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ESCUELA NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA

DIVISIÓN DE POSGRADOS
POSGRADO EN HISTORIA Y ETNOHISTORIA

Matrimonios y “relaciones ilegales” de personas de origen africano: Saltillo


y Parras, siglo XVIII

TESIS

QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE

MAESTRO EN HISTORIA Y ETNOHISTORIA

PRESENTA

Mónica Samantha Amezcua García

DIRECTORA DE TESIS: Dra. María Elisa Velázquez Gutiérrez

Investigación realizada gracias al apoyo del


Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
(CONACYT)

CIUDAD DE MÉXICO 2020


ÍNDICE

Introducción 1
Capítulo I: reflexiones teóricas e historiográficas 7
1.1. Estudios previos 8
1.2. Planteamiento del problema 15
1.3. Historia social y vida cotidiana 17
1.3.1. Parentesco 23
1.3.2. Intercambio 25
1.3.3. Movilidad social 27
1.3.4. Esclavizados y afrodescendientes de casa 29
1.3.5. Frontera 32
1.4. Metodología y fuentes 35
1.4.1. Calidad y castas 38
1.4.3 Matrimonio y relaciones ilegales 40
Capítulo II: Saltillo y Parras en la historia 44
2.1.- Conquista y colonización del sureste de Coahuila 45
2.2.- Afrodescendientes en el sureste de Coahuila 53
2.2.1. Negros, mulatos, lobos y moriscos 54
2.2.2. Lugares de procedencia 57
2.2.3. Esclavizados 60
2.2.4. Oficios y ocupaciones 62
2.2.5. Resistencia 66
2.2.6. Diversidad económica 71
2.2.7. Condición de nacimiento 73
Capítulo III: Matrimonios y “relaciones ilegales” en Saltillo y 76
Parras.
3.1. Matrimonio 77
3.2. Relaciones ilegales: amancebamiento, concubinato y 95
Adulterio
3.3. Raptos y violaciones 116
Consideraciones finales 123
Bibliografía y referencias

ÍNDICE DE TABLAS

Tabla 1. Causa de muerte en actas de entierro en el Álamo 49


Tabla 2. Hombres afrodescendientes en Saltillo 55
Tabla 3. Mujeres afrodescendientes en Saltillo 56
Tabla 4. Hombres afrodescendientes en Parras 56
Tabla 5. Mujeres afrodescendientes en Parras 57
Tabla 6. Oficios de afrodescendientes según el Censo de 1777 63
Tabla 7. Entierros afrodescendientes 73
Tabla 8. Condición de nacimiento en afrodescendientes no esclavizados 74
Tabla 9. Condición de nacimiento en afrodescendientes esclavos 74
Tabla 10. Parejas de afrodescendientes con impedimentos de consanguinidad en 80
Saltillo. Siglo XVIII
Tabla 11. Matrimonios de afrodescendientes en Saltillo, primera mitad del 83
siglo XVIII
Tabla 12. Matrimonios de afrodescendientes en Saltillo, segunda mitad del 86
siglo XVIII
Tabla 13. Matrimonios de afrodescendientes en Parras, segunda mitad del 89
siglo XVIII
Tabla 14. Número de hijos de afrodescendientes, según el Censo de 1777 94
Tabla 15. Relaciones de amancebamiento en Saltillo y Parras 96
ÍNDICE DE IMÁGENES

Imagen 1. Asentamientos de Saltillo y Parras 46

Imagen 2. Portada de un libro de matrimonios de Parras, 1761 79


AGRADECIMIENTOS

Quiero aprovechar este espacio para agradecer a las instituciones y personas que
estuvieron involucradas en el proceso de elaboración de esta tesis. En primer lugar, al
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) y a la Escuela Nacional de
Antropología e Historia (ENAH), y en particular al programa de posgrado en Historia y
Etnohistoria, así como a los profesores que conforman el cuerpo académico del mismo.

A la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC),


porque a pesar de realizar mis estudios de posgrado en otra institución, los profesores de
la universidad, en especial el doctor Carlos Manuel Valdés, continuaron apoyándome en
todo momento con consejos y fuentes de información, permitiéndome concluir esta
investigación.

Al Archivo Municipal de Saltillo (AMS) y al Archivo General de la Nación (AGN), que junto
con sus trabajadores me orientaron y ayudaron en la búsqueda de la información utilizada.

Así mismo, esta tesis fue dirigida por la doctora María Elisa Velásquez. También es
importante mencionar a los lectores que con sus valiosos comentarios contribuyeron al
mejoramiento de esta investigación. Al doctor Tomás Pérez Vejo, a la doctora Catherine
Good Esherlman, a la doctora María Lourdes Villafuerte y a la maestra Cristina Verónica
Masferrer León.

Por su parte, es importante mencionar a mi familia que estuvo a mi lado a pesar de la


distancia, ya que siempre me apoyaron en el transcurso de este camino profesional.
También a mi novio Jairo que estuvo presente en todo este proceso, y en general a mis
compañeros de posgrado.
RESUMEN

El noreste del actual territorio mexicano se ubica dentro de un medio natural de tipo
semidesértico. Dicha región se encontraba habitada en tiempos de la conquista por
sociedades nómadas, heterogéneas y eficazmente adaptadas a su medio natural. Además
de las sociedades indígenas de la región, dentro de este territorio de frontera se tiene
registro histórico y documentación desde el siglo XVI de la confluencia de grupos humanos
de distintas filiaciones: conquistadores europeos con sus aliados indígenas (tlaxcaltecas del
centro de México) y, para el tema de interés de esta investigación, poblaciones de origen
africano. Esta tesis tiene como objetivo investigar las características histórico-sociales de las
poblaciones de origen africano, movilizadas y asentadas en el noreste de la Nueva España
en las villas de Santiago de Saltillo y Santa María de las Parras durante el periodo virreinal.
El análisis se centrará en estudiar y discutir las relaciones consideradas en la época legales
e ilegales de las personas de origen africano a través de actas de matrimonio, denuncias y
otras fuentes primarias, con la finalidad de entender las experiencias de esta población
durante el siglo XVIII, que permitieron la creación de relaciones de parentesco, de
solidaridad o de alianza entre distintos grupos de las cuales surgieron particulares formas
culturales e identitarias.

Palabras claves: afrodescendientes, Saltillo, Parras, frontera, siglo XVIII, movilidad social,
parentesco, identidad.
Introducción
Los orígenes de las poblaciones afrodescendientes, libertos y esclavos, en el virreinato de
la Nueva España, pueden rastrearse desde los inicios de la conquista española. El progresivo
avance del dominio militar europeo desde 1521 implicó la ruptura del orden cultural de las
sociedades del México prehispánico y a su vez, derivó en la instauración de valores sociales
y culturales, anclados a una mentalidad occidental.

Con el avance de la conquista y el subsecuente descubrimiento de recursos,


mayormente mineros, la expansión virreinal se aceleró y adquirió nuevos matices. Con el
hallazgo de las primeras minas de Zacatecas en 1546 se comenzó a configurar una
regionalización y especialización económica de los territorios conquistados y, por tanto, se
fundaron nuevos asentamientos. Es en esta dinámica que surgen las villas de Santiago del
Saltillo y Santa María de las Parras. Ante las nuevas condiciones económicas, los españoles
requirieron de personas de origen africano para su participación en la economía y en el
trabajo de las casas de las personas de élite del septentrión novohispano.

Saltillo fue un territorio que desempeñó un papel de suma importancia para la


colonización del noreste de México, debido a que fungió como un espacio que permitió el
suministro de productos a Nuevo León, Zacatecas y Texas. Con el paso del tiempo, esta villa
se transformó en un puente para la expansión territorial del septentrión novohispano. Por
su parte, Santa María de las Parras también se convirtió en un lugar representativo en el
sureste de Coahuila, ya que fue un espacio que se constituyó históricamente a partir de su
producción vinícola. Saltillo y Parras estuvieron vinculados dentro del noreste novohispano
en términos históricos, económicos y sociales.

Con el crecimiento y la importancia de estos territorios norestenses, la utilización de


esclavizados africanos y afrodescendientes se convirtió en algo esencial para los grupos de
poder, puesto que estos requerían de abundante mano de obra para el desarrollo de sus
unidades productivas, dentro de una dinámica fronteriza. Con el paso del tiempo, la
posesión y aprovechamiento de esclavizados de origen africano se convirtió también en una
necesidad social, ya que ellos constituían un signo de prestigio social.

2
En tiempos recientes es cada vez mayor el número de estudios enfocados en
poblaciones de origen africano en México. Esto responde a un interés -más o menos
generalizado- por reconocer y valorar los aportes culturales y sociales, de estas poblaciones
en el pasado y presente de México. Entender los procesos históricos y etnohistóricos con
participación africana que contribuyeron a generar el perfil heterogéneo del México
contemporáneo, permitirá la construcción de conocimientos que coadyuvarán en la
creación de una sociedad más plural, respetuosa e incluyente en el siglo XXI.

Pese al número importante de estudios sobre las poblaciones de origen africano en


México que se analizarán en el siguiente capítulo, no deja de sorprender la disparidad entre
el número y temporalidad de este tipo de acercamientos entre las distintas regiones del
país. El caso del norte de México resalta por los pocos trabajos efectuados. Pese a las
muchas vetas por explotar aún dentro de la historiografía del noreste mexicano en la
cuestión afrodescendiente, destaca el trabajo de Carlos Valdés e Ildefonso Dávila.1

Es de suma importancia analizar las relaciones que se gestaron entre los


afrodescendientes con otros grupos sociales, ya que esto permite entender parte de la
dinámica de los intercambios culturales y sociales en el noreste novohispano. De la misma
manera, comprender los vínculos interpersonales, legales o ilegales que se crearon entre
los afrodescendientes ayudará a analizar la movilidad social que muchas veces se originó en
estos territorios.

Son varios los enfoques, teorías y métodos que se pueden ensayar y aplicar dentro
de los estudios históricos del noreste mexicano, los cuales han permitido un conocimiento
más global de sus realidades económicas, sociales y culturales. Este trabajo tiene el
propósito de efectuar un acercamiento al conocimiento de las relaciones sociales de los
afrodescendientes, privilegiando en la medida de lo posible, sus propias experiencias. Esto
se logrará mediante el análisis de la documentación resguardada en distintos repositorios
del país. A través de las fuentes primarias se aspira a recuperar las vivencias de dichos

1
Dávila, Ildefonso y Valdés, Carlos, Esclavos negros en Saltillo: siglos XVII-XIX, México, Universidad
Autónoma de Coahuila, 1989.

3
grupos, mediante las cuales se generaron vínculos considerados legales e ilegales en el
noreste novohispano del siglo XVIII.

La temporalidad dentro de la cual se circunscribe el problema de investigación de


esta tesis (siglo XVIII), obedece principalmente a la disponibilidad de las fuentes, materia
clave del trabajo del historiador. La naturaleza de los archivos consultados (actas
matrimoniales), como se verá, permitió enfocar el análisis en cuestiones centrales como la
participación afrodescendiente dentro de la dinámica cotidiana interna de las villas
estudiadas. Igualmente se eligió el siglo XVIII porque en este periodo se comenzaron a
desarrollar argumentos que justificaron la esclavitud a partir de rasgos físicos y culturales.
Estos atributos muchas veces fueron expuestos en los documentos que se utilizaron para
esta investigación, por lo que es a partir de ellos que se puede elaborar un análisis.

Por tanto, el objetivo general de esta investigación es analizar las características de


las relaciones de convivencia e intercambio entre los afrodescendientes en la Villa de
Santiago del Saltillo y Santa María de las Parras en el siglo XVIII.

De lo anterior derivan tres objetivos específicos:

 Distinguir las características de la participación de las personas de origen


africano en el territorio de la Villa de Santiago del Saltillo y de Santa María
de las Parras en el siglo XVIII.
 Identificar las características de las uniones legales e ilegales, entre los
afrodescendientes y los distintos grupos sociales de la Villa de Santiago del
Saltillo y Santa María de las Parras.
 Determinar la forma en que las relaciones de los afrodescendientes en el
sureste de Coahuila repercutieron en los mecanismos de movilidad
económica y social, así como las particularidades de las relaciones que
establecieron con distintos grupos de la región.

La hipótesis fundamental de este trabajo se basa en la idea de que los asentamientos de


Saltillo y Parras tuvieron características particulares, no sólo por su ubicación territorial,
sino por las especificidades de sus poblaciones, entre ellas las de origen africano, quienes

4
posibilitaron una sociedad pluricultural y, por tanto, la creación de diferentes relaciones
sociales entre los afrodescendientes, europeos, indígenas y los distintos grupos culturales.

A partir de los objetivos planteados y de la hipótesis propuesta para esta


investigación se desarrollaron tres capítulos. En el primero de ellos realiza una reflexión
historiográfica sobre las investigaciones previas efectuadas sobre esta región de estudio,
concernientes al tema afrodescendientes. En este apartado se enfatizará en los temas
relacionados con la vida cotidiana, privilegiando aquellos textos y estudios que se refieren
a las experiencias afrodescendientes en el noreste del actual México. Así mismo, se
efectuará en este capítulo una aproximación teórica bajo este enfoque. En ella se discutirán
algunas de las premisas teóricas centrales de sus principales exponentes, así como las
posturas y planteamientos que se han desarrollado en esta teoría. De la misma forma, se
explicarán los usos e implicaciones teóricas y conceptuales de la vida cotidiana en los
estudios históricos. A partir de esto, se articularán y desarrollarán los conceptos que se
utilizarán a lo largo de esta investigación, mismos que están vinculados con esta forma de
hacer historia, entre los que se encuentran: parentesco, intercambio, movilidad social,
esclavizados y afrodescendientes de casa y frontera. En este mismo apartado, se explicará
la metodología y las fuentes que se utilizaron para la elaboración de esta investigación, ya
que, en este sentido, se pretende utilizar una metodología cuantitativa y cualitativa,
privilegiando esta última, sin dejar de lado las cifras que aporten las fuentes utilizadas. Así
mismo, se expondrán los términos de la época, a manera de herramienta heurística, es decir
como estrategia particular que permita desarrollar adecuadamente cada capítulo de esta
investigación. En este marco se trabajarán los términos calidad y casta, así como los de
matrimonio y relaciones ilegales.

El segundo capítulo tiene como objetivo hacer un esbozo general de los contextos
históricos de Saltillo y Parras en la época virreinal. En este apartado, que comienza
temporalmente con la llegada de los primeros conquistadores a la región, se enfatizarán las
características particulares de la época en la que se circunscribe esta investigación. Así
mismo, a través de fuentes bibliográficas y primarias se creó un corpus de información que
permitió llevar a cabo un acercamiento a las experiencias de los afrodescendientes en el

5
sureste de Coahuila, por lo que en la misma sección de la tesis se observarán las temáticas
relacionadas con las implicaciones sociales e históricas de la población afrodescendiente en
esta región como: los lugares de procedencia, los rasgos distintivos de las personas
esclavizadas, oficios y ocupaciones, características de las formas de resistencia, la diversidad
económica y la condición de nacimiento de los afrodescendientes.

En el tercer capítulo, a través de fuentes parroquiales, se identificarán las uniones


legales que se efectuaron entre los afrodescendientes, así como con otros grupos.
Igualmente se investigarán las denuncias identificadas en los diferentes archivos. En éstas
se analizarán las relaciones consideradas ilegales en la época. Éstas, como se mostrará,
evidenciaban malestar y disgusto social por parte de las personas vinculadas en los asuntos
tratados, pues muchas de estas uniones afectaban de manera directa o indirecta a uno u
otro individuo. Esta última parte se dividirá en dos: aquellas uniones que estaban vinculadas
con el amancebamiento y las relaciones que en la actualidad son denominadas como
violaciones.

6
Capítulo I

Reflexiones teóricas e historiográficas


1.1. Estudios previos

Para realizar esta investigación se hizo una revisión historiográfica sobre los diferentes
métodos y temáticas que se han abordado para estudiar a las personas de origen africano
en México, fundamentalmente durante el periodo virreinal. En la actualidad existen
balances que facilitan la tarea de los interesados en la temática, puesto que permiten
conocer los estudios ya realizados con anterioridad. Algunos de los investigadores que han
realizado estos trabajos los han plasmado en tesis, como es el caso de María Elisa
Velázquez,2 María Cristina Córdova3 y María Camila Díaz.4 Estos se han publicado también
en artículos o libros como el de Ben Vinson III,5 el de María Elisa Velázquez y Odile Hoffman6
y el de María Velázquez y María Camila Díaz.7 Debido a esto se privilegiarán aquellos textos
que están relacionados con la temática de vida cotidiana o con el espacio del noreste
mexicano, aunque se mencionarán algunos libros que ayudaron en la realización de esta
tesis.

Estas investigaciones, en su conjunto, coinciden con la idea de que las poblaciones


de origen africano han sido estudiadas tardíamente por la antropología y la historia debido
a que estas disciplinas, en su mayoría, han centrado su atención en los pueblos indígenas

2
Velázquez, María Elisa, Mujeres de origen africano en la capital virreinal, siglo S.VII y S.VIII, tesis de doctorado
en antropología, línea Historia, México, Escuela Nacional de Antropología e Historia, 2001.
3
Córdova Aguilar, María, Proceso de convivencia de negros, mulatos y pardos en la sociedad de Oaxaca: siglo
XVII y XVIII, tesis de doctorado en historia, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de
Filosofía y Letras, Instituto de Investigaciones Históricas, 2017.
4
Díaz, María Camila, Afrodescendientes, esclavitud y libertad entre la frontera entre México y Estados Unidos,
1821-1865, tesis de doctorado en Historia y Etnohistoria, México, Escuela Nacional de Antropología e Historia,
2018.
5
Vinson III, Ben, “La historia de los estudios de los negros en México”, en Vinson III, Ben y Vaugh,
Bobby (coordinadores), Afroméxico: herramientas para la historia, México, Fondo de Cultura
Económica, 2004, pp. 19-73.
6
Velázquez, María Elisa, “Balances y retos de los estudios antropológicos sobre poblaciones
afrodescendientes en México", en Anales de Antropología, México, Instituto de Investigaciones
Antropológicas, número 50, 2016, pp.177-187, recuperado el 15 de agosto del 2019, en https://ac.els-
cdn.com/S0185122516300108/1-s2.0-S0185122516300108-main.pdf?_tid=e8000bdf-a027-4264-8b57-
c2eb6287eb7d&acdnat=1537734119_1d13f4ccd1751243e42d495fd56a622d y Hoffman, Odile, y Velázquez,
María Elisa, “Investigaciones sobre africanos y afrodescendientes en México: acuerdos y consideraciones
desde la historia y la antropología”, en Diario de Campo, México, INAH, 1999, pp. 62-68, recuperado el 25 de
septiembre del 2018, en https://revistas.inah.gob.mx/index.php/diariodecampo/article/view/7992/8793
7
Díaz María Camila y Velázquez, María Elisa, “Estudios afromexicanos: una revisión historiográfica y
antropológica”, en Tabula Raza, Colombia, número 27, 2017, pp.221-148.

8
del pasado y presente, así mismo la historia ha suele privilegiar el estudio de las poblaciones
blancas y “mestizas”. Todas las revisiones bibliográficas sobre el tema subrayan que
Gonzalo Aguirre Beltrán a mediados del siglo XX fue el pionero en abordar la cuestión
afrodescendiente en México. El antropólogo enfatizaba en sus trabajos en la necesidad de
utilizar una metodología histórica y etnohistórica, con la premisa de que el pasado sirve
para entender el presente. Este autor tuvo influencia de Melville Herskovits quien
consideraba que para lograr sus objetivos sobre los trabajos afroestadounidenses,
necesitaba localizar los orígenes y las huellas africanas dentro de estos grupos para
entender sus expresiones culturales.8 En 1948 Herskovits crea el programa de Estudios
Africanos, en el contexto de los años 50 y 60, que se caracterizó por el proceso de
reivindicación de las personas de origen africano.9 Bajo estas propuestas Aguirre Beltrán
analizó las poblaciones afrodescendientes en México. En este sentido, el autor pretendió
buscar permanencias africanas en siglos posteriores, como en su libro La población negra
de México.10 Así mismo, Aguirre Beltrán estudió temas relacionados con el tráfico
trasatlántico y el origen étnico de los africanos traídos a la Nueva España. Además,
desarrolló importantes reflexiones sobre los antiguos esclavizados y afrodescendientes
libres, tanto en la vida virreinal como después de la independencia. También estudió
manifestaciones, formas de organización y de parentesco, medicina tradicional, gestos y
rituales de origen africano.11 Además fue el primer investigador que creó cuadros
demográficos de la época virreinal para observar la presencia de los afrodescendientes en
la Nueva España.12

Después de Aguirre Beltrán aparecen otros autores que escriben sobre las
experiencias de las poblaciones de origen africano. Colin Alphonsous Palmer es reconocido
por su obra Slaves of the white God: Blacks in México, 1570-1650, publicada en el año 1976.
En este texto aborda el tema del comercio de esclavos en la Nueva España, así como una

8
Mintz, Sindy y Price, Richard, El origen de la cultura africano-americana. Una perspectiva antropológica,
México, Clásicos y contemporáneos en antropología, Universidad Autónoma Metropolitana, 2012, p.26.
9
Díaz, María Camilia y Velázquez, María Elisa, Op. cit, “Estudios afromexicanos…”.
10
Ibid.
11
Velázquez, María Elisa, Op. cit, “Balances y retos de los estudios…”.
12
Díaz, María Camila, Op. cit, “Afrodescendientes, esclavitud y libertad”

9
diversidad de experiencias de la esclavitud en los obrajes, los ingenios, las minas y en los
oficios urbanos en la Ciudad de México.13 Otros autores que se deben de destacar, y que a
bordaron temas relacionados a los afrodescendientes de la Nueva España son
Adriana Naveda, con su texto Esclavos negros en las haciendas azucareras de Córdoba,
Veracruz, 1690-1830.14 Por su parte María Camila Díaz explica que el libro Mineros y
comerciantes en el México borbónico (1763-1810), de David Brading corresponde a un
“estudio sobre la estructura ocupacional del trabajo”.15 Dentro de esta dinámica
ocupacional del bajío novohispano, poblaciones como indígenas y afrodescendientes
desempeñaron importante labores que coadyuvaron a la consolidación de la economía de
la zona, con un perfil marcadamente minero.

En tiempos recientes las metodologías se multiplican, por lo que se comienzan a


abordar otros tipos de enfoques relacionados con el género, la movilidad económica, así
como los espacios en donde se gestan las diferentes relaciones de los afrodescendientes,
por lo que se toman en cuenta diversas temáticas, entre las que destaca la religión. Solange
Alberro escribe sobre la blasfemia y la brujería, retomando denuncias realizadas en contra
de africanos y afrodescendientes. Con base a las fuentes documentales del Archivo General
de la Nación de México, y el Fondo Inquisición, además de abordar la economía virreinal, se
dedica a estudiar las actividades, papeles y funciones que desempeñaban los hombres que
pertenecían a la institución.16 Por su parte, Rafael Castañeda investiga sobre las cofradías
de negros y mulatos, para la conformación de relaciones y vínculos entre los devotos. 17 Así
mismo analiza la figura de San Benito de Palermo y de Santa Ifigenia, devociones de
africanos que estuvieron presentes en la sociedad novohispana.18 Dentro de los estudios de
religión afrodescendientes, se escriben trabajos relacionados con la hechicería. Luz

13
Ibid.
14
Díaz, María Camila y Velázquez, María Elisa, Op. cit, “Estudios afromexicanos…”.
15
Díaz, María Camila, Op. cit, “Afrodescendientes, esclavitud y libertad”.
16
Alberro, Solange, Inquisición y Sociedad en México, 1571-1700, México, Fondo de Cultura Económica,
versión electrónica 2015.
17
Castañeda Rafael, “Familia y mestizaje en dos cofradías de descendientes de africanos en Nueva España
(San Miguel el Grande, siglo XVIII)”, en Trace 69, México, CEMCA, enero 2016, págs. 96-120.
18
Castañeda, Rafael, “la devoción a los santos negros”, en Relatos e historia en México, México, año 9, número
99, Raíces, 2007, pp. 26-33.

10
Alejandra Cárdenas desarrolla su tesis de maestría sobre la hechicería en Cuba a través del
estudio de los discursos que se presentan en las denuncias hechas ante el Tribunal de la
Inquisición en la Nueva España. Ella pretende conocer el imaginario que existía en la
sociedad, enfocándose en estudiar las prácticas sociales y culturales de la época.19

También se comienzan a hacer estudios en relación a la familia, la niñez o las redes


de parentesco. Sin embargo, una de las transformaciones más importantes que se da en los
años 2000 es que los estudios ya no sólo se relacionan con los esclavos, sino que las miradas
también se comienzan a centrar en los libertos, permitiendo comprender la situación
afrodescendiente no como algo homogéneo, sino como un conjunto de procesos y
dinámicas históricas con características cambiantes a través del tiempo.

Respecto a la temática de la familia, Pilar Gonzalbo, en diferentes textos escribe


sobre el matrimonio y el parentesco, y como éstos afectaron a los grupos de poblaciones
que descendían de africanos.20 También se tiene que resaltar la obra de María Elisa
Velázquez, quien principalmente, a partir del Archivo General de la Nación y de los ramos
de Matrimonios, de la Inquisición, Bienes Nacionales, Jesuitas, entre otros, hace un análisis
de la vida de las mujeres que fueron esclavas en los hogares de la Ciudad de México, así
como la participación social, económica y cultural de afrodescendientes libres y
esclavizados dentro de la sociedad novohispana de la Ciudad de México, durante los siglos
XVII y XVIII. En el tema de familia y parentesco analiza los matrimonios, la situación de las
sometidas, de las amancebadas y de las bígamas. También abarca otros temas relacionados
con los trabajos realizados por las mujeres afrodescendientes, así como con la hechicería,
la magia y la superstición.21 Posteriormente publica un artículo relacionado con la
participación de la mujer afrodescendiente en los intercambios culturales en espacios

19
Cárdenas, Luz Alejandra, Hechicería y vida cotidiana en Cuba, siglo XVI, tesis para el grado de maestría en
Estudios Latinoamericanos, México, UNAM, 2006.
20
Gonzalbo, Pilar, Familia y orden colonial, México, Colegio de México, 2005 y Gonzalbo, Pilar “La trampa de
la Casta”, en La sociedad novohispana: estereotipos y realidades, México, El Colegio de México, Centro de
Estudios Históricos, 2013.
21
Velázquez, María Elisa, Mujeres de origen africano en la capital novohispana, siglo XVII y XVIII, México,
Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2006.

11
relacionados con la comida.22 La investigadora hace sus trabajos analizando la cultura como
un proceso dinámico y flexible en el que interactúan diversas realidades según las dinámicas
sociales de la época.

Otra tesis enfocada en cuestiones de parentesco es la de Susana García de la Huerta.


Ella se plantea comprender las dinámicas que se desarrollaban en las labores de casas por
lo que analiza los mitos y estereotipos. Su trabajo enfatiza las relaciones laborales.23

Sobre la vida cotidiana se han comenzado a analizar temas relacionados con la niñez.
Cristina Masferrer, publicó un libro que aborda la historia de los niños de origen africano y
su participación en las redes sociales que se generaban con otros esclavos, pero también
con personas de diferentes orígenes en la capital novohispana. Ella hace una investigación
a través de una metodología cuantitativa y cualitativa. Con actas bautismales y con archivos
del AGN busca comprender principalmente las fronteras étnicas y la socialización que vivían
estas familias.24

A pesar de que la mayoría de las investigaciones sobre las personas de origen


africano se han llevado a cabo en el centro de México, desde los años de 1990 se han
incrementado estos estudios en otras regiones del país como Michoacán, Puebla,
Tamaulipas, Coahuila, Yucatán, Tabasco, Jalisco, Guanajuato, Colima, Oaxaca y Ciudad de
México.25 En el caso de Coahuila, la mayoría de los textos se relacionan con el grupo de los
mascogos.

Los textos regionales que se encontraron parten de diferentes temáticas y


metodologías. Algunos de estos libros son sobre la sociedad afrodescendiente desde una
perspectiva muy general. Un ejemplo es el padre jesuita Churruca Peláez, quien en su texto

22
Velázquez, María Elisa, “Comida, Chocolate y otros brebajes: africanas y afrodescendientes en el México
Virreinal”, en Good, Catherine y Corona, Laura Elena (coordinadoras), Comida cultura y modernidad en
México: perspectivas antropológicas e históricas, México, Escuela Nacional de Antropología e Historia, 2011,
pp. 207-224.
23
García, Susana, Casos de mujeres de origen africano, algunos ingredientes para la elaboración de mitos y
estereotipos en el siglo XVIII. Ciudad de México y Puebla de los Ángeles, tesis de maestría, México, Escuela
Nacional de Antropología e Historia, Posgrado en Historia y Etnohistoria, 2006.
24
Masferrer, Cristina, Muleke, negritas y mulatillos, niñez y familia y redes sociales de los esclavos de origen
africano en la ciudad de México, siglo XVII, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2013.
25
Velázquez, María Elisa, Op. cit, “Mujeres de origen africano…”.

12
hace referencia a un conjunto de información recuperada a partir de su trabajo en los
documentos sobre la presencia afrodescendiente en el territorio de Parras.26 Por su parte,
Gabriela Román escribe un breve artículo que explica la llegada de los afrodescendientes a
la Laguna.27 En este texto describe a la región lagunera de Coahuila como zona de frontera
en donde se combatía a los indígenas “hostiles” que llegaban a la región y la importancia
que tuvieron las personas de origen africano para la conformación de esa sociedad.

Por otra parte, el tema de la esclavitud en la minería fue muy importante para San
Luis Potosí, por lo que Ramón Montoya aporta datos interesantes. Este autor demuestra el
papel que desempeñaron los afrodescendientes en los centros mineros, así como temas
relacionados con el comercio de los esclavos. Sin embargo, uno de los elementos que hace
que su trabajo sea innovador es que usa la piel del esclavo como fuente histórica. Es decir,
él considera que la “piel del esclavizado” es la que aporta información, ya que en los
archivos se describen las imperfecciones físicas de las personas que van a ser vendidas o
compradas. Así mismo, realiza un análisis de las marcas de fuego que muchas veces se
plasmaban en los afrodescendientes, más frecuente en los hombres que en las mujeres. 28

En el noreste de la Nueva España también se han realizado trabajos relacionados


con la religiosidad. Armando Hernández escribe sobre las cofradías en San Luis Potosí. En
este texto se explica que éstas surgieron tardíamente, ya que todavía en 1605 no se tiene
información sobre un altar y es hasta 1652 cuando se tienen noticias sobre la construcción
de una capilla.

Sobre el tema de hechicería relacionada con los llamados mulatos, pardos y zambos,
historiadores como Nora Reyes y Martín González han analizado diez documentos sobre lo
que denominan pactos con el demonio. Dentro de los temas que se mencionan en estas

26
Churruca ,Agustín, Barraza, Héctor, Esparza, Ana María, Sakanassi, Mayela y Borja, Patricio, El sur de
Coahuila antiguo, indígena y negro, México, Parras, Archivo Histórico Matheo, 1989.
27
Román Gabriela, “Negros y mulatos en la Laguna", en Verano, sol, picoso y nada mejor que una sombra de
pared de adobe para leer la Gazeta, Coahuila, México, año 8, número 6, 2006.
28
Montoya, Ramón, El esclavo africano en San Luis Potosí durante los siglos XVII y XVIII, México, Universidad
Autónoma de San Luis Potosí y Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades, 2016, y Montoya, Ramón, “Piezas
de Indias” en una frontera esclavista novohispana. Una mirada a la corporeidad del esclavo africano en el San
Luis Potosí del siglo XVII”, en Historia 2.0, año 5, número 9, Asociación Historia Abierta, 2015, pp.83-102.

13
fuentes es el abandono de las prácticas católicas, pero también el uso de farmacopea
indígena con fines curativos y mágicos.29

Sobre temas relacionados con la vida cotidiana se encontraron distintos tipos de


aproximaciones. César Salinas proporciona un esbozo desde la llegada de los esclavizados
“negros” a Monterrey. En su artículo se mencionan el costo de los esclavizados, así como la
forma en que fueron adquiridos. También escribe sobre la inserción social, los apellidos y
los propietarios de los esclavos.30 Por su parte Carlos Valdés e Ildefonso Dávila publican un
libro en que se expone la manera en que vivían los afrodescendientes en Saltillo, explicando
las actividades que realizaban, así como las características económicos-sociales que tenían
las personas que adquirían los esclavos. También se abordan los mecanismos mediante los
cuales los esclavizados obtenían la libertad, y las formas de resistencia de las personas de
origen africano.31

También se revisó el artículo de Frank T. Proctor, quien considera que la familia y la


comunidad fueron una institución importante para los esclavizados en la Nueva España. En
su texto analiza los patrones de matrimonio y las tasas de fertilidad, así como las uniones
de parentesco basado en el padrinazgo del bautismo.32 Otro texto relacionado con el tema
de familia y parentesco es la tesis de licenciatura de Cora Montañez. Ella, mediante el
análisis de actas bautismales, brinda información sobre los afrodescendientes en Parras.33

Aun con los valiosos aportes de los estudios aquí mencionados sobre poblaciones
africanas y afrodescendientes en el noroeste del actual territorio mexicano, faltan muchos
estudios por realizar. Es por eso que se convierte en una prioridad continuar con

29
González, Martín y Reyes Nora, “El demonio entre los marginales: población negra y el pacto con el demonio
en el norte de Nueva España, siglos XVII y XVIII”, en Colonial Latin American Historical Review, volumen 10,
University of New Mexico, 2001, pp. 199-221.
30
Salinas, César, "Esclavos negros y mulatos en Monterrey durante el siglo XVII", en Revista de Historia de la
Universidad Autónoma de Nuevo León, México, número 6, Universidad Autónoma de Nuevo León, S.F., pp.4-
11.
31
Dávila, Ildefonso y Valdés, Carlos, Op. cit, “Esclavos negros…”.
32
Proctor, Frank, “La familia y la comunidad esclava en San Luis Potosí, Guanajuato, Nueva España, 1640-
1750, en Rutas de la esclavitud” en Cáceres, Rina (compiladora), África y América Latina, Costa Rica,
Universidad de Costa Rica, 2001, pp.223 -249.
33
Montañez, Cora, La población afrodescendiente en Santa María de las Parras (1722-1800), tesis de
licenciatura, México, Universidad Autónoma de Coahuila, 2019.

14
investigaciones que comprendan las diferentes experiencias que se vivieron en el
septentrión novohispano. Así mismo, es necesario analizar las dinámicas y vivencias de los
afrodescendientes como un factor decisivo para la conformación cultural y social de este
territorio. Por tanto, la elaboración de esta tesis contribuirá al reconocimiento histórico de
las poblaciones afrodescendientes en la región de estudio.

1.2. Planteamiento del problema

A partir de la revisión hecha sobre las investigaciones realizadas, se observa que queda
mucho trabajo que hacer en lo referente al estudio de las características y experiencias de
las poblaciones afrodescendientes en la frontera de la Nueva España. Además, resulta
interesante el análisis de este tema en esta región, ya que el septentrión novohispano tenía
características particulares que contribuyeron a generar relaciones culturales, económicas
y sociales distintas de otras regiones.

Desde antes de la llegada de los conquistadores se observaba que este territorio no


se desenvolvía en términos histórico-sociales de la misma forma que el centro o sur de lo
que sería la Nueva España. Como a continuación se analizará el sureste de Coahuila era un
semidesierto habitado por grupos indígenas nómadas, quienes aprendieron a desplazarse
dentro del inhóspito territorio debido a que conocían formas de supervivencia que les
permitieron generar estrategias de lucha y resistencia como un medio para continuar con
su libertad. Esta situación generó miedo en los habitantes del territorio, por lo que la vida
económica y social en la frontera norte se modificó.

Esta situación de guerra que vivieron los conquistadores día a día con los indígenas
hizo que las características institucionales y de organización distaran de otras regiones de
la Corona española, por lo que una de las grandes particularidades que tuvo la región fue el
desarrollo de las misiones y presidios. Con este intento de encontrar una solución a lo que
se concebía como hostilidad por parte de los indígenas, fue importante la llegada de otros
grupos sociales, sumándose por tanto a esta dinámica, la presencia de los tlaxcaltecas y
afrodescendientes. El caso de los indígenas ha sido estudiado por los investigadores

15
interesados en esta región, pero en cuanto a las personas de origen africano la información
continúa siendo escasa.34

Otra de las características de este territorio es que su posición como frontera,


permitió conservar a los diferentes grupos lejos del poder central del virreinato, facilitando
que los europeos no siempre siguieran las reglas dictadas por el virrey y la Corona. Esto
ocasionó que los afrodescendientes, libres o esclavos fueran tratados como lo creían
conveniente los vecinos que habitaban estos territorios, aunque esto no siempre
coincidiera con los intereses de la Corona. Pese a que fue un problema común a muchas
regiones del virreinato la escasa observancia y aplicación de las leyes, el problema era más
fuerte en el septentrión por la lejanía territorial que presentaba respecto a la capital de
Nueva España.

La investigación histórica en estos territorios resulta interesante, debido a que sus


características son distintas de las que se pueden observar en los estudios realizados en
regiones donde se tenía una economía centrada en actividades que no eran representativas
en el noreste novohispano, como la agricultura o minería. Debido a que estos territorios no
cumplían con estas características, necesitaban de la presencia de afrodescendientes en
otras faenas, como se mostrará en los siguientes capítulos. Esto permitió que las personas
de origen africano se relacionaran con los demás grupos de la región.

Para esta investigación se analizarán las relaciones que se gestaron entre los
afrodescendientes en el siglo XVIII en el sureste de Coahuila. Como se observó en los
estudios previos, las investigaciones sobre las personas de origen africano en el noreste de
México son escasas. Sólo fue posible mencionar algunos textos que aborden temáticas
relacionadas con estos sujetos en forma general. Esto hace todavía más difícil encontrar
estudios que se relacionen con la vida cotidiana en este territorio.

34
Algunos ejemplos de textos sobre indígenas en Coahuila, son los textos de Valdés, Carlos y Venegas,
Hernán, La Ruta del Horro: prisioneros indios del noreste novohispano llevados como esclavos a la Habana,
Cuba (finales del siglo XVIII a principios del siglo XIX), Coahuila, México, Plaza y Valdés editores, 2013 y
Valdés, Carlos, La Gente del Mezquite: los nómadas del noreste en la colonia, Saltillo, México, Centro de
Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, 1995.

16
Para la presente tesis se decidió analizar la Villa de Santiago del Saltillo y de Santa
María de las Parras, ya que éstas se desarrollaron dentro de la misma subregión, por lo que
han compartido una historia desde la conquista temprana del sureste de Coahuila. Por
ejemplo, Francisco de Urdiñola, uno de los principales y primeros colonizadores de la
región, trató de consolidar las actividades económicas a través del fortalecimiento de
Parras,35 por lo que movilizó a algunas de las familias tlaxcaltecas que se encontraban en
San Estaban de la Nueva Tlaxcala (poblado vecino de Saltillo) a Parras para el desarrollo
social y económico de la región, lo cual dio como resultado que en 1700 la mayoría de los
habitantes fueran tlaxcaltecas.36 Estos asentamientos, además de la historia que
compartían, durante la época virreinal estuvieron involucrados social, política y
comercialmente. Los padres de la compañía de Parras llegaron a vender a sus esclavos en
Saltillo.37 Es por esta razón que las fuentes obtenidas de ambos territorios permiten
comparar la información de manera complementaria, con el fin de obtener una visión más
certera de la vida de los afrodescendientes de estos territorios.

Para cumplir con los objetivos planteados se revisaron los aportes teóricos relativos
a la historia social y en particular a la vida cotidiana. Por tanto, en la siguiente sección del
trabajo se expondrán las ideas los principales investigadores de esta posición teórica, así
como sus conceptos centrales.

1.3. Historia social y vida cotidiana

La teoría histórica ha pasado por diferentes etapas, con el propósito de buscar mejores
formas de llevar a cabo el quehacer historiográfico. La historia social, nace en un debate
centrado en el análisis de la participación de todos los actores sociales como sujetos
históricos y no sólo de aquellas personas que estaban directamente relacionados con la
dirección y control de los asuntos políticos y económicos de los Estados.

35
Cuello, José, Saltillo Colonial: orígenes y formación de una sociedad mexicana en la frontera norte, Saltillo,
Coahuila, Archivo Municipal de Saltillo, 2004.
36
Canales, Álvaro, Tlaxcaltecas al noreste, Saltillo, Coahuila, Consejo editorial del Estado, 1999, p. 115.
37
Dávila, Ildefonso y Valdés, Dávila, Op cit, “Esclavos negros…”, p.16.

17
Debido a los objetivos planteados en esta investigación es importante conocer la
historia de los debates que se gestaron en torno a la historia social, así como sus principales
exponentes. De la misma forma, es necesario saber cuáles son los conceptos que se utilizan
dentro de estas teorías para comprender el enfoque que será abordado en esta tesis.

Es difícil actualmente definir cuáles son las diferencias entre la historia social y la
sociología, ya que ambas se encargan de estudiar a la sociedad. Peter Burke explica que "la
sociología puede definirse como el estudio de la sociedad humana, poniendo el acento en
las generalizaciones sobre su estructura. [Mientras que la historia] puede definirse como el
estudio de las sociedades humanas, destacando las diferencias que hay entre ellas y los
cambios que se han producido en cada una a lo largo del tiempo".38

La separación de estas dos ciencias se hizo de forma paulatina. Para los historiadores
de esta época eran insuficientes las explicaciones que habían desarrollado los primeros
sociólogos y antropólogos sociales sobre la teoría evolucionista. Estas ideas se basaban en
la triada conceptual desarrollada por el antropólogo estadounidense Lewis H. Morgan (el
salvajismo, la barbarie y la civilización), por lo que buscaron datos económicos en el
comercio y la industria para analizar el desarrollo de la población39. La escuela alemana
centró la discusión entre Staat (Estado) y Gesellschaft (sociedad). Los que se encargaron
del Estado (Staat) en las últimas tres partes del siglo XIX, se redujeron al estado nacionalista
con Von Ranke.40

Posteriormente diferentes escuelas se fueron interesando por la historia social. Por


ejemplo, Santos Julia, menciona que para la Social History hay dos corrientes: la de la
Escuela de los Annales y la de la tradición marxista británica.41 Esto no significa que sean
las únicas formas en que se ha abordado la historia social, en palabras del autor, éstas son
las que gozan de una mayor tradición teórica e historiográfica.42

38
Burke, Peter, Sociología e historia, Madrid, Alianza Editorial. 1980. p.11.
39
Sieder, Reinhar “Was Heisst Sozialgeschichte?: Brüche und Kontinuitaten in der Aneignung der Sozialen”,
Sozialgeschichte, Alemania, 1990, pp25-48, p. 27.
40
Ibid., p. 28.
41
Santos, Julia, Historia social/sociología histórica, Madrid, Siglo Veintiuno, 1989, p.29.
42
Ibid., p. 30.

18
A pesar de que la Escuela de los Annales y los historiadores británicos estuvieron
interesados en la historia social, ésta tomó fuerza a partir de 1960. Una vez que esto
sucedió, se comenzó con el análisis de las diferencias entre la historia social y las otras
formas de abordar la historia. Dentro de este debate se enfatizaron las cuestiones
relacionadas a los problemas de investigación y las metodologías. 43

Conforme se fue transformando esta forma de hacer historia se empezó a prestar


más atención a los fenómenos individuales, por lo que a pesar de que la economía seguía
jugando un papel importante se comienzan a estudiar los procesos históricos y sociales.
Además, se empieza a relacionar la sociedad y la cultura en la historia, como en el caso de
los franceses.44 En palabras de Reinhar Sieder, "con la demografía histórica, la investigación
familiar histórica, la historia de las mujeres y el género, la ciudad y la urbanización, la
investigación de la movilidad social-histórica […], crearon nuevos "sectores líderes" en la
historia social".45 Esto se debe de considerar, ya que éstos son algunos de los conceptos con
los cuales se abordará esta investigación.

Como ya se mencionó, la historia social comienza a centrar su interés en diversos


temas, entre ellos, la historia familiar y la vida cotidiana. Uno de los historiadores sociales
que fija su atención en esta forma de hacer historia es Edward Thompson. El investigador
considera que ésta se tiene que expresar en la hegemonía ideológica, ya que afecta a los
diferentes grupos culturales. Es en esta dominación que los hombres y las mujeres tratan
de enfrentar su existencia a través de la elaboración de sus propios valores, cultura y modo
de ver la vida.46 Thompson explica que se tiene que entender a los diferentes grupos de
poder, pero no a través de ellos mismos, sino identificando cómo la gente de los grupos
subalternos ha vivido esta hegemonía. Esto se debe a que las sociedades no son receptoras

43
Sieder, Reinhar, Op cit, “Was Heisst Sozialgeschichte?...”, p. 26..
44
Ibid., p.40.
45
Ibid., p. 41. Traducido de Mit der Historischen Demographie, der historischen Familienforschug, der Frauen
und Geschlechtergeschichte, der Stadt, und Urbanisierung, der sozialhistorischen Mobilitätsforschung, einer
asu der Arbeiterbewegungsgeschichte hervorgegangenen Sozialgeschichte der Arbeiterschaft und neuerdings
der Sozialgeschichte der Bürgertums entstanden neue "Leitsektoren" der Sozialgeschichte.
46
Thompson, Edward, “Folclor, antropología e historia social”, en Historia social y antropología, México,
Instituto Mora, 1997, pp. 55-80 p. 78.

19
pasivas, sino que a partir de lo que dictan los grupos de poder retoman y adaptan lo que
consideran elemental a su vida cotidiana.

El estudio de la vida cotidiana ha sido abordado por investigadores que han aportado
datos significativos sobre la historia cotidiana en México. Una de las especialistas es Pilar
Gonzalbo, quien considera que entender esta parte de la historia es importante por “la
necesidad del hombre moderno de encontrar un pasado en el que se sienta integrado y que
le ayude a reconocerse como sujeto dentro del ambiente familiar y local".47 Esto quiere
decir que los datos que se obtienen a través de la historia de la vida cotidiana pueden servir
para conocer y comprender las características familiares. Estos estudios pretenden, por
tanto, ver a los individuos con sus propias especificidades y no sólo a los grandes grupos
poblacionales.48

La vida cotidiana ha cobrado importancia debido a que la construcción social de


significados se da en ámbitos como la familia, en los matrimonios, en el papel de la mujer,
entre otros. A partir de este enfoque el historiador escribe una historia de la familia en
diferentes épocas y países, atendiendo tanto a las élites como a los estratos menos
favorecidos, de las realidades estudiadas.49

En este apartado se hacen precisiones sobre el concepto de vida cotidiana. Como su


nombre lo dice, el término hace referencia a lo que pasa en la vida diaria de las personas,
aquello que es repetitivo y regular dentro de la dinámica de un individuo o de una sociedad.
Debido a que los individuos no deben pensar sobre cada decisión que toman se convierte
en algo espontáneo y mecánico. Esto no quiere decir que la vida cotidiana carezca de
inventiva y dinamismo, sino al contrario, es influenciada por los cambios sociales. Estas
actividades van transformándose pero de forma sutil y constante.50

Estudiar los procesos de la vida cotidiana implica entender que esta historia es
dinámica, debido a que hay muchas habilidades, aptitudes, tipos de percepción y afectos,

47
Gonzalbo, Pilar, “Lo Cotidiano y la Historia", en Introducción a la Historia de la Vida Cotidiana, México,
Colegio de México, 2006, pp. 19 -31.
48
Ibid., p. 20
49
Gonzalo, Pilar, introducción, en Historia de la Familia, México, Instituto Mora, 1993, pp. 7-42.
50
Gonzalbo, Pilar, Op cit, “Lo Cotidiano y la Historia", pp. 27-28

20
que se van transformando según las vivencias personales y el contexto social. La
importancia que se le da a determinados aspectos de la vida depende de cada sociedad.

Uno de los aspectos que se debe de comprender para estudiar a la vida cotidiana es
la separación de la esfera de la vida privada y la pública. Como explica Ágnes Heller,
anteriormente en las sociedades comunitarias, la actividad pública estaba vinculada con la
vida cotidiana, transformándose en los diferentes procesos históricos.51 En la época
virreinal, temporalidad que es estudiada en esta investigación, muchas veces la vida pública
estaba relacionada con lo cotidiano. Esto se observa en cuestiones, en apariencia pequeñas,
como cuando los dueños de las personas esclavizadas, ordenaban a sus trabajadores
entregar recados. Evidentemente lo hacían con el objetivo de facilitarse su día, pero
también buscaban que las demás personas notaran que poseían esclavos remarcando así
su posición social y económica. Es decir, para las élites del noreste novohispano, el prestigio
se manifestaba a partir de varios elementos, entre ellos, el número de esclavizados que
poseían y eso había que mostrarlo. Así como estos ejemplos, existen otros que permiten
entender que a veces la vida privada no estaba separada de la pública.

Una vez entendido el concepto de vida cotidiana se pueden comprender las


diferentes formas en que ha sido estudiado. Norbert Elías, explica que existen ocho formas:

1. En oposición a los días de fiesta

2. Como rutina

3. Como día laboral

4. Para entender la vida de la mayoría de los pueblos

5. En el ámbito de los sucesos de la vida cotidiana

6. En la vida privada, en contraposición de la vida pública

7. Para entender los pensamientos espontáneos, naturales.

51
Heller, Ágnes, Sociología de la vida cotidiana, Colección socialismo y libertad, 2006, p. 91, Recuperado el 18
de octubre del 2019, en https://docplayer.es/69335710-Sociologia-de-la-vida-cotidiana-agnes-
heller.html?fbclid=IwAR3cy25xs46zkXql4IE_WaDsq0JliZxQY5r-c4L_3V3ZYQhiTUrG5GeNxXk

21
8. Para estudiar la conciencia correcta, verdadera y auténtica.52

Estas formas de entender el concepto de lo cotidiano son ilustrativas, pues el


historiador que se encarga de la vida cotidiana muchas veces utiliza más de una forma de
abordar lo cotidiano. Ninguna es excluyente de la otra, sino que se complementan y
constituyen un parámetro que permite vislumbrar las distintas perspectivas desde las
cuales se enfoca el análisis de lo cotidiano.

En esta investigación se estudia el tema a partir de las de las relaciones que se


gestaron en el ámbito de los sucesos de la vida cotidiana. Es decir, se pretende comprender
cómo se establecieron las uniones entre los diferentes grupos sociales, cómo lo vivían en su
día a día y cómo actuaban ante las normas establecidas, ya sea buscando respetarlas, o al
contrario luchando contra ellas, pues posiblemente actuaban de acuerdo a motivaciones y
deseos personales específicos. En este tiempo era importante la percepción de la sociedad
sobre lo que estaba ocurriendo en la privacidad del hogar. Ésta era la forma que tenía la
Iglesia para tratar de controlar lo que se estaba desarrollando en la familia, ya que ésta se
considera el primer núcleo donde socializa la gente.

Además de entender cómo se abordará la historia de la vida cotidiana en esta


investigación se puntualizarán algunos conceptos que están relacionados con la historia
social y con la antropología. Se analizará el concepto de parentesco, de movilidad social, de
intercambio, de esclavizados y afrodescendientes de casa y el de frontera. En esta tesis se
tomará en cuenta el uso de estos conceptos a través de trabajos realizados para
comprender la realidad de la Nueva España. Dicho uso se hará con cautela, ya que algunos
de ellos, como es el caso del parentesco fue creado por los primeros antropólogos
estadounidenses, alejándose, por tanto, de las realidades culturales de México.53 Sin
embargo, se retomarán autores clásicos que permitan una mejor conceptualización.

52
Norbert, Elias, Apuntes sobre el concepto de lo cotidiano, en la civilización de los padres y otros ensayos,
Bogotá, Colombia, Grupo Editorial Norma, 1998, pp. 331-347, pp. 341-342.
53
Robichaux, David, “El sistema familiar mesoamericano y sus consecuencias demográficas”, en Papeles de
Población, Ciudad de México, volumen 8, número 32, Universidad Autónoma del Estado de México, 2002,
pp.59-95, p. 60.

22
1.3.1. Parentesco

Uno de los conceptos que se utilizará en esta investigación es el de parentesco, que en


palabras de Eric Wolf es “un conjunto de constructos simbólicos relativos a la filiación, el
matrimonio, la consanguinidad y la afinidad que definen las relaciones en las que se sitúa a
los individuos”.54 Esta definición es pertinente, ya que como los explica Marvin Harris, "las
relaciones de parentesco se confunden a menudo con las relaciones biológicas",55 y a pesar
de que guarda una relación con la consanguinidad, el parentesco también toma en cuenta
otras características, relacionadas con lo económico, legal y emocional, ya que éste forma
grupos en el que sus miembros se identifican por lo emocional.56 Entender que el
parentesco va más allá de lo consanguíneo permite analizar desde otra perspectiva a los
afrodescendientes, debido a que muchos de ellos fueron obligados a salir de su territorio
natal, por lo que dejaron de compartir su vida con aquellas personas con las que tenían un
vínculo biológico. Pero, a pesar de la adversidad a la que tuvieron que enfrentarse fueron
capaces de crear nuevos vínculos identitarios y emocionales.

La definición de Wolf ayuda a entender las relaciones que se generaron dentro de


los diferentes grupos sociales que habitaron en la Nueva España. El parentesco que se
desarrolló en estos territorios tuvo variantes, ya que podía ser consanguíneo, político o
espiritual. Los grupos de parentesco que se crearon a partir de los rituales religiosos se
gestaron a través de los sacramentos católicos, ya sea del bautizo, la confirmación o el
matrimonio.57 Además, cabe destacar, que estas relaciones se desarrollaron tanto en los
grupos menos favorecidos, como en las élites.58 En el caso afrodescendiente, a pesar de las
dificultades a las que se tuvieron que enfrentar, encontraron formas de generar enlaces
conyugales, legales o ilegales. Éstas se podían generar entre personas libres y esclavizadas,

54
William Roseberry, Antropología e historias: ensayos sobre cultura, historia y economía política, México, El
Colegio de Michoacán, 2014, p. 89.
55
Marvin Harris, Antropología Cultural", Madrid, Alianza Editorial, 2001, p. 239.
56
Burke, Peter, Historia y teoría social, México, Instituto Mora, 2000, p. 67.
57
Good, Catherine, Parentesco Ritual en México: sugerencias para un nuevo enfoque, en "Diario de campo: el
mundo nahua: parentesco y ritualidad", Ciudad de México, número 27, INAH, 2008, pp.9-18, p. 10.
58
Gonzalbo, Pilar, Op cit, “Familia y orden colonial”, p.13.

23
pero también entre individuos de otros orígenes socioculturales.59 El parentesco tuvo una
gran importancia en la vida de los afrodescendientes en esta época. En algunos casos, como
lo menciona María Elisa Velázquez, las personas esclavizadas llegaron a alcanzar su libertad
debido a los lazos de consanguinidad y de parentesco.60

Por otra parte, algunos autores como Mónica Ghirardi y Antonio Irigoyen, explican
que el parentesco jugó un papel importante en la vida social novohispana, por lo que las
personas muchas veces buscaron la monogamia y la permanencia de las uniones, para
evitar los conflictos que se pudiesen generan en los grupos de parentesco ocasionados por
el divorcio o las relaciones ilegales.61 Esto generó que las uniones ilegales no fueran
aceptadas por la Corona ni por la Iglesia.

Existen diferentes formas de estudiar el parentesco. Claude Levi Strauss propone


que uno de los elementos esenciales para entender el parentesco es a través de la
endogamia o exogamia. Para este autor, el primero es la “tendencia a imponer un límite al
grupo y a discriminar en el seno del grupo”, mientras que la exogamia busca una mayor
cohesión es un esfuerzo permanente por lograr mayor solidaridad y una articulación.62 A
pesar de que resulta interesante entender estas dos formas de relacionarse, debido a los
datos que se han analizado a partir de las fuentes localizadas, no se puede pensar que las
relaciones afrodescendientes eran completamente exogámicas o endogámicas, sino que
oscilaban entre estas dos formas de estudiar el parentesco. Sin embargo, esto sólo se podrá
confirmar con los datos aportados con las actas matrimoniales.

Además de analizar la endogamia y exogamia entre las personas de origen africano,


también se privilegiará el concepto que emplea Catherine Good para el estudio del
compadrazgo63, basado en Mintz y Wolf. A pesar de que esta tesis no tiene como objetivo
estudiar el compadrazgo, debido a que las fuentes no lo permiten, sí se puede estudiar el

59
Masferrer, Cristina, Op cit, “Negritas y mulatillos…”, p. 23-24.
60
Velázquez, María Elisa, Op cit, “Mujeres de origen africano…”, p. 149.
61
Ghirardi, Mónica e Irigoyen, Antonio, “El matrimonio, el Concilio de Trento e Hispanoamérica”, en Revista
de Indias, volumen LXIX, número 246, CSIC, 2009, pp. 241-272, p. 246.
62
Levi Straus, Claude, “Las estructuras elementales del parentesco", Paidós, España, 1969, p. 556.
63
Good, Catherine, Op cit, “Parentesco Ritual en México…”, p. 10.

24
matrimonio a partir de lo que la antropóloga denomina compadrazgo vertical u horizontal.
Según Mintz y Wolf el término horizontal señala la dirección de los vínculos entre una misma
clase, en este caso el mismo origen. Mientras que el vertical explica las uniones con
miembros de otras clases.64 A pesar de que el concepto de Levi Strauss resulta interesante
de analizar, el propuesto por Mintz y Wolf permiten conocer de una mejor forma a la
sociedad. Esto se debe a que las relaciones horizontales por lo regular se crean en una clase
tribalmente homogénea, mientras que las verticales se generan en comunidades con varias
clases que interactúan entre ellas.65

Muchas veces las relaciones de parentesco entre grupos afrodescendientes no se


hicieron por vínculos consanguíneos, por lo que se debe tomar en cuenta la consideración
que hace Levi Strauss, quien explica que el parentesco no consanguíneo se crea a partir de
intercambios de vínculos artificiales, en este caso a través de lo político o espiritual,
determinando los derechos, privilegios y obligaciones que deben desempeñar las personas
que conforman las relaciones de parentesco.66

Levi Strauss explica que el matrimonio siempre, sin importar las particularidades de
cada época, podrá encontrar un sistema de intercambio, ya sea de objetos, de personas o
de valores.67 Es por esta razón que se decidió profundizar sobre las perspectivas
antropológicas del intercambio.

1.3.2. Intercambio

El intercambio es fundamental para entender las uniones de parentesco que se gestaron


entre las poblaciones de origen africano y los diferentes grupos sociales que se asentaron
dentro de los territorios de Saltillo y Parras en el siglo XVIII. Diferentes antropólogos han

64
Mintz, Sidney y Wolf Erick, An analysis of ritual co-parenthood (Compadrazgo), en “Southwestern Journal
of Anthropology”, volumen 6, número 4, The University of New Mexico, 1950, pp. 341-368, p.343.
65
Ibid., p. 364.
66
Levi Straus, Claude, op cit, “Las estructuras elementales del parentesco”, pp. 557-559.
67
Ibid., p. 560.

25
realizado sus investigaciones a través de estos conceptos que permiten comprender
diversas dinámicas.

Como ya se mencionó, el intercambio no sólo se crea respecto a los objetos


materiales, sino que también incluye a las mujeres y a los valores sociales.68 Además de
emplear la noción de intercambio desarrollada por Claude Levi-Strauss, para esta
investigación se añadirá dentro de los valores sociales la satisfacción emocional y
sentimental, así como la accesibilidad a ciertos privilegios sociales.

Así mismo, se entenderá este concepto como un mecanismo de intercambios


culturales entre las poblaciones afrodescendientes y los otros grupos culturales de la región
para la construcción de saberes y prácticas cotidianas, generados por diferentes
experiencias sociales.

El concepto de intercambio servirá para comprender los beneficios que obtenían las
personas de origen africano al unirse en relaciones legales e ilegales. Es decir, como explica
María Elisa Velázquez, a través del matrimonio y las diferentes uniones de los
afrodescendientes se propició la convivencia y el intercambio entre los diferentes grupos.69

La antropóloga Catherine Good, a través de su experiencia etnográfica ha definido


el uso de los intercambios recíprocos para la generación de amor y respeto entre las
poblaciones nahuas del estado de Guerrero. Good explica que el objetivo del intercambio
es que las personas reciban constantemente los beneficios del trabajo de otros,
compartiendo las prebendas de su propio trabajo. Para ella, el intercambio es lo que genera
las relaciones y, por tanto, a la persona como ser social. Estos se pueden dar en los
diferentes ámbitos donde se desarrollan relaciones humanas, ya sea en las fiestas
regionales, pero también en las relaciones de una familia, vinculando a los participantes con
el grupo social.70 Del trabajo de Good se retomará principalmente su definición de

68
Ibid., pp.102-103
69
Velázquez, María Elisa, “Calidades, castas y razas en el México virreinal: el uso de categorías y clasificaciones
de las poblaciones de origen africano”, en Estudos Ibero-Americanos, Brasil, Pontifícia Universidade Católica
do Rio Grande do Sur, 2018, p. 437.
70
Good, Catherine, “La lógica cultural nahua y sus principios generadores. Desde la etnografía a nuevos
modelos teóricos”, en Etnografía teórica en Mesoamérica, Madrid, Editorial NOLA, 2019, p.10.

26
intercambio, pues éste es útil para definir y precisar los beneficios que reciben personas y
sociedades derivados del desarrollo de una determinada formación social.

Así mismo, debido a las características de esta investigación se recurrirá al concepto


empleado por Marcel Mauss y Bronislaw Malinowski, quienes ven a los sistemas de
intercambio en relación a la reproducción social y cultural. Estos autores utilizan este
concepto para el entendimiento de la reciprocidad no monetarizadas.71

El concepto de intercambio es necesario para comprender las diferentes uniones


que se daban entre los afrodescendientes con los diversos grupos sociales. Muchas veces
los afrodescendientes que aspiraban a mejores condiciones de vida, llevaban a cabo
uniones de índole legal, pero también ilegal. Esto con el objetivo de obtener ciertos
intercambios, que les permitían elevar su posición social y/o económica.72

Entonces para esta investigación se utilizará al concepto de intercambio como aquel


que posibilita el desarrollo cultural y social de los diferentes grupos, pero también como
aquel que permitió la movilidad social de la población afrodescendientes a través de los
diversos beneficios que podían aportar y recibir.

1.3.3. Movilidad social

Uno de los conceptos claves para estudiar la historia de la vida cotidiana y la historia social
es el de la movilidad social. Éste permite ver a las personas con capacidad de utilizar los
recursos proporcionados por la ley y por la misma sociedad para ascender socialmente, sin
traspasar las fronteras establecidas por la misma sociedad,73 por lo que la sociedad puede
ser concebida.

71
Good, Catherine, “Economía y cultura: enfoques teóricos y etnográficos sobre la reciprocidad", en
Etnografía en los confines Andanzas de Anne Chapman, INAH, Centro de Estudios Mexicanos y
Centroamericanos, UNAM, Instituto de Investigaciones Antropológicas, 2007, pp. 81-90, p. 82.
72
Wade, Peter, “Racismo, democracia racial, mestizaje y relaciones de sexo / género”, en Tábula Rasa,
Colombia, Bogotá, número 18, Colegio Mayor de Cundinamarca, 2013, pp. 45-74, p. 59.
73
Gonzalbo, Pilar, Op cit, “Familia y orden colonial”, p.128.

27
La posibilidad de ascender social y económicamente en la vida novohispana, si bien
se hallaba limitada por las estructuras sociales y corporativas que marcaban una profunda
jerarquización social, era posible para todos los grupos. A pesar de las diferentes leyes
establecidas por la Iglesia y la Corona los afrodescendientes lograron aprovecharlas para su
beneficio.

Entonces, la movilidad social es aquella que se generó a través de diferentes


mecanismos de negociación y resistencia implementados por los africanos y los
afrodescendientes, por lo que ésta puede variar según las posibilidades que tenían los
individuos a su alcance. Por ejemplo, una forma de ascender socialmente era tratando de
ocultar su condición de nacimiento. La investigadora Florencia Guzmán, explica que las
categorías de la época, como “expósito” o “hijos de padres no conocidos” servían para
ocultar su ilegitimidad, y por tanto escalar socialmente.74 Así mismo, Ann Twinam explica
que "para evitar el escándalo, estas parejas tal vez habrían ocultado su indiscreción
presentando a estas criaturas en su casa como "huérfanas" o "adoptadas".75 Es decir, las
personas descendientes de africanos se aprovecharon de los conceptos de la época para
tratar de ocultar el comportamiento sexual de la madre, prohibido y sancionado por la
sociedad novohispana.

Twinam explica que la movilidad social también servía para mantener un estado
jurídico y no sólo como una categoría para disimular su estatus. La autora menciona que las
personas podían acudir a la Corona para modificar su posición social y económica, ya sea
calidad, condición de nacimiento (de ilegítimo a legítimo) o condición de servidumbre (de
esclavo a liberto). Según Twinam era más fácil cambiar la condición de nacimiento que la
calidad a la que pertenecían.76

74
Guzmán, Florencia, “De esclavizados a afrodescendientes. Un análisis histórico sobre la movilidad social a
finales de la colonia”, en Boletín Americanista, Barcelona, año 2, número 63, Revistas Científicas de la
Universitat de Barcelona, 2011, pp. 13-34, p. 16.
75
Twinam, Ann, “Honor, sexualidad e ilegitimidad en la Hispanoamérica colonial", en Sexualidad y matrimonio
en la América hispánica. Siglos XVI-XVIII, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y Grijalbo,1989,
pp. 127-173, p. 139.
76
Guzmán, Florencia, Op cit, ““De esclavizados a afrodescendientes…”, p. 17-18.

28
Para esta investigación se usará el concepto de movilidad social como aquel que
permitía que las personas lograran escalar social y económicamente, ya sea a través del
matrimonio, de los cambios en su condición jurídica o su vida laboral. Esta movilidad social
no se desarrolló de la misma forma en todas las personas, por lo que es pertinente conocer
las especificidades de los afrodescendientes de la región estudiada. Debido a esto, en el
siguiente apartado se explicarán las características de las personas de origen africano que
trabajaron en los hogares de los vecinos de Saltillo y Parras.

1.3.4. Esclavizados y afrodescendientes de casa

Los esclavizados y afrodescendientes de casa son aquellos que a diferencia de otras


personas desempeñaban trabajos que estaban encaminados al trabajo de la casa o del
hogar. Se debe resaltar este concepto debido a que las relaciones que se gestaron con los
grupos sociales distan muchas veces de aquellos que su trabajo estaba alejado del hogar
donde residían los dueños. Este concepto se vuelve importante para esta investigación,
debido a que algunas veces, en la época estudiada se pensaba que los afrodescendientes
fueron más confiables que los indígenas para las tareas del hogar, en relación con los
propietarios, aunque no siempre más dóciles.77

Se decidió utilizar este concepto en lugar de esclavo doméstico, debido a la carga


peyorativa que guarda el uso de la palabra “doméstico” en la actualidad. Esto a pesar de
que los documentos en los archivos de Saltillo y Parras, muchas veces hacen uso de este
término. Un ejemplo que puede ilustrar esto es cuando Don Juan Antonio Alvares Cortinas,
vecino de Saltillo, pide a las autoridades que concluyan las investigaciones, solicitando que
“que en ningún evento me perjudiquen ni embaracen mi pacifica paz con mis
domésticos”.78

Para esta investigación, los términos afrodescendientes y esclavizados de casa no


implicaban en la mayoría de los casos, una protección paternalista o respeto en la relación

77
Velázquez, María Elisa, Op cit, “Mujeres de origen africano…”, p. 119.121.
78
Archivo Municipal de Saltillo (en adelante AMS), Presidencia Municipal (PM), c 22, e 23, 1f.

29
entre amo-esclavo. Hacer eso, sería quitar la agencia a todos los actores históricos que se
ven sujetos en las distintas relaciones que se formaron, y se correría el riesgo, por tanto, de
crear una historia romántica y poco objetiva.79

Entonces el esclavizado que laboraba en las casas es aquel que desempeñaba


labores ya sea en la cocina, en el cuidado de los niños, como cocineras, lavanderas, etc., en
el caso de las mujeres. En cambio, los hombres eran destinados al cuidado de los animales,
de las plantaciones, o en el suministro de leña.80 Estos esclavizados estaban en
comunicación continúa con sus patrones y muchas veces tenían como objetivo hacer que
sus dueños incrementaran su posesión económica y social. Según Elizabeth Mejías, "los
esclavos simbolizaban un modo de ser aristocrático, poder económico y poder político. Por
ello los sujetos que poseían esclavos hacían gala de éstos exhibiéndolos en público".81
Debido a esto, eran vestidos o andaban de acuerdo a como el amo quería verse reflejado
ante la sociedad.82 A pesar de tener esta dinámica, eran vistos como objetos sin
personalidad jurídica, pero por otra parte se les reconocía con ciertos derechos, como se
abordará en el segundo capítulo.83

Así mismo, al desarrollarse en la vida urbana, adquirían las capacidades para generar
estrategias, usaban las leyes para su propio beneficio, así como los espacios y contactos que
se les abrían por desarrollarse en estos lugares.84 Esto les permitió generar vínculos
interpersonales con otros grupos de la región.

Para la investigadora Elizabeth Mejías, otra de las características de los africanos y


afrodescendientes de casa es la desexualización a la que se veían sometidos. Según la
autora, ésta se observa desde que los dueños trataban que los afrodescendientes se casaran
con personas de su misma condición, aunque esto no siempre se llevó a cabo. Así mismo,

79
Moya, Armando, "La esclavitud doméstica en la ciudad de Cartago 1750-1820", en Historia de Costa Rica,
Costa Rica, número 10, Universidad de Costa Rica, 2017, pp.21-31, p. 21.
80
Ibid., p. 22
81
Mejías, Elizabeth, “La esclavitud doméstica en sus prácticas: los esclavos y su constitución en personas. Chile
1750-1820”, en Fronteras de la Historia, Colombia, número 12, Instituto Colombiano de Antropología e
Historia, 2007, pp. 119-150, p. 125.
82
Ibid., p. 137.
83
Ibid., p. 121.
84
Ibid., p. 122.

30
en este caso el cuerpo de la mujer fue valorado por su potencial reproductivo. El ser
propietario de una mujer conllevaba ventajas para el dueño del esclavizado, pues después
del parto, el bebé compartía la condición jurídica de la madre.85 Es por esta razón, que
muchas esclavizadas de los hogares alcanzaron en la Ciudad de México precios similares o
incluso más altos que los varones, ya que su demanda fue mayor.86

Para Mejías, la desocialización de los esclavos se considera como otra característica


de estas personas. Para la autora, ésta se refiere a que aunque los afrodescendientes
tuvieran permitido estar en contacto con otros grupos sociales, el permiso muchas veces
dependía del control que tuvieran los dueños sobre ellos.87 Aunque se debe de aclarar que
siempre encontraron la forma de resistir a estas imposiciones, lo que explicaría cómo se
dieron las relaciones amorosas que no siempre involucraban a aquellos que vivían en su
mismo hogar.

A pesar de las cargas negativas que tenían que vivir los afrodescendientes en las
casas de los amos, esto les proporcionó características distintivas que les permitió laborar
después de haber alcanzado su libertad. Así mismo, les permitió tener diferentes
posibilidades a aquellos esclavizados que estuvieron en la minería o la agricultura, haciendo
que las uniones legales o ilegales fueran también diversas.

Ser africano o afrodescendiente de casa no significaba lo mismo en todas las


regiones de la Nueva España, por lo que será pertinente conocer la importancia que tuvo
para Saltillo y Parras su posición como frontera, ya que esto permitió que interactuaran en
otras dinámicas, así como con otros grupos. Esto permitirá conocer las particularidades de
los afrodescendientes y por tanto el contexto en el que crearon las diferentes uniones
interpersonales.

85
Ibid., pp.127-128.
86
Velázquez, María Elisa, Op cit, “Mujeres de origen africano… “, p. 65.
87
Mejías, Elizabeth, Op cit, “La esclavitud doméstica en sus prácticas…”, p. 129.

31
1.3.5. Frontera

Para la presente investigación es importante comprender qué es la frontera, con la finalidad


de entender el contexto espacial de este texto, así como su influencia en las uniones
interpersonales que se desarrollaron en el actual sureste de Coahuila. Para la presente tesis,
este concepto se utilizará como un espacio en el que se presentan dinámicas de índole
social, así como procesos geopolíticos.88

Sin embargo, hablar de frontera no es lo mismo en todos los espacios y tiempos, por
lo que se han creado estudios que la abordan desde las condiciones de la colonización de la
Nueva España. En Estados Unidos a esto se le ha denominado the Spanish Borderland siendo
Herbert Eugene Bolton, uno de sus principales representantes. Para él, la frontera es un
espacio intercultural, que se dio a partir de la conquista de los europeos, así como con su
colonización.89 Es a partir de estas ideas que autores, como Charles Di Peso o Eugenio del
Hoyo vieron a la frontera como un lugar hostil, tanto en su paisaje, como en la dinámica de
los indígenas en relación a los europeos, en donde eran necesarios los misioneros, militares
y conquistadores que debían enfrentarse para tener un control fronterizo.90 A pesar de que
en esta tesis el control fronterizo dota al territorio estudiado de particularidades, no se verá
aquí a la frontera como un lugar de hostilidades o de conflicto, sino como un territorio que
pese a presentar un conjunto de problemáticas (a los ojos de los europeos) fue el escenario
idóneo para el desarrollo y surgimiento de relaciones sociales y de convivencia, lo cual se
acerca más a la idea de Bolton de territorio como un espacio intercultural. Esto, sin dejar a
un lado, la necesidad de la época de ver a la frontera como un frente civilizatorio, 91 “Sus
tierras fronterizas del norte más que calificadas como un desierto en el que la civilización

88
Díez, Alejandro, “Fronteras y conceptos fronterizos”, en Archivo de la Frontera, Banco de Recursos
Históricos, 2016, pp.1-43, pp. 3-4. Recuperado el 20 de abril del 2020, en
http://www.archivodelafrontera.com/wp-content/uploads/2016/01/Fronteras-y-conceptos-fronterizos-
desde-la-Historia_Alejandro-D%C3%ADez-Torre-2016.pdf,
89
Sheridan, Cecilia, Fronterización del espacio hacia el norte de la Nueva España, México, CIESAS, 2015, p.21.
90
Ibid., 24-25.
91
Ibid., p. 56.

32
[fue] introducida”,92 en el que con el objetivo de cumplir su meta de frontera de defensa
interactuaron otros grupos sociales como los tlaxcaltecas y afrodescendientes, aportando
sus propias características. Civilizatorio, entendido como una de las intenciones que tenían
los conquistadores para entrar a los territorios septentrionales.

Además del concepto de frontera también se considerará el de septentrión, el cual,


en palabras de F. de Wit, es el espacio abierto que permite distinguirlo de la “Nova
Hispania”, la cual se da hacia el centro de México. Esto otorga a los espacios septentrionales
una relación distante con el centro del virreinato, lo que permitió que el control sobre estos
territorios no se realizara de la misma forma que en aquellos lugares en donde el poder
central era más cercano.93

En ambos casos, frontera y septentrión, son entendidos en esta tesis como lugares
donde se desarrollan procesos dinámicos en el tiempo y el espacio, debido a que en ellos
surgen realidades fluidas y modificadas en ámbitos económicos, políticos y culturales.94 Es
por eso que Turner, señala que "cada frontera deja su huella, y cuando la región se convierte
en zona colonizada, sigue participando de las características de la frontera",95 explicando
que ésta se expande según la necesidad civilizatoria y colonizadora de cada momento, pero
dotándola al mismo tiempo de nuevas características.

Una vez entendido que las fronteras cambian en el tiempo y en el espacio, también
se debe de comprender que ésta no se puede ver como una sola, sino que está dividida por
regiones, según la forma en que se llevan a cabo los procesos en los que se vieron
involucrados. Por lo tanto, no se puede entender a todo el septentrión novohispano como
un límite que debe de ser estudiado en su conjunto, sino que sólo se puede analizar a través
de su regionalización.

92
Bannon, John Francis, “The Spanish borderlands, anD other kind of Frontier”, en The Spanish Borderland
Frontier 1513-1821, University of New Mexico Press, Alburqueque, 1974 pp. 1-7, p.3. Traducido de“Their
northern borderlands more than qualified as a wilderness into which the introduced civilization”.
93
Sheridan, Cecilia, Op. cit, “Fronterización del espacio…”, p. 43.
94
Díez Torres,Op. cit, ““Fronteras y conceptos fronterizos”, p. 2.
95
Turner, Frederick Jackson, “El significado de la frontera en la historia americana", en Secuencia, México,
Instituto Mora, número 7, 1987, pp. 187- 207.

33
En esta geografía política se localizaron términos territoriales en donde convivieron
los diferentes grupos de Saltillo y Parras. En los documentos se encontraron que estos iban
desde los ranchos, haciendas y villas, hasta las labores, estancias y presidios. Las dos
primeras hacen referencia a la repartición de tierras en relación al ganado y la agricultura,
mientras que el último, al territorio que se utilizaba para la defensa militar.

Las estancias, eran aquellos territorios destinados al ganado ya sea mayor o menor.
Estos espacios por lo regular eran cuadrados, pero al principio de la llegada de los
conquistadores también existieron áreas circulares. Dichos lugares se consideran unidades
productivas que necesitaban de un bajo flujo de capital y pocos trabajadores, con
abundante tierra. Algunas de estos territorios se convirtieron en haciendas.96

Las labores en cambio nacieron como contrapeso a la encomienda y para estimular


el cultivo de plantas, razón por la que casi siempre se encontraban cerca de ríos o lagos. Al
igual que las estancias, estas unidades eran muy sencillas, aunque con el paso del tiempo
fueron aumentando de tamaño.97

Por otra parte, los presidios eran espacios militares que se crearon para la
salvaguarda de la región, contra los indígenas “bárbaros” y las potencias extranjeras, con el
objetivo de defender principalmente a las misiones. Por esta razón, los presidios muchas
veces ocupaban el mismo asentamiento que las misiones. Estos lugares propiciaron la
creación de nuevos centros poblacionales por la seguridad que brindaban los contingentes
militares.98 Según Omar Moncada e Irma Escamilla, a partir de la expedición del marqués
de Rubí en la segunda mitad del siglo XVIII, en Coahuila se registraron los siguientes
presidios: San Juan Bautista de Rio Grande, Monclova, Santa Rosa, y San Antonio Bucareli.99

96
Von Wobeser, Gisela, La formación de la hacienda en la época colonial. El uso de la tierra y el agua, México,
Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones históricas, 1989, pp. 27-48, pp.29-30.
Recuperado el 10 de abril del 2020, en
https://www.academia.edu/22148635/La_formaci%C3%B3n_de_la_hacienda_en_la_%C3%A9poca_colonial
._El_uso_de_la_tierra_y_el_agua
97
Ibid., p. 32-35
98
Escamilla, Irma y Moncada, Omar, “La línea de presidios septentrionales en el siglo XVIII novohispano. Un
antecedente a la frontera mexicana”, en el XIII Coloquio Internacional de Geocrítica. El control del espacio y
los espacios de control, Barcelona, 2014, pp.1-10, p.3.
99
Ibid., p. 8.

34
Comprender a las villas de Santiago del Saltillo y la de Santa María de Parras como
frontera novohispana ayudará a tener una mejor visión sobre los diferentes procesos
institucionales y organizativos, que permitieron que esta sociedad se desenvolviera según
sus circunstancias.

Los conceptos que se utilizaron en esta tesis servirán para tener una mejor
perspectiva de las fuentes que se analizarán, haciendo que esta investigación histórica
tenga una perspectiva antropológica, permitiendo, por tanto, estudiar variables que ayuden
a tener una mayor comprensión y profundidad en el análisis. Sin embargo, también se
necesitará de una metodología que permita la interpretación de las fuentes que serán
utilizadas.

1.4. Metodología y fuentes

Estudiar el matrimonio de las personas de origen africano en la época virreinal puede


resultar factible a través de diferentes fuentes, ya que de éstas se obtienen resultados de
tipo cuantitativo o cualitativo. Aunque en esta investigación se privilegiará el enfoque
cualitativo, se empleará igualmente, información y herramientas de corte cuantitativo.

El análisis cualitativo se efectuará con base en las premisas teóricas de la historia


social y de la vida cotidiana. Éste se refiere a estudiar, describir y comprender la información
recabada, a partir de lo que dicen lo protagonistas, según el escenario social y cultural en el
que viven y sobre el que piensan,100 para como dice Sergio Fernández “interpretar la
información de los fenómenos de acuerdo con el significado y el sentido que tienen para las
personas implicadas”.101 Es por esto, que para la presente investigación se decidió estudiar
aquellas fuentes donde los afrodescendientes o el resto de los grupos plasmaban sus quejas
para exigir la intervención de las autoridades.

100
Fernández, Sergio "Si las piedras hablaran. Metodología cualitativa de Investigación en Ciencias Sociales",
en La razón histórica. Revista hispanoamericana de Historia de las Ideas, España, número 37, 2017, pp. 4-30,
pp.5-6. Recuperado el 15 de octubre del 2019, en https://digitum.um.es/digitum/handle/10201/54506.
101
Ibid., p. 7.

35
Las fuentes cualitativas que se utilizaron, se basan en denuncias en las que los
afrodescendientes o el resto de los grupos podían solicitar justicia sobre las situaciones que
consideraban estaban transgrediendo el orden de la sociedad. Se consideraron aquellas
concernientes con el concubinato o el amancebamiento, pero también las relacionadas con
violaciones. Para esta tesis se decidió actualizar la ortografía de los expedientes analizados
con el objetivo de una mejor comprensión. En el caso de Saltillo se acudió al Archivo
Municipal de Saltillo y en el de Parras al Archivo Matheo. Para complementar los datos
recopilados de los archivos ya mencionados y, por tanto, crear una mejor aproximación a
estos datos también se acudió al Archivo General de la Nación, al ramo de la Inquisición.

Hacer un estudio de las personas de origen africano en el siglo XVIII tiene sus propias
dificultades debido a las características de esta población, quienes como la gran mayoría de
los individuos de la Nueva España no siempre sabían leer y escribir. Por tanto, para
comprender las experiencias de los afrodescendientes es necesario acudir a aquellas
personas encargadas de elaborar los documentos legales de la época. Esto resulta
complicado si se toma en consideración que los escribanos no tenían como principal tarea
representar a las personas implicadas, sino cumplir una serie de requisitos que eran
requeridos por las autoridades de la época, por lo que el historiador no está leyendo
directamente la voz de los sujetos, sino de forma indirecta, por lo que se tiene que
identificar cuando hablaba el afrodescendiente o el escribano. Entonces el investigador
tiene que leer las huellas o los indicios, así como los rastros que fueron dejando los
participantes para interpretar lo que querían decir, a través de los archivos.

Otra de las problemáticas que tienen estos documentos, es que sólo guardan los
momentos que alteraron la vida cotidiana de quienes estuvieron involucrados. Pero no por
eso resulta menos interesantes. Thompson, explica "un modo de descubrir normas no
expresadas, es con frecuencia, examinar una situación o episodio utópico […] (los cuales)
nos permite entender mejor los hábitos de la misma".102 Estudiar estos procesos es

102
Thompson, Edward, Op. cit, ““Folclor, antropología e historia social”, p. 61.

36
entender las diferentes formas de resistencia que emplearon los afrodescendientes para
entablar diferentes uniones.103

Utilizar estas fuentes permite realizar una doble tarea: entender las relaciones que
se gestaron entre los diferentes grupos sociales, así como las resistencias sutiles que se
dieron, para conocer la forma en que los afrodescendientes fueron representados, lo que
ayudará a comprender cómo eran vistos por la sociedad en general.

Para adquirir más información sobre los grupos afrodescendientes se decidió utilizar
también información cuantitativa. Esta aproximación, en la historia de la vida cotidiana, se
obtiene principalmente de registros parroquiales y censos.104 Esta metodología permite dar
más fuerza a las comparaciones, en este caso entre Parras y Saltillo, haciendo evidente las
semejanzas y diferencias.105 En esta investigación se utilizaron principalmente registros
matrimoniales. Estos otorgan datos sobre las relaciones formales y legales entre los
diferentes grupos, como su calidad, su lugar de residencia o su condición de hijos, ya sea
como legítimos, hijos naturales o de padres no conocidos, así como las diferentes
características presentes en torno a los que decidían unir sus vidas. También se pueden
conocer si habían contraído anteriormente matrimonio o si eran viudos. Para obtener esta
información se dividió en dos bases de datos diferentes a las personas que se consideraban
directamente esclavizados de los que no. Para encontrar esta información se acudió a la
plataforma de internet, llamada Family search donde se identificaron 506 imágenes de 1750
a 1785 para el caso de Parras. En cambio, para Saltillo se utilizaron 565 para los años de
1703 a 1767 y 509 de 1757 a 1785. En Parras la información recabada es menor, debido a
que la página no permite obtener más. Así mismo, se acudió al censo de 1777 que se realizó
en la villa de Santiago de Saltillo, 106 con el cual se obtuvieron datos relacionados con su vida
laboral, y con las uniones de las personas de origen africano con otros grupos. Por otra

103
Gonzalbo, Pila, Op. cit, “Familia y orden colonial”, p. 194.
104
Anderson, Michael, Aproximaciones a la familia occidental (1500-1914), Madrid, Siglo XXI editores, 1988,
p.4.
105
Burke, Peter, Op. cit, “Historia y teoría social”, p. 49.
106
De Valle, Elsa, Durón Martha y Villareal María del Rosario, Censo. Villa de Santiago de Saltillo, año 1777.
Saltillo, México, Archivo Municipal de Saltillo, Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de
Coahuila y Universidad Autónoma Antonio Narro, 2015.

37
parte, se utilizó un documento de entierros que cuenta con 589 registros de defunción, que
se conserva en el Archivo Matheo.

Para entender estos documentos, se realizará una historia antropológica. Como dice
Elsie Rockwell para “potenciar una nueva lectura de los documentos de archivo y una
interpretación de otras fuentes que den cuenta de la dimensión cultural”.107 Es decir, para
esta investigación fue necesario acudir a algunos de los conocimientos y conceptos que
utiliza el etnohistoriador.

Debido a lo anterior se debe de considerar a la antropología para analizar los


fenómenos culturales en donde se gestaron las relaciones interpersonales, por lo que en
esta tesis no se usará el concepto de cultura como un proceso simple de elementos
culturales, sino como algo dinámico y creativo, que se expresa y modifica en la vida
colectiva.108 Utilizar el modelo de Sindy W. Mintz y Richard Price, permitirá ver a la cultura
africana como aquella capaz de crearse y transformarse,109 según las especificidades de
cada entorno.

Para realizar esta investigación se expondrán los términos de la época que permitan
entender el análisis y la interpretación a lo largo de este texto. Primero se explicarán el de
calidad y casta, ya que servirán para saber cómo eran vistos y entendidos los
afrodescendientes en el documento, en los siglos XVII y XVIII, ayudando en la reflexión de
los documentos. Posteriormente se analizará el de matrimonio, así como el de relaciones
ilegales, para conocer la visión de la sociedad novohispana respecto a los diferentes
vínculos.

1.4.1. Calidad y castas

Una de las palabras que se observan en estos siglos es la de calidad, que según los
diccionarios del siglo XVII se refiere a una persona de autoridad, mientras que el del XVIII se

107
Rockwell, Elsie. “Capítulo 5. El diálogo entre antropología e historia”, en La experiencia etnográfica. Historia
y cultura en los procesos educativos, Buenos Aires, Paidós, 2009, pp. 143-156, p. 144.
108
Mintz Sindy y Price Richard, Op. cit, “El origen de la cultura africano-americana”, p.22.
109
Ibid., p. 61.

38
relaciona más a las características de la gente. Para algunos historiadores este término
podría servir para ver las características de las personas, ya sea el color de piel, el origen o
la nación; también para el oficio, la situación económica y el reconocimiento social.110

Por otra parte, también se encuentra la noción de casta, que se usó durante el siglo
XVII, y sobre todo en el siglo XVIII, teniendo como connotación la de mezcla. Velázquez
menciona que en el diccionario de 1611, casta significa linaje y "generación y procreación
de hijos”.111

Los conceptos de calidad y casta eran utilizados de diferentes formas. Velázquez


explica que la primera distinción que se hizo era de procedencia. Los ladinos eran aquellos
que nacieron en Nueva España. El negro ladino era aquella persona cristianizada, que sabía
hablar el español. También estaban los cimarrones.112 Otros criterios que se usaron para
calificarlos fue la alusión a su color de piel, a su condición social o a las capacidades que
tenían en algún oficio.

Estas categorías se pueden observar en términos como mulato, lobo, coyote, entre
otros. Estos eran nombres peyorativos que se referían a animales o mezclas con otras
espacies. Estos son utilizados con más frecuencia en el siglo XVII.113

En los documentos de la Villa de Santiago de Saltillo y Santa María de las Parras,


también se encuentran documentos que hacen referencia al color de piel de los
afrodescendientes. Carlos Valdés e Ildefonso Dávila señalan que junto a la descripción que
se hacía del esclavo se mencionaban los diferentes colores de la tez de las personas
descendientes de africanos, entre los que se encuentran: obscuro, corcho, retinto, trigueño,
indiado, acoyotado, alobado, membrillado, moreno, negro atesado, prieto, mulato, negro,

110
Velázquez, María Elisa, Op. cit, ““Calidades, castas y razas …”, p.439.441.
111
Ibid., p.439.
112
Para Adriana Naveda el cimarronaje era un proceso mediante el cual algunos afrodescendientes buscaban
su libertad. Según esta historiadora, este ciclo comenzaba con la evasión, continuaba con la lucha armada y
terminaba con una libertad mediatizada y condicionada por la justicia de las villas novohispanas. Información
encontrada en Naveda, Adriana, “Algunas consideraciones sobre Veracruz en el Caribe, esclavitud y
cimarronaje”, en Anuario 7, Xalapa, Veracruz, Instituto de Investigaciones Históricos Sociales, Universidad
Veracruzana, 1990, pp.7-15, p.14.
113
Ibid., p.442.

39
blanco y cocho.114 Conocer los colores que describen a los esclavizados servirá para analizar
las representaciones que se hacían de los afrodescendientes, y por tanto para comprender
como eran identificados.

El problema de estas categorías que se usaban en el mundo novohispano, no era


sólo la connotación que tenían el uso de las palabras, sino la puesta en práctica de esta
jerarquía en la vida cotidiana, a través de los diferentes estereotipos que se fueron creando
en torno a ellos. La sociedad de la época en general consideraba que los afrodescendientes
eran los que debían fungir como trabajadores dentro de las casas. También creían que el
negro era más fuerte que el indio por lo que muchas veces fueron destinados a trabajos que
implicaban una gran fuerza física.115

Entonces la calidad y la casta a la que pertenecían en la época estudiada sirvieron


para caracterizar a los diferentes grupos culturales de esta época, respondiendo a
diferentes necesidades, por lo que afectó la vida cotidiana de este grupo.

Una vez expuestos estos términos se debe señalar que en los posteriores capítulos
se utilizarán para explicar y describir la información de los documentos, entendidos estos a
partir del uso que se les daba en la época novohispana.

1.4.2. Matrimonio y relaciones ilegales

Es propósito de esta investigación entender las relaciones de los afrodescendientes con


otros grupos sociales a partir de su vida en pareja, por lo que se tiene que delimitar el
significado y la forma en que fue concebido el matrimonio en la Nueva España.

Como es bien sabido, la manera en que se relacionaban las personas en la Nueva


España estaba normada en buena medida por la Iglesia, por lo que la vida social se reguló
por las estructuras eclesiásticas.

114
Dávila Ildefonso y Valdés, Carlos, Op. cit, “Esclavos negros en Saltillo”, p. 36.
115
Israel, Jonathan, Raza, clases sociales y vida política en el México Colonial 1610-1670, México, Fondo de
Cultura: Económica México, 1999.

40
Es por eso que para comprender los vínculos interpersonales que se gestaban en la
Nueva España se necesita conocer la obra de Santo Tomás de Aquino, entendiendo, que su
forma de analizar las relaciones sociales fue tomada en cuenta por la Iglesia, adaptándose
según las circunstancias de cada región. Esto quiere decir, que no se puede ver la obra de
este teólogo como un manual de la Iglesia, aun cuando contribuyó a comprender las
diferentes realidades de la época novohispana.

A pesar de que el contexto social de esta época era, en buena medida, lo que decidía
la importancia del matrimonio, existían mecanismos que impulsaban la libertad de elección,
siempre y cuando esta decisión estuviera vinculada con la institución matrimonial dentro
de los parámetros social e históricamente configurados. El Concilio de Trento también fue
importante para la libre elección en la institucionalización del matrimonio. Este concilio
(celebrado de 1545 a 1563) dictaba que un matrimonio debía de ser aprobado por ambas
partes. En caso de coacción o violencia, el acto sería nulo. Estipulación que desde las Siete
Partidas establecía que los hijos podían consentir o negar a una pareja.116

Una vez que la persona elegía con quién iba a llevar a cabo el matrimonio, se debía
hacer una celebración pública con testigos. Además, la decisión de estar con una persona
permanecía plasmada en los libros eclesiásticos. Después de terminado el ritual quedaba
establecido que la unión no podía desaparecer hasta que llegaba la muerte.117

Ya consolidado el matrimonio, a través del acto jurídico y sacramental, se debían


seguir ciertas leyes, siendo las más importantes la fidelidad y la cohabitación, por lo que la
primera dictaba que ninguno podría vivir el amor de pareja con otra persona, mientras que
la segunda estipulaba que debían vivir juntos.118 El contraer matrimonio, no sólo significaba

116
Villafuerte García, Lourdes, “Entre dos amores. Problemas de novios en el siglo XVIII” en Ortega Noriega,
Sergio, et al, Amor y desamor: vivencias de parejas en la sociedad novohispana, México, Instituto Nacional de
Antropología e Historia, 1992, pp. 27- 50, p. 30.
117
Ortega Noriega, Sergio, "De amores y desamores", en Ortega Noriega, Sergio, et al, Op. cit., Amor y
desamor..., p. 18.
118
Ibid.

41
el permiso social y eclesiástico de tener relaciones sexuales, sino que también implicaba el
cuidado de la pareja y la educación de los hijos.119

A pesar de que las leyes decían que no podían intervenir los familiares en las
decisiones de los hijos, en la práctica era muy diferente. Los padres creían que hacían lo
correcto, por su familia y por sus hijos, pero también por el honor, por lo que estaban
dispuestos a hacer lo necesario para mantener el orden. Como señala Pilar Gonzalbo “el
matrimonio se convertía en origen de conflictos, desde el momento en que debía conjugar
afectos e intereses de ambas familias”.120 Con el objetivo de impedir que los hijos se casasen
se valían de diferentes estrategias, ya sea con amenazas, golpes, secuestro, enviándolos a
prisión, hasta el homicidio.121 Ante estas situaciones los hijos también encontraban
estrategias para lograr su cometido. Esta información ha llegado a través de diferentes
fuentes en las que se plasman las dispensas de las amonestaciones o proclamas que hacían
sus hijos para así evitar que los padres se enteraran que pensaban unirse en matrimonio.
Algunos de ellos optaban por la fuga donde tenían relaciones sexuales, para posteriormente
casarse y reparar la honra.122

Contraer matrimonio resultaba en ocasiones difícil, ya que para encontrar pareja


tenían que cumplirse todos los requisitos permitidos por la sociedad. En el caso de las
mujeres a veces era complicado, ya que de ellas dependía el honor de los hombres y a pesar
de que se esperara que encontraran a una persona de su mismo estrato, las estadísticas
muestran algo diferente. Pilar Gonzalbo, explica que el 40% de españolas se quedarían
solteras, al menos que se unieran con personas de color quebrado, vistos por la sociedad
como inferiores.123

119
Ortega Noriega, Sergio, “El discurso Teológico de Santo Tomás de Aquino sobre el matrimonio, la familia y
los comportamientos sexuales”, en Seminario de Historia de las Mentalidades El placer de pecar y el afán de
normar, México, Mortiz Joaquin, Dirección de Estudios Históricos, Instituto Nacional de Antropología e
Historia, 1987, pp.16-78, p.36.
120
Gonzalbo, Pilar, Op. cit, “Historia y orden colonial”, p.39.
121
Villafuerte, Lourdes, Op. cit, “Entre dos amores…”, p. 36.
122
Ibid, p. 43.
123
Gonzalbo, Pilar, Op. cit, “Historia y orden colonial”, p. 280.

42
A pesar de que el matrimonio fue una de las formas de relacionarse más importante,
no era la única. La Iglesia trató de controlar las relaciones que no consideraba como
adecuadas.124 A estas uniones se le denominará ilegales, a lo largo de esta investigación.

Pero ¿quiénes eran los que más estaban dispuestos a no seguir estas reglas? Según
Pilar Gonzalbo, los mestizos, negros y mulatos eran los más desapegados de las normas
eclesiásticas. 125 Algunas personas que vivían en esta época estaban dispuestos a aceptar
las normas impuestas por la Iglesia, pero en cambio otras, buscaron por diferentes medios
imponerse ante las reglas, por lo que optaron por soluciones más adecuadas para ellas. El
matrimonio era la vía legal, la bigamia, el concubinato y el adulterio la ilegal.

Las relaciones que se gestaron en la Nueva España respondían a muchas


necesidades. En definitiva, el amor era una variable importante, pero también estaban en
juego otras. La familia quería que sus hijos estuvieran con personas que pudieran aportar
algo, ya sea recursos económicos similares (o mejor) o prestigio para tener un honor ante
la sociedad, por lo que la posición del contrayente y la calidad de los sujetos se vio
involucrada.

Conocer los estudios previos, los conceptos teóricos, la metodología y los términos
de la época propiciarán una mejor comprensión del análisis de la fuente. Así mismo, es
necesario conocer el contexto en el que se desarrolló la historia de los afrodescendientes,
por lo que en el siguiente capítulo se abordará la historia y las características del territorio
de Saltillo y Parras en la época virreinal, así como algunas particularidades de las personas
de origen africano que habitaron en este territorio.

124
Ghirardi, Mónica e Irigoyen Antonio, Op. cit, ““El matrimonio, el Concilio…”, p.261.
125
Gonzalbo Pilar, Op. cit, “Historia y orden colonial”, pp. 176-182.

43
44
Capítulo II

Saltillo y Parras en la historia

8
Una vez analizados los conceptos que se utilizarán para la realización de esta investigación,
se tiene que conocer el espacio en el que se desarrollaron los vínculos entre los
afrodescendientes, así como los establecidos por estos con otros grupos de la región. En la
primera parte de este capítulo se analiza el contexto y la historia de Saltillo y Parras, para
entender las características de estos territorios y sus poblaciones principalmente en el siglo
XVII. Para la presente investigación no se concebirá el sureste de Coahuila como un espacio
histórico independiente y en contraposición a la historia general de la Nueva España. Sin
embargo, se tratará de contestar ¿hasta qué punto y bajo qué condiciones los
afrodescendientes generaron un intercambio social y cultural en el septentrión
novohispano? En este apartado se analizarán con qué nombres y denominaciones fueron
identificados los afrodescendientes en los documentos, los lugares de procedencia de los
esclavizados, los diversos oficios, ocupaciones y actividades económicas que
desempeñaron, entre otras. Por tanto, se realizará una aproximación a la situación en la
que se encontraban las personas de origen africano en el noreste novohispano, empezando
desde la conquista y la colonización del territorio en el que habitaron.

2.1: Conquista y colonización del sureste de Coahuila

Después de la Conquista de México-Tenochtitlán el deseo de los europeos de expandir su


territorio continuó creciendo. La avanzada conquistadora adquirió nueva fuerza a partir de
1546 con el descubrimiento de las minas de Zacatecas.126 Es a partir de este hallazgo que el
interés de los conquistadores se incrementó, por lo que se enviaron nuevos contingentes
humanos para poblar las fronteras del norte.

Los europeos creían que la conquista de este territorio podía consolidarse en poco
tiempo. Sin embargo, se encontraron con que la situación era diferente por ser un territorio
en medio del semidesierto. Al entrar a las tierras del norte se percataron de que encontrar
recursos no era tan sencillo, ya que el agua y la comida escaseaba. Las sociedades indígenas
prehispánicas del actual noreste mexicano desarrollaron una serie de prácticas culturales y

126
Powel, Philip, La Guerra Chichimeca (1550-1600), México, Fondo de Cultura Económica, 1986, p. 26.

45
formas de organización social que les permitieron adaptarse a su particular medio físico,
obteniendo de él todos los elementos necesarios para su subsistencia.127 Saber cómo
moverse en él resultaba difícil para aquellos que no estaban acostumbrados. Los
chichimecas, después de iniciada la conquista española, tomaron ventaja de esta situación.
Sabían dónde podían esconderse sin que los europeos llegaran a ellos.

Imagen 1: Asentamientos de Saltillo y Parras128

Pero ¿quiénes eran los chichimecas? No se puede decir con exactitud de dónde se
deriva esta palabra, debido a que proviene del náhuatl clásico. Los mexicas crearon este
etnónimo para denominar de manera genérica a los indígenas del norte de la Nueva España,
debido a que su estética, sus formas de vida y desarrollo histórico no correspondían

127
Valdés, Carlos, Op cit, “La Gente del Mezquite”.
128
Pares, Mapa del partido de Santa María de las Parras y su comarca lagunera, comprendida entre la villa
de Saltillo y el real de Cuencamé, correspondiente a la intendencia de Durango, Sevilla, España, Archivo de
Indias, MP-México-410BIS, recuperado de
http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/show/21320?nm

46
aparentemente con las formas culturales de tradición mesoamericana. Además, resultaban
una amenaza para el Anáhuac.129

Cuando los conquistadores comenzaron la empresa expansionista la visión ante los


indígenas nómadas no fue muy diferente. Los europeos no podían comprender la dinámica
interna de los indígenas, así como las formas sociales y culturales en las que interactuaban.
Los misioneros escribieron sobre lo “tenebroso” que resultaban los mitotes: fiestas donde
se hacía uso de bebidas embriagantes y peyote, y donde además había personas teniendo
relaciones sexuales.130 Los misioneros no estaban de acuerdo con estas manifestaciones,
pues a pesar de que los mitotes representaban reuniones para celebrar experiencias de paz
entre las diferentes naciones indígenas del noreste, así como formas de expresiones
identitarias, estos posiblemente no podían desprenderse de su visión eurocéntrica de la
realidad.

Los conquistadores y misioneros comenzaron a explorar el territorio a pesar de


conocer los mitos en relación a que los indígenas habían cometido antropofagia con algunos
de los europeos. En la actualidad se conoce que estás prácticas se hacían por rituales, sin
embargo, las personas que venían de occidente temían por su vida. Agustín Churruca
menciona que en la primera Acta Anual los jesuitas expresaron su miedo de ser asesinados
por los naturales, ya sea "por su antojo, o para satisfacer su hambre, los maten y coman".131
Hablar del choque de estas dos culturas es útil para comprender las diferencias que
guardaban entre unos y otros.

Por otra parte, a los campamentos indígenas les denominaban “rancherías”, que
eran lugares en donde se quedaban por varias noches en grupos pequeños. Por lo regular
estaban compuestas por 60 o 100 personas que permanecían juntas para subsistir en la vida
desértica.132 Después de transcurrir tiempo desde la llegada de los europeos, estos grupos

129
Ibid.
130
Ibid.
131
Cita de la primera acta anual de Parras, del 1 de nov de 1595, encontrada en Churruca, Agustín, Barranza,
Héxtor, Esparza, Ana María y Sakanass, Mayela, Op. cit, “El sur de Coahuila antiguo…”, p.30.
132
Valdés, Carlos, Op. cit, “La Gente del Mezquite”.

47
comenzaron a desarrollar uniones con los afrodescendientes y otros grupos que habitaron
el territorio norestense.

Los chichimecas se convirtieron en un problema para los conquistadores que


llegaron al sur del actual estado de Coahuila. Además de las ventajas que tenían estos
indígenas por conocer el desierto, pronto aprendieron a usar las nuevas herramientas que
adquirieron a partir de la conquista que se estaba desarrollando al centro y sur del
territorio. Es decir, los indígenas del norte ya conocían sobre la presencia de los
colonizadores, antes de que llegaran al septentrión. Esto les permitió ir adquiriendo nuevas
destrezas. Por ejemplo, los historiadores todavía no se han puesto de acuerdo sobre quien
llegó primero, si los colonizadores o el caballo. Algunas teorías apuntan a que estos
animales cuando lograban escaparse llegaban a manos de los indígenas del noreste, quienes
pronto supieron aprovecharse de esto.133 El uso del caballo les permitió viajar a una
velocidad mayor, pero también a mejorar en la batalla, debido a que les proporcionaba una
mejor altura para defenderse. La constante lucha entre europeos e indígenas del norte
convirtió al territorio en un espacio de guerra.
La situación de constantes guerras se puede encontrar en diferentes documentos.
Por ejemplo, en las actas de entierro del Archivo Matheo, correspondiente principalmente
al Álamo, por lo regular no se encuentra la causa de muerte. De las 589 actas, sólo 38 dicen
el motivo, lo que demuestra el poco interés en registrar esa información. Sin embargo, se
puede observar que dentro de las causas de defunción que destacan se encuentra la muerte
repentina con un porcentaje de 39.5%; a causa del parto con 13%; y a manos de indios con
un 24%. A pesar de que los números no son un número muy alto ayudan a demostrar que
era una causa importante de muerte por lo que querían dejarlo registrado. Las otras causas
identificadas fueron por enfermedad, ahogado, infestado (no se especifica de qué), por
mordida de un animal, etc.134

133
Ibid.
134
Archivo Matheo, Parras, Fondo Civil, sección del Gobierno Real, expediente 450.

48
Tabla 1. Causa de muerte en actas de entierro
en el Álamo135
Repentina 15
Parto 5
A manos de indios 9
Otros 9
Total 38

Este contexto generó que los españoles tuvieran que crear diferentes estrategias, con el
objetivo de tratar de controlar a los indígenas del noreste. A pesar de los problemas que se
tuvieron que enfrentar, el deseo de los europeos por permanecer en el noreste era
evidente, por lo que sus dinámicas se transformaban según las oportunidades que se
presentaban. Los conquistadores lograron una economía a través del comercio de metales
preciosos, como es el caso de Zacatecas y Parral. Sin embargo, la Villa de Santiago de Saltillo
fungió para laborar en la agricultura. Esta ciudad, al principio, abastecía a Zacatecas, pero
con el paso del tiempo también sirvió como puente para alimentar y explorar Coahuila,
Nuevo León y Texas. Esta situación generó que se tuviera que defender este territorio
coadyuvando, de tal forma, al fortalecimiento y modificación de las instituciones políticas y
sociales de la Corona española. Debido a este sistema de producción, pero también por su
ubicación territorial. Vito Alessio Robles explicó que Saltillo era el límite entre "la tierra
afuera" y toda la porción de la Nueva España situada al sur y la "tierra adentro", que se
extendía hacia el norte.136

Por su parte, Parras se dedicó a la viticultura comercial, gracias principalmente a la


participación de los jesuitas. Así mismo, se dedicaron a la producción de aguardiente.137 El
vino de este territorio significó un sustituto local y accesible al vino de Castilla, ya que éste

135
Ibid.
136
Robles, Vito Alessio, Saltillo en la historia y la leyenda, Saltillo, México, Ayuntamiento de Saltillo e Instituto
Municipal, 2000, p. 23.
137
Pares, Op. cit, “Mapa del partido de Santa María…”.

49
último llegaba en las flotas anuales.138 Para José Martínez esto permitió que se forjara “la
comunidad no minera más rica de la frontera norte".139

Conforme la colonización del sureste de Coahuila avanzaba, la presencia de grupos


foráneos aumentó. Dentro de estos contingentes destacan los tlaxcaltecas. Desde 1591
estos grupos fueron una pieza clave dentro del esfuerzo de guerra de los conquistadores
españoles. Además de participar dentro de los enfrentamientos armados, los tlaxcaltecas
desempeñaron importantes actividades en el proceso de reducción y sedentarización de los
grupos nómadas del noreste novohispano. Se pensaba que estos, dentro de una suerte de
aculturación, influirían y modificarían los patrones culturales y de comportamiento de los
chichimecas alterando, finalmente, la dinámica interna de los indígenas del actual noreste
mexicano, lo cual, haría más sencillo el proceso de conquista. Los españoles necesitaban de
la ayuda de los indios tlaxcaltecas con la promesa de darles recompensas. Estos indígenas
fueron importantes para frenar la guerra. Desde los inicios de la conquista, Cortés
aprovechó las rivalidades existentes entre los grupos indígenas para que estos atacaran a
aquellos que no querían someterse. Los indígenas que lucharon en la Guerra del Mixtón,
fueron los que atacaron o ayudaron contra los chichimecas. En el caso del noreste jugaron
un papel primordial los tlaxcaltecas. Ellos aceptaron movilizarse a otra región porque a
finales del siglo XVI estaban viviendo en una sequía. Así mismo, las Capitulaciones, contrato
que habían firmado hace tiempo muchas veces no eran respetadas. Esto se convirtió en una
oportunidad para los tlaxcaltecas, ya que entre las principales cosas que les ofrecían eran
tierras, agua y la posibilidad de no pagar tributo. También les otorgaba el permiso de usar
el título de Don, portar armas y usar el caballo. La lista puede ser más extensa, sin embargo
existen trabajos que hablan con profundidad de estos aspectos.140 Posteriormente, los
descendientes de estas familias fueron llevados a Parras para continuar con la
colonización,141 llegando a ser el grupo que dominaba numéricamente. Con el paso del

138
Martínez, José Gabriel, Viñedos e indios del desierto: fundación, auge y secularización de una misión jesuita
en la frontera noreste de la Nueva España, México, Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León, 2014,
pp. 12-15.
139
Ibid., p. 13.
140
Powel, Philip, Op. cit, “La Guerra Chichimeca…”, p. 163.
141
Contreras, Juan, Parras de la Fuente: monografía, México, Editorial Olimpo, 1948, p.51.

50
tiempo, estos indígenas comenzaron a crear vínculos con los diferentes grupos. En la época,
se pensaba que estos, al ser en términos culturales más afines que los europeos a las
sociedades del noreste, influirían positivamente en su adaptación al nuevo orden social,
facilitando así su sedentarización. Esta no funcionó. El que fueran indígenas no significaba
que todos tuvieran las mismas características. Algunos chichimecas sí se casaron y unieron
con los tlaxcaltecas, pero esto con el objetivo de hacerse llamar posteriormente tlaxcaltecas
y hacer uso del contrato establecido. Sin lugar a dudas la estrategia no permitió que los
europeos lograran ver su meta cumplida.

Al mismo tiempo que los europeos se encontraban en guerra contra los indígenas
de la región, se fueron estableciendo en el territorio junto con su familia, generando nuevas
relaciones, principalmente entre los mismos europeos. Los dueños mantenían su posición
económica y social casándose con otros terratenientes o mercaderes de la provincia.142

Conforme se iba desarrollando la consolidación de la región, se comenzaron a


establecer reglamentos que permitieron la construcción de la villa. Con base a las
reglamentaciones impuestas por la Corona, las calles debían seguir un patrón cuadriculado
alrededor de la plaza central. Vito Alessio Robles, describe que “se establecieron las casas
reales y en sitio frontero, del otro lado de la plaza de armas, se edificó la iglesia, muy
humilde en sus principios. El cuadrado del fundo legal de la villa se midió partiendo de la
cruza plantada en la plaza de armas”.143 Los ciudadanos podían conseguir una casa
alrededor de la plaza por compra o herencia. Algunos españoles poseían un cuarto o mitad
de una manzana. Junto con los españoles se hospedaron a los afrodescendientes.

Los problemas que enfrentaron las personas que vivían en el sureste de Coahuila,
no sólo estaban relacionados con los ataques indígenas. La naturaleza muchas veces hizo
que la sociedad sufriera varios estragos. Por ejemplo, Saltillo sufrió malas cosechas en 1760

142
Cuello, José, Op. cit, “Saltillo Colonial…”.
143
Robles, Vito Alessio, Op. cit, “Saltillo en la historia”, p.54.

51
y 1770.144 En el caso de Parras se ha registrado una inundación en 1612145 y la presencia de
epidemias de colixtle o viruela en diferentes años del siglo XVII.146

La historia de Saltillo y Parras fue heterogénea, es decir, dinámica debido a la


confluencia de elementos sociales y culturales específicos del noreste mexicano. Por
ejemplo, de 1650 a 1725 el territorio vivió una involución. Este término será utilizado de la
misma forma en que lo hace José Cuello, para describir la complejidad de Saltillo, en la que
“la dependencia económica del distrito crecía en términos de producción local bruta
mientras que la mayoría de la población se empobrecía en término de ingresos per
cápita”.147 Esto provocó, al mismo tiempo, que el número demográfico de diversas
calidades incrementara, disminuyendo, al mismo tiempo, el número de indígenas. Dentro
de las problemáticas a las que se tuvieron que enfrentar las élites del territorio, está el caso
de Parras con la presencia de una rebelión en 1607 y otra en 1622.148 También existieron
circunstancias en donde los dos territorios estuvieron involucrados. En el siglo XVIII, con las
reformas borbónicas se les pretendía incrementar la tasa de la alcabala, por lo que los
habitantes de estos territorios hicieron una petición para eliminar el abuso, haciendo que
los productos foráneos se hicieran más caros y escasos. Lo sorprendente fue, que se les
regresó una cantidad de dinero a los comerciantes que durante esos siete años de altos
impuestos habían realizado negocios.149

En estas fechas todavía estaba vigente la encomienda, que duró hasta 1695 con el
decreto de Nicolás Guajardo, quien comunicó formalmente el fin de ésta. La esclavitud, por
otro lado, perduró hasta el siglo XIX, a diferencia de otras regiones de Nueva España. Los
trabajos que reemplazaron la encomienda fueron variantes de servicios por deudas, en
donde los trabajadores estaban endeudados con sus patrones. La esclavización siguió en el

144
Cuello, José, Op. cit, “Saltillo Colonial…”.
145
Barraza, Héctor, Borja, Patricio, Churruca, Agustín, Gutiérrez, Jesús y Sakannassi, Historia Antigua de
Parras, Parras, México, Talleres el "Popular", 1989, pp.107-111.
146
Contreras, Juan, Op. cit, “Parras de la Fuente…”, p. 77.
147
Cuello, José, Op. cit, “Saltillo Colonial…”. p.9.
148
Barraza, Héctor, Op. cit, “Historia Antigua de Parras”, pp.106-108.
149
Cuello, José, “El impacto económico de las reformas borbónicas y la crisis final del imperio colonial a nivel
local: el caso de Saltillo, 1777-1817”, en Cuello, José, en El norte, el noreste y Saltillo en la historia colonial de
México, Saltillo, México, Archivo Municipal de Saltillo, 1990, pp. 137-169, pp.149-153.

52
siglo XVIII en el norte, llamando la atención de las autoridades, ya que según José Cuello
"los indios tenían un estatus a la par de los esclavos mulatos y negros.150

Para el autor, después de la involución, el sistema de castas colapsó predominando


el criterio económico. Es decir, los españoles básicamente estaban divididos en dos: los que
pertenecían a la gente decente o la plebe; o mejor dicho, los que tenían dinero y los que
no.151 Esto se debe a que los españoles podían pertenecer a estratos con menos recursos
económicos, mientras que los afrodescendientes lograron obtener puestos importantes
dentro del territorio septentrional. Que esta movilidad social se generara en estos grupos,
dependía de la agencia de cada uno de ellos.

Como se puede observar la época que corresponde al tema de investigación, es un


momento de recuperación, crecimiento y cristalización de la sociedad, después de la
involución socio-económica de 1650 a 1760. Según Cuello, en este periodo aquellos que se
consideraban españoles conformaron el 45 por ciento de la población, las castas el 35 por
ciento y los indios solo el 20 por ciento.152 Dentro de esta dinámica del noreste novohispano
estuvieron los afrodescendientes, quienes tuvieron que enfrentarse a todas las situaciones
que consideraban problemáticas en las actividades que desempeñaban en su vida diaria, a
partir de los elementos y habilidades que fueron obteniendo.

2.2. Afrodescendientes en el sureste de Coahuila

Coahuila se situaba en el semidesierto, donde la presencia del agua y la comida era escasa.
Es en este entorno que cuatro grupos culturales interactuaron: los indígenas de la región,
los europeos, afrodescendientes y tlaxcaltecas. Cada uno de ellos contribuyó en la
conformación de esta región. El presente capítulo analizará el papel de los
afrodescendientes en Saltillo y Parras, para comprender las características en que se

150
Cuello, José, Op. cit, “Saltillo colonial…”.
151
Cuello, José, “Racializad Hiearchies of Power in Colonial Mexican: The sistema de castas as a form of Social
Control in Saltillo”, en de la Teja Jesús y Frank Ross (editores), Choise, Persuasion and Coercion, Albuquerque,
University of New Mexico Press, 2005, pp.201-226, p. 20.
152
Cuello, José, "Las élites coloniales en el noreste de la Nueva España" en círculos de poder de la Nueva
España, México, D.F. Miguel Ángel Porrúa, 1998, pp. 143-165, p. 155.

53
desarrollaron las relaciones de convivencia de los afrodescendientes con otros que
compartían un mismo espacio.

En este apartado se analizará la participación social y cultural de las sociedades de


origen africano en la región sureste del actual estado de Coahuila. Como es sabido ya
existen trabajos que explican las características de su llegada, como el texto de Alejandro
Rojas Martínez, por lo que no se profundizará en este tema.153

2.2.1. Negros, mulatos, lobos y moriscos

Para conocer la participación de este grupo social, primero se tiene que comprender
quiénes eran los afrodescendientes y tratar de destruir los estereotipos que afirman que
sólo eran aquellos que compartían cierto fenotipo, asociado al color de su piel “negra”. A
partir de las fuentes consultadas se puede comprobar que algunos individuos eran de color
moreno e incluso blancos. En el lugar y época que compete a esta investigación “se
vendieron más esclavos blancos (el 13.8%) que negros (el 13.3%). La mayoría eran color
cocho (47.7%), es decir, simplemente morenos”.154

En efecto, en el Archivo Municipal de Saltillo se pueden encontrar contratos de venta


de mulatos blancos. Por ejemplo, el capitán Miguel de Cuellar y su esposa doña Teresa de
Aguirre, de Saltillo realizan una venta de un esclavo mulato que tienen “es a saber un mulato
blanco mío esclavo nombrado Lucas de edad de veinte y nueve años”.155 Esto responde, en
palabras de Tomás Pérez Vejo, a que la condición de negro era jurídica y no necesariamente
biológica.156

En los documentos, además de registrarse términos como negro o mulato, se tienen


igualmente, las denominaciones lobo, mulatillo o morisco. Por otra parte, se encuentran las
descripciones que usaba el escribano, a través de los diferentes colores de la piel del

153
Rojas, Alejandro, El surgimiento de los afrodescendiente en América Latina y el Caribe, Capítulo XV, pp.
1007-1033.
154
Dávila, Ildefonso y Valdés Dávila, Op. cit, “Esclavos negros…”, p.35.
155
AMS, Presidencia Municipal (PM), c 9, e 39, 2f.
156
Pérez Vejo, Tomás, comunicación personal, 15 de junio del 2020.

54
esclavizado. Esto lo hacía a partir de su subjetividad, ya sea obscuro, cocho, retinto,
trigueño, indiado, acoyotado, etc.157 A continuación en las siguientes gráficas, se puede
observar cómo eran mencionados los afrodescendientes en las actas de matrimonios
utilizados para estudiar las relaciones que se dieron entre este grupo en Saltillo y Parras. En
estas tablas se analiza el incremento o disminución de esta población en diferentes
periodos.

En el caso de Saltillo en la categoría que pertenece a “otros” se encuentran, tanto


los esclavizados que no indicaban la calidad, como aquellos que usaban otra forma de
identificarse como moreno, quebrado o mestizo lobo. En el caso de Parras la categoría de
“otros” también responde a los esclavizados que no indicaron su calidad como a aquellas
personas que se identificaban como afrodescendientes por ser hijos de un mulato y por
tanto no expresaban su calidad directamente.

Tabla 2. Hombres afrodescendientes en Saltillo158


Mulato Lobo Morisco Negro Otro
Años Mulato Esclavizado Negro Esclavizado
1703-1709 11 7 1 0 0 7 1
1710-1719 12 7 2 0 0 2 2
1720-1729 25 4 3 0 1 2 0
1730-1739 49 8 1 0 1 5 0
1740-1749 39 6 6 0 0 2 2
1750-1759 181 20 11 5 0 1 2
1760-1769 69 11 5 3 0 1 1
1770-1779 92 7 3 4 0 1 0
1780-1788 58 7 2 13 0 0 0
Total 536 77 34 25 2 21 8

157
Dávila, Ildefonso y Valdés Dávila, Op. cit, “Esclavos negros…”, p.36.
158
Cuadro realizado a través de la información recabada en Family Search, en Registros Parroquiales de
Saltillo, Coahuila, 1684-1906, Saltillo, Matrimonios 1703-1757 y Family Search, en Registros Parroquiales de
Saltillo, Coahuila, 1684-1906, Saltillo, Matrimonios 1757-1788.

55
Tabla 3. Mujeres afrodescendientes en Saltillo159
Mulato Lobo Morisco Negro Otro
Años Mulato Esclavizados Negro Esclavizados
1703-1709 11 1 3 0 0 0 0
1710-1719 7 1 0 0 0 1 2
1720-1729 16 1 2 0 0 0 1
1730-1739 44 4 4 0 0 1 0
1740-1749 33 2 3 0 0 0 2
1750-1759 142 14 22 12 1 0 0
1760-1769 53 6 6 9 1 0 0
1770-1779 88 8 5 4 0 0 0
1780-1788 29 5 0 2 0 0 0
Total 423 42 45 27 2 2 5

Como se observa en estos cuadros la mayoría de los afrodescendientes se


identificaban como mulatos, tanto en el caso de los hombres como en el de las mujeres.
También están otras calidades como lobo, morisco y negro. Un componente menor,
porcentualmente, son las personas que todavía tenían la condición jurídica de esclavo. Esto
es importante porque hay que recordar que en muchas regiones en el siglo XVIII las
personas esclavizadas fueron disminuyendo debido a que los afrodescendientes lograban
obtener su libertad a través de los mecanismos que se mencionarán en el presente capítulo.
Estas cifras también aportan información relevante, referente al género, en el que los
hombres esclavizados eran un 15%, mientras que, en el caso de las mujeres, las esclavizadas
llegaba a un 9%.

Tabla 4. Hombres afrodescendientes en Parras160


Mulato Lobo Morisco Negro Otro
Años Mulato Esclavizado Negro Esclavizado
1758-1759 49 8 4 1 0 0 0
1760-1769 168 11 10 0 2 1 2
1770-1779 222 20 3 0 0 1 0
1780-1785 112 2 7 0 0 0 0
Total 551 41 24 1 2 2 2

159
Ibid.
160
Cuadro realizado a través de la información recabada en Family Search, en Parras- Church records,
Registros Parroquiales, 1627, 1908, matrimonios, 1750-1785.

56
Tabla 5. Mujeres afrodescendientes en Parras161
Mulato Lobo Morisco Negro Otro
Años Mulato Esclavizado Negro Esclavizado
1758-1759 46 5 5 0 0 0 6
1760-1769 167 9 9 2 0 0 8
1770-1779 272 7 0 1 0 0 0
1780-1785 106 0 9 0 0 0 0
Total 591 21 23 3 0 0 14

El porcentaje de personas que eran libres en Parras y que contrajeron matrimonio


en el periodo estudiado es mucho más alto, a diferencia de Saltillo. Los hombres libres
representan un 93% contra un 7% de afrodescendientes varones esclavizados. En el caso de
las mujeres un 95% no eran esclavizadas y un 5% sí. Esto no refleja un porcentaje de
personas libres o esclavizadas en estos territorios, sino la condición jurídica de las personas
que contrajeron matrimonio en el siglo XVIII.

2.2.2. Lugares de procedencia

El origen de los africanos y afrodescendientes era diverso y existieron distintas formas de


nombrarlos. A las personas que venían de África se les solía llamar bozales, que para Aguirre
Beltrán, “en términos de ganadería bozal equivalía a decir bruto, cerril o salvaje”.162 Por otra
parte a los que nacían en tierras novohispanas se les solía denominar negros o mulatos
criollos. Carlos Valdés encontró un esclavizado originario de Angola y otro de
Mozambique.163 Por otra parte, en los documentos analizados en esta investigación se
encontró que un esclavo “negro” que habitaba en Saltillo, era originario del Congo, mientras
que otro de los Reinos de Castilla. Es importante continuar conociendo los lugares de donde
provenían los esclavizados del noreste novohispano, ya que esto permitirá comprender los
intercambios culturales que se gestaban entre los africanos y los afrodescendientes, a pesar

161
Ibid.
162
Aguirre Beltrán, Gonzalo, La población negra de México. Estudio etnohistórico, México, Fondo de Cultura
Económica, 1984, p. 158.
163
Valdés, Carlos Manuel, Sociedad y delincuencia en el Saltillo Colonial, Saltillo, Coahuila, Archivo Municipal
de Saltillo, 2002, p.3.

57
de que la información registrada en los documentos muchas veces es aleatoria y
fragmentaria. Estos vínculos y relaciones de pareja se desarrollaban con los diferentes
grupos que habitan en el septentrión. En el caso de la persona proveniente del Congo
contrajo matrimonio con un indio de nación alazapa, mientras que el que llegó de los Reinos
de Castilla con un indio de nación desconocida. Posiblemente las aportaciones de los
intercambios culturales y sociales distaban de una nación a otra, variando, por tanto, las
formas de vincularse y relacionarse.

A pesar de que algunos esclavizados eran de otras partes del mundo, en el caso de
Saltillo, la mayoría eran ladinos o criollos, es decir que habían nacido en la Nueva España.
El historiador Carlos Manuel Valdés explica que llegaron principalmente de Zacatecas y
Parral, asentamientos mineros en medio del semi desierto, y, por tanto, necesitaban de esta
mano de obra para realizar las tareas pertinentes de la región.164 Sin embargo, también
existe información que demuestra que la procedencia de los esclavos solían ser de otros
sitios. Por ejemplo, Ramón Alejandro Montoya, explica que un vecino de Veracruz, llamado
Francisco de Largache, quien también vendía esclavos en San Luis Potosí, en 1629 comerció
personas con Doña Beatriz de las Ruelas,165 mujer que pertenecía a una familia de muchos
recursos en la Villa de Santiago de Saltillo. No muy diferente a lo expresado por estos
investigadores, en las actas matrimoniales se identificó que la mayoría de los
afrodescendientes esclavizados eran naturales de la Nueva España. En las actas
matrimoniales que se analizaron para esta investigación se encontró que diez sujetos eran
de Zacatecas y cinco de San Luis Potosí. Pero también que tres era de Nuevo León, uno de
Puebla, uno de Veracruz y uno de Tehuantepec, Oaxaca. En el caso de Parras, tres de los
esclavizados habían nacido en Guanajuato y uno en Querétaro. Esto demuestra que los
esclavizados podían llegar de diferentes territorios de la Nueva España, recorriendo muchos
kilómetros para asentarse en el suroeste del actual territorio de Coahuila.

A pesar de que la información sobre la procedencia de los esclavizados es escasa


según las fuentes primarias utilizadas en esta investigación, se puede saber que había en la

164
Dávila, Ildefonso y Valdés, Carlos, Op. cit, “Esclavos negros…”, p.24.
165
Montoya, Ramón, Op. cit, “El esclavo africano en San Luis Potosí…”, p. 91.

58
Nueva España un gran porcentaje de personas bajo esta condición nacidos dentro de este
espacio. Frank T. Proctor señala que en la mayoría de los registros parroquiales en San Luis
Potosí y Guanajuato se registraron más mulatos, lo que significa para este autor que estos
afrodescendientes no llegaron de territorios de ultramar.166 Por su parte, César Salinas
señala que en Monterrey los vecinos de la región preferían tener esclavizados nacidos en la
Nueva España, ya que eran más fáciles de conseguir, así como más económico.
Probablemente lo mismo sucedió en el sureste de Coahuila.167

A pesar de que los esclavizados llegaba de diferentes territorios de la Nueva España,


muchos de ellos eran del sureste de Coahuila. Conocer los lugares de donde provenían los
esclavizados de Saltillo y Parras ayudará a demostrar la movilidad territorial. En las actas
de matrimonio de Saltillo, en efecto la mayoría de los esclavizados habían nacido en esa
villa, ya que se identificaron 21 esclavos hombres y 13 esclavos mujeres originarios de ahí,
pero también se encontró que tres hombres y dos mujeres eran de las Capellanías, mientras
que uno era de las Mesillas. En el caso de Parras la situación es diferente ya que solamente
dos esclavizados varones fueron originarios de la localidad, mientras que 23 esclavizados
hombres y 18 mujeres eran de Patos, y un hombre y una mujer de las haciendas de los
señores marqueses de Aguayo. Probablemente la gran movilidad de San Francisco de Patos
a Parras se debe a la cercanía entre estos dos espacios.

A pesar de que en la bibliografía utilizada en esta investigación no hay suficiente


información sobre la llegada de los afrodescendientes a Parras, historiadores como Gabriela
Román, estima que entre el 15% y 30 % de la población en las haciendas de Santa María y
San Lorenzo entre la segunda mitad del siglo XVII y la primera del siglo XVIII eran negros y
mulatos.168

166
Proctor, Frank, Op. cit, “La familia y la comunidad esclava…”, p.226.
167
Salinas, César, Op. cit, “Esclavos negros y mulatos…”, p.5.
168
Román, Gabriela, Op. cit, “Negros y mulatos en la Laguna".

59
2.2.3. Esclavizados

Como lo han demostrado investigaciones, como la de Alejandro Montoya en San Luis Potosí,
poseer un esclavizado implicaba gastar una suma importante de dinero, ya que sus precios
eran muy elevados y variaban según las capacidades o características de cada uno.169 En los
contratos de compra y venta se observan las características de las personas vendidas, tales
como su aspecto físico o los conocimientos que había desarrollado a lo largo de su vida. Por
ejemplo, un esclavo en buen estado de salud y joven, podía costar hasta 250 pesos,
mientras que una casa -en otro expediente- estaba estipulada en 150 pesos.170 Estos precios
variaban según la época, pero también la forma en que los compraban eran diversas. Existe
un caso en el que se vende la parte de un esclavo.171 La compra no fue la única manera en
que los amos podían obtener a los esclavos. Ésta también podía ser por medio de una carta
poder donde se explicaba la transición, a través de un testamento, con una hipoteca para
saldar algunas deudas o a través de subastas.172

Los compradores que estaban interesados en adquirir un esclavo en esta región de


México ejercían diferentes oficios. Por ejemplo, en los primeros años los militares se
enriquecían a través de la esclavitud. Valdés y Dávila explican que en los documentos
aparecen mujeres que hacen transacciones, pero siendo muchas de ellas esposas de un
capitán, de un sargento o de un alférez. Por otra parte, también estaba el grupo de los
rancheros y hacendados que querían tener un esclavo para que laboraran en sus
plantaciones como en el cuidado de sus animales. Un tercer grupo era el de los bachilleres,
licenciados y doctores, que formaban parte de la jerarquía eclesiástica.173 Como se puede
observar las personas que obtenían esclavizados eran muy diversos y por tanto las tareas
que aprendían a desempeñar los afrodescendientes también variaban, ya que éstas diferían
de acuerdo a las indicaciones que recibían de sus amos.

169
Montoya, Ramón, Op. cit, “El esclavo africano en San Luis Potosí…”.
170
Dávila, Ildefonso y Valdés, Carlos, Op. cit, “Esclavos negros…”, p. 44.
171
Ibid., p. 60.
172
Ibid., pp.38-40.
173
Ibid., pp.31-33.

60
Los afrodescendientes del septentrión novohispano se podía calificar como
“esclavos” y “criollos” de casa. Como los señalan Carlos Valdés e Ildefonso Dávila, algunos
se dedicaban a la agricultura y muy pocos al cuidado de los animales, siendo que la mayoría
se encontraban a cargo del servicio dentro de los hogares de las élites que habitaban estos
territorios.174 Probablemente en Parras se profesionalizaron más en lo que respecta al
cuidado de las plantas y animales, ya que este territorio contó con latifundios, mientras que
Saltillo era un espacio con pequeños ranchos y haciendas.175

Otra característica que se desprende de que los esclavizados en este territorio


fueran de casa, es que la mayoría eran mujeres. Al mismo tiempo los amos veían positivo el
vientre de la mujer, ya que creían tener derecho sobre él, es decir, si la mujer esclava
quedaba embarazada, su hijo iba a pertenecer a sus dueños.176 En algunos casos el hijo
podía ser vendido, estando todavía en el vientre de la madre.177 A pesar de esta
información, en las actas de matrimonio se encontró que en Saltillo el 69% eran hombres
esclavizados, mientras que el 31% eran mujeres. En Parras se observó que los esclavizados
hombres eran un 58.4%, mientras que las mujeres un 41.6%. Aunque la información indica
que en los dos lugares había un porcentaje mayor de hombres, no se debe olvidar que son
porcentajes obtenidos de algunas actas de matrimonios y que faltaría investigar otros
archivos para tener una información más certera. En el caso de los libertos en Saltillo el
54.5% eran hombres, mientras que el 45.5% eran mujeres. Cifras muy parecidas entre los
dos géneros. En Parras las cifras también son muy similares, aunque predomina el género
femenino con un 51.6% sobre un 48.4% de los hombres.

Debido a que los esclavizados eran de casa, muchas veces el esclavismo era
aristocrático, tal como lo denomina Valdés y Dávila. Esto significa que la élite de este
territorio creía necesitar de mulatos o negros que los sirvieran, ya que se consideraban un
símbolo de prestigio social. A partir de esto muchos esclavos trabajaron como mandaderos,
por lo que debían llevar a cabo las tareas que no querían realizar a sus amos, como el ir a

174
Ibid., 24.
175
Ibid., 25.
176
Ibid., p. 26.
177
Ibid., p. 62.

61
dejar un recado. Con el mismo propósito, los europeos debían ir en la calle a caballo,
mientras que un mulato los seguía trotando. En el caso de las mujeres, por lo regular salían
a misa con sus sirvientes mulatos, bien vestidos, ya que tener un esclavo era sinónimo de
una posición social más alta.178

A pesar de estas situaciones a las que se tenían que enfrentas los afrodescendientes
de la región existieron mecanismos que les permitieron cambiar su condición jurídica de
esclavizado a liberto. Como explican Carlos Valdés y Dávila algunos de los amos les
otorgaban la libertad a los afrodescendientes en sus testamentos. Otros juntaron dinero
para obtener la carta. Por otra parte, estaban aquellos, quienes con la colaboración de sus
compañeros reunían la suma requerida para pagar el valor de su compra.179

2.2.4. Oficios y ocupaciones

Con el paso del tiempo, muchos de ellos lograron obtener su libertad, por lo que podían
desempeñar otras labores para poder sobrevivir en su vida diaria. Una de las formas en las
que se puede comprender la diversidad de oficios y de su crecimiento laboral es a través
del censo de 1777, en el que se localizaron algunas labores que ejercían. A continuación, se
muestra una tabla en donde se observan los diferentes oficios que desarrollaron los
afrodescendientes, en orden alfabético, según las distintas calidades.

178
Ibid., p.25.
179
Ibid., p.30.

62
Tabla 6. Oficios de afrodescendientes según el Censo de 1777180
Oficios identificados Mulatos Negros Lobos Total
Ama de leche 1 0 0 1
Arriero 1 0 0 1
Carnicero 1 0 0 1
Cocinera 5 2 0 7
Corredor 1 0 0 1
Labrador 7 0 0 7
Obrajero 4 0 0 4
Oficial 1 0 0 1
Oficial de carpintero 1 0 0 1
Oficial de curtidor 1 0 0 1
Oficial de obrajero 1 0 0 1
Oficial de zapatero 1 0 0 1
Sin oficio 19 0 0 19
Sirviente/ criado 52 2 4 58
Vaquero 3 0 1 4
Zapatero 1 0 0 1

La cifra que más resalta a la vista es la de sirviente o criado, nombres asignados y


usados por la sociedad de la época. Según el Diccionario de Autoridades los dos términos
sirven para designar las mismas actividades relacionadas con el trabajo realizado en la casa
de alguna persona. Estos podían ser desempeñados por personas esclavizadas o por
libertos.181 Otro término de la época relacionado con los anteriores es el de doméstico,182
el cual como ya se mencionó en el capítulo anterior, aparece en los documentos utilizados
en esta investigación.

En el censo, también se observan otras labores que llevaban a cabo los


afrodescendientes: arriero, carnicero, labrador, obrajero, entre otros. Ejercer estas labores
les posibilitaba una mejor posición frente a los que no tenían una especialización u oficio
definido. Así mismo, les permitía adquirir protección y salario. De la misma forma,

180
Cuadro realizado a través de la información recabada en de Valle, Elsa, Durón, Martha y Villareal Rosario,
Op. Cit, “Censo. Villa de Santiago…”.
181
Córdova, Maira, Op. cit, “Proceso de convivencia de negros”, p. 300.
182
Nuevo diccionario histórico de español, diccionario de autoridades (1726-1739), doméstico, recuperado el
13 de febrero del 2020, de http://web.frl.es/DA.html.

63
estuvieron sujetos a obligaciones, como al pago de impuestos.183 Esto es importante de
tener en cuenta porque es a través de esta información que se comprende la posibilidad
que tenían los afrodescendientes para acceder a los diferentes oficios y los vínculos que
generaban a través de su vida laboral. Maira Córdova, explica que en Oaxaca negros,
mulatos, españoles, indios y mestizos compartían muchas veces estos espacios,
probablemente lo mismo sucedía en Saltillo y Parras, generándose con esto, espacios de
convivencia entre los diferentes grupos del sureste de Coahuila.184

Tampoco es de sorprenderse que algunos de ellos alcanzaran puestos de oficiales


dentro de distintos oficios: carpinteros, curtidores, obrajeros, zapateros, entre otros. La
posición de oficial era importante, ya que como dice Sandra Luna ocupaban “un nivel
intermedio respecto a maestros y aprendices”.185 Sin embargo, el tránsito a maestro a veces
era difícil, ya que el ingreso económico de los oficiales a veces impedía pagar el examen
para ser maestro, impuestos o las instalaciones del taller.186

Un ejemplo que permite ilustrar la importancia que tuvieron los maestros, es el de


Juan Correa en la Ciudad de México. Su experiencia ayuda a demostrar que algunos mulatos
ingresaron a los gremios y que algunos de ellos alcanzaron el grado de maestro. Correa fue
un pintor reconocido durante el siglo XVII, ya que se le encargaron varios trabajos en
recintos importantes de la Nueva España, entre los que encuentran colegios, iglesias y
conventos.187

En las actas de matrimonios de Saltillo, también se encontró la presencia de un


mulato libre, proveniente de Zacatecas que era maestro de sastre. Esto implicaba que el
mulato tenía mayores ganancias que los oficiales o artesanos, ya que eran los dueños del

183
Luna, Sandra, “Trabajadores de origen africano en los gremios de la Ciudad de México, siglo XVIII”, en
Miñón, Manuel, Peña, René y Pérez, Sonia (coordinadores), El mundo del trabajo urbano: trabajadores,
cultura y prácticas laborales, México, El Colegio de México, 2012, p.87-126, p. 115.
184
Córdova, Maira, Op. cit, “Proceso de convivencia de negros”, p. 300.
185
Luna, Sandra, Op. cit, “Trabajadores de origen africano…”, p. 116.
186
Ibid.
187
Velázquez, María Elisa, Op. cit, “Mujeres de origen africano…”, pp.208-209.

64
taller, de las herramientas y de la materia prima. El trabajo que realizaban estas personas
podía ser por salario, por obra o por destajo.188

Ser oficial o maestro otorgaba cierto prestigio social a los individuos. En el censo de
Saltillo de 1777, se expresa que los oficiales se casaron con una persona de su misma
calidad. Sin embargo, en la mayoría de las personas no se muestra la información
matrimonial. En el caso del maestro de sastre se conoce que se casó con una española viuda,
originaria de Boca de Leones, lo cual representaba mayor prestigio ante la sociedad
novohispana, pues como se ha visto en este trabajo contraer matrimonio con un europeo
significó muchas veces un medio de ascenso social.

Además de los oficios ya mencionados Carlos Valdés ha identificado otros. Dentro


de la dinámica del hogar, los afrodescendientes se desempeñaban en labores relacionadas
con cocinar, cuidar niños, dar pecho, lavar ropa, planchar, barrer, etc. Mientras en los
ranchos, además de haber sirvientes, también estaban los vaqueros, herreros, carpinteros,
sombrereros, etc.189

Los trabajos a los que se podían acceder eran muy diversos. Algunos
afrodescendientes alcanzaban posiciones importantes. Por ejemplo, José Nicolás Gómez,
era un morisco legítimo que fungió como soldado de la compañía del Presidio de Anaelo,
territorio cercano a la Villa de Santiago del Saltillo, en 1784. Aunque no existe mucha
información sobre las milicias en el norte de la Nueva España, por los estudios realizados en
otras regiones como Veracruz se sabe, como menciona Ben Vinson III, que los milicianos
libres de color, gozaban de beneficios como las exenciones de impuestos y los servicios
reales, a lo que denominaban preeminencias. Pertenecer a las milicias permitía que los
soldados mandaran a sus hijos a la universidad o que tuvieran la oportunidad de ejercer
profesiones prestigiosas.190 Aunque no se localizó información bibliográfica para esta tesis,
sobre los beneficios que representaba ser un soldado en un presidio, probablemente si los

188
Ibid, 16-17.
189
Dávila Ildefonso y Valdés, Dávila, Op. cit, “Esclavos negros”, p. 41.
190
Vinson III, Ben, “Los milicianos pardos y la construcción de la raza en el México colonial", en Signos
históricos, México, 2000, p. 87-106.

65
había, ya que necesitaban una forma de atraer a nuevas personas. Esta movilidad social y
económica explica que José se casara con María Rosalía Rodríguez, quien era una española
viuda, vecina de Saltillo.

Aunque no hay mucha información bibliográfica sobre el tema en la región


estudiada, se sabe que había mulatos que obtenían ciertos beneficios. Seguramente el
morisco José Nicolás fue uno de ellos. En el Archivo Municipal de Saltillo se encuentra un
documento en el que se pone de manifiesto que mulatos, negros y coyotes portaban armas
ilegalmente, por lo que si eran encontrados con ellas tendrían que pasar dos días en la cárcel
y pagar una multa de diez pesos. En el caso de reincidir el castigo sería doscientos azotes.
Esto quiere decir que estas personas solían usar armas a pesar de estar prohibido, porque
si se escribió en una ley era porque esto que las autoridades consideraban problemático
estaba sucediendo. Sin embargo, la información que ayuda a entender la situación en la que
se encontraban en cuanto a los diversos privilegios a los que podían acceder es cuando el
documento dice “y si alguna persona de las expresadas tuviere algún privilegio para
poderlas traer lo presente ante mí para la conveniencia y las de ellas y no de otra
manera”.191 Es decir, existían algunos casos en donde estaba permitido que negros, coyotes
y mulatos portaran armas de forma legal. Seguramente los soldados afrodescendientes
tenían este beneficio.

2.2.5. Resistencia

Los afrodescendientes esclavizados y libertos encontraron mecanismos de resistencia.192


Una de las mejores formas de entender los momentos en que los afrodescendientes
tuvieron la oportunidad de transgredir193 a la sociedad en la que vivía es con el libro de

191
AMS, Presidencia Municipal (PM), c 4, e 31, d 5, 1f.
192
Pilar Gonzalbo explica que se habla de resistencia ante la imposición de ciertas normas. Siendo que éstas
se pueden generar en la familia, o en las relaciones sociales, en Gonzalbo, Pilar, óp cit, nota 49.
193
Concepto usado por Cárdenas, Luz Alejandra, en su artículo “La transgresión erótica de Cathalina González,
Isabel de Urrego y Juana María”, en Naveda Chávez-Hita, Adriana (compiladora) Pardos, mulatos y libertos:
sexto encuentro afromexicano, Universidad Veracruzana, 2001, pp.39-60, p.45, para decir que los
transgresores son aquellos que no respetan el orden impuesto por la sociedad, por lo que no se sabe cómo
van a comportarse. Es decir, son impredecibles por que no respetan los cánones.

66
Sociedad y delincuencia en el Saltillo colonial, en el que se describen algunos de los casos
donde los negros tuvieron la oportunidad de actuar en contra de la sociedad.

En este libro se explica que algunos afrodescendientes lo que buscaban era un trato
digno, por parte de sus amos. Por ejemplo, hay un caso en donde una negra acusó a su amo
de azotarla, por lo que pedía al juez que castigara al dueño. En este texto de Carlos Valdés
también se encuentra otra queja donde un mulato ciego llamado Andrés era encadenado y
desnudado para que no escapase. Además, era golpeado por su ama. Lo que pedía este
mulato era la autorización del juez para cambiar de amo. Para defenderse, los acusados,
hablaron de los descuidos del esclavo, que le costaron mucho dinero a la familia. Después
de varios testigos el mulato perdió el pleito. No son los únicos casos en que buscan cambiar
de dueño. En 1752 aparece un documento de una negra que quiere una carta para buscar
un nuevo amo, quien pagará el valor actual de ella. Según se explica en este libro si logró
encontrar un dueño, aunque éste quería pagar cincuenta pesos menos. Lo interesante de
estos documentos, explica el autor, no es si ganaron o no ganaron los pleitos, sino que poner
una queja legal significa que ante el gobierno y la sociedad eran vistos como sujetos con
derechos y obligaciones.194

Otro documento, que aparece en el Archivo de Saltillo, narra la historia de Josef


Manuel López de la Cruz, mulato libre, quien estaba casado con María Faustina de Cuellar,
de veinte y tantos años, esclava de Don Antonio Cortinas. Josef buscaba que su esposa fuera
vendida a otros amos debido a que recibía malos tratos. La historia se comienza a complicar
cuando los dueños son citados para atestiguar, ya que dice que ellos no la quieren vender
y que esta situación presentada con María Faustina se da porque tanto el esposo, como la
madre de dicha esclava están generando ideas en ella. Después de varias declaraciones la
esclava admite que no es tratada mal por sus amos y que sólo se quiere salir para ser
comprada por otra persona. La resolución es que debe seguir trabajando para ellos, hasta
que pueda conseguir la carta de libertad.195

194
Valdés, Carlos, Op. cit, “Sociedad y delincuencia…”, p.64-65.
195
Archivo Municipal de Saltillo (en adelante AMS), Presidencia Municipal (PM), c 22, e 23, 1f.

67
Además de que es interesante el caso de la esclava que busca que la vendan a otros
amos. Algunos de los datos pertinentes que se deben de rescatar es cuando se explican los
motivos por los que un esclavo puede pedir su venta para cambiar de amo. En el documento
se explica que puede ser por la seducción del amo a la esclava, así como por el temor del
esclavo hacia el amo. También está la sevicia o excesivo castigo, que puede ser de diferentes
maneras: 1) cuando se excede el amo de las facultades que le dan las leyes sólo para
corregir; 2) si el castigo es igual a la culpa, pero se ejecuta en irregular y extraordinario
modo; 3) cuando el castigo es leve o grave, pero no se verificó con claridad la culpa; 4) el
continuo castigo.196 Aunque estas normas no se siguieran al pie de la letra, se explica que el
esclavizado tenía derechos, por lo que si estos no se respetaba sabía que podía acudir a las
respectivas autoridades. También demuestra que los afrodescendientes podían utilizar las
normas a su favor. María Faustina, junto con su familia mintieron a las autoridades para
tratar de cambiar de dueños. Aunque ella no lo logró, en este documento queda plasmado
la intención de manipular las leyes para su beneficio.

Existen otros casos donde los encargados de ejercer justicia no siempre ayudaban a
los esclavizados, lo que motivó que muchos de ellos resolvieran los problemas a su manera.
Por ejemplo, está el caso de Juan Aguirre, quien era dueño de un esclavizado que había
escapado. El documento narra que Juan lo encontró catorce años después en la Vaquería
de San Juan. El esclavo estaba trabajando para el Señor Marqués, quien le propone
comprarle a su trabajador.197

Los enfrentamientos que vivieron los afrodescendientes no eran necesariamente


contra otros grupos sociales, como es el caso de un negro que le avienta una piedra a una
señora en la boca.198 También están los delitos de personas consideradas como iguales. En
1737, hubo un homicidio, en donde tanto el asesinado, como el que cometió el acto eran
de calidad “negra”. Además, ambos se consideraban de la misma condición social y
económica. El homicida hirió a Antonio tanto en el vientre, la espalda, la cabeza, la barba y

196
Ibid.
197
Valdés, Carlos, Op. cit, “Sociedad y delincuencia”, p.57.
198
Ibid., p. 67

68
la oreja. Lo que resalta de este acontecimiento, es que el homicida nunca negó lo sucedido
y en cambio se ofrecía casarse con la viuda, para protegerla a ella, a su hijo y a los animales.
La resolución del juez fue ser sacado a la cola de una bestia, para después llegar a la horca.199

Algunas denuncias hechas en contra de los afrodescendientes están relacionadas


con la magia y la hechicería. En el Archivo General de la Nación se encontró un documento
donde tres mujeres son acusadas de “maléficas” en 1755.

El primer caso habla de una mulata llamada Dominga, quien estaba casada con Juan
Pascual, del que no se menciona su calidad, pero del que se sabe ser sirviente en la Hacienda
de San Joseph de Anhelo, jurisdicción de Saltillo. La razón por la que se les acusa es por
hechizar desde hace un año aproximadamente a Josef de los Reyes Bernal sirviente de la
misma hacienda. El denunciante es un amigo del enfermo llamado Marcos Tabares, quien
explica que Dominga confesó la hechicería. El acto se hizo mediante un muñeco con espinas
“que tiene en la coronilla de la cabeza, que le impedía el ojo de la lengua, y una varilla de
alambre, que tenía dentro del brazo que le impedía su movimiento”.200 Según las
confesiones, la enfermedad continuaría por tres años, ya que el muñeco se lo había dado a
Juliana y no conocía su paradero. La razón por la que decidió hechizar a Josef fue porque
Juliana le pagó a Dominga, debido a los celos que sentía. En este documento también se le
acusa a Dominga de haber enfermado a Alfonso Ruiz. Esta acusación se hizo por Juana del
Toro, alias Celedonia, por ser casada con un hombre llamado Celedonio. Juana, también de
calidad mulata, confesó que sabía de las prácticas de Dominga, ya que las autoridades
pensaban que ella era la hechicera, negando su participación y señalando a la que
consideraba culpable.

El otro caso fue contra Manuela, una mulata casada con Joaquín Carrillo de oficio
zapatero, ya que causó enfermedad a Luisa Polanco, a través de dolores extraños. El esposo
de Luisa, Miguel González decidió sacar a la mulata de su casa para azotarla, ya que
encontró un muñeco de cera en su casa. En el juicio aparece que Manuela aprendió a
hechizar por una mujer llamada Apolonia, casada con Benito Roque. Sin embargo, en el

199
Ibid., p. 73.
200
AGN, Indiferente Virreinal, Inquisición, caja 1651, expediente 026, 1765, 17f.

69
documento también se escribe, aunque no se explica con detalle, que Manuela sólo confesó
por los azotes que había recibido.

Juana del Toro y Manuela no fueron halladas culpables. Sin embargo, se pidió que el
nombre de Dominga quedara escrito. En el documento no se menciona ningún castigo para
las denunciadas, aunque se hace hincapié de la falta de ministros del Santo Oficio de la
Inquisición en la región.201

El otro documento relacionado con la fe, es una denuncia en contra Tomatina. Ella
es una negra perteneciente a Doña Josefa. Según el expediente, Tomatina renegó de Dios y
sus santos. A pesar de que se hizo la denuncia, se explica que el caso no continuó. Este
documento resulta de interés debido a que los denunciantes fueron Marta de Zarate india,
casada con un negro. Esto indica que las denuncias realizadas a los afrodescendientes
podían llevarse a cabo por personas de su misma calidad y estrato económico, así como por
personas con otros privilegios, como se ha demostrado con otros documentos.202

Como lo han demostrado otras investigaciones como la realizada por María Elisa
Velázquez, la hechicería fue relacionada con las personas de origen africano. Sin embargo,
no fueron las únicas en llevar a cabo esta práctica. Según Velázquez estas prácticas estaban
vinculadas a la adivinación, la curación o las relaciones amorosas.203 Para Luz Alejandra
Cárdenas "La hechicería posibilita la puesta en práctica de un conjunto de saberes que
permiten resolver problemas de la vida cotidiana”,204 tal y como se observa en los
documentos analizados.

Otro delito en el que aparecen los afrodescendientes es en los asaltos que se


realizaban en los caminos, con el objetivo de quitarle a los transeúntes sus mercancías.
Junto con ellos, participaban también españoles y mestizos.205 La mayoría de estos asaltos

201
Ibid.
202
AGN, Indiferente Virreinal, Inquisición, caja 2660, expediente 026, 1621, 1f.
203
María Elisa Velázquez, Op. cit, “Mujeres de origen africano”, pp. 242-243.
204
Cárdenas, Luz Alejandra, “Lo maravilloso y la vida cotidiana. Mujeres de origen africano en Acapulco”, en
siglo XVII, Desacatos, México, Distrito Federal, número 9, CIESAS, 2002, pp. 72-88, p.74.
205
Ibid., p.81.

70
tuvieron lugar entre la villa de Zacatecas, Monterrey y Saltillo. Por lo regular las muertes
eran hacia los varones, mientras que se secuestraba mujeres y niños.206

2.2.6. Diversidad económica

La idea que tiende a considerar a los afrodescendientes como aquellos que siempre
ocuparon las posiciones económicas más desfavorables de la sociedad novohispana debe
ser reconsiderada. Por ejemplo, a través de las actas de entierros que se localizaron en el
Archivo Matheo se puede analizar esto. Dentro de este acervo se tienen documentos que
mencionan información sobre las personas fallecidas de diferentes partes de Coahuila. El
archivo se centra principalmente en lugares como el Álamo, pero también se nombran otras
localidades, ya sea en los Ranchos de San Antonio, San José y San Juan. Así mismo, se
mencionan localidades entre las que destacan el Saucillo, Hornos y Parras. En algunos casos
aparecen personas que nacieron en Saltillo. Aunque sería interesante analizar entierros
específicos de los lugares de estudio para esta investigación, los datos que se arrojan son
dignos de analizar.207

Según un edicto episcopal emitido en Parras, la Iglesia tenía como reglamentación


escribir en los documentos las características de las personas fallecidas. Sin embargo, los
datos que se reflejan en los entierros son muy escasos, por lo que no se puede decir que
esto se cumplió.208 A pesar de que no se tienen todos los datos que a un historiador le
gustaría tener, sí aporta información importante. Una de las características que, en efecto,
muchas veces no se escribía, pero en la mayoría sí, era las cruces con las que se enterraba
al difunto. La cruz alta implicaba que los familiares del difunto habían aportado una cantidad
importante de dinero, para que la persona fuera acompañada en el entierro de la cruz alta

206
Valdés Carlos, Op. cit, “Sociedad y delincuencia…”, p. 81.
207
Archivo Matheo, Fondo civil, sección de demografía: censos, padrones, y registros, expediente 420, 70f.
208
Dentro de la información que debían de poner las parroquias en las actas de defunción era ciudad, villa o
lugar de la diócesis. Día mes y año. Si el difunto es natural, soltero o casado. Si hizo testamente o no dejó. En
el caso de dejar testamento decir quiénes son los herederos o si estos son sus hijos. También se debe de
mencionar la iglesia en la que se enterró, así como el tipo de sepultura. Por otra parte, se estipulaba que se
debía de escribir el número de misas que mandó decir y en que iglesia o parroquia, así como si dejó memorias
u obras pías. Se debía decir si el fallecido murió en dicha o excomulgado, ibíd.

71
de la parroquia, así como de acólitos con incienso, cirios y agua bendita. La cruz baja
indicaba que el entierro era más humilde, mientras que, en la de limosna, por lo regular era
personas pobres y de caridad y que no podían cubrir los gatos, ni siquiera de la cruz baja.209
A partir de esta información es que se comprenden las capacidades económicas que
tuvieron los grupos sociales para cubrir los gastos después de la muerte.

Con el documento de entierros del archivo ubicado en Parras se encontró que de las
589 personas que fueron enterrados en los años de 1771 a 1779 y de 1784 a 1788, un 37%
no fueron identificados con ninguna cruz, pero que el 50% fueron enterrados con cruz baja,
mientras que el 9.1% con cruz alta y el 2.5% de limosna. En estos documentos también se
observó que 1.3% se enterraron con cruz baja y de limosna. Probablemente esta última
situación se deba a que los familiares del difunto entregaron una pequeña cantidad a la
iglesia, pero no la suficiente para alcanzar la cruz baja, aunque se necesitaría más
información para hacer esta aseveración.

Todo lo anterior ofrece datos sobre la heterogeneidad de la situación económica de


los afrodescendientes. En el cuadro que a continuación se muestra, se observa que del total
de las 54 cruces altas registradas en el documento cuatro pertenecían a afrodescendientes
con relaciones horizontales, mientras que una era de un “mulato” que estaba casado con
un “indio”, siendo que en el caso español con relaciones conyugales y de parentesco con
otros españoles se registraron diez cruces altas. A pesar de que no se puede saber a qué
calidad perteneció el resto de las cruces, debido a la falta de información anotada por parte
de los escribanos, sí ayuda a comprender que los afrodescendientes lograron tener acceso
a diferentes recursos económicos, para poderse preocupar de su destino después de la
muerte. Con esta información presentada, se observa, que, en cambio en el caso de la cruz
baja y limosna, sólo se anotó a una fallecido. Seguramente si los datos de los entierros
fueran más completos la información enunciada sería diferente.

209
Encalada, Ernesto Alonso, “Defunciones de los grupos étnicos en la Villa de San Francisco de Campeche,
México (1664 – 1708)”, en Investigación, México, número 12, Instituto Campechano, noviembre de 2017,
pp.136-156, p.148.

72
Tabla 7. Entierros afrodescendientes210
Afrodescendientes Afrodescendientes-indio
Cruz alta 4 Cruz alta 1
Cruz baja 22 Cruz baja 6
Cruz baja/limosna 1 Cruz baja/limosna 0
Sin especificar 6 Sin especificar 1
Total 33 Total 8

2.2.7. Condición de nacimiento

La heterogeneidad de la vida de los afrodescendientes no sólo se expresa en los aspectos


económicos o labores, sino también en las relaciones de pareja que establecieron. En los
archivos de matrimonio de Saltillo y Parras se observa que dependiendo de las relaciones
que gestaran entre dos personas se iba a determinar la condición de sus hijos. Es por esto
que en algunos documentos se encontró que algunos afrodescendientes eran naturales,
legítimos, adoptados, expuestos o de padres no conocidos. A pesar de que esto no
determinaba su futuro sí les brindaba una condición que les iba a afectar en el desarrollo
de su vida. En las siguientes tablas se muestra las cifras que se contabilizaron tanto de las
personas no esclavizadas, como de las que sí lo estaban. Del lado derecho, las
correspondientes a Saltillo y del izquierdo a Parras.211

210
Cuadro realizado a partir de los datos obtenidos en Archivo Matheo, Parras, Fondo Civil, sección del
Gobierno Real, expediente 450.
211
Cuadro realizado a través de la información recabada en Family Search, en Registros Parroquiales de
Saltillo, Coahuila, 1684-1906, Saltillo, Matrimonios 1703-1757, Family Search, en Registros Parroquiales de
Saltillo, Coahuila, 1684-1906, Saltillo, Matrimonios 1757-1788 y Family Search, en Parras- Church records,
Registros Parroquiales, 1627, 1908, matrimonios, 1750-1785.

73
212Tabla 8. Condición de nacimiento en afrodescendientes no esclavizados
PARRAS SALTILLO
Hombres Mujeres Hombres Mujeres
Naturales 8 14 Naturales 16 29
Legítimos 430 475 Legítimos 446 393
Adoptados 1 0 Adoptados 3 1
Expuestos 2 0 Expuestos 3 3
no conocidos 0 2 no conocidos 2 1
Total 550 575 Total 557 466

Tabla 9. Condición de nacimiento en afrodescendientes esclavizados


PARRAS SALTILLO
Hombres Mujeres Hombres Mujeres
Naturales 5 3 Naturales 20 14
Legítimos 29 17 Legítimos 34 21
Adoptados 0 0 Adoptados 0 0
Expuestos 0 0 Expuestos 0 0
no conocidos 0 1 no conocidos 28 7
Total 40 21 Total 98 47

La mayoría de las personas que contrajeron matrimonio en el sureste de Coahuila se


identificaron como legítimos. Así mismo, se encuentran pocos casos que demuestran que
algunos afrodescendientes eran hijos de padres que no estaban casados, por lo que se les
denominaba naturales.

En estas cifras se debe de poner atención, ya que hay que recordar el uso del
concepto de movilidad de social de Ann Twinam, quien expresa que la condición de
nacimiento de los afrodescendientes no siempre correspondía con la verdad.213 Según la
historiadora, esto se debía a que algunas de las personas de la sociedad novohispana
cambiaban su condición. Es decir, si una madre no quería que su hijo fuera identificado

213
Twinam, Ann, Op. cit, “Honor, sexualidad e ilegitimidad…”, p. 139.

74
como natural podía expresar que el niño era huérfano, aspirando con ello a cierto ascenso
social.

La situación para los afrodescendientes en el septentrión novohispano es digna de


estudiarse, ya que a pesar de que no hubo un porcentaje tan grande de ellos en el territorio,
si aportaron experiencias a la dinámica de la sociedad a través de lo legal o lo ilegal. Es decir,
los afrodescendientes estuvieron en contacto con otros grupos que convivían en el espacio
lo que permitió la creación de intercambios sociales y culturales.

En este capítulo se observó que los afrodescendientes fueron capaces de actuar ante
las diferentes situaciones de la sociedad a través de mecanismos establecidos mediante las
reglas impuestas por los grupos de poder. En pocas palabras las personas de origen africano
supieron sacar provecho de los ordenamientos jurídicos de la época. Estas habilidades y
herramientas que fueron desarrollando a lo largo de su vida permitió que las experiencias
de su vida cotidiana variaran. Por tanto, no se puede pensar en los afrodescendientes como
un grupo homogéneo que desempeñó las mismas actividades, sino que cada uno de ellos
tuvo diferentes experiencias laborales, sociales y económicas, que dotaron al noreste de
sus propias particularidades.

Sin embargo, es en el siguiente capítulo donde se podrá observar mejor como se


crearon los diferentes intercambios sociales a partir de las uniones de parentesco que
establecieron los afrodescendientes con otros grupos, permitiendo generar, en algunos
casos, movilidad social. Es por esta razón que en el siguiente capítulo se analizan las
relaciones de las personas de origen africano legales e ilegales.

75
Capítulo III

Matrimonios y “relaciones ilegales” en


Saltillo y Parra

76
El matrimonio en la Nueva España fue un acto fundamental en la vida de las personas y en
el establecimiento de familias. En el septentrión novohispano esto no fue diferente. Como
dice Cristina Masferrer estas uniones significaban el fortalecimiento de los vínculos sociales,
fomentando, al mismo tiempo las relaciones con los conocidos y los parientes de la pareja,
creando lazos de solidaridad y sentido de pertenencia.214 Para esta investigación, también
se piensa que estas relaciones interpersonales impulsaron el intercambio cultural y social.

A pesar de que las características del sureste del actual estado de Coahuila tuvieron
similitudes con otras regiones, en este apartado se analizarán sus particularidades a través
de información cuantitativa y cualitativa. Así mismo, es objetivo del presente capítulo
responder ¿cómo las uniones interpersonales permitieron general movilidad social e
intercambio social y cultural entre las personas afrodescendientes de la región? Para ello,
este capítulo se dividirá en tres apartados. En el primero se explican las relaciones de pareja
legales que se desarrollaron entre los afrodescendientes y los diferentes grupos del
territorio ya mencionado. Posteriormente, se analizan las relaciones de pareja ilegales
centradas en el amancebamiento. Por último, se plantea el estudio de las relaciones ilegales
forzadas que se llevaron a cabo entre los afrodescendientes.

3.1- Matrimonio

Para establecer matrimonio, los afrodescendientes como parte de la sociedad novohispana,


debían acatar la legislación establecida por la Iglesia. Una de las normas estipulaba que las
personas debían celebrar la unión en público y dejar constancia en las actas matrimoniales.
Esta documentación se creó con la finalidad de tener un mayor control y conocimiento
sobre lo que acontecía en la sociedad.

Según la legislación de la época, estos libros tenían que seguir ciertas reglas, las que
se explicarán a lo largo de este capítulo. Debe subrayarse, que la legislación no siempre se
seguía al pie de la letra, por lo que los libros eran inspeccionados por funcionarios al servicio
del obispo correspondiente en labores de visita. A pesar de que los encargados de

214
Masferrer, Cristina, Op. cit, “Muleke, negritas y mulatillos…”, p. 246.

77
supervisar remarcaban la importancia de escribir el origen, la calidad y la vecindad de los
contrayentes, dicha tarea no siempre se cumplió. Por ejemplo, en las actas revisadas para
esta investigación se encontró en uno de los libros la visita de un obispo de Guadalajara.
Además de señalar las características antes mencionadas, también explicaba que:

se exprese así mismo el origen, calidad, y vecindad de los contrayentes, y de sus


padres, sino tiene inconveniente; y que todas las partidas las firme el cura con su
teniente si éste asistiere a la celebración de los matrimonios; y si otro sacerdote
asistiere a dicha celebración con licencia del dicho cura, las firme, las firme éste, y el
sacerdote que de su licencia así tiene y no el teniente, y que las dichas de las partidas,
de días, meses y años, no se pongan por números, sino por letra; y en caso de hallarse
ausente el dicho cura, o con legitimo impedimento, firme en su lugar el dicho su
teniente.215

Las normas que se respetaban y las que no, dependían de la parroquia y del párroco
del momento. Por ejemplo, según la legislación se debía de escribir si los contrayentes
fueron velados y en caso de no hacerlo se debía dejar plasmada la razón que hizo que esto
no se llevara a cabo.216 La velación era una ceremonia que se hacía después de la boda.
Según Daniéle Dehouve, ésta consistía “en la toma del velo por parte de la mujer”217, que
descansaba en el hombro del hombre. Este rito se realizaba en una misa general, con una
confesión posteriormente.

En el caso de Saltillo, todas las actas matrimoniales aparecen como velados, en


cambio en Parras se asentó con más frecuencia si esto sucedió o no, siendo solamente el
1.1 % de los afrodescendientes los que no fueron velados. Se puede inferir que lo anterior
se debe a causas externas, ya que los tiempos y la cantidad de velaciones ocurridas
ocasionaba que el personal eclesiástico de la zona se viera quizás rebasado por el número

215
Family Search, óp cit, nota 158, imagen 150.
216
Archivo Matheo, Fondo civil, sección de demografía: censos, padrones y registros, expediente 423, 12f.
217
Dehouve, Daniéle “El matrimonio indio frente al matrimonio español (Siglo XVI al XVIII), en Robichaux,
David (compilador), El matrimonio en Mesoamérica ayer y hoy. Unas miradas antropológicas, México,
Universidad Iberoamericana, 2003, pp.75-94, p.78.

78
de enlaces que tenían lugar, o que los religiosos consideraban que no era tiempo oportuno
para realizar el acto. Sin embargo, no se expresó el porqué de esta última razón.

Imagen 2. Portada de un libro de matrimonios de Parras de 1761218

Otro de los elementos que debían quedar asentados en las actas matrimoniales eran
los impedimentos de consanguinidad o de afinidad.219 La consanguinidad estaba
relacionada con el tronco común por generación carnal. Éste se daba por tres líneas: 1)
entre engendrador y engendrado; 2) entre engendrado y engendrador; 3) entre
engendrados de un ancestro común. El de afinidad es el que creaban los esposos con la
cópula carnal, es decir, es el que se llevaba a cabo entre el esposa y los consanguíneos de
su mujer.220

En el caso de Parras estos impedimentos no aparecen a excepción de uno


correspondiente a un mulato esclavo que quería contraer matrimonio con una mulata,
quienes tenían un impedimento de tercero y cuarto de consanguinidad. En Saltillo se

218
Family Search, en Parras- Church records, Registros Parroquiales, 1627, 1908, matrimonios, 1750-1785.
imagen 99.
219
Archivo Matheo, Fondo civil, sección de demografía: censos, padrones, y registros, expediente 420
220
Ortega Noriega, Sergio, Op. cit, “El discurso Teológico…”, pp.53-54.

79
encontraron 245, en los que la mayoría fueron realizados a españoles. En el caso de los
afrodescendientes se encontró un impedimento de segundo y tercer grado de afinidad para
un mulato y su pareja de quien no se menciona su calidad, un impedimento de cuarto grado
de consanguinidad a una pareja de mulatos, y un impedimento de segundo con tercer grado
de consanguinidad a un morisco que pretendía contraer matrimonio con una mujer mestiza.
Por otra parte, existe un documento donde se encontraron cuatro impedimentos de
consanguinidad y uno de afinidad a una mulata que quería formar una relación legal con un
indígena. En el siguiente cuadro se muestra el número de impedimentos de consanguinidad
y afinidad que se realizaron en las parejas de afrodescendientes que quisieron contraer
matrimonio en la Villa de Santiago del Saltillo en el siglo XVIII.

Tabla 10. Parejas de afrodescendientes con


impedimentos de consanguinidad en
Saltillo. Siglo XVIII 221
Hombre Mujer
Mulato Mulato 1
Mulato Sin Calidad 1
Indio Mulata 1
Morisco Mestizo 1
Total 4

A pesar de que en Saltillo se encontraron muchos impedimentos, estos no siempre


eran acatados, ya que según un edicto, fechado el 27 de marzo de 1770, se concedía la
facultad de casar a todos los grados excepto si éste era de primer grado, ya sea en
consanguinidad o afinidad.222 Esta idea coincide con los escritos de Asunción Lavrin, quien
dice que "en lugares como Saltillo y Monterrey, muchas de las familias de españoles se
relacionaban mediante el matrimonio, y algunos de sus integrantes argumentaban que era
difícil encontrar personas que no tuvieran cierto grado de afinidad sanguínea".223

221
Cuadro realizado a través de la información recabada en Family Search, en Registros Parroquiales de
Saltillo, Coahuila, 1684-1906, Saltillo, Matrimonios 1703-1757 y Family Search, en Registros Parroquiales de
Saltillo, Coahuila, 1684-1906, Saltillo, Matrimonios 1757-1788.
222
Archivo Matheo, Parras, Fondo eclesiástico, sección de sacramentos, expediente 392, 3f.
223
Lavrin, Asunción, "La sexualidad en el México colonial: un dilema para la iglesia", en Lavrin, Asunción
(coordinadora), Sexualidad y matrimonio en la América hispánica. Siglos XVI-XVIII, México, Consejo Nacional
para la Cultura y las Artes y Grijalbo, 1989 pp. 55- 104, p.82.

80
Juan Francisco Henarejos explica la razón por la que la mayoría de los impedimentos
de consanguinidad y afinidad tenían lugar entre los españoles era por la tendencia de
casarse con personas cercanas tanto en su comunidad como de su familia. Esto con el
objetivo de consolidar sus propiedades, creando una tendencia de parentesco horizontal
entre las personas.224 Es decir, muchas veces los individuos que vivían en esta época
preferían contraer matrimonio dentro del mismo grupo para conservar su prestigio
económico y social. Esta situación probablemente se incrementó debido a que en esa época
había una lejanía más marcada entre los distintos territorios, por lo que aumentaba la
búsqueda de pareja en las cercanías.225 En el caso de los afrodescendientes las cifras de
impedimentos probablemente disminuyeron porque si querían aspirar a una movilidad
social tenían que buscar pareja en otros círculos sociales, para así generar nuevas dinámicas
de parentesco.

En estos libros también se debía escribir: el lugar de la diócesis, la fecha del


matrimonio, los días y meses de las tres amonestaciones, el nombre de los contrayentes,
así como el de sus padres. Así mismo, se tenía que registrar su condición previa al
matrimonio. Por otra parte, se tenía que expresar el consentimiento de las dos personas,
como ya se explicó en el primer capítulo. En el caso de las amonestaciones se debía de
especificar qué cura las realizó y en qué Iglesia o parroquia. Así mismo, se debía de escribir
si las amonestaciones se hicieron después de la boda.226 Algunas otros lineamientos que se
mencionan según el archivo que se encuentra en Parras, es que se debía escribir si alguno
de los dos contrayentes estaba ausente, o si ambos lo estaban, dejando en su lugar poderes
para llevar a cabo el matrimonio. En los archivos analizados no se encontró ningún caso que
mostrara ausencia de las personas que deseaban unirse.227 En cambio, la posibilidad de
llevar a cabo el matrimonio a partir de las difíciles circunstancias en las que se encontraban

224
Henarejos, Juan Francisco, “La consanguinidad en la ciudad de Murcia (1700-1780): una aproximación a su
estudio”, en Revista de Historia, volumen 24, Norba, 2011, 53-62, p.55.
225
Ibid.
226
Archivo Matheo, Fondo civil, sección de demografía: censos, padrones, y registros, expediente 420, 70f.
227
Ibid.

81
la pareja se refleja en el caso de un mulato que estuvo en prisión a la hora de efectuarse el
matrimonio.

Una regla interesante que aparece en el edicto de Parras es la que menciona que
aquellos extranjeros que llegaran a habitar estas tierras y dijeran ser casados tenían que
mostrar los papeles que demostraran que estaban en una relación legal con quien decían,
en los días establecidos por el cura. Si no lo comprobaban, tenían que ser tratados como
amancebados.228 Ello se debió a que muchas veces las personas que llegaban al septentrión
novohispano podían tener otra pareja y, por tanto, tratar de cometer bigamia, prohibida
por la Iglesia. Estas reglas implementadas para tener un mejor control sobre la condición
legítima de las personas que llegaban de ultramar muchas veces dificultaron la creación de
relaciones maritales en el noreste de la Nueva España. Por ejemplo, Don Domingo Álvarez
Ribera, originario de los Reinos de Castilla y principado de Asturias, después de estar en
amasiato con una mulata llamada María Ignacia Pérez de Solís, decidió contraer matrimonio
con ella. Sin embargo, se tuvo que enfrentar a un procedimiento exhaustivo para obtener
el permiso matrimonial. Esto se debió, como se detallará más adelante, a que él no llevaba
mucho tiempo en la Nueva España, por lo que las autoridades se tenían que asegurar que
no tuviera otro matrimonio en ultramar o en los diferentes territorios en los que estuvo
desde su llegada.229

Como ya se mencionó, en muchos casos las reglas que se emitían para llevar a cabo
los matrimonios no se acataban. De ahí la necesidad de mandar constantemente gente que
revisara los libros. A pesar de este seguimiento, las normas continuaron sin respetarse por
lo que se decidió multar a aquellos que no las cumplieran. Por ejemplo, se localizó un
documento en donde un obispo de Durango mandó que los que omitían información
pagaran seis pesos de multa, por cada partida que no cumplía con lo establecido.230 Sin
embargo, no existe información que demuestre si esto se llevó a cabo o no. Estas normas
dictadas por la Iglesia tenían que ser obedecidas en todos los casos, incluyendo a las

228
Ibid.
229
Archivo Matheo, Parras, Fondo eclesiástico, sección de sacramentos, expediente 388, 14f.
230
Archivo Matheo, Fondo civil, sección de demografía: censos, padrones, y registros, expediente 420, 70f.

82
personas descendientes de africanos, ya que como se observará en este capítulo, estos
matrimonios fueron muy frecuentes. A pesar de que los afrodescendientes esclavizados
muchas veces no contaron con el apoyo de sus amos para contraer matrimonio, se crearon
leyes que permitieron generar uniones legales a través de la Iglesia. También los
afrodescendientes no esclavizados decidieron optar muchas veces por este medio para
desarrollar nuevas uniones de parentesco, pese a que muchas personas optaron por el
establecimiento de relaciones de pareja al margen de las instituciones religiosas. A
continuación, se mostrará la información de tres tablas que se generaron gracias a los datos
de los registros parroquiales, que demuestran cómo se produjeron estos vínculos.

Tabla 11. Matrimonios de afrodescendientes en Saltillo, primera mitad del siglo XVIII231
Hombres Mujeres
Esc L M Me N Ne Ca Co Esp In Mes O S.C.
Esclavo 1 1 1
Lobo 2 3 3 1 2
Mulato 1 2 61 4 1 1 7 8 13 19 17
Mulato esclavo 3 6 1 1 2 12 4 3
Negro 1
Negro esclavo 1 1 1 4 8 1 1
Castizo 4
Coyote 3
Español 1 2
Indio 1 4 12 1
Mestizo 16 2
Otro 1
S.C. 4 1 1
Total 3 12 114 9 2 2 16 9 35 24 2 22
Esc (esclavo), L (lobo), M (mulato), Me (mulato esclavo), N (negro), Ne (negro esclavo), Ca
(castizo), Co (coyote), Esp (español), In (indio), Mes (mestizo), O (otro), S.C. sin calidad).

En esta tabla que presenta datos de los años de 1703 a 1749 se observan los
matrimonios entre los afrodescendientes, así como con el resto de los grupos que
decidieron contraer matrimonio en la Villa de Santiago de Saltillo. En el caso de la categoría

231
Cuadro realizado a través de la información recabada en Family Search, en Registros Parroquiales de
Saltillo, Coahuila, 1684-1906, Saltillo, Matrimonios 1703-1757.

83
indígenas se decidió englobar a aquellos que dijeron ser de calidad india, así como aquellos
indígenas que expresaron directamente su nación, refiriéndose a su lugar de nacimiento u
origen. A principios del siglo XVIII se identificaron a los de nación borrado, alazapa,
Xanambre, laborio, entre otras.

En estas relaciones se encontró solamente la presencia de tres parejas en donde


ambos eran esclavizados. En este periodo la mayoría de las relaciones fueron verticales, es
decir, relaciones con otros grupos que difieren del mismo origen. Lo anterior se debe, a que
un 52.8% de los afrodescendientes contrajo matrimonio con otros grupos. De este
porcentaje, 41% con indígenas, mientras que el 9% con españoles. El otro 50% con castizos,
coyotes y mestizos.

En cuanto a las relaciones horizontales, que son los vínculos que se forman entre un
mismo grupo, se observó la presencia de un 36.8% de parejas que contrajeron este tipo
matrimonio. Lo anterior se debe a que la mayoría de los vínculos se crearon entre mulatos
no esclavizados. Cuando se analiza a una mayoría de mulatos registrados en actas
matrimoniales se debe de tener cautela, ya que en algunos casos la calidad se usaba de
manera arbitraria por el párroco, criterio que muchas veces respondía a las características
físicas de las personas.232 A pesar de que la cantidad de afrodescendientes no es tan
numerosa, en relación a la segunda mitad del siglo XVIII, los aportes de la información son
interesantes. En esta primera mitad del siglo no se encontraron relaciones de
afrodescendientes esclavos con españoles, aunque posteriormente sí. La mayoría de los
afrodescendientes no esclavizados que contrajeron matrimonio con un español fueron del
género masculino con un total de nueve parejas, mientras que sólo fueron tres
afrodescendientes de género femenino quienes se unieron legalmente con españoles. En el
caso de los hombres, ocho fueron mulatos y uno lobo. Los orígenes de nacimiento de las
siete mujeres españolas fueron legítimas, mientras que una era viuda y el otro caso no
menciona su situación antes de contraer matrimonio. En el caso de las mujeres
afrodescendientes, dos eran mulatas y una loba. En estas tres parejas, dos hombres

232
Masferrer, Cristina, Op. cit, “Muleke, negritas y mulatillos…”, p.176.

84
españoles eran legítimos, mientras que uno no menciona si había contraído anteriormente
matrimonio o su condición de nacimiento. A diferencia de las relaciones entre
afrodescendientes con españoles, los vínculos que se gestaron en esta primera mitad del
siglo XVIII fueron más numerosas en el caso de matrimonios entre afrodescendientes e
indígenas. Se encontraron 21 registros de hombres y mujeres esclavizados que contrajeron
matrimonio con indígenas, y 32 de afrodescendientes no esclavizados que se casaron con
indígenas.

En Villa de Santiago de Saltillo, a principios del siglo XVIII, se observa que hay una
cantidad más grande de mujeres españolas que se casaron con afrodescendientes. En el
caso de los indígenas hay porcentajes mayores de personas que contrajeron matrimonio
con afrodescendientes, prevaleciendo el de las mujeres indígenas con los
afrodescendientes. Los indígenas que contrajeron matrimonio con afrodescendientes, en
su mayoría eran de condición de nacimiento legítimo, mayor al porcentaje en el caso
español. A pesar de que hubo una gran tendencia a especificar la condición de nacimiento,
ello no permite hacer una comparación más fidedigna con el caso español.

Respecto a los hombres esclavizados, 14 mujeres indígenas no especificaron su


condición antes del matrimonio, uno expresó ser legítimo, tres viudos y dos de padres no
conocidos, mientras que el indígena que se casó con la mujer esclavizada no específica
tampoco su condición antes de contraer matrimonio. En el caso de las mujeres indígenas
que se casaron con afrodescendientes no esclavizados, cinco no expresaron su condición,
cinco mencionaron ser legítimos, cuatro viudos, uno expósito y uno natural. Los hombres
indígenas que se casaron con mujeres afrodescendientes no esclavizadas afirmaron que
siete eran legítimas, cinco viudas y cinco no mencionaron su condición jurídica anterior al
matrimonio.

Conocer la condición de nacimiento (legitimo, natural, adoptado o expósito) de los


contrayentes es importante debido a que muchas veces explica su posición económica y
social. En la época novohispana gozaban de mayor aceptación aquellas personas que había
nacido de un matrimonio legítimo, contrario a los que nacieron fuera del matrimonio. Así
mismo, esta información permite conocer qué tipo de españoles estaban contrayendo

85
matrimonio con los afrodescendientes. La razón por la que se menciona la condición de las
personas que contrajeron matrimonio con afrodescendientes es porque es necesario hacer
una comparación entre las que contrajeron matrimonio y su posición económica y social,
por tanto, percibir una posible movilidad social de los afrodescendientes.

Tabla 12. Matrimonios de afrodescendientes en Saltillo, segunda mitad del siglo XVIII 233
Hombres Mujeres
Esc L Mo M Me N Ne Co Esp In Mes S.C.
Esclavo 1 1
Lobo 3 2 2 3 3 1
Morisco 4 3 4 8 4
Mulato 9 4 110 7 12 36 55 49 35
Mulato esclavo 2 12 1 2 3 7 5 3
Negro
Negro esclavo 1 1
Coyote 1
Español 0 3 24 3
Indio 8 3 63 11
Mestizo 3 5 28 5 1
S.C. 4
Total 24 17 243 27 1 15 46 72 66 43
Esc (esclavo), L (lobo), Mo (morisco), M (mulato), Me (mulato esclavo), N (negro), Ne (negro
esclavo), Co (coyote), Esp (español), In (indio), Mes (mestizo), S.C. sin calidad).

En la Villa de Santiago del Saltillo, durante la segunda mitad del siglo XVIII las
relaciones entre los afrodescendientes fueron menos frecuentes que las que se llevaron a
cabo en la primera mitad del mismo siglo. En este tiempo y espació se señaló que el 28.2%
de las relaciones fueron horizontales, mientras que el 63.4% verticales. Como se observa en
la tabla de arriba la mayoría de las relaciones legales fueron entre mulatos libres, siendo de
la misma calidad los dos contrayentes. Debido al poco porcentaje de la presencia de negros
en las actas de matrimonio, como se observó en el capítulo anterior, las relaciones que
menos se registraron en esta época fueron en la calidad de negro, ya sea esclavizados o no.
Posiblemente la escasa presencia de personas calificadas como negro, en estos
documentos, se deba a que muchos afrodescendientes estaban creando vínculos con

233
Cuadro realizado a través de la información obtenida en Family Search, en Registros Parroquiales de Saltillo,
Coahuila, 1684-1906, Saltillo, Matrimonios 1757-1788.

86
personas de otros grupos, por lo que aumentó la calidad de mulato, alcanzando al mismo
tiempo la libertad de la pareja así como de sus descendientes. Es decir, qué había menos
africanos en la región y más afrodescendientes. Pilar Gonzalbo explica que este proceso
comenzó desde el siglo XVIII, cuando las personas identificadas como “negras” comenzaron
a ser demográficamente menos, mientras los conocidos como mulatos aumentaron. Ello
también tiene que ver con que el comercio de personas esclavizadas desde el continente
africano comenzó a disminuir en la Nueva España.234 Los incrementos de porcentaje en las
relaciones verticales se dieron, tanto con los indígenas como con los españoles, ya que en
las relaciones horizontales, el 44.4% fueron con indígenas, el 20.2% con españoles y el
35.3% con otras “castas”, no identificados con ascendencia africana.

En la segunda mitad del siglo XVIII, las relaciones entre esclavizados y españoles fue
muy escasa, con un total de cinco matrimonios: tres de hombres afrodescendientes con
españolas y dos mujeres afrodescendientes con españoles, todos identificados como de
calidad mulata. La condición previa a contraer matrimonio de los españoles fueron tres
legítimos y dos viudos. Como se mencionó anteriormente las relaciones entre
afrodescendientes se incrementó, pero sobre todo entre las personas no identificadas
como esclavizadas. En esta segunda mitad del siglo XVIII, 39 afrodescendientes hombres
contrajeron matrimonio con españolas y 27 afrodescendientes mujeres con españoles.
Dentro de estos porcentajes se localizó que la mayoría eran mulatos, pero hubo tres
moriscos hombres y tres mujeres que contrajeron matrimonio con españoles. A diferencia
de la primera mitad del siglo XVIII hubo un incremento de hombres que contrajeron
relaciones con afrodescendientes. A diferencia de la primera mitad del siglo XVIII, aquí se
puede resaltar la condición previa de los españoles que contrajeron matrimonio, siendo la
mayoría legítima. En el caso de los hombres españoles 35 fueron legítimos, mientras que
en el de las mujeres 17, lo que demuestra que los españoles que contrajeron relaciones con
afrodescendientes eran aceptados por la sociedad tanto por su calidad, como por su
condición de nacimiento. Lo interesante sería tener más datos que permitan comprender
las condiciones económicas en las que se encontraban tanto afrodescendientes como

234
Gonzalbo, Pilar, Op. cit, “Familia y orden colonial”, p.299.

87
españoles, ya que ser español no era sinónimo de una posición económica privilegiada y
sólida. Sin embargo, estas fuentes no arrojan estos resultados.

Las relaciones de los afrodescendientes con los indígenas disminuyeron, en


comparación a la primera mitad del siglo XVIII, si se considera que hubo un incremento en
el número de contrayentes. Por lo que respecta a la segunda mitad se identificaron 20
esclavizados que contrajeron matrimonio con indígenas: 9 hombres y 11 mujeres
afrodescendientes. En cuanto a los hombres no esclavizados 62 hombres no esclavizados
contrajeron matrimonio con indígenas, mientras 74 mujeres afrodescendientes
establecieron relaciones legales. A diferencia de las relaciones con españoles, se encontró
la presencia de lobos que se casaron con indígenas: tres hombres y ocho mujeres.
Posiblemente esto se deba a que la calidad lobo hacía alusión de una relación anterior entre
afrodescendientes e indígenas. Sin embargo, en este caso la mayoría de los contrayentes
también son mulatos y una minoría moriscos. Parecido al caso español, la condición de
nacimiento de los indígenas es legítima, ya que en el caso de los indígenas de género
femenino 49 de 62 son legítimos, y en el de género masculino 57 de 74 eran legítimos. Se
demuestra así, que la condición de nacimiento no determinaba ni en el caso español ni en
el indígena la decisión de contraer matrimonio con afrodescendientes.

88
Tabla 13. Matrimonios de afrodescendientes en Parras, segunda mitad del siglo XVIII235
Hombres Mujeres
Esc L Mo M Me N Ne Ca Co Esp In Mes O S.C.
Esclavo 1 1 2
Lobo 4 1 4 1 5 1
Morisco
Mulato 3 226 6 2 1 11 8 87 27 9
Mulato esclavo 8 3 1 2 8 1 1
Negro 1 1
Negro esclavo 1 1
Coyote 3
Español 8
indio 2 5 1 116 8
Mestizo 1 39
Otro 3
S.C. 1 8 1
Total 2 12 4 417 18 3 1 13 8 103 30 3 10
Esc (esclavo), L (lobo), Mo (morisco), M (mulato), Me (mulato esclavo), N (negro), Ne (negro
esclavo), Ca (castizo), Co (coyote), Esp (español), In (indio), Mes (mestizo), O (otro), S.C. sin calidad).

En el territorio de Parras las cifras sobre las relaciones afrodescendientes son


distintas a las de Saltillo. En comparación a la segunda mitad del siglo XVIII de los dos
territorios, se observa un incremento notable de afrodescendientes. Así mismo, el
crecimiento de relaciones horizontales es mayor en Parras con un 41.6%, mientras que las
relaciones verticales son de 55.2%. El otro 3.2% corresponde a aquellos matrimonios donde
no se conoce la calidad de uno de los dos contrayentes. En esas relaciones verticales el
68.7% fue con indígenas, el 5.8 % con españoles y el 25.4% con otras castas que no tienen
ascendencia africana.

Las cifras de matrimonios entre afrodescendientes y españoles son muy escasas, 16


personas no esclavizadas contrajeron matrimonio con españoles: ocho hombres y ocho
mujeres. Las personas que afirmaron ser esclavizadas fueron cuatro hombres
afrodescendientes. En el caso de personas no esclavizadas la mayoría dijo estar casado con
españoles de nacimiento legítimo, siendo un total de diez personas: cinco hombres y cinco

235
Cuadro realizado a través de la información recabada en Family Search, en Parras- Church records,
Registros Parroquiales, 1627, 1908, matrimonios, 1750-1785.

89
mujeres. En el caso de las personas esclavizadas afirmaron tres personas estar casadas con
españoles de nacimiento legítimo y una española de nacimiento natural. Las cifras de
matrimonios indígenas son mayores. En los documentos analizados se encontraron 20
personas esclavizadas que contrajeron matrimonio con indígenas: 10 hombres y 10 mujeres
esclavizadas. Así mismo, se localizaron 215 no esclavizados que contrajeron matrimonio con
indígenas: 93 hombres y 122 mujeres afrodescendientes. Tanto en los casos de personas
esclavizados como en las que no afirmaron ser esclavos, la mayoría dijo contraer
matrimonio con indígenas de condición de nacimiento legítimo. En el caso de mujeres
afrodescendientes que se casaron con un indígena se observó cambio considerable, ya que
hubo 87 indígenas legítimos, pero también 31 personas que ya habían estado casados
anteriormente y que enviudaron.

Como se puede observar la mayoría de las relaciones con personas de otras “castas”
eran legítimas en su nacimiento, por lo que se puede deducir que esto no afectaba a la hora
de elegir sus respectivas parejas. Sin lugar a dudas sería interesante conocer la situación
económica de los contrayentes.

Las anteriores tablas demuestran que las relaciones verticales se dieron tanto en
afrodescendientes libertos como con los esclavizados. Frank T. Proctor analizó para las
parroquias de San Luis Potosí y Guanajuato, que la mayoría de los afrodescendientes se
casaron con personas de su misma condición jurídica .236 Seguramente esto responde al tipo
de economía minera de las dos villas mencionadas, en donde los vínculos interpersonales
se gestaban de diferente forma. En el caso de la villa de Santiago de Saltillo y Santa María
de las Parras los esclavos no necesariamente se casaron con personas de su misma
condición. Al contrario, para el espacio estudiado en esta investigación la mayoría de los
esclavizados se casaron con personas que no compartían su posición económica y social,
seguramente con la intención de incrementar la posibilidad de una posición social más
ventajosa. Otra razón por la que probablemente hubo más vínculos con personas de otros
grupos fue por ser afrodescendientes de casa, es decir que laboraban en los hogares de las

236
Proctor, Frank, Op. cit, “La familia y la comunidad esclava”, p.236.

90
personas con más recursos económicos, lo que permitió que las personas estuvieran en
contacto con diferentes grupos propiciando otras relaciones interpersonales, como ya se
explicó en el primer capítulo.

La calidad de uno de los dos contrayentes muchas veces ayudó a que las personas
accedieran a una mejor posición económica o social. Esto, muchas veces, no fue aceptado
por la familia española. Por ejemplo, un caso que se encontró en la Villa de Santiago de
Saltillo en 1792 puede ayudar a ejemplificar esto. Esta denuncia la hizo José Cayetano,
originario de San Miguel, pero residente en Saltillo durante 22 años. La razón por la que se
hizo la denuncia fue porque María Tiburcio Colmenero su nieta, a la que él había cuidado
quería casarse con José de Aguirre, de calidad mulato y liberto, descendiente de padres y
abuelos esclavos. El abuelo de María no estaba de acuerdo por lo que quería impedir esta
unión. Él decía que le correspondía hacer el impedimento debido a que era su derecho por
ser pariente hasta el cuarto grado de parentesco. Lo interesante de esta denuncia es que
los padres de María sí eran identificados como españoles, pero calificados de pobres, lo que
explica que muchas veces la calidad podía representar una mejor posición social. Sin
embargo, otra de las características que le otorgaban prestigio social y económico a la
familia de la mujer contrayente es que eran familiares de un cura del Pueblo del Biscocho,
jurisdicción del valle de San Francisco.237 Éstas probablemente fueron las razones por las
que el abuelo de María no quería ese matrimonio.

Se encontró también una denuncia que hace alusión sobre lo difícil que podían
resultar las uniones entre dos diferentes grupos es el caso de un mulato esclavo llamado
José, quien deseaba contraer matrimonio, en el año de 1769, con una viuda española
llamada Doña María Gertrudis Palacios, originaria de la Ciudad de México.238 A pesar de que
el documento se encuentra incompleto en el Archivo Municipal de Saltillo, lo que se
conserva ayuda a explicar las relaciones que se gestaban tanto con afrodescendientes
libertos como con los esclavizados. El caso revela las dificultades que se podían desarrollar
entre distintos grupos, por lo que se decidió dejar por escrito. Otra denuncia que aborda la

237
AMS, Presidencia Municipal (PM), c 44/1, e 36, 11f.
238
Archivo Matheo, Parras, fondo eclesiástico, sección de sacramentos, expediente 390, 11f.

91
misma problemática, describe la relación entre José Linares, mulato liberto y María Ignacia
de Arizpe, hija legitima de dos españoles originarios de Saltillo. La razón por la que no
estaban de acuerdo la familia con esta unión era porque el apellido, en palabras de las
personas que atestiguaron, era notoriamente desigual al del mulato. En estas declaraciones
se explicó que había una herencia de por medio, por lo que pedían que se devolviera ésta y
que si se quería casar lo hiciera, pero sin hacer uso del apellido Arizpe, usando solamente
el de la madre.239

A pesar de lo problemático que pudieran resultar en estas épocas las uniones entre
los diferentes grupos, mediante las actas matrimoniales en la época novohispana, se
observa que en los archivos hubo un gran porcentaje de relaciones verticales, aunque las
cifras de los vínculos horizontales también fueron considerables. En el caso de las mujeres,
concebir hijos con personas de otra calidad, probablemente podía asegurar que su
descendencia también tuviera una mejor posición económica y social. Esto permitiría, tener
una mejor posibilidad, accediendo a mejores beneficios sociales y económicos.240 Existen
algunas razones por las que seguramente no se localizaron muchos enlaces matrimoniales
que incluyera a los descendientes de africanos esclavizados. La primera se debe a que en el
siglo XVIII muchos de los afrodescendientes ya habían alcanzado su libertad, a través de los
diversos mecanismos, ya explicados en el capítulo anterior. Esto se debe también a que
muchas veces el matrimonio no se pudo realizar según los lineamientos de la Iglesias, ya
sea por cambios de residencia o por la injerencia de los amos.241 Las actas de matrimonio
no explican lo que sucedió con la descendencia de las personas que contrajeron
matrimonio. Sin embargo, estos documentos permiten tener un acercamiento hacia las
dinámicas que llevaron a cabo los afrodescendientes para la creación de redes de
parentesco, a través de las cuales desarrollaron su vida cotidiana y sus intercambios socio-
culturales. Como explica Cristina Masferrer “a pesar de las dificultades impuestas por las
normas jurídicas y eclesiales, los esclavos tuvieron la posibilidad de conformar familias, a

239
AMS, Presidencia Municipal (PM), c 51, e 24, 7f.
240
Masferrer, Cristina, Op, cit, “Muleke, negritas y mulatillos”, p. 250.
241
Velázquez, María Elisa, Op. cit, “Mujeres de origen africano”, p.253-257.

92
partir de enlaces conyugales (formales o informales) y de otros vínculos de parentesco”.242
Para entender el matrimonio muchas veces es necesario conocer a los hijos, ya que el niño
era la razón principal del enlace entre las dos personas, resultando ser el primer evento
trascendental de la vida en matrimonio.243 Así mismo, como ya se mencionó, los niños eran
los que permitían generar cierta movilidad social entre los afrodescendientes, ya que el
poder de las mujeres residía en su capacidad de gestación y reproducción.244 Como se
observará en la tabla número 15 que se presenta a continuación, tanto esclavizados como
no esclavizados conformaron familias. El Censo de 1777 aporta información sobre lo que
sucedió con estas familias. En la siguiente tabla se observa que el número total de familias
afrodescendientes que aparecen en el censo de 1777 según el número de hijos que
tuvieron.

242
Masferrer, Cristina, Op, cit, “Muleke, negritas y mulatillos”, p. 2.
243
Ibíd, p. 211.
244
Velázquez, María Elisa, Op. cit, “Mujeres de origen africano”, p. 288.

93
Tabla 14. Número de hijos de afrodescendientes, según el Censo de 1777245
Calidad 1 2 3 4 5 6 7 8 9 Total
Hombre Mujer
Mulato Mulata 11 7 7 7 8 4 1 1 46
Desconocido Esclava 1 1
Mulata esclava 5 1 1 7
Mulata viuda 3 1 2 1 1 8
Mulato viudo 2 3 1 1 5
Mulata 5 1 2 8
Mulato 2 2
Desconocido Mulata 2 2
Mulato Desconocida 6 3 1 2 1 1 14
Español Mulata 3 2 1 1 2 8
Mulato Española 3 4 2 1 10
Coyote Mulata 1 2 2 2 1 8
Mulato Coyota 4 1 2 1 2 10
Mulato esclavo Coyota 1 1
Mulato esclavo India 1 1 2
Indio Mulata 1 3 1 1 1 1 1 9
Mulato India 2 4 4 3 2 1 1 17
Mulato Esclava 1 1
Mulato Negra 1 1 2
Negro Coyota 1 1
Negra 1 1 2
Indio Negra 1 1
Español Loba 1 1
Lobo Española 1 1
Coyote Loba 1 1
Lobo India 1 1
Total 53 39 29 19 15 8 4 3 2

Se decidió escribir la palabra “desconocido” o “desconocida”, cuando se hace


mención de la presencia de una pareja, pero sin especificar la calidad de esta persona. Como
se observa en la tabla anterior, las familias afrodescendientes tuvieron diferentes números
de hijos. La mayoría de ellos declaran tener solamente uno, ya que se registraron 53 familias
con un hijo, mientras que 39 afirmaron tener dos. En cambio 29 parejas expresaron tener

245
Cuadro realizado a través de la información recabada en de Valle, Elsa, Durón, Martha y Villareal Rosario,
Op. Cit, “Censo. Villa de Santiago…”.

94
tres hijos. A pesar de que son pocas las familias y personas esclavizadas que aparecen en
este censo se observa que también decidieron conformar familias. En el censo de 1777
también se localizó el caso de una persona esclavizada, con un cónyuge, del que se
desconoce la calidad, que decidió criar un niño expósito español y a un indio. Esto
demuestra que los afrodescendientes fueron capaces de crear parentesco con otros grupos
a través de diferentes relaciones, en este último caso a través de un niño que decidieron
cuidar.

A pesar de que la información que arrojaron los archivos, tanto por las actas de
matrimonio, como por el censo de 1777, hay sesgos importantes. Sin embargo, los datos
que contienen permiten tener un acercamiento a la vida y a las uniones de los
afrodescendientes. Esto se debe a que muchas de las relaciones que se entablaban no eran
aceptadas por la iglesia, por lo que las uniones se gestaban en relaciones ilegales, como es
el caso del amancebamiento y concubinato y los raptos y violaciones, que se explicarán a
continuación.246

3.2. Relaciones ilegales: amancebamiento, concubinato y adulterio

Establecer uniones sentimentales por vía legal a veces conllevaba situaciones


problemáticas, ya que su realización implicaba la aceptación de las normas y la moral
cristiana. En el caso de las mujeres implicaba otras situaciones, ya que casarse con alguien
de su misma situación jurídica representó muchas veces más responsabilidades y
limitaciones.247 Existen diferentes razones por las que las personas decidían asumir
relaciones ilegales. Algunas de ellas seguramente lo hacían por voluntad propia. Cristina
Masferrer cuestiona la premisa que explica que los afrodescendientes fueron orillados a
relacionarse con personas de otros orígenes por las bajas proporciones de hombres y
mujeres248. Bajo este enfoque, los individuos se vieron obligados a elegir por el contexto y
situación social de la época con quién relacionarse. Entonces, las cuestiones sociales

246
Masferrer, Cristina, Op, cit, “Muleke, negritas y mulatillos”, p. 228.
247
Velázquez, María Elisa, Op. cit, “Mujeres de origen africano”, pp.190-291.
248
Masferrer, Cristina, Op, cit, “Muleke, negritas y mulatillos”, pp.166.

95
externas no eran determinantes para el establecimiento de relaciones interpersonales,
dejando la elección particular de los individuos también como un factor importante de
dicho fenómeno. Por otra parte, algunas mujeres preferían no tener un matrimonio legítimo
porque esto constituía una limitación más, que se añadía al sometimiento que ya vivían,
como ya se señaló anteriormente. Sin embargo, en el caso de las mujeres las relaciones
ilegítimas podían representar un ascenso social.249 En los archivos encontrados, dos de las
cuatro mujeres llevaban a cabo relaciones de amasiato con personas que también eran
afrodescendientes, pero que al mismo tiempo pertenecían a su mismo estrato socio
económico. Sin embargo, el caso de las otras dos mujeres deja en claro que mediante el
matrimonio podían tener un ascenso social. Una de ellas asegura, que llevaba un año así,
porque se le había hecho una promesa de matrimonio.250

Las uniones ilegales se podían establecer, entre otras, a través de la bigamia, del
amancebamiento o el adulterio. En esta investigación, a través de las fuentes localizadas,
se analizará las relaciones de amancebamiento y de adulterio. Esto se debe a que no se
localizó ninguna denuncia de la región sobre bigamia. Se utilizarán las denuncian hechas
ante la inquisición sobre los afrodescendientes que decidieron realizar estas prácticas. Estos
documentos pueden detectar por lo menos dos voces: la de la víctima y la del ofensor. En
estas situaciones aparece el defensor, los testigos, que pueden ser conocidos, pero también
familiares quienes estaban obligados a proporcionar su testimonio. Aquellos juicios, aunque
indirectamente, reflejan las voces, las opiniones o ideas de la gente.251 A continuación se
muestra un tabla donde se observan las denuncias de amancebamiento y adulterio
localizadas en Saltillo y Parras que ayudaron a analizar esta forma de unión. A pesar de que
la mayoría de los documentos hacen referencia a Saltillo, en algunas ocasiones se vieron
vinculados los dos lugares, cuando una de las dos personas era originaria de Saltillo y la otra
de Parras.

249
Velázquez, María Elisa, Op. cit, “Mujeres de origen africano”, p. 294.
250
AMS, Presidencia Municipal (PM), c 9, e 21, d 24, 3 f.
251
Valdés, Carlos Manuel, Op cit, “Sociedad y delincuencia…”, p. 49.

96
Tabla 15. Relaciones de amancebamiento en Saltillo y Parras252
N° Lugar Año Involucrados
1 Saltillo 1674 Nicolás Vidales y una mulata libre.
2 Saltillo 1677 Beatriz de las Ruelas y Juan de Riva.
3 Saltillo 1703 Antonio de Amaya y una mujer casada.
4 Saltillo 1717 Ramón Hernández y una morisca esclava.
5 Saltillo 1717 Miguel de la Cerda y Agustina flores.
6 Saltillo 1722 Pablo Flores y Micaela.
7 Saltillo 1735 José de la Cruz y María de los Dolores.
8 Saltillo 1739 Matías Flores de Castro y Francisco de Luna.
9 Saltillo 1776 Ana Terrones con Juan Flores y Juan Cruz.
10 Saltillo 1783 José María Pérez y María Teresa Linares.
11 Parras 1753 Francisco Javier de los Reyes e Ignacia de Acosta.
12 Parras 1754 Don Domingo Alvares Ribera y María Ignacia.

Recapitulando, el concubinato era la cohabitación de una pareja sin hallarse unidos


bajo matrimonio. Según el Diccionario de Autoridades el amancebamiento y el concubinato
correspondían a la misma acción.253 Esta forma de relacionarse en la Nueva España nunca
se consideraba legal y era visto como un pecado grave, debido a que niega la injerencia de
la Iglesia para regular el matrimonio. Es decir, en esta época muchas veces los intereses de
las instituciones del Estado y la agencia de las personas no coincidían, influyendo
directamente en lo cotidiano y en las relaciones personales. Esto ocasionó limitaciones y/o
reorientaciones en las formas y características de estos vínculos interpersonales, debido a
que existía una estrategia de hegemonía, mediante “las buenas costumbres”, “el qué dirán”

252
Información obtenida de Archivo Municipal de Saltillo y del Archivo Matheo.
253
Nuevo Diccionario Histórico de Español, Diccionario de Autoridades (1726-1739), concubinato, y Nuevo
Diccionario Histórico de Español, diccionario de autoridades (1726-1739), amancebamiento, recuperado el
23 de mayo del 2020, de http://web.frl.es/DA.html.

97
“y el pecado” para normar los matrimonios. Relacionándose, por tanto, lo público y lo
privado, como se explicó en capítulos anteriores.

Existieron diferentes formas el amancebamiento: el temporal y el permanente. Éste


también se podía generar en la soltería de cada individuo o dentro del matrimonio. En este
caso, además de ser amancebamiento, se consideraba adulterio. En definitiva, el tema del
concubinato se vivía de diferente forma que la bigamia, ya que esta no implicaba a un
tercero, necesariamente. Sin embargo, este tipo de relación no era aprobado por la
sociedad novohispana, ya que no tenían el consentimiento de la Iglesia. También se puede
entender al concubinato bajo varias acepciones, ya que algunos individuos lo veían como
algo transitorio porque buscaban en un futuro estar con la persona amancebada en una
relación legal.

En el caso de aquellos que querían consagrar la unión, podían casarse a corto plazo.
En cambio sí tenían un impedimento canónico, quizás dispensable, debía transcurrir un
tiempo de separación de la pareja, a fin de lograr su purificación,254 ello derivaba en
ocasiones en el encarcelamiento de los individuos en cuestión y en el aplazamiento del
casamiento por tiempo indefinido hasta autorización del párroco de residencia o de
autoridad superior.255

Esta forma de vida era un problema tanto para las mujeres solteras, como para las
casadas. En el primer caso, podían ser castigadas de oficio por tribunales civiles, mientras
que, en el segundo, éste dependía de la decisión del esposo. Este último caso responde a
que cuando las personas estaban casadas y entraban en un amancebamiento se
consideraba adulterio. Esto no representaba tanto problema para los hombres, aunque
estos fueran casados, ya que por lo regular sólo se les reprendía y se les recordaba la
gravedad de sus actos. Sin embargo, como se verá a continuación, en ninguno de los dos
casos se cumplió esta regla en suroeste de Coahuila. Las consecuencias sociales no sólo se
reflejaban en los castigos impuestos por las autoridades, sino en el mismo lenguaje que
diferenciaban el amancebamiento entre los dos géneros, como dice Jesús Turiso, “mientras

254
Villafuerte García, Lourdes, comunicación personal, 15 de julio del 2020.
255
Ghirardi, Mónica e Irigoyen, Antonio, Op. cit, “El matrimonio, el Concilio…”, p. 262.

98
la casada que rompía la fidelidad matrimonial era calificada como adúltera, vista como
prostituta, el hombre infiel era considerado como amancebado o que vivía en concubinato,
expresiones sin duda mucho más suaves en el lenguaje de la época".256

Otra característica que diferenciaba el concubinato y la gravedad de éste, era el


aspecto público. Si una pareja cohabitaba un domicilio común se convertía en un problema,
en cambio, si el hombre era casado, pero permanecían en viviendas independientes, sólo
se hacía una pequeña reprimenda. A pesar de que el concubinato no fue aceptado por la
sociedad novohispana, no se puede afirmar que éste se desarrolló solamente en aquellos
grupos que no descendían de españoles. Los registros de los hijos ilegítimos muestran que
son hijos de uniones estables, pero no consagradas por la Iglesia. En algunos casos eran el
resultado de las uniones entre individuos pertenecientes a un mismo grupo social, pero en
otros no.

Uno de los casos que aparecen en los archivos investigados es el de Simón


Hernández, de julio de 1717. Él era un indio, oficial de sombreros de la Villa de Santiago de
Saltillo, quien estaba en “mala amistad” con una morisca esclava. A través de diversos
testigos se narra cómo el oficial de sombreros fue hecho prisionero y cómo a partir de esto
hizo una lista de los objetos que tenía en su casa. En ésta fueron declarados “los bienes y
alhajas que hallé en dicha casa los cuales entregué al dicho depositario General”. Esta lista
de objetos permite comprender la situación económica del prisionero. Tenía objetos
relacionados con su oficio, como sombreros que se quedaron sin terminar, unas tijeras de
arca o una plancha de acero. También contaba con una corbata, un plato, dos tazas y dos
ollas, entre otras cosas.257

En la demanda que se le hizo a Simón Hernández aparecen dos declaraciones. Una


es de María Ayala, atestigua ser dueña de dicha esclava y que la conoce hace más de veinte
años. Así mismo, expresó que la distancia que hay de su casa a la de Simón Hernández es
de cuatro cuadras, lo que quizás explica que se conocieron por la cercanía en que se

256
Turiso, Jesús, “Ordenamiento y ruptura de la civilidad sexual en la Nueva España”, en Revista de Filosofía.
Veracruz, México, número 43, Universidad Veracruzana, 2010, pp. 463-490, p. 475.
257
AMS, Presidencia Municipal (PM), c 9, e 21, 7f.

99
encontraban. En ese momento la Villa de Santiago de Saltillo no era muy extensa, lo que
permite comprender que seguramente compartieran espacios en común, permitiendo
entablar, posteriormente esta relación que en la época era considerada ilícita.258

Otro de los testigos, Lázaro Flores, declaró conocer a Simón desde hace dos años, y
a María desde hace veinticinco. Él es clave en la recolección de información, ya que fue uno
de los acompañantes que llevaron a cabo el arresto. Comienza su testimonio explicando
que fue a casa de Simón, y que a él le tocaba esperar en la puerta de afuera para evitar que
el acusado se escapara. Flores narra que pudo escuchar cuando el juez y el capitán Tomás
Flores reprendía a Simón por lo que estaba haciendo. El acusado de amancebamiento
justificó que la esclava estaba en el dormitorio porque le había llevado a almorzar. Flores
también declaró, que las cosas se comenzaron a poner tensas por lo que Simón amenaza
de muerte a la persona que puso la denuncia.259

Simón Hernández aseguró ser un indio alobado. Para algunos historiadores, como
Carlos Manuel Valdés, la existencia del término “alobado” sirve para explicar “la frecuencia
de colores encontrados en los expedientes”260 de compra y venta de esclavos en Saltillo.
Probablemente, en este caso hace referencia a la calidad de lobo. Esto demuestra algún
tipo de identidad fluida entre lo indígena y lo afrodescendiente, pues en esta época era
prácticamente imposible determinar con exactitud si se pertenecía a uno u otro grupo
social. En esta tesis se entenderá fluidez como una formar de identidad que se conforma
por elementos provenientes de diferentes grupos socioculturales. Probablemente por esta
razón es que la sociedad de la época empleaba recursos lingüísticos, en este caso
evidentemente referentes a un animal, el de lobo, para clasificar a las personas. La palabra
alobado hace referencia a una persona con características físicas relacionadas con lo
afrodescendiente. Ramón Alejandro Montoya, en concordancia con lo anterior, expresa la
variedad y complejidad de categorías que en el siglo XVIII hacían referencias a los diferentes
colores de la población afrodescendiente,261 entre los que se encuentran el “alobado” de

258
Ibid.
259
Ibid.
260
Dávila, Ildefonso y Valdés, Carlos, Op. cit, “Esclavos negros…”, p.36.
261
Montoya, Ramón, Op. cit, “El esclavo africano en San Luis Potosí … “, p. 121.

100
Simón. Ambos investigadores de la región noreste de México asocian lo alobado con una
característica particular, el color de piel.262

En el caso de Parras también se encontraron algunos expedientes que mencionan el


amasiato. Uno de ellos es del año de 1753, donde se hace una denuncia por parte de
Francisco Javier de los Reyes, mulato que está casado en legítimo matrimonio con Ignacia
de Acosta. Ignacia, era de dieciocho o veinte años. La denuncia de Francisco se debe a que
tiene evidencia de que su esposa estaba tratándose ilícitamente con José de la Mancha
desde hace cuatro años. En la denuncia se explica que Francisco ya sospechaba lo que
estaba sucediendo con José de la Mancha, persona con la que su esposa estaba en una
relación ilícita. Esto, porque en diferentes ocasiones vio que estaba saliendo de su casa
cuando él estaba en su trabajo, por lo que después de que estas escenas se repitieran en
diferentes momentos, le pidió a José que no se volviera a acercar a su hogar. Sin embargo,
todo se intensificó cuando después de llegar a su hogar no encontró a su esposa por lo que
decidió ir a buscarla y seguirla. Finalmente, la encontró debajo de un durazno, en una cama
(la cual seguramente es metafórica), con un hombre. El problema es que era de noche y no
podía distinguirlos bien, pero que, a pesar de esto, reconoció que la mujer era su esposa.
Para corroborar la información del denunciante se cita a testificar a una niña que han criado
desde pequeña, ya que sus padres murieron. El nombre de la niña es María, de edad
casadera. Una vez iniciada la declaración, ella atestigua que ha estado presente en los
disgustos de sus padres, debido a la presencia de José de la Mancha. Narra que esto se debe
a que de la Mancha ha ido a su casa después del trabajo. También explica que estas visitas
son llevadas a cabo en la sala muchas veces con la puerta cerrada, lo cual en la sociedad de
la época no era aceptado. No era correcto que una mujer estuviera con un hombre sin la
presencia de otras personas. La hija, atestigua que ha visto que su madre tiene ciertas
consideraciones con él, ya que lo peina, lo lava y le hace de comer. Al final de las preguntas

262
Otros términos que registran Dávila y Valdés para hacer referencia al color de piel, relacionado con la
identidad afrodescendiente son indiado y acoyotado. Op cit, “Esclavos negros…”, p.36.

101
declara “y muchas veces que ha faltado a su a su casa se ha visto ir a la casa de dicho Mancha
a buscarlo, y que dicho Mancha ha tenido mala amistad con dicha madre”.263

Un segundo testigo es Juan Melchor Huerta, según los documentos de calidad indio.
Él explica que estaba presente cuando encontró a Ignacia bajo el durazno. La declaración
no dista mucho de la hecha anteriormente por Francisco Xavier. En este testimonio,
también se afirma que no reconocieron a la esposa por ser de noche. Pero, lo que permite
corroborar la información dada sobre el amancebamiento de su esposa, es que Juan explica
que éste es de dominio público y que todos dice que “están conscientes” de lo que sucede
entre Ignacia y Joseph.264

El siguiente testimonio es de Juana Rodríguez, esposa de Juan Melchor. Ella explica,


que conoce el amancebamiento que existía entre Ignacia y José. Al igual que su esposo
afirma que la relación es de dominio público, pero que en lo personal sabe de la situación
porque una vez Francisco fue a dejarle a un hijo pequeño que tenía, porque llevaba cinco
días sin aparecer su esposa. También se presenta Miguel Andrade, que es un vecino
principal del pueblo, quien fue gobernador en el año de 1752, es decir el año anterior a la
denuncia. Miguel presentó un testimonio de vital importancia debido al prestigio que tenía
por el cargo que ocupó, lo que le permite al esposo explicar que el adulterio de su esposa
era un caso de dominio público que llegó a oídos del gobernador. Para confirmar la historia
del gobernador atestiguó otro personaje importante, un indio principal, que fue regidor en
el año de 1752. Él, al ver el descaro de la mala amistad decidió acudir al gobernador para
que pusiera algún reparo. Con este testimonio se confirma lo dicho anteriormente por
Miguel Andrade. Otro de los testigos fue la esposa de José de la Mancha, quien aseguró que
su esposo estaba en amancebamiento con Ignacia, y que esto lo hacían porque vivían cerca.
Así mismo, afirmo que esto era de conocimiento público.265

263
Archivo Matheo Parras, fondo eclesiástico-civil, sección jesuita, ramo de causas criminales, expediente
568, 8f.
264
Ibid.
265
Ibid.

102
El que el caso se hiciera público ocasionó que el hombre también fuera perjudicado.
En esta sociedad el honor era considerado como algo esencial en la vida del hombre, por lo
que se le podía considerar como cornudo. Teresa Lozano explica que las personas que se
consideraban cornudas eran aquellos maridos cuya mujer cometía adulterio. La razón por
la que se le consideraba deshonrado se debe a la demostración de su fracaso en el
cumplimiento de su deber.266

La resolución del juez fue el destierro de José de la Mancha del pueblo y su


jurisdicción, so pena de excomunión mayor. Ante tal castigo, el acusado pidió al juez que no
lo desterrara apelando a su pobreza y a la necesidad de cuidar sus bienes, prometiendo no
volver a ver a Ignacia. Así mismo, aseguró que iba a tener a un fiador, de nombre Ignacio de
la Mancha, quien probablemente era su hermano. Su función era ver que no volviera a ver
a la mujer con la que mantenía una relación ilegal. Después de esta declaración y de ofrecer
tener un fiador, el juez declaró que no iba a ser desterrado, pero que tenía prohibido volver
a estar con Ignacia. Esto, con la amenaza de ser excomulgado. El documento no termina
ahí, continúa con un escrito de 1760, donde José de la Mancha pide al juez que lo saquen
de la cárcel porque, según él, no ha hecho nada malo. La razón por la que se encontraba en
la cárcel fue respondida más adelante por el señor doctor don Antonio José Suarez Urbina,
cura interino, vicario y juez eclesiástico de Parras. Según este oficio, al principio José se
abstuvo de volver a la “ilícita amistad”, pero con el tiempo volvió a entablar relaciones con
Ignacia. En este documento también se dice que si confiesa y muestra arrepentimiento
podrá salir de la cárcel. Al final, mediante la sentencia se estableció que si volvía a incurrir
en este delito sería desterrado para siempre.267

A partir de las fuentes consultadas no se puede saber por qué decidieron llevar
acabo esta relación José de la Mancha e Ignacia Acosta. Sin embargo, la historiadora Teresa

266
Lozano Armendares, Teresa, "No codiciarás la mujer ajena. El adulterio en las comunidades domésticas
novohispanas. Ciudad de México, Siglo XVIII", México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto
de Investigaciones Históricas. Encontrado el 21 de julio del 2020, en
http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/codiciaras/mujer.html
267
Archivo Matheo Parras, fondo eclesiástico-civil, sección jesuita, ramo de causas criminales, expediente
568, 8f.

103
Lozano explica que estas relaciones podían ser motivados por los malos tratos, el
matrimonio forzado, la falta de amor, de adecuación sexual de la pareja, entre otros.268

Otro de los aspectos interesantes sobre el caso anterior reside en que la infidelidad
de Ignacia era pública, por lo que implicaba peores consecuencias para los amancebados. A
pesar del castigo que se impuso a de la Mancha, el carácter público de lo acontecido
impedía un reparo verdadero del honor del esposo. A pesar de esto, en muchas ocasiones
las mujeres preferían tener una relación ilegal con tal de no tener que adquirir más
responsabilidades, como la que obtenían si decidían casarse. Tampoco se puede pensar que
las mujeres sólo lo hacían por movilidad social, algunas sólo lo hacían por elección personal.
Por ejemplo, en Santa María de las Parras, el 27 de diciembre de 1776, hubo una denuncia
hecha en contra de una mulata llamada Ana Terrones, de nación mulata, por estar
amancebada con dos hombres casados. Uno de ellos se llamaba Juan Flores, del cual se
desconoce la calidad y el otro Juan de la cruz mulato. En este documento sólo se explica la
resolución del juez en relación a Juan Flores, a quien se le dice que tiene que llevar una vida
marital con su esposa.

El amancebamiento y el adulterio en algunos casos podría ser complicado y


contradictorio. Tal es el caso de la acusación hecha por Don José de la Cruz, mulato libre,
contra el capitán Andrés Galindo por haber sacado a su mujer del lugar donde ella se
encontraba. La esposa de José se llamaba María de los Dolores, también de calidad mulata.
La denuncia comienza bajo el argumento de que el Capitán Galindo tenía a la esposa de José
sirviendo en su casa. Después de esto, de la Cruz se vio en la necesidad de viajar a
Guadalajara para acompañar a su amo, el bachiller Don José Joaquín de Casa. Según la
denuncia, José explica que su esposa vivía molesta, pero que él se tardó en volver por ella
porque estaba enfermo. Una vez que regresa, se da cuenta que su esposa ya no estaba en
donde la había dejado. El enfrentamiento con José comienza cuando el capitán Andrés
afirma que la puso en otra casa, con complicaciones, por la mala reputación que tenía ella,
por lo que nadie la quería admitir. Al final la deja en casa de Don Pedro Zevallos. Sin

268
Lozano Armendares, Teresa, Op. cit, "No codiciarás la mujer ajena…”.

104
embargo, el capitán afirma que estando ahí se fue de la casa con un indio llamado Juan de
la Cruz.269

Otra de las aclaraciones que hace Andrés, es que conoce que el demandante ya
había hecho otra denuncia similar contra don Francisco de Rumayor, pero del que no
existen autos. A pesar de los argumentos realizados por Don Andrés Galindo la resolución
del juez es que tenía que presentar a María ante su esposo José, de lo contrario tendría que
pagar 100 pesos. A pesar de que se le fijó un tiempo límite para presentar a la esposa,
Andrés pide que le den tres meses más para regresar a la esposa. José de la Cruz acepta,
con tal de que regresen a María a la casa.270

En este caso es pertinente resaltar que se documentó el nombre José de la Cruz


junto con el título de Don. Lo anterior resulta interesante debido a que éste se comenzó a
utilizar desde el siglo XVI para referirse a la nobleza, mismo componente que llegó a
América, a partir de sus propias particularidades, ya que este privilegio se otorgó a los
primeros conquistadores y pobladores principalmente. Con el transcurrir del tiempo el
“Don” se comenzó a incorporar a otras personas merecedoras de prestigio como a gente
con grado de doctor o a aquellos que estaban en órdenes militares, nobleza o posición
económica importante.271 Esto posiblemente demuestra que de la Cruz tenía los privilegios
sociales y/o económicos suficientes en el noreste novohispano para utilizar esta distinción
y por tanto, poder reclamar ante las autoridades la desaparición de su esposa.

Además de ser complejo el amasiato, como ya se explicó a lo largo de este capítulo,


éste podía estar relacionado con otros delitos, como es el caso del incesto. Por ejemplo, en
San Esteban de la Nueva Tlaxcala (poblado contiguo a Saltillo), se encontró el caso de
incestos cometido por Matías Flores de Castro y Francisca de Luna, el 15 de junio de 1739.
Sin embargo, el documento no menciona el parentesco entre los amantes. Esta denuncia
se interpuso por los indios del pueblo de San Esteban. Matías era un mulato libre, originario

269
AMS, Presidencia Municipal (PM), c 13, e 11, 13 f.
270
Ibid.
271
Ferrer, Joan, “El tratamiento de don/doña durante el Antiguo Régimen” en Anales de la Real Academia
Matritense de Heráldica y Genealogía, España, número 18, 2015, pp. 373-394, p.375-384.

105
de Saltillo y casado con Anna María de Peña. En este documento se explica que
anteriormente Matías Flores ya había sido apresado por estar en mala amistad con
Francisca, por lo que se les prohibió que volvieran a estar en contacto. Su explicación fue
que él no la había visto desde que el juez se lo había prohibido anteriormente, pero que se
la encontró sin querer, lo que lo llevó a cometer el acto. La resolución del juez fue que él
pagara una multa y que ella fuera a trabajar a una casa durante dos meses. Sin embargo,
Matías explicó que él no tenía dinero, por lo que iba a ir con el juez por no tener como
pagar. El documento no explica qué fue lo sucedió entre Matías y Francisca. 272 Tampoco
vuelve a hacer mención del incesto después de la primera mención, por lo que no se sabe
si este segundo delito tuvo injerencia en la resolución del juez. Es decir, estos
comportamientos podían ser transgresiones dobles, en donde además de ser adulterio el
parentesco entre los amantes era un impedimento.273

En ocasiones el amasiato posibilitó que las personas afrodescendientes mejorarán


su posición económica y social. A veces estos cambios no eran tan significativos, pero en
otros representaron un ascenso considerable en la vida de los afrodescendientes. Algunas
veces los cambios eran poco perceptibles. Sin embargo, también están aquellos casos que
representaron un gran ascenso en la vida de los afrodescendientes. Se podría decir que
debido a la información que otorgan los documentos sobre la práctica de amasiato, el caso
de Joseph María Pérez y el de Beatriz de las Ruelas, resultan ser representativos de tal
situación. El primero está relacionado con la libertad de quien sería su futura esposa,
mientras que el segundo representaba un cambio importante en la economía.

En el caso de la petición de José María Pérez, en 1783, lo que se buscaba era la


justicia para que María Teresa Linares obtuviera su libertad para contraer matrimonio con
José. Él era de la ciudad de México, pero llevaba viviendo en la villa cuatro años. De estos
años fueron tres años desde que le había prometido a María Teresa matrimonio. Ella era
esclava de don Melchor Lobo Guerrero. La mayor parte del documento se centra en el costo
de la libertad de María Teresa, por lo que hace una comparación con el valor original de la

272
AMS, Presidencia Municipal (PM), c 14/1, e 47, 3f.
273
Lozano Armendares, Teresa, Op. cit, "No codiciarás la mujer ajena…”.

106
madre de ella, quien no tiene enfermedad, ni defecto, ni secreto público. También se
menciona que ella era bien educada e instruida en la servidumbre, por lo que tenía un costo
de 250 pesos.274

José María Pérez, el denunciante, no estuvo de acuerdo con la decisión tomada


sobre el costo por lo que dio cinco razones para disminuir la cantidad: 1) porque cuando se
compró a la madre estaba embarazada; 2) porque la adquisición de la madre no fue por
compra sino por deuda, quedando en la cantidad afirmada su costo; 3) que la madre, es de
color más retinto de la hija; 4) que la madre no estaba defectuosa como la hija, quien no
era reconocida como inteligente; 5) que es injusto que todos tengan un mismo precio. Las
razones expresadas por José pueden ayudar a analizar algunas ideas del discurso que utilizó.
Probablemente la primera razón se deba a que José argumentaba que el precio de su pareja
debía disminuir de esa cantidad es porque cuando la mujer tenía más costo, ya que no sólo
se estaba comprando a la madre, sino también al futuro bebé. Razón por la cual María era
considerada esclava. Por otra parte, hace alusión al color de la madre, quien seguramente
tenía un color de piel más obscura que la hija, característica que hacía que también variara
el costo de un esclavizado.275

La otra característica que da sobre María Teresa resulta interesante, debido a que
su descripción de “poca inteligencia” podría parecer ofensiva. Sin embargo, esto era un
recurso que le permitía que el precio disminuyera y por tanto tener más posibilidades de
pagarlo y que ella pudiera alcanzar su libertad. El dueño anterior de la madre declaraba que
su precio era elevado por todas las cosas positivas, si se mencionan las cosas negativas en
teoría el valor era menor. A pesar del intento de José por tratar de disminuir el costo de la
persona con la que debía casarse esto no funcionó, ya que se declaró que tenía veinticuatro
horas para pagar los 200 pesos y obtener la libertad de ella, para posteriormente entregarla
a su madre, quien ya estaba en libertad.276

274
AMS, Presidencia Municipal (PM), c 35, e 25, 6f.
275
Ibid.
276
Ibid.

107
Una de las cuestiones que se debe analizar en este documento es que cuando se
dice “en cuanto al valor legitimo en que examinan la dicha pieza, es en el mismo que costo
la madre“.277 La palabra piezas se usó por lo regular para hablar del número de esclavos.
Este término no sólo ha sido empleado en el noreste de Coahuila. Por ejemplo, Ramón
Montoya, lo aplica en el título de su artículo en donde se escribe sobre la esclavización
afrodescendientes en San Luis Potosí.278 Por otra parte, José Antonio Piquera explica que la
pieza de indias era la clasificación que se hacía para la venta de personas esclavizadas.279

Como se puede observar, el amasiato a veces servía de transición para


posteriormente casarse, argumentando que vivían en malas uniones para después facilitar
dicho trámite, es decir, si explicaban que vivían en el pecado, era necesario hacer un trámite
para que la pareja formalizara su relación, por lo que se les otorgaba una licencia para
contraer matrimonio, previas tres amonestaciones.280 Un claro ejemplo es la declaración de
José María donde confesó su relación ilegal, explicando que ya no quería estar en esa
situación y que por tanto quería que la esclava fuera liberada. De esta forma obtenían dos
cosas: casarse y la libertad de ella. El problema es que las cosas no resultaron como el
denunciante planeó. Como ya se señaló los amasiatos podían ser solamente temporales.
Algunas de las parejas decidían después de vivir en “mala amistad” y entablar una relación
formal, por lo que aspiraban a casarse para tener una relación legal. Otra denuncia
localizada en Saltillo en el año de 1677, que ayuda a comprender cómo se vivía el
amancebamiento es contra Juan de Rivas. El documento ya ha sido trabajado anteriormente
por el historiador Carlos Manuel Valdés.281 Juan era un mulato amancebado con una mujer
española llamada Beatriz de las Ruelas, por más de tres meses. Juan era un hombre de 28
años, mientras que ella era una española viuda de José de Anunzarria. Con él tuvo una hija
llamada Juana de Anunziarra. Beatriz era hija de Domingo Gil de Leiba y Estefania de las

277
Ibid.
278
Montoya, Ramón, Op cit, “El esclavo africano en San Luis Potosí … “, pp.83-102.
279
Piquera, José Antonio, “Comercio trasatlántico de personas esclavizadas”, en seminario de Poblaciones
Afrodescendientes en México y países de América Latina, Coordinación Nacional de Antropología, del 2 de
mayo al dos de octubre de 2018.
280
Villafuerte García, Lourdes, comunicación personal, 15 de julio del 2020.
281
Dávila, Ildefonso y Valdés, Carlos, Op cit, “Esclavos NEGROS…”.

108
Ruelas.282 Ella era descendiente por parte materna de los Santos Rojos, quien es
considerado uno de los fundadores de Saltillo, junto con Alberto del Canto. También se dice
que Santos Rojos compró un cristo crucificado que fue colocado en 1608 en la capilla de las
ánimas.283 Beatriz era una mujer perteneciente a una de las familias más ricas y con más
reconocimiento social de la Villa de Santiago de Saltillo, posiblemente esa fue una de las
razones por las que no conforme el proceso en contra de su relación se decidió no escribir
más su nombre, de hecho en el documento dice “con una mujer española que por el recato
y diferencia que ya no va en este auto su nombre”.284 Esto último era usual, ya que en esta
época muchas veces no se mencionaba el nombre de una persona importante, pues su
nombre quedaría infamado.285

Después de que se realizó la denuncia, se dictaminó que Juan de Rivas fuera preso
en la cárcel pública. Durante el juicio se sentenció al mulato a cuatro años de destierro de
la villa, so pena de 600 azotes. Ese mismo año se hizo otra audiencia con Juan de Rivas en
donde se explicó que él no debía estar ahí porque estaba casado con Beatriz de las Ruelas
y que contaba con el testimonio de Lorenzo de Llerena y Agundis, quien era cura, vicario y
juez eclesiástico de la villa, por lo que se mandó que fuera puesto en libertad, pero que
tenía que pagar los costos de los autos. Sin embargo, se explicó que no podían estar juntos
hasta que se revisaran los autos so pena de excomunión.286 No se sabe exactamente en que
acabó la historia de estas dos personas. Parece que no tuvieron hijos entre ellos. Beatriz de
las Ruelas testó el 5 de abril de 1716.287 Esta fecha corresponde a casi 39 años después a la
denuncia que se hizo contra ella y Juan de la Riva.

Otra de las situaciones a las que se tenían que enfrentar las mujeres que vivían en
amancebamiento, era cuando los hombres daban palabra de casamiento para tener

282
Durón, Martha y Narro, Ignacio, “Ruelas, Beatriz de las”, en Diccionario Biográfico de Saltillo, México,
Archivo Municipal de Saltillo, 1995, p. 153
283
Durón, Martha y Narro, Ignacio, “Rojo, Santos”, en Diccionario Biográfico de Saltillo, México, Archivo
Municipal de Saltillo, 1995, pp. 152-153.
284
AMS, Presidencia Municipal (PM), c 3, e 2, 4f.
285
Villafuerte García, Lourdes, comunicación personal, 15 de julio del 2020.
286
AMS, Presidencia Municipal (PM), c 3, e 2, 4f.
287
Durón, Martha y Narro, Ignacio, Op cit, “Ruelas, Beatriz de las”, p. 153.

109
relaciones sexuales con la persona que deseaban. Por tanto, como dice Asunción Lavrin,
“las mujeres más astutas buscaban tener un testigo que pudiera ser útil posteriormente, si
el hombre intentaba romper su promesa”.288 Al igual que en la Edad Media, en la Nueva
España parce que la relación legal comenzaba cuando se daba la palabra de matrimonio.289
A esto le denominaba esponsales. Sin embargo, esto fue una discusión, ya que algunos
decían que el matrimonio sí comenzaba con la promesa, siempre y cuando estuviera el
clérigo presente. El papa Alejandro III decía que si la persona hacía la promesa y después
tenían el acto carnal se podía considerar matrimonio.290 A partir del Concilio de Trento, los
esponsales, aunque siguiera la relación sexual, no equivalían al matrimonio.291

Un caso que sirve para ejemplificar esto es una situación ocurrida en Saltillo en 1707.
Este acontecimiento sucedió cuando el capitán Viuna Ventura de Aguirre, por encargo de
su amo, de quien se desconoce el nombre, pide a las autoridades pertinentes que vayan a
casa de este último porque había sospechas de que una mulata esclava, llamada Agustina
Flores, permitía la entrada a dicha propiedad a Miguel de la Cerda, de calidad mestizo. El
dueño de la casa pedía que lo pusieran en la cárcel. Una vez capturado de la Cerda se
procedió con el interrogatorio de Agustina, quien confesó que en ocasiones aceptaba que
su pareja durmiera con ella bajo palabra de matrimonio, por lo que le dejaba la puerta
abierta para que pudiera entrar. Ella aseguró que esta situación sucedía desde hace un año
y que él le había quitado la virginidad.292 El ejemplo permite ver que la mujer aceptó
consumar la unión una vez que de la Cerda le prometió formalizar la relación, por lo que no
pensaban continuar con el amancebamiento.

Otro de los casos donde se refleja el tránsito de una relación ilegal a legal es el
documento donde Domingo Alvares Ribera, de los reinos de Castilla quería contraer
matrimonio con una mulata de Parras debido a que duró dos meses viviendo en amasiato
con una mulata llamada María Ignacia Pérez de Solís. Ella era originaria de San Luis Potosí,

288
Lavrin, Asunción, Op. cit, La sexualidad en el México colonial…”, p. 71.
289
IbÍd, p. 71.
290
Lavrin, Asunción, “La sexualidad y las normas de la moral sexual”, en Rubial Antonio, Historia de la vida
cotidiana en México II: La ciudad barroca, México, Fondo de Cultura Económica, 2005, pp.489-517, p. 502.
291
Villafuerte García, Lourdes, comunicación personal, 15 de julio del 2020.
292
AMS, Presidencia Municipal (PM), c 9, e 21, d 24, 3 f.

110
pero llevaba en Parras aproximadamente 25 años, caracterizada como “una pobre y sola
totalmente desamparada sólo a fuerza de su trabajo”.293 En este documento se narra el
recorrido que hizo al llegar a la Nueva España, después de vivir en los reinos como
vagabundo. Domingo explicó que primero estuvo en la Ciudad de México durante tres años,
para después vivir en Zacatecas por dos años. Posteriormente vivó en Bolaños durante un
año, para después pasar a habitar en Durango durante 6 meses y finalmente en Parras tres
años. Además de permitir comprender el recorrido que hizo Domingo, el documento ayuda
a explicar el tiempo que llevaba en estos territorios. En este documento se menciona que
esta pareja continuó en cohabitación durante meses, pero que dejaron esta forma de
relación. También mencionó que llegó sin tener responsabilidades de esponsales con otra
persona, por lo que era libre de contraer matrimonio. Domingo explicó, que, por tal razón,
tenía una licencia que entregó a su amo del momento, la cual fue expedida por el presidente
y juez de la casa de contratación de la Ciudad de Cádiz. Además de explicar que no ha estado
casado, menciona que tampoco ha dado palabra de casamiento a otra persona y que no ha
hecho voto de guardar castidad, ni de entrar a religión. Esto último hace referencia a las
personas que querían ser parte de la Iglesia, por lo que debían de permanecer en castidad
y, por tanto, no podían contraer matrimonio.294 Es decir, el documento dado a Domingo por
la Casa de Contratación avala la no existencia de impedimentos canónicos para casarse.295

Las declaraciones de María fueron similares, ya que explicó que es su voluntad


casarse con Don Domingo, y que no tenía ningún impedimento. En esta misma declaración
afirmó que tiene la palabra de matrimonio de él, ya que le dio su “integridad virginal”.296

Así como el amasiato implicaba en algunas ocasiones ascenso social, también


muchas veces, motivaba a la pareja que estaba en lo ilegal a cambiar de ciudad, con el
objetivo de continuar con la relación. Esto no significaba necesariamente un cambio
importante en la posición social o económica de la persona o pareja. Por ejemplo, en el año
de 1674 Nicolás Vidales escapó con Inés, una mulata libre, a Saltillo, debido a que

293
Archivo Matheo, Fondo civil, sección de demografía: censos, padrones, y registros, expediente 420, 70f.
294
Ibid.
295
Villafuerte García, Lourdes, comunicación personal, 15 de julio del 2020.
296
Archivo Matheo, Fondo civil, sección de demografía: censos, padrones, y registros, expediente 420, 70f.

111
aparentemente era el lugar donde vivía Vidales, por lo que fue hecho prisionero, así como
acreedor de una multa. Las autoridades también ordenaron que la mulata regresara a su
casa.297

El que un hombre le prometiera a una mujer matrimonio no siempre garantizaba


que la relación se formalizaría. Las promesas de matrimonio en ocasiones conllevaban
consecuencias negativas para la mujer. Tal es lo que sucedió el 16 de octubre de 1722 en la
Villa de Santiago del Saltillo. La denuncia narra que lo primero que sucedió fue que
mandaron llamar al capitán y alcalde a las ocho de la noche por una señora llamada Doña
Isabel María Guajardo, debido a que alguien le había “escalado” la casa. Después de tratar
de investigar quién había sido la persona que entró a la casa, Micaela, mulata esclava de
Isabel confesó que había sido un mulato libre llamado Pablo Flores, ya que le había dado su
palabra de matrimonio. Después de la confesión se les indicó que no reincidieran en esa
amistad y que no tenía permiso Pablo de ir, por ninguna razón a la casa. El problema
continuó porque el 23 de abril, el capitán Yrigoyen, fue llamado por Doña Isabel, debido a
que Micaela no había llegado. Mientras el capitán tomaba la denuncia de Doña Isabel llegó
una criada diciendo que Micaela estaba en la cocina. Cuando entraron a esta área de la casa
la mulata esclava se puso de rodillas ante su ama. Ella confesó que había estado con Pablo
y que él entró por una pared de la huerta. Ese mismo día se encontró a Pablo en la cocina
de la casa de un español. Posteriormente se llevó al mulato a la casa de Doña Isabel donde
se le preguntó por su relación con Micaela enfrente de ella. Su respuesta fue negativa en
un primer momento, para después confesar la verdad, aclarando que sí le había dado
palabra de matrimonio, con un testigo presente de nombre Juan Andrés de los Santos Coy.
Posteriormente, Pablo Flores fue hecho prisionero. En la cárcel Doña Isabel declaró lo antes
ya explicado, en la que pedía se le dieran 50 azotes para posteriormente ser desterrado. Así
mismo, demandaba que dejara la villa por su seguridad, así como por la de sus bienes.
También aclaraba que el mulato era casado.298

297
AMS, Presidencia Municipal (PM), c 2, e 51, d 12, 1 f.
298
AMS, Presidencia Municipal (PM), c 10, e 16, 5f.

112
En el documento no se menciona si iban a cumplir la petición hecha por Doña Isabel.
Sin embargo, se explica que estuvo en la cárcel pública, donde se fugó el 4 de mayo de ese
mismo año. Cuando fueron a casa de Doña Isabel, comentó que la noche anterior Micaela
no había llegado. El capitán narra que no encontró por donde se pudo haber escapado
Micaela, ya que las dos puertas donde la tenían encerrada Isabel no se podían abrir.299 El
documento se encuentra inconcluso, por lo que no se sabe si la búsqueda de los dos
amancebados continuó. Sin embargo, esta información permite comprender que a pesar
de los problemas a los que se tenían que enfrentar, muchas veces los afrodescendientes
decidían continuar con sus relaciones. Así mismo, demuestra los mecanismos de consenso
mediante la palabra de matrimonio, lo que demuestra que existían formas y ordenamientos
sociales que se construían al margen de las normas establecidas.300

A pesar de que el amasiato fue multicausal, éste era considerado ilegal por lo que
tenían que cumplir un castigo las personas que incurrían en este delito. En muchos de los
casos encontrados éste estaba relacionado con el dinero, como es el caso de una denuncia
en contra de Antonio de Amaya, mulato libre, vecino de la ciudad de Saltillo que estaba en
mal estado con una mujer casada, por lo que él fue castigado en la prisión y con una multa
de 50 pesos.301 Como se observó en estas denuncias la mayoría de los hombres fueron a
prisión o tuvieron que pagar una multa. Mientras que en otros casos se les amenazó con
ser desaterrados.

Una de las preguntas que surgen del análisis de estos documentos es ¿por qué
únicamente los hombres son encarcelados, mientras que en los mismos expedientes no se
vislumbra ninguna consecuencia adversa para las mujeres, por el hecho de vivir en
amancebamiento? En contraste con lo que investigaciones, como la de María Elisa
Velázquez, donde se ha demostrado acerca de "los responsables, principalmente las
mujeres, recibieron castigos más severos" en el centro de México, durante el siglo XVII y
XVIII.302 En Saltillo y Parras esto no parece suceder. Sólo en un caso de amasiato, se le

299
Ibid.
300
Ibid.
301
AMS, Presidencia Municipal (PM), c 6, e 27, d 12, 1 f.
302
Velázquez María Elisa, Op. cit, “Mujeres de origen africano…”, p. 294.

113
ordena a una mulata libre que sea llevada a una asistencia.303 Según Fernanda Molina, en
el caso de la bigamia las mujeres no eran gravemente castigadas debido a que su acto tenía
menos malicia, si este se comparaba con el de los hombres.304 Esto podría ser similar a los
casos de amancebamiento y de adulterio. Sin embargo, faltaría encontrar más archivos de
este mismo delito en el sureste de Coahuila para responder si esta hipótesis está
relacionada con el espacio estudiado.

Otra de las características que coincide entre los dos casos analizados es la cercanía
de las viviendas de los amancebados. Masferrer explica que las relaciones que se creaban
entre los afrodescendientes se basaban en los ámbitos en los que interactuaban, ya sea que
pertenecían a un mismo amo, que realizaban actividades similares o que se conocieron en
la movilidad urbana.305 Esto quiere decir que los afrodescendientes que se estudiaron a
través de las denuncias aquí referidas, se conocieron mediante la convivencia diaria y
lograron forjar relaciones sociales a nivel personal. Las características de las parejas
amancebadas podían ser diferentes. Por ejemplo, algunos eran de la misma calidad,
mientras que en otras parejas los grupos de origen eran diferentes. En cuanto a lo
económico las relaciones también eran diferentes. Algunas poseían grandes recursos y
otros tenían una economía menos favorecida. Otra de las características que diferenciaban
a una pareja de otra era el lugar de nacimiento de los individuos. Es decir, una parte de las
parejas a veces era de otras regiones del virreinato permitiéndoles intercambiar
conocimiento, habilidades y experiencias.

A partir de las fuentes estudiadas en esta investigación se puede deducir que el


amancebamiento tuvo diferentes implicaciones. Como ya se mencionó éste podía ser por
un periodo corto o largo. También estaban aquellas que sólo funcionaban como una etapa
de transición del matrimonio, pero también estaba el amancebamiento reincidente. Esto
quiere decir que la pareja ya había sido detenida por las autoridades pertinentes, por lo que

303
AMS, Presidencia Municipal (PM), c 10, e 16, 5f.
304
Molina, Fernanda, Casadas dos veces, Mujeres e inquisidores ante el delito de bigamia femenina en el
Virreinato del Perú (siglos XVI-XVII), Memoria Americana. Cuadernos de Etnohistoria, pp. 31-46, p.36.
305
Velázquez María Elisa, Op. cit, “Mujeres de origen africano…”, p.247.

114
prometían dejar de ver a la pareja, aunque posteriormente volvieran a estar en “mala
amistad”.

Estas fuentes además de contribuir con datos que permitan comprender las
relaciones ilegales entre los afrodescendientes aportan otra información importante. Por
ejemplo, en dos documentos se informa sobre un par de individuos, ambos de nación
mulata: Ana Terrones y Juan de Rivas. La palabra nación era utilizada para referirse a alguien
por su origen o procedencia. Según Rafael Puig, a partir de su etimología el concepto hace
referencia a personas que provienen de la misma área geográfica.306 Por su parte, para
Tomás Pérez Vejo “en su origen latino, y en el de los primeros siglos de los idiomas
modernos europeos, nación tiene el sentido de descendencia o estirpe, con un marcado
carácter biológico, aunque no exclusivo”.307 En el norte de la Nueva España, se comenzó a
usar para designar a los muchos grupos indígenas que vivían separados de los otros y que
se daban a sí mismos un nombre particular. Es decir, como dice Carlos Valdés, se empleó el
término nación como lo equiparable al término de sub-tribu o banda. Por los cronistas se
conoce que las naciones en el noreste eran múltiples. No se sabe exactamente la cantidad
de naciones que hubo en el sureste de Coahuila, ya que muchas veces se utilizaban
diferentes nombres para el mismo grupo. Entre 1605 y 1618 se registran 147 naciones.308
Probablemente es por esta razón que se comienza a emplear este término para los
afrodescendientes, designándolos también como de nación mulata. A pesar de que es
interesante analizar el uso del término nación en los afrodescendientes del septentrión
novohispano, para esta investigación fue más conveniente usar el concepto de calidad
como categoría, ya que esto permitió una mayor comprensión de las fuentes utilizadas.

El noreste de la Nueva España no fue el único lugar donde se empleó la palabra


nación para hacer referencia al lugar de procedencia de los afrodescendientes. En la
información bibliográfica también se encontró este término de la época en otras regiones.

306
Puig, Rafael, “Reflexiones sobre el fenómeno nacionalista”, en Boletín de información, número 283,
recuperado el 25 de mayo del 2020, en dialnet.unirioja.es.
307
Pérez Vejo, Tomás "La construcción de las naciones como problema historiográfico: el caso del mundo
hispánico", en Historia mexicana, número 4, Colegio de México, 2003, pp.275-312, p. 279.
308
Valdés, Carlos, Op cit, “Esclavos negros…”.

115
Cecilia López, explica el caso de un mulato en 1705 quien denuncia a otra persona de
herejía, en Puebla de los Ángeles. En este documento se describe a Thomas de Soto como
“soltero, de nación mulato”.309 Este mismo concepto se utiliza en otros territorios fuera de
la Nueva España. Por ejemplo, Francisco Alvarado explica la situación de Miguel Enríquez,
quien en era propietario de la hacienda la Candelaria y el ingenio de Santa Ana en Puerto
Rico en la primera mitad del siglo XVIII. Según este texto a él se le identifico en el documento
como “de color y nación mulato”.310

Sin lugar a dudas muchos de los afrodescendientes eran capaces de tomar sus
decisiones según las experiencias que fueron acumulando a lo largo de su vida. En el caso
de los hombres acabaron en la cárcel temporalmente, además de enfrentar un mal rato
teniendo que ir a testificar. Las mujeres fueron sermoneadas para que regresaran a su vida
marital. A pesar de que una de las principales causas de denuncia sobre relaciones ilegales
se daba en aquellas donde se cometía amancebamiento, existieron otro tipo de relaciones
que tampoco eran aceptados por la sociedad y por parte de alguno de los dos miembros de
la pareja. A continuación, se explicarán aquellas denuncias que tratan sobre la historia de
algunas personas afrodescendientes que fueron violadas.

3.2. Raptos y violaciones


Los afrodescendientes encontraron formas de relacionarse fuera del sistema legal debido a
que esto les podía traer más beneficios. Como ya se mencionó, el matrimonio podía resultar
una carga más para las personas que no estaban en una posición económica alta en la
sociedad por lo que se resistieron actuando como mejor creían conveniente, creando
nuevos mecanismos para generar uniones sentimentales a través de diversas formas de
relaciones ilegales. Sergio Ortega menciona en un texto que éstas podían ser: fornicación
simple, la cual se daba antes del matrimonio y por tanto no existía un tercero; estupro, el

309
López, Cecilia, “De pactos, brujas y tesoros: relatos supersticiosos de la Nueva España, en Revista de
Literaturas Populares, México, número 2, Facultad de Filosofía y Letras y de la Escuela Nacional de Estudios
Superiores Unidad Morelia, UNAM, 2007, p.207-225, p.212.
310
Alvarado, Francisco, “Toa Baja en un plano de 1775”, en Estudio arqueológico Fase IA-IB, 2010, Puerto Rico,
AM group, pp. 80-96, p.93.

116
cual consistía en quitarle la virginidad a una mujer; rapto, el cual implicaba violencia; vicio
contra la naturaleza, que consistía en emitir el semen sin tener como objetivo la
reproducción. Así mismo se encontraba el adulterio, el incesto, el sacrilegio, la bestialidad
y la sodomía. Según el autor después del vicio contra la naturaleza, el siguiente más grave
era el incesto, para después proseguir en orden decreciente el adulterio, el rapto, el
estupro, y la fornicación simple.311

Dentro de las relaciones consideradas ilegales existieron diferentes variantes que


implicaron violencia por parte del agresor. Este es el caso de los raptos y violaciones. A pesar
de que esta situación representaba un problema para la parte agraviada, ésta era mejor
aceptada por la sociedad a diferencia de la bigamia o el amancebamiento. Probablemente
esto se debe a que la institución del matrimonio debía desarrollarse dentro del espacio
público, siendo que las relaciones ilegales representaban un escándalo público y al mismo
tiempo eran un mal ejemplo para los vecinos. Esto atentaba, por tanto, contra el
matrimonio y a la familia de la época.312 Una de las investigadoras que analizó esta
situación, fue la desarrollada por la historiadora Carmen Castañeda, quien a través de un
estudio realizado en Guadalajara en el siglo XVIII y principios del XIX, descubrió 13 caso de
niñas (entre los 5 y 17 años) que fueron violadas. En este trabajo se concluyó que era más
penado el adulterio que la violación.313

En los archivos consultados ¿no se tiene registro de muchas denuncias en que se


mencionen estos actos, por lo que a continuación se analizarán las dos que se localizaron,
con el objetivo de comprender otras formas ilegales de relacionarse en el este del
septentrión novohispano. Es importante advertir que, en los documentos revisados, no
aparece el término violación en ningún caso, por lo que este se infiere cuando se expresa
que el acto sexual se llevó sin consentimiento de la persona. Por su parte, Carmen
Castañeda explica que la violación está compuesta por cuatro elementos: “el uso de la

311
Ortega Noriega, Sergio, Op. cit, “El discurso Teológico…”, pp.31-32.
312
Turiso, Jesús, Op cit, “Ordenamiento y ruptura de la civilidad sexual…”.
313
Castañeda, Carmen, “La memoria y las niñas violadas” en La memoria y el olvido. Segundo Simposio de
Historia de las Mentalidades, México, Dirección de Estudios Históricos, 1985, pp.107-115.

117
violencia, el secuestro y el coito y ser realizada sin el consentimiento de la víctima”.314 Se
encontraron dos casos de violaciones en donde los que cometieron el acto fueron
afrodescendientes. A pesar de que no se utilizó este término es necesario analizar los dos
casos, ya que permitirá entender no sólo las relaciones interpersonales que se gestaban
entre los individuos, sino también aquellos que generaron violencia.

Una de las demandas se generó en el año de 1746 contra Juan de León, mulato
esclavo (posteriormente calificado de calidad negra) de la Hacienda de San Francisco de
Patos de la jurisdicción de Parras, por parte de un mayordomo de la misma hacienda de
nombre Don Juan García. La razón por la que inicia la demanda es porque se considera un
acto de incesto donde Juan de León tiene relaciones sexuales con su hija llamada María
Ferreja, hija legítima y esclava. En este documento se observa que las autoridades
encargadas del delito pidieron a la hija que atestigüe. Ella explica que su papá “le ha quitado
la integridad de la virginidad”, con violencia, hace dos años aproximadamente.

Una vez que María atestiguó, el papá expresa que fue verdad la confesión de su hija
y que sabe que ha sido un error.315 Después de que terminaron de entrevistar a los testigos
se decidió que la mamá y la hija debían de ser separadas del padre. Juan de León fue puesto
en prisión y se le notificó que iba a ser arrestado en un día festivo con soga al cuerpo y
desnudo de la cintura hacia arriba. Posteriormente tendría que recibir 50 azotes. Después
de concluir el castigo quedaría absuelto del delito. Sin embargo, tendría que realizar
penitencia siete viernes consecutivos y rezar todos los días una parte del rosario durante
un año. El documento termina con la advertencia de no continuar con los actos sino recibirá
más castigos.316

Como se puede observar, al menos en el primer caso, el castigo es más severo, en


contraposición a aquellas personas que cometieron amancebamiento. Seguramente esto
se debe a lo que explica Sergio Ortega, quien dice que el incesto era más grave que otro

314
Carmen Castañeda, Op. cit, “La memoria y las niñas violadas”, p.111.
315
Archivo Matheo, Parras, Fondo Eclesiástico-civil, sección jesuita, ramo de causas criminales, expediente
566, 6f.
316
Ibid.

118
tipo de delitos de corte sexual.317 Si el padre fue el que causó las relaciones forzadas no se
podía obligar a que la pareja contrajera matrimonio, por lo que no había forma de “reparar
el daño”, obligando por tanto a castigar con la fuerza física al agresor. Lo interesante de
este documento es que lo que más llama la atención a las autoridades es que el acto
cometido estaba involucrado con el incesto. Sin embargo, esto no significa que la violencia
contra la mujer fuera poco importante. El caso ayuda a comprender la forma en que se veía
la sexualidad de la mujer, en donde lo que más importaba era la familia y la reproducción.
A parte del documento aquí analizado, Carlos Manuel Valdés en el caso de Saltillo sólo se
han localizado cuatro casos de incesto, uno en el siglo XVI y los otros en el XVIII.318

La siguiente denuncia fue hecha por María Antonia, quien afirmó que su hija de
nueve años fue forzada por Marcelo Sánchez el día 24 de enero a las tres de la tarde. Explica
que su hija para defenderse le quito el cuchillo a su ofensor amenazándolo de muerte si no
la dejaba ir. En esta demanda atestiguaron tres personas: la madre, la hija y una persona
que pasó por el camino en el momento del ataque, llamado José de la Peña, de calidad
indio.319

La madre atestiguó que esto sucedió cuando su hija fue al paraje llamado Santísima
Trinidad a caballo y que en el camino la empezaron a seguir. Una vez estando a pie la niña,
Marcelo la tiró de la mano. Él estaba en condición de ebriedad. En este documento se narra
que después del forcejeo, el agresor dejó a la niña en un pueblo, donde comenzó a correr.
La versión de José de la Peña fue que él iba a pie cuando, llegando a la villa de Cayetano
escuchó gritos por lo que se apresuró. Así mismo, aseguró que se encontró con Marcelo,
quien es sirviente en el paraje del Chiflón. Explica que tenía a la niña descubierta de sus
“carnes” y entre sus piernas. Viendo esta situación le preguntó José que qué estaba
haciendo, por lo que le enseñó el cuchillo. José también declaró que cuando estaba ahí
había otros dos muchachos: uno hijo de Rosa y el otro llamado José García.320

317
Ortega Noriega, Sergio, Op. cit, “El discurso Teológico…”,
318
Carlos Valdés, Op. cit, “Sociedad y delincuencia…”, p. 94.
319
Archivo Matheo Parras, fondo eclesiástico-civil, sección jesuita, ramo de causas criminales, expediente 568,
8f.
320
Ibid.

119
En definitiva, se gestaron relaciones ilegales basadas en el consenso y aceptación
mutua entre los afrodescendientes que ayudaron a que obtuvieran una movilidad social.
Sin embargo, esto no siempre fue así. Existieron momentos de conflicto entre ellos o con
otros grupos, por lo que a través de sus habilidades y saberes se enfrentarse a esto.

Aunque son pocos los casos que narran las historias de violaciones, son importantes,
ya que permiten tener una visión más completa de las situaciones a las que se tuvieron que
enfrentar los afrodescendientes el sureste del septentrión novohispano. Por tanto, esta
tesis lo que se busca hacer es una aproximación a las experiencias que vivieron en el noreste
novohispano, y como explica Michael Zeuske “los mejores conocedores de la esclavitud
fueron los mismo esclavos”.321 Es decir, esta tesis conoció a los afrodescendientes a través
de las huellas que dejaron en los documentos escritos por las autoridades del momento,
permitiendo una aproximación a sus experiencias. Es a través de los documentos donde
ellos fueron capaces de dejar sus inquietudes, permitiendo conocer su historia.

Como conclusión del presente capítulo se puede decir que a pesar de que los
afrodescendientes se vieron obligados a adaptarse a las reglas impuestas por la Iglesia y a
lo dictado por la sociedad, fueron capaces de crear nuevas relaciones tanto legales como
las consideradas ilegales. Estos vínculos les permitieron a algunas personas lograr una
movilidad social que podía consistir en beneficios económicos, prestigio social o en su
libertad. Entender que los afrodescendientes fueron capaces de crear vínculos con otros
grupos es importante ya que a través de estas uniones se crearon diferentes intercambios
culturales. Los afrodescendientes generaron uniones con españoles y tlaxcaltecas, pero
también con naciones indígenas pertenecientes a la región, evidenciando características
que distaban de los indígenas del centro y sur de la Nueva España. Cabe resaltar que
probablemente las dinámicas de parentesco de los afrodescendientes permitieron un
intercambio cultural diferente, dotando, al mismo tiempo, de características particulares a
la región norestense.

321
Zeuske, Michael, Schwarze karibik: Sklaven, Sklaverei kulturen und emanzipation, Zürich, Rotpunktverlag,
2004, p. 7. Traducido de “Die besten kenner der Sklaberei waren dis sklaben selbst”.

120
Muchos afrodescendientes lograron adaptarse al entorno geográfico, así como a las
situaciones que se desarrollaban en la región, con las que supieron negociar y generar
intercambios que les permitieron obtener muchas veces beneficios sociales y económicos.

121
Consideraciones finales
El uso de las fuentes primarias en este trabajo fue esencial, específicamente durante la
redacción de los capítulos segundo y tercero. En el segundo apartado, mediante éstas fue
posible comprender el contexto en el cual vivieron los afrodescendientes en Saltillo y
Parras. Los documentos trabajados en este caso fueron las actas de entierro, el censo de
1777 de la villa de Santiago de Saltillo, actas de matrimonio y las denuncias en las que
estuvieron involucradas las personas de origen africano. Asimismo, en el tercer capítulo
estas fuentes fueron útiles para el entendimiento de los vínculos legales e ilegales de los
afrodescendientes, por lo cual en esta sección del trabajo destacan por su importancia las
de matrimonio y las denuncias de amasiato y violación. A pesar de que esta información es
importante, en esta investigación se consideró que los datos de estas fuentes dependían
del interés de la persona que estaba recabando la información, por lo que muchas veces
ésta puede contener numerosos sesgos. Por ejemplo, como ya se señaló, Cristina Masferrer
cuando se escribía la calidad de la persona que acudía a las autoridades, ésta no
necesariamente correspondía a una realidad objetiva, sino a la categorización otorgada por
los presentes.

Estas fuentes aportaron datos interesantes a la investigación ya sean los


impedimentos de consanguinidad, o los vínculos que se gestaron según la calidad del
contrayente. Otra información importante que se rescató de estas actas de matrimonio fue
la condición previa antes del matrimonio de los dos individuos que conformaban la pareja,
ya sea que fueran hijos legítimos, naturales, expósitos, adoptados o si su estado civil era
viudo.

Una de las problemáticas de las fuentes matrimoniales respecto a los indígenas es


que en muy pocos casos se especificaba si eran oriundos de la región o si pertenecían a
familias tlaxcaltecas. Como se mencionó a lo largo de esta tesis no se puede pensar en los
indígenas como un grupo homogéneo, sino que dependiendo de su historia y contexto cada
una de esas sociedades aportó características diferentes al noreste novohispano,
transformando de la misma manera la identidad cultural y social de los diferentes grupos.

Las denuncias utilizadas para esta investigación aportaron valiosa información, ya


que en ellas se explicaban las problemáticas en las que muchas veces estuvieron

123
involucradas las personas afrodescendientes. A pesar de que éstas no fueron escritas por
las personas sujetas a los procesos jurídico-judiciales de los documentos, las actas brindan
la posibilidad de acceder a las experiencias de los afrodescendientes, a través de las huellas
e indicios que se localizaron. Existen documentos que no cuentan con la información
completa, ya sea porque una parte del documento se perdió o porque el proceso no
continuó, por lo que no se pudo saber en que terminó cierta situación. Aun con esas
limitaciones, las fuentes analizadas sirvieron como base para la creación de un corpus
documental útil para este trabajo, que tiene el propósito de analizar los mecanismos bajo
los cuales se configuraron las relaciones sociales entre los afrodescendientes de esta parte
del noreste del virreinato, generando intercambios materiales, pero también sociales y
culturales.

Además de que las fuentes permitieron explicar los sistemas de parentesco que se
desarrollaron entre las personas de origen africano, también debe destacarse que estos
documentos aportaron información sobre las formas y denominaciones que fueron
utilizadas para nombrar a los afrodescendientes en el noreste de la Nueva España, ya que
en ellos muchas veces se explicaba si eran considerados, negros, moriscos, lobos o mulatos.
Además de estas denominaciones se encontraron otras formas de expresión que
acompañaban a la calidad: el de pieza y nación. El primero fue utilizado en la Nueva España
como clasificación de las personas esclavizadas. Por su parte, el concepto de nación, según
la información recabada para esta investigación se utilizó en el noreste de la Nueva España
para referirse a los afrodescendientes, probablemente porque era la forma en que se
identificaban las sociedades indígenas de esta región, por lo que, a partir de esto, el término
se adaptó también para referirse a las poblaciones de origen africano

Estas formas de percibir a los afrodescendientes en la región norestense, junto con


el análisis de las relaciones que se desarrollaron entre las personas de origen africano y los
otros grupos de la región, permitieron generar algunas conclusiones.

Como se mencionó anteriormente las fuentes fueron de gran importancia para la


elaboración de esta investigación, así como la información bibliográfica de los diferentes
autores. En el primer apartado se comenzó con una revisión historiográfica útil para la

124
escritura del planteamiento de la investigación. Así mismo, fue necesario el abordaje y
discusión de conceptos relacionados con la historia social y la antropología. Esto se realizó,
ya que desde los inicios de esta investigación se planteó la necesidad de construir una
historia afrodescendiente de una zona específica del noreste novohispano durante siglo
XVIII, pero con la ayuda de categorías antropológicas. Es por esta razón que para la
utilización de estos conceptos se acudió a autores clásicos como Claude Levi Strauss, así
como investigadores que han realizado análisis para el caso del México contemporáneo,
como David Robichoux y Catherine Good. A pesar de que algunos de los investigadores que
se consultaron para esta investigación no trabajan, de manera directa, temas relacionado
con los afrodescendiente, se decidió emplear sus categorías de manera cuidadosa, de
acuerdo a las necesidades de esta tesis. Como se pudo observar, los conceptos elegidos
fueron parentesco, movilidad social e identidad.

El otro término que se utilizó fue el de esclavos y afrodescendientes de casa. Esto


resultó de vital importancia debido a que el sureste de Coahuila, no fungió como un espacio
que destacó por sus centros mineros o de agricultura, por lo que la mayoría de los
afrodescendientes se dedicaron a labores del hogar. Esto permitió que las convivencias
diarias de las personas fueran diferentes a otros lugares de la Nueva España, propiciando la
creación de relaciones legales e ilegales a partir de sus propias especificidades. Se decidió
no utilizar la palabra esclavo doméstico, debido a que en la actualidad esta noción puede
tener una carga peyorativa en relación a las labores que desempeñaron los
afrodescendientes.

La noción de frontera fue también un referente teórico importante para el presente


trabajo, aun cuando, no fue amplio su uso a partir de la antropología en esta investigación.
La importancia del concepto reside en que esta tesis parte de la premisa de que el territorio
que ocuparon en el siglo XVIII los europeos, contribuyó a la configuración de las relaciones
de los afrodescendientes y otros grupos de la región.

Además de las categorías antes señaladas, también fue importante comprender, en


la medida de lo posible, los términos que se usaron en la época estudiada. Como se ha visto
previamente, los de casta y calidad, ya han sido abordados por diferentes autores, como es

125
el caso de María Elisa Velázquez, quien, pese a enfocar sus intereses de investigación y
reflexiones en el centro de México, ha contribuido en buena medida a delinear un
panorama sobre la forma en que eran vistos los afrodescendientes en la región noreste de
la Nueva España. De la misma forma, fue importante estudiar el significado que tenía en la
época el matrimonio y las relaciones consideradas ilegales, ya que éstas permitieron
comprender como se gestaron los vínculos interpersonales de los afrodescendientes, a
través de las relaciones horizontales y verticales, explicadas a lo largo de esta tesis.

El segundo capítulo tuvo como objetivo contextualizar la situación histórico-social


de los afrodescendientes que habitaban el territorio norestense de la Nueva España.
Primero se partió de las características particulares de la región, por lo que se hizo un
esbozo histórico y social de ésta. A pesar de que este apartado se centró en el siglo XVIII,
también se abordó su situación anterior, para tener una mejor comprensión del territorio
estudiado. A partir de este capítulo se comprendió que los grupos humanos del sureste de
Coahuila sufrieron una polarización social, lo cual contribuyó al surgimiento de asimetrías y
jerarquías sociales, así como concentración de la riqueza en grupos específicos, situaciones
que se hicieron patentes incluso en la población de origen europeo. Esto también se reflejó
en el incremento del número de las “castas”, lo que indica, al mismo tiempo, un aumento
en las relaciones interpersonales entre los afrodescendientes y los otros miembros de la
región.

En este capítulo también se señaló la participación de los indígenas, quienes no


estuvieron dispuestos a someterse a las normas dictadas por la Corona por lo que se
hallaron en continuas guerras con las personas que decidieron asentarse en el sureste del
actual estado de Coahuila. A pesar de estas problemáticas, algunos indígenas de la región
también se fueron sedentarizando, interactuando con las costumbres y normas dictadas
por la sociedad occidental. Por lo que, como se analizó en el capítulo tres, algunos lograron
entablar relaciones no sólo con los europeos o con indígenas de la región, sino también con
los afrodescendientes. A pesar de que muchas veces no se hace explícita la nación a la que
pertenecían, los porcentajes de los matrimonios entre indígenas y afrodescendientes

126
fueron progresivamente significativos, creándose y modificándose de tal forma las
identidades de los grupos a partir de las experiencias particulares.

En este segundo capítulo también se explicaron las características de las personas


de origen africano de esta región. Como se observó en este apartado no todos los
afrodescendientes se desenvolvieron de la misma manera en su vida cotidiana. Algunos de
ellos se supieron adaptar a la sociedad en la que tuvieron que vivir, pero otros no, por lo
que actuaron con resistencia a través de diferentes mecanismos: unos usando las leyes a su
favor, pero otros no respetándolas, por lo que fueron sujetos a denuncias. Estos
mecanismos de resistencia fueron muy diferentes: algunos afrodescendientes tratando de
cambiar de amo, otros emplearon la hechicería y los asaltos en caminos de la región que en
muchas ocasiones implicaban violencia e incluso la muerte. No sólo la aceptación de las
normas o la resistencia a estas variaron en este grupo, sino también su posición económica
y social. Es decir, algunos de estos afrodescendientes fueron esclavizados durante toda su
vida, pero otros nacieron u obtuvieron su libertad. En esta misma línea, los oficios de los
afrodescendientes fueron diversos. A pesar de que muchos de ellos fueron identificados
como sirvientes, se tiene registro de afrodescendientes que se desempeñaron en labores
que gozaban de un gran prestigio social y que posiblemente les reportaron ciertos
beneficios. Dichos individuos tuvieron a lo largo de sus vidas acceso a oportunidades, que
les permitieron la acumulación de riqueza.

Pese a que no constituía el objetivo central de este trabajo, mediante el análisis de


las actas de defunción se logró detectar que algunos afrodescendientes manifestaron
preocupaciones por cuestiones sociales de corte religioso (como la muerte) y por el
aseguramiento de prácticas que repercutían en el prestigio social del individuo, incluso más
allá de la muerte, como se observó en este segundo apartado.

En el último capítulo es donde se discutieron y analizaron la mayoría de los objetivos


específicos de esta investigación. En esta sección de la tesis se comprobó la importancia
que tuvieron las relaciones verticales y horizontales a partir de las actas de matrimonio.
Éstas indicaron que la mayoría de las relaciones fueron verticales en ambos territorios. Por
su parte, las de tipo horizontal constituyeron también un porcentaje representativo.

127
Además del ya mencionado uso de los conceptos de relaciones verticales y horizontales.
Dicho término fue útil para explicar la forma en que las personas de origen africano crearon
vínculos y relaciones con otros grupos, con el objetivo de lograr una mayor solidaridad y
articulación, tal y como lo explica Levi-Strauss. Es decir, es importante resaltar que las
poblaciones de origen africano que habitaron el noreste novohispano fueron sujetos de
movilizaciones y traslados dentro de la misma Nueva España, por lo que, para asegurar su
supervivencia social, generaron vínculos con otros grupos que les permitieron crear nuevos
lazos emocionales, económicos y jurídicos.

Las cifras mostradas en el tercer capítulo, además de ayudar a entender los


diferentes vínculos que se gestaron en el territorio, también permiten comprender el
contexto general de la historia del sureste de Coahuila. Es decir, como se explicó en el
primer capítulo, las relaciones horizontales por lo regular se crean en una clase homogénea,
mientras que las uniones de tipo vertical emergen en comunidades con clases que
interactúan entre sí, por lo que se puede concluir a partir de los datos generados que Saltillo
y Parras, durante el siglo XVIII, constituyeron sociedades o grupos humanos que
interactuaban cotidiana y regularmente entre ellos, lo que en suma, permite comprobar
que los afrodescendientes, esclavizados o libertos, con base en las actividades económicas
que desarrollaban y a los ámbitos de socialización en que se desenvolvían configuraron en
buena medida sus relaciones, especialmente entre afrodescendientes e indígenas.

Así mismo, en este apartado se demostró que los matrimonios de los


afrodescendientes permitieron que obtuvieran mejores condiciones económicas y sociales
y por tanto movilidad en su trabajo y en sus relaciones, debido a los lazos de parentesco
que se forjaban con estas uniones. Sin embargo, aquí se tiene que resaltar que no todas las
movilidades sociales tenían el mismo grado de intensidad y que esta movilidad no siempre
tendía a llevarse a cabo con personas de otro grupo o de otra calidad. Es decir, hubo
movilidades que permitieron que las personas esclavizadas lograran alcanzar su libertad, lo
cual era muy significativo e importante en la época, debido a que esto les otorgaba otra
categoría jurídica. En este sentido se tienen documentados casos en los que, uno de los
integrantes de la pareja tenía una posición económica mayor lo cual, implicaba un beneficio

128
social ascendente para el cónyuge que en un determinado caso se hallaba en una posición
de desventaja económico-social respecto a su pareja. Estas movilidades sociales sólo se
pudieron realizar a través de los intercambios recíprocos, donde ambas partes de la relación
tenían que aportar algo para el mutuo beneficio. En este trabajo, más que centrarse en la
dinámica afrodescendiente del trabajo en el noreste novohispano, la discusión se orientó
en el intercambio, entendido éste como un mecanismo de beneficio jurídico, emocional y
económico. Para poder corroborar lo anterior sería interesante buscar en documentos
información sobre las personas que aparecen en las actas de denuncias mencionadas, en
los testamentos de la época. Esto con el objetivo de encontrar las huellas o indicios que
indiquen lo que sucedió después del matrimonio de los afrodescendientes. En este sentido,
el tiempo fue la limitante para desarrollar dentro de la tesis la idea anterior.

Sin embargo, también se tiene que destacar que no todas las relaciones de los
afrodescendientes del septentrión novohispano, se desarrollaron en el ámbito legal.
Algunos de ellos decidieron vivir en el amancebamiento, en el concubinato o en el adulterio.
Algunos otros transgredieron la ley a través del rapto y las violaciones. Los primeros casos,
a pesar de realizarse sin permiso de la ley de la época, permitió el intercambio de
experiencias y saberes. Sin embargo, los segundos acontecimientos se crearon sin el
conceso de ambas partes.

En esta investigación se empleó la noción de intercambio recíproco, término que ha


desarrollado Catherine Good. Sin embargo, también se empleó éste como aquel que
contribuyó para el análisis de la circulación de saberes, experiencias, modos de vida y
existencia dentro de las poblaciones de origen africano y después, para entender las
dinámicas de intercambio de estas últimas con pueblos indígenas y europeos. Esto se
observa en esta investigación en diferentes momentos. Por ejemplo, las actas
matrimoniales muchas veces indicaron que las relaciones que se gestaron en la Villa de
Santiago de Saltillo y Santa María de las Parras, estuvieron involucradas con personas que
llegaron de otros territorios, ya sea dentro de la Nueva España, pero incluso de ultramar.
Para este trabajo lo anterior representó un replanteamiento del enfoque y contribuyó a
enriquecer el análisis, pues con lo planteado se comprendió que los intercambios entre

129
grupos conllevaron a elementos aportados según las experiencias previas y particulares de
las personas que conformaban las uniones. Esto se debe a que mediante la interacción
social constante y paulatina entre individuos pertenecientes a distintos nichos sociales, se
acentuaron los intercambios culturales, derivando de esto un carácter fluido y dinámico de
las identidades sociales.

A partir del análisis hecho a lo largo de esta investigación es que se puede afirmar
que la hipótesis que se escribió en un principio fue corroborada. Es decir, en ésta se propuso
que los asentamientos de Saltillo y Parras tuvieron características particulares, no sólo por
su ubicación territorial, sino por las especificidades de sus poblaciones, entre ellas las de
origen africano, quienes posibilitaron una sociedad pluricultural y, por tanto, la creación de
diferentes relaciones sociales entre los afrodescendientes, europeos, indígenas y los
distintos grupos culturales.

No obstante, lo anterior debe ser matizado. Más allá de las especificidades


históricas, sociales y culturales presentadas en el sureste del actual territorio de Coahuila,
analizadas a partir de los documentos, se debe señalar que la región estudiada estaba
circunscrita en el desarrollo histórico general de la Nueva España. Por tanto, en esta
investigación se observan elementos comunes a otras regiones del virreinato con
características económicas afines. Debido a lo anterior es que en otros espacios también
existieron africanos y afrodescendientes de casa, por lo que estos desarrollaron vínculos
interpersonales similares a los registrados en los asentamientos de Saltillo y Parras.

Por otra parte, en el segundo apartado se observó que la sociedad novohispana del
siglo XVIII vivió un proceso de involución. El noreste de la Nueva España en términos sociales
se construyó sobre un progresivo proceso de polarización social, acentuándose, por tanto,
las jerarquías sociales que -como se propone en esta tesis- sirvieron para el surgimiento de
los distintos tipos de relaciones sociales analizadas en las fuentes. Por tanto, las relaciones
sociales de parentesco predominantes en Saltillo y Parras fueron las de tipo vertical. El que
los afrodescendientes fueran de casa permitió que hubiera una interacción entre los
diferentes grupos, desencadenando esto en la creación de vínculos emocionales, y
permitiendo la convivencia entre los diferentes grupos. A pesar de esto, el porcentaje de

130
las relaciones horizontales no es tan alto porque no todos estaban dispuestos a convivir con
los grupos que consideraban inferiores o menos aptos, por lo que no se puede hablar de
una interacción total. Sin embargo, sí se observa la convivencia entre los diferentes grupos.

Las relaciones de parentesco resultante fueron de vital importancia para los


afrodescendientes, ya que mediante éstas se construyeron canales de interacción a través
de los cuales, las personas interactuaban con los aspectos jurídicos y económicos del
aparato virreinal. De esta forma, los grupos humanos pudieron crear vínculos de confianza,
fortaleciendo así la cohesión interna en el seno de los territorios que habitaban. Todo lo
anterior trajo ciertos beneficios económicos, sociales y culturales.

A pesar de que este trabajo abarca una pequeña área del noreste novohispano es
importante seguir conociendo estos espacios para comprender la realidad
afrodescendiente. La realización de trabajos bajo un enfoque regional permitirá el
desarrollo de acercamientos enfocados a las especificidades de cada proceso, pues
procediendo de manera inductiva se desarrolla un conocimiento preciso de los elementos
particulares aportados por un determinado territorio a una historia mayor.

Las poblaciones de origen africano en el noreste novohispano, en suma,


contribuyeron de manera importante a la configuración histórica y cultural de la región.
Mediante sus estrategias de negociación, consenso y resistencia durante el siglo XVIII,
consiguieron movilizarse dentro de un orden virreinal. La importancia de sus aportes y
contribuciones culturales nos obligan, por tanto, al replanteamiento de su devenir histórico.

131
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