser
manipulados y recolectados por una empresa especializada en gestión de residuos.