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Capítulo # 4

Mordeduras de
serpientes

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Manual de laboratorio Biología Médica BI-123 (V)

Introducción
¿Qué son las serpientes?

Las serpientes son reptiles, así como las lagartijas, tortugas y cocodrilos. Los reptiles en general no son
animales agresivos, siendo su mejor defensa esconderse o huir ante la presencia de organismos que puedan
poner en riesgo su vida, pero cuando no tienen otra alternativa pueden responder con una mordedura. A pesar
de esto, para la mayoría de las personas en el mundo las serpientes son animales agresivos que “disfrutan”
mordiendo a víctimas inocentes; esta es una percepción equivocada que es alimentada constantemente con
películas, historias, cuentos, mitos y leyendas. Es importante conocer y valorar la función ecológica de las
serpientes. Al alimentarse de roedores libran a la humanidad de plagas que pueden ser vectores de
enfermedades o que dañan cosechas, lo que se traduce en problemas económicos, hambre y pestes. La
serpiente es sinónimo de vida y no de muerte, solo en las culturas orientales se valora este factor positivo de las
serpientes, mientras que la cultura occidental las desprecia equivocadamente.

La serpiente como símbolo de la medicina

En las ciencias médicas se ha adoptado a la serpiente como símbolo, ya que forma


parte del caduceo (fig. 1). Este es considerado un símbolo de paz y las serpientes
representan: “la prudencia, la previsión y la sabiduría”, los tres atributos de un
buen médico, asimismo las serpientes se han asociado desde la antigüedad con
la salud y la renovación (debido a la muda de piel). A la vara se le atribuye la
“figuración de la fortaleza, y de la solidez de la ética irrevocable en la que se
apoya el médico”. Otra insignia utilizada es la vara de Esculapio que consta de
una sola serpiente enrollada en una vara.

Características generales de las serpientes

Las serpientes aparecieron en la era cenozoica. En la actualidad se pueden encontrar en casi cualquier lugar
y algunas de ellas pueden ser muy peligrosas. Pertenecen a la clase reptilia, suborden Serpentes.

Se caracterizan por presentar un cuerpo alargado y cilíndrico; sin extremidades, sin orificio auditivo externo
ni párpados móviles y un esqueleto óseo muy flexible. A las serpientes se les denomina animales
poiquilotermos, debido a que no tienen capacidad de regular por sí mismos su temperatura corporal.
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La piel es seca y con escamas; en ella se lleva a cabo un proceso denominado ecdisis o muda que consiste en
el cambio de la capa más externa de la piel y es necesario para permitir el crecimiento del animal. Carecen
de buena visión, sin embargo, poseen órganos sensoriales que pueden percibir el calor y olor, detectando lo
que se encuentra a su alrededor.

El sentido del olfato de los ofidios está bien desarrollado, debido a que la lengua y el órgano de Jacobson son
las estructuras que recogen y capturan las partículas dispersas en la atmósfera. Esto permite el reconocimiento
de su presa, enemigos naturales y el sexo contrario. La fosa termorreceptora alojada en una cavidad situada
entre el orificio nasal y el ojo se encuentra exclusivamente en serpientes venenosas de la familia Viperidae
y capta las radiaciones térmicas emitidas por animales homeotermos; permite reconocer y localizar el sitio
exacto donde se encuentra la víctima. Las serpientes se consideran sordas, únicamente perciben las ondas
vibratorias del piso, no las sonoras.

Las serpientes pueden ser ovíparas, vivíparas u ovovivíparas y los períodos de incubación pueden
prolongarse por varios meses. Las serpientes que ponen huevos se denominan ovíparas y en la incubación
de los mismos no interviene la madre, que los oculta entre la hojarasca, grietas del terreno o en troncos
podridos de árboles, y se incuban gracias al calor de la combustión lenta y al efecto de los rayos solares.
Aquellas serpientes cuyas crías salen vivas del vientre materno se denominan vivíparas. Las serpientes
ovovivíparas son aquellas en la que la incubación de los huevos se lleva a cabo dentro del vientre donde los
huevos eclosionan y la madre pare crías vivas. Pueden tener un número variable de hijos.

El aparato venenoso es un mecanismo formado por la glándula de veneno (glándula de Duvernoy), el colmillo
inyector y los músculos que rodean la glándula y accionan todo el conjunto. La glándula de veneno es una
glándula salivar modificada, cuya secreción es de toxicidad variable. Es de forma ovoide se halla situada a
ambos lados de la cabeza, desde la parte posterior del maxilar superior hasta la comisura.

La alimentación varía dependiendo de la especie y su ecología, comen diversos tipos de animales, por ejemplo:
artrópodos, peces, roedores, anfibios pequeños, reptiles (garrobos y lagartijas), las serpientes “arborícolas”
comen principalmente aves y murciélagos. Las especies grandes no venenosas, como las boas basan su
alimentación en mamíferos, como ratas, conejos, pizotes, entre otros. Otras serpientes no venenosas, se
alimentan exclusivamente de serpientes y se les llama “ofiófagas”.

Según el lugar que habitan tienen características distintivas, para el caso, las serpientes terrestres prefieren
vivir en la superficie del suelo, entre la hojarasca, troncos caídos en descomposición, grietas por lo que su
coloración es protectora, ya que le permite ocultarse con eficacia ante sus presas y enemigos; las arborícolas
permanecen por periodos prolongados en las ramas de los árboles, tienen cola muy larga y poco prensil, ojos
grandes y están alertas, se desplazan con rapidez entre las ramas de los árboles y su coloración siempre se
asemeja a la de las ramas tiernas o secas de las plantas donde vive.

Los ofidios de vida acuática se pueden reconocer fácilmente ya que poseen las fosas nasales muy próximas entre
sí y los ojos en posición superior. Las fosas nasales tienen repliegues que le permiten obturar los orificios nasales
cuando el animal está bajo el agua.

Las serpientes poseen gran cantidad de dientes, y estos muestran notables diferencias en su estructura y
función. Se mudan y se reemplazan a lo largo de toda su vida. Tienen usualmente forma cónica sencilla,
pero pueden variar de forma y tamaño según la región mandibular donde se encuentren. Su función es la de
empujar el alimento hacia la garganta, más que para masticar, con lo que pueden engullir a la presa entera.
También cumplen la función de retener a la presa.
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De acuerdo a la posición de sus colmillos en el maxilar, las serpientes se clasifican en aglifas, opistoglifas,
proteroglifas y solenoglifas. Desde el punto de vista de la acción del veneno al hombre, las venenosas poseen
colmillos proteroglifos y solenoglifos.

Centroamérica, por sus características ecológicas y biogeográficas, posee una rica fauna de reptiles, entre los
que se dan más de ciento cincuenta especies de serpientes. De éstas, únicamente treinta y cuatro especies se
consideran venenosas, por lo que la gran mayoría de las serpientes centroamericanas no representan mayor
peligro para el ser humano.

Serpientes no venenosas
Representan la mayoría de las especies que pertenecen a las familias Colubridae, Boidae, y Typhlopidae, entre
otras. Es decir que muchas de las especies que se puedan encontrar en los diferentes hábitats no representan
un peligro potencial para el ser humano, aunque existen algunas de ellas (p ej. “micas” y “boas”) cuya morde-
dura es dolorosa.

A nivel popular, existen varios nombres con los que se denominan a las serpientes “no- venenosas”, algunos
de ellos son: culebras, bejuquillas, boas, mica, raneras, sabaneras, mientras que a otras, por el parecido en el
patrón de color o por la semejanza de alguna figura en su piel se les dice “falso tamagás”, “falsa coral”, etc.

Serpientes venenosas
Honduras cuenta con unas dieciséis especies venenosas que se clasifican en dos familias:

 ELAPIDAE: Coral (Micrurus sp., Hydrophis platurus (serpiente marina))


 VIPERIDAE: Cascabel, barba amarilla, tamagás (Bothrops, Crotalus, Bothriechis)

Para el reconocimiento de las víboras se ha insistido frecuentemente con la observación de ciertas caracteres
morfológicos como: forma de la cabeza, presencia o no de cuello, pupila elíptica y vertical, escamas quilladas,
la forma del cuerpo y comienzo de la cola y si bien pueden ser útiles como guía no deben ser consideradas
regla inquebrantable de las especies venenosas, dado que algunas serpientes pueden presentar una o más de
estas características.

Los géneros Bothrops y Crotalus pertenecen a la familia Viperidae y se caracterizan por la presencia de foseta
loreal o fosa termo-receptoras, situadas entre la fosa nasal y el ojo. El género Crotalus (cascabel) posee un
sonajero característico del que deriva su nombre en su apéndice caudal o cola.

El género Micrurus, al que pertenece la serpiente coral (semeja morfológicamente a una serpiente no
venenosa aunque si lo es) carece de foseta loreal, tiene escamas lisas y su cabeza no se destaca del cuerpo.
La identificación es complicada ya que sus características varían de especie en especie y pueden llegar a ser muy
similares a serpientes no venenosas que pueden mimetizar sus coloraciones.
El veneno de las serpientes es una secreción viscosa de tinte entre claro y ligeramente amarillento. Son
complejos de sustancias proteicas, muchas de ellas con actividad enzimática. Como miotoxinas,
hemorraginas, fosfolipasas, toxinas coagulantes, nefrotoxinas y neurotoxinas, entre otras. Estas toxinas
pueden provocar severos daños atejidos y órganos e inclusive ocasionar la muerte.

Tiene la función de inmovilizar y/o matar a la presa que le servirá de alimento. Actúa, además, como
fermento digestivo. Habitualmente la serpiente no inyecta todo su veneno de una vez y en algunos casos no
lo inocula. La cantidad de veneno y su toxicidad están sujetas a varias condicionantes: zona geográfica, edad
de la serpiente, tamaño de la serpiente, época del año, alimentación previa o no de la serpiente.

Los venenos se pueden clasificar según su efecto predominante en:


1. Hemotóxico: Que incluye efectos proteolíticos, necrosantes y coagulantes (Bothrops) además de efectos
hemolíticos y neurotóxicos leves (Crotalus durissus).
2. Neurotóxico: Que incluye efectos netamente neurotóxicos (Elapidae).

Los accidentes ofídicos

El accidente ofídico se define como la lesión que resulta de la mordedura de una serpiente, sea que deje o no
consecuencias para la salud. Los envenenamientos por mordeduras de serpiente constituyen un problema de
salud pública relevante. En Honduras es probable que el número de accidentes ofídicos anuales oscile entre
seiscientos y mil. Además se debe considerar que existe un sub-registro de aquellas personas que no asisten
a un centro médico sino que recurren a medicina alternativa y tratamientos caseros.

Según las estadísticas, los niños, adolescentes y adultos jóvenes son los más afectados por estos
envenenamientos, predominando los varones sobre las mujeres. La mordedura por serpiente ocurre
fundamentalmente en áreas rurales de vocación agrícola, afectando principalmente a trabajadores agrícolas.
Por lo tanto, este es un accidente laboral. Un número de accidentes ocurre en regiones peridomiciliares en
zonas rurales, especialmente cuando se trata de la especie Bothrops asper en la vertiente del Caribe y
Crotalus durissus

En cuanto al sitio anatómico de la mordedura, cerca del 50% de los casos ocurren en los pies, en tanto un
30% de los mismos se da en la extremidad superior. Un porcentaje mucho menor de accidentes ocurren en
cabeza y tronco.

La serpiente que causa la mayor cantidad de accidentes es la Bothrops asper (barba amarilla), la cual es muy
abundante en todos los países de la región Centroamericana, excepto El Salvador, donde es predominante
la cascabel (Crotalus durissus). Los accidentes por serpiente coral (género Micrurus), son sumamente escasos,
representando apenas el 1% del total de mordeduras. Finalmente, se han descrito muy pocos casos de mor-
deduras por serpiente de mar (Pelamis platurus).

Según el género de la serpiente venenosa que haya causado la mordedura, se reconocen 2 tipos de
accidentes:

Viperido: Es ocasionado por serpientes de los géneros Bothrops, Bothriechis, Porthidium y Crotalus
Elapídico: Es ocasionado por serpientes coral (Micrurus)

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Las manifestaciones clínicas de la mordedura por serpiente venenosa, así como la gravedad de la
intoxicación son muy variables: desde prácticamente ningún síntoma o signo, excepto el que dejan como
huella los colmillos y el temor, hasta síntomas y signos severos y muerte, dependiendo de varios factores
como género y especie; talla y edad; naturaleza, localización, profundidad y número de mordeduras;
cantidad de veneno inoculado por la serpiente; talla, edad y estado de salud de la víctima; sensibilidad de
la víctima al veneno; contaminación microbiana, dada por la población bacteriana residente en las fauces
del ofidio; rapidez y efectividad en el tratamiento de urgencia y hospitalario.

La gravedad clínica es mayor en los siguientes casos:


a) Si la mordedura fue causada por serpientes más grandes que inoculan más veneno.
b) Si el lugar afectado fue en cara o tronco.
c) Si la inoculación fue directamente en un vaso sanguíneo.
d) Si la víctima afectada es un niño o un anciano

La evolución de los casos depende de los factores mencionados y de la prontitud del tratamiento. La
evolución suele ser buena en casos afección leve y moderada, sin embargo puede ser fatal en casos de
afección severa.

Los síntomas causados por la mordedura de una serpiente pueden ser locales y sistémicos; estos varían en
función de que el veneno sea neurotóxico o hemolítico y necrosante. En el caso del veneno neurotóxico, la
causa de la muerte puede ser por paro respiratorio y en el caso del hemolítico y necrosante, por hemorragias
generalizadas o Coagulación Intravascular Diseminada (CID). La insuficiencia renal es otra causa tardía de
muerte en estos envenenamientos.

Tratamiento

La administración de sueros antiofídicos constituye el único recurso terapéutico científicamente validado


para el manejo de los accidentes ofídicos. Primeramente se debe estar seguro que la persona fue realmente
mordida por una serpiente venenosa, si está en el campo brindar los primeros auxilios y posteriormente
trasladar a la víctima a un centro hospitalario lo más pronto posible.

Los sueros antiofídicos son preparaciones obtenidas de sueros animales (caballos inoculados con veneno de
serpientes), que contienen anticuerpos específicos al tipo de veneno contra la cual fue preparado y capaz de
neutralizar sus efectos nocivos.

La meta que persigue la terapia, después de ocurrido el accidente, es impedir o detener la absorción del
veneno, neutralizar el que haya penetrado y curar las afecciones anexas por medios terapéuticos comunes y
específicos.

En la medicina tradicional y la etnofarmacologia, se realizan tratamientos con extractos vegetales que se ase-
gura que tienen un efecto terapéutico en los envenenamientos por serpientes, sin embargo, se han realizado
algunos estudios pero que aún no son concluyentes.
Medidas preventivas para la mordedura de serpientes

 Educación popular.
 Uso de vestimenta adecuada (pantalones de tela gruesa y botas).
 No introducir las manos en huecos de árboles, cuevas, nidos y fogones abandonados.
 Tener precaución al atravesar áreas poco conocidas: pastizales, bosques, zonas inundadas; entre otras.
 Mantener el espacio peridomiciliario limpio de maleza.
 Evitar la caza de serpientes con las manos, aun cuando aparenten estar muertas.
 Precaución al defecar u orinar en campo abierto.

Nota: Antes de presentarse a la sesión de laboratorio el alumno tiene la responsabilidad de investigar la


siguiente terminología. Anote lo investigado en una hoja aparte y entréguela a su instructor(a) al comienzo,
en el aula de trabajo.

 Disfagia
 Disnea
 Epistaxis
 Eritema
 Equimosis
 Gingivorragia
 Hematemesis
 Lipotimia
 Melena
 Petequias
 Ptosis palpebral
 Diplopía

I.- Objetivos
 Reconocer algunas características que distinguen a las serpientes venenosas de las no venenosas, así
como algunas excepciones a esta regla.
 Identificar los principales rangos de distribución de algunos ofidios en Honduras.
 Determinar cuál es el mejor tratamiento a seguir tomando en consideración la especie de serpiente
causante de la mordedura.

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